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Albus Renaldi Macnair

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Acerca de Albus Renaldi Macnair

  • Cumpleaños 7 Enero

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    0
  • Rango Social
    Aprendiz
  • Galeones
    12500
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Aspirante Marca Tenebrosa
  • Familia
    Macnair
  • Trabajo
    Espía / agente encubierto del servicio secreto mágico de Francia.
  • Escalafón laboral
    T1
  • Raza
    Vampiro
  • Graduación
    No graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    20
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Rango de Criaturas
    Sin información
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Slytherin
  • Género
    Male

Campos para Gringotts

  • Escalafón último mes cerrado
    T1
  • Posteos acumulados último mes cerrado CMI
    8
  • Posteos último mes cerrado CMI
    0

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Logros de Albus Renaldi Macnair

Contributor

Contributor (5/17)

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  • Dedicated
  • Very Popular
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112

Reputación

  1. El tiempo, cómo siempre, había sido sumamente gentil conmigo, pues no me afectaba en lo más mínimo. El aire topaba en mi cara alborotando mi cabello mientras me dirigía a aquél lugar dónde sabía que podría encontrar a mi tan querida Ada. Llegué a la puerta del local y la empujé, pero no encontré a Ada oara recibirme. Me sacudí un poco el abrigo y me lo quité para colgarlo en el perchero que se encontraba junto a la puerta. Mi traje habitual de color negro contrastaba con mi piel blanca cómo hoja de papel. Los tacones de mis zapatos atacaban en suelo del lugar mientras me adentraba poco a poco. — Hola... ¿Hay alguien aquí? — Creí haber hablado lo suficientemente alto para que alguien pudiera escucharme. @ Ada Camille Dumbledore
  2. Hijo mío ❤️ no desaparezcas T-T *le deja amor* *y galeones*

  3. El viaje desde París hasta Rumania había resultado algo... Agitado. Y es que entre los nervios por la situación, nuestra relación algo reciente y 6 horas de vuelo confinados en una pequeña cabina... Era claro que algo tenía que pasar. Tuvimos que tomarnos algunos minutos antes de bajar del coche para arreglarnos y estar totalmente presentables. Nos habían recibido con cortesía, con todos los modales y la parafernalia que requerían los actos diplomáticos. Seguía a Ada pegado a ella cómo una sombra. La gente parecía no prestarme mucha atención, o si lo hacían sólo decidían ignorarme. Para mi resultaba más cómodo. Entramos en la sala e inmediatamente pude reconocer el olor de mi madre. ¿Que hacía ahí? Tomé mi puesto de vigía justo detrás de Ada, cómo me gustaba hacerlo siempre para poder tener una mejor visión en caso de cualquier eventualidad. El olor a licántropo llenaba el sitio, pero no identificaba bien de dónde provenía, hasta que una criatura enorme se presentó justo al lado de una de las que parecían ser las anfitrionas de la reunión. Instintivamente me acerqué a Ada, casi poniendo mi mano en su hombro. Mis ojos violetas recorrían de un lado al otro la sala, pendiente de cualquier movimiento. Mis colmillos saltaron y tuve que abrir un poco mi boca para evitar lastimar mis labios. ¿Sería que ésto podría salirse de control? No. Estábamos ahí por ser aliados. Una batalla sería muy poco probable... Pero si sucedía estaba listo para defender a Ada con uñas y dientes. Me agaché un poco hasta que mi boca quedó justo a la altura de su oído. -Vaya, si que saben organizar bienvenidas, cariño.- Me encontraba tenso, cómo si en cualquier momento fuera a saltar encima de alguien. @ Ada Camille Dumbledore @ Rhiann Macnair R. @ Lisa Weasley Delacour @ Kamra Ashryver D.
  4. Me separé de Ada un poco y acomodé su cabello por detrás de sus orejas. Estaba tan hermosa, aún preocupada conservaba su belleza... Pero no era tiempo para el romanticismo. -¿Porqué? ¿Que tienen contra los vampiros? ¿Crees que deba alertar a mi familia en Italia?- Todo el asunto comenzaba a ponerme nervioso. Solté con delicadeza a la pequeña bruja de ojos bellos y sonrisa encantadora y me puse a caminar por todo su despacho. Mis colmillos querían salir, me sentía en peligro y preocupado por Ada, pero estaba seguro que no dejaría que nada le pasara. - Claro que iré contigo, no le confiaría tu seguridad a nadie que no sea yo, preciosa.- Sonreí para tranquilizarla pero los tacones de mis botas no hacían más que atacar el suelo con cada zancada terminando en un sonoro "clack". -Pues yo estoy listo, ¿que sigue? ¿Necesitas que vaya a buscar algo a la mansión? Estoy a tu servicio, cómo siempre, cariño.- Me acerqué nuevamente a ella y tomé sus manos entre las mías, clavando mis ojos de amatista en los suyos. Su olor llenaba mis pulmones y el olor a sangre corría por mi cuerpo hasta llegar a la parte de atrás de mi cuello en un electrizante efecto que no hacía más que mantenerme alerta. Tenía que comer pero prefería esperar por cualquier cosa que pudiera pasar. -Cielo, necesito fumar, ésto me tiene tenso. ¿Dónde puedo hacerlo?- Tomé dulcemente su mentón y le di un corto beso en los labios. @ Ada Camille Dumbledore
  5. La carta que me llevaba el elfo doméstico de la mansión me arrancó de mis pensamientos de golpe. ¿Era real lo que estaba leyendo? No solo implicaba un ataque contra Rumania y su soberanía, si no que era un ataque contra mi raza también. Me puse en pie rápidamente y cambié mis ropas por algo que pudiera servir para el combate. Había optado por un traje de cuero ceñido al cuerpo. Me permitía moverme rápido y también ofrecía cierta protección. Muñequeras de cuero a juego dónde podría sujetar mi varita y algunos cuchillos. Botas de combate y decidí que sería momento para ir sin guantes, en caso de ser necesario usar las garras. Tomé mi capa de viaje del armario y me cubrí hasta el cuello. Primero tendría que ir a ver a Ada para ver de que manera procederíamos cómo nación. Esperaba que no se me hubiera adelantado y estuviera ya en camino. Definitivamente no me perdonaría si algo le pasara, menos ahora que existía aquello entre nosotros. Salí hasta los jardines de la mansión y ahí fue dónde el espacio se dobló para permitir mi aparición justo afuera de la oficina de Ada. Entré apresurado, sólo para encontrarme con ella ahí, preocupada. -Disculpa la tardanza, vine tan rápido cómo he podido.- Caminé hasta dónde se encontraba y la apretujé en mis brazos. Estaba feliz de que no se hubiera adelantado. -¿Que está pasando? ¿Lo de la carta va en serio?.- Hablaba sin soltarla, no quería pasar un sólo momento lejos de ella. Sin permitirle ninguna respuesta me separé un poco y me apresuré a besarla. Los próximos eventos podrían resultar desastrosos y no quería perder aquella oportunidad. Sentía mis pies elevarse del suelo, olvidé todo el asunto y me dejé llevar por un momento. @ Ada Camille Dumbledore
  6. La noche resultaba estar calmada. Me encontraba en la azotea de la mansión, con los pies colgando de la cornisa, contemplando la majestuosidad de lo que era aquella comunidad. Sin duda era bonito, pero seguía prefiriendo las vistas de mi hogar en Italia. Cigarro tras cigarro los pensamientos fluían mientras el humo se vertía en el cielo estrellado. En alguna ocasión me dijeron que los podían padecer de enfermedades por fumar, pero la verdad es que no me importaba. Pude distinguir bien aquella figura cuándo entró a los terrenos de la mansión y mientras atravesaba el jardín acompañada de majestuoso animal. Lobo huargo, supuse. La escuché tocar la puerta y darle indicaciones a la bella bestia que le acompañaba. Era Ada. No esperé a que abrieran la puerta y de un pequeño empujón mi cuerpo se apresuró hasta el suelo a unos metros de distancia de dónde se encontraba mi jefa. -No esperábamos visitas a éstas horas, pero buenas noches.- Mis colmillos quisieron salir cuándo el olor férreo de la sangre invadió mis fosas nasales. Su lobo me observaba con las orejas en alto, en posición de ataque. De frente era aún más majestuoso. -Espero no haberte asustado. Estaba fumando en la azotea cuándo te vi llegar.- Me acerqué poco a poco de manera muy lenta para evitar que su lobo saliera disparado contra mi. @ Ada Camille Dumbledore
  7. Me levanté de la mesa excusándome con la señorita que estaba conmigo aquella noche. No había cruzado palabras con Ada y supuse que sería un momento perfecto, ya todos se empezaban a mezclar cotilleando. -Señorita Rambaldi, es un placer.- Le dije mientras tomaba sus manos y la observaba de arriba a abajo. Sí que era bella. -Debe disculparme un momento señorita, ya vuelvo.- le ofrecí una sonrisa mostrando mis colmillos y me levanté de la silla con parsimonia. Recorrí todo el salón con una copa en la mano y llegué hasta dónde se encontraba mi pequeña jefa. -Mucho trabajo diplomático?- Me paré justo detrás de ella. El contraste era grande. -Te he visto hablando con mucha gente, todo bien?- Mi tono era de auténtica curiosidad. Mis hombros cómo siempre demostraban que estaba alerta. Acomodé un mechón de cabello que salió de su lugar justo detrás de mi oreja y le di un pequeño sorbo a la copa que tenía en la mano @ Ada Camille Dumbledore @ Hannity Ollivander Evans
  8. La gente seguía llegando y llegando, abaratando el salón. Todo estaba en su lugar, todo listo en caso de alguna emergencia. Con mis ojos violetas recorría las caras de cada uno de los invitados, sin dejar de tener ubicada en el lugar a @ada. Existió un momento extraño al recorrer un sector del lugar y descubrir a una mujer observándome. Sus ojos de un verde intenso me veían fijamente. Si hubiera podido sonrojarme en ese momento hubiera pintado mi rostro de mil colores, pero me limité a observarla de regreso y sonreír con un poco de pena. La bella dama levantó una copa, brindando conmigo en la distancia y yo sin nada para brindar. No me quedó más opción que levantar mi mano y bajar un poco la cabeza en señal de respeto. En ese momento Ada indicó que los asistentes debían pasar a la otra sala, dónde la ceja estaba por servirse. Fuera de mi ser caminé hasta la señorita que me había estado observando y le ofrecí mi mano. -Por favor, señorita, la escoltaré a su lugar". Delicadamente tomé su mano y comenzamos a caminar con toda la gente. Elegí uno de los lugares de la esquina más lejana a todas las personas importantes para poder tener un buen ángulo de visión por si algo pasaba. La silla de al lado la destiné a la señorita de la cuál aún no conocía su nombre. La ayudé a sentarse y me acomodé en mi asiento justo a su lado. Mis manos comenzaron a recorrer a los presentes y pude ver a mi hermana Idylla, con una química algo extraña con un chico. Apreté un poco los dientes dejando ver una sonrisa irónica y clavé mis grandes ojos en ella. -Una disculpa, señorita, no me he presentado aún. Albus Renaldi Macnair, a su servicio.- Mis palabras eran bien escogidas y siempre con un tono de amabilidad extremo. -¿Usted es...?- Volví mi rostro y le dediqué una amplia sonrisa a mi acompañante, dejando ver mis filosos colmillos. @ Hannity Ollivander Evans @ Idylla Macnair T. @ Ada Camille Dumbledore
  9. Me encontraba inquieto mientras me daba una refrescante ducha en agua de rosas con la tina llena hasta el tope. Me gustaba oler a rosas todo el tiempo, era algo muy mío, una marca personal. Mientras el agua lavaba mis pecados con el polvo mi mente corría a mil por hora, pensando en si la invitación había llegado, en si ella asistiría en caso de que si. No me quedaba muy claro que tipo de situación buscaba, pero quería que ella estuviera ahí para descubrirlo. Salí de la tina con el cabello pegado a mi espalda y parte de mi cara, por lo que decidí secarlo rápidamente con magia. Ya era tarde, la fiesta debía estar empezando y el jefe de seguridad se encontraba en la tina aún, que apropiado. El traje que recién había llegado de Italia recordaba a los trajes usados en los 1800 en Francia pero con algunos toques modernos y satinados. Resaltando lo obvio, mi sastre conocía de primera mano los trajes de 1800 porque había vivido más de 600 años. Ese hombre seguramente cosió para gente importante de Francia. La sobriedad sería un aliado indispensable aquella noche, aunque la embriaguez pudiera llevarse por dentro. El traje de 3 piezas era totalmente negro, los zapatos a juego y nos guantes negros de cuero me hacían parecer casi una sombra. Si no fuera por mi color de papel que resaltaba del cuello de la camisa y mis blancos cabellos parecería un auténtico cuervo. Até mi cabello con un listón de un color verde profundo y lo dejé un poco suelto para que pudiera revolotear. Me puse la indumentaria completa y decidí llevar un pequeño colgante que había adquirido recientemente con una esmeralda facetada... Me recordaba sus grandes ojos, era cómo tenerla conmigo siempre. Una vez listo salí a los jardines de la mansión y aparecí justo afuera del sitio dónde se llevaría acabo la celebración. La gente se encontraba llegando y ya había algunas personas dentro. No me detuve a saludar ni a ver si alguien conocido ya se encontraba ahí. Sin duda eso podría hacerlo dentro una vez que se me informara de la lista de asistentes y que mis grandes ojos violetas pudieran recorrer aquellas caras de propios y ajenos. Al parecer nadie se había dado cuenta que al entrar una pequeña brisa caía sobre todos los invitados. Un método muy eficaz para poder disolver pociones multijugos o algún otro método para hacerse pasar por alguien más. En todas las esquinas del lugar había guardias apostados en sus lugares y expectantes ante cualquier amenaza. Había 5 guardias más escondidos entre la gente, a plena vista y 2 guardias más entre los muebles del sitio. Toda una obra de arte en cuanto a seguridad se refiere. A lo lejos pude ver a Ada cotilleando con gente, por lo que decidí dejarla disfrutar de aquél momento mientras yo recorría el lugar, esperando poder ver a Maida por aquél sitio. Manten los ojos bien abiertos, no queremos perder a la pequeña bruja de vista si estamos aquí, ¿Verdad?. Maldita Rita con sus comentarios tan puntuales que dolían. @ Ada Camille Dumbledore
  10. Sonreí ante las palabras de mi jefa. Si bien la diversión no era lo mío siempre se me veía en asuntos sociales, aunque no precisamente por gusto. De la bolsa interior de mi saco extraje un pequeño frasco, mismo que al abrir desprendió en el aire un aroma dulce y especial. Era la colección de mi padre, al parecer esa en especial era de una joven llamada Esmeralda que ofreció su sangre por voluntad, es por eso que no había miedo en su sangre. Bebí el contenido de un trago y sentí cómo mis ojos púrpuras se encendieron en llamas y de pronto pude ser consciente de todo mi alrededor. -Debo trabajar, uno no sabe si hay algún loco por ahí que quiera hacerte daño, pequeña dama.- Le di 2 palmaditas en la frente y sonreí, mostrando los colmillos. -Debo decir que me sorprende que todo esté aconteciendo con tanta... Paz. Maida no... Está por aquí, verdad?- Tenía que preguntar. -Y tu, ¿Haz asistido sola?- Rápidamente traté de buscar a algún acompañante enojado que tuviera ganas de liarla, pero al parecer no había ninguno. @ Ada Camille Dumbledore
  11. Mi aparición en la puerta principal de la mansión debía ser algo normal para mi pero había pasado tanto tiempo que sentía que estaba en algún lugar desconocido. ¿Debía tocar? Di unos cuántos pasos hasta la puerta y las hojas que quedaron detrás de mi rápidamente se convirtieron en una fina arena que se disipó en el aire. Llevaba a cuestas una pequeña bolsa de viaje de cuero, llevaba todo lo necesario para hacer la vida en otro lado, aunque esperaba no tener que volver a irme. Empujé una de las hojas de las puertas y cedió ante la fuerza, dejándome ver el amplio recibidor. Al parecer nadie se encontraba en casa. Cómo siempre, sólo y tranquilo. A rita le encantaba escuchar solamente mis pensamientos, así no se perdía de nada. Dejé caer mi maleta a mi lado y esperé alguna respuesta. -Hay alguien?.- Esperaba ver por lo menos a alguna de mis hermanas.
  12. Hice una leve reverencia ante las personas que Ada me había presentado y decidí que lo mejor sería dejarlos solos, así podrían ellos discutir de sus cosas sin tanta incomodidad. Crucé de manera rápida el amplio salón bordeando la pista de baile para apostarme en una de las esquinas, siempre vigilante. Recuerda que no estás de servicio, vienes a una fiesta. Rita era cómo tener una madre siempre dentro de tu cabeza. -Lo sé, Rita, pero tengo que estar al pendiente de cualquier situación, Ada está aquí.- Sabía que no era necesario hablar para que Rita me entendiera pero de alguna manera me hacía sentir un poco menos loco, o un poco más cuerdo, no lo sabía todavía. Tomé mi cigarrera y saqué uno de los cortos cigarrillos, lo encendí con parsimonia dejándolo colgando de mis labios, dando cortas caladas y exhalando el tibio humo por las comisuras de mis labios mientras mis ojos color amatista bailaban entre la gente, hasta que vi a Ada acercarse a la mesa de bebidas. Inmediatamente apagué aquél cigarrillo y me acerqué a ella por su espalda. -Vaya que se han montado una buena fiesta... Aunque sabes que no estoy muy acostumbrado a estar entre tanta gente.- Comenzaba a sentir la necesidad de comer, pero por el momento todo se encontraba bajo control. -¿Cómo ha ido todo por aquí? Supongo que me haz extrañado.- Dije la última frase con una sonrisa en el rostro mientras me estiraba un poco para tomar una copa de vino espumoso. @ Ada Camille Dumbledore
  13. La invitación había aparecido delante de mi, resultaba un poco extraño pero sabía quién y porqué la enviaba. Con un movimiento de mi varita la hice arder sin dejar rastro alguno, sólo el olor tan peculiar del papel ardiendo. Pensé mucho antes de decidir asistir. No sabía si realmente tenía los ánimos para asistir a una mascarada, pero definitivamente tendría que hacerlo por Ada. Llegado el día decidí estrenar uno de esos trajes para ocasiones especiales... El que usarías en tu boda, probablemente. Cómo siempre Rita tan puntual e incisiva. Usaba un antifaz de color rojo que subía por el lado izquierdo formando un cuerno enroscado hacia la parte de atrás de mi cabeza. Mis cabellos de plata se encontraban perfectamente recogidos en una coleta que a su vez se doblaba sobre si misma. El traje era algo impecable, de un color negro azulado que podía hipnotizar a cualquiera y la textura podría hacer que quisieran quedarse tocando mi ser por horas. Unos guantes del mismo color cubrían mis cadavéricas manos, denotando claramente mis afiladas garras. Después de un baño en la tranquilidad de mi tina con una infusión de agua de rosas me vestí con el ajustado atuendo, me puse la máscara y caminé hacia el exterior de la mansión para poder aparecer en mi destino. Aquél vórtice me escupió en la calle frente a la mansión Moody, dónde seguramente Ada ya se encontraba. Caminé desde la calle, pasando por los jardines y podía ya ver la concurrencia, gente que llegaba y se retiraba del lugar, algunos andando por ahí. Me preguntaba si sabrían de mi presencia o Ada sólo se había tomado el atrevimiento de invitarme. Al llegar a las grandes puertas me quedé en el umbral tratando de localizar el olor o la voz de mi querida jefa. @ Ada Camille Dumbledore
  14. Sentí su olor en el ambiente a pesar de que nos separaba la puerta, pero pude sentirlo desde que se asomó por la ventana. Llené mis pulmones tanto cómo pude, cómo si fuera algo necesario para mi el respirar. Me abracé al recuerdo por un momento cuándo vi su pequeña figura al abrir la puerta. -Perdón por llegar sin avisar... Supongo que debí haber enviado una lechuza en todo éste tiempo.- Traté de esbozar una sonrisa pero me salió una mueca algo extraña. Si hubiera podido llorar mis ojos se hubieran convertido en válvulas vertiendo cada "te extrañé" sobre mis mejillas. No sabía que esperar, pero algo me decía que su furia caería sobre mi y lo aceptaría sin rechistar, lo merecía. -Debo disculparme... - No pude decir nada más. Sólo me limité a bajar la cabeza y esperar su respuesta. Cada músculo de mi cuerpo se encontraba tenso, esperando por su parte alguna maldición, algún hechizo incapacitante, y aunque lo esperaba también estaba consciente de que no haría nada por evadirlo o evitarlo. @ Maida Black Yaxley
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