Vivero y Herboristería: "Madame Sprout" (MM B: 111089)

[Emmet Haughton Gaunt]

«Creo que si un solo alumno quiere venir, entonces la escuela debe permanecer abierta para ese alumno.»

La profesora Sprout hablando con Albus Dumbledore.

Pomona fue una de las tantas famosas brujas que trabajó en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, ocupando diversos cargos, entre ellos: Jefa de la Casa de Hufflepuff, Jefa del Departamento de Herbología y profesora del mismo conocimiento. En su juventud asistió a dicho establecimiento quedando seleccionada en la casa de los tejones.

Sprout, como estudiante, se destacó en Herbología logrando la máxima calificación en su T.I.M.O y E.X.T.A.S.I.S; en ese tiempo la cátedra era dictada por Herbert Beery.

Se opuso a Lord Voldemort, durante la Segunda Guerra Mágica, como así también a la tiranía que impuso Dolores Umbridge en Hogwarts durante los años 1995 - 1996. Habiendo sobrevivido a la guerra, se retiró como profesora del colegio en el año 2017 siendo sustituída por uno de sus tantos alumnos, Neville Longbottom. Ella misma fue quien le otorgó el cargo de profesor de Herbología.

Cabe destacar que fue amiga y compañera estudiante de Minerva McGonagall, quién también terminaría ocupando un cargo dentro del profesorado pero como docente de Transformaciones y Jefa de la Casa de Gryffindor.

• Salón de ventas - Herboristería: un punto de venta ubicado en el centro del salón permitiendo una atención 360º. Las tres paredes del recinto (trasera, izquierda y derecha) están amobladas con repisas de roble negro macizo que contienen frascos con los distintos ingredientes para las pociones. Frente a dicho punto, hay una pequeña isla representada por una mesa giratoria redonda que permite a los clientes que ingresen al local elegir entre diversas muestras de frascos de pociones que pueden comprar para alojarlas allí.

El piso del local es de machimbre al cuál se lo ha barnizado para que de contraste con el color de los muebles y las paredes grises oscuro.

En la puerta, ubicada en la pared trasera justo en medio de la misma y bordeada por dichas repisas, se encuentra una foto mágica de Madame Sprout, bruja que ha inspirado el nombre del local y que ha sido hecho a su homenaje por el amor a la Herbología y los conocimientos que ella ha aportado.

• Salón de ventas - Vivero: ubicado detrás de la herboristería. Este punto de venta, a su vez, posee dos divisiones pequeñas: la primera aloja a plantas mágicas (Mandrágoras, Higueras Albisinas, Ciruelas Dirigibles, Narcisos Pitantes, entre otras. No son peligrosas) y, la segunda, contiene especímenes muggles ( Rosas, Calas, Jazmín, Jazmín de Lluvia, Paraísos, entre otras ).

El punto de venta, de este lugar, está ubicado apenas se ingresa en la esquina izquierda. Al igual que en la Herboristería, en el centro del recinto, hay una mesa pero que es el tronco de un árbol viejo, que permite a los clientes comprar distintos tipos de elementos para el cuidado de las plantas: abono de distintas clases, fungicidas y demás medicamentos para el cuidado, macetas de diversos tamaños, entre otros.

El piso del vivero está cubierto completamente por césped que se corta y matiene solo. Siempre se encuentra húmedo dando ese toque de brillo y el aroma de lluvia recién caída.

 

Emmet Haughton Gaunt

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Editado 18 de Febrero del 2018 por Emmet Haughton Gaunt

[Keaton Ravenclaw]

Había recibido la invitación por parte del Emmet de acudir a la inauguración de su nuevo negocio, que si no le había entendido mal, era una herboristería y un vivero. Aquello le llamaba muchísimo la atención al Ravenclaw, por lo que sin pensárselo se dirigió a aquel establecimiento tras, no sin antes, pasar por Gringotts a sacar algunos cuantos galeones por si se ameritaba gastar un poco. Esto último, esperaba no pasara, porque sus ganancias de los últimos meses de sus negocios, y de su sueldo, a penas le alcanzaban para subsistir. La vida se había vuelto muy cara.

 

Para la ocasión y a sabienda de que el invierno ya estaba siendo sustituído por el calor soporífero de la Primavera, el ojiverde sólo traía encima una camiseta negra sin mangas ajustada, que dejaba ver su tonificado cuerpo, unos vaqueros de color azul marino y unas zapatillas deportivas blancas. Su varita mágica de cerezo estaba detrás de su oreja izquierda, y todos los anillos y amuletos de los tres libros con los que contaba, en su lugar respectivo. Uno nunca sabía con qué cosas se iba a topar. Así pues, cuando arribó al local, el sol de fuera estaba espléndido, y lamentaba tener que entrar a un local.

 

Sin embargo, pronto tuvo que tragarse sus palabras, porque el interior de aquel negocio era espléndido. Plantas por doquier, estanterías con cientos de frascos de ingredientes vegetales para pociones y un sin fin de macetas, repelentes y demás artículos para la horticultura. El Animago quedó fascinado. Sus ojos no paraban de echar ojeadas a cada rincón, y lo mejor, es que se sentí en casa, amaba las plantas, y lamentaba no tener el conocimiento en Herbología aún y cuando ya se había presentado dos veces precisamente con Emmet a la clase. En fin, ya habría tiempo.

 

—¿Emmet? ¿Estás por aquí? Soy Keaton —Dijo el ojiverde y esperó ahí, aún contemplando el lugar.

[Emmet Haughton Gaunt]

Era increíble como todo se iba dando de a poco. El nuevo negocio estaba abriendo sus puertas recibiendo a todo aquél que mostrara un poco de interés, o simple curiosidad, con respecto a las plantas mágicas y muggles. No iba a negar que, para éstas últimas, le había costado al vampiro buena parte de sus galeones para que pudieran pasar al mundo mágico - pero siendo director del Concilio - algunos que otros trámites podían evitarse, obviamente, sin poner en riesgo la seguridad del mundo mágico.

 

El Nigromante se encontraba ordenando algunos de los últimos frascos que le habían llegado con ingredientes de pociones. Era una tarea que podía encargársela a su elfo personal pero la verdad es que no quería que Shave, con lo torpe que podía ser algunas veces, rompiera algo y se echaran a perder esos ingredientes.

 

En ese instante la puerta se abrió y, apenas el hombre habló pudo reconocer la voz inmediatamente. Keaton no podía verlo porque estaba en cuclillas, agachado, atrás del mueble principal ordenando la estantería de abajo. Se levantó rápidamente, sacudiéndose el polvo un poco de su remera.

 

- Keaton, bienvenido - salió en busca del otro vampiro y le dio un abrazo - Discúlpame que te reciba en estas fachas pero es que he estado ordenando últimamente ... ya sabes todo el trabajo que conlleva la apertura de un negocio nuevo - se rascó la nuca y luego tiró su mechón de cabello hacia atrás - ¿Gustas tomar algo fresco? - invitó para no ser descortés con el muchacho.

 

La verdad que disfrutaba siempre de la compañía del Ravenclaw y esta no iba a ser la excepción.

 

@@Keaton Ravenclaw

[Keaton Ravenclaw]

Emmet. A veces el vampiro podía llegar a ser un poco... ¿cómo decirlo? ¿aguafiestas? ¿Qué era eso de solamente un abrazo después de todo lo había pasado algunas semanas atrás en el Castillo Gaunt? No, aquello definitivamente no podía ser, el ojiverde estaba un poco harto de que Emmet notara tan poco las ganas que él tenía de echarsele encima cada que lo veía, de abrazarlo, besarlo, decirle que era su todo y que no había hombre/vampiro más perfecto que él. Pero no, el Black Lestrange también tenía que darse a respetar, y si bien quería que el Gaunt tomara la iniciativa, parecía que éste no lo haría jamás.

 

—¿Qué te parece si mejor vienes acá y me da un beso? No vine precisamente solo a admirar lo bello de tu negocio nuevo, que si que lo hes, pero no tanto como tú, mi vampiro favorito —Rodeó entonces con su brazo derecho la cintura del Gaunt y se le pegó más hacia su pecho —¿Acaso, señor Gaunt, no se da usted cuenta que cada que loe veo me vuelvo loco por usted, y esta pasión que me desborda y que tenemos los vampiros, lo hace sólo por usted? Lo creía más atento a su entorno —Le dijo y le volvió a plantar un beso en los labios.

 

El Ravenclaw no sabía si Emmet sentía lo mismo por él, pero francamente le daba igual, si lo bateaba, él se quedaría tranquilo de saber que había intentado todo por conquistarle, pero si lo aceptaba... bueno, era claro que la cama de alguno de ellos sin duda acabaría destrozada. Miró los hermosos ojos del chico le que le devolvieron la mirada y lo soltó a modo de juego. Sería un estira y afloja para ver qué pasaba, quería ver las intenciones también del Nigromante...

 

—Pero bueno, si solo puedes ofrecerme un refresco, pues está bien —Dijo ahora en un tono de indiferencia muy distinto al que había empleado para dedicarle las palabras anteriores. Ahora sonaba frío.

 

@@Emmet Haughton Gaunt

[Emmet Haughton Gaunt]

@@Keaton Ravenclaw

 

Emmet sonrió ante el formalismo que Keaton usaba en sus palabras. Al Gaunt no le gustaba que lo trataran de señor, lo hacía sentirse más viejo y gastado. De igual manera, no podía hacer nada contra las palabras del vampiro ya que sabía que cuando hablaba así era porque se quería hacer el gracioso.

 

- Sabes que cuando estoy en el trabajo se me confunden las cosas pero con ese beso tuyo ahora sí entiendo.

 

Se le acercó y lo tomó por la cintura para besarlo.

 

- Ahora sí estamos bien.

 

Dijo mirándolo a los ojos. Cada vez que lo besaba sentía ese cosquilleo al igual que la primera vez en la que se vieron en el castillo Gaunt.

 

- ¿De donde vienes?

 

Le preguntó.

[Keaton Ravenclaw]

Aquellos besos... aquellos dulces y maravillosos besos eran los que le hacían temblar y sentir en cada celulita de su cuerpo un gran amor por aquel hombre... su jefe, su compañero de bando, su amor platónico, y ahora... ahora realmente el Ravenclaw ya no sabía qué diantres era del Gaunt pere le encantaba.

 

—Bueno, ahora todo está mejor, si —Dijo el Animago sonriente y la frialdad de momentos antes se extinguió —Pues verás, vengo de hacer algunos ajustes a kis negocios, la verdad han estado bastante abandonados y bueno... con todo lo que tengo que hacer para en Concilio, la Marca, la familia y demás, pues no me alcanzaba el tiempo —Dijo a modo de comentario y le encantó poder hablar de eso con alguien.

 

El Ravenclaw siempre había buscado a alguien con quien poder platicar sin tapujos, poder contar aspectos de su vida diaria sin que su interlocutor se aburriera, y ese parecía ser Emmet, aquel chico maravilloso que jamás se aburría de él y que le daba un poco más de sentido a su vida... o bueno, a lo que le llamaba vida, porque... ¿un vampiro estaba realmente vivo?

 

—Llegó uno de mis hijos de suecia, ¿sabes? Fue expulsado de su aldea por ser un mago "diferente" a los demás, Me ha estado dando como tumbos cómo acomodarle en la sociedad inglesa, porque es muy tosco y demasiado grande para nuestro entorno —Dijo soltando aquella preocupación así, sin más —¿;Me ayudarías a poderlo encaminar por un buen camino? Ya es aspirante al bando tenebroso, pero me gustaría poder enseñarle más cosas —Añadió el vampiro y espero a ver qué le respondía el Mago Oscuro.

 

@@Emmet Haughton Gaunt

[Valeskya Granger]

Una vez más, la joven bruja caminaba por el callejón Diagón, el cual le había traído muchas sorpresas agradables: conocer a gente especial, apertura de negocios y darse cuenta que durante su ausencia, las cosas habían cambiado muchísimo. Algunos lugares a donde ella había asistido, se encontraban cerrados y reemplazados por lugares nuevos; se aplicaba claramente el “renovarse o morir” en el mundo de los negocios. Había cosas que definitivamente no había visto anteriormente, como un vivero que se encontraba justo frente a ella.

Iba vestida con una túnica oscura, algo bastante inusual en la ojivioleta, quien prefería usar ropa muggle la mayoría de las veces. ”Necesito un guardarropa nuevo”, pensó distraídamente la joven, mientras examinaba el local de vivero y herboristería. Nada perdería con dar un vistazo al lugar y ver si había forma de rescatar la vista del jardín de la mansión donde vivían. El lazo del diablo comenzaba a dar problemas, cada vez expandía más su territorio y temía por los cerezos de su prima, quien seguramente se pondría más que loca si algo le ocurrían.

A pesar de que pronto dejarían de vivir en ese lugar, no deseaba que los próximos habitantes no se encontraran con un lazo del diablo entrando por la ventana de su habitación [?]. Suspiró al tiempo que entraba al lugar y lo primero que pudo percibir, es un olor a madera, resultaba agradable y embriagante al mismo tiempo. No sabía si se trataba de las pociones o de algún árbol en especial, pero tomó nota mental de que más tarde preguntaría a la persona encargada. Pudo distinguir al fondo del negocio, que había una especie de vivero, lo cual sería perfecto si había algunas flores para comprar.

Dio un par de pasos, dispuesta a pasar al vivero de forma inmediata, pero pensó que sería de mala educación entrar así sin más, además de que deseaba encontrar a alguien para preguntarle acerca del problema que tenían en la mansión y ver si había forma de solucionarlo. La Granger volteó para todos lados, en busca de alguna señal de vida, pero lo único que pudo ver, fue una fotografía de Madame Sprout que la miraba desde la puerta. La había reconocido y había leído algo sobre ella, lo cual verla en un local como ese, le inspiraba a la bruja un poco más de confianza.

- ¡Holaaa! ¡Buenas tardes! ¿Hay alguien por ahí? – Exclamó en voz muy alta… demasiado alta quizás.

[Emmet Haughton Gaunt]

@@Keaton Ravenclaw

Los ojos del Gaunt parecían platos ante lo que había escuchado. No sabía que el Ravenclaw tenía un hijo y menos que ya estaba en Londres.

 

- Vaya, la verdad que me has tomado de sorpresa con esto último - lo miró sin saber como reaccionar.

 

No le disgustaba la idea de conocer a su hijo, ni mucho menos, pero era algo que debía digerir ya que estaba a punto de conocer otro aspecto de la vida de aquél vampiro.

 

- Obvio que me encantaría conocerlo - dijo - Creo que es un paso importante si queremos estar juntos - continuó mientras secaba el sudor de su frente - Así empezamos a construir la confianza entre nosotros.

 

Se había puesto algo nervioso pero era un paso que tenía que dar. Además, podía llegar a ser una cena amena con el hijo del hombre al que estaba empezando a amar.

 

- ¿Tienes algún plan para eso? - dijo.

 

Otro día con @@Valeskya Granger

Mientras el vampiro terminaba de ordenar unos frascos en la estantería, la puerta de la Herboristería se había abierto anunciando a un nuevo cliente o visitante. Como estaba de espaldas y en una esquina no podía saber de quien se trataba por lo que terminó de colocar los últimos frascos en su lugar y salió a comprobar a ver quien había ingresado.

 

- Buenas tardes y bienvenida a la Herboristería Madame Sprout - saludó el Nigromante a la nueva cliente del local - ¿En que puedo ayudarte? - preguntó.

[Valeskya Granger]

La ojivioleta escuchó una voz masculina a sus espaldas, dándole la bienvenida al negocio; un solo vistazo bastó para darse cuenta que era un vampiro, igual que ella. Aunque eso no se tratara de algo relevante, era imposible que no llamara su atención, pues a pesar de que sabía que no era la única, conocía a pocas personas que tenían la misma condición; tenía poco conocimiento de la historia vampírica, pues vivía de la forma más humanamente posible, exceptuando por la comida.

- Hola, buenas tardes – Murmuró distraídamente al tiempo que se quedaba pensativa, pues no sabía cómo empezar. - Debo confesar que es la primera vez que estoy en un negocio de este tipo, así como también poseo poco conocimiento acerca de herbología –

 

Creyó importante el hecho de tener que aclarar eso, para que pudiera recibir una mejor ayuda o bien, para que pudiera ser mejor estafada. Al pensar en la segunda opción, ya no le había parecido tan buena idea ser totalmente sincera; suspiró, al saber que no había vuelta atrás y decidió continuar explicando el motivo de su visita:

 

- Verás… el jardín del lugar en donde vivo ha estado bastante descuidado por años. Incluso tenemos un brote de lazo del diablo que, aunque al principio nos pareció buena idea mantenerlo allí, con el abandono ha extendido su territorio y temo que se vuelva algo imposible de controlar. Entonces me gustaría saber si hay alguna forma de hacer que se retroceda, solo eso, sin tener que dañarlo, pues le hemos tomado cariño y sería una lástima tener que hacer un desastre o incendiar todo. -

 

¿Tomarle cariño a una planta mortal? Seguramente eso se había escuchado bastante exagerado, pero al final la idea no era tan descabellada, pues esa planta más de una vez los había protegido de gente que no era bienvenida en su hogar. Solo esperaba haberse explicado lo suficientemente bien, para ver si había forma de aprender a cuidarla; de los viveros alcanzó a percibir el aroma de las flores, y de repente se le ocurrió preguntar otra cosa.

- Aunque… ¿sabes? Me gustaría tener unas flores en mi habitación… pero no de adorno, sino algo que pueda cuidar. – Hizo una pausa momentánea, pues sus pocos conocimientos de herbología, no creían que fueran suficientes como para poder mantener algo vivo. - ¿Podrías recomendarme alguna flor? Quisiera que fuera algo especial, así como también saber qué tipo de cuidado podría requerir – Finalizó.

 

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@@Emmet Haughton Gaunt

Editado 5 de Julio del 2018 por Valeskya Granger

[Emmet Haughton Gaunt]

Herbología. Aquél conocimiento mágico que tanto le había interesado e importado al vampiro desde los comienzos de su vida. El amor de dedicación que le daba a aquella asignatura era digna de admirar; no por algo era ahora el titular de la cátedra en la Universidad Mágica.

 

Si cliente le había comentado que tenía un espécimen de Lazo del Diablo creciendo en su jardín. Los ojos del vampiro se abrieron como platos al escuchar aquello pero, por sus conocimientos, sabía que era demasiado extraño y complicado que esta planta creciera en lugares abiertos ya que con fotosensibles.

 

- Entiendo lo que me dice pero puedo asegurarle que se trata de otra planta y no exactamente de un Lazo del Diablo debido a que ésta crece en lugares oscuros donde la luz de ningún tipo pueda afectarla - explicó como si estuviera dando una clase de Herbología - Como debes saber el Lazo del Diablo es sensible a toda fuente de luz que es justamente lo que se usa para combatirlo cuando alguien queda atrapado entre sus enredaderas.

 

Buscó uno de los libros de Herbología que allí tenía en su local y lo abrió justamente donde se trataba al Lazo del Diablo.

 

- Como puedes ver aquí, lo que usamos los Herbólogos, para controlar este espécimen es la luz. Vuelvo a repetirte que se me hace muy raro que esté creciendo al aire libre y en espacios abiertos pero si deseas controlarlo con un Lumus Solem basta y sobra para retraer su crecimiento - explicó y le dejó el libro a la mano.

 

- Ahora ¿que tipo de flor prefieres? ¿algún color en especial, aroma, forma? - preguntó.

 

@@Valeskya Granger