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Loonyk Weasley

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Mensajes publicados por Loonyk Weasley

  1. ok, aqui va mi patronus y varita otra vez, por lo menos ahora veo que es más ordenado qu la vez anterior =)

     

     

    Patronus: Una loba de pelaje blanco con una mancha negra en el ojo izquierdo y la punta de su cola negra. El patronus se debe a un trauma que tenía Loonyk con estos animales salvajes, ya que cuando era más pequeña fue perseguida por una manada de lobos. Por lo que esta loba representa el enfrentamiento que el bien hace con el mal para darle protección, es decir sus mismos miedos la protegen.

     

     

    Varita: Nervio de corazón de dragón, madera de sauce, 30 cm, fácil de sacudir y mover. Muy poderosa, buena para hechizos difíciles, pero excelente para encantamientos complicados. Su nombre es Nerak, se llama así porque tiene el nombre al revés de la bruja que se la regaló. Photo

     

  2. Mientras tía Nath, la jefa del Centro Examinador De Aparición examinaba mi formulario y yo estiraba mi cuello para ver lo que revisaba, me distrajo diciendo que debía ir a verla más seguido e incluso podía ir cuando quisiera, mirándome con una leve sonrisa en su rostro.

     

    -Bueno tía, quién sabe… tal vez me veas aquí más a menudo de lo que esperas –le guiñe un ojo.

     

    Luego de nuestra pequeña charla para relajar las tensiones por mi examen, la Weasley me indicó que todo estaba correcto, así que la primera fase ya estaba aprobada, era la hora de pasar a la siguiente. Me mostró con su dedo índice el lugar al cual debía proceder.

     

    No era mucho el tramo que tenía que caminar, pues el lugar donde se rendía el examen quedaba justo enfrente de la oficina. Así que di unos pasos y con la mano un poco sudorosa, a causa del nerviosismo, busqué la manilla para abrir la puerta, pero para mi sorpresa dicha puerta no poseía, por lo que sólo debía empujarla.

     

    Al llegar al otro lado de la gigantesca puerta de roble, di mis pasos cuidadosamente, mientras miraba mi pies me percate que pisaba baldosas de color gris. Luego, para mi asombro, al levantar el rostro y mirar hacia adelante, me encontré con una boletería, donde había un letrero que decía: “Compre aquí su ticket”.

     

    ¿Qué rayos hacía en una estación de metro?, al principio me pareció extraño, pero luego haciendo memoria, por lo que me habían contado otras personas que aprobaron dicho examen, decían que era una sala mágica que se adecuaba al individuo que rendía la prueba. Es decir, todo esto era parte de mi imaginación.

     

    Trataba de recordar en qué momento pensé en estaciones de metro cuando crucé la puerta, la verdad en ninguna, estaba tan perturbada que sólo pensaba en rendir bien el examen. Hasta que enseguida me acordé que últimamente había sentido ganas de viajar, así que tal vez esa era la razón de por qué la sala tomó esa ambientación.

     

    Saqué un ticket de la boletería (sólo por diversión) y lo introduje en el plateado mecanismo que los tragaba, el cual casi me succiona el dedo índice, por suerte tenía buenos reflejos, por lo que lo saque a tiempo. Después de dicho alboroto, giré con mi cuerpo los torniquetes llegando al otro lado.

     

    Me distraje viendo en extraño poster muggle, que quizás era de alguna película promocional. Luego decidí descender las escaleras, porque supuse que era allí abajo donde debía rendir el examen. Mientras lo hacía me dedique a mirar las paredes, que estaban adornadas con pequeños azulejos de distintos tonos, que formaban diferentes figuras, las que le daban un toque especial a la estación.

     

    Cuando llegué abajo, me di cuenta de que la supervisora ya estaba allí, lista con su cuaderno de anotación. Yo me sentí un poco mal, pues pensaba que aún no había entrado, por eso toda la parafernalia de los ticket. Pero no había vuelta, así que sólo esperaba que eso no descontara la nota final.

     

    Tía Nathaly se encontraba al otro lado, es decir, nos separaba el carril por el cual recorría el metro. El espacio era bastante amplio, ambos lados en las murallas tenían vitrinas llenas de afiches publicitarios y no se alcazaba a ver ni el principio ni el termino de los rieles por los que aparecía dicho transporte.

     

    La Weasley al verme, me esbozó una pequeña sonrisa, lo que me dio un poco más de confianza, ya que me animaba a hacerlo lo mejor posible. Luego levantó su brazo, haciendo un ademán que me indicaba que podía empezar cuando estuviese lista.

     

    Miré el grisáceo piso nuevamente, entonces me di cuenta de que justamente estaba parada en el círculo rojo inicial y que el círculo de destino estaba al otro lado pasando los rieles, justo a unos metros de tía Nath.

     

    En el momento que me situé prolijamente en el centro del círculo, preparándome para transportarme, sentí un extraño ruido zumbante a lo lejos, al parecer, venía desde mi izquierda, por lo que volteé la cabeza hacia ese lado. De pronto un largo tubo pasó enfrente de mi nariz, me llevé un gran susto, pues no esperaba que el metro pasara en ese momento, ya que era sólo un lugar imaginario.

     

    Vaya que eran reales las ambientaciones, traté de relajarme y respirar profundo.

     

    -¡Tranquilízate Loonyk!, es sólo una prueba, si fallas la podrás tomar nuevamente, no hay nada que temer –me dije a mi misma con mi mejor tono de seguridad.

     

    Puse toda mi concentración y energías en las tres D, para ayudarme cerré los ojos. Determinación, pensé, pues sólo debía tener las seguridad y las ganas de llegar al sitio correspondiente, el valor para transportarme, fijar mi camino, mi punto.

     

    Deliberación, significaba premeditar mi lugar, concentrarme en el entorno en que estaba, procesar las dimensiones del punto al cual llegaría, la distancia, además de en qué estado llegaría. Pues debía llegar en una pieza, con todas las extremidades de mi cuerpo en su lugar, no debía dejar nada en mi posición inicial, ni siquiera una uña, de lo contrario reprobaría. Así que me concentre en cada partícula de mi cuerpo.

     

    Por último, Destino, obviamente tenía más que claro el sitio al cual debía transportarme, el aro rojo que estaba enfrente pasando los carriles. Me concentré en su tamaño, su forma, la distancia entre ambos puntos y todas las características.

     

    Repasé una vez más en mi mente las tres palabras: Determinación, Deliberación y Destino, las hice resonar en mi cabeza. Mientras me concentraba, comencé a sentir la sensación de que todo daba vueltas y que era succionada por un tubo. Pero jamás deje de concentrarme en las D.

     

    Hasta que por fin salí de aquel embrollo y caí en mi destino. Un poco insegura de lo que había hecho miré alrededor de mis pies para ver dónde había aterrizado. Para mi emoción estaba dentro del círculo, justo al centro, ningún pie había quedado fuera, además todas mis extremidades estaban en su lugar. Era un verdadero éxito, mi exceso de concentración había tenido buenos resultados.

     

    -¡Lo hice!, ¡lo hice! –saltaba de alegría dentro de aquel círculo.

     

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    ROL AVANZADO 18 – GOLPEADORA


    Justo antes de que el partido comenzara tía Lina apareció a mi lado, confirmándome su presencia con su dulce voz. Cuando la vi, al fin pude respirar tranquila, todo estaba perfecto, seríamos el equipo ganador, sólo esperaba que todos recordaran las estrategias de juego que habíamos discutido antes de llegar al estadio.

    Sonó el silbato, mientras el árbitro habría el ornamentado cofre de madera para lanzar las respectivas esferas: quaffle, bludger y la pequeña snitch. En ese instante me aferré con la mano izquierda al mango de la escoba y con la derecha a mi bate, así emprendí el vuelo.

    Al estar a una cierta distancia del suelo, las golpeadoras nos alineamos para efectuar nuestra estrategia. Miré a Lina que estaba a mi derecha y Nessa a mi izquierda, las tres asentimos con la cabeza y aceleramos hacia diferentes lugares del campo.

    Yo me dirigí hacia el fondo de la cancha, mientras volaba veía cómo ambos equipos tomaban sus posiciones. Los cazadores corrían tras la famosa esfera de cuero, los guardianes se posicionaban para defender los 3 arcos, ambos buscadores descendían en picada ante cualquier signo de la snitch, pero al parecer cada vez se escapaba. Por último nosotros los golpeadores, planeábamos en busca de la esfera de hierro.

    De pronto vi que al otro lado del campo Lina me hacía una señal, luego golpeó la bludger hacia mí. Observé a mí alrededor y vi que una cazadora del equipo verde se estaba preparando para lanzar un punto, entonces alcé mi bate pegando con precisión para enviar la pelota hacía nuestro enemigo. La jugadora que recibiría el golpe, se percató de mi jugada justo antes de hacer la suya, por lo que se movió para esquivarla y en ese preciso momento apareció un miembro de nuestro equipo quitándole la quaffle.

    Cuando miraba a mi tía devolviéndole una señal con mi pulgar y una sonrisa de aprobación, un cazador de nuestro equipo había anotado los primeros 10 puntos del partido. Que felicidad sentí, estábamos jugando bien e íbamos en la delantera, pero no nos debíamos confiar, cualquier cosa podía suceder.

    Durante el transcurso del partido, logramos proteger a nuestros compañeros quienes eran atacados por las bludgers. Muchas veces veía que estaban a punto de ser golpeados, y yo llegaba en el instante preciso para batear la esfera hacia otro lado del campo. Hubo un momento en que Tato casi fue golpeada directamente, pero yo mediante mi acción heroica la salvé, no me habría gustado ver a un miembro del equipo herido y fuera del juego.

    También yo pasé un gran susto con la desenfrenada bludger, a causa de los golpeadores del equipo contrario. Al parecer se había formado cierta rivalidad entre nosotros, por lo que a modo de venganza por impedir varias jugadas de sus cazadores y atrapadas de su buscador, me atacaron a mí. Pero como nuestro equipo era unido, Nessa y Lina no dudaron en venir a auxiliarme, pues la Weasley esquivó el golpe lanzando la esfera de hierro hacia Batería, quién atacó con más furia a los verdes. En ese momento la bludger casi impactó fuertemente en uno de ellos, pero sus rápidos reflejos impidieron el golpe.

    -¡gracias Lina!, por poco muero- grité a mi tía que se encontraba a mi lado. – ¿Sabes a cuanto vamos? –le pregunté.

    Ella no tenía idea, las tres golpeadoras estábamos tan concentradas en nuestras propias jugadas, que no nos percatábamos de la puntuación de nuestro equipo. Pero yo, varias veces vi a Tato, Zack o Aime hacer anotaciones, por lo que esperaba que tuviéramos la delantera, aunque sería el buscador el que definiría todo. Esperaba que Pik atrapara pronto la snitch, el juego estaba durando demasiado.

    Durante el transcurso de los minutos posteriores, todos los jugadores habían disminuido el ritmo del juego, a pesar de que las porristas se esforzaban por animarnos o el comentarista con el dj trataban de hacer el partido emocionante. Todas nuestras energías decaían, sólo los buscadores de ambos equipos eran constantes, me impresionaba la forma en que continuaban jugando tal como al principio y no perdían las esperanzas de atrapar la ansiada snitch.

    Cuando los marcadores estaban empatados, las ennegrecidas nubes amenazaban con la lluvia y el público se encontraba expectante para ver el desenlace del partido, escuché un silbato desde el medio de la cancha. Al fin el partido había concluido, alguien había atrapado la pequeña esferita dorada.




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    ROL AVANZADO 18 – GOLPEADORA


    Cuando me dirigía hacía la cancha podía observar que el cielo se estaba despejando, por lo menos no tendríamos lluvia en el partido, pero esto no disminuía la sensación de humedad que se sentía en el ambiente, además del viento que no paraba de agitarse. Mientras mis pies seguían andando me encontré con más miembros del equipo que buscaban los camarines para cambiarse, yo por supuesto les indiqué el camino e hice que se apuraran, pues el partido estaba por empezar.

    Al entrar en el campo de juego, vi a algunos jugadores del equipo verde que se encontraban ya uniformados y cuchicheaban entre ellos. El comentarista, Hades, tarareaba canciones y hacía bromas por el alto parlante, para animar al público que poco a poco iba llenando las gradas.

    Poco después llegaron mis compañeros Tato, Nessa, Aime, Zack y Pik para reunirse junto a mí. Algunos estábamos bastante nerviosos, ya que era la primera vez que participábamos en un partido de quidditch, así que para calmar las tensiones comenzamos a bromear entre nosotros. Otro estaban muy emocionados por jugar, querían obtener la mayor cantidad de recuerdos, incluso Nessa preguntó si alguien tenía una filmadora para grabar ese momento.

    Pasaban los minutos y aún faltaban integrantes del equipo, un cazador, un golpeador y el guardián. Yo estiraba mi cuello mirando hacía el fondo para ver si llegaba alguno, pero no percibía señal de alguna manchita roja acercándose.

    -¡Hey chicos!, los que llegaron ultimo, ¿vieron al resto del equipo en los camarines? –pregunté con preocupación.

    Todos movieron la cabeza de un lado a otro, lo que significaba que ninguno tenía idea de lo que había sucedido con nuestros compañeros. Yo en particular me preocupaba por Turmalina, pues ella era mi tía y no quería comenzar el partido sin ella. Pero como las demás chicas vieron mi cara de preocupación, intentaron relajarme, asegurándome que pronto llegarían todos y no había de qué preocuparse ya que todavía faltaban unos minutos para que el partido comenzara.

    Así, que para que la espera no fuera tan abrumadora, decidimos hacer vuelos de reconocimiento y recalentamiento. Inmediatamente tomé mi escoba, me subí en ella, pateé el suelo y me eleve por los aires. Era sensacional sentir el viento rosando mi blanquecino rostro mientras aceleraba a campo abierto.

    En el momento que estaba totalmente embelesada con el vuelo, repentinamente Nessa, que al igual que yo era golpeadora, me lanzó una bludger. Yo sin pensarlo, automáticamente le pegue con el bate, enviándola hacía el otro lado de la cancha, era increíble la velocidad de mi reflejo. En ese momento me sentí orgullosa de estar en ese puesto, la profesora nos e había equivocado al distribuirme allí.

    Mientras todos volábamos de un lado a otro, bromeando y animándonos para ganar, fuimos llamados a tierra. Rápidamente descendimos, aterrizando en la mitad del campo, justo en frente del equipo rival, e inmediatamente el árbitro del partido nos informó que el juego daría comienzo.

    El comentarista comenzó a hablar por el alto parlante, confirmando que el ansiado juego daría comienzo, entonces para empezar, recitó el nombre de cada jugador. En ese momento todo el público se encontraba expectante, me imaginaba que se preguntaban cuáles serían nuestros próximos movimientos o deseaban que ganara el equipo por el cual habían hecho sus apuestas.

    Antes de comenzar el juego, todo el equipo se reunió en círculo y juntamos nuestras manos.

    -¡Equipo a ganar!- todos dijimos enérgicamente, elevando nuestras manos.

    Luego, como era costumbre un cada partido de quidditch, el árbitro obligó a los capitanes de cada equipo a estrecharse las manos, simbolizando amistad, lo cual a mi me parecía est****o, porque siempre en este tipo de enfrentamientos surgían las rivalidades, era una cosa obvia e inevitable. Este juego no tendría sentido sin un poquito de emoción y espíritu competitivo.

    Todo el equipo rojo, como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, le dirigimos una mirada asesina a los verdes, quienes nos respondieron con el mismo gesto. Luego sonó el silbato, el juego daba comienzo.
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    ROL AVANZADO 18 – GOLPEADORA

     

     

    Al introducirme en la hoguera, estaba preparada para sentir un ardor en mi piel, sin embargo para mi sorpresa fue todo lo contrario, sentí un leve cosquilleo al pasar entre las llamas. Viajar por dicho medio no era tan terrible, pensé. Pero mis pensamientos fueron retractados cuando tuve que salir de dicha acumulación de fuego.

     

    Tenía cenizas en mi cabello y la túnica había adquirido un color gris, además de que estaba comenzando a oler a quemado. Intenté percibir de dónde venían aquellos avisos de incendio, cuando me di cuenta las mangas y pliegues de mi túnica estaban comenzando a arder, haciéndose cada vez más pequeñas.

     

    Rápidamente saqué la varita del bolsillo de mi pantalón e inmediatamente hice movimientos con ella. Como resultado pude detener el avance de las pequeñas llamas, pero luego tuve que restaurar mi vestuario, pues no podía ir por allí con la ropa encogida. Así que ocupé uno de los tantos encantamientos que sabía y gracias a mi facilidad para efectuarlos quedé tal cual como estaba antes de entrar por aquel portal.

     

    Luego de arreglar mi cabello, me dediqué a observar el lugar donde estaba situada. El clima se veía horrible, ¡no podían haber elegido un peor día para jugar quidditch!, al mirar hacia el cielo todas las nubes estaban grises, parecía que desatarían una tormenta en cualquier momento.

     

    En el momento que me encontraba absorta pensando en lo deprimente que era este tiempo, una llamada de la profesora Maharet me sacó de mi retraimiento. Pues ya estaba dando las instrucciones de lo que debíamos hacer y dónde se encontraba el respectivo camarín de cada equipo. El del color rojo estaba en la parte izquierda, así que sin meditar más, caminé hacia donde estaban mis compañeros de grupo para poder cambiarme.

     

    Al entrar en el camerino, noté la ausencia de la mayoría del equipo, hasta el momento sólo habían llegado las cazadoras: Aime y Tato. Por lo que yo era la única golpeadora presente, entonces comencé a preocuparme, tal vez como casi todos eran inexpertos viajando por hogueras, se habían confundido y llegaron a otro lugar sin querer. Así que les pregunté a mis compañeras dónde estaban los demás.

     

    Ambas brujas, para aliviar mi preocupación me dijeron que no me preocupara, pues llegarían en cualquier momento. Dichas estas palabras, comprendí que me estaba preocupando demasiado, puesto que era mi primer partido. Pero luego decidí que lo mejor sería relajarme y mentalizarme en lograr buenas jugadas.

     

    Luego cogí la túnica roja, color que correspondía a mi equipo, me vestí con ella. Me coloqué las botas, calzado que sería muy útil en ese momento, debido al terrible tiempo que había afuera. También me puse los guantes, cosa que agradecía en ese instante porque hacían que mis frías manos entraran en calidez.

     

    Cuando me observé en el espejo que había en mi casillero, me sentí satisfecha, ya que lucía como una verdadera jugadora de quidditch. Además de que el uniforme combinaba con mi pelirrojo cabello, el cual sólo faltaba amarrarlo con una coleta, para que no molestara en el momento del enfrentamiento. Hecho este último paso, todo estaba perfecto, así que tomé mi bate y la escoba, emprendiendo el rumbo hacia la cancha.

     

    En el momento que iba saliendo me encontré con los compañeros faltantes de mi equipo, uno a uno venían llegando. Sentí mucho alivio al verlos, así que les dirigí unas palabras de ánimo:

     

    -¡Qué bueno que han llegado!, por allí están los camarines. ¡Espero que demos lo mejor de nosotros!

     

     

     

  6. Rol avanzado 18

     

    Después de salir del departamento de cooperación mágica, esperaba que la solidaridad de las personas aún se encontrara presente, para que los directores se animaran a apoyar nuestra noble causa, en pro de la educación de magos y brujas. Porque de lo contrario no sabía de dónde sacaríamos fondos para comprar nuestros implementos de quidditch.

     

    Emprendí mi camino por los anchos pasillos de ladrillo, mientras lo hacía me encontré con algunos compañeros de la clase. Les pregunté cómo les estaba yendo con los patrocinadores, varios habían recibido respuestas satisfactorias, otros recién habían llegado, por lo que les di ciertos concejos, ya que yo no me había desenvuelto tan mal después de todo.

     

    Me faltaba sólo un lugar, así que decidí seguir la recomendación que me dieron e ir al departamento de juegos y deportes mágicos. Qué mejor lugar para acudir, después de todo ellos fomentaban la práctica de deportes, por lo que creía que no habría problema al pedir una pequeña ayuda para los principiantes, no podrían rechazarla.

    Tomé el ascensor por tercera vez, esperando que descendiera hasta la planta correspondiente. Cuando me bajé y comencé a emprender mi camino hacia las oficinas, vi que venían varios compañeros. Al preguntar todos me decían que los habían atendido bien, entonces muy fui un poco más segura a hacer mi postulación.

     

    En el momento que llegué, iba a dirigir una palabra al recepcionista para preguntar dónde quedaba la oficina del director. Este al parecer, adivinó que era uno de los tantos estudiantes que ya habían venido, así que sólo me señaló una puerta con su índice.

     

    Me dirigí al lugar señalado, toqué la puerta y de inmediata esta se abrió de par en par, con una grave voz (como la del ascensor, pero en versión masculina) diciendo: “adelante”. No lo pensé dos veces e hice lo que exclamaba la frecuencia. En ese instante, me presenté ante el director Angus Black, quién me miraba suspicazmente, preguntando qué se me ofrecía.

     

    -Bueno, me presento, mi nombre es Loonyk Weasley, estudiante de la academia de Magia y Hechicería. Verá señor, como mis compañeros le han explicado anteriormente, necesitamos los implementos para los equipos de quidditch, ya que la academia no puede cooperar con los gastos de todos. Entonces nos gustaría saber si ustedes estarían dispuestos a patrocinarnos con los bates de nuestro equipo, el que por cierto es representado por el color rojo. Estaríamos enormemente agradecidos con su cooperación, créame que no lo defraudaremos, todos nuestros esfuerzos son en pro del deporte. Así que aquí le dejo nuestra tarjeta y la invitación de antemano para que vaya a vernos jugar si es que su tiempo se lo permite –dejé ambas tarjetas encima de su escritorio.

     

     

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    -Muchas gracias por su tiempo –le sonreí dulcemente-. ¡Adios! –cerrando la puerta de la oficina detrás de mí.

  7. Rol avanzado 18

     

     

     

    Luego de salir del departamento de misterios, estaba segura que el director nos proporcionaría las capas, pues se veía convencido cuando le expliqué para qué las utilizaríamos. Mientras caminaba y pensaba a la vez, tampoco había planeado mi segundo ataque, ni siquiera sabía adónde dirigirme, solo tenía la certeza de que caminaba por un pasillo.

     

    Tras doblar esquinas una y otra vez, finalmente llegue al ascensor, por lo que me subí rápidamente esperando que fuera una especie de tómbola que me llevara a mi siguiente destino. Así que nuevamente me fié del azar, ascendí y descendí en el elevador hasta que por fin se detuvo.

     

    -Departamento de cooperación mágica internacional –dijo la suave voz femenina.

     

    ¡Es hora de bajarme!, pensé entre mí. Así que puse mis pies fuera del ascensor y emprendí el camino hacia las oficinas de dicho departamento. Este no estaba tan solitario como el anterior, al contrario, se veía gente apurada entrando y saliendo de sus oficinas a cada rato, por lo que no me fue tan difícil pedir información.

     

    Había un brujo aprendiz tras un aparador, con cara de que se le podían hacer toda clase de interrogantes, por supuesto, me dirigí inmediatamente a pedirle ayuda. Le pregunté dónde me podía dirigir para hacer una petición, entonces le expliqué todo el cuento del partido de quidditch. Aquel mago fue muy amable conmigo, me dijo que no habría problema si hablaba con la directora Gyvraine C.Sullivan, así que me señaló la puerta de su respectiva oficina. Le di las gracias y seguí con mi misión.

     

    Al llegar a dicho lugar, no tuve necesidad de golpear la puerta, pues estaba a medio cerrar, al parecer alguien la había dejado abierta al salir. Observe a una delgada mujer de cabellos castaños, leyendo concentradamente unas hojas tras el escritorio.

     

    -Disculpe, ¿puedo pasar? –le inquirí.

     

    Ella alzó sus preciosos ojos azulados hacía mi, haciéndome una seña para que pasara y cerrara la puerta. Por mi aspecto dedujo de dónde y a qué venía, pues me explicó que algunos compañeros míos habían venido hace pocos minutos atrás, así que mi interrupción fue más corta de lo que planeaba.

     

    -Bueno, Srta. Sullivan. Nuestro equipo necesita escobas, por lo que estaríamos enormemente agradecidos de que nos aportaran con algunas. Por supuesto no lo tomaremos a mal si no nos puede ayudar, pero si es que lo hace no se arrepentirá, nuestro equipo será el mejor y hará todo lo posible para ganar. Le dejo nuestra tarjeta y la invitación de antemano para que vaya a vernos jugar –le extendí los 2 papeles en su mano.

     

     

     

     

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    Luego de mi pequeño discursito di las gracias y me despedí amablemente de la hechicera.

  8. Al quedarme sola en la oficina, decidí sentarme en un cómodo sillón que estaba al lado de la ventana. Así que no encontré otra entretención más que mirar la oficina de mi madrina. Esta no era una habitación muy grande, pero tenía cierto toque que la hacía acogedora. Su escritorio era de madera antigua, ornamentado con extraños símbolos y repleto de papeles, tenía el cómodo asiento de la persona que se sienta tras este y las dos incómodas sillas para los visitantes. También todo el piso estaba tapizado con una felpuda alfombra, que hacía parecer que se caminaba en algodón y las paredes adornadas con unos símbolos parecido a los de la mesa. Al parecer este era una decoración hecha por la propia mano de Bel.

     

    Luego me di cuenta que la oficina estaba un poco oscura, por lo que corrí las largas cortinas de terciopelo para que entrara la luz. Cuando hice esto la habitación cambio de color, hasta se veía más limpia. Como no tenía nada que hacer, me recosté en el sillón y comencé a observar a la gente que pasaba por el callejón, llena de bolsas de tiendas o comiendo los dulces de las tiendas de bromas.

     

    Sumida en el ambiente exterior, no me había dado cuenta que mi madrina había llegado y estaba sentada próxima a mí. Me miró con interés y me pregunto:

     

    -¿A quién miras tan ensimismada?, huy, ¿acaso encontraste a tu amor? –expresando una mirada pícara.

     

    -No, como piensas eso –sonrojándome un poco-. Sólo estaba mirando a la gente que pasa por la calle, es un ejercicio entretenido, deberías probar.

     

    --Interesante, esa ventana ha estado siempre ahí y nunca se me había ocurrido mirar. Tu sabes, con tanto trabajo no te queda tiempo –me sonrió y se acomodó en el sillón-.-Y… ¿cómo te ha ido en la Academia?.

     

    -Deberías hacer el ejercicio un día cuando estés desocupada. Pues en la Academia no me ha ido mal, pero tampoco soy de las alumnas más brillantes, lo que si, he aprendido bastante. Aunque me última calificación no fue muy buena. Pero estoy intentando superarla –con tono de angustia.

     

    -ahh… pero no te preocupes por eso mi ninia. Todos tenemos nuestras latas y bajas –diciéndolo con cierta voz maternal- .Yo sé que en la próxima te irá mejor. Además, tu sabes que cualquier cosa que necesites puedes contar conmigo –sonriendo tiernamente.

     

    -Lo se madri, por eso me encanta venir a verte, siempre tienes una palabra de aliento para mí. ¡Te quiero! –la abracé.

     

    -Que eres linda Loonyk, yo también te quiero. Te adoro, tú lo sabes –dirigiéndome una mirada nostálgica-.

     

    Pero sigue contándome… ¿qué profesoras tienes ahora?

     

    -mmm… a Aland y Mey –respondí.

     

    -oh, vaya. Las dos son muy buenas profesoras. Debes sentirte honrada de ser su alumna.

     

    -je je –con sonrisita nerviosa.

     

    -¡Esto parece una entrevista! –exclamó- pero no te preocupes querida, nuestra conversación no saldrá de estas cuatro paredes –guiñándome un ojo.

     

    Luego apareció el elfo de Bel trayéndole un jugo. Me preguntó si deseaba algo, en ese momento miré hacia el reloj de pared que estaba en la muralla, frente al escritorio.

     

    -oh, cielos. Creo que estoy en la hora, debo volver a la Academia, esta es mi última clase –mirando con tristeza a mi madrina.

     

    -Es una pena, la estaba pasando bien. Pero los estudios están primero –aseverando seriamente-. Te acompaño a la salida, querida.

     

    Salimos de la acogedora oficina y luego descendimos las escaleras hasta llegar al vestíbulo.

     

    -Gracias por atenderme Madri, ha sido un placer -le di en fuerte abrazo y luego salí hacia el callejón.

     

     

     

     

     

     

    OFF:

     

    Este es el último rol :B gracias Madriii por ayudarme con la tarea, te pasaste :D

     

  9. Bel correspondió a mi abrazo cariñosamente. Lucía esplendida, vestía un traje blanco muy a tono con su piel y hermosos accesorios que resaltaban su belleza vampiresa. Alegremente expresó:

     

     

    -¡Estoy tan feliz de verte mi ninia linda!, te he extrañado muchísimo –sonriéndome. –Vamos, tomemos asiento –dirigiéndose a las sillas, con las cuales hizo un movimiento con su varita y las convirtió en mullidos sillones.

     

    Mientras yo aterrizaba con mi cuerpo en el sillón, mi madrina me preguntaba entusiasmadamente a qué se debía mi sorpresiva visita y si me podía ayudar en algo.

     

    -Bueno madri, verás…como te conté tiempo atrás estoy en la academia de Magia, en estos momentos ya estoy cursando rol básico y una de mis tareas ha sido venir a conversar con alguien que trabaje en las dependencias del Ministerio. Como tú sabes en esa clase te hacen dar bastantes vueltas por ahí, entonces entenderás que para mí no es de mucho agrado entrar y salir a cada rato de allí. Por lo que me acordé que tú trabajas en el Profeta, el cual pertenece al Ministerio pero está en el Callejón Diagon, así que no lo pensé dos veces y me vine inmediatamente para acá, variando un poco de ambiente.

     

    -Ya veo mi querida Loonyk, te comprendo perfectamente –expresándome una tierna sonrisita. –¿No te gustaría ir a mi oficina?, allí estaremos mejor y en privado. Por aquí pasa mucha gente –poniéndose de pie y dándome una mano para que pudiese pararme.

     

    Caminamos hacia el fondo del vestíbulo para subir las escaleras que nos llevaban a su oficina. Al llegar al fondo yo iba a tomar la escalera izquierda, pero justo Bel me interrumpió, advirtiéndome que era por la otra.

     

    -Y…¿ en qué piso esta tu oficina?, ¿no te parece que para este edificio tan alto deberían tener ascensores? –le inquirí.

     

    -En el cuarto. Mi ninia… -sonriéndome. –Cuando comencé a trabajar pensaba lo mismo que tú, pero con el tiempo vas acostumbrando a aparecerte o a transportarte por la red flu. Entonces te das cuentas que las escaleras no son necesarias, sólo las ocupan los visitantes.

     

    -Aaah…no lo había pensado así –le respondí sonrojándome por mi est****a pregunta.

     

    Continuamos subiendo por los estrechos pasillos que formaban las antiguas escaleras fabricadas con gruesa madera. Ciertamente se podía notar que casi nadie las ocupaba, como había dicho Bel anteriormente.

     

    -y… ¿Cuál es tu trabajo específico Madri? –le pregunté curiosamente, nunca le había preguntado a ciencia cierta en qué trabajaba.

     

    -reportera, el mejor y más fascinante trabajo del mundo –dijo alegremente mientras subíamos la escalera. –¡Creo que hemos llegado! –abriendo una gruesa puerta que no llevaba a su oficina.

     

    En ese momento se apareció su elfo, al parecer le traía un recado importante. Ella lo miró seriamente, susurrándole algo que no alcancé a entender. Luego Bell se dirigió a mi, preguntándome si la podía esperar, porque tenía unos asuntos pendientes, pero que volvería en un santiamén.

     

    -Por supuesto, no te preocupes –la animé. –Yo tomaré asiento por mientras.

  10. Otra vez me encontraba fuera de la Academia, últimamente estaba pasando más en el Ministerio que a los interiores del castillo. Por supuesto eran por motivos educativos, ya que mis profesoras de rol me habían impuesto como tarea ir a algún departamento del ministerio y visitarlo. En ese momento recordé que mi madrina Bel trabajaba en el Profeta, el cual de una u otra forma también formaba parte del Ministerio, aunque no se encontrara ahí respectivamente. Así que decidí que era el momento preciso para darme una vuelta por allí e ir a ver cómo estaba mi madrina.

     

    Me encontraba allí en el callejón Diagon, cuando pensé que tal vez Bel estaría atareadísima y no tendría tiempo para recibirme. Entonces comencé a pensar en una forma de avisarle mi visita, de pronto sorpresivamente de la nada apareció Mittens mi lechuza, como si hubiese entendido algún mensaje telepático y acudiera rápidamente a mi socorro.

     

    La lechuza alba me miró con sus castaños ojos, luego se posó en el borde de una ventana y estiró su pata. Entendí inmediatamente lo que me intentaba decir, así que rápidamente saqué un pedazo de pergamino y mi pluma favorita de mi bolsillo garabateando un mensaje.

     

    Madrina!!

    Estoy en el Callejón Diagon, me gustaría pasar a verte. De hace tiempo que no te veo.

    Cariños, Loonyk.

     

     

    Até el pequeño papelito a la pata de Mittens y esta inmediatemente salió volando en dirección a el edificio del Profeta. Yo por mi parte en el fondo sabía que aunque mi madrina estuviese muy ocupada igual me atendería, pues siempre ha sido muy linda conmigo. Asimismo como me encontraba ahí parada fuera de Gringotts haciendo nada, decidí cruzar la calle y entrar al gran edificio que estaba enfrente.

     

    Me encontré ante dos gruesas puertas y un letrero con una prolija tipografía que decía “El Profeta”. Empujé una y entré, al poner mis dos pies en la fría cerámica me di cuenta de que estaba en el vestíbulo, este tenía varias puertas y al final dos buzones y dos escaleras, que yo supuse transportaban a los pisos posteriores.

     

    Estaba mirando perdidamente cada detalle de la habitación cuando un elfo aparece dándome la bienvenida y preguntándome si quería algo para beber. En ese momento yo di un sobresalto, no esperaba que un elfo se apareciera sorpresivamente a mi lado. Puse una mano en mi pecho dando un suspiro para poder responderle:

     

    -Bueno, me gustaría un zumo de naranja –mirando un poco asustada al elfo. Este desapareció y reapareció en un instante.

     

    -Aquí esta su zumo, si se le ofrece cualquier otra cosa solo llámeme. Puede tomar asiento si gusta –señalándome las sillas que estaban a un costado.

     

    Obedientemente me senté a beber y esperar a que mi madrina viniera a recibirme. Después de un rato, cuando ya se había acabado el zumo, comencé a preocuparme, dudando de que Mittens haya llegado con el mensaje. Pero mis dudas se disiparon en el momento en que vi a Bel descendiendo las Escaleras. Al verla me levanté de mi asiento para correr a abrazarla.

     

  11. La mujer que revisaba las fichas al fin me dijo que la mía estaba buena, así que sin esperar más me hizo pasar a una puerta, donde debía dar mi examen. Aquella puerta tenía un letrero escrito prolijamente con letras plateadas “Exámenes de vuelo”, sin más preámbulo giré la manilla y abrí la puerta.

     

    Era una habitación más grande de lo que yo me suponía, en realidad no era una habitación, sino un paisaje. Cuando cerré la puerta detrás de mi, me sentí transportada a otro lugar, sentía que ya no estaba en el ministerio como hace un rato atrás llenando la ficha, es más, estaba en un bosque.

     

    Al adentrarme en el lugar podía observar gigantescos helechos de más de treinta pies de largo, con gruesos troncos aferrados a la tierra, los que se movían suavemente al son del cálido viento que ondeaba entre ellos.

     

    Luego miré el cielo, el cual estaba tan nítido y tan azuloso como un día de verano, expulsaba una brisa que rosaba los poros de mi piel. En ese momento me sentí tentada a recostarme en la hierba para disfrutar del embelesamiento que me producía el ambiente, me imaginaba danzando con el paisaje, que él y yo éramos uno solo. Pero de pronto una femenina voz me aterrizó en la realidad.

     

    -¡Siguiente! –exclamó la voz.

     

    Caminé por el pedregoso y desalineado terreno acercándome a la mujer que me había llamado. Al acercarme comencé a distinguir una pelirroja cabellera y cuando estuve a cinco metros de ella comprendí que era una Weasley, pero no cualquier Weasley, nada más y nada menos que Nicole mi abuela. En ese momento le esbocé una pequeña sonrisita nerviosa, quise correr y abrazarla, pero no podía, me imaginé que no iba con el protocolo.

     

    Nicole me dirigió una gran sonrisa asintiendo con la cabeza para animarme, luego me señaló con su brazo las escobas que estaban a dos metros de mí. Cuando vi dichos transportes recordé la razón de por qué me encontraba en aquel lugar, así que les eché un rápido vistazo. Para mi eran todas iguales, así que tomé la que me pareció más nueva, esta era de color roble con unas largas ramitas doradas al final.

     

    Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, de que nunca había volado en escoba, mi corazón comenzó a golpear estridentemente contra mi pecho, bombeando sangre por todo mi cuerpo. Podía sentir como subía la adrenalina desde mi pecho hasta la garganta. Me sentía demasiado nerviosa, mi mente comenzaba a nublarse, por lo que rápidamente atiné a ensayar ejercicios de respiración para calmarme.

     

    Di un último profundo respiro y monté la escoba, luego di una patada al suelo, como lo había leído muchas veces en las instrucciones de vuelo. Comencé a elevarme y di un último vistazo a mi abuela desde las alturas, quien cada vez se hacía más pequeña.

     

    Mi primer asalto no había sido tan malo, por lo menos estaba logrando mantenerme a mí y a la escoba en el aire. Estaba todo bien, por lo que en ese momento intenté relajarme y no mirar hacia abajo, pues no quería sentir vértigo. Así que comencé a centrarme en mis movimientos y en los del viento que rozaba suavemente mi rostro y secaba la transpiración.

     

    Puse mi pie en el acelerador y comencé a volar más rápido, era sensacional volar, mucho mejor de lo que había imaginado. Pero mi fascinación terminó allí, cuando una repentina corriente negra, (parecida a la que expulsaban los mortífagos cuando invadían la mansión) impactó contra mí e hizo que perdiera el control. La escoba empezó a caer en picada hacia los árboles, yo como principiante no sabía qué hacer, así que pegué un agudo grito desesperado y más por instinto que por propia ocurrencia le di una patada al freno. La descensión se detuvo abruptamente haciendo que me aferrara a la madera fuertemente, logrando nivelarme. Vaya susto, si no hubiese sido por mi rápida reacción, mis huesos habrían terminado molidos en el piso, pensé asustada.

     

    Nuevamente pisé el acelerador para seguir mi trayectoria, pues no podía quedarme allí detenida, porque estaba en medio de el examen. Pero esta vez decidí mirar precavidamente hacia todos lados, y cuando me sentí segura avancé más rápido entre los helechos. Una vez contralado el vuelo apareció mi segundo obstác*** emergiendo desde la tierra, era un extraño monstruo con tentáculos, así que no lo pensé dos veces y ascendí la escoba pasando por encima de él.

     

    Me sentía realizada, ya había pasado dos trampas, aunque con cierta dificultad. Seguí volando entre los árboles, zigzagueando en algunas ocasiones para esquivar los gruesos troncos, en ese entonces me encontré con otro extraño animal que expulsaba bolas de fuego hacia el cielo. No sabía cómo esquivarlo, no logré entenderlo hasta que estuve a medio metro de él y pase por un costado. Dando un suspiro seguí mi camino.

     

    Luego al ascender la escoba me fui encontrando con aros de brillantes colores, que se aparecían y desaparecían en el cielo. Por lo que me di cuenta que debía pasar entre ellos para que dejaran de parpadear. Asimismo lo hice, con una destreza que no me conocía volé entre los luminosos aros que aparecían en mi camino, ascendiendo y descendiendo, dependiendo del lugar donde se encontrara el objetivo.

     

    Así continué mi trayectoria sin mayor dificultad, esquivando monstruos que tiraban fuego o que tenían tentáculos, torbellinos negros y traspasando aros coloridos. Me había convertido en un ama de la escoba, que volaba con cierta gracia por los aires. Yo no lograba entenderlo por completo, pues sólo había leído los manuales de vuelo y nunca había practicado dicha teoría. Pero esta extraña conmoción no impedía que disfrutara de la maestría que había adquirido en mi vuelo.

     

    Cuando hubo transcurrido un buen tiempo, y lo obstáculos ya me parecían un juego de niños, sonó un silbato en el campo. Había olvidado por completo que estaba siendo observada y que era mi abuela quien me examinaba. Así que rápidamente empecé descender mi vuelo en dirección a el sonido producido anteriormente.

     

    La escoba llegó a ras del suelo, en ese momento pude poner los pies sobre la hierba. Lamentablemente el vuelo había terminado.

     

  12. Holaa!!

     

    T.T me paso por aquí por que acabo de recibir un zape de mi madri Fee, digo Nicole ahora... y no quiero que me sigan maltratando u.u quiero ser una ahijada buena (A).

     

    Lamento no pasarme más a menudo, pero la vida muggle me ata. Pero siempre que pueda pasaré y dejaré mi post :B.

     

    Un saludo para mis dos madri adoradas *o* Bel y Nicole ^^ las kieroo!! :D

  13. Hol hola!!

     

    Huy desde hace tiempo que no me pasaba por aquí!!

    Vengo a actualizar posts!! :B

     

    Bueno, hoy regalo saludos a toda la Orden!! :D, en especial a mi queridisisisima madri madri Bel ^^ que siempre me cuida y responde mis dudas :P.... y también para algunos Weasleys que veo por aquí, u.u que desde hace tiempo que no voy a la Mansión a visitarlos...algun dia iré ><

     

    Esoo!! n.n saludines!!

  14. Hola hola a todos los magos y brujas!! :D

     

    Acabo de enterarme de el asunto de los padrinos ^^ me parece una idea genial, a mi me encantaria tener uno!!! :D seria algo así como "mi guia espiritual" xD wjajaj broma, pero es reconfortante saber a quien acudir cuando estas en problemas :B

     

    Así que el que quiere apadrinarme aviseme, me porto bien :rolleyes:

    Cualquier cosa me avisan por MP, ya que en los post del foro siempre me pierdo :(

     

    SAludos a todos!! :)

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