El Muki

El viaje de "negocios" que Celta y yo habiamos tomado, para alejarnos un poco del deprimente clima estudiantil, habia dado sus frutos. Ella estaba radiante y su sonrisa iluminaba, incluso ahora, mi vida a todas horas. Y aquel luminosidad ilumino nuestra entrada al gran smial que era la Casa de los Centauros. Incluso sonrei al entrar, sintiendome en casa, algo que no sentia hace eones.

- ¡Adivinen, ¿quien regreso?!- grite en la entrada de la sala comun, mientras que Celta se soltaba de mi mano y corria a abrazar a Dark. En el viaje de regreso nos habiamos enterado que la recien casada habia sido ascendida al puesto de prefecta. Algo que nos alegraba el regreso a la Academia.

Mientras veia susurrarse algo entre las dos muchachas pude percatarme que habia caras nuevas en la sala, quienes nos miraban con caras asombradas. Yo lo haria si alguien vendria a gritar en medio de la nada y escuchar un chillido de emocion.

-¡Hola! bienvenidos a la casa de los Centauros, Soy Celta ¿qué tal la han pasado?

Sonrei al escucharla. Habiamos olvidados las maneras.

- Buenas tardes Profesora. Sorry por el alboroto. Soy Muki, para servirles, chicos.

Rol Avanzado XIV

Luego de romperme el ojo con las funcionarias sexy del departamento de Catástrofes y Accidentes mágicos, Daphne nos había guiado a nuestro siguiente destino: El Departamento de juegos y deportes mágicos. No sabia que esperar del aquel departamento. Nada de escobas ni globbstones por descontado. Supongo que para los fanáticos de los deportes trabajar en algo relacionado a lo que más le fascina debe ser increíble, aunque sea solo papeleo y organización.

Las puertas del ascensor se abrieron y nos permitieron salir al pasillo. Ya no me estaba gustando tanto viaje en el ascensor, debido a que Celta llevaba mis manos a su vista, impidiéndome que la acariciara en un momento de descuido. Últimamente no sabía que me ocurría con esta morena hermosa de lentes preciosos, pero había despertado en mis sentimientos que habían estado dormidos por innumerables años. Algo bueno en mi vida, para variar.

Deje que Celta revoloteara por el pasillo mientras buscaba con la mirada alguna indicación de la maestra Maharet o de alguna de las chicas. Y es que desde la búsqueda en el Departamento de Criaturas Mágicas y toparnos con un funcionario hūn yōng había comenzado a sentir antipatía por las dependencias Ministeriales, la cual desapareció luego de ver el corsé blanco, bien colocado en su lugar, de aquella funcionaria del departamento anterior. Pero dado que ellas eran las más interesadas desee que tuvieran la voz cantante.

De pronto sentí la voz de Celta salir de una de las oficinas del Departamento de juegos. La pequeña Nahual se nos había adelantado y se encontraba hablando con un funcionario del departamento, quien al parecer la conocía de algún lado.

-¡Hola Ed! que alegría encontrarte nuevamente. Ellos son mis compañeros y compañeras de la academia de magia- nos señaló a todos con la mano - nos han enviado en una búsqueda del tesoro y vinimos aquí a buscarlo ¿dime que lo tienes por favor?-

-por favor, que este aquí el otro tesoro- recé a Eru, esperando que la búsqueda tenga un pronto final.

Salí de las habitaciones para irme a buscar el lunch. Últimamente las clases se volvían un tanto pesadas, por no decir extenuantes y eso hacia que tuviera un hambre más voraz de lo usual. En mi búsqueda de alimento llegue a la sala común y pude ver varios alumnos que se encontraban en sus actividades particulares, que incluían intentos de volverse invisibles mediante el uso de esconderse tras sus libros. Otros, por el contrario, estaban exaltados por las noticias del torneo de las cuatro casas.

Pude escuchar a Gyvraine despotricar por no apoyar a los Centauros, con sola excepción de Beltri, mientras buscaba con la mirada algún sándwich desprotegido de su dueño para aplacar mi hambre. También escuche a la nueva jefa de la casa, Luna Black, decir que tomaba el puesto de Paige. Aquello no me afectaba mucho, así que no tenia porque quejarme. Pude ver una bolsa de papas fritas desprotegida, la cual no tardo desaparecer en mis manos.

Mientras terminaba con la última hojuela frita, pude ver a la única mujer que podía quitar de mi mente el filete de cerdo en salsa dulce que tenia en mente. Celta estaba molestando a una de sus amigas, Dark si mi vista no me engañaba, lo cual aproveche para acercarme lo suficiente para escucharla decir mi nombre. Sonrei al saber que me esperaba, y por la última charla que tuvimos como que queríamos ser algo más.

Me acerque despacio hasta estar un metro detrás de ella, estire mis brazos hasta su cintura y con un toque de mis dedos la atraje hacia mi. Creo que la sorpresa la hice crecer tres centímetros, pero su sonrisa valía la pena.

-¿Me extrañaste? Pregunte mientras le daba un beso suave en la mejilla. La pelota ahora estaba en su cancha.

- Clases de básico también, ¿cierto?-preguntó la castaña siendo la respuesta obvia y miró sus papeles detenidamente.- Correcto, cuando quieras puedes pasar, Muki.- dijo señalándole con una mano el pasillo que debía de seguir para ir hasta la sala indicada.

Me levante de la silla y fui por el pasillo que la señorita examinadora me había indicado, no era tan largo y llevaba hasta la sala de examinación de vuelo. Pude sentir como los pasos de la señorita se aceleraron y paso por mi lado, adelantándose a abrir la puerta de la sala.

- Te presento la sala de vuelos- dijo con solemnidad mientras me permitía el ingreso a la sala.

No voy a mentir, abrí la boca en señal de asombro. ¿Un campo bordeado con bosques dentro del Ministerio? Hay que admitirlo, la nueva generación de funcionarios que estaban a cargo del ministerio estaban realizando cambios. Y unos buenos como este campo de vuelo, pero algo lógico pensando que los campos abiertos cada vez eran mas escasos, y la vigilancia muggle se hacia cada vez mas fuerte.

Dentro de la sala, a un lado de las paredes cubiertas con musgo descansaban al menos una docena de escobas moscardas. Estaban aseguradas y por lo que pude intuir por ser escobas del Ministerio lo mínimo que tendrían seria un hechizo de alarma. Me dirigí hasta ellas y las acaricie, buscando la escoba que mejor se sincronizara conmigo. No eran como las varitas que nos escogen, pero el principio se acercaba.

Ya con la escoba en mis manos me encamine hasta un claro de la sala, monte la escoba y di una pisada en el suelo y suavemente la escoba me llevo a elevarme al menos cinco metros de altura. Me mantuve en esa posición adecuándome a la escoba y también a mi entorno. Vargas me decía eso antes de que los muggles comenzaran a intentar poblar el espacio aéreo. También porque los oscuros intentaban bajarnos de los aires a punta de rayos.

Luego de mi inspección me incline hacia adelante y acelere un poco, probando también a la escoba, no tenía una buena velocidad, pero sirve para el propósito para el cual vine. Me pegue un poco mas al palo y pise a fondo, haciendo un sprint que no creí capaz a la humilde escoba. El viento pegaba en mi rostro y los grandes arboles eran manchas verdes que pasaban delante de mis ojos. A pesar de la amplitud que habían logrado en aquella sala, era eso, una sala y no el campo y la pared se acercaba peligrosamente.

Mi giro fue casi de noventa grados, hacia mi izquierda. Sentí la cola de la escoba jalándome hacia la pared por la fuerza de la inercia, así que tuve que inclinarme un poco hacia mi derecha para nivelar la escoba y acelerar de nuevo por encima de las copas de los arboles. Ya con la velocidad necesaria me permití subir el pico de la escoba y realizar unloop para luego girar en mi eje en picada y luego de unos segundos levantar el mango y ascender rápidamente, casi tocando el techo. Y me estaba gustando esto.

Ya había que finalizar, y allí ocurrió, la sala tembló y varios trozos del techo cayeron. Pero el grueso de esos trozos estaban encima mío. Solo quedaba una opción, me pegue al mango de la escoba y me fui en picada, en busca del piso, acelerando mas gracias a la fuerza de la gravedad. Una vez que adelante a las rocas y a unos metros del suelo perfile la escoba y fui en dirección a la puerta con las piedras cayendo a mi alrededor, esquivando las mas grandes que caían delante de mí…

Lo peor había quedado detrás mio, pero aun asi duele que te caiga una piedra en tu cabeza, a pesar de ser pequeñas a comparación del bloque que me seguía hace unos instantes. Había que aprovechar la aceleración que había logrado un tantito mas, así que me dirigí nuevamente al cielo, disparado por mi velocidad y logre un ultimo loop antes de regresar a la tierra. La examinadora estaba ojeando su cartilla al momento que toque tierra. Habia sido muy interesante el vuelo

- Dentro de unos dias estara su resultado.- me dijo la señorita con una sonrisa de compromiso.- y no te olvides de devolver la esoba.

Le di una sonrisa a modo de respuesta mientras llevaba la humilde, pero aguerrida escoba hasta su lugar.

- Dilo por ti, Dakota. Que yo sepa Celta muerde, y rico debo agregar.

Las dos chicas giraron su graciles caras y en sus rostros hubo distintos cambios. Mientras Dakota comenzo a reirse de mi afirmacion, Celta abrio la boca en total asombro, para luego mirarme con odio y sacar su pequeña lengua en señal de desaprobacion. Fue gracioso verla asi, cerrando su lindos ojos y manteniendo la lengua fuera, con el brazo estirado en espera de un saludo de los nuevos centauros.

Luego de mi pequeña broma me coloque al lado de Celta, esperando que los chicos se soltaran un poco. Demonios, estamos comenzando las clases, sobraba el tiempo para conocernos mejor.

- Mi nombre es El Muki, mucho gusto, nuevos- agrege mientras hacia un gesto con la mano que se podia traducir como un saludo.

Nombre del Personaje (Nick): El muki
Rango Social: Aprendiz
Sexo: masculino
Edad: mediana edad, aunque aquí acabo de iniciar la academia.
Nacionalidad: peruano
Padre(s) Sanguíneo:
Familia Sanguínea:
Patriarca/Matriaca:
Padre(s) Adoptivos:
Familia Adoptiva:
Raza: Paladin
Trabajo:
Bando: Neutro
Rango dentro del Bando:
Habilidades Mágicas:
Conocimientos Especiales:
Objeto Magico Legendario.
Objetos Magicos: Varita de secuoya de 30 centimetros, fibra de corazón de Amaru (dragon mitológico del centro de los andes)

Objetos Mágicos:
Certificados por el Ministerio de Magia.

Objeto: Varita mágica.
Clasificación: AA
Puntos: 20
Total de puntos: 20

Licencia de Aparicion: No
Licencia de Vuelo de Escoba: Si
Mascotas:
Aspecto Físico: Moreno, alto, cabello liso y corto, de ojos pardos. Uso lentes y no suelo combinar muy bien mis prendas.
Cualidades Psicológicas: Aun no mato a nadie.
Historia de Personaje: El muki sigue vivo después de varios siglos de castigo. Encadenado al cuerpo de un eterno adolescente, busca a la sacerdotisa indicada para poder salir de su encierro y seguir con el camino de la muerte, logrando seguir con su vida atascada en el tiempo. Su búsqueda pueda acabarse dado que había encontrado una sacerdotisa nahual en la academia.

Otros Datos: Me gusta el estofado

Bóveda Personal : B 84914

Tenia que arreglar mis cosas. Aunque eran unas pocas cosas. Mi veinti unico jean gastado y mis siete camisetas personalizadas estaban acomodadas en el baul. La decoracion del cuarto no me importaba, habia vivido varios años en lugares peores. Y en situaciones peores.

Aun en mis labios sentia el poco de chocolate que limpie de la mejilla de Celta. Y la sonrojez de su rostro me hizo sonreir de nuevo. PAsara lo que pasara ya la habia encontrado... solo me quedaba volver a enfrentarme con las tareas.

La estatua del centauro se hizo a un lado permitiendo la entrada. Alli la vi, el objetivo de mi busqueda. Como habia osado irse sin dar explicaciones. ¡Y la encontraba festejando! llevaba su copa en la mano cuando nos dejo pasar. Me miro con aquellos ojos cafe defendidos detras de esas gafas y pude leer en ellos que no queria ser avergonzada en frente de los centauros. Se digno a hacerse un lado y nos permitio la entrada.

Pasando el pasadizo de piedra de la entrada el ambiente general comenzo a cambiar por una patina verde, provocada por la humedad. Las raices comenzaron ha hacer aparicion, sin estorbar el camino a un claro. Un ¿bosque debajo de la tierra? tal vez Yavanna y Aule estaban de nuevo con sus travesuras. Alli, en medio del claro estaban reunidos varios chicos. Todos tenian copas y la levantaron a la salud de Walpurgis. ¿Quien seria ese tal? no lo conocia. Solo estaba esa mujer en medio de todos ellos. Sin dudas la jefa de la casa. Nos dio la bienvenida a los recien llegados. Pero parecia que hubieramos interrumpido algo, pues sentia que habia tension en el aire. El chico que llego conmigo penso que necesitariamos un poco mas de brillo y no dudo en subir la iluminacion.

Se respiraba un ambiente tenso. Pero no importaba, por el momento. Ya habia encontrado lo que venia a buscar. Solo quedaba ocuparme de mi. Mi tripas me dolian y la agradable jefa habia aparecido bocaditos para picar junto con las copas. Celta evita mirarme a los ojos, peo sonrio al ver que tiene las mejillas rosadas.

Pero no pude mirarla mas tiempo, la jefa de la casa aprovecho un lapso de silencio para preguntar sobre las clases. Evite reirme al saber que Celta estaria mas que dispuesta a responder aquella pregunta. Siempre estaba inconforme con sus notas. Entonces la jefa sonrio y me miro.

- ¿Yo?- pregunte mientras terminaba de mascar un canape- Para ser mi primer día de escuela y tener que haber hecho tarea me parecio un fastidio. Y me dieron un supera a las expectativas. Nada mal para un día de escuela. Pero espero contar con ayuda en adelante- comente mientras le daba un pequeño codazo a Celta.

La jefa hizo una mueca, no pude descifrar que significaba. Pero dejo de vernos y se dirijio a alguien mas, esperando su respuesta.

El condenado castillo es demasiado grande para mi gusto. Despues de la clase intente, infructuosamente, de encontrar el comedor. Me k-gaba de hambre y la tripa me sonaba. Sin embargo logre localizar la casa a la cual se me habia sido asignado. Los Centauros de Blodwin.

Perfecto, ya era un burro, al menos ahora sere medio humano.

Sin embargo no se me permite entrar. No se la contraseña y los miembros de las casa no saben aun que se me ha sido asignado un cuarto entre ellos...

Solo espero que la mocosa a la que sigo este en esa sala.