Oriánthi.
-Sabes lo apasionada que soy con las cosas, Matthew. -respondió dándole la espalda, mientras hurgaba el bar para encontrar una botella- A mí me gusta disfrutar mis viajes, llámalo vacaciones si quieres, pero aprendo mucho, y siéndote sincera algo que deberías hacer conmigo, viajar. -
Había encontrado una cosecha de vino tinto, del año 1975, una de sus favoritas. Aún recordaba la ley seca, cuando los malditos estadounidenses decidieron que sería buena idea ilegalizar el alcohol. Es por eso que habían abierto su club nocturno llamado Hell MooN, donde podían hacer esos negocios, después de todo, aquel local era uno de los más grandes dentro de la industria del contrabando.
-Por supuesto, es grato ver que reconoces mi exquisito gusto por la comida.
Sus estilizadas uñas bajaron de forma seductora por su pierna izquierda, en busca de la liga que traía escondida, donde depositaba su artefacto mágico, sus ojos ambarinos se iluminaron al acercarse a la mesa y mirar directamente la débil flama de la veladora blanca que adornaba como decoración la mesa, su mente divago unos cuantos segundos para pensar los platillos que podría traer.
Chasqueo sus dedos, y por arte de magia (?) la mesa se llenó de comida, costillas de cerdo asadas, ensaladas de toda clase a lo largo de los veinte metros que había por mesa, diferentes cortes de carne, sushi para aquellos que gustaban de sabores más crudos y frescos, salsas para acompañar dicho platillo, paella Española, uno de sus platos favoritos, aquel que había aprendido en su camino por la Europa y claro, solo con pedirlo podían obtener lo que quisieran.
Giró su cabeza al observar a su hermano, -¿Habrá más visitas inesperadas? -rodo sus ojos al escuchar las palabras del recién llegado-Incarcerous- murmuró apuntando al joven de cabello negro, haciendo que sus manos se ataran junto con sus piernas, dejándolo caer al suelo de una forma brusca.
-Una de las cosas que más detesto, es a mi hermano-hizo una pausa para mirarlo mientras se acercaba hacia el joven-, y a las personas que no tienen modales. Podrás ser un Mortifago, pero eso no te quita el respeto, cariño-sonrió de manera sínica-, estas frente a un Alto Rango, deberías dirigirte a él con respeto y por sobre todo... -levanto los brazos y giró sobre sí misma, para mostrarle la mesa- ¡Estamos por cenar! deberías respetar la comida.-soltó un breve suspiro y le pidió a Kreacher que lo desate.
-Toma asiento, no hagamos que este manjar se enfríe, podremos conocernos entre todos de manera civilizada. -un ademan de su mano y todo volvió a la normalidad, no le gustaba cuando los demás levantaban la voz, estaba ebria, si, estaba ebria, siempre lo estaba, le hacía doler la cabeza y se ponía intolerable, como su madre.
-La próxima te coceré la boca con una aguja oxidada y una tela-rascó la parte baja de su nariz con una de sus uñas, intentando restarle importancia a su comentario-Ni tu amante te podrá salvar-. Añadió observando al gitano.
@ Matthew Black Triviani - @ Malum Luxure - @ Amit Lockhart - @ Eterno Black Triviani