~Agus

Un rato después ya di por finalizada mi labor de revisar a las criaturas del bosque. Algunas estaban más plagadas que otras, pero nada grave que no pudiera solucionar. Se notaba que alegres se ponían los crups, por ejemplo, liberados de los insoportables chizpurfles. El kneazle que me acompañaba en mi caminata seguía mis pasos de lejos, curioso por saber cuando saldría del lugar.

Mientras trabajaba la temperatura había aumentado y ya comenzaba a sentir más calor que antes. Tomé agua de una botella que cargaba en la mochila, así conseguiría fuerzas para volver con mis compañeros de la Agencia. Traté de no pensar mucho en sus labores, aún sabiendo que podrían solos con sus misiones sentía cierta preocupación en lo que les llegara a suceder.

Tomé la determinación de volver al punto de encuentro y empecé a guardar rápidamente en la mochila las pociones patentadas esparcidas por el suelo. La colgué al hombro, me puse de pie pero...algo andaba mal. Llevé la mirada de un lado al otro...¿Cómo volvería si no me acordaba desde donde había venido? Intentando no ponerme nerviosa, caminé algunos pasos. ¿Y si me encontraba con alguna acromántula una vez más?

Tuve que detenerme. No podía perderme más de lo que estaba. Maldije en un murmullo poco entendible y me llevé las manos a las sienes, intentando recordar. Pero unos maullidos me impedían hacerlo. Miré de donde provenían: el kneazle de pelaje moteado sacudía su cola al tiempo que mantenía su mirada fija en mí. Levanté las cejas sin entender, me acerqué a él e, inmediatamente, empezó a caminar hacia delante. No tenía otra alternativa que seguirlo.

Al cabo de unos minutos me encontraba fuera del bosque. No sabía como agradecerle a la inteligente criatura, pero para cuando me di la vuelta, el kneazle se había marchado. Continué por el sendero que me llevaba al punto de encuentro, donde allí atisbé la figura conocida de mi madre. Me situé junto a ella y le pregunté como salió todo con un tono de fingida despreocupación.

Mis piernas temblaron levemente. Miré directamente a los ojos de aquella bestia y sentí la misma repulsión que sentía cuando las veía en fotos o imágenes de libros. Pero es real, pensé. Retrocedí unos pasos para dejar más espacio entre nosotros, sin embargo la acromántula se acercó aún más moviendo sus largas patas. Respiré profundo y me mantuve alerta: no pensaba atacarla a menos que se convirtiera en una amenaza mayor...¿O ya lo era? Además, era probable que al atacarla llamara la atención de sus compañeras...

Ya había tomado esa decisión cuando la criatura se empezó a correr de costado, como rodeándome para examinarme mejor. Antes de poder imaginar cualquier posibilidad ante esa nueva perspectiva, inclinó sus extremidades y saltó hacia mí. En ese segundo pude hasta contar los colmillos envenenados de su boca.

- ¡Desmaius!

El potente hechizo dio de lleno en el pecho de la acromántula. Cayó de espaldas aturdida por la cercanía en que se encontraba, supuse que de haber esperado una milésima más de segundo ya estaría pidiendo ayuda a gritos. Me separé del cuerpo desmayado y corrí metros lejos de allí, no dudé que su familia estaría buscando la zona del ruido.

Detrás mío podía sentir las veloces pisadas del kneazle de pelaje oscuro, seguramente había estado observando todo desde una distancia prudencial. Me detuve cuando me pareció necesario, controlé mi respiración agitada y reanudé la inspección algo más tranquila, pero con los sentidos más alertas que nunca. Después de media hora aproximadamente, había revisado a varios crups y kneazles llenos de la molesta plaga. En eso me pregunté como estarían mis compañeros, y deseé que no sufrieran una situación peor a la mía.

Mientras caminaba escuché débiles 'cracks' debido a las ramitas que se quebraban bajo mis pies. Ignoré los ruidos y miré hacia delante para no perderme en la espesura del bosque. Me aferré más a la bolsa que Martín me había dado. Era extraño. Percibía más sonidos aparte de mis pisadas. Un leve escalofrío recorrió mi espalda al imaginarme unas patas peludas acercándose a mí lentamente...

Di media vuelta apuntando con mi varita a mi perseguidor. Estaba preparada para defenderme si era necesario. Sin embargo, no se trataba nada más ni nada menos que un crup agitando sus dos colas. Me asustaste amigo, pensé aliviada. Me acerqué a él demostrando confianza así la criatura no escaparía. Doblé mis rodillas y me agaché junto al crup; extraje de la bolsa la lupa para empezar con el trabajo.

Su pelaje marrón era suave. Me puse unos guantes por si, en caso de existir chizpurfles, no treparían por la manga de la túnica. El crup ladró amistosamente pensando que estaba jugando, rascándose detrás de la oreja con su pata trasera. Efectivamente, la criatura tenía chizpurfles. Con pociones patentadas especiales me deshice de ellos, revisé por última vez al animal y confirmé que estaba libre de esas molestas criaturas.

-Te portaste bien pequeño.

Ya me estaba encariñando con él. Sin embargo, con cierta tristeza recordé que no era mío. Lo dejé ir confiando en que no pescara más chizpurfles.

Me pregunté cómo haría para atraer a las aves y revisar su plumaje. No pude hallar una respuesta, porque un par de kneazles aparecieron frente a mí, probablemente atraídos por la voz de un humano.

Tenían un pelaje moteado, uno más oscuro que el otro, y me miraban con curiosidad. Me acerqué junto a ellos para revisarlos al igual que el crup. A diferencia de este, no parecían muy confiados en mí y se resistieron un poco. Los acaricié y les hablé, no me importó parecer una loca, ya que eran criaturas inteligentes. Maullaron comprendiendo que nos les haría daño. Antes de que se arrepintieran utilicé las pócimas para eliminar a los chizpurfles que los molestaba en cuestión de minutos, primero con uno y luego con el segundo. Sonreí al ver que parecían más felices al ser liberados de su disgusto.

Al terminar uno de ellos se fue, pero el del pelaje más oscuro permaneció conmigo. No entendí porqué permanecía a mi lado, aún así seguí mi camino, contenta de haber ayudado a tres criaturas.

Hasta que vi que una acromántula del tamaño de un sillón me miraba con sus varios ojos brillosos. Tanteé mi varita en el bosillo y deseé tener más rapidez que aquella araña gigante.

Una suave brisa nos despeinó un poco mientras Martín explicaba cada una de nuestras misiones. La mía consistía en revisar el pelaje de las criaturas del bosque, una tarea fácil de no ser por la existencia de las acromántulas. Tomé la bolsa que me ofreció con los objetos necesarios y escuché sus indicaciones.

- Va a ser divertido. - dije riendo.

Podía ser peor, miré de reojo a Sunar y a Marge que asentían al hacerse cargo de sus peligrosas tareas. Esfinges, basiliscos y acromántulas. Tres pesadillas que se harían realidad, una para cada una de nosotras...y sonreí ante la perspectiva de aquello. Después de todo, íbamos armadas de nuestras varitas, nada malo sucedería. Nuestro jefe se encargaría de los dragones en la cima del terreno de la Reserva. Me pregunté si él podría solo con semejantes bestias, pero seguro llevaba algo tramado...

- Empezaré ahora mismo, mucha suerte.

Crucé una breve mirada con mi madre, dándole a entender que todo iría bien. Me alejé del grupo para encaminarme al bosque que, según el pequeño mapa que había adquirido antes de entrar, estaba no muy lejos del punto de encuentro. Suspiré profundamente antes de adentrarme entre los árboles. Inspiré aire y comencé a caminar, no sin poner atención en cada movimiento, sombra, luz o ruido que me rodeara.

Abrí los ojos cuando percibí que había dejado de dar vueltas. Parpadeé varias veces ante la luz natural que llenaba el paisaje, esperé un segundo para acostumbrarme a la visión y abrí los ojos sorprendida por la vegetación de la Reserva. Nunca antes había estado allí...era una excelente oportunidad para conocer de cerca la naturaleza.

Mis pasos tambaleantes debido al mareo de la aparición se fueron afianzando al suelo. Comencé a caminar más velozmente para llegar cuanto antes adonde mis compañeras y mi jefe se encontraban. Miré varias veces a ambos lados al tiempo que agudizaba el oído en caso de reconocer sus voces.

Enseguida percibí el sonido de otras pisadas a parte de las mías. Di media vuelta y hallé a mi tío, mi madre y Sunar. Los saludé con una sonrisa, pero traté de disimular mi emoción por el lugar en donde nos encontrábamos.

- Disculpen la tardanza. - dije tímidamente.

Las expectativas que tenía eran enormes. ¿Con qué nos sorprendería la Reserva? Instintivamente miré hacia los árboles, testigos de nuestro encuentro.

Las inspecciones habían resultado bastante bien. No recordaba ningún altercado con las inspecciones anteriores, pero nunca se sabía que podía pasar. Atravesé el pasillo con aire distraído y vi que la puerta del despacho del jefe de la Agencia estaba entreabierta. Me encogí de hombros, pasé rapidamente y dejé los pergaminos correspondientes sobre el escritorio, cerca de los demás.

Yo, Agus Shunpike, dejo constancia de que el Castillo de la Familia Potter Black se encuentra libre de plagas y por ende, no se volverá a realizar un control hasta dentro de los próximos dos meses.

 

Agus Shunpike , Empleada de la Agencia Consultiva de Plagas.

Yo, Agus Shunpike, dejo constancia de que el Castillo de la Familia Hufflepuff se encuentra libre de plagas y por ende, no se volverá a realizar un control hasta dentro de los próximos dos meses.

 

Agus Shunpike , Empleada de la Agencia Consultiva de Plagas.

Asentí con una sonrisa para luego dar media vuelta y salir del despacho vacío.

Noté que una vez dados los trabajos a cada una, tanto Marge como Sunar decidieron comenzar con el trabajo. De esta forma, se retiraron luego de pedir permiso y despedirse con un breve saludo. Decidí imitarlas para empezar cuanto antes con las inspecciones, y garantizarme menos trabajo durante el mes. Me pareció una muy buena idea esto último, por lo que me puse en marcha sin dudarlo.

- Voy a empezar yo también, ¡Hasta luego! - saludé al jefe.

Me dirigí apresurada a mi cubículo para guardar mis cosas en mi mochila y salir al exterior del Ministerio. Imaginé que afuera el clima estaría algo frío, así que me puse un abrigo grueso para luego bajar por el ascensor hasta llegar al atrio. Salí al mundo exterior para empezar de una vez con la jornada laboral de ese día.

Luego de que mi tío extrajo los papeles con los lugares a inspeccionar, nos ofreció galletas de jengibre con un agradable gesto. Me incliné para tomar una, agradeciendo por lo bajo ya que tenía un hambre bastante importante. Volví a mi lugar para escuchar los destinos pendientes, mirando los adornos luminosos que daban cierto aire hogareño a la oficina.

Escuché decir a Tincho que me tocaba inspeccionar los dos primeros lugares de la lista, por lo que asentí dando a entender que lo haría sin problemas. Marge y Sunar se encargarían de los otros cuatro, una repartición justa. No tenía ninguna duda al respecto, así que mantuve callada esperando la confirmación para ponerse a trabajar.

¿En qué estaba pensando? No lo recordaba, porque un grito ensordecedor me despertó estando soñando despierta, algo que se me había vuelto costumbre. Me levanté de un salto al reconocer que era la voz de mi tío y, por ende, mi jefe. Mi cerebro procesó que debía de apurarme para llegar a su despacho, aunque ya suponía que por el nivel sonoro de su voz estaba metida en problemas por mi retraso.

Mientras corría a una velocidad digna para las Olimpiadas, apelé a la misericordia de mi tío y deseé que el grito fuera cosa de mi imaginación. Llegué a la puerta de la oficina (después de haber ido arrastrando varias cosas por mi camino) y viendo que estaba entreabierta, entré con paso firme. Sentí las miradas de las demás empleadas de la Agencia, a quienes saludé con una tímida sonrisa. Para aflojar la tensión, o por lo menos eso intenté hacer, le hice un saludo militar a Martín poniéndome derecha.

Al ver que el la situación no demandaba chistes, me coloqué cerca de mi madre vampira, esperando que se dieran las órdenes a cada una.

En un momento ya tenía en mis manos el formulario completado por Gyvraine, y, mientras esperaba que lo rellenara, no pude evitar mirar con curiosidad a varios jóvenes de la Academia que se reunían en el recinto. Sonreí al recordar las vagas memorias que tenía de mi educación mágica, algunas más fuertes que otras.

- Todo correcto - confirmé. Deduje que mi cara se había tornado roja por las palabras de la bruja, por lo que sonriendo avergonzada asentí la condición.

Me separé de ella para no molestarla y elegí un lugar para comenzar. El pasillo (además de los alumnos atareados) estaba limpio de criaturas y mantenía una limpieza envidiable, pero revisé los rincones por si acaso. Me había acostumbrado a la tarea de inspección, tanto que confiaba que la vista se me había agudizado bastante desde mi contratación.

Intenté no molestar a los empleados y a la secretaria de Gyvraine al tiempo que inspeccionaba algunos despachos cercanos. El techo se encontraba despejado, y aliviada pasé a revisar la parte del fondo de la habitación. Todo estaba limpio. No quería dejarme engañar por ello, pero cada vez que revisaba cada parte del Departamento quedaba más convencida.

Finalmente, y después de volver sobre mis pasos algunas veces, suspiré aliviada al comprobar que no existían plagas por ninguna parte. Me dirigí a donde Gyvraine se encontraba la última vez, y la observé dándole indicaciones a los jóvenes. Cuando se hallara desocupada le entregaría el último formulario de confirmación.

Yo, Agus Shunpike, dejo constancia de que el Departamento de Cooperación Magica Internacional se encuentra libre de plagas y por ende, no se volverá a realizar un control hasta dentro de los próximos dos meses.

 

Agus Shunpike, Aprendiz de la Agencia Consultiva de Plagas.

Inmediatamente a mi llegada, una secretaria me recibió con amabilidad y me invitó a esperar hasta que la jefa del departamento me atendiera. Los buenos modales de la bruja me influyeron de tal manera que la obedecí y tomé asiento enseguida, por lo que no pude evitar meditar sobre mi sumisión.

Me crucé de piernas y extraje de mi bolso el formulario que debería llenar el responsable en un rato. Levanté la vista al escuchar la voz de la bruja, quien se presentó con un apretón de manos. En silencio nos reconocimos a las dos como mortífagos, no necesitábamos palabras para aquello. Por supuesto, ya la conocía, ella había sido profesora mía en la Academia, aunque después de tantos alumnos dudaba que me recordara.

- Agus Shunpike, empleada de la Agencia Consultiva de Plagas. - me presenté - Bueno, debo hacer una inspección por si el departamento se encuentra con algún tipo de plagas mágicas. Aún así, dudo de ello, si no nos lo habrían informado antes. - expliqué con una sonrisa - Necesito de su permiso para comenzar...

A continuación, le alcancé el formulario para completar junto con una pluma azul.

Formulario de Eliminación de Plagas Mágicas

 

-Nombre del Departamento o Lugar Ministerial:

-Link al tópic del sitio:

-Plaga a eliminar (dejar en blanco en caso de no haber):

-Nombre del responsable (persona quien llena el formulario):

Agus Shunpike, Empleada de la Agencia Consultiva de Plagas.

Llegué a la planta en menos de cinco minutos, las puertas abrieron y pude salir cómodamente del elevador. Miré a mi alrededor buscando con quien hablar, ya que allí era donde debía realizar la inspección de la agencia. Varias personas recorrían el pasillo, ocupadas con sus deberes y encargos. Me pregunté que cosas interesantes los mantenían ocupados...sin embargo, traté de no distraerme y seguí adelante.

Los pasos de magos y brujas resonaban en el pasillo, mientras que las túnicas se movían en un vaivén al ritmo de la caminata. Busqué con la mirada alguien libre, algún empleado con quien poder dar aviso de mi presencia. Me aclaré la garganta antes de presentarme en voz alta, tal vez así alguien podría atenderme:

- Buenos días, soy empleada de la Agencia Consultiva de Plagas de la cuarta planta. Me ha tocado inspeccionar el departamento. - dije con una habitual sonrisa.

Hola! Me pasaba por la ficha personal del personaje a hacer los cambios de rango social, para pasar a ser Unicornio de Bronce, ya que me gradué de la Academia hace poco. También para elegir los dos conocimientos que puedo asignar: Herbología y Pociones Desde ya muchas gracias! Saludos!

Hola! Vengo a hacer algunos cambios:

Quisiera agregar esta imagen en la cabecera de la ficha:

Aspecto Físico: Posee pelo de color castaño oscuro largo hasta la cintura, ojos de color verde brillantes. Piel blanca tostada, de cuerpo delgado pero de movimientos ágiles, con una estatura de 1, 68 m. Facciones no siempre delicadas, pero casi siempre con una sonrisa dibujada en el rostro.

 

Historia de Personaje: Nacida en plena ciudad de Londres, fue criada en una casa antigua de una familia adoptiva de clase alta. Sabiendo esto, durante toda su niñez siempre tuvo la ilusión de encontrar a sus padres verdaderos algún día. Una mañana, a los 9 años de edad, hizo desaparecer la cama de su cuarto, provocando así la reacción de sus padres adoptivos de llevarla a una academia de internado. A los 12 escapa del establecimiento, con la idea de buscar a su familia biológica. Se esconde en la casa de su madrina, quien la oculta a sus padres adoptivos el verdadero paradero de ella. Durante ese periodo, aprende magia de un vecino mago que la vio flotando sobre sus pies en el jardín de atrás. Cuando cumple los 20 años de edad, decide iniciar su propio camino siguiendo las huellas de su familia. A partir de ahí, junto con la ayuda de su madrina, adquiere un pequeño departamento en Londres.

 

Tiempo después, decide inscribirse en la Academia de Magia y Hechicería. A su vez, busca empleo en el Ministerio de la Magia y comienza a trabajar en la Agencia Consultiva de Plagas como Aprendiz. Es adoptada por la familia Shunpike, donde reside actualmente en la mansión junto con el resto de sus parientes. Para su sorpresa, es elegida prefecta de la casa de los Tritones del río Wye en la Academia, cargo del que se siente muy responsable.

 

Otros Datos: Al ser la única hija en su casa donde sus padres estaban ausentes durante el día, se dedicó a la pintura al óleo donde pudo expresarse libremente. Además, le gustaba sentarse en la biblioteca a leer todos los libros polvorientos que encontraba interesantes. Nunca fue a un colegio muggle, tomaba clases particulares en su casa, por lo que no tuvo demasiados amigos durante su infancia.

Desde ya, gracias!

Los alumnos habían llegado todos a su tiempo, algunos más tarde que otro, pero todos con las mismas ganas de empezar con el tour. Saludé a mis compañeros sonriendo, aunque por mis adentros me sentía algo cansada de estar parada durante tanto tiempo.

Una mujer se acercó presentándose con el nombre de Bianka, ella sería la guía en nuestra visita. Suspiré aliviada y me incorporé de estar cruzada de brazos contra la pared. Miré a los rostros de los estudiantes, la mayoría mostraba impaciencia en la expresión de sus rostros.

Nuestros pasos sonaron huecos a medida que seguíamos a la muchacha del Departamento. Saqué d emi mochila un cuaderno anillado junto con una pluma negra. Sin perderme ningún detalle, anoté frenéticamente lo que decía, abreviando algunas palabras. Pasamos por los distintos despachos indicados, echando miradas curiosas a los escritorios llenos de papeles.

Los más distraídos de mis compañeros pisaban el tobillo del otro, concentrados en anotar todo lo que Bianka explicaba. Por poco me sacaban el zapato, pero corrí el pie a tiempo.

Finalmente, tenía el anotador lleno de palabras ilegibles, pero no para mí. Aproveché el tiempo en que la bruja pidió un minuto de espera para pasar las correcciones a la otra hoja, esta vez con prolijidad y detalle.

Noté al instante el saludo indiferente de Sylar y puse los ojos en blanco. No era la única que llegaba tarde al encuentro, tendría que lidiar con eso. Comprendía su enfado, pero no era momento para discusiones.

Aproveché el tiempo para sacar un cepillo del bolso que siempre llevaba a la Academia y logré peinarme decentemente. Lo guardé y extraje una manzana roja dentro de un bol para desayunar. Mi estómago estaba demasiado vacío como para dejarla pasar.

Mientras comía los dos magos arrojaban miradas nerviosas al ascensor del pasillo. Éste se abría de vez en cuando, dejando entrar y salir empleados ocupados.

Justo cuando terminaba mi ligero desayuno, Tricxi apareció y se nos acercó para saludar y unirse a la espera. La saludé con una sonrisa y guardé el corazón de manzana en mi mochila.

Una joven bruja, empleada del departamento, se aproximó a nosotros para preguntarnos que necesitábamos. Mis compañeros y yo la miramos dudosos, pensando que aún faltaba gente.

- Buenos días, - la saludé - Somos estudiantes de la Academia, y como tarea debemos hacer un tour por el departamento. Aunque todavía no estamos todos...

Me levanté de la cama como un resorte. No era la primera vez que me quedaba dormida cuando tenía un deber para la Academia. Sin embargo, este era importante, por eso me vestí a toda velocidad y me fui peinando mientras atravesaba la sala común de los tritones.

Luego me deslicé la puerta trampa de la casa para correr a toda velocidad por pasillo. Esquivé con suerte algunos estudiantes disgustados, pero llegué al aula en cuestión de minutos. Nadie se encontraba allí: o era muy temprano o ya era demasiado tarde. Los escritorios vacíos daban un aire fantasmal, por lo que los ignoré y tomé el traslador de la mesa de las profesoras.

El objeto emitió una luz azul y sentí como me alejaba de la Academia. Comencé a dar mareantes vueltas hasta tocar el suelo. Aparecí en la calle muggle donde la cabina telefónica me esperaba. Caminé con naturalidad entre los peatones y entré con decisión. Marqué los números, dí mi nombre y razón de visita con voz ahogada.

- Agus Shunpike, vengo a hacer un tour en el Departamento de Juegos y Deportes Mágicos.

La máquina expulsó una chapita con los datos necesarios.

La cabina roja comenzó a descender. El atrio del Ministerio se abría ante mis ojos, repleto de magos y brujas de diferentes cargos. Salí de allí con esperanza de ver a alguien de mi clase. Había quedado citada con Sylar y su grupo, aunque desconocía quienes podrían estar integrándolo. Mi distracción había provocado que me incorporación al ellos fuera tarde, por eso un sentimiento de culpa por mi tardanza iba creciendo a medida que me acercaba más al ascensor.

Aunque me costará memorizar tantos números seguidos, recordé sin problemas que el Departamento de Juegos y Deportes Mágicos se encontraba en la séptima planta. Lo marqué algo apretujada. Así como en el atrio, los empleados del Ministerio eran una multitud en el ascensor. Luego de una incómoda espera, las puertas se abrieron en el piso indicado y salí respirando profundamente.

Allí divisé a Sylar y a Only, me avergoncé por mi túnica arrugada y mi castaño cabello suelto y peinado en todas direcciones. Me acerqué a ellos y los saludé sonriendo.

-¡Hola! Disculpen la tardanza. – dije antes que nada - ¿Quiénes faltan?

Agus Shunpike, Aprendiz de Agencia Consultiva de Plagas

Con permiso , vengo a dejar el certificado de que no hay ninguna plaga en el castillo, según la inspección que acabo de hacer.

Yo, Agus Shunpike, dejo constancia de que el Castillo Haughton se encuentra libre de plagas y por ende, no se volverá a realizar un control hasta dentro de los próximos dos meses.

 

Agus Shunpike, Aprendiz de la Agencia Consultiva de Plagas .

Saludos!

Un poco más tranquila con la confirmación de mi examen, me dirigí a la gran puerta de madera, donde aguardaría a dar lo mejor de mí en la aparición.

Me obligué en cavilar en cualquier otra cosa para distraerme. Pensar en el examen me ponía más nerviosa de lo que estaba, por lo que me dediqué a reflexionar que cenaría esa noche. Me senté en una de las silla a la espera de mi turno, cruzando las piernas de un lado a otro.

Algunos jóvenes ansiosos se mordían las uñas y mantenían la mirada absorta en algún punto de la pared. En cambio, yo no permanecía un segundo quieta. Me incliné hacia delante para ver como un muchacho salía con expresión feliz de la sala de examen. De algún modo u otro, eso me dio confianza.

Con impaciencia escuché como llamaban en voz alta un nombre y apellido. Todos levantamos la cabeza para oír, pero la bajamos al instante casi sincronizados. De reojo percibí que una persona se levantaba con lentitud y se dirigía a la puerta. Luego todo se hizo silencio una vez más.

Bajé mi mirada y observé mis pies con intención de entrar a las patadas a la sala. Reí para mis adentros por la extraña idea como forma de presentarse al examen. Deseé que fuera la única vez en que vendría a hacer la prueba…

Me sobresalté al escuchar mi nombre. Dí un respingo sobre mi asiento y me dirigí a la puerta en cuestión de segundos. La persona que me había llamado me indicó a pasar. Tenía la mente completamente en blanco, más por el susto que por la concentración. Respiré profundamente antes de entrar. Me até el pelo con un broche e ingresé sin vacilar.

Tal cual como me habían informado, la sala cambió de aspecto al momento que puse un pie en ella. El escenario se transformó en una playa paradisíaca con todo lo que trae: el ruido del mar cuando chocan las olas, la blanca arena calentada por el agradable sol, las palmeras que bailan por la brisa…

Más adelante dos círculos rojos estaban marcados sobre la arena. Caminé con precaución hasta el primero y admiré el escenario que me rodeaba. Era claro que la sala se había transformado en un lugar que sirviera de distracción, un obstác*** que dificultaría la atención del estudiante.

- Lo lograré – susurré con una sonrisa.

Había practicado durante mi espera no despistarme con cualquier cosa. Por alguna razón, el hecho de haberme mentalizado que daría el examen hizo que ganará un poco de seguridad. No obstante, en mi inconsciente la posibilidad de acabar en San Mungo estaba presente, como una idea intermitente.

Era hora de comenzar. Suspiré y me incorporé tomando aire.

Me ubiqué correctamente en la circunferencia y pensé en las 3Ds. Mi destino se hallaba a unos diez metros de donde me encontraba. Focalicé mi mirada y concentración a aquel espacio vacío con suelo arenoso. Luego cerré los ojos y pensé en la determinación . Dejé que el deseo de ocupar lugar en aquel círculo inundara mi mente y mi cuerpo, que cada célula pretendiera invadir el sitio. Relaje los músculos y sentí que la deliberación se aproximaba. Mi cuerpo giró sobre si mismo y pude sentir como la propia nada me tragaba, devorándome y arrastrándome. Todo se tornó negro. Sentí que ya no podía respirar y temí que me asfixiara. Aún así, seguí con la concentración puesta en mi objetivo. En seguida la sensación se alejó y unos destellos blancos me hicieron aparecer nuevamente con los pies en la tierra.

Respiré una bocanada de oxígeno aliviada de estar en buenas condiciones. Suspiré aliviada al ver que me encontraba en el segundo aro rojo. Casi salte de la alegría al pensar que ya había terminado el examen de aparición. Sin embargo, me recordé que existía la posibilidad de reprobar por no haberlo echo bien.

Próximo a la salida, se hallaba el vigilador de exámenes con expresión seria. Tenía en sus manos una libreta en la que supuse que escribiría sobre mi aparición. Al ver su inexpresividad, no pude evitar pensar en cuantos alumnos desaprobados llevaría contando.

Caminé hacia delante para salir de la sala. Había dado todo mi esfuerzo, pero no me sentiría feliz hasta saber si habría aprobado.

Hola! Quisiera hacer unos cambios a la historia de mi personaje:

[b]Historia de Personaje:[/b] Nacida en plena ciudad de Londres, fue criada en una casa antigua de una familia rica, aun que no por su familia biológica. Sabiendo que fue adoptada toda su niñez, siempre tuvo la ilusión de encontrar a sus padres verdaderos algún día. Una mañana, a los 9 años de edad, hizo desaparecer la cama de su cuarto, provocando así la reacción de sus padres adoptivos de llevarla a una academia de internado. A los 12 escapa del establecimiento, con la idea de buscar a su familia. Se esconde en la casa de su madrina, quien la oculta a sus padres adoptivos el verdadero paradero de ella. Durante ese periodo, aprende magia de un vecino mago que la vio flotando sobre sus pies en el jardín de atrás. Cuando cumple los 20 años de edad, decide iniciar su propio camino siguiendo las huellas de su familia. A partir de ahí, junto con la ayuda de su madrina, adquiere un pequeño departamento en Londres. Tiempo después, decide inscribirse en la Academia de Magia y Hechicería. A su vez, busca empleo y es contratada para trabajar en el Ministerio de la Magia. Es adoptada por la familia Shunpike, donde reside actualmente.

También me preguntaba si se podría cambiar mi nacionalidad a inglesa, para no tener que modificar la historia en si.

Gracias!

Hola! Mil disculpas por la demora! Vengo a hacer los cambios necesarios en mi ficha:

Padre(s) Sanguíneo: Marge Shunpike Triviani (madre)

 

Familia Sanguínea: Familia Shunpike

 

Patriarca/Matriarca: Martinchosavo Shunpike y Marge Shunpike Triviani.

 

Trabajo: Aprendiz de la Agencia Consultiva de Plagas

 

Mascotas: Grace (su gata) y Spinel (su lechuza).

 

Link a la Bóveda Familiar Principal (La Sanguínea): Bóveda Familiar

Esto es todo! Quité el crup de la ficha y quiero dejarlo en la reserva hasta poder tenerlo. Muchas gracias! Espero que esté todo bien...

Me pasaba para agregar el link a la ficha de mi bóveda personal a la ficha de personaje. Me la acabo de crear y ya me la dieron de alta, así que sin apuro, quiero que me actualicen ese pequeño detalle.

Desde ya, Muchas gracias!

Nombre del Personaje (Nick): *AguS*

Rango Social: Unicornios de Bronce.

Sexo: Femenino

Edad: joven (25 años)

Nacionalidad: Inglesa

Padre(s) Sanguíneo: Marge Shunpike Triviani (madre)

Familia Sanguínea: Familia Shunpike

Patriarca/Matriarca: Martinchosavo Shunpike y Marge Shunpike Triviani.

Padre(s) Adoptivos: -

Familia Adoptiva: -

Raza: Humana

Trabajo: --

Bando: Neutral

Rango dentro del Bando: -

Habilidades Mágicas: -

Conocimientos Especiales: Herbología, Pociones y Cuidado de Criaturas Mágicas (Conocimiento Adquirido)

Objeto Magico Legendario: -

Objetos Magicos: varita mágica (madera de cerezo, con núcleo de nervios de dragón, 25 centímetros), escoba (Nimbus 2000), pensadero.

Objetos Mágicos

Certificados por el Ministerio de Magia.

Objeto: Varita Mágica

Clasificación: AA

Puntos: 20

Objeto: Escoba

Clasificación: AA

Puntos: 20

Objeto: Pensadero

Clasificación: AA

Puntos: 20

Objeto: Madrágora de Peluche

Clasificación: A

Puntos: 10

Total de puntos en objetos: 70

Licencia de Aparicion: Si

Licencia de Vuelo de Escoba: No

Mascotas:

Criaturas Mágicas:

Certificados por el Ministerio de Magia.

Criatura: Lechuza

Clasificación: X - no mágica

Puntos de poder: 10

Criatura: Gato

Clasificación: X - no mágica

Puntos de poder: 10

Total de puntos de poder: 20

Grace (su gata) y Spinel (su lechuza).

Aspecto Físico: Pelo castaño oscuro debajo de los hombros, ojos de color verde. Piel blanca tostada, cuerpo delgado, estatura de 1, 68 m.

Cualidades Psicológicas: Prefiere mantener la mente fresca y libre de inquietudes. Así como puede ser reflexiva en momentos importantes, lo es de impulsiva para usar sus instintos. Mantiene su humor a lo largo del día, mayormente alegre y despreocupada. Es curiosa, por eso cuando la duda la asalta no descansa hasta hallar el problema. Le gusta resolver enigmas y problemas, hacer aventuras para solucionar el inconveniente. Tiene una mente abierta y creativa, prefiere utilizar su imaginación antes que todo.

Historia de Personaje: Nacida en plena ciudad de Londres, fue criada en una casa antigua de una familia rica, aun que no por su familia biológica. Sabiendo que fue adoptada toda su niñez, siempre tuvo la ilusión de encontrar a sus padres verdaderos algún día. Una mañana, a los 9 años de edad, hizo desaparecer la cama de su cuarto, provocando así la reacción de sus padres adoptivos de llevarla a una academia de internado. A los 12 escapa del establecimiento, con la idea de buscar a su familia. Se esconde en la casa de su madrina, quien la oculta a sus padres adoptivos el verdadero paradero de ella. Durante ese periodo, aprende magia de un vecino mago que la vio flotando sobre sus pies en el jardín de atrás. Cuando cumple los 20 años de edad, decide iniciar su propio camino siguiendo las huellas de su familia. A partir de ahí, junto con la ayuda de su madrina, adquiere un pequeño departamento en Londres. Tiempo después, decide inscribirse en la Academia de Magia y Hechicería. A su vez, busca empleo y es contratada para trabajar en el Ministerio de la Magia. Es adoptada por la familia Shunpike, donde reside actualmente.

Otros Datos: Al ser la única hija en su casa donde sus padres estaban ausentes durante el día, se dedicó a la pintura al óleo donde pudo expresarse libremente. Además, le gustaba sentarse en la biblioteca a leer todos los libros polvorientos que encontraba interesantes.

Link al Perfil de Personaje MM: 93

Link a Boveda Personal: Bóveda Personal

Link a Boveda de Negocio: --

Link a la Bóveda Familiar Principal (La Sanguínea): Bóveda Familiar