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Dianne Ravenclaw Black

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Mensajes publicados por Dianne Ravenclaw Black

  1. Tan pronto como terminó el desfile de los tritbutos, la Rubia se dirigió a la torre en donde le había sido asignada una habitación. No tenía queja alguna del lugar, se trataba de aquel colegio mítico pero aún así hubiera preferido mil veces que su familia la hubiera puesto a su suerte en alguna de aquellas carpas de afuera.

     

    Se cambió rápidamente de ropa, ahora mostraba en su cuerpo un atuendo totalmente cómodo. Nada parecido a su suntuoso vestido Victoriano pero aun así conservaba la frescura y elegancia que siempre caracterizaban a la Black. De pronto Frederic decia hacia ella una serie de cosas alentando a la mujer quien lo miraba como si quisiera resguardar en su mente aquella vision casi perfecta de él.

     

    -Gracias pero no fue para tanto, con que te haya gustado a ti me basta.-Dijo mirándolo a los ojos.

     

    Terminó de abrochar los botones de su blusa color azul marino y sacudió con las palmas abiertas los costados de su pantalón negro, amarró su cabello rubio en una coleta en lo alto de su cabeza y observó como Frederic se acercaba a ella con una MOCHILAde color azul y detalles en plateado que conenía una BOLSA DE DORMIR, un CUCHILLO, AGUA (1) y COMIDA (1), todo perfectamente predispuesto para lo que a continuación sería la primer prueba de los juegos.

     

    Sin mas que decir, tomó en sus manos el paquete brindado por el castaño y avanzó con dirección a su destino. De pronto él tomo su mano y recitando palabras por demas hermosas le otorgó un beso apasionado, tan apasionado que daba la impresión de que Frederic temía por la vida de Dianne.

     

    -Tu también cuidate, te amo y regresaré. De eso puedes estar seguro.-Dijo la Rubia que se encontraba contenida por el abrazo de Frederic y al separarse visualizo por ultima vez en ese día sus hermosos ojos verdes.

  2. Inquieta por querer presenciar eventos futuros con los que había soñado, ansiosa por dominar el mundo con sus frías manos y sumamente emocionada por ver aquellos ojos verdes que formaban parte de su alma, así se encontraba la Banshee sumergida en la bañera de mármol blanco que púlcramente se hallaba limpia todos los días. Contemplaba el cielo raso a la espera de alguna señal que la hiciera moverse, su cuerpo tibio aguardaba el momento preciso.

     

    Salió de un brinco, tomó la bata color azul que colgaba sobre el perchero de la puerta y al exhalar aire para llenar sus pulmones de vida pudo percatar en la tela de seda un olor delicioso, un olor que hubiese reconocido en cualquier sitio, una loción que amaba quizá tanto como a su dueño. Respiró hondamente y salió del cuarto de baño para alistarse en seguida.

     

    Como la ocasión lo ameritaba, tomó de su closet un vestido con estilo bohemio el cual completó con un chaleco de piel y zapatos de tacón alto, medias oscuras y su hermosa cabellera rubia perfectamente acomodada sobre sus hombros. Daba la apariencia de princesa gitana con destellos de burguesa rusa, angelical y mortal, solo así se podía describir a Dianne.

     

    Una vez que estuvo lista, dejo atrás su habitación en el Castillo Black y salió por la puerta principal. La cerró y desapareció con dirección a la Academia de Magia y Hechicería. Al aparecer dentro de los terrenos de la misma, la Rubia visualizo hacia donde se dirigían todos los invitados a la graduación. El gran salón, adornado con exquisita delicadeza abrió sus puertas a la Black quien enseguida buscó los rostros que la habían llevado hasta ahí.

     

    Miró el cabello castaño de su hermana menor, Marissa, quien acompañada de un apuesto joven guiño el ojo saludando a Dianne. Esta se acercó y tomó en sus brazos a la recién graduada. -Hermanita, muchas felicidades. Espero que después de este evento tan importante para ti podamos ir de compras, déjame consentirte...-Dijo Dianne sonriendo abiertamente a su hermana. Después de una pequeña plática con los chicos se disculpó y fue a buscar a otra de las graduadas.

     

    -Niqqui! Niña linda, muchas felicidades. Espero que pronto podamos ir a esa taberna de la que tanto me hablaste en tus cartas.-Aclaró la Banshee a Niqqui quien la sostenía en sus brazos.-Aaaam no quisiera ser mala contigo pero creo que algo captó mi mirada, amiga.-Dijo Dianne señalando con su dedo índice de la mano izquierda la espalda de un hombre.

     

    De traje color gris, cabello castaño y masculinidad inigualable se encontraba Frederic Black de espaldas junto a la mesa de bebidas. Dianne caminó silenciosamente hacia el y colocando rápidamente sus frías manos sobre los ojos del Mago acercó sus labios rojos a su oído.

     

    -Hola extraño... ¿me extrañaste?-Preguntó finalmente la joven respirando de Frederic el mismo olor que hacia algunas horas había tomado de su bata de baño azul.

  3. Los recuerdos que habían visitado al viajar en el tiempo, dejaban en la Banshee un sentimiento de opresión en el pecho. Su madre y las diversas situaciones en la que se había encontrado ahora formaban su carácter austero, distante, frío. El único que no la veía como un ser desalmado era Frederic y para ella eso bastaba.

     

    También se encontraba atónita ante el recuerdo de su hermano Aaron, ¿Acaso era posible aquello que sus ojos verdes habían visto? Si bien el incesto formaba parte de todas las familias mágicas, y en especial las del bando Tenebroso por querer preservar la legitimidad de la sangre, a Dianne se le ponía la piel de gallina al saberlo de alguien tan cercano como su amado hermano.

     

    Aaron y Dianne se habían conocido hace ya algunos años, ambos lo bastante parecidos a su madre y abuela, congeniaron en seguida. “Los mismos labios y ojos” repetía Evarela cada que tenía oportunidad de verlos juntos. Se veían unidos por un lazo inquebrantable desde el momento en que la Rubia confeso a él sus intenciones de pertenecer a la Marca Tenebrosa y sabía que aquello jamás se vería dañado, ni siquiera por el secreto que hasta hacia unos momentos el Haughton había recordado.

     

    Los brazos de la Tempestad se encontraban rígidos, por más que quiso levantarlos para abrazarlo estos no se movieron de su lugar. Como si estuvieran apretados debajo de su capa negra como la noche se mantuvieron pegados a su delicado cuerpo. Dianne suspiró quedamente mientras escuchaba la siguiente tarea designada por parte de Afrodita, sus ojos zafiro se encontraban abiertos y expectantes.

     

    De repente escucho con claridad la voz de Aaron, la Batalla de Hogwarts era el lugar que visitarían y un júbilo repentino se apodero de ella. Aunque no podrían cambiar el trágico destino de Lord Voldemort, la Rubia no reparó en su sed de querer matar a alguno de los traidores a la sangre.

     

    -Esto será divertido hermanito.-Respondió a la alegría del Haughton por su próximo viaje.

     

    Afrodita fue la primera en entrar al torrente del tiempo que los llevaría años atrás, sin más que esperar, fue su propio hermano el que se abalanzo al hueco y sintiendo su pálida mano envuelta en la de él lo siguió. Su cuerpo se sentía extraño una vez más, permanecía con los ojos cerrados hasta que volvió a tener el piso debajo de sus pies y vislumbró la figura masculina de Aaron.

     

    Ahora corrían a lo largo del gran patio del mítico Colegio, sujetando la mano de un chico al que se le notaría en cualquier parte, Dianne observaba todo a su alrededor. Desde las piedras descomunales arrancadas de la estructura de Hogwarts, los cuerpos de Acromántula tendidos boca arriba sin vida, partes de gigantes yaciendo entre el polvo causado por explosiones descomunales de hechizos, cuerpos sin vida de estudiantes y Mortifagos y claro está, feroces combatientes de ideales diversos enfrascados en duelos épicos.

     

    Se detuvo jalando la mano de su hermano mayor y contempló con la boca abierta lo que parecían ser cuatro pequeños alumnos de primer año, una fuerte sed de batalla se apoderó de ella y sin más se aproximó a ellos con una mueca de malevolencia.

     

    -¿Pero que hacen unos pequeños como ustedes en este lugar? ¿No ven acaso que pueden salir lastimados?-Preguntó la Black dirigiéndose a ellos quienes la miraban con terror.

     

    -¡Crucio!-Sentenció con un rápido movimiento de varita afectando a una niña regordeta de rostro pecoso. Por la bufanda que traía colgada del cuello, Dianne se percató de que aquella niña pertenecía nada más y nada menos que a la casa de Gryffindor hogar del despreciable Potter y por eso, su acto sanguinario le provocó una sonrisa escalofriante.

     

    Los demás niños, al ver tal espectáculo corrieron por sus vidas lejos de la Banshee. Aaron volvió a tomar su mano derecha que ahora empuñaba firmemente la varita mágica y la hizo correr dirigiéndola en camino al gran comedor. Los ojos de la mujer resplandecían debajo de sus finas cejas y el odio por los traidores a la sangre crecía con cada zancada que daba.

     

    OFF:

    Rol

  4. Frente a sus ojos apareció alguien a quien la Ojiverde no esperaba, se trataba de su madre Evarela. Los ojos siempre llenos de una incomprensible excitación de la castaña miraban firmemente a Dianne como si quisieran arrancarle el alma de un solo giro. Sus labios, sumamente parecidos a los de su hija, se encontraban entreabiertos en una mueca repulsiva que contenía cierto odio, o al menos eso era lo que pensaba la Rubia desde hacía mucho tiempo atrás.

     

    Evarela la había abandonado cuando ella apenas era un infante. Dejándola por su propia seguridad en un orfanato de Bélgica, la Mortifaga huía de un grupo de aurores que la perseguían desde el nacimiento de su hija. ¿Las razones? Simplemente a los aurores no les convenía que alguien como la Black trajera al mundo a un futuro Mortífago que seguramente se vería repleto de las cualidades de su progenitora.

     

    Dianne creció sin problemas en Bruselas, su elegancia y su rostro siempre angelical la hacían ver como alguien sumamente inocente. Sin embargo, al entender por si misma los poderes que llevaba dentro, la mañana de su cumpleaños número dieciséis vivió una de sus experiencias más traumáticas. Como si se encontrara en un sueño, se veía a ella misma de pie contemplando dos cuerpos sin vida. Sus padres adoptivos yacían asesinados y la Rubia no señalaba en su rostro ningún semblante de tristeza, nada.

     

    No se hallaron culpables, Dianne era la culpable. Un pensamiento repulsivo hacia aquellos seres se había salido desde el fondo de su alma, su aparente amor hacia ellos había sido una máscara siempre y ahora que salía a la luz, la joven trataba de esconder de nuevo dentro de su ser esa presencia maligna. Decidió aceptar la propuesta de matrimonio de un joven muggle, quizá para ver hasta donde era capaz de aguantar, o tal vez solo para ver si tenía todavía dentro aquel rencor por los de su especie.

     

    Si bien sentía un cierto amor por el joven, sus deseos de asesinarlo le hacían arder las sienes cada vez que él tocaba su mano. Cuando por fin los aurores terminaron con él, confundiéndolo con el posible hijo perdido de Evarela, Dianne sabía que tenía que dejar aquel mundo y unirse a la comunidad de magos que aguardaba por ella, en especial su padre.

     

    De repente la voz de Evarela resonó en los oídos de la Banshee, esta le pedía las razones por las cuales se había convertido en Mortifaga. Torturándola y bramando se encontraba la Castaña delante de ella, poco falto para que Dianne cayera en la locura que producía el dolor del hechizo, sin embargo resistió y una vez que su madre dejo de torturarla levantó la vista y la miró con rabia.

     

    -¡Si decidí ser Mortifaga fue para darle honor a tu casa, para acabar con esos asquerosos aurores, para de una vez por todas dejar salir este sentimiento de inmundicia con respecto a los muggles y sobre todo para probarme a mi misma que valgo la pena… aunque tú no creas en mí, sé que algún día tu endemoniada lengua pronunciará palabras de aliento hacia mi persona!- Sentenció Dianne con los dientes apretados de rabia y los ojos llenos de un brillo malévolo.

     

    -Amaste a un muggle asqueroso y eso jamás te lo perdonaré.-Dijo Evarela tranquilamente.

     

    -¡Si lo hice fue gracias a tu abandono! Vaya pero que madre tan buena tengo, una madre a la que no se le puede llamar así sin sentir desprecio, una mujer sin corazón que dejo a su cría a la deriva.-Contestó la Rubia con los puños apretados.

     

    -Si tuviera corazón no sería Mortifaga, querida hijita.-El rostro de la Castaña se había situado a pocos centímetros de la joven sonriendo de manera espeluznante.

     

    Dianne miró con rabia a su madre y después con un suspiro entrecortado cerró los ojos, ella sabía perfectamente que en este momento de su vida amaba a alguien, sabía que ella si contaba con un corazón el cual latía fervientemente en su pecho por Frederic Black. ¿Acaso estaba mal en enamorarse? ¿Acaso los Mortifagos tenían prohibido aquello? Sin más que pensar en su propio corazón y sentimientos volvió a abrir los ojos, aun se encontraba atada al potro en donde los había puesto su tutor a cada uno de los presentes y un extraño sentimiento de soledad se apoderó de ella aun estando rodeada de gente.

  5. No había nada más emocionante para Diana que verse sumergida en situaciones de peligro y muerte. Quizá por esa misma razón y por su interminable sed de adrenalina, no había dudado en presentarse a la edición más nueva de “Los Juegos del Hambre” que se llevaban a cabo dentro de la comunidad mágica.

     

    Era su mayor anhelo alcanzar la gloria eterna, tenía ese repulsivo hábito de creerse superior a cuanta criatura se le cruzase y su sangre pura la llevaba muchas veces a cometer escrutinios en contra de inocentes. No era la mejor de las mujeres, ni la más sensible, ni la más cariñosa; había algo en aquella Bruja que la alejaba delo convencional y lo vulgar. Su creciente valentía y sus ganas de vivir se podían notar en cualquiera de sus acciones y si alguien dudaba alguna vez de ella, se esmeraría por demostrar lo contrario.

     

    Miró como las presentaciones de lo que sería el “juego” se llenaban de murmullos provenientes de la multitud de magos y brujas a su alrededor, que esbozaban proclamaciones e improperios a los organizadores. La Banshee, sintiendo un desagradable nudo en la garganta debido a la rabia del momento, agudizó el oído para poder escuchar atentamente las indicaciones.

     

    -Tengo que ser tributo… -Se dijo a si misma mirando las puntas de sus zapatos color negro. Tal parecía que el rostro de la Rubia se encontraba tallado en el más fino mármol ya que ninguna expresión salía de él. Sus delicados labios color carmesí se encontraban cerrados y sus ojos color verde como el del más puro de los zafiros, aun mirando sus zapatos, se hallaban abiertos sin pestañear en ningún instante.

     

    Sus manos, siempre frías, rondaron su cintura hasta quedar entrelazadas en un abrazo propio y en cuanto alzo la mirada se decidió a dar un paso al frente para así someterse a un destino incierto en aquella competición. Solo tenía que escribir su nombre, solo eso y su juego personal de probarse a sí misma comenzaría.

     

    Dianne Ravenclaw Black.

     

    OFF:

    Nick e ID HL.org: dianavera // ID: 100238

    Motivo por el que te crees apto para ser tributo: Porque me llamo la atención una vez que leí la historia y porque... se que yo ganaré :hero: xDD

    Disponibilidad Horaria: Horario de México todos los días de la semana de 11 de la mañana en adelante (edito) y fines de semana depende de si salgo o no xDD

  6. Después de la Mansión Delacour, Diana apareció en las celdas de Nurmengard con dos cuerpos (Felicity e Ishaya) los cuales flotaban detrás de ella sin vida y con heridas sangrantes.

     

    -Les traigo un regalito.-Siseo malevolamente dirigiéndose a los cuidadores de la cárcel.

     

    -No es mucho pero ya veremos cuando quieran escapar, trátenlos mal por favor.-Dijo guiñando un ojo debajo de la máscara que todavía cubría su rostro.

     

    Una vez que los cuerpos fueron flotando a celdas diferentes, la Rubia cerró con fuerza las puertas y se despidió con la mano de sus compañeros.

     

    -Nos vemos luego.-Dijo dándose la vuelta para salir de la cárcel y desaparecer con destino al Castillo Black.

  7. La espesura de la selva en la que se encontraban bien podría asfixiar a los débiles muggles, el aire se hacía mas y mas pesado con cada paso que el grupo daba y Diana sentía la respiración entrecortada. Quizá no solo se debía a que el miedo que sentía por su rededor la crespaba, si no también a que su tutor por mas tranquilo que se notara, daba la apariencia de ser un hombre muy peligroso.

     

    Después de una pequeña caminata sobre el suelo mohoso y húmedo del entorno selvático, era la hora de pasar sobre un puente elevado. La Rubia no temía a las alturas, al contrario su vida se basaba en siempre ir al tope de las emociones. Algunas veces ella misma consideraba a esa afición como una adicción, una adicción al peligro, a lo incomprensible, a las descargas de adrenalina.

     

    Miró de soslayo como es que su tutor pasaba cuidadosa pero firmemente sobre cada uno de los trozos de madera vieja que conformaban el puente y se decidió a imitar sus movimientos. Si lo que quería Hades era verlos caer uno por uno, ella no le daría ese gusto. Camino mirando directamente los ojos de su temible profesor y antes de que pensara detenidamente en el camino, había llegado al otro lado.

     

    Siguieron caminando, ahora la selva se encontraba mas caliente, la respiración se llenaba de perfumes silvestres tan potentes en algunas partes que la Base se llevo varias veces el dorso de su mano a la altura de la nariz para sofocar el olor. Pronto llegaron a un claro lo bastante grande para descansar, Diana no sabía precisamente cuanto tiempo llevaban ahí afuera... pero seguían dentro del laberinto, todo era muy extraño. Tan pronto como llegaron al claro, visualizo una bolsa de dormir bastante prometedora. Estaba cansada y se aproximó a ella mientras el profesor con su varita encendía una gran fogata; recostó suavemente sobre la bolsa de dormir su cabeza y se quedó con la mirada fija en el fuego incandescente que tenía enfrente.

     

    OFF: Tarea lista profe, perdón por la tardanza xD

     

     

    -<<¡Protego!> > –pensó. Provocando que un escudo mágico se levantara frente a él para protegerlo.

    Protego es verbal, la descripción del hechizo esta bien.

     

    -¡Rictusempra! –Musito. El efecto fue inmediato, Su víctima se encontraba en el suelo muerta de risa a causa del encantamiento.

    Rictusempra es un rayo, la descripción de lo que provoca el hechizo esta bien.

     

    -¡Langlock!. El efecto fue inmediato y la lengua de la víctima quedó pegada a su paladar, impidiéndole realizar hechizos verbales.

    Rayo otra vez y otra vez la descripción es correcta.

     

    - ¡Finite Incantatem!. - exclamó apuntándose a sí mismo, y un rayo pegó en su pecho. Gracias a aquél hechizo había vuelto a la normalidad,

    Efecto y se puede usar tanto verbal como no verbal.

     

    - ¡Tarantallegra!. - murmuró, apuntando al pecho de la persona que tenía en frente. El efecto fue inmediato, ahora esta se encontraba bailando de un lado a otro y contra su voluntad

    Rayo nuevamente.

     

    -¡Avis! –susurro. Aquel efecto fue inmediato ya que aparecieron 12 palomas que interceptaron el ataque.

    Bueno, Avis es invocación así que no se si este bien dicho que "el efecto fue inmediato" jamas se me hubiera ocurrido rolearlo así. Una pequeña duda con el uso de hechizos que se me paso xDD

     

    -<<¡Confringo! >> –pensó. De la varita del vampiro salió aquel encantamiento a la quaffle que se encontraba a 2 metros de su contrincante provocando una gran explosión que hizo que callera al suelo.

    Confringo es un hechizo verbal.

     

     

  8. Un calor abrumador se expandió por el cuerpo de la Banshee, una sensación de tristeza ahogada por la voz de Afrodita, demostraba que Diana se sentía culpable por haber tratado de mala manera a su madre todo ese tiempo en el que había convivido con ella.

     

    Pensando detenidamente cada palabra de su carta, la Rubia lamentó en silencio sus múltiples desplantes de arrogancia brindados a Evarela. Ahora que sabía la verdad no tenía más remedio que tragarse su orgullo y pedir disculpas.

     

    No prestó demasiada atención a las indicaciones de la Malfoy, simplemente decidió dar un paso al frente cruzando la línea del tiempo que permanecía dibujada con exactitud en el piso y de nueva cuenta viajó a un momento de su vida que quizá había olvidado.

     

    Academia de Magia y Hechicería, un año atrás.

     

    Los árboles que cercaban la Academia rebosaban por el fresco viento de otoño, los diversos estudiantes corrían a sus respectivas clases y Diana se vio a si misma sentada en una banca de piedra enfrascada en la lectura de un libro titulado “Historia de la Magia”, su cabello rubio hondeaba en el aire de forma hermosa y casi hipnótica.

     

    Se escondió detrás de unas ramas caídas para no ser vista por nadie sin dejar de presenciar la escena. Sabía que tenía que actuar con sumo cuidado, ya que si en algún momento la Diana del pasado veía a alguien exactamente igual a ella, el tiempo cambiaría drásticamente llevándola a la locura y su vida dejaría de ser tal y como la conocía.

     

    Los tonos marrones del cielo le daban vida a su pálido rostro, sus facciones se notaban relajadas más de lo normal y sus labios, cubiertos de un rojo carmesí impactante, se mantenían cerrados. De repente, la Black levanto la vista y su rostro se volvió severo. A escasos pasos de su distancia se encontraba su madre, una mujer de elegancia nata e inquebrantable, quien la miraba fijamente tratando de decir algo.

     

    -Veo que al menos mis notas te interesan.-Se apresuró a decir Diana cerrando el libro para acomodarlo en su regazo.

     

    -Eres mi hija, me odias lo sé… pero eres de mi sangre. Me interesa cualquier cuestión de tu vida.-Respondió la Mortífaga ante la mirada acusante de la Ojiverde.

     

    -Si claro, dile eso a quien no sepa que me abandonaste cuando apenas era una criatura. ¿Qué clase de ser desalmado eres? ¿Qué te hice yo para que me abandonaras a mi suerte en aquella ciudad?-Replicó la Bruja frunciendo el ceño.

     

    -Pronto descubrirás la verdad…-Evarela volteó lentamente hacia el lugar en donde Diana se escondía y sonrió levemente. ¿Acaso su madre sabía que aquello pasaría? - Pero no pienso soportar tus groserías. Cuando me quieras ver sabes perfectamente en donde estaré.-Dijo de manera tajante Evarela, dio media vuelta y camino en dirección a la salida de los jardines de la Academia.

     

    -¡Déjalo así, no necesito nada de ti!-El grito desgarro la garganta de la joven, sus ojos se llenaron de lágrimas de rabia y su labio inferior temblaba levemente.

     

    La ahora Base, se veía a sí misma unos meses atrás negando con la cabeza su comportamiento. Pero seguía excusándose, si su madre le hubiese dicho la verdad desde el principio, seguramente su relación jamás habría sido de esa manera. Desde ese momento en específico el desamor hacia su progenitora se había vuelto mucho más fuerte y las peleas habían incrementado considerablemente.

     

    Ya no tenía el sentimiento de querer asesinar a su madre, la tristeza sobre su pasado la había abandonado y ahora solo quedaba un vacio en su pecho.

     

    ****

     

    Volvió sobre sus pasos hasta quedar de nueva cuenta en la torre de la Fortaleza, si bien todo era confuso sabía perfectamente que sus errores del pasado la convertían ahora en una mujer más fuerte. La convertían en alguien sin rencores viejos y sin resentimientos de ninguna naturaleza, ahora todo estaba claro. Suspiró silenciosamente y se dirigió a donde se encontraban sus compañeros.

     

    OFF:

     

    No se si teníamos que hacerlo :unsure: pero bueno...

    Dejo link a otro rol xDD es de mi tutoria de perfil Mortífago así que es nuevo nuevo *-*

    Rol

     

    Saludos!

  9. El sentimiento de sentirse invadida era abrumador para la Rubia, tendrían que pasar millones de cosas horribles antes de que algo así le comenzara a gustar y por su cabeza pasaban volando uno a uno todos sus recuerdos. Algunos que quizá, por el paso del mismo tiempo, había olvidado parcialmente y otros, que su mente se esmeraba por olvidar, seguían tan frescos como llagas abiertas.

     

    Sentía unas frías cadenas en sus manos y cuello, aquello más que una tutoría parecía una tortura descomunal y en cierta manera lo era. Su mente no dejaba de dar vueltas y un leve cosquilleo inundaba su estómago, de pronto se concentro y comenzó a bajar lentamente hasta quedar de pie en el gran comedor del Castillo Black.

     

    Castillo Black, seis meses atrás.

     

    -Cherry, ve a buscar a mi madre… tengo que hablar con ella.-Dijo la Rubia a su elfina personal, mientras mantenía en su rostro el entrecejo fruncido con gravedad.

     

    Leía silenciosamente El Profeta, observando cuidadosamente una foto de ella misma que estrechaba la mano de Galedra, su antigua jefa, quien le daba la bienvenida a su nuevo trabajo con un titular bastante pomposo y temerario: "El Departamento de Misterios recibe a nuevos talentos”.

     

    Aun era una simple estudiante de la academia y ya se le llamaba talento, nadie sabía nada de ella y era puesta como carne fresca en exhibición en una de las páginas centrales de aquel prestigioso diario. Diana no era más que una nueva pupila de ojos brillantes tratando de sonreír, una sonrisa que dejaba ver su inseguridad y asco por el escrutinio público.

     

    Evarela, su madre entro en el comedor mirándola fijamente. La miraba fría de su madre era lo que Diana llamaba “el momento incomodo entre ellas”, cerro el periódico y lo dejo sobre la mesa para tomar en su mano derecha la taza humeante de café. La llevo a sus labios y una vez que el líquido resbalo por su garganta, aclaró su voz y dijo:

     

    -Ya lo eh decidido, entrare a la Marca Tenebrosa.-La voz de la Banshee se notaba tranquila, quizá demasiado calmada como para dar semejante noticia.

     

    -¿Y bien? ¿A qué se debe esa decisión?-Dijo Evarela sentándose a su lado sin dejar de mirarla.

     

    -Bueno, como bien sabes ahora trabajo en el Ministerio de Magia y pronto me graduaré. –Contuvo el aliento- Necesito entrar de lleno a mi investigación en contra de los aurores que asesinaron a Gaspard y realmente siento la necesidad de pertenecer a la Marca.

     

    Su progenitora sabía perfectamente las penumbras que oscurecían el pasado de su hija y la miró sin decir nada unos segundos que parecieron horas.

     

    -Bueno, cuentas conmigo y tienes mi aprobación. Sé que serás una buena Mortifaga y que tus deseos de venganza te llevarán lejos… quizá hasta tu propia muerte, si es que tienes el coraje suficiente para entregar la vida por tu bando.-Exclamó la castaña a Diana y enseguida dio una mordida a su tostada.

     

    -Lo sé y estoy más que dispuesta.-Contestó firmemente la Ojiverde.

     

    Se levantó de su asiento mirando la taza vacía y salió del comedor, al salir una sonrisa se dibujo en su rostro. Una sonrisa que daba inicio a la nueva vida de Diana, una sonrisa que acumulaba el más puro terror y también la mayor alegría. Caminó hacia la entrada y salió del Castillo para dirigirse a su trabajo, la fotografía del diario ahora no era más que una visión de lo que ella no era en absoluto.

     

    ****

     

    Despertó de su recuerdo sobresaltada y confusa, ahora veía todo con claridad. Había cambiado tanto desde su llegada al mundo mágico que nunca lo había tomado en cuenta, ya no era la misma niña asustada que alguna vez pisó tierra Belga. Ahora se sentía completamente extraña, se dio cuenta de que se encontraba atada con fuerza sin poder hacer casi ningún movimiento y miró al Mortifago líder, sonrió para si misma y clavando sus ojos verdes en él enarco una ceja.

     

    -Apetitoso... realmente apetitoso.-Susurró la Banshee sin dejar de mirar al Triviani.

     

    OFF:

    Perdón por la tardanza u_u no vuelve a pasar ;D

  10. Un silencio abrumador que perforaba los oídos se hacía presente, solo dos compañeros más se habían presentado a la tutoría y uno de ellos era su propio hermano mayor. De vez en cuando la rubia tornaba sus ojos hacia el bosque que se encontraba rodeando la fortaleza y sentía un extraño presentimiento.

     

    Solo Afrodita sabía lo que acontecería a continuación, Diana no estaba del todo preparada pero sabía desde lo más profundo de su ser que tenía que aferrarse a sus ideales y dar todo de sí para lograr un buen estatus. Realmente era algo prudente el estar ahí?

     

    Sus pensamientos perdidos en los viejos árboles se vieron interrumpidos por la mortifaga líder, quien explicaba a detalle lo que tendrían que hacer. Sus manos se quedaron quietas tratando de no hacer notar su nerviosismo y su aliento se entrecortaba con cada palabra de la Malfoy. Viajarían por el tiempo hacia cualquier recuerdo que los perturbara, viajarían para saber más sobre sí mismos.

     

    Aaron fue el primero, con su porte galante daba un paso al frente hasta situarse en la línea marcada por la banshee y desapareció del lugar. Ahora era el momento de que Diana dejara los temores atrás y afrontara las consecuencias de dicha prueba.

     

    Con nerviosismo dio tres pasos desde su posición inicial y mirando fríamente la línea del suelo, se decidió a cruzarla. Miró por última vez a la bella rubia concentrándose en querer viajar al momento en que su madre, Evarela, la había dado en adopción y sintió que se desvanecía por el aire dejando la fortaleza atrás.

     

    *Bruselas, Bélgica. 20 años atrás.

     

    El frío helado de la ciudad de Bruselas que avecinaba el invierno, se estrello de lleno en su pálido rostro. Las campanas de una iglesia cercana repiqueteaban en lo alto del cielo nublado dando aviso a los creyentes de que era hora para la misa. Debía de ser lo bastante temprano como para que las calles se encontraran prácticamente vacías y el aire emitía un furioso chiflido por doquier.

     

    De pronto, fijándose detenidamente en la mujer que se encontraba a escasos metros de ella, se dio cuenta de que se trataba de su madre Evarela. Un vuelco al corazón hizo que la joven Black se estremeciera al verla, ella por su parte permanecía con la mirada fija en algún punto. En los brazos llevaba un pequeño bulto enérgicamente protegido de las inclemencias del tiempo con una manta de color esmeralda, ahí en los cálidos brazos de la Black se encontraba nada más y nada menos que Diana.

     

    Un sentimiento inexplicable se apoderó de la rubia quien permanecía en silencio sepulcral mirando a su progenitora. La causa por la que había sido dada en adopción la perseguía desde la muerte de sus padres adoptivos, la razón era un secreto que pronto se descubriría.

     

    -¡Ahí está la Black, deténganla!-Decía un individuo situado a espaldas de Diana, ésta a su vez lo distinguió como un auror por la odiosa manera de cubrir su rostro con una luz blanca, como si trataran de cubrir algo puro.

     

    Evarela corrió por las calles empedradas de la ciudad hasta quedar de frente a una edificación que recordaba a un antiguo colegio, dejo a la pequeña criatura que hasta hace unos momentos había permanecido en sus brazos y adjunto a ella una carta. Un tierno beso, dado a Diana en su forma de infante, fue todo lo que alcanzo a distinguir antes de que la bruja desapareciera.

     

    La rubia se acercó lentamente hasta quedar a centímetros de ella misma, levanto la carta y leyó detenidamente. En esta se veía explicada la cuestión del porque tenía que abandonar a su hija, perseguida por aurores durante días, Evarela no temía por su propia seguridad… temía por la de su hija recién nacida y había tomado la decisión de abandonarla.

     

    Sorprendida, Diana giro sobre sus talones y avanzo por la calle. El motivo de su abandono no era por falta de amor de parte de su madre, ella solo la había protegido. El aire se volvía menos frío con cada paso que la ojiverde daba y de pronto se encontró de vuelta en la torre de la fortaleza.

     

    *Fin del viaje en el tiempo.

     

    Se encontraba totalmente perdida en sus pensamientos cuando volvió a mirar los ojos de Afrodita, jamás hubiese pensado que aquel pasaje de su vida podría verlo por ella misma algún día. Sus manos temblaban levemente al darse vuelta para dirigirse a donde Aaron se encontraba, sus ojos atónitos aún tendrían grabadas en ellos las palabras de la carta de su madre y su corazón latía fervientemente. Ya no tenía razones para odiar a su madre...

     

    OFF:

    Perdón por la tardanza u_u

    EDITO:

    Dejo link a un rol posterior a mis correcciones n_n

    Rol

  11. La expresión de aquel mago dejaba pensando a la rubia en cómo serían las siguientes horas, dejaba sus pensamientos flotando en una nube oscura preguntándose miles de cosas y su corazón latía de emoción ante los posibles peligros que se avecinaban.

     

    No temía, era algo raro en ella ya que hasta hace unos años había sido una joven llena de inseguridades. Una bruja habitando el mundo muggle tratando de ocultar su verdadera naturaleza, ocultando, siempre ocultándose.

     

    Ante la presencia de sus compañeros era casi imposible tratar de pasar desapercibida, su cabello rubio y sus delicadas facciones parecían fuera de lugar en aquel recinto y lo sabía. Era tan atronadora la voz del mago a cargo de la tutoría que, si no fuera porque Diana se encontraba armada con su varita, aquello le hubiera proporcionado escalofríos recurrentes. Un hechizo se dirigía ahora en su dirección y la de sus compañeros, un hechizo potente de lectura de mente que no dejaba ningún margen de defensa y que al instante impactó en ella.

     

    Bruselas, Bélgica dos años atrás.

     

    Diana no era más que una joven de inquietante belleza caminando con rumbo a casa de Gaspard como cualquier tarde, sus manos siempre gélidas llevaban un paquete envuelto en papel café recién recibido en el correo muggle. Sus pasos se mezclaban con sus pensamientos sobre su creciente amor por Gaspard, un ser sin magia que había sido su mejor amigo a lo largo de los años y que ahora se convertiría en su prometido. El no conocía el lado mágico de ella y sabía que no podía esperar por mucho tiempo más para contarle la verdad sobre su persona.

     

    Sus pensamientos de júbilo y nerviosismo se vieron de pronto empañados por una multitud que se abalanzaba hacia el final de la calle a donde se dirigía la ojiverde. Frunció el ceño alzando levemente su rostro para ver lo que pasaba a unos cuantos pasos de ella, la multitud clamaba auxilio para un joven herido. Se aproximó aún mas para ver lo que atraía a tanta gente y fue cuando su corazón dejó de latir, ahí tendido en la acera se encontraba él. Sin poder respirar normalmente se acercó lentamente al castaño, se arrodillo a su lado y pudo ver la causa de su dolor.

     

    Unas heridas en forma de llagas se extendían por el pecho del joven dejando escapar lo que a Diana le parecieron ríos de sangre, él la miró, contemplaría por última vez sus perfectos ojos verdes y sonrió tratando de aminorar la tristeza de la rubia.

     

    -Tienes que dejar de temerle a la vida, vive, sé fuerte...-Dijo entrecortadamente el hombre llevando su mano derecha al rostro pálido de Diana en donde las lágrimas comenzaban a deslizarse.

     

    -Lo haré…-Musitó la rubia viendo como el último aliento de Gaspard abandonaba su cuerpo, se puso en pié tirando el paquete en donde se encontraban los anillos de compromiso y volvió a caminar con dirección a su casa. Estaba decidida, dejaría el mundo muggle atrás para exiliarse dentro de la magia a buscar las respuestas que desde hace mucho tiempo la intrigaban.

     

    Los murmullos de la gente ahora se dirigían hacia ella, no podían creer que si lo conociera lo hubiera dejado ahí muerto. La verdad era que Diana sabía que aquellas heridas hechas con una varita mágica no sanarían de ninguna manera con métodos muggles. Delante de ella se encontraban dos figuras robustas con la cara cubierta por una especie de luz blanca aguardando en posición de ataque a cualquier movimiento de la bruja.

     

    Ya no era aquella niña asustada, las palabras de Gaspard le habían abierto los ojos y ya no tenía nada de que temer. Si en ese instante los hombres decidían darle muerte, ella la enfrentaría sin más preámbulos y con el coraje a flor de piel, ahora sus lágrimas no eran por la reciente pérdida de la persona más importante en su vida, esas gotas de agua salada cargaban rabia.

     

    ****

     

    Llevó una de sus manos a su rostro, aquel recuerdo que la había perturbado durante los pasados años se volvía a hacer presente una vez más. Apretó los dientes mirado con creciente enojo al demonio responsable de traer desde lo profundo de su mente aquella memoria y calló tratando de recuperar el aliento.

     

    Los recuerdos de esa tarde junto con sus demás recuerdos sobre aquel incidente creyó que jamas volverían a aparecer y sin embargo se encontraban recientes como pintura fresca, como una herida expuesta no curada, como el tormento que siempre habían sido.

  12. Una lechuza había interrumpido la lectura parsimoniosa de Diana, una carta junto con un mapa habían hecho arribo sujetas de una de las patas del ave y la joven inmediatamente las tomó. Se trataba del mensaje que tanto esperaba, las tutorías de la Marca Tenebrosa habían comenzado en lo que parecía ser una de las torres de la Fortaleza Oscura. Sin más preámbulos se levantó del sillón de tapicería azul que adornaba una de las esquinas de su habitación en el Castillo Black y se alisó el vestido negro de mangas largas que portaba, se acercó silenciosamente a la cama en donde su amado Frederick todavía dormía y alumbrada, solamente por la lámpara de lectura que le había hecho compañía en sus aventuras junto a Batilda Bagshot, beso dulcemente la frente del castaño en forma de despedida.

     

    Cerró la puerta con cuidado para no perturbar el sueño de los demás habitantes del castillo y bajo al recibidor de donde desapareció dejando el silencio de la noche atrás. Una vez que llegó a su destino, las afueras de la fortaleza, visualizo con su verde mirada el pergamino con indicaciones casi exactas de cómo proseguir. El mapa mostraba cientos de pasajes y habitaciones, escaleras y calabozos completaban el plano que trazado con perfectas líneas ubicaban una de las torres más altas. Levantó la vista para ver si podía verla desde su posición actual y en efecto, reconoció por el plano la abandonada habitación a la que su presencia tenía que llegar.

     

    Entró por la puerta de la fortaleza solitaria, que al ser empujada con sus finos dedos produjo un ruido aterrador de abandono. No conocía a la perfección dicha estructura, parecía una edificación antigua y llena de secretos, sin embargo sabía que pocos eran los que se aventuraban a pasar por aquellos pasillos sin salir heridos. Subió una larga escalera de caracol que le entrecorto la respiración, el aire se volvía cada vez más pesado con cada paso que daba, su piel pálida debajo de su vestido y su túnica de viaje temblaba levemente debido al frío y sus labios que conservaban el tono carmesí intacto se encontraban secos.

     

    Una puerta de donde salían lo que parecían ser gritos de dolor captaron su atención al final del pasillo que conducía a la escalera en donde se encontraba, recorrió lentamente dicho pasillo y se situó a solo un paso de aquella puerta. Un auror en la fortaleza siendo torturado o quizá un muggle, sea lo que fuese estaba sufriendo de manera descomunal lo cual hizo aparecer en el rostro de la rubia una sonrisa.

     

    Giró sobre sus talones y continuó su recorrido mirando una vez más el mapa, de acuerdo con el señalamiento tendría que subir una larga escalera que se encontraba partida por la mitad, un salto no sería suficiente para cruzarla, tendría que aparecer en la cima de la escalinata y sin dudarlo se dispuso a hacerlo. Al aparecer de nueva cuenta, el entorno que observaba era totalmente diferente al que desde abajo pudo apreciar. Ahora se encontraba rodeada por habitaciones de grandes puertas de madera con candados y cadenas cerrándolas, frunció el ceño al saber que algo andaba mal pero no podía volver sobre sus pasos para detectar el error. Llevó una vez más su mirada al pergamino, el camino había cambiado. Ahora tenía que cruzar por la última puerta del pasillo oscuro y saco su varita para alumbrar sus pasos.

     

    -¡Lumos!-Entonó y la punta de la varita se encendió con una estela blanca.

     

    Caminó fijándose muy bien en donde pisaba, en el piso se encontraban hoyos profundos y manchas de lo que parecía ser sangre. Llego finalmente a la puerta marcada y la atravesó, lo que considero una habitación no era más que la entrada hacia otra escalera de caracol por la que subió mordiendo levemente su labio inferior. Una puerta mas y llegaría a su destino.

     

    Con un nudo en la garganta empujo la puerta haciendo chirriar las viejas bisagras y atravesó el umbral para encontrarse finalmente con su tutora y con uno de sus hermanos, si bien no esperaba encontrarlo ahí se alegro de verlo, sin embargo dejo las cuestiones familiares de lado y se dirigió a la bruja de mirada azul.

     

    -Buenas noches es un placer, mi nombre es Diana Ravenclaw Black y se me ah hecho llegar esta nota-Dijo a la mortifaga tranquilamente. -Supongo que usted es Afrodita Malfoy.-Apuntó la rubia mirando directamente los ojos azules y profundos de su tutora. Estaría bajo la tutela de una Malfoy, a su madre le hubiese encantado ver eso. Sin decir más se retiro hasta quedar junto a Aaron y cuando capto su mirada guiño uno de sus ojos saludándolo.

  13. Siniestra y atemorizante eran las palabras perfectas para describir aquella noche, estrellas casi opacas perfilaban a lo largo del manto estelar y el aire helado azotaba quedamente en la Fortaleza Oscura. La bruja había estado allí anteriormente como parte de algún ejercicio que ahora su mente se empecinaba en borrar, todo era igual a como lo recordaba. Las grandes puertas de entrada albergaban cientos de historias de gloria, derrota, desesperación y triunfo.

     

    Un estruendo perturbo la apacible soledad del lugar cuando una joven de profundos ojos verdes hizo arribo; se trataba de una banshee, un ser comparado con divinidades de excelsa belleza casi increíble, sin embargo, sumamente mortal. Diana no gustaba de aquel tipo de lugares, prefería mil veces rodearse por la aristocracia que reinaba en los castillos y mansiones de Ottery. Su semblante se torno frío y austero como de costumbre dando la apariencia de fortaleza y valor, el tatuaje en su antebrazo izquierdo ardía levemente en su blanquecina piel y con la palma de su diestra lo recorrió delicadamente; camino en dirección a las puertas de la edificación, el silencio era tan abrumador que la misma mujer podía escuchar la hierba que crujía debajo de sus pies mezclada con su respiración entrecortada.

     

    Entro como una brisa solitaria a los confines de la estructura y observo todo detenidamente fijándose particularmente en la dama de hierro, un artilugio sádico de la inquisición que permanecía de pie ocupando un espacio casi inconcebible. Hubiese preferido escapar de inmediato a tener que volver a mirarla y con un bufido que resoplo desde lo dentro de su ser, se encamino hacia su tutor y sus compañeros los cuales aguardaban en el último piso, esperando no tomar mucha atención a la demás decoración del lugar.

    OFF:

     

    1. ¿Cuáles son los rasgos principales de cada uno de sus personajes? Bueno pues las características de mi personaje, Diana, se resumen a que es una bruja temperamental de carácter fuerte y de poca expresión de sentimientos. Es fría con los que la rodean y siempre se siente superior a los demás, cree tener siempre la razón y nunca pide una disculpa aunque haya tenido la culpa. Es una mujer refinada y de modales impecables debido a su educación. Aunque no lo muestre seguido, es temerosa y sensible pero esos rasgos pocas veces los da a conocer.

     

    2. Para cada uno, ¿Qué es ser mortifago? Con respecto a esta pregunta, pienso que el ser mortifago es respetar la pureza de la sangre sobre todas las cosas. Es querer ser mejor que los demás en toda circunstancia y meta, es ser respetado y honorable por causas justas como por decir, ser miembro del Ministerio de Magia y ocupar un cargo importante. Es deber fidelidad a tus compañeros y saber que cuentas con ellos por cualquier problema que llegues a tener.

     

    Saludos!

  14. Rol 1

     

    Los ojos de la banshee se acostumbraban a la creciente claridad del amanecer, sus pupilas se dilataban conforme avanzaba hacia el lugar predispuesto para sus recientes tutorías de duelo y un sentimiento siniestro se apoderaba de ella. Conocía a su tutor designado, tal vez menos de lo que hubiese querido, pero al menos sabía con quién o con qué clase de persona trataría.

     

    Se encontró sola en un terreno boscoso, tal vez los demás ya habían partido hacia otro lugar. Miró a su alrededor y capto lo que eran unas figuras adentrándose en una especie de formación rocosa, hasta donde la rubia tenía entendido, los límites de aquel bosque se encontraban prohibidos si es que no querías sufrir una muerte por demás dolorosa. Movió sus pies, movió todo su cuerpo para alcanzar a las personas que prácticamente marchaban hacia aquel lugar sin temor alguno.

     

    Cuando se encontró detrás del grupo supo que entre los presentes se extendía un sentimiento de miedo y pánico, al pensarlo así no cabía la menor duda de que la tarea sería difícil y frustrante en muchos de los casos, mas no se apresuró a nada y desfilo detrás con su varita firmemente sostenida por su mano derecha. Estaban entrando a un laberinto, lo reconoció ya que las paredes asemejaban a un lugar del que pocos habían podido salir, los que lo conseguían tal vez habían logrado la fama o el reconocimiento público del mundo mágico… los que no, quizá habrían muerto.

     

     

     

    OFF:

    Pregunta: ¿Por qué los hechizos no se pueden evitar con movimientos? Bien se podría correr o esquivar no? Siempre eh tenido esa duda.

    Duelo Duelo 2

     

     

    Rol 2

     

    El vampiro guía caminaba parsimoniosamente por el camino marcado, se notaba en él un dejo de nostalgia, quizá se debía a que ya anteriormente se había encontrado con ese escalofriante laberinto. Iba relajado asiendo su varita levemente, un segundo después de que captó la atención de la mortífaga encendió su varita con un potente hechizo básico. Ilumino lentamente el camino oscuro en su totalidad, la ojiverde no se atrevía a preguntarse por qué si afuera de aquel lugar amanecía de manera súbita en ese territorio todo se encontraba en penumbras.

     

    Caminaron casi sin sentido dirigidos por Hades, los latidos del corazón de Diana podrían haberse escuchado a lo largo de la caminata sin embargo y pese a su consentimiento, estos solo eran escuchados por ella en sus propios oídos.

     

    Una habitación de altos techos iluminaba una extraña parte del laberinto, se podía notar la refrescante humedad de una fuente y el olor a comida inundo los sentidos de todos los magos casi instantáneamente. Un descanso, acaso necesitarían de ello? Tan tortuoso se avecinaba su destino? La rubia no dudo y se aproximó detrás de una joven para tomar de la gran mesa de aperitivos un emparedado de lo que parecía langosta. Su primer bocado era excelso, anteriormente había comido esa clase de manjar pero esta vez era totalmente diferente.

     

    Repasó con sus ojerosas orbes todo el lugar, ángeles… aquello era demasiado extraño, un montón de mortifagos asesinos y mortales por naturaleza rodeados de esas figuritas armoniosas y pacíficas contrarrestaban lo que alguna vez la joven se atrevió a pensar sobre el lugar en donde se encontraban.

     

     

     

    OFF:

    No entiendo la regla 4 de cárceles, se supone que si son 2 los que están en contra de las defensas porque se toma 30 minutos? Y esto: “Si al cabo de 1 hora de realizado el primer post las barreras rolísticas que tengan las cárceles no han sido superadas, éstas quedarán automáticamente eliminadas mediante un sortilegio.” Osea como e_e… si roleas nada mas una vez y pasa una hora las defensas desaparecen solas?

    Es todo xDD

     

     

    Rol 3

     

    Después del descanso el grupo se apresuró a seguir su camino, ahora era la rubia la que se encontraba sorprendida por el júbilo de sus compañeros de querer seguir en aquel lugar. El tutor, había logrado observar el rostro de cada uno de los asistentes y cuando sus ojos chocaron con los de Diana, ella en un intento de querer dominar la fuerte mirada del vampiro perdió la razón por escasos segundos. Que era lo que pasaría a continuación? Solo Hades lo sabía…

     

    Se encamino altivamente hacia una de las puertas, esta crujió de manera repulsiva como si su descanso de miles de años se viera perturbado. La Ravenclaw avanzó con paso seguro casi pegada a la espalda del mago y sus ojos se asombraron de lo que detrás de la puerta encontraban.

     

    Una selva, una selva totalmente armada como si se tratara de una escenografía perfecta se encontraba a escasos dos pasos de la banshee y nada tenía sentido para ella. Una anaconda engullía ferozmente una pequeña criatura que ya no podía moverse debido a la asfixia anterior, una sonrisa se dibujó en el rostro de la joven y en cuanto noto el movimiento de uno de sus compañeros esta desapareció casi al instante, ni una estela de la sonrisa de regocijo quedo en el ahora gélido semblante de la mujer.

     

     

     

    OFF:

    Porque si el Absorvere es hechizo para Tempestad existe un apartado que muestra como lo pueden usar los Base? “Base: Rompe un hueso o conjunto de huesos pequeños. Afecta a 1 rival.” Es mi única duda

     

     

    OFF: Tareas entregadas profe, leí todo lo que tenía que leer y puse mis dudas. Saludos a todos!EDITO: agregue el link a mis duelos en la primer tarea.

  15. Había tomado asiento en una de las sillas predestinadas para las visitas de su ahora jefa, leía minuciosamente el pergamino que esta le había otorgado y en su cabeza pasaban miles de pensamientos, vivencias y experiencias a lado de la Malfoy. Era escalofriante verla en aquel papel de suma inquisidora, la Sheyla que Diana conocía era totalmente diferente a la dama de hielo que se encontraba ahora frente a ella y su compañera.

     

    Leyó cuidadosamente el pergamino tratando de concentrarse lo mas que pudo en ello, era inútil, sus sentidos estaban perplejos observando a la banshee que daba instrucciones parejas a las dos presentes. De repente nombró algo sobre una entrevista, un intercambio de palabras que resultarían tanto perjudiciales como atinadas. La Ravenclaw obviamente se sentiría alagada de ser ella la que tomara la participación en aquella tarea y en seguida se ofreció para ello.

     

    -Yo me haré cargo de la reunión con el gabinete... jefa.-Dijo claramente dudando un poco en usar la ultima de sus palabras para dirigirse de esa manera a Cygnus.

     

    Tomó sus cosas y se dirigió a su nuevo escritorio en donde la insignia antes descrita por la Malfoy se encontraba tintineando reluciente, en ella vio su nombre grabado perfectamente con el titulo de Alta Inquisidora y el logotipo del Ministerio de Magia, hasta ese momento en que con sus delicados dedos acomodo la placa en su saco de vestir todo le había parecido irreal y sumamente extraño. Era oficial, ahora era la nueva alta inquisidora del ministerio bajo las ordenes de una muy cambiada Sheyla Malfoy.

  16. Una vez mas la academia de Magia y Hechicería celebraba la graduación de los alumnos, enfundados con las mas elegantes ropas todos se disponían a arribar al gran salón llenos de alegría. Los colores de las diferentes casas adornaban lo ancho y largo del recinto, las copas llenas de licores enervantes y sutiles colores resplandecían debajo de las tenues luces y los alumnos e invitados al evento parecían sumamente felices.

     

    La rubia entro por las puertas acompañada de su elfina personal, Cherry, quien llevaba dos importantes regalos para dos importantes amigos de la Mortífaga. Su vestido color arena resaltaba su palidez casi sobrenatural y su fino cabello rubio se encontraba recogido en un moño en lo alto de su nuca. La mayoría de las veces, Diana no se esforzaba por conseguir un look elegante, era un instinto que ya traía consigo de parte de su madre y que la hacía distinguirse en cualquier lugar.

     

    Se levantó sobre sus puntas para apreciar mejor los rostros de los ahí presentes y enseguida reconoció a Ethiane, su amiga se mostraba hermosa y sobria con un vestido espectacular de color negro que acentuaba sus delicados rasgos. Diana sin mas preámbulo avanzo hacia ella con Cherry siguiéndola de cerca.

     

    -Ethiane, felicidades amiga!-Dijo abrazando a la recién graduada.-Tengo un presente para ti, no es mucho, simplemente un detalle que espero aprecies.-Las manos de la rubia pidieron a la elfina la pequeña caja que contenía un hermoso anillo de esmeralda mandado a hacer especialmente para ella.

     

    -Irá perfecto el color con la cinta de tu diploma... te veré después querida, tengo que encontrar a tu amado primo.-Esbozó la rubia fijando su vista en los ojos de Ethiane en señal de complicidad, sabía que la joven bruja era ahora aspirante a mortifaga y de ahí el distintivo color del obsequio.

     

    Al dar vuelta se encontró con un elfo doméstico que brindaba copas a los magos y brujas, notó como este inclinaba la cabeza ante ella y una sonrisa se difundió por su rostro. No era precisamente mala con los elfos, simplemente eran sirvientes y nada más. Tomó una copa cristalina que contenía vino tinto, a Diana le encantaba tomar ese tipo de licores finos y sin agradecer al elfo siguió su camino con el líquido en mano. Mojó delicadamente sus labios con aquel riquísimo néctar de dioses paganos y sus ojos captaron a la persona que quería encontrar.

     

    -Mathias! Amigo mio, muchas felicidades por tu graduación.-Dijo sutilmente acercándose al mago para abrazarlo.-Tengo para ti un pequeño regalo por esta importante ocasión.-Una vez mas Cherry otorgaba a la bruja una pequeña caja, ahora con un fino reloj de bolsillo de oro puro, elegante y recatado, perfecto para el caballero a quien se le regalaba.-Bueno espero te guste, en esto de los regalos no soy muy buena. -Su sonrisa acompañó cada una de sus palabras y dando otro abrazo a su amigo se dispuso a dirigirse a la mesa de aperitivos.

     

    OFF:

    Muchas felicidades a todos! En especial a mis amigos Ethiane y Jorge *o* los quiero mil! ya quiero verlos en la Marca :cry: *loa abraza en off* Saludos a todos!

  17. Hola, después de que cerraran las tutorias de la mini en donde estaba vengo a dejar mi inscripción aquí para ver si me pueden incluir con algún tutor, mi nivel es principiante ya que no se casi nada de asaltos y redadas. Bueno nada mas venia a inscribirme, espero que pueda quedar en el grupo de Hades ya que con el tenía las tutorias en la mini.

     

    Saludos!

  18. Oficina de Inquisidores.

     

    Su cambio de departamento le daba un segundo respiro de aire nuevo a la rubia, quien se encontraba conjurando sus pertenencias para que se metieran en un pequeño baúl flotante. Tomó su abrigo del perchero y con una floritura de su varita levitó el baúl detrás de ella por el corredor. El rostro de los presentes en el departamento de misterios daba a la rubia una importancia desmedida que no podía explicar, si bien era la sobrina de la jefa de la oficina eso no explicaba la sorpresa de su ansiedad por el cambio.

     

    Se dirigió rápidamente y con paso firme hacia el ascensor con varita mágica en mano y abrigo de piel en la otra, enarcó una ceja al ver de lejos a sus ahora antiguos compañeros y retiró su altiva mirada de ellos en un gesto de repulsión.

     

    Llego pronto a la segunda planta en donde se encontraría con otra especie que no era mucho de su agrado, sin prestar mucha atención a las miradas ajenas pasó directo a la oficina de inquisidores y llamó a la puerta tres veces antes de que una voz femenina y sumamente conocida la animara a entrar.

     

    -Buenas tardes, mi nombre es Diana Ravenclaw Black y soy la nueva empleada asignada a esta oficina.-Dijo firmemente la ojiverde a su interlocutora quien se mantenía de cara a la pared dando la espalda a Diana.

     

    OFF: Por fin me paso sis, digo jefa :blink: jajaja saludos a todos!

  19. Sala de los espejos

    Rol con Galedra, Artemis, Dangelin, Neos, Addison y Leah

     

    Como habría de esperarse, la situación en la sala de espejos dejo conmocionada a la rubia quien se pasaba en ese instante un dedo por sus labios rojizos. El presenciar que Galedra, su tía, tuviera misterios ocultos en su vida le parecía sumamente normal. A tal grado que cuando esta se dirigió a hablar con uno de los espejos de mayor tamaño resopló y la miró fijamente.

     

    Algo en todo el asunto no cuadraba del todo bien; Neos, uno de los empleados que acompañaban en la misión se notaba sumamente interesado por visualizar los recuerdos de la jefa lo cual hizo dudar a la ojiverde sobre sus razones para encontrarse ahí presente.

     

    -Tranquilo, pareces un niño pequeño esperando dulces...-Le dijo a Neos con un susurro para que solo el oyera y lo fulminó con una seca mirada.

     

    El momento había llegado, Galedra había hablado al espejo y este comenzaba a emitir un sordo sonido que inundaba los oídos de los presentes, o al menos eso creía Diana quien una vez mas miraba la espalda de su jefa esperando una reacción.

     

    Laboratorio

    Rol con Artemis y Dangelin

     

    Aquella sombra no era del agrado de la rubia, se había enfrentado a miles de tipos diferentes de espectros en toda su vida y sabía que la mejor manera de dirigirse a un ser no materializado en carne y hueso era despreciándolo y haciéndolo menos.

     

    Las palabras de Denisse no significaron nada para la bruja que en seguida de que comenzó a hablar dirigió su vista hacia otra parte, evitar el contacto visual con los demonios y manifestaciones mágicas era elemental. Cuando la sombra se marcho entre un remolino de gritos e insultos hacia la ojiverde, esta se aproximó a Dangelin mirándola fijamente.

     

    -Lo vez, esa es la manera de tratar con algo sobrenatural. Es una lástima que con los conocimientos adquiridos en este departamento todavía no lo hayan aprendido...-Dijo con tono sereno a Dangelin que la miraba con un dejo de odio.

     

    Al terminar de hablar, Artemis se aventuro a expresar lo que creía conveniente en ese instante. Diana no tomó por sorpresa la represalia de la bruja, la escuchó atentamente y cuando hubo terminado soltó un suspiro profundo ante el desagradable comentario final de Artemis.

     

    -Bueno Artemis, tal parece que tu sigues pensando que esto es un juego... bien tómalo como quieras y si mal no recuerdo, fue tu idea el abandonar el laboratorio así que mantente fiel a ello y ve a investigar a San Mungo.-Exclamó seriamente.-Yo me quedaré aquí con Dangelin, para ver si en la vacuna que se suministra encuentro pistas para tratar su mal.-Ahora la mirada de la rubia se dirigía a Dangelin esperando que de una vez por todas diera su brazo a torcer por su bien y el de la investigación.

     

    -Lo siento mucho si te ofendí o me porte muy dura contigo Dangelin, pero créeme que es por tu bien... vamos dime los ingredientes de tu vacuna y enseguida te preparare una buena dosis, lo sucedido te dejo mala cara.-La voz de Diana ahora sonaba sinceramente preocupada por su compañera, anteriormente había ayudado en una investigación parecida en una de sus familias y sabía que tenía que tratar con tacto a la persona afectada.

  20. Hola, vengo a pedir mis cambios. Le agrego color a las letras, agrego fotografía del personaje, conocimientos especiales y otros datos. Espero todo este bien. Saludos!

     

    http://i1194.photobucket.com/albums/aa366/Diana_Rove/ficha-1.jpg?t=1331750458

     

    Nombre del Personaje: Diana Ravenclaw Black

     

    Sexo: Femenino

     

    Edad: Joven.

     

    Nacionalidad: Nacida en Bruselas, Bélgica.

     

    Familia(s):

    * Ravenclaw

    * Black

     

    Padre(s) Sanguíneo:Keaton Ravenclaw Black Lestrange y Evarela C. Black Haughton

     

    Padre(s) Adoptivos: Arturo y Gabriela Vera**

     

    Trabajo: Departamento de Misterios. Oficina Creadora de Hechizos y Pociones. Aprendiz

     

    Poderes Mágicos:

     

    Rango Social: Unicornios de Bronce.

     

    Bando: Neutral

     

    Rango dentro del Bando: ---

     

    Nivel de Poder Mágico: --

     

    Puntos de poder en objetos: 20

     

    Marca

    Hechizos adicionales: --

     

     

    Puntos de poder en criaturas: --

     

    Marca

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

     

     

    Habilidades Mágicas: --

     

    Conocimientos Especiales:

    -Pociones

    -Artes Oscuras

     

    Perfil del Personaje:

     

    Raza: Banshee

     

    Aspecto Físico: Diana es una joven de cabello rubio, de una tez increíblemente blanca que da un aspecto enfermizo, sus ojos son verde agua y debajo de ellos aparecen severamente marcadas unas ojeras, tiene el rostro afilado y labios muy delgados. De apariencia elegante y seductiva, Diana, debe su atractivo para con los hombres al tipo de su raza.

    Siempre viste recatadamente, gusta de colores oscuros en sus prendas así como accesorios discretos. Mantiene una afición por la moda muggle desde su adolescencia en Bélgica lo cual la hace sumamente caprichosa al escoger prendas de vestir.

    Su semblante siempre es serio y pocas veces sonríe, tiene pequeños dientes y sus caninos le dan aspecto vampirézco cosa que ella detesta. Es una chica sumamente delgada y frágil con finas manos y dedos, mide 1.70 de estatura.

     

    Cualidades Psicológicas: Diana paso de ser una chica totalmente recatada y tímida a ser extrovertida e inquieta, siempre deseosa por experimentar y aprender cosas nuevas aunque todavía tiene temor a la soledad y al vacio. Sus padres la educaron en los mejores colegios hasta el día de su muerte otorgándole una elegancia autentica y sobriedad inigualable hecho que lleva a Diana a esconder su verdadera personalidad debajo de un semblante frio y austero.

     

    Es buena amiga y confidente, guarda pocos secretos y se deja guiar por lo que le dicen sus sueños. Le preocupa poco lo que piense la gente de ella ya que siempre la ven como una tirana de poco corazón, siempre carga con su caja de runas y con un anillo de diamante azul muy raro que pertenecía a su padre adoptivo.

     

    Historia: Como cualquier historia de desamor , la historia de Diana se encuentra llena de dramatismo, lágrimas y soledad. Gaspard, su antiguo novio, al que conoció a la tierna edad de 4 años vivía en frente de la casa contigua a la de Diana y siempre la veía jugando con las flores de su hermoso jardín. Ni un solo día se separarían desde ese momento hasta la trágica muerte de él en una redada a manos de unos misteriosos aurores quienes al intentar atrapar a un par de mortífagos habrían lanzado un potente hechizo contra el muchacho dejándolo mortalmente herido.

     

    Lamentablemente quedo huérfana a la edad de 16 años debido a que sus padres adoptivos, Arturo y Gabriela Vera, murieron hace ya un par de años dejando a Diana bajo la tutoría de la hermana de su padre adoptivo, Hilda Vera; quien la manda al colegio de Magia y Hechicería para que aprenda a controlar los poderes aun ocultos herencia de sus padres biológicos.

     

    Diana siempre ha creído que sus padres Arturo y Gabriela son sus padres biológicos así que su tía Hilda jura mantener el secreto hasta que Diana por su cuenta descubra la verdad, afortunadamente su tutora la tiene en un alta estima ya que convive con ella desde que era una bebe, regala a Diana antes de partir un anillo con un diamante azul herencia de Arturo el cual Diana porta todos los días.

     

    Desde pequeña ha tenido chispazos con la magia pero nunca se han presentado por completo sus dones, Diana nunca se ha preguntado el porqué de su acercamiento con la magia porque sus padres eran sumamente comprensivos y amorosos con ella. Arturo y Gabriela adoptaron como su única hija a Diana al encontrarla en un orfanatorio de Bélgica lugar en donde nació, sus padres biológicos (Evarela y Keaton) la abandonaron por su propia seguridad con tan solo 8 meses de nacida, se desconoce el motivo del porque la abandonaron.

     

    A la edad de 9 años le empezaron a llamar la atención el arte de las runas y la adivinación, su padre Arturo le regalo un libro con los significados de los sueños que guarda con recelo debajo de su almohada y muchas veces se guía de aquellos sueños para su vida diaria.

     

    A la edad de 19 años viaja a Londres a petición de los directores de la academia de Magia y Hechicería y su padre biológico, Keaton, se encarga de encontrarse con ella un día de invierno en el que la historia de Diana cambia para siempre siendo de que Keaton le pide mudarse al castillo de la Familia Ravenclaw junto con él para rescatar la relación padre e hija a lo que la rubia contesta sin dudar con una aceptación.

    Pocos días después se encuentra con una carta de su madre biológica Evarela y decide juntarse con ella en el castillo de la Familia Black dando así a Diana su segundo apellido con todas las de la ley. El encuentro si bien no fue de gran alegría, despejo de la ojiverde grandes dudas que tenia acerca de su pasado al escuchar de Evarela la historia del porque fue dada en adopción.

     

    Pertenencias:

     

    Objeto Magico Legendario: --

     

    Objetos Magicos:

     

    Objeto 1: Varita 25 cms, madera de abedul, rígida, núcleo de corazón de dragón.

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20 puntos

     

    Mascotas y Criaturas: --

     

    Criaturas en la Reserva: --

     

    Elfos:

    * Cherry, elfina.

     

    Licencias, Tasas, Registros:

     

    Licencia de Aparición: --

    Licencia de Vuelo de Escoba: --

    Registro de XXX:

    - Registro de elfo: Link

     

    Otros Datos:

     

    Otros datos: Su patronus tiene forma de Cuervo.

    Es sumamente apegada a su padre Keaton.

    Solo sus padres saben sus intenciones de pertenecer a la Marca Tenebrosa.

    Cronología de cargos: --

    Premios y reconocimientos: --

     

    Links de Interés Referentes al Personaje:

     

    Link al Perfil de Comprador MM: --

    Link a Bóveda Personal: Bóveda 94804

    Link a Bóveda Trastera: --

    Link a Bóveda de Negocio: --

    Link a Bóveda Familiar 1: Familia Ravenclaw

    Link a Bóveda Familiar 2: Familia Black

     

    EDITO: Le quite las comillas porque se veía feo jaja *dejo bombones*

  21. SALA DE REUNIONES

    Rol con Galedra, Adisson, Dangelin, Neos, Artemis y Leah

     

    Mientras mas tomaba de su té mas se iba relajando dejando las preocupaciones para después, quizá sentía que se podía dar el lujo de relajarse unos cuentos minutos. Pero una vez que Galedra abrió la boca y despotricó en contra de las acusaciones de Neos, la relajación se evaporo de su pecho mas rápido que un latido de su propio corazón.

     

    -Bien si eso es lo que quiere enseñarnos, de acuerdo.-Dijo la rubia mirando a su tía a los ojos con gesto preocupado. Seria Galedra capaz de enseñarles a los empleados ahí reunidos sus mas profundos pensamientos o tal vez había saboteado su propia mente para enseñar lo que ella quería que ellos vieran.

     

    Se rezagó del grupo a pasos lentos y cuando quedó junto a su jefa la volvió a mirar con el rabillo del ojo.

     

    -Que pasa Galedra, en serio nos dejaras ver dentro de tus recuerdos?-Dijo con una voz lo bastante alta para que nada más la pelirroja la escuchara.

     

    Laboratorio después de la reunión

    Rol con Dangelin y Artemis

     

    La rubia seguía mirando a la extraña sombra de nombre Denisse con un gesto sumamente frío e inexpresivo, se imaginaba que cualquier cosa referente a maleficios resultaría con dicho monstruo. Notó que la sombra hablaba en un tono de voz diferente al de Dangelin, lo anotó en el pergamino. Observo que a pesar de tener movilidad propia seguía sujeta a la humana, lo anotó en el pergamino. La sombra tenía consciencia de su existencia lo cual no ocurre con fantasmas, de igual manera lo anotó.

     

    Un momento de sorna terminó con su concentración al examinar a la sombra, Artemis le hablaba como si se tratara de lo mas normal. Diana fulminó a la bruja con una mirada de hielo y al escuchar que dejarían el laboratorio, la rubia no tuvo mas remedio que reprenderlas.

     

    -A donde creen que van? Que no se les ocurre que... "eso" puede hacer un gran daño al departamento en general por no decir a nosotras mismas si salimos de aquí!-Dijo mirando a Dangelin con los dientes levemente apretados.

     

    -Que acaso crees que esto es un juego Artemis? Crees que se trata de una expedición de práctica para ganar puntos del Ministerio?-Preguntó acaloradamente a su compañera.-Verán... a lo que nos enfrentamos es mas que magia milenaria e irreconocible pero tenemos que tener la cabeza fría si es que queremos seguir, nadie se moverá de aquí. Me sorprende que no quieras que nadie se entere de tu estado y aceptes tan rápido salir de aquí Dangelin!-Reprocho a la bruja que la miraba con sorpresa.

     

    -No podemos ir todas allá pero necesitamos información, si vamos todas resultara por demás sospechoso y no conseguiremos nada. Mientras alguien se queda aquí tratando de hacer un poco mas de la vacuna de Dangelin.-Diana que ahora apuntaba con su pluma de escritura a Dangelin se quedó contemplando la próxima decisión de sus compañeras.

     

    OFF:

    Se pone bueno esto compañeras, perdón por el regaño pero necesitabamos drama!

  22. Los tacones altos de la rubia sonaban acompasando su caminar, se dirigía rápidamente al Departamento de Cooperación Mágica para hacer lo que ella creyó el último trámite antes de graduarse. Si bien se había tardado con todos los trámites, el tener un pasaporte legitimo lo había dejado al final. Consiente de que aquel trámite sería mas complicado que los demás se preparó con todos sus documentos en regla y decidida entro en el departamento correspondiente.

     

    -Buenas tardes, vengo a tramitar un pasaporte.-Dijo la Ravenclaw que se encontraba ante la presencia de uno de los empleados de dicho lugar.

     

    Con una sonrisa amable asintió para saber que se requería a continuación, dejando a quien la atendía explicarle todo lo que tenía que hacer.

  23. La rubia se dirigió con paso acompasado al registro de su elfina personal para no deambular por las calles con un ser ilegal. Al llegar al vestíbulo se encontró con un empleado del departamento correspondiente y tomó una ficha para el registro, leyendo detenidamente los campos a llenar, tomó de su bolso una pluma y comenzó así a llenarla.

     

    Ficha para el Registro de elfos.

     

    • Nombre del elfo: Cherry

    Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: Bruja.

     

    • En caso de servir a un mago/bruja

    Nombre del mago/bruja: Diana Ravenclaw Black.

    Tiempo en el que lleva sirviendo al anterior: Dos semanas.

    Nombre de quien lo registra: Diana Ravenclaw Black.

     

    • Link de la ficha de personaje, registro de negocio o registro de la familia para la que sirve el elfo: Ficha

     

    Dejando el documento en manos del empleado agradeció y salió del departamento, subió al ascensor y tomó dirección al Departamento de Misterios en donde una pila enorme de papeles pendientes la aguardaban.

  24. Las respuestas de Khaled eran mas que ciertas, si mantenía un luto eterno por la perdida de tan importante persona para ella de por vida, jamás podría continuar adelante. Parpadeaba débilmente ante el esfuerzo del ojiazul por alejarla de su sufrimiento y agradeció el poder contar con alguien como el.

     

    En el fondo, Diana siempre había querido de manera especial a Khaled, quizá su cariño era más grande de lo que se había puesto a pensar. La manera en la que el la trataba le resultaba sumamente entregada, su mirada preocupada por lo que le llegara a pasar a la banshee resultaba tierna de cierta manera. Su sangre galopaba por su pecho cual torrente de agua furiosa, sintió la necesidad de besarlo en ese mismo lugar y en ese mismo momento. Las manos de Khaled jugaban con sus delicados dedos los cuales siempre permanecían fríos, los ojos profundos del joven recorrían su pálido rostro y en ese mismo momento se acercó estrepitosamente a él.

     

    Sus labios carmesí se encontraban ahora fundidos con los del pelinegro en un profundo beso, su corazón palpitaba acelerado por dicha acción la cual jamás se atrevió a llevar a cabo antes y sus manos aún sujetas por las del Haughton temblaban levemente. Quizá se escribiría un nuevo capítulo en su vida, eso no lo sabía ni ella ni nadie, pero estaba segura que en esos pequeños instantes el mundo era nada más para dos individuos que al compás de un beso daban la bienvenida al anochecer.

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