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¿A Ú N N O F O R M A S P A R T E D E N I N G Ú N B A N D O?
¿A Q U É E S P E R A S ?
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Actualizaciones de estado recientes
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Hecate Engosvezhof » Matt Blackner
Hola!· 3 respuestas
Leí tu rol, pero imagino que hasta que no responda Sagitas Matt no lo sabrá... Hecate le ha hecho un absorvere a ambas brujas antes de irse xD pero supongo que por las circunstancias, él no lo habrá visto xD
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Actividad Reciente
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Sala Común de Slytherin
Volvía de la biblioteca y bajo a las mazmorras, Sebastián llegaba a la pared vacia y mientras murmuraba la contraseña se apareció ante el un arco que lo dejaba entrar a su sala. Desde que el sombrero lo había elegido para Slytherin, no dejaba de admirarse de como se veía su sala por dentro, el verde y el plata hacían un bonito juego de colores que reinaban por toda la estancia. El ventanal gigante que estaba en la sala, les daba una vista espectacular del lago, y dado que el era fanático de las criaturas marinas, aquello le gustaba muchísimo. Tan pronto entro, no pudo reconocer a las chicas que estaban dentro de ella, se veía que tenían una conversación un poco intensa. Así que para no molestarlas con su presencia, intento alejarse lo más que pudo de ellas. En realidad era malo con las interacciones entre personas y socializar no era su fuerte; no era novedad que aún no tuviera ningún amigo con el cual charlar. @ Astara Macnair @ Arya Macnair @ Baela Macnair -
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¿Comienzo o Final?
Esto es muy diferente. Desde cualquier perspectiva lo es. Inglaterra, no es para nada como se lo habían hecho creer todo este tiempo; de atmósfera que evoca una sensación de melancolía y misterio, sombría y fría. No, en esta versión real parece haber algo más “vivo” surgiendo de las entrañas de los oscuros y más antiguos callejones de Londres, de las calles flanqueadas por edificios de cristal y acero que se entrelazan con construcciones victorianas que han sido restauradas con un respeto casi reverencial por la historia, como si en sus estructuras mixtas se revelara una visión, pasada y futura, que ante sus claros ojos todavía es un misterio. No tiene la creatividad o “el tercer ojo” que se necesita para imaginar o evidenciar lo que está detrás de este gran muro, aquel andén de apariencia ordinaria dentro de la asombrosa King Cross, no conoce el alcance ni parámetros de la esta Londres mágica, las dudas emergen, las preocupaciones rozan en una absurda paranoia, pero lo que está sintiendo ahí, de pie esperando que ese horrible búho que lo vigila sobre las altas vigas de acero se descuide un instante para poder saltar del otro lado, se percibe diferente, a nada de cualquier otro intento que hubiera hecho para escapar. Las palmas de sus manos pican ahí donde lleva viejas cadenas, los dedos se entumecen por todo este tiempo de inacción, pero sus ojos brillan nuevamente, con ambición y deseo, pero sobre todo, con aquella vida jovial que todavía le pertenece y que en algún momento le abandonó, y es bajo esa perspectiva que lo observa todo a su alrededor; es un tiempo diferente, pero un lugar que muy en el fondo resulta familiar, como si fuera el origen de todo y finalmente estuviese volviendo después de un largo e insatisfactorio viaje. Aun así, es demasiado rápido y está siendo innecesariamente fantasioso pensar que esto saldrá bien, pues es más que consciente del alto precio que tendrá que pagar por aquello que ha venido a buscar hasta aquí. Pero exactamente, qué era eso, ¿un comienzo o un final? Sea lo que sea que haya aquí para él, tendrá que buscarlo por su cuenta. El gran reloj sobre la estación al fin marca la hora más correcta, y retumba con la fuerza justa para acallar casi por completo todas esas voces de la estación que lo han comenzado a hartar. Debe actuar ahora, mientras los no mágicos apenas pueden percibirlo a pesar de su apariencia tan ruidosa, escondida difícilmente bajo la capa de brujo que de ratos le resulta comodísima, y debe hacerlo pronto, porque no sabe cuánto tiempo le queda antes de que aquel viejo búho se de cuenta de su ausencia. -
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Ceremonia de Selección (Sombrero Seleccionador)
1 de septiembre del 2030 Su primer año en Hogwarts, el ya no estaba chico, sino más bien con unos años encima para esta ceremonia. Pero después de una guerra había varios adolescentes que apenas estaban cursando el colegio por primera vez, adaptándose a la recien actualidad. Camino por el pasillo, mientras que los demás estudiantes miraban hacia el frente, o hacia sus compañeros nuevos. Éramos varios y todos teníamos diferentes emociones mezcladas, su madre le había hablado de la ceremonia y de lo que pasaría en ella, el niño que tenía 10 años añoraba que quedaba en la misma casa que toda su familia; pero el adolescente de 16 años ya no sabía que iba a pasar en aquel lugar. Mientras que varios de sus compañeros pasaban al frente, el los miraba y le sudaban las manos; no quería decepcionar a su madre y tampoco quería quedar en una casa que no era de el, así que mientras que escuchaba su nombre para pasar al frente. El sintió como su cuerpo no le obedecía, por unos momentos no pudo dar ningún paso, hasta que alguien lo aventó por atrás para que avanzará y solo así pudo reaccionar. Avanzo con pasos torpes hacia el frente y con nerviosismo en la mirada, inclino la cabeza para que le pusieran el sombrero. Sentía a aquel objeto mágico hurgar en su cabeza, buscando en qué casa lo iba a poner, susurraba para el mismo y por fin después de lo que pareció una eternidad el sombrero grito -Slytherin- un suspiro llegó a sus labios y sonrió mientras le quitaban el gorro. -Lo bueno que no fue Gryffindor porque sino mi familia me deshereda- comento por lo bajo mientras camina a hacia la mesa de su nueva casa, sabía que pronto tendría sus clases y nuevas aventuras con sus compañeros.- sombrero
- seleccionador
- (y 1 más)
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• Mansión de la Familia Macnair •
La habitación estaba como la había dejado años atrás, pensó mientras se detenía en el centro, observando los detalles familiares. Las sombras de la noche acariciaban los muebles antiguos, proyectando formas que le recordaban momentos olvidados de su juventud. El espejo frente a la cama, el tocador donde solía dejar sus joyas, todo estaba exactamente igual, como si el tiempo no hubiera pasado para este rincón de su vida. Pero el tiempo sí pasó, y vaya que lo hizo. Caminó hacia la ventana y, con un suave movimiento de su varita, apartó las cortinas, dejando que la luz plateada de la luna invadiera el espacio. Sus ojos recorrieron el exterior de la mansión: los jardines, las esculturas que, de alguna forma, parecían más apagadas, más frías que antes. El peso de los recuerdos la envolvía con cada detalle que observaba. Había algo melancólico, pero también reconfortante en estar de nuevo allí, como si esta casa, que una vez había sido su cárcel privado, ahora fuera el único lugar donde su mente podía encontrar refugio. ⸺ ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que dejé este lugar? ⸺pensó en voz alta, pero mientras los recuerdos la asaltaban, uno en particular la golpeó con fuerza: el día que perdió a su bebé. El día que le dijeron que había nacido muerto. Aquella herida nunca había sanado del todo, fingía que sí, que los años y el amor de Baela lo habían logrado, pero no, la cicatriz permanecía, oculta bajo capas de fortaleza, pero siempre presente. Suspiró, apartando esos pensamientos de su mente. No tenía tiempo para debilidades. No ahora. Y entonces lo sintió. No era un sonido o una visión, sino una vibración, un eco que parecía pulsar en el aire. Juliette se quedó inmóvil, como si su cuerpo respondiera a una llamada inaudible. Una sensación de familiaridad la invadió, pero al mismo tiempo era desconcertante, como si algo muy antiguo y profundo dentro de ella estuviera despertando. Se volvió hacia la puerta, tensando los músculos, como si algo o alguien se acercara. Su corazón comenzó a latir más rápido, sin que ella pudiera explicarlo del todo. Se concentró, intentando entender de dónde provenía esa energía que la envolvía. Era cálida y a la vez dolorosa, como un recuerdo reprimido, una memoria que no terminaba de desvelarse. La sensación se hizo más intensa. Alguien había entrado en la Mansión. Lo sabía. Lo sentía en cada fibra de su ser, aunque no supiera por qué. Juliette caminó hacia la puerta de la habitación, con pasos silenciosos pero decididos. Se detuvo justo antes de abrirla, concentrándose en esa presencia que ahora se movía por la casa. No era un extraño, y, sin embargo, no había nadie que ella recordara con esa energía tan peculiar. Un estremecimiento recorrió su piel. No podía identificarlo, pero lo que fuera que había cruzado el umbral, traía consigo una conexión que resonaba en lo más profundo de su ser. Se acercó a la ventana y miró hacia el jardín nuevamente, como si la respuesta pudiera estar allí, entre las sombras, pero no había nada, solo la sensación persistente de que el pasado había regresado para reclamar algo otra vez. Apretó el puño, manteniendo su expresión serena, pero la inquietud en su interior no cesaba. Respiró hondo, intentando calmarse. ⸺ Es solo la mansión, no te espantes… este lugar siempre me ha afectado así. Intentó convencerse, pero en el fondo de su alma sabía que había algo más. Algo que la conectaba con esa energía. Algo que no podía explicar… aún. Sin atreverse a abrir la puerta o bajar las escaleras, Juliette se quedó en la penumbra de su habitación, observando, esperando, con el peso de esa extraña familiaridad llenando cada rincón de su mente. @ Leopold Macnair -
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SLE IV | 4tos: Gorodok Gargoyles vs Sochi Snidgets
TURNO 3 Sochi Snidgets -- ¡Vamos! --los jugadores de Sochi Snidgets acompañaban a la tribuna en sus celebraciones por cada disparo bloqueado por parte de Simón Céspedes. El guardián parecía especialmente inspirado en esa tanda de jugadas pues apenas habían podido marcarle dos tantos de todos los que se intentaron. Volodia sostenía a una golpeada Caroline Lavelle, aún cuando a ésta parecía importarle poco su condición física sino más bien quería unirse a los fanáticos. Bruna se vio obligada a intervenir para ayudar a su compañera y convencer a Lavelle de que era mejor mantenerse quieta y no hacer un mal movimiento que la fuese a dejar más dolorida. Pero Caroline hizo oídos sordos a las recomendaciones de ambas cazadoras y siguió festejando, más inclusive cuando ella misma anotó dos goles. En tanto, la actuación del pequeño buscador de los Sochi Snidgets era impecable, a pesar de los golpes de bludger que también había recibido, se mantenía por delante en la persecución de la snitch, dejando atrás al buscador de las Gárgolas. Kostya no perdió la concentración ni por un golpe, no se iba a permitir perder la pelota dorada aunque fuese lo último que haga. -- ¡El marcador queda en 60 a 100, a favor de Sochi Snidgets! Las Gárgolas se van alejando cada vez más de la victoria... --la voz del narrador del partido fue lo último que escucharon las tres féminas cazadoras de los Snidgets, antes de que emprendieran el nuevo vuelo para continuar con el partido. DADOS Simón Céspedes usa Atajada relámpago en el disparo de Elías Carhuapoma. Gerald Rossler usa Golpe bombeado sobre Elías Carhuapoma. Konstantin Smirnov usa Golpe normal contra Yoongi Min. Caroline Lavelle usa Marca Personal. Bruna Silva realiza el disparo extra.
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