Estrella Malfoy

Escuchó los quejidos de su amiga mientras asentía suavemente con la cabeza. Habían ido juntas a dejar el papeleo a la oficina, aunque la castaña había tenido más suerte y la habían atendido primero, a pesar de que ella sospechaba que se debía a las palabras malsonantes que emitía la bruja sin siquiera moderar su tono. Aún así era Abigail, tenía un temperamento bastante fuerte y era bastante evidente que se encontraba enojada.

Su amiga entró en la habitación y ella esperó sentada el momento en que un encargado la atendiera, no pasaron muchos minutos cuando Nataly le confirmó que sus papeles estaban en regla y que podría dar su examen. Con calma y tras inspirar fuertemente, empujó la puerta que se abrió con un sonoro crack.

En la sala se encontraba la profesora Nicole, que examinaría su proceder y la forma en que lograra acabar con los obstáculos que se le presentaban. Quiso suplicarle a la mujer que no la hiciera pasar por aquello pero decidió apresurar la marcha. Con cautela tomó su escoba y sintió cómo ésta se pegaba a sus manos producto del sudor. Se elevó un poco más de un metro del suelo con el rostro marcado por el pánico y con los nudillos amoratados por la excesiva presión que ejercía sobre el mango de la escoba. Creyó que era suficiente, pero la Weasley la incitó a tomar más altura y ella obedeció, dirigiendo la escoba lo mejor que podía, aunque esta zigzagueaba de un lado a otro. Tomó un poco más de altura y vio cómo los obstáculos comenzaban a aparecer frente a ella; no eran mas que cientos de escobas que la atacaban, intentando derribarla, y que le propinaban algunos golpes bastante dolorosos que estaba segura dejarían marca. Era insólito pero creía que eso podía deberse al gran pavor que sentía al estar sobre el aire.

–Confringo– exclamó con fuerza y unas cuantas escobas quedaron reducidas a polvo y astillas que se precipitaron al suelo, logrando que ella tosiera y dirigiera su mirada a la examinadora que parecía atónita.

–Me bajo, me rindo, no puedo– gritó esperando que la profesora la escuchara, sin embargo ya había perdido por completo el manejo de su escoba y pendía de ella sólo con las manos

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– Incendio –dijo apuntando a algunas escobas que estaban sobre ella mientras pendía de una sola mano, pero a causa de la poca estabilidad había terminando por prender llamas a la escoba en la que hacía unos minutos montaba. En ese preciso instante no hacía más que caer en picada sintiendo cómo el fuego producía quemaduras profundas en sus ya lastimadas manos.

Cayó en el suelo desde un metro de altura, lo que no era mucho pero había bastado para aturdirla. Con el cuerpo adolorido y las manos quemadas se dirigió a la salida, no sin antes detenerse frente a la profesora.

–Lo siento por el césped y no se preocupe, estoy segura de que después de esto no hay opción de que apruebe. Sólo me gustaría dejar constancia de que lo intenté, aunque si pudiera evitarse los detalles de esta prueba se lo agradecería –dijo ella con tono avergonzado mientras cerraba la puerta a sus espaldas.

- Mucho gusto Hades, pues si soy una centauro o al menos eso escuche en clases tal vez me equivoque y por eso vine a parar en estos lugares tan extraños - comentó la chica con la voz cubierta de duda, esa era una de las pocas respuestas razonables que se le ocurrían en aquel momento

Con cuidado se puso de pie intentando forzar lo menos posible su tobillo no sabia si el hechizo había sido del todo efectivo , aunque esperaba por su bien que así fuera no quería caminar adolorida y mucho menos constituirse en una carga para su compañero que de aquel modo tan particular la había ayudado.

Se acomodó la tunica y estiró su mano esperando que el joven le devolviera su varita para poder realizar unos cuantos hechizos, el joven con la duda aun grabada en su rostro le entrego a su fiel compañera ganándose una mirada agradecida de la pelinegra.

-Aguamenti- dijo apuntándose a si misma y en ese instante de su varita salió un chorro de agua que la empapó completamente logrando que el barro y la sangre escurriera de su ropa y de su cuerpo

-Tergeo – dijo con voz clara y su varita pareció absorber todo el liquido, sabía que seria un tanto inútil pues en cuanto salieran de ahí la tormenta lograría mojarla nuevamente sin embargo un nuevo hechizo acudió a su mente - Impervius-dijo apuntando a su capa y sonriendo satisfecha, amaba usar su varita en cada ocasión que se le presentaba mientras más hechizos usaba sentía que estaba un paso más cerca de poder dominar su magia.

Miró a su lado y vio como el chico seguía ahí por lo que supuso que esa era una invitación a buscar junto alguna salida de aquel problema que tanto la retrasaba, estaba empezando a temer que el tiempo no fuese el suficiente y se retrasase para su próxima clase, ella no podía permitir aquello debía aprender todo cuanto antes, era por eso que le necesidad de salir se hacia mas imperiosa con cada segundo que pasaba.

– Tienes alguna idea del camino que debemos seguir –preguntó expectante a su compañero, deseaba con ansias que el tuviera aluna idea pues todo sus últimos instintos habían fallado estrepitosamente.

En medio del silencio que se formo entre los dos pudo sentir fuertes pisadas que hicieron que algunas e las rocas de las cavernas se desprendieran y los bellos de su piel se erizaran; sonidos guturales lo llenaban todo y aquel idioma solo se le hacia familiar con el e gigante que custodiaba l entrada de la mansión de su padre , aunque esperaba por su bien que no se tratara de una criatura peligrosa pues su arsenal de hechizos era limitado y dudaba sobre su capacidad de defenderse.

Pese al estado de semi inconciencia en que se encontraba, escuchó no muy lejos de ahí el ruido de unos pasos, sintió como su cuerpo temblaba haciendo que el dolor se intensificara aun mas, no sabía si lo que se acercaba era bueno o no para ella pero fuera lo que fuera cambiaria su situación.

-¡Lumus Máxima! – escuchó pronunciar a lo lejos y sitio como la luz llenaba la estancia segándola momentáneamente, sintió como sus pulsaciones se aceleraban al ver como un hombre se acercaba hasta ella y prefirió cerrar lo ojos y fingir que estaba muerta o inconciente tal vez el era el culpable de estado en que se encontraba y no era capaz de enfrentarlo sin saber s quiera donde estaba su varita.

-¿Quién eres? - escuchó que el preguntaba, pero su voz se negaba a salir, las amenazas no tardaron en llegar, pero ella prefirió callar sentía que cualquier cosa que dijera podría dar un cambio drástico a su malograda situación.

Escuchó impactada como un hechizo salía de los labios de aquel hombre, increíblemente el curaba sus heridas y ella comenzaba a sentirse mejor después de todo tal vez el no fuese el culpable de todo aquello.

-Mi nombre es Estrella y no se bien como llegue aquí estaba en mi sala común y caí y pues todo es confuso , puedo saber quien eres tu y por que me has ayudado - dijo ella con voz rasposa y a una velocidad inaudita

Llevaba unos días vagando en la academia y aunque las clases resultaban agobiantes aquella mazmorra era bastante más acogedora que la fría y lúgubre mansión que había estado alquilando hasta ese momento, podría decirse que las sillas de aquel salón dañaban menos su columna que la ruinosa colchoneta donde solía perecer y estaba segura de que cualquiera que conociese el lugar de donde venía no dudaría en pensar de forma similar.

Había estado así dos o tres días hasta que se había reprendido mentalmente por su poca capacidad de raciocinio, era evidente que la mejor opción serian los dormitorios de su casa, aunque no sabia donde quedaban estaba segura de que la búsqueda valdría la pena si era tan acogedor como el gran salón no le molestaría pernoctar ahí hasta terminar su formación mágica.

Había tardado cerca de un hora en encontrar el lugar y su mirada se clavo en las paredes todo estaba armoniosamente decorado, sin embargo sus ojo se llenaron de pánico frente a ella habían mucos magos en lo que parecía ser una fiesta de lo mas animada , asustada empezó a retroceder mientras de su varita salían pequeños destellos dorados , había llegado uno de esos momentos que tanto temía sus pasos retrocedían cada vez mas rápido hasta la entrada pero de pronto su espalda golpeo contra una pared, producto del dolor cerro los ojos pero al abrirlos su mirada se lleno de una mezcla de curiosidad y espanto frente a ella se alzaba un bosque donde la tormenta y el frío lograban calar lo huesos de las escasas o inexistentes almas que lo habitaban.

La joven ajusto la capucha de su capa para evitar un poco el frío, aunque la lluvia ya había logrado hacer que la tela se adhiriera a su cuerpo. Cogió con fuerza su varita lista par lo que pudiera suceder, el mundo en que habitaba le había enseñado que era mejo prevenir que lamentar.

En medio del silencio pasmoso el aullido de un lobo logró captar su atención se oía lejano y tímido pero pronto se escuchó más potente y mucho más cerca cuando giro pudo percibir entre los matorrales varios pares de ojos brillantes que la miraban y en un solo pestañeo tuvo frente a ella una manada de lobos que parecían peligroso y hambrientos.

-Desmaius -gritó con fuerza apuntando al que parecía el líder de la manada y este cayo inmóvil al suelo provocando que los demás se amontonaran a su alrededor por no paso mucho para que lo gruñidos volvieran a oírse , la mente de la joven bruja parecía repleta de hechizos pero ninguno le resultaba útil en se momento , pero como un rayo de luz la respuesta vino a su cabeza

-Oppugno - dijo en dirección a los tres lobos restantes y de inmediato estos dejaron de gruñir quedándose quietos

Sabia que no disponía de mucho tiempo la fuerza de ese hechizo no duraría eternamente así que hecho a correr con toda su fuerza sintiendo como las ramas crujían bajo sus pies y como algunas ramas herían su piel dejando pequeños rastros de sangre que en esos momentos no podía importarle menos ya se encargaría el agua de aquella enorme tormenta de limpiar s piel.

En medio de su carrera vio mucho lodo donde habían algunas huellas pensó que tal vez es seria la indicación de algún movimiento humano se había desarrollado en el lugar poco a poco dirigió su carrera hasta ahí, de pronto un remezon de tierra bastante fuerte hizo que cayera profiriendo un grito sonoro que se ahogo en medio de lo que parecía un tobogán lleno de lodo y un que otra piedra, aunque no estaba del todo segura pus había cerrado los ojos bastante asustada , la caída se vio frenada abruptamente por lo que parecía una roca , pero esta no tardo en desaparecer dejando extrañada a la joven que tras unos minutos se puso de pie pero observando atónita como la roca volvía a aparecer, de pronto sus rodillas fallaron y al miar al suelo vio como de su tobillo manaba una gran cantidad de sangre , sin preocuparse por s ropa que esas alturas ya se encontraba rasgada y bañada de lodo , se sentó tratando de curarse pero su varita no aparecía y no tenía modo de saber donde se encontraba en medio de aquella aterradora oscuridad.