Leo Black Lestrange

Leo después de entregar el permiso que había firmado su madre adoptiva, tomó uno de los tinteros que la examinadora Felicity Weasley había llevado como trasladores para cada uno de los alumnos. El muchacho después de ser algo así como succionado por el traslador, sintió que se movía a través de un túnel que se decoloraba a causa de la velocidad que llevaba, era una sensación un poco abrumadora. El objeto los llevó a todos frente a las instalaciones del Ministerio de Magia, donde debían de buscar el Departamento del Consejo Regulador de Escobas.

Estaba vestido con unos pantalones negros que tenía varios rotos, una camiseta azul y un par de tenis. Era la ropa apropiada para presentar una prueba que le exigía que estuviese lo suficientemente cómodo, para tener un buen desempeño; además de eso estaba bien presentado.

Cuando llegó al lugar donde haría el examen pudo ver como la puerta se abría lentamente y aparecía Blackimse, que al parecer ya había presentado la prueba. Cuando ella salió, inmediatamente entró Dark Princess, la compañera de Rol Básico de Leo, quien se veía un poco tranquila. Después de varios minutos, la puerta se volvió a abrir y del lugar salió la joven que había acabado de presentar su examen, luego de que ella pasara por su lado, Leo entró al lugar.

Al otro lado él se sorprendió ante el paisaje que vio. No era una oficina, sino un campo abierto que estaba en el límite de un bosque que al parecer se extendía varios kilómetros a la redonda, el cielo estaba un poco oscurecido, pero aún así se podían ver los rayos de sol que lograban traspasar las nubes. Cerca de la puerta estaba la encargada de evaluar a los estudiantes, quien le dijo:

-Muy bien, lo que tendrás que hacer es lo siguiente: tomarás una de las escobas que se encuentran en el piso y me mostrarás como es que vuelas. Además de ello deberás evitar que este par de bludgers te golpeen- Dicho esto, Felicity abrió una pequeña caja que se encontraba a su lado y de ella salieron disparadas dos bolas que volaban de un lado a otro del lugar. Leo se acercó a una de las escobas, era una barredora. Luego extendió su mano que estaba fría a causa de los nervios y dijo:

-Arriba- Inmediatamente la escoba se elevó hasta la palma de la mano del muchacho. Él se acomodó bien en el objeto mágico y luego le dio una fuerte patada al piso, justo cuando su pie hizo contacto con el suelo, la escoba salió disparada hacia arriba. Mientras más subía, Leo se sentía más libre como si no hubiese ningún lugar mejor en el mundo; el viento le daba directamente en la cara y le despeinaba el cabello, pero esta sensación no lo molestaba para nada. En conclusión, en esos instantes se sentía sumamente feliz y libre, algo que nunca había experimentado totalmente.

Mientras se elevaba, Leo se estabilizó para evitar que la escoba se moviera de un lado al otro. Cuando estuvo a una altura de unos 15 o 20 metros empezó a dar vueltas por todo el lugar. De repente y mientras empezaba a hacer una especie de zig-zag, una de las bludgers pasó rosando sobre su cabeza. Esa misma bludger se devolvió y lo empezó a perseguir, luego la otra pelota también se unió a la persecución, por lo que se vio obligado a coger más y más velocidad.

Gracias a la velocidad que llevaba, se alejó un poco del linde del bosque. Al parecer había perdido a las dos bludgers que intentaban golpearlo o ¿era acaso que la examinadora ya las había guardado? No importaba, porque todo estaba saliendo perfectamente así que se detuvo un momento en el aire para observar el panorama. Luego de contemplar todo aquel lugar volvió a donde estaba Felicity, que se encontraba tomando notas. Leo dio un par de vueltas más, subiendo y bajando tranquilamente, como si desde pequeño hubiera montado en escoba. La examinadora miró al cielo y dijo:

-Listo, ya puedes bajar- El joven descendió ágilmente y cuando estaba a un metro y medio del suelo saltó de la escoba, se dirigió donde la mujer y le preguntó:

-¿Cómo estuve?-

Leo estaba listo para iniciar junto a Spectum el trabajo que Lyra, la directora de El Profeta, les había encargado, es decir, tendrían que investigar qué resultados había traído para el edificio del periódico el atentado y si había quedado algún herido a causa del mismo. El aprendiz estaba un poco nervioso puesto que era su primer día y ya tenía una noticia que cubrir, pero a su vez le parecía que las emociones no se harían esperar en aquel trabajo.

Pero justo en el momento en que se disponía salir junto con su compañero a realizar el reporte, una lechuza desconocida se acercó a él con una nota la cual Leo abrió inmediatamente mientras veía partir de nuevo al ave

Leo

Te informamos que hemos encontrado pistas de los asesinos de Alexander, es de suma importancia que te presentes a las afueras de Ottery.

No había firma ni nada, pero de todas maneras le pareció importante así que se acercó a donde su jefa y le anunció que tenía que partir de forma urgente, ella no le puso peros por lo que se fue donde Spectum y le dijo que probablemente volvería más tarde, pero que aún así podía empezar a trabajar y más tarde él se le uniría.

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La tarde empezaba a caer cuando Leo volvió al edificio un día después de su partida, no podía creer todo el tiempo que había perdido con la esperanza de poder encontrar a los supuestos asesinos de su tutor, pero todo había sido una broma de muy mal gusto por lo que había vuelto resignado y con rabia a El Profeta. Pero había algo que no entendía, ¿cómo era posible qué alguien supiera que estaba en busca del asesino de Alexander? Porque aunque varias personas sabían de su tutor, nadie sabía de los deseos de Leo por obtener venganza.

A pesar de todo eso Leo sabía que no debía gastar su tiempo, así que le escribió una nota a Lyra anunciándole su regreso, ella le respondió que debía trabajar solo puesto que Spectum había sido echado del profeta. Ante la expectativa de trabajar solo él se sintió aún más nervioso, pero decidió que no importaba si era solo como debía trabajar lo haría lo mejor posible.

Cuando llegó al piso de las imprentas vio que había desorden, pero supuso que era menos que el caos en el que se debió convertir aquel lugar ante el ataque. Empezó a ver como varios elfos organizaban papeles y reparan sillas, mesas y otros enceres que habían sido destruidos. Se acercó a donde uno de ellos y le empezó a hacer preguntas. El elfo estaba ocupado, pero aún así respondía a cada pregunta lo mejor posible. Después de esto Leo le preguntó si había algún herido, el ser le respondió que sí, un elfo que se encontraba en San Mungo. Sin más preguntas Leo se dirigió al hospital y buscó al elfo herido para hacerle unas cuantas preguntas.

Al regresar de hacer la nota sobre el ataque se dirigió a la oficina de Lyra y le entregó el reportaje para que fuera revisado.

OFF:

Perdón la tardanza y Lyra ya te envío la nota

Leo estaba pendiente de la reunión de como una joven llamada Liliana llegaba y él supuso que era una de las personas a las que Bel les había mandado una lechuza aunque no estaba seguro y prefería no especular. Todo iba bien, cuando la puerta sonó, la directora con una señal de afirmación le indicó a su compañera a la que lo había recibido que podía abrir la puerta. Ella abrió la puerta de la oficina con una sonrisa.

Justo en el momento en que Bel le daba paso a la mujer que acababa de llegar un fuerte estruendo resonó por todo el edificio, se puso un poco nervioso aunque a la expectativa de saber que sucedería y si les tocaría hacer algo y no pensaba únicamente en un reportaje sino en un duelo o algo así. La chica desconocida explicó que habían un par de personas enmascaradas atacando las imprentas del periódico, a Leo a pesar de no haber iniciado en forma a trabajar allí no le pareció totalmente extraño puesto que sabía que todo periódico y todo reportero corría el riesgo de ser atacado a causa de lo que publicaba y si lo que decía no le gustaba a alguien con poder y de esto tenía constancia puesto que en Colombia varios periódicos muggles y sus jefes en la década de los 90 habían sido atacados por fuertes bandas narcotraficantes.

Por lo que había pensado, no estaba dispuesto a ver como alguien intentaba derrumbar el "poder tras el poder" que era como le gustaba denominar a la comunicación, por ende se puso en pie dispuesto a salir de la sala para ir al ataque de los dos atacantes, pero justo cuando estaba en pie Bel le agarró del brazo y le dijo, también dirigiéndose a Spectum quien también estaba a la expectativa de ir al ataque

-No se les ocurra salir aún-Le hizo caso volviéndose a sentar pues pudo notar preocupación en su rostro

Estaba sumamente atento al ver como Spectum formulaba su pregunta, cuando la hizo y después de obtener respuesta por parte de la directora del diario, además también notó como su compañera Isabel llamaba al elfo que lo había recibido y le entregaba tres cartas distintas, supuso que iban dirigidas para las personas que Lyra había mencionado anteriormente, Leo decidió hacer sus preguntas

-Este, tengo un par de dudas que me acaban de surgir. La primera y que considero de mayor importancia es que al ser yo apenas un aprendiz ¿ayudaré a uno de los reporteros o qué haré? Pues porque no sé ya que usted habla de que nos asignará la noticia aunque nosotros también la debemos de buscar.Espero unos segundos para formular bien en su mente la segunda cuestión y hacerla sin ser un poco indiscreto, aunque sabía que de cualquier forma esa pregunta sería indiscreta.

-La otra pregunta, y espero no ser inoportuno ni que piensen que sólo estoy aquí por ese motivo porque no es así, es ¿de cuánto será la paga?-Se sentía un poco abochornado ante la última pregunta ya que pensaba que lo podrían juzgar o algo así y si lo hacían tendrían toda la razón puesto que era algo acelerado preguntar por aquel tema, pero es que para él era algo de suma importancia...

Estaban todos esperando el ascensor mientras conversaba, principalmente con Isabel que hablaba cosas muy interesantes y que le respondió

-Digamos que soy una de las primeras profetas. Te aseguro que te divertirás mucho, además nosotros siempre nos enteramos de todo antes que nadie- Leo le contestó con asombro

-Wow, entonces ya llevas aquí mucho tiempo jejeje. Si supongo que me divertiré, y además la expectativa de informar lo que sucede en el mundo mágico me genera cierto entusiasmo y a la vez nerviosismo puesto que el medio teniendo tanto control sobre la sociedad puede manejar a las masas-Con esas últimas palabras se sintió como un líder de un sistema y sintió que había sido un comentario un poco est****o y ególatra y que le convenía mejor quedarse callado.

Justo el ascensor estaba apunto de abrirse cuando una chica que se veía sumamente apurada y con rabia se tropezó con Leo quien le estaba dando la espalda al vestíbulo, con el golpe él casi cae al piso pero no fue así, aunque la mujer si lo hizo pues se oyó un gran estruendo. Se volteó inmediatamente donde estaba ella que ya se estaba poniendo en pie mientras que insultaba en lo que a él le pareció era ¿francés?, y al estar de nuevo parada lo fulminó con la mirada, se sonrojó puesto que veía como la chica quería abalanzarse sobre él para golpearlo, pero al parecer se contuvo de los impulsos que Leo creía que ella tenía.

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En el ascensor habían tres reflejos, Leo con disimulo miro el suyo para ver si estaba organizado, porque le parecía algo malo estar mal presentado justo ese primer día. estaba bien su cabello se había despeinado aún más pero estaba bien, sus gafas estaban puestas perfectamente, intentó desarrugar su traje y contempló sus manillas en el reflejo, manillas que siempre lo acompañaban desde que era un niño eran algo especial para él.

Cuando se bajaron del ascensor en el cuarto piso, la chica Isabel le dijo que la siguieran por un largo pasillo que tenía varios retratos que saludaban amablemente y que se veían por su porte que todos habían sido importantes en el periódico. Llegaron frente a una gran puerta y sin necesidad de que nadie tocara una voz femenina dijo desde adentro

-Adelante por favor-

-Perfecto, por favor chicos entren-Isabel entró primero y tras ella entraron Spectum y Leo. La mujer se sentó cerca de la que Leo estaba seguro era Lyra Katara, la directora de El Profeta; mientras que Leo se sentaba un poco más alejado y esperaba a que alguna de las dos mujeres que allí estaban empezaran a hablar.

Leo estuvo de pie unos cinco minutos en el vestíbulo observando mientras que esperaba. Estaba viendo el retrato de un mago que estaba muy ajetreado con su papeleo y por eso no se había dado cuenta de que alguien lo observaba, cuando una joven entró dando un salto con mucha elegancia, y con una sonrisa y una dulce voz que generaba confianza le dijo

-Leo bienvenido! yo soy Isabel, tu nueva compañera-La chica rió y enseño un poco sus dientes, Leo le contesto con un poco de nervios que lo empezaban a embargar ante la expectativa de lo desconocido que lo esperaba en aquel edificio.

-Mucho gusto Isabel, al parecer ya sabes mi nombre-Sonrió un poco apenado y le siguió hablando-Me parece fantástico estar aquí-Después de estas palabras la chica llamó al elfo y le dijo con voz aclara y que denotaba que era una orden

-Musk por favor avísale a Kata que ya estoy con Leo y con Spectum, pregunta si nos veremos en su oficina o en la sala de juntas-Mientras esperaban la respuesta del elfo, siguieron conversando un rato

-Y ¿llevas mucho tiempo aquí en El Profeta?-El joven tenía la certeza de que ese sería un muy buen día, aunque ni siquiera sabía por qué, y ante el último pensamiento sonrió mientras tiraba un poco su cabello para atrás para que no le tapara la vista.

Leo estaba a supremamente feliz, estaba ansioso y con deseos de llegar pronto a su lugar de destino. No sabía lo emocionante que podía ser lograr conseguir lo que quería, bueno no lo sabía hasta esa tarde que estando con su madre Miranda le llegó una lechuza de una persona desconocida diciéndole que había sido aceptado como aprendiz en el profeta y que debía de presentarse inmediatamente en las instalaciones del periódico, aún tenía el sobre en la mano y a pesar de estar caminando rápidamente le dio una releída

 

Señor Leo Evans,

 

Nos complace informarle que su solicitud para ingresar en El Profeta como aprendiz de este medio ha sido aceptada, por lo que le pedimos encarecidamente que se haga presente en las oficinas de El Profeta que se encuentran en el Callejón Diagon lo más pronto posible.

 

Lyra Katara Malfoy

Directora de El Profeta

 

Tenía mucha suerte de estar justamente en el callejón porque así podría asistir rápidamente a las oficinas, aunque no le quedaba muy claro como es que la lechuza lo había encontrado, pero eso no importaba, sólo le interesaba en esos momentos a Leo llegar pronto al lugar indicado en la carta.

Cuando al fin llegó a la edificación de el periódico que según le habían dicho era el medio de comunicación masiva más importante del mundo mágico, Leo sintió como su corazón se enloquecía palpitando rápidamente y también como sus manos se enfriaban a causa de los nervios y la expectativa. Antes de entrar se fijó que estuviera bien organizado viendo su reflejo en una ventana; su cabello como siempre despeinado pero que lucía bien, sus gafas en esos momentos más que nunca lo hacían sentir con cierto toque intelectual, su pantalón negro estaba un poco arrugado, su camisa blanca estaba casi cubierta en toda su totalidad por una capa tan negra como su pantalón. Sonrío ante el reflejo pensando que estaba bien presentado y entró al edificio.

Al entrar un elfo doméstico se acercó a donde él y Leo antes de que el diminuto ser le hablara le dijo

-Buenas, mi nombre es Leo Evans y me llegó un mensaje de parte de la directora diciéndome que mi solicitud como aprendiz había sido aceptada y que debía de presentarme aquí-El elfo asintió y con un gesto le indico al muchacho que lo siguiera y lo llevó a lo que Leo supuso era el vestíbulo del edificio donde también había otro joven hablando con una mujer. El elfo se fue y él se quedó esperando para saber que debía hacer o si debía de esperar a que alguien acudiera, y si era la última opción Leo tuvo la ligera sensación que podría tratarse de la directora, aunque no lo sabía.