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Dark Ghost Gryffindor

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Mensajes publicados por Dark Ghost Gryffindor


  1. Título de la canción: Asustado estoy

    Nombre del cantante/grupo: Nacha Pop

    Género musical: Pop/Rock

    Dedicatoria: A la chica de mis sueños, la que siempre amaré.



    Pierdo el norte,

    me vuelvo torpe, cansado

    Aún recuerdo como fue...

    como te perdí


    Fui un ingenuo,

    fui tan iluso

    Yo pensaba resistir,

    confiaba en ser capaz

    de olvidarte así


    Voy a ciegas,

    dando tumbos,

    sin dirección


    Te fuiste sin decir adiós

    y pensé poder vivir

    sin tus besos

    ni tu ternura

    Pero luego no fue así

    Hoy quiero verte,

    bañarme en ti


    Asustado estoy en un rincón,

    desarmado y con temor,

    vuelve

    Asustado estoy y lo peor

    tiritando sin control,

    vuelve


    Que calores,

    sinsabores, que soledad

    Intento todavía hallar,

    esa oportunidad

    Que me salve,

    que te devuelva aquí

    Tengo miedo de no ser feliz,

    De castigarme,

    de culparme a mí


    Asustado estoy en un rincón,

    desarmado y con temor,

    vuelve

    Asustado estoy y lo peor

    tiritando sin control,

    vuelve.


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  2. Hola! Vengo a actualizar la ficha al formato actual por fin! Después de mucho tiempo. Avísenme por favor si hay algún problema.

    Gracias.

     

     

     

     

     

    http://i38.photobucket.com/albums/e113/Ddoouug/winter_zps2vwquv6s.png

    Datos Personales:

    Nombre del Personaje: Dark Ghost Gryffindor

    Sexo: Masculino

    Edad: Joven.

    Nacionalidad: Británica.

    Familia(s):
    * Familia Gryffindor
    * Familia Macnair


    Padre(s) Sanguíneo:

    Annick McKinnon

    Elvis F. Gryffindor


    Padre(s) Adoptivos:
    Latil Triviani Tonks

    Trabajo:

     

    Poderes Mágicos:


    Rango Social: Aprendiz.

    Bando: Neutral

    Rango dentro del Bando:


    Puntos de poder en objetos:

    Quote

    Hechizos adicionales:


    Puntos de poder en criaturas:

    Quote

    Criaturas controlables en asaltos y duelos:


    Habilidades Mágicas: --


    Conocimientos Especiales: --

     

    Raza: Vampiro


    Aspecto Físico:
    Es un joven atractivo de piel blanca. Tiene cabello rubio un poco despeinado que no le alcanza a llegar a los hombros. Sus ojos la mayoría del tiempo son color verde esmeralda, pero cambian según sus emociones. Mide 1'80 y tiene un cuerpo atlético sin ser muy marcado. En su pecho tiene una cicatriz en forma de equis la cual fue infligida antes de su conversión en vampiro.

    Se viste de manera de elegante, con camisa y corbata, o de manera casual, camiseta y jeans, depende de como se sienta y de la situación.


    Cualidades Psicológicas:
    En el exterior Dark parece ser un personaje bastante distraído, como si viviera en su propio mundo. Es amable y respetuoso hacia los demás. Pero la verdad es que su locura pareciera no tener limites en la mayoría de las situaciones. Es alguien sádico el cual no necesita una razón lógica para matar, ya que para alimentar su sed sería suficiente. Debido a que todavía conserva sus cualidades humanas, no es capaz de hacer todo lo malo y cruel que pasa por su cabeza.

    Es una persona solitaria. Le encanta admirar a la naturaleza y se la pasa la mayoría del tiempo abajo de algún árbol. Le gusta leer y escuchar música. Lee y escucha todo lo que le atraiga y que le parezca agradable. Por lo que no tiene un género que lo defina. Busca siempre lo que para es calidad en las diferentes artes.

    Siempre está atento de todo lo que está pasando y tiene gran rapidez mental. Le encanta cuando una situación se sale de control. No teme a enfrentarse a algo que le pueda ocasionar la muerte. Añora por ella y disfruta aún más cuando sabe que una situación es de vida o muerte.

    No tiene una meta clara. No busca ser alguien importante en su comunidad. Solo busca saciar su satisfacción en los pequeños retos que se impone. Tiene una debilidad por las mujeres y muchas veces se han desaprovechado de esta debilidad. El vampiro por más que quisiera no podría poner en peligro la vida de una mujer.

    A pesar de ser todo es alguien que se preocupa por las personas que le importan. Daría su vida por la mayoría de ellas y busca siempre estar en buenas condiciones con ellos.

    Historia:

    (En construcción)




    Pertenencias:


    Objeto Magico Legendario:


    Objetos Magicos:

    Objeto 1: Varita mágica
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20

    Objeto 2:
    Clasificación:
    Puntos de poder:

    Mascotas y Criaturas:
    Criatura 1:
    Clasificación:
    Puntos de poder:


    Criaturas en la Reserva:
    Criatura 1:
    Clasificación:
    Puntos de poder:


    Elfos:




    Licencias, Tasas, Registros:


    Licencia de Aparición:

    Licencia de Vuelo de Escoba:

    Registro de XXX:


    Otros Datos:


    Otros datos:


    Cronología de cargos:


    Premios y reconocimientos:



    Links de Interés Referentes al Personaje:


    Link al Perfil de Comprador MM: --
    Link a Bóveda Personal: Boveda 90535
    Link a Bóveda Trastera:
    Link a Bóveda de Negocio:
    Link a Bóveda Familiar 1: Boveda Familia 104490

    Link a Bóveda Familiar 2:Boveda Familia 97112

  3. El rubio escuchaba atentamente a la respuesta de Anna mientras estiraba un poco sus extremidades, se encontraban algo entumecidas por el tiempo que su cuerpo había estado reposando en el suelo. Sus ojos miel dedicaron una mirada larga al cielo, o más bien a las nubes que lo cubrían casi totalmente. Estas resultaban ser muy convenientes en este momento, ya que escondían al sol y a su detestable luz.

     

    Los orbes amarillos de Dark cambiaron de dirección para dirigirse de nuevo a las demonios que lo acompañaban. El mago esbozó una pequeña sonrisa al escuchar lo que Anna le decía. -Pues no lo dudo tanto, la verdad es que nunca me sentí tan seguro como lo estoy ahora. ¡Oh! Así que también eres directora, con mayor razón no podrías dejar Londres como lo he hecho yo, muchos magos morirían, tal vez. ¿Y es bastante difícil? ¿Ser directora?- Dijo el rubio en forma de broma, aunque probablemente eso es lo que pasaría si Dark estuviera a cargo de algún hospital.

     

    El vampiro dirigió de nuevo su atención a Juve. No dejó de mirarla a los ojos cuando ella tenía la palabra, mientras esto pasaba una suave brisa danzaba con delicadez y fragilidad junto a las verdes hojas del árbol donde el cuerpo de la demonio reposaba. Aquella danza traía consigo el dulce y empalagoso olor de la primavera. La primavera y el verano, sobrevivir aquellas estaciones nunca había sido una tarea sencilla para el vampiro y nunca lo sería.

     

    -No, no te puedes esconder de mi ahora, ya que no te quiero perder de vista.- exclamó el mago dirigiéndose a Juve.-Mmm... ¿Anna me mataría...? Supongo que podría correr el riesgo- dijo Dark una vez más mientras que apoyaba su barbilla en su hombro derecho, acercando su cuerpo un poco más hacia Juve. -Supongo que puedes confiar en que no te haré daño, moriría antes de hacerle daño a una mujer, en especial a una tan bella como tu-. Finalizó el rubio mientras una suave sonrisa salía de sus labios, no podía evitar el interés que sentía por aquel demonio,

     

    La conversación fue interrumpida por alguien nuevo, Dark reconocía aquella esencia, quizás habían sido compañeros en la misma clase. -Mmm... agh... que mala memoria ...- pensó el mago con algo de molestia por no poder recordar bien.-Eres bienvenida de acompañarnos, perdón por recibirte sentados. Anna tuvo un día pesado y sugirió la idea de sentarnos en el suelo. ¿Cómo te encuentras el día de hoy?- Dijo el mago en tono de broma dirigiendo sus palabras a Sira, quien acaba de llegar.

     

    -¿Vendrías a buscarme Juve?, eso suena interesante.- expresó el mago mientras su rostro dibujaba una sonrisa. -Pero como te dije, no pienso perderme. Planeo durar más de lo que acostumbro, así que verás mucho más de Dark, al menos eso espero-.

     

    El mago se dirigió de nuevo a Anna, quien le confirmaba que ella y Juve no eran hermanas sanguíneas y pues de hecho sus rostros y facciones también lo decían, ya que no mostraban ningún parecido o al menos el rubio no lo veía. El vampiro se despeinó un poco los cabellos amarillos que descansaban en su cabeza con sus largas manos mientras pensaba en que responder.

     

    -Gracias por el cumplido Anna, de hecho si me considero un romántico y tengo cierta afección por aquellos artistas y autores romanticistas y trágicos, como Beethoven o Chopin. ¿Y tu Anna, cómo te considerarías?- preguntó Dark mientras su mirada pasaba a los ojos de Juve. -No, no, no soy ningún fan y menos un acosador. Supongo que por ser la directora e hija del ministro te he reconocido, pero no soy un fan tuyo, por ahora.- exclamó el mago, y sus dos manos volvieron a reposar en el pasto.

  4. La sonrisa de Dark estaba plasmada en su cara, esto era porque quizás el rubio se encontraba feliz por volver a Londres, aunque eso nunca le generaba esta sensación; era mas bien la compañía con la que se encontraba. El sexo femenino era la gran debilidad del vampiro, era como el alcohol para los humanos o algún aún más inexplicable, simplemente le surgía el deseo de prestar toda su atención, el deseo de entablar una conversación provechosa y de ser mejor persona, o mas bien, mejor vampiro.

     

    La mano derecha del rubio se apartó de su abrigo cuando Juve aceptó su invitación para sentarse en él. El mago escuchó atentamente a lo que Anna le decía, una corta risa salió de su boca al escuchar lo que decía de la academia, sin duda Dark siempre había evitado terminar sus estudios. Pero la verdad nunca le había parecido de gran importancia, al pasar de los años habían cosas que se volvían monótonas aunque estas fueran extraordinarias.

     

    Habían tiempos en que nada le resultaba interesante al rubio, incluso la música, su gran amor, no podía hacer nada para que cambiase de opinión, todo se volvía polvo y esa era la maldición de los vampiros, el maldito tiempo que era eterno, que nunca se detenía y que lo volvía lo peor de los monstruos. Pero Dark volvía a la cordura cuando regresaba de aquellos viajes, muchas veces eran más que necesarios.

     

    -Si, ya no tengo ninguna excusa para terminar la academia. De hecho esta vez me siento un poco más motivado, sino no hubiese regresado pero voy a tratar de quedarme el mayor tiempo posible- respondió el mago a la pregunta de Anna. mientras los dedos de su mano izquierda, largos y delgados, jugaban con los cabellos dorados de la parte trasera de su cabeza, se dirigió una vez mas al demonio - Me parece perfecto si te gusta tu trabajo ya que entonces no hay tanta necesidad de salir, quizás eso es lo que yo necesito. ¿A qué te dedicas Anna?-

     

    Los ojos miel del rubio pasaron de la mirada de Anna a la mirada de Juve. Aquellos ojos azules tan poderosos y penetrantes. El ojos miel suponía que para los humanos sería más difícil mirar hacia esos ojos, te podrías perder y nunca regresar. El mago prestó atención a lo que Juve decía. -¿Hija del ministro? Claro, por eso había escuchado su nombre.- Pensó el mago mientras sus dedos pasaban por su cuello blanco.

     

    -Si, esta vez prometo no perderme, por lo menos no perderme de ti ya que me encantaría conocerte- le respondió Dark a Juve mientras guiñaba uno de sus ojos. -Pues Londres en general no ha cambiado mucho, o por lo menos para mi es algo que es inmutable, al ser mi hogar siempre veo lo mismo o pues siempre me identifico con las mismas cosas, eso es lo que más me gusta, saber que pertenezco a este lugar-.

     

    El vampiro volvió a escuchar Juve cuando ella le hacía otra pregunta. -Mmm interés especial para quedarme en Londres ... No lo había pensado de esa manera- Se dijo el mago en su mente. Tenía razón, las ganas de Dark por quedarse en Londres podían durar aún más si él tuviese una meta para quedarse, por ahora lo que tenía que hacer era encontrar esa meta.

     

    -Pues... Mmm que te cuento, soy un simple chico de 19 años perdido en el mundo moderno- exclamó el vampiro con una sonrisa traviesa, la mayoría de los magos no estaban al tanto de la edad que él tenía, las apariencias engañaban. -Y pues supongo que no tengo un gran objetivo, quizás enamorarme, casarme, tener hijos o algo así pero en un futuro algo lejano porque ahora quiero encontrar un trabajo, algo que hacer mientras estoy cursando la academia, así gano un poco de experiencia.- exclamó el mago con algo de determinación en lo que decía.

     

    -Debo decir que también disfruto del vino, en especial el rojo color sangre y que la música es una de mis grandes pasiones. Así como sumergirme en los libros y poemas, me encanta viajar como ya lo sabrán- dijo sonriendo una vez más- Pero, perdón si les pregunto, ¿Son hermanas sanguíneas? No todos los días se conoce a la hija del ministro y si son dos soy mas que afortunado-.

     

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  5. -Hola ¿Oniria? ¿Es correcto? Es un placer conocerte- sonrió Dark y por un instante se olvidaba del problema que tenían al frente, ya que a pesar de eso no quería ser rudo con su nueva compañera de casa.

     

    Gracias a las acciones y ordenes de Fengari los doxys habían sido inmovilizados. Primero los magos presentes habían apuntado sus varitas en el aire y suspendido los cuerpos de aquella molesta plaga temporalmente con el hechizo "Impedimenta", al instante ya los habían juntado y encerrado en una pequeña jaula. El mago pensaba que sin duda Fengari era el tipo de persona que le gustaba dar ordenes, lo cual no le molestaba al rubio, ya que después de todo ella era la jefa de la casa.

     

    En el momento en que todo esto pasaba alguien más entró en la habitación para darles una ayuda extra a los magos. Se trataba del nuevo jefe de la casa de los dragones. El rubio no podía evitar sentir que ese presencia ya la había sentido antes, o que lo conocía de alguna parte. ¿Quizá un profesor de la academia? O más, se trataba de un mago famoso. -Mmm... vaya vaya, no soy bueno con los nombres- pensó el mago mientras guardaba su varita en el bolsillo derecho de su pantalón.

     

    -Bueno, bueno, parece que todo está bajo control- suspiró el ojos miel mientras miraba la jaula, que Fengari usaba como silla, donde los doxys se encontraban. Entonces ella misma utilizó algo de sarcasmo para recibir al nuevo jefe de casa. -Mmm... y también es algo ruda...- Pensó el vampiro una vez más, trataba de conocer a las personas con las que compartiría este lugar, el lugar donde pasaría la mayoría del tiempo, o al menos el lugar donde pasaría la noche.

     

    -Mucho gusto Nathan, como Fengari lo ha dicho, soy Dark y en un placer conocerte- exclamó Dark extendiendo su mano, trataba de ser amable con el mago y de causar una buena impresión.

     

    Una buena primera impresión era lo mejor en la mayoría de los casos, los humanos y las demás criaturas se dejaban llevar por ella, y a veces definía a la persona como sí, cuando en realidad muchos factores influían, ya que la persona podría estar pasando por un pésimo día o simplemente su personalidad era tímida, no muy sociable. En todo caso, lo más preferible era conseguir la mejor impresión.

  6. El rubio mostró una vez más su sonrisa, mostrando la aprobación de la idea de Anna de sentarse en el suelo para poder platicar mejor. Esperó a que Anna y Juve tomaran asiento, aunque Juve no quiso hacerlo. El vampiro se pregunto si la demonio estaría cómoda estando de pie, a pesar de ser una demonio no iba a permitir que aquella dama se recostara al lado de ese viejo tronco.


    -Perdón por la interrupción Juve, pero te presto mi abrigo si quieres para que te sientes sobre el- expresó el mago sacudiendo su abrigo de lana color negro, era bastante cómodo para que la demonio se sentara. Así estaría más cerca de Anna y de Dark.


    El mago se dirigió una vez a Juve: -Es un placer conocerte al fin- exclamó el rubio mientras su cabeza giraba y sus ojos miel esta vez se encontraban con los ojos de Anna. Los dedos de la mano derecha de Dark subieron hasta encontrar su barbilla, la acarició suavemente mientras pensaba como responder la pregunta de Anna.


    -Londres está perfecto, sin duda es mi hogar- expresó el mago mientras su mano derecha pasaba de nuevo a apoyarse en el suelo. -Estuve un tiempo por Francia, despejando un poco mi mente de todo, estaba algo fastidiado y siempre elijo escapar antes de lidiar con el problema- dijo el mago y dio un suspiro,-la historia de mi vida. Pero sin duda me encuentro mejor, más vivo y listo para entrar a la academia, si no estoy mal retomo las clases en una semana-.


    El mago se recordó lo bello que había estado Francia durante su estancia en este invierno. Ese país nunca pasaba desapercibido, era uno de los favoritos de Dark, en especial la ciudad de Mónaco donde le encantaba perderse, perderse en las calles, perderse entre la gente. Caminar, viajar, conocer, caminar más siempre encontrado algo hermoso, algo viejo pero nuevo para el.


    -¿Y ustedes? ¿Cómo pasaron este invierno?- dijo el ojos miel dirigiéndose a las dos damas. -Por cierto Juve, ¿A qué te dedicas?-


  7. Dark se sorprendió al ver la pequeñas criaturas que revoloteaban en el aire, a primera vista no sabía de que se trataba pero al ver que las dos magas habían sacado sus varitas el rubio hizo lo mismo sin perder de vista al objetivo. Sus ojos miel intentaban identificar las feas criaturas pero sólo supo que eran cuando Fengari, una de las jefas de la casa de los dragones, mencionó su nombre, doxys. ¿Doxys? Se sorprendió el vampiro al no haberlos podido reconocer, entonces su postura ya no fue tan relajada.

     

    -Wow, estas cosas muerden, ¿no? - dijo el rubio dirigiéndose a Fengari. -Pero no sé como atacarlos, se necesita una poción especial para matarlos-. Exclamó el rubio mientras se quitaba la capa que llevaba puesta para tener protección extra.

     

    Mientras tanto aquellas cosas no hacían si burlarse imitando sonidos casi como el de una risa, algo que sin duda fastidiaba al mago. Pero eran tontos y torpes no hacían sino chocar contra las paredes y ventanas, como si apenas estuvieran aprendiendo a volar. Aunque Dark sabía que eran un problema, ya que la mordida de un doxy llevaba con ella un veneno, veneno que tenía que ser tratado con un antídoto así que debían ser destruidos antes de que hirieran a alguien.

     

    El ojos miel reaccionó cuando vio que uno de ellos tenía la intención de atacarlo, por lo que alistó su abrigo y lo golpeó justo cuando este se había acercado lo suficiente. El doxy cayó en el suelo sin poder volar más, el rubio alzó su cabeza y decidió esperar alguna instrucción de Fengari, ya que no sabía que hechizo utilizar.

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  8. La sala común de la casa de los Dragones de Lancashire era cómoda y muy cálida, al menos así sentía Dark. Sus ojos color miel visualizaban las hojas de un viejo libre que sostenía en los largos dedos de su mano derecha, pero más que un libro era un mal de palabras, al final de cada capitulo una ola de misterio o de sorpresa aparecía, y la historia se hacía cada vez más interesante, más intrigante, el mago se sentía agradecido a los humanos porque seguía encontrando grandes obras literarias a pesar del largo tiempo que había vivido.

     

    El mago no había dejado de contemplar el libro en toda la mañana, como si hubiera entrado en una especie de trance o de hipnosis, sin duda el autor era uno de sus favoritos y a pesar de no ser tan famoso Dark lo consideraba todo un genio. Su forma oscura de narrar la historia, justo con algo de locura y violencia, era algo único e inigualable.

     

    El silencio era abismal, sólo la fina respiración del rubio era escuchada, sólo el movimiento de las hojas del libro o el movimiento de su cuerpo se percibían; pero todo tenía una explicación, todavía era muy temprano y el sol apenas comenzaba a salir. La fuerte luz que este gran astro generaba pronto espantaría al vampiro del estado de extrema relajación que tenía. Los dedos del mago se acercaron hacía su cabeza para acariciar los cabellos dorados que caían en su frente, jugaban con ellos sin perder la concentración.

     

    Pero de pronto se rompió el silencio, un chillido salió de repente de uno de los dormitorios. El mago se levantó de un salto y dejó el libro sobre el sillón donde se encontraba sentado para averiguar que había generado aquel sonido. Sus pies descalzos avanzaron hacia el pasillo de donde venían aquellos ruidos y pronto supo que era la habitación de sus compañeras de casa. El rubio nunca había estado tan cerca de está habitación, todavía era nuevo en la casa y no tenía tanta confianza, pero decidió tocar la puerta para averiguar que era lo que pasaba.

     

    - ¡Hola, hola! ¿Pasó algo? ¿Se encuentran bien? - Exclamó el mago mientras el puño de su mano derecha descansaba en la puerta. Esperaba que nada malo hubiese pasado.

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  9. El cuerpo de Dark se encontraba descansando en el suelo, sus grandes manos sostenían su cabeza haciendo que sus brazos estuviesen arqueados. Había decido no cerrar los ojos pero poder observar el paisaje que lo rodeaba, pero había cierto pensamiento que no podía sacar de su cabeza, como si se le hubiese olvidado algo importante. El rubio cerró los ojos con fuerza para intentar averiguar que era lo que no recordaba, ya que por algo en especial había decido ir a la academia ese mismo día.

     

    -Vaya, vaya ... mi memoria no puede estar tan mala- Suspiró el vampiro mientras sus dedos jugaban con una pequeña flor que había encontrado a su lado. -Ojala no fuese algo tan importante- suscitó una vez más acomodando su espalda y estirando sus piernas. Dark intentaba de no concentrarse tanto en lo que pasaba a su alrededor, pero era inevitable, aunque cerrase sus ojos sus oídos escuchaban todo y su nariz sentía cualquier humor que aparecía.

     

    Entonces, el rubio sintió como dos demonios se acercaban y de repente escuchó una voz que iba dirigida hacía el. Cuando el mago alzó la mirada para ver de quien se trataba inmediatamente recordó porque había decido ir a la academia ese día. Se levantó de un salto y sonrió al ver las dos hermosas damas que se encontraban al frente de el, normalmente Dark no tenía tanta suerte.

     

    La mejilla de Dark recibió con mucho gusto el beso de Anna. -Hola, es un gusto poder verte al fin- expresó el mago con aire de disculpa, entonces se dirigió a la bella mujer demonio que la acompañaba, Juve. -Hola, mi nombre es Dark. Es un placer conocerte - Exclamó el mago mientras su mano se extendía en forma de saludo. - Llegaron a tiempo, apenas acababa de llegar. Perdón por esperarlas en el suelo, me he resbalado y he encontrado el suelo bastante cómodo- exclamó una vez más el vampiro con una gran sonrisa y un poco de risa.

  10. Los pasos de Dark eran largos y lentos, se dirigían a ninguna dirección. Sus ojos miel sólo miraban el techo del pasillo, viejo y sucio, mientras sus manos reposaban en la parte trasera de su cuello. Por sus labios fruncidos pasaba un soplido que producía sonido, un silbido que intentaba imitar aquella canción la cual Dark había tenido grabada en su cabeza todo el día.

     

    El rubio se encontraba en verdadera calma, intentaba disfrutar de las comodidades y el tiempo que tenía al no estudiar, pero cierta preocupación surgía cuando se daba cuenta de lo perezoso que andaba, quizás perdiendo el tiempo. Aunque todo preocupación se disipaba al instante ya que Dark tenía la habilidad de omitir pensamientos innecesarios.

     

    El ojos miel dejó de mirar hacía arriba y decidió buscar un lugar donde sentarse para no tener que caminar más y sólo descansar, quizás dormir; pero dormir no era posible debido a su condición de vampiro. Si algo envidiaba Dark de las otras criaturas era el no poder dormir, después de haber vivido tanto tiempo había entendido su importancia, a pesar de no sentir cansancio, era algo más que una necesidad física, algo psicológico que calmaba a los humanos haciendo que se olvidaran del mundo; de las preocupaciones y de los malos deseos, o sino lo reproducían en sus pesadillas y sueños. Tal vez la locura y sed de violencia a pesar de ser un instinto de los vampiros radicaba en la privación del sueño.

     

    Las piernas detuvieron el movimiento que llevaban haciendo como por media hora cuando al frente del vampiro se encontraban los jardines de sumaes. A pesar de que hubieran varias personas el mago sabía que era el lugar perfecto y entonces no dudo en adentrarse en el o mas bien en salir de los oscuros pasillos para ser tocado por la luz del sol que por suerte estaba ocultado por las nubes.

    Dark miró a su alrededor rápidamente y encontró un lugar donde recostarse. Llego hasta el e hizo un gesto humano, casi como el de un bostezo. -Nadie sabe que soy vampiro así que podría pretender que estoy durmiendo- pensó el mago mientras dejaba caer su cuerpo sin aguantar el golpe con sus manos y dejando que le impactara en su cara y todo el cuerpo, se le había olvidado que estaba pretendiendo ser un humano, pero de seguro nadie lo había notado.

     

    Decidió darse la vuelta para dejar de mirar el suelo, y miró a su alrededor ya que quizás alguien que conocía se encontraba en el jardín. Revisó rápidamente, casi desapercibido mientras su brazo ocultaban un poco sus ojos miel. -Vaya parece que si hay gente, pero no reconozco a nadie-

  11. El rubio cruzaba los pasillos de forma rápida y severa, se encontraba preocupado porque el tiempo se le había hecho corto e iba llegar tarde a la fiesta de la academia de la cual se había enterado hace algunos días. Sus orbes color miel solo divisan el camino necesario para llegar a su destino, tan concentrado estaba en llegar al lugar de la fiesta que había cegado todo aquello que no tuviera que ver con ella, como los alumnos o diferentes magos que estuvieran en su camino, aunque el podía esquivar todo lo no importante gracias a su magnífico olfato que lo advertía de cualquier obstáculo.

     

    La ropa que llevaba puesta Dark era similar a lo que siempre había estado acostumbrado a vestir. Una camisa blanca, no blanca, más bien color hueso con unas mancornas color dorado, de hecho estaban hechas de oro, un pantalón café oscuro muy suave y fino, unos zapatos negros muy elegantes y sus favoritos, y finalmente una capa que colgaba de sus brazos y vaya que era un estorbo. A pesar de que hiciera frío el cuerpo del vampiro podría soportar aquella temperatura sin ningún problema, incluso su piel podría estar más fría que la que había en el ambiente por lo que Dark ni cuenta se daba,

     

    La velocidad del ojos miel era tan extraordinaria como la de cualquier vampiro, pero recorrer los pasillos de la academia nunca había sido fácil para el. Se había perdido innumerables veces, debido a eso no era capaz de llegar a clase a tiempo y por eso no se había logrado graduar en todo este tiempo, o esa era la excusa que daba. A pesar de ser un vampiro, la mejor y más fuerte raza que no tenía los incontables defectos que los humanos, los licántropos (esos perros sucios y peludos) o los demonios (esos tenían todos los defectos), Dark a veces se codeaba con la pereza como su mejor amiga. El único "pecado capital" con el que el vampiro sentía remordimiento, los demás pecados solo eran muy divertidos y si estos enojaban al tal "Dios" se disfrutaban aún más.

     

    Cuando Dark se encontraba demasiado cerca de su destino varias esencias desaparecieron totalmente del lugar, por lo que estaban utilizando trasladores y sino llegaba a tiempo no lograría asistir a la gran fiesta. Finalmente llegó y pudo ver que solo había un mago en el lugar, de hecho era un licántropo, tendría que ser amable con aquel perro que vestía de cabello castaño oscuro y de un gran cuerpo, de hecho cuando se trataba de una mujer se le olvidaba su desprecio por aquella raza.

     

    - ¡Oh! ¡Vaya! Parece que llegué a tiempo- exclamó el vampiro con una gran sonrisa. -Me presento, mi nombre es Dark Ghost y es un placer conocerte- exclamó el vampiro una vez más moviendo su pecho y abdomen hacia adelante haciendo una pequeña venia. Los modales eran algo que nunca podían faltar y se trataba de una dama era imperdonable no ser un caballero, incluso si se trataba de un licántropo. -Perdón por la demora, pero me podrían incluir en su ... travesía, por favor- suscitó Dark mientras sus ojos brillaban cada vez más por la emoción que le había generado saber que el evento tomaría lugar en otra parte.

     

    Off:

     

    Hola, hola a todas! Perdón por llegar tarde, por fis por fis dejen que las acompañe ensu viaje. :lol:

  12. Usualmente, cuando un grupo de personas se conocían por primera vez se necesitaba de un juego o de una actividad para comenzar a comunicarse entre ellos. Normalmente las personas en esta situación tenían grandes expectativas e iban con la intención de causar la mejor intención, de no molestar o destacarse en el primer día de clases. pero este grupo era diferente. Desde que Dark había llegado el salón no se dejaban de escuchar voces mientras las presentaciones se llevaban acabo, varias parejas de estudiantes habían comenzado hablar y una especial no paraba de conversar.

     

    Quizás había un gran interés por parte de los dos, quizás esta era la forma de mostrar lo nerviosos que estaban, o quizás no les importaba la clase siendo de esas personas que no respetan a los demás y que no les importan lo que los demás piensen de ellos, lo cual es aceptable pero iniciar un dialogo en medio de la presentación de los que serían sus futuros compañeros era algo que disgustaba al rubio.

     

    Por lo menos el vampiro, que tampoco tenía gran interés por las presentaciones, se dedicaba a observar a través de la ventana el día que comenzaba y los tenues rayos del sol apenas tiñendo la blanca nieve sin decir una sola palabra, al menos por respeto a los demás. Sus ojos miel se posaron sobre el rostro de la profesora Rias, la cual se veía incomoda por lo que estaba ocurriendo dentro del salón y no demoró en intervenir en la conversación de dos estudiantes.

     

    ¿La chica que se cree cotorra? ¿Cara de pingüino? Dark no pudo evitar soltar una carcajada al escuchar esos apodos por parte de la profesora. Eso había sido inesperado, la profesora Rias no había dudado en burlarse de los estudiantes mas habladores de la clase, sin duda quería poner su autoridad por encima de todos. Aún así esa era la actitud que tenían la mayoría de los mortifagos y aunque eso no era algo que le agradaba al vampiro, le parecía bastante sexy. -¡Oh! Las brujas mortifagas pueden ser tan atractivas- Pensó el ojos miel mientras seguía los movimientos elegantes que hacía Rias.

     

    La profesora aún así había actuado con bastante calma pero ya no aguanto más al escuchar al raro niño con sombrero de paja gritar y hablar más de lo debido, porque por lo que se veía, aquella profesora haría algo al respecto. El mago se dio cuenta de que su predicción era correcta cuando Rias sacó la varita y la apuntó hacia el chico de paja. -Esto va a ser interesante... - Pensó el vampiro esbozando una suave sonrisa que apenas mostraba sus colmillos pues vería algo de acción justo en el primer día de clases y esto iba más allá de sus expectativas.

     

    -¡Wow!- Exclamó Dark al ver y escuchar lo que había sucedido. -¿Una serpiente?- Vaya que quería asustar a los alumnos, con esa breve demonstración habría algo más de orden y obediencia por parte del niño de paja, y el vampiro le había gustado lo que había hecho aquella bruja, pues, como diría uno de los más grandes compositores de la historia, el silencio solo debe romperse para mejorarlo. El mago con su mano derecha agitó suavemente los cabellos que caían al frente de su cabeza y de un brinco se sentó en el suelo del salón, se había cansado de estar de pie, aunque eso no presentaba ningún esfuerzo en sus piernas.

     

    -Al menos ustedes se mantienen callados- Dijo la profesora dirigiendo su atención el y a los otros magos que habían permanecido callados y habían hablado solo para decir su nombre. -¿Que sería? ¿Un cumplido?- Al menos eso comprendía el mago, igual no era importante ya que Dark estaba impaciente porque la clase todavía no iniciaba de verdad.

     

     

  13. -Vaya, vaya ... - Suspiró el rubio mientras pasaba la yema de sus largos dedos por sus labios, carnosos pero secos gracias al frío invierno que cubría todo Londres. Debido a su condición de vampiro esta estación era una de sus favoritas, la comodidad y tranquilidad que este viento helado y cortante le producían era una de las contadas sensaciones que lo hacían sentir vivo, que de cierto modo ausentaban un poco la sed de sangre para maravillarse con el esplendido paisaje que lo rodeaba. Dark se encontraba de pie observando el jardín de la mansión Macnair. El mago no se cansaba de contemplar la vista que tenía frente a sus ojos, y aunque la naturaleza, la pintura que se posaba en frente de el, no eran flores, ni tierra, ni verde sino la singular y única nieve que coqueteaba hacia los ojos del Macnair, que eran tan amarillos como la miel.

     

    Y es que la nieve, que era tan hermosa y se veía delicada y vulnerable, era tan peligrosa como lo podía ser cualquier depredador. Tenía el camuflaje perfecto y a distancia podría ser lo más indefenso que jamás hayas visto, hasta que esta se encontrara con tu rostro, con tus manos, y pudieses sentir todo su enojo o toda su alegría, todo lo que podía producir, ya fuera para sanar heridas grave, o para matarte lentamente causando una de las muchas enfermedades que podrían afectar el organismo de los humanos.

     

    Salió del trance cuando su mirada se dirigió al reloj suizo que tenía en la muñeca de su brazo izquierdo. Ya iba siendo hora de dirigirse hacia la academia y no quería llegar tarde al primer día de clases. Ya se había despedido de el elfo de su madre con el cual mantenía una relación muy buena ya que Dark no iba a dejar que el elfo estuviera solo todo el tiempo, de hecho a veces disfrutaba más de la compañía de el que la de los magos. - Suerte joven amo- Fueron las palabras que lo oyó decir antes de salir por la gran puerta de la entrada. -¿Suerte?- pensó el mago, -Si que la necesitaré- exclamó con un último suspiro.

     

     

     

     

     

    ****

    -9 de Enero- Se había grabado esa fecha en su cabeza desde que había recibido la carta por parte de la Academia de Magia y Hechicería. Su entrada en el castillo era un deja vu que había vivido ya varias veces, pues el ya había intentado cursarla repetidas veces pero siempre algo improvisto o falta de voluntad se presentaba y dejaba de ir o simplemente desaparecía del país. Pero no podía dejar que nada lo detuviera en lograr su objetivo, su meta era clara: "Graduarse de la academia en este nuevo año", Dark había decido participar en una de las tradiciones muggles y de magos navideñas y de fin de año, la cual era proponerse una meta para el año que seguía.

     

    El ojos miel daba caminaba con pasos fuertes, con determinación, fuerza y con algo de intriga por saber quienes serían sus nuevos compañeros y profesores ya que con el tiempo encontraba muy enriquecedora la platica con algunos magos, siempre habían humanos o criaturas que llamaban la atención del vampiro proporcionanando algún conocimiento empírico o teórico extra con el que se ganaban su respeto.

     

    A pesar de que el mago hubiera recorrido estos pasillos anteriormente, se encontró inmerso en un laberinto de muros, pasillos y salones en el cual no podía encontrar el salón que le correspondía. -Disculpe ... perdón, me ayuda por favor- Eran las palabras de auxilio que salían de la boca del mago a las que nadie atendían, parecía que todos estaban muy apurados por llegar a sus respectivos salones y no tenían tiempo para ayudarlo a el. Dark decidió no pedir más ayuda y concentrarse en encontrarlo el solo, de seguro que con un poco más de esfuerzo podría hacerlo.

     

    Su dedos trazaron los suaves cabellos dorados de su cabeza para tener un peinado más organizado y puso toda su atención en su visión. La visión así como la mayoría de los sentidos era algo donde los vampiros sobresalían más que cualquier otra especie, solo que Dark evitaba usar sus atributos de vampiro para relacionarse mejor con los humanos que conocía. -Un vampiro tratando de ser más humano, me estaré volviendo loco- pensó el vampiro casi olvidando su objetivo.

     

    -Bueno bueno, encontrar la clase, encontrar la clase, encontrar la cla...- Su pensamiento fue interrumpido cuando sus orbes amarillos divisaron el salón que había aparecido como por arte de magia. -Justo a tiempo- Dijo el rubio cuando escuchó que apenas las profesoras se estaban presentando. -¡Oh si! Son profesoras, y no están nada mal, más bien tengo bastante suerte esta vez- Pensó Dark mientras se dedicaba a observar el rostro y cuerpo de las dos profesoras, como buen vampiro su gusto por el sexo opuesto era excesivo o más bien obsesivo, después de todo años de experiencia le demostraban que la sangre de las mujeres era más exquisita, era la sangre que más satisfacción y placer le daba.

     

    Entró a la clase tratando de hacer el menor ruido posible y se encontró sorprendido cuando observó que el salón estaba básicamente vacío, excepto por los estudiantes, una chimenea vieja y chamuscada y un armario que parecía ser común. -Rias... - El mago parecía ya haber escuchado ese nombre y también ya haber visto aquel demonio antes. -Podría ser ...- Dada a la corta presentación de Rias el mago no tuvo tiempo para indagar en su memoria y le presto su atención a la siguiente profesora, Cye, que al finalizar les dio la orden para que cada uno se presentara.

     

    Dark no le prestó mucha atención a las presentaciones de sus compañeros, apenas si escuchó el primer nombre de unos dos pero no le presto atención a nadie en especifico. Decidió esperar a que hubiese una pausa para que el interviniera, mientras tanto trataba de pensar que pasaría en esta nueva clase de generales. -No será en este salón, la chimenea o el armario serán trasladores o algo así...- Se decía en su mente el mago, pero fue interrumpido por el breve silenció que se había esparcido hace unos pocos segundos, todos lo miraban a el.

     

    -¡Oh! Perdón- exclamó Dark dando un paso al frente del salón. -Mi nombre es Dark Ghost, mi padre es Elvis Gryffindor por lo tanto pertenezco a la familia Gryffindor. También pertenezco a la familia Macnair.- Dijo el mago mientras esbozaba una gran sonrisa, estaba orgulloso de sus dos familias. -Es un placer conocerlos a todos-.

     

    OFF ROL:

     

    Hola, hola! Mi nombre es Douglas, tengo 18 años, al finnnn!, y soy de Colombia. Me demoré bastante haciendo el rol, y haha me confundí un poco con la tarea pero creo que la hice bien. Me gusta la música, la adoro, grupos como Los beatles, Queen, Pink Floyd, Rolling Stones y mas nuevos como Radiohead, Oasis o Panic! at the disco, Blink 182!!! Rock en español de todos los grupos de Charly Garcia, Fito Paez y un nuevo grupo español Supersubmarina! Tocó el piano ahí de vez en cuando, es mi instrumento favorito. Me encanta ver peliculas, me encanta el anime! Mi favorito sería One Piece, Me encanto el rol de Allen, se vez que también es super fan! Me gusta jugar al futbol, el mejor deporte del mundo. Me gusta leer recién me terminé los juegos del hambre, jajaja algo tarde porque andaba muy ocupado. Ya eso es todoo! Un gusto conocerlos a todos! y espero hacer buena piña!

     

    P.S: La verdad no sé que significa hacer buena piña, solo lo puse porque es la primera vez que lo veo y me gustaría saber que significa, aunque me imagino un poco de que se trata!

     

     

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  14. Drake Stinson

     

    Mi cuerpo yacía y se apegaba sobre la cama como si esta tuviera un imán, imán que me atraía cada vez mas y que no me dejaba levantar. No estaba listo para hacer ese primer abdominal del día, era el más difícil y el que daba comienzo a todo. No pensar en las obligaciones y deberes que tenía era algo inevitable. Mis parpados mantenían una oscuridad algo tenue, ya que podía sentir el brillo que me rodeaba, ese brillo incesable que causaba la nieve en el día.

     

    Pero todo lo que nublaba mi pensamiento se aclaró en el instante en que recordé que hoy tendría la oportunidad de ver de nuevo a aquella chica hermosa de mi casa. En ese momento todo resultó más simple y de un salto me levanté de la cama apartando las cobijas que retuvieron mi cuerpo durante toda la noche. Me metí en la ducha, algo fría pero soportable, sin rodeos. Y me vestí en unos pocos segundos para salir de inmediato al comedor.

     

    Llevaba puesto una camisa color blanco hueso con unas mancornas color azul cielo, las cuales combinaban con mi corbata y con mis siempre bellos y brillantes ojos azules. Sobre la camisa llevaba puesto un chaleco negro, de típico inglés. Unos pantalones del mismo color del chaleco cubrían mis piernas mientras que mis pies reposaban en el suelo descalzos y desnudos. La idea de no llevar zapatos era para no ir tan formal al desayuno. Estático y liso se encontraba mi hermoso cabello dorado, perfectamente peinado.

     

    Mis fríos pies bajaron las escaleras y recorrieron unos pocos metros antes de llegar al gran salón donde me encontraría con la gente de mi casa. No había nada de especial en esa gente, se vestían de una forma demasiado común, mediocres y sin lucidez excepto por Vanesa. Solo esperaba poder encontrarme con esos ojos oscuros cuya belleza no era disminuida por sus gafas, esperaba ver como su cabello liso desfilaba sobre su espalda y sus hombros. Y ver aquella sonrisa que quizá era tan hermosa como la mía.

     

    No importaba encontrarme con la "gente" de la casa, uno se tenía que acostumbrar a su presencia y con el tiempo lo había logrado. Pero la presencia de cuya persona no aceptaba y mas me disgustaba, era la de ese tal Máximo. La forma en como miraba a Vanesa era totalmente inaceptable, detestable.

     

    Cuando llegué a la mesa solo se encontraban unas pocas personas y para mi sorpresa, y mala fortuna, se encontraban Máximo y Vanesa. Pero la suerte siempre me había sonreído, siempre conseguía lo que quería por lo que Máximo no era ningún reto, mi suerte no disminuiría por un don nadie.

     

    -Muy buenos días a todos- exclamé, definitivamente sabía disimular mi desagrado. -¿Cómo amanecieron? ¿Cómo los trató la fría noche? - dije mientras tomaba asiento justo al lado de Vanesa, a quien saludé posando mis labios sobre su mejilla para depositar un beso.

     

    -Vaya, vaya ... la comida luce extraordinaria, esplendida-

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  15. La clase comenzó cuando las presentaciones terminaron. Mis orbes amarillentos observaron con atención como Mei retomó la palabra y entregó a cada uno de los estudiantes un pergamino, pergamino que abrí de inmediato. Eran conceptos básicos del duelo, no me tomó mucho tiempo terminarlo de leer. Cuando todos parecieron acabar prosiguió Pik con otro pergamino en el que se encontraba los diferentes hechizos que se podían efectuar.

     

    Al finalizar ambos pergaminos, los dos profesores tomar posiciones de ataque e hicieron un pequeño duelo. Podía ver la expresión de emoción y felicidad de los demás estudiantes, había unos que expresaban miedo. Por mi parte solo tenía deseos de iniciar un duelo, pero ver lo que sucedía entre Mei y Pik me aburrió un poco, quizá me distraje un poco al observar que la lluvia estaba cayendo de forma mas leve, porque cuando me di la vuelta ya había terminado el duelo y una tarea estaba siendo asignada.

     

    Entregué el pergamino el cual contenía la tarea en un corto periodo de tiempo y regresé al sitio en el que me encontraba. Trataba de sacudir un poco la cabeza para que el agua que tenía en el cabello cayera de forma desapercibida sobre la fría y húmeda calle.

  16. Mi cabello rubio permanecía intacto ante la fina brisa que danzaba lentamente por la academia. Tan fría y suave que apenas era percibida, traía una aroma con el cual anunciaba la rutinaria, aburrida y detestable llegada del sol. Ese sol que solo desaparece en las noches pero que no muere, que mantiene vivos a los humanos y otros seres vivos, y del cual me he tenido que acostumbrar, como muchos otros vampiros, para relacionarme con los magos y muggles.

     

    Mis pasos era suaves y lentos, el tiempo hoy resultaba ser mi amigo. Dirigí mis ojos miel de nuevo al reloj que llevaba en la muñeca de mi brazo izquierdo y efectivamente había llegado temprano. Era extraño que yo hubiera arribado a esta hora, siempre me distraigo leyendo un libro o fumando. -¡Los cigarrillos!- exclamé mientras mis manos se sumergían en los bolsillos del pantalón. Es bastante raro que un vampiro caiga en un vicio que ha matado a tantos humanos, pero al fin y al cabo fumar era una manera estupenda de pasar el tiempo y reflexionar. Los músculos de mi cuerpo se relajaron cuando mi mano derecha sintió un objeto de metal con forma de rectángulo en el bolsillo. Suspiré y lo saqué de este para poder apreciar el compartimiento de los cigarrillos.

     

    Los guardé de nuevo y seguí mi paso por los pasillos de la academia, esperaba tener algún descanso durante la clase para salir y fumarme uno quizás en los jardines, es un bonito lugar. Mis pies se detuvieron en el salón de clases que me correspondía. Asomé la cabeza y parte derecha de mi cuerpo, sin mover los pies, para observar lo que en el salón se encontraba. Dos magos al frente, de seguro eran las profesoras, y otros magos sentados en el los asientos. Con una sonrisa regresé a mi posición anterior y descubrí la lista que se encontraba afuera del salón. Busqué mi nombre y efectivamente este era el lugar.

     

    Con un gran paso entré al salón: -Buenos días-. Dije esbozando una sonrisa mientras mi mano se extendía a la altura de mis orejas en forma de saludo. Caminé hacia uno de los puestos desocupados y tomé asiento. Para mi sorpresa, a mi lado se hallaba un autobus que era poco común en la sociedad mágica, uno de muggles. Volví mi mirada hacia el salón y esperé, como los demás, a que llegaran los otros compañeros.

     

    Cuando ya parecía que las personas cuyos nombres de la lista se encontraban adentro, una de las profesoras tomó la palabra y se presentó formalmente. Nos comentó sobre su trabajo en el ministerio y de que familias era, luego hizo una pausa para que la otro profesora hiciera lo mismo. Después que la presentación de las dos terminó, la primera retomó la palabra y explico que el bus era la razón de porque nos habían pedido que viniéramos vestidos con ropa de muggles. Yo traía solo una camisa blanca con unos tirantes color negro que sostenían el pantalón, color negro y de tela de pana, y unos zapatos, Converse, con la combinación de negro y blanco.

     

    No nos dieron oportunidad para decir algo y nos embarcamos enseguida al bus. La actividad se veía bastante educativa y aburrida. De seguro visitaríamos un lugar historico para los magos, o visitaríamos algún mago o algún lugar historico. Se amontonaron algunos para subir de primeras, pero la verdad daba igual, espere mi turno y al fin pude subir con comodidad. El bus era bastante amplio por dentro, era algo que solo la magia podía hacer. Las sillas estaban cómodas y el espacio que había era el indicado. Sería un viaje bueno, había oído que viajar en estas cosas durante un largo tiempo resultaba molesto, pero supongo que los demás humanos no tendrían problemas.

     

    Las presentaciones comenzaron. Yo estaba algo distraído observando el paisaje y analizando un poco a las dos profesoras. Tenían actitudes diferentes, no le había puesto mucha atención a los nombres de sus familias pero estaba casi seguro de que eran de bandos diferentes, aunque no demostraban rivalidad alguna, solo emoción y felicidad por el viaje. Sin escrúpulos y de un salto me levanté del puesto para presentarme.

     

    -Hola a todos, mi nombre es Dark Ghost y es gusto poder conocerlos. Pertenezco a la familia Gryffindor y a la Macnair, pues la verdad espero pasarla súper con ustedes- exclamé con un guiño y volví a tomar asiento. Después de que terminaron las presentaciones, hubo un breve silencio que fue interrumpido por Addison. Pero Addison fue interrumpida por un sonido fuerte que provenía afuera del camión, de algún choque quizá. Trataron de que hubiera calma pero el terror inundó a cada magos dentro del bus cuando los sonidos se hicieron mas fuertes y continuos, cuando el bus volaba en un precipicio para caer con gran fuerza sobre el suelo. Los gritos se detuvieron, la mayoría se encontraba lastimada y asustada. Yo traté de levantarme pero sentí de inmediato una gran presión sobre mi espalda y vi correr frente a mis ojos una gran cantidad de sangre. Me tenía que abstener de chupar esa sangre, enseguida me di cuenta que aquel líquido rojo provenía de mi cuerpo y lentamente perdía el conocimiento.

     

    AREA PSIQUIÁTRICA INFANTIL

     

    Mis ojos se abrieron sorprendidos por lo que había pasado. Yo, siendo un vampiro, había quedado inconsciente, esto es algo que raras veces sucedía. No me levanté enseguida al ver que no me encontraba en el bus destrozado sino en una sala. Habían unos cuantos peluches a mi lado y otros juguetes alrededor. Las paredes pintadas de muchos colores pero revueltas con manchas de sangre, de suciedad y algunas con olores que nunca había sentido en mi vida, pero que no eran nada agradables. Me levanté suavemente cuando escuché varias voces. Permanecí sentado un momento, revisaba en donde me había lastimado, tenía el hombro derecho algo lastimado pero parecía que alguien ya lo había sanado por mi, además mi condición de vampiro me ayudaba y el sangrado había parado.

     

    Me levanté y divisé el lugar, era algo terrorífico, se podría decir que antes habían niños en este lugar. Inhalé y percibí el aroma de dos de los magos que se encontraban en el bus. Era una sala grande y sospechaba que se encontraba al otro lado de la pared que tenía al frente. Corrí con rapidez y sin quererlo empujé a dos figuras que terminaron en el piso al igual que yo. Se trataban de Merjlock y Ray

     

    -¡Wow! Lo siento, no fue mi intención tumbarlos al suelo- exclamé pidiendo disculpas mientras me rascaba la cabeza y sonreía. Me puse de pie enseguida y extendí mis dos brazos para que se levantaran. -Mucho gusto, soy Dark- dije mientras extendía mi mano para saludar. -Esto está bastante raro, las profesoras han preparado algo muy divertido. La verdad pensé que sería algo muy aburrido pero han conseguido llamar mi total atención. Además que parece que no están cerca y podré fumar en paz.- Dije mientras sacaba el rectángulo de metal de nuevo y lo abría para conseguir uno de los cigarros color blanco que en él yacían. -Permiso- expresé cuando lleve el fosforo que traía un pequeño fuego a la altura de mi boca para prender el cigarrillo.

     

    Off:

     

    Bueno soy Douglas y soy de Colombia. Tengo 17 años y me encanta la música, mas que todo el Rock clásico, o alternativo o indie. Tambien musica clasica o Chopin o algo de Yann Tiersen, me encanta su piano y me sé algunas melodías excelente de este gran compositor. Terminé el colegio hace ya un par de meses y lo mas probable es que terminé estudiando cine o idiomas o comunicación audiovisual! xD Me encanta el futbol, y me encanta la poesía. Me encanta Edgar Allan Poe, Neruda, Benedetti y el gran Jim Morrison, bla bla bla! no sé que mas decir porque tengo sueño, perdón por mi obsesión a los cigarrillos estoy la co**** de desinspiradoo xDDD Los quiero a todos y acá les dejo mi mail: itachisharinganu@hotmail.com. :lol:

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  17. Caminaba por los pasillos de la academia, mis pasos eran lentos y silenciosos, como si quisiese pasar desapercibido. Mis ojos miel contemplaban una vez más las paredes y decoraciones de este gran lugar, y esperaba terminar de una vez por todas con la clase de duelo básico. Vestía de un traje un poco informal, que constituía de una camiseta blanca muy sencilla cubierta por un saco de rayas color gris y negro, un pantalón de pana color negro y unos zapatos que tenían una combinación de negro y blanco. Todo esto iba debajo de una capa color gris que me había regalado mi madre antes de partir y desaparecer. Era triste pensar ella y la capa ahogaba mis pensamientos con sus recuerdo de forma inmediata, pero el orgullo que sentía al llevarla acababa con aquellos pensamientos.

     

    Mi cuerpo se detuvo y permaneció recto al llegar al salón que me correspondía. En ese instante varias preguntas rondaron en mi cabeza, preguntas que siempre existen cuando me enfrento a una situación desconocida y nueva, preguntas que serían resueltas cuando diera el paso que me permitiría observar el salón y su contenido. Sin mas dudas y preguntas est****as avance para encontrarme con un recinto oscuro y de un silencio que no existía, varios estudiantes se encontraban dentro del lugar, pero no había profesor, o al menos eso se percibía.

     

    Solo unas velas espantaban a la oscuridad y permitían ver lo que en el salón se encontraba. Unas cuantas mesas y unos objetos recostados sobre ellas. Inspeccioné los objetos, como los demás compañeros,y aunque algunos parecían tener un valor significante y otros eran muy comunes, no lograba descubrir el proposito de que estuvieran ahí. Entonces encontré uno con un brillo singular, sobresalía entre los demás, sin duda se trataba de un traslador. La clase se llevaría en algún lugar desconocido, lo cual despertó el interés que tenía sobre esta e hizo que agarrara enseguida el traslador para viajar a este nuevo lugar.

     

    La sensación que el traslador producía nunca era buena pero con el tiempo aprendería a soportarla, al menos eso creía. Llegué un poco aturdido a un lugar que jamás había visto. La lluvia que caía con toda su fuerza y gracia sobre el lugar, me daba una visión casi nula y hacía difícil descubrir mi localización. Las calles eran amplias y tenían carteles impresionantes, y gracias a ellos que podía darme una idea de donde me encontraba. Los caracteres que se encontraban en dichos carteles mostraban la excelente y magnifica caligrafía de los japoneses. Era para mi un placer estar en este gran país, mi sonrisa se expandió con todo su esplendor demostrando mi emoción.

     

    En frente de mi y los otros estudiantes dos figuras se hallaban estáticas. El hombre fue quien tomó la palabra, reconocí enseguida de quien se trataba. Era Pik. Había pasado un largo tiempo de no verlo, yo no había estado en la mansión ultimamente y a veces solo me encerraba en mi cuarto o hablaba con Xeros. Sé que había sido cruel pero de ahora en adelante procuraría pasar mas tiempo en la mansión para compartir con la familia.

     

    Después que Pik se presentó y presentó a su compañera era nuestro turno de hacerlo. Esperé debajo de la lluvia a que los demás lo hicieran, las gotas de agua caían como lagrimas sobre mi cara y mi cuerpo. Mis ojos permanecían totalmente abiertos demostrando cierta sed de sangre y mi sonrisa delataba mis grandes colmillos. Hubo una pequeña pausa con las presentaciones, miré hacía mi lado derecho y la lógica indicaba que era mi turno de hacerlo.

     

    -Hola a todos. Mucho gusto, mi nombre es Dark Ghost. Pertenezco a dos grandes familias: Macnair y Gryffindor. Y sinceramente estoy ansioso por empezar ya con esta clase -. Exclamé, y con una sonrisa y dirigí mis orbes color miel hacia Pik. Esperaba que no se hubiese olvidado de su sobrino.

     

    Off:

     

    Conchaaaa se me habia olvidado esta parte!

     

    Hola a todos mi nombre es Douglas! y tengo 17 años. Soy de Colombia y no sé apenas me gradué del colegio cansón hace como un mes! Y pues aqui estoy para terminar esta academia gracias a que tengo mucho tiempooo! :D :D

  18. Al poco tiempo que Sakura respondió llegó el elfo con el vino que había ordenado. Desvíe mi mirada por un momento para observar una de las ventanas del castillo que se encontraba a mi lado derecho. Los pequeños cristales de hielo caían incesablemente sobre el suelo para reunirse y agruparse en copos de nieve. La pequeña nevisca pasaba silenciosa y frágil, era guiada por el viento para juntos hacer una danza que solo los dos podían comprender.

     

    Después de despertar de aquel repentino trance me di la vuelta hacia Sakura y hacia el elfo que acaba de servir mi copa. El dejó la charola sobre la mesa y se retiró silenciosamente. Por alguna razón se parecía al elfo de mi madre, aunque todos los elfos tenían casi siempre el mismo físico. Sonreí y le di las gracias mientras que se alejaba, siempre había tratado bien a los elfos, eran criaturas incomprendidas, rechazadas y se merecían un mejor trato.

     

    Dirigí mi atención hacia la copa que rebosaba de ese líquido rojo y con mis dedos la cogí suavemente. La levanté un poco y me dirigí a Sakura diciendo: -Provecho-, para acercar la copa hasta mi nariz que inhaló y trató de descubrir los ingredientes que en el líquido se encontraban para pasarla hasta mis labios y tomarlo. Pasó un pequeño sorbo en el cual juzgaría que tan bueno estaba. Lo pasé por mi lengua, por mis mejillas y al final lo ingerí totalmente. Estaba exquisito, sin ser seco y con un poco de dulce.

     

    Coloqué de nuevo la copa en la mesa y sonreí mostrando mi satisfacción. Volví a despeinar mi cabello, definitivamente tenerlo peinado no era algo de mi agrado, y miré nuevamente a Sakura. Parecía estar algo tímida y la verdad no la conocía muy bien, semanas atrás habíamos tenido un encuentro, encuentro en donde la invité. Pero fue un encuentro en el que no descubrimos nada de la otra persona.

     

    -Y ... dime Sakura, ¿De dónde eres?, ¿Cuánto llevas como vampiro? - Dije con una pequeña sonrisa apoyando mi barbilla en mis dos brazos que yacían sobre la mesa de manera horizontal, estaba ansioso por escuchar un poco de su vida.

  19. Sonreí al escuchar que Sakura estaba de acuerdo con mi decisión respecto al vino, después de todo no había algo mas en el menú que interesará. Por lo que le hice una seña con mis dedos a uno de los elfos que estaba atiendo para que se acercara. Cuando llegó le pedí el favor de que trajera una botella de vino con dos copas y el elfo desapareció inmediatamente.

     

    Me despeine una vez mas el cabello y solté una risa al escuchar la dulce voz de Sakura devolviendo el cumplido que había hecho. Ver que sus mejillas se volvieran un poco escarlata me hizo sonreír aún mas. Sacudí un poco las manos porque el hielo de la mesa había maltratado un poco a mi mano derecha que se encontraba en la punta de esta y escuché atento la pregunta de Sakura.

     

    No quería expresar la emoción que sentía por lo increíble que estaba la decoración. Si me ponía hablar de eso nunca iba a parar de hablar, lo mejor sería organizar mis ideas y no sobresaltarme mucho. Le di un vistazo a todo en general, desde mi asiento se alcanzaban a ver los remolinos y viré mi cuerpo hacia Sakura nuevamente. Levanté mi mano derecha hasta mi barbilla y la toqué de manera pensativa.

     

    -Pues ... Wow. La verdad es que ... se han esforzado en esta gala, la decoración está espectacular. Pero lo que mas me llama la atención es la iluminación que recorre el lugar. Esa luz es tan natural y se combina de forma perfecta con esos colores. La naturaleza es siempre sorprendente- Parecía que había expresado algo de la emoción que sentía al ver la decoración, pero era inevitable no hacerlo.

     

    Cuando terminé de responder, pude notar como uno de los cabellos de su flequillo caían sobre uno de sus ojos. Levanté mi mano izquierda y con delicadeza lo traté de volver a poner en su lugar, cerca de su oreja. Cuando corrí su cabello logré notar, mas de cerca, sus hermosos ojos, azules y brillantes, combinaban de una manera inexplicable con el hielo transparente del castillo. Volví a tomar mi postura e hice una sonrisa solo con mis labios y los ojos cerrados.

     

    - Y dime, ¿Qué opinas tú sobre la decoración del lugar? - pregunté mientras mis dedos jugaban un poco con el menú.

  20. Sakura respondió y caminó hacia la mesa que nos correspondía. Me sorprendí de no ver antes el número 4 en aquella mesa, quizá estaba perplejo por la asombrosa decoración del lugar y mi poder de observación había disminuido considerablemente. Puse mis manos sobre mis ojos por un instante para tratar no parecer tan sorprendido, pero volví a dirigir mis ojos hacia el cielo y la aurora boreal que alumbraba el lugar era tan puro y limpio que me perdí en él durante otro instante, instante que fue interrumpido al lograr observar por el rabillo de mi ojo derecho que mi acompañante ya había llegado a la mesa.

     

    Caminé con gran rapidez hacia la mesa, rapidez que es apenas notable y observé por un momento a los magos que se encontraban en la mesa. Veo algunas caras reconocidas, magos que había visto en la academia o en el Callejón Diagón, esbocé una sonrisa y antes de tomar asiento saludé a los presentes.

     

    -Buenas noches. Espero que pasemos una gran velada- Expresé con un venia corta. Terminé mi saludo corriendo el asiento desocupado que se encontraba a mi izquierda para que Sakura se sentará. Después yo tomé asiento y dirigí mi atención hacia el menú que se encontraba al frente mio.

     

    Lo abrí y me sorprendí al ver los platos que habían, algunas comidas para humanos que se veían prometedoras pero nada que pudiese llenarme o satisfacerme, excepto por el vino que se encontraba en la parte inferior del menú: -"Carbernet Polar"-

    leí mentalmente, -Parecía ser algo bueno-. Estaba extrañado de que hubieran limitado tanto el menú, tendría que conformarme con algún postre o algo que no me disgustara tanto.

     

    Dirigí mi atención ahora hacia mi acompañante y volví a sorprenderme al ver lo bien que le quedaba ese vestido rojo. Traté de llamar su atención haciendo una mueca chistosa con mi cara.

     

    -¿Ves algo que te apetezca?- Pregunté en forma de broma. -Si quieres pedimos algo de hielo- dije soltando una pequeña risa. - No, ya siendo serios, ¿Te gustaría probar el vino? - exclamé mostrando mi deseo por probarlo, solo esperaba que no fuera una decepción.

     

    -Perdón si no te lo había dicho antes pero hoy estás realmente hermosa. El rojo te queda muy bien, de hecho es uno de mis colores favoritos- Dije esbozando otra sonrisa y traté de mirarla a los ojos directamente, pero cambié la dirección hacia el menú enseguida.

  21. El paisaje que divisaban mis ojos color miel era esplendido, era increíble. Ver el hielo tan inmóvil formando una estructura tan compleja era algo que solo la magia podía hacer realidad, las paredes parecían frágiles pero yacían con solidez alrededor del castillo para imponerse con fuerza ante la nieve, la cual permanecía suave e indefensa. Estaba feliz por saber que nos adentraríamos a uno de los castillos en donde el arte no tenía limites y su expresionismo cegaba a todo aquel que estuviera cerca.

     

    Normalmente como vampiro creía haberlo visto todo pero nuevamente quedaba sorprendido. Esbocé una sonrisa y viré mi cuerpo hacia mi acompañante, Sakura, con quien esperaba pasar una noche magnifica. Mi atuendo era elegante y clásico, lo clásico me agrada es algo con lo que me siento bien. Llevaba puesto un traje inglés que había comprado especialmente para esta ocasión. Pero no era nada comparado a como Sakura se encontraba. Su belleza no tenía limites y su sonrisa lo demostraba.

     

    Entramos al castillo con un paso suave para poder admirar la decoración que en él se encontraba. Mi corazón latía mas de lo normal y no podía evitar sentirme emocionado, a pesar de ser un vampiro la navidad era algo que me llenaba de alegría. Podría cantar aquellos villancicos durante horas sin aburrirme, colgar adornos hasta el cansancio y descansar en la nieve hasta quedar dormido. El frío intenso que rodeaba el lugar no era algo de lo que tendría que preocuparse, ya que a Sakura y a mi, no nos afectaba.

     

    Ver los grandes remolinos en la entrada del salón me hacía sonreír aún mas y no pude evitar saltar al ver como estaba iluminado el castillo. Esperaba no espantar a mi acompañante por lo que me dirigí hacia ella y extendí mi brazo para que siguiera dentro del recinto. La mesa que nos había sido asignada, era la mesa 4. Yo me detuve por un momento y levanté mi mano derecha hasta mi cabello rubio, para rascarme la cabeza, despeinando un poco el cabello que se encontraba ordenado. Hace mucho tiempo que no me lo peinaba. No tenía idea alguna de cual era la mesa 4. Así que me acerqué a Sakura para preguntar.

     

    -Oye, Saku. ¿Sabes donde está nuestra mesa? - exclamé susurrando su oído.

  22. Me encontraba sentado encima de un gran árbol. Mis ojos miel miraban cada movimiento que surgía del bosque, no dejaban escapar ningún detalle y se daban cuenta de aquellos rastros que mostraban que mi presa se encontraba cerca. No sabía bien porque mi olfato no lograba encontrar al animal, sinceramente era el sentido en el que tenía más confianza. Mis dudas se disiparían en ese mismo instante ya que encontraría el aroma de aquella bestia y con un salto y dos largos pasos atraparía al animal dándole un duro puño en su cabeza.

     

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    Me había demorado en cazar a un simple lobo, aunque después de todo no era tan simple. Por fin había logrado salir del bosque y pensaba en la manera de ir a la academia, podría elegir un carro de la mansión y salir sin que se dieran cuenta o podría ... No, ir en carro era mucho mejor. Salí corriendo sin perder mas tiempo hacia la mansión Macnair.

     

    Decidí entrar por la ventana de mi cuarto para que nadie me viera así nadie podría saber quien se llevo el carro. Me coloqué una camisa con mancornas de color plateado, un pantalón negro y unos zapatos clásicos de color negro también. En el cuello llevaba una corbata plateada y encima de la camisa decidí ponerme un chaleco negro de seda que iba bastante bien con el pantalón y los zapatos.

     

    Entonces entré a la habitación de mi tía, le lancé un hechizo al duende que se encontraba para desmayarlo y salí rápidamente por la ventana, para caer en el jardín y encontrar el lugar en donde se encontraban los carros, por suerte había cogido las llaves del audi.

     

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    Llegué a la academia con bastante tranquilidad. Caminé sin perder mas tiempo hacia el salón de eventos. Antes de entrar encontré un espejo para ver mi reflejo y efectivamente mi cabello estaba bastante alborotado, lo cual no sería un problema si este no fuera un evento tan elegante. Traté de peinarme con las manos y logré quedar lo mas elegante posible y demasiado simpático para la ocasión, aunque siempre estaba demasiado simpático para cualquier ocasión.

     

    Me distraje un poco viendo mi increíble cara pálida y lo bien que me quedaba la ropa pero desperté al escuchar aplausos. De seguro ya habían entregado los diplomas, ojalá hubiera estado ahí, así quizá me hubiera inspirado y tomado la gran decisión de terminar la academia. Pero como no estuve supongo que todavía no tendré esa inspiración.

     

    Camino hacia las puertas del salón y las abro con el mayor cuidado. Trató de localizar a Boo, la chica que me invito muy amablemente a este evento y una muy buena amiga. Llevaba bastante tiempo sin verla pero sabía que no había olvidado su rostro. Antes de los últimos aplausos para los nuevos prefectos, alcancé a ver quien parecía ser Boo. Así que aprovecha la bulla y los gritos para acercarme mas hacia ella, mi sonrisa relució al reconocerla.

     

    -Boo, siento la demora. Hola - exclamé mientras depositaba mis labios en una de sus mejillas. -Vaya, quizá había olvidado lo linda que eres. Pero es mi culpa por desaparecer.- expresé mientras corría uno de sus cabellos para que se ocultaran de nuevo en su oreja.

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  23. Las notas de la primera tarea habían sido entregadas con gran rapidez. Los ojos miel del vampiro trataron de seguir cada movimiento que hacían los demás magos, mientras que su nariz, el mejor de sus sentidos, trataba de averiguar la esencia de los humanos, vampiros, demonios o esos asquerosos lobos que lo rodeaban. Hades y Mei, volverían a tomar la palabra para informar nuevas instrucciones.

     

    -Un mini-duelo, que interesante.- Pensó el mago con gran entusiasmo, por fin podría demostrar sus conocimientos en duelo, los cuales eran nulos.

     

    Sin dudarlo y con gran agilidad Mei lanzó un rayo que impactaría en Dark y en otros compañeros. El rubio buscó su varita, la cual se encontraba en su bolsillo derecho y actuó.

     

    -¡Protego! - Exclamó el vampiro casi como un grito mientras que de la varita salía un escudo que absorbió el hechizo en cuestión de segundos. Sin pensarlo dos veces el mago alzó sus ojos y observo que Mei estaba dispuesta a hacer otro movimiento, un efecto sería mas que suficiente, pensó Dark.

     

    -¡Silencius!- suscitó el ojos miel para que Mei solo alcanzará a decir: "Expe...". El rubio decidió tomar acción ahora y lanzar un rayo. ¡Sectumsempra! - exclamó y un rayo de color rojo salió disparado de su varita, si este impactaba en Mei le causaría hemorragias severas a lo largo de su pecho.

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