Viry Lioncourt Macnair

¡Familia Macnair, cuánto tiempo! ;___; omg el foro está irreconocible, me perdí xDD Ay, no saben qué alegría me da volver a entrar (después de 2 años.. creo o.o) y que la familia siga igual de hermosa que siempre *-* Tal vez regrese a rolear a la mansión, si sí, espero que sea pronto :3 Y si no por lo menos ya vine a dar señales de vida jajajaja ¡Los amodoro!

PD: Espero no estar haciendo spam, tanto tiempo y sólo regreso a eso xDDD

¡Hola familiaaa!

Me disculpo por mi desaparición del rol en la mansión y del foro u.u Pero con el colegio no me da tiempo. Venía a avisarles que mi ausencia seguirá hasta mediados de mayo que es cuando salgo de vacaciones y eso si paso todas mis materias d: Hasta entonces podré rolear a gusto y sin presiones xD Quizá puedo inventarme un secuestro alienígena o algo para explicar mi desaparición de la mansión xDD

En otras cosas... ¡Qué hermoso quedó el árbol, mami! *-* Me encantaron los botones con las imágenes y la nueva organización :3 Me parece que no tengo nada más que pueda ser agregado y ya veré si cambio de habitación (:

Eso es todo, nos vemos dentro de unas semanas Saludos, Macnairs!

¡Hola!

Bueno... tengo una duda enorme... Resulta que estuve fuera del área de rol un buen tiempo así que no me enteré de nada de esto y ahora que lo leo viene mi duda: ¿Puedo editar yo misma mi ficha, sólo esta vez, para poder actualizarla? ya que eso fue lo que entendí d:

Sabía que no debía salir de Ottery, llegaba terriblemente tarde a entregar el formulario y empezaba a sentirme como el conejo blanco de cierto cuento muggle que escuché una vez. Después de ser atendida rápidamente por uno de los trabajadores del Departamento, caminaba con paso rápido hacia donde me habían indicado.

Sentía tantos nervios; sinceramente, para ser vampira, la despartición se me hacía algo doloroso y asqueroso en extremo, esperaba que no me sucediera algo así. Hice una mueca y después sacudí la cabeza intentando apartar esos pensamientos.

Llegué a la puerta, donde rezaba “Centro Examinador de Aparición” en letras doradas. Respiré profundamente y entré. Era tarde, muy tarde. Silenciosa me acerqué a Nathaly y ésta me asintió señalando un aro rojo en una habitación completamente blanca.

–Relájate y concéntrate –susurré a mí misma tomando mi cabeza con ambas manos.

Sentía un cosquilleo en las manos. Me demoré tanto que no vi las pruebas de mis compañeros. Suspiré y finalmente entré al aro. El blanco del lugar fue sustituido inmediatamente por la escasa luz de un teatro. <<¿Un teatro?>>, le pregunté, evidentemente sorprendida, a mi cabeza. No sabía ni en qué pensaba, me esperaba cualquier otro lugar.

Con extrañeza miré el lugar. A mi derecha e izquierda había palcos, los cuales parecían pequeñas habitaciones. Un largo pasillo, rodeado de butacas color rojo, desembocaba en el escenario hecho de duela, con las tradicionales cortinas rojas. Las lámparas iluminaban ciertas partes del lugar, dándole un toque íntimo y cálido.

Hace mucho tiempo que no pisaba un teatro, aunque fuera uno totalmente imaginario como éste. Me puse de puntillas para ver mejor el escenario, encontrándome con el siguiente aro rojo, el cual estaba precisamente en medio. Ahora debía recordar las 3 D si quería pasar el examen, y obvio que quería pasarlo a la primera.

Destino, más claro no podía estar. Bajé los talones y clavé mi vista en el aro rojo del escenario. Por un momento creí que el teatro se había esfumado y volvía a ver sólo la habitación en blanco, pero no era así.

Determinación, susurré en mi mente sin parpadear. Quería estar en mi destino, debía estar ahí. Poco a poco los nervios iban convirtiéndose en adrenalina. Iba a aparecerse allí sana y salva.

Deliberación, cerré los ojos, sintiendo como algo me presionaba y a la vez tiraba fuertemente de mí, como si una aspiradora gigante e invisible me absorbiera.

De repente dejé de sentir aquello y abrí los ojos, mirando con cierta sorpresa el sitio donde había estado antes. Mi respiración era agitada, ¡lo había logrado! Y la emoción y orgullo me inundaban. Miré alrededor esperando que la habitación regresara a su blanco normal, lo cual sucedió en pocos segundos. Con una gran sonrisa caminé de regreso hacia la examinadora.

Salí del Departamento de Transportes rumbo al claro donde rendiría la prueba de vuelo. Los nervios se dejaban notar en mis manos, que transpiraban sangre. Apreté los ojos y traté de calmarme, sin lograrlo.

Llegué al claro rodeado de naturaleza, miré alrededor de mí hasta que mis ojos verdes se detuvieron en la profesora Nicole, que estaba sentada en un tronco.

La primera en pasar fue Little, la cual me hizo reír al ver que varias prendas de ropa trataban de derribarla, el siguiente fue Cronos quien hábilmente esquivo rocas y un par de murciélagos.

Ahora era mi turno, fui hasta la profesora Nicole, que me señaló una caja donde habían varias escobas de madera oscura. Me incliné, tomé una y, después de restregar mis manos en mi chamarra de cuero, subí pasando primero la pierna derecha, me acomodé y finalmente di una patada en el suelo que hizo que la escoba se elevara horizontalmente.

Me sostuve fuertemente del mango, evitando romperlo y me incliné hacia adelante ganando más altura. Una vez estuve a unos treinta metros del suelo el panorama empezó a cambiar: rápidamente apareció una veintena de globos aerostáticos. Coloqué mis pies firmemente en las posaderas al final de la escoba e inclinándome hacia adelante, una vez más, empecé a dar vueltas alrededor de éstos en zig-zag y de arriba a abajo. Al terminar me pareció tan fácil, que imaginé algo con un poco más de dificultad, aprovechando que los nervios habían sido sustituidos por la adrenalina.

Los globos desaparecieron, dejando en su lugar un bosque lleno de sauces boxeadores. Tragué saliva y me aferré a la escoba avanzando lentamente, llegando a la orilla del bosque. El primer árbol comenzó a moverse bruscamente, y con él los demás también, obligándome a girar varias veces en la escoba hacia todas direcciones. Mi largo cabello ondeaba peligrosamente cerca de las ramas y me reprimí mentalmente por no haberlo recogido antes.

Cuando estaba a punto de salir, vi que una gran rama se aproximaba velozmente hacia mí, haciendo que me elevara en un movimiento rápido. El escenario cambió radicalmente a una montaña nevada que parecía despejada así que me permití un gran respiro que fue interrumpido súbitamente por una bola de nieve que impactó en mi mejilla.

Miré a todos lados y vi más bolas de nieve del tamaño de un balón de futbol que comenzaron a salir de quién sabe dónde, directo a mí, tratando de derribarme. Varias impactaron creando una turbulencia en la escoba.

El escenario volvió a su aspecto original y después de quitar la nieve que quedó sobre mí con la mano, descendí a una velocidad normal y una vez en tierra bajé de la escoba.

- Qué nevada tan alucinante –dije susurrando para mí misma, al tiempo que ponía la escoba de nuevo en la caja y sonreía a la profesora.

- Espero haber hecho bien la prueba –suspiré aliviada.

Prince me miró y ambas asentimos una a la otra, volveríamos a hacer mancuerna e intentar abrir el portal y finalizar la prueba. Miré a todos los dragones ahí reunidos sonriendo, la emoción se dejaba sentir. Era mi primer torneo de las casas y estaba decidida a que los Dragones lo ganarían.

Prince empuñó su varita ya lista, respiré profundamente varias veces alejando algunos mechones de mi rostro, apreté los labios en un intento de concentración y le asentí a mi compañera. Apreté fuertemente mi varita, apunté al frente, y tanto Prince como yo dijimos con la fuerza digna de un dragón:

-¡Portarum Abrirum!

El hechizo salió perfecto una vez más y el portal apareció frente a nosotras, aumentando (si se podía) aún más nuestro alegre bullicio.

- Adelante dragones, ya estamos muy cerca -animé a mis compañeros que felices se precipitaron al portal uno a uno, quedando yo como última.

Mientras cruzaba el portal, la idea de una fiesta de celebración en la casa de los Dragones se intensificaba en mi mente, haciéndome sonreír abiertamente.

Al llegar al último destino todos los presentes estallamos en gritos de alegría y emoción.

Atravesamos el portal, un tanto psicodélico de hecho, directo a los baños averiados de la Academia. No estaba muy segura de lo que seguía, pero apoyaría hasta el final a mi casa. Tenía aferrada la varita a mi mano, además de una gran sonrisa en el rostro, como todos.

Un chico nos animó a todos

- Venga, enhorabuena a todos por lo que estamos logrando!! Vamos a ser legendarios!! Solo queda un portal mas para abrir y, usando la receta que llevamos usando hasta ahora, llegaremos al destino final en cuestión de minutos!! Me está agradando mucho la solidaridad que desprendeis cada uno de vosotros... -además de preguntar si alguien se animaba a abrir el portal por sí sólo, o sí Prince y yo volvíamos a realizar la hazaña de la Librería. Volteé a ver a la chica expectante.

- ¿Volvemos a abrirlo juntas? Tal vez así sea más fácil y rápido -le pregunté con una sonrisa que dejaba ver toda la emoción.

La chica lo estaba pensando, sólo quedaba un portal más y entonces, no sabía lo que pasaría, pero ya organizaba en mi mente una gran fiesta en la casa de los Dragones.