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Dangelin Haughton

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Mensajes publicados por Dangelin Haughton

  1. Hola chicos, me encanta que tengan tanta fe en mi y por eso me siento tan mal al venir a dar esta noticia. Lamento defraudarlos y desde ya les digo que no es mi intención.

    Debo abandonar el foro, tengo la razón y créanme que me dan ganas de decirla para que comprendan mejor pero lo veo un poco dramático, además que no soy la única que depende de esa razón.

    En fin, eso dejare el foro indefinidamente lo cual detesto, no se cuando volveré pero seguro será dentro de 4 o mas meses. De nuevo me disculpo, sobre todo contigo David :/ espero se unan a otro equipo o no se. De nuevo perdón.

    Hasta luego (o nunca)

  2. La pelinegra estaba en un sector apartado del resto cepillándose el cabello que lentamente volvía a tener su apariencia inicial, de un color azabache tan profundo como el cielo nocturno. Se sentía satisfecha con su presentación en el desfile, quizá no había sido la mejor pero al menos había dejado en claro que no estaba en una esquina esperando a ser pisoteada y perder la competencia.

     

    Denisse, su sombra se había marchado para perderse entre la multitud buscando algo divertido que hacer. En eso eran diferentes, ella procuraba mantenerse quieta sin hacer escándalo, ya vendría la hora de echarse a correr y entrar en acción. Pensando como estaba sobre lo que pasaría en la arena vio como un hombre se le acercaba corriendo trayendo consigo algunos objetos.

     

    Ella se acercó a el para hacerle más fácil.

     

    - Si, estoy lista. - murmuró ella sonriendo tranquila.

     

    A diferencia de el ella estaba contenta, había esperado mucho tiempo por ese día, el día en el que finalmente podría poner su nombre en algo más que "Esa chica", quería demostrar al mundo que valía y sobre todo a su difunto padre que no se había equivocado en dejarla vivir más años.

     

    - Gracias. - balbuceó mientras recibía los objetos y los iba guardando en orden dentro de la mochila - Ya le pediré al estilista que expanda mágicamente la mochila, para poder guardar el saco de dormir, al menos el sí puede usar la varita.

     

    David, su mentor comenzó a aconsejarla y una vez terminó le dio un abrazo, sincero y lleno angustia que ella recibió ahora nerviosa. Eran pocas las personas que ella aceptaba abrazar pero se sentía cómoda con el, después de todo su vida dependía de aquel extraño.

     

    - Ey, no te preocupes tanto. Ya veras que estaré de pie más de lo que crees.

     

    Trataba de aligerar el ambiente, o de lo contrario se derrumbaría y no quería hacerlo.

  3. Giraba entre sus largos dedos una copa de Brandy, con la esperanza de que el sabor relajara su mente y su cuerpo. Los juegos del hambre seguro empezarían dando todo, el primer golpe era el mas duro y de no verse concentrada podría costearle la vida. Dio un largo trago a la bebida mientras escuchaba a su sombra renegar con la fantasma que atendía el local.

     

    Entonces se le acerco un chico presentándose, y declarando que era su mentor. Ya lo había olvidado, su mentor, su guía y el encargado de hacerla ganar. Bueno, el segundo encargado pues el primero era obviamente ella.

     

    - Ah si, mi mentor. Un placer. - murmuró haciendo una seña con la mano para invitarlo a sentarse.

     

    Se giro en su asiento para quedar de frente con su mentor. Creía haberlo visto antes, pero en una situación como esa a punto de entrar a una competencia a muerte no estaba tan segura. Se encontraba nerviosa, pero su rostro no lo mostraba pues permanecía serio y tranquilo, sus orbes azules estaban clavadas en la bebida.

     

    - Dime David, ¿estas listo para toda esta locura? No creo que sea tan sencillo estar en tu posición, al igual que no lo sera estar en la mía. - murmuró tajante tomando un trago mas.

  4. La base se encontraba en su habitación dentro del castillo Haughton. Suponía que toda la tarde se la pasaría ahí buscando que hacer, tal ves encontraría un libro interesante en la biblioteca, o buscaría a alguien a quien hacerle una broma. El cielo era el límite y no estaba entre sus planes quedarse en su cama mirando el techo blanco hasta que llegará la noche. No, no se le daba bien estarse sin hacer nada cuando había tanta actividad en el castillo.

     

    Comenzó a bajar las escaleras cuando sintió el escozor en su brazo izquierdo, conocía muy bien esa sensación y la única explicación lógica era que la estaban llamando para reunirse con los miembros de la marca, o quizá solo con uno. De cualquier forma, solo pudo concentrarse en el llamado para tener la ubicación exacta a donde tendría que aparecer. Esperó que nadie la observara en la mansión y desapareció.

     

    Una de las cosas que más disfrutaba era eso, sentir la sensación de desaparecer, saber que estaba sobrevolando Londres quizá ante la mirada de algún niño curioso, aunque era imposible, pero le gustaba eso, sentirse superior al resto aunque ellos no lo sintieran. Pero un día lo sabrían, pronto.

     

    Apareció entonces en un despacho. Al principio fue desconcertante, siempre que recibía una de esas llamadas se debía a un asalto, o para proteger la prisión mortifaga, pero no, se encontraba en un despacho ante una mujer a quien reconoció como su líder. La ojiazul alzó una ceja inquisitiva, ¿para que la necesitaría aquella mujer? No era común que una bruja con su rango desperdiciara el tiempo hablando con una base como ella. Aunque quizá se había dado cuenta de lo importante que era.

     

    - ¿A que se debe la llamada? – preguntó con voz neutral pero ansiosa.

    - Tengo una misión para ti.

    La Haughton asintió pero por dentro sonreía feliz por el honor, al fin asistiría a una misión por su cuenta y quizá se trataría de un duelo, de solo pensarlo su varita vibro dentro de su túnica. Ansiaba ser utilizada contra alguien y no solo por práctica, deseaba tener un poco de acción de vez en cuando al igual que su dueña. Pero por más feliz que estuviera su rostro no lo mostraba, era como una máscara carente de emoción.

     

    - Tú y algunos de tus compañeros tendrán que ir a Alemania para derrocar a un grupo subversivo que se encuentra dando problemas a nuestros aliados en aquel país.

    - ¿Cuándo vendrán esos compañeros? – preguntó devastada ante la idea de tener que trabajar en equipo. No le molestaba pero había ansiado una misión sola.

    - Ellos ya han partido. Te llamé porque creí conveniente que te les unieras. El objetivo de dicha misión es que se integren a aquellos rebeldes y logren destruirlo desde adentro. Por eso tu ayuda es imprescindible, al ser base tienes un bajo perfil y eso servirá para no llamar la atención.

     

    La pelinegra asintió una vez más un poco ofendida, tener un bajo perfil no debía ser algo que mereciera decoro, en realidad le avergonzaba haber sido degradada de rango dentro de la marca, aun así suspiro resignada. Era de gran ayuda que fuera base, no tenía por qué odiarse por serlo, así que preguntó a donde debería dirigirse para reunirse con su “equipo”.

     

    - Los encontraras con esto. – murmuró casi aburrida mientras le entregaba un collar antiguo. – Te transportara a una taberna en Merlín, ya dependerá de ti encontrarlos querida, partes ahora mismo.

     

    Ni siquiera tuvo tiempo de hacerse a la idea de volver a viajar por aquel odioso transporte cuando el collar comenzó a brillar. Lo sujeto con ambas manos y comenzó a girar, el despacho de su líder desapareció frente a ella dejando en su lugar un torbellino de colores revueltos hasta que se detuvo en la entrada de un pub. Dangelin arregló su cabello azabache completamente estropeado y tocó a la puerta molesta. Odiaba viajar por transportador, esa horrible sensación de ser jalada por el ombligo. Lo detestaba y le ponía de malas.

     

    Mientras esperaba a que la recibieran observó el collar, decidió colgárselo al cuello, al menos combinaba con su atuendo el cual consistía en un pantalón ajustado negro y una blusa escarlata al igual que la piedra que contenía el collar, por supuesto también portaba una capa, ceñida en su cintura y que llegaba hasta sus tobillos, dejando ver que se encontraba descalza, como era característico en ella. Al menos estaba bien vestida pues su líder ni tiempo le había dejado para empacar, aunque ya planeaba mandar a su elfina por algo de ropa más tarde.

     

    - No me gusta que me hagan esperar. – esbozó impaciente golpeando el suelo mojado con su pie.

  5. Hola chicos!

     

    Me siento re importante con dos chicos apoyándome (?) Okno

    Pues vengo a hacer acto de presencia y agradecer su apoyo.

    David, me encanto todo eso que escribiste arriba *o* me emocione :DD

    Ian, gracias por volver por mi ;D siempre desaparecer y no dejas nada de señales de vida (?)

     

    Asi que eso.

     

    ¡Viva yo! (?

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  6. A través de la bola de cristal

    Rol con Galedra

     

    La pelinegra se encontraba en un baño desde el hospital psiquiátrico en New York. Tenía algo muy importante que informar a su jefa, además de pedir consejo sobre lo que debería hacer. Si por ella fuera tomaría su varita y entraría al ala del asilo, y que merlín bendijera a quien tratara de detenerla. Pero supuso que no sería tan aceptable hacer ese tipo de cosas tan rápido. Quizá una poción multijugos bastaría.

     

    - Galedra, soy Dangelin – dijo cuando encontró el rostro de la pelirroja en la esfera – tengo cosas que informarte, no son satisfactorias.

     

    Suspiró molesta y realizó un gesto con la mano que daba a entender que estaba molesta.

     

    - Ya estoy en New York, en el hospital para precisar. Me e echo pasar por la nieta de nuestro blanco y me han dicho que no aceptan visitas. La verdad dudo mucho que a esta hora las visitas estén cerradas, y sobre todo porque ya había revisado el horario. Es muy sospechoso ¿no cree?

    Espero un poco para la respuesta y entonces dijo una de sus ideas.

     

    - Tome una poción multijugos, lamento no haber avisado pero en este momento es necesaria. ¿Estoy autorizada para usarla? – inquirió.

  7. La Haughton entró a aquella taberna en cuanto las puertas se abrieron automáticamente. Quería un trago antes de que los juegos comenzaran, un poco de valor antes incluso de empezar a pensar que es lo que tendría que enfrentar una vez en la arena. Había visto juegos anteriores y ¿harían los juegos más difíciles que en años anteriores? ¿Que cosas tendrían pensadas para ese evento tan extraño?

     

    Avanzó hasta la barra viendo a un par de personas que se encontraban ahí, seguramente se trataban de otros tributos, o quizá algunos mentores. Tal vez su propio mentor se encontraba ahí, así podrían conocerse mejor y modificar algunos detalles de la competencia. Se sentó frente a la barra y espero a que la atendieran.

     

    Una fantasma con problemas de acné apareció frente a ella, claramente molesta e irritada por alguna razón.

     

    - ¿¡Que quieres!? - preguntó casi gritando y entonces Dangelin comprendió.

    - Hola Myrtle, ¿cómo te encuentras?

    - ¿Cómo me encuentro? - pregunto irritada - ¡Molesta! ¡Molesta contigo desde que tu fantasma se burlo de mi!

    - ¡No soy un fantasma! - se defendió la sombra de Dangelin que había ocupado otro asiento enseguida de la ojiazul.

     

    Dangelin prefirió ignorarlas. Su sombra jamás se llevaba bien con los fantasmas y era esa la razón por la cual le tenía tanto odio Myrtle. Dangelin dejo que discutieran y se giro a ver a los comensales, quizá encontraba a alguien que conocía.

     

     

     

    ¡SIGUE BUSCANDO!

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  8. ~~~ Anabel Tanner ~~~

     

    Rogando como se encontraba, no se fijo en el cuarto hombre que se había reunido con ellos, y es por eso la razón por la cual ella chilló cuando el nuevo habló. Ni siquiera se fijo en como lucía, no podía concentrarse en el color del cabello o siquiera en la vestimenta, lo único que captaba su atención en ese momento era la larga espada que el sujeto cargaba. Había visto en muchas ocasiones una espada, pero el final no era nada agradable, siempre terminaban en el cuerpo de un desafortunado hombre contagiado por la peste.

     

    Cubrió su boca de inmediato con el pañuelo plateado, y dio unos pasos hacía atrás completamente espantada. No podía evitar pensar en su hermana, ¿si les contaba que ella estaba enferma? Seguro que entre esos tres hombres se las arreglarían para encontrar a la pequeña y asesinarla antes de que contagiara a alguien más. No, no podía contarles absolutamente nada. Tenía pensado despedirse y volverse a su hogar, pero no había arriesgado su vida para no conseguir nada.

     

    - No señor, nadie me esta molestando. - aclaró antes que hubiera algún accidente. –Y me preguntaba si tendrán comida. Mis suministros se están agotando y desearía un poco de verduras, no se puede vivir de legumbres y pastas añejas. ¿Podrían ayudar a una joven?

     

    Y entonces el hombre rubio los incitó a moverse de ahí. Anabel acepto, no por el hecho de que se sintiera incomoda como seguramente sus acompañantes lo estaban por estar en un lugar tan abierto, ahí bajo la mirada de los pobladores, como un blanco fácil.No, quería irse porque no deseaba seguir estando tan cerca de la casa vieja de su amiga. La ponía más nerviosa incluso que estar con el sujeto de la espada.

     

    Y probablemente allá podría convencerlos.

     

    ~~~En otro lugar de Kenker-Mensch~~~

     

    El nuevo sitio en el que se hallaban se trataba de un callejón, envuelto en sombras. Anabel sintió una extraña curiosidad, no temía, lo cual le resulto extraño debido a que últimamente temía incluso de su sombra, pero en ese momento no. El recuerdo del cementerio llegó a su mente, siempre cubierto por una niebla fantasmal, ¿se debía a algo en especial? No sabía muy bien pero estaba completamente segura que quería averiguarlo.

     

    - Disculpen. – murmuró antes que alguno de esos tres hombres hablaran. - ¿No se sienten observados? – y esa era la sensación que tenía.

     

    Incluso había olvidado la razón por la cual hablaba con esos hombres arriesgando su vida, armada solamente con una pequeña daga que nada haría contra esa espada. Pero eso, entre las sombras ¿Qué era? ¿Acaso se estaba moviendo?

  9. ~~~ Anabel Tanner ~~~

     

    Tan nerviosa se encontraba parada ahí como si su vida corriera riesgo, y de echo podría estar corriendo riesgo. No estaba tan lejos de la casa de su amiga y si se producía algún tumulto bien podría salir la familia de Aylin, ahí si habría problema. No quería imaginarse al señor Kriller saliendo con alguna escopeta a parar el alboroto, aunque estaba imaginando mucho, el hombre aún no le dirigía la palabra y quiza lo mejor sería retirarse como si nada hubiera pasado, y buscar otra forma de sanar a su hermanita.

     

    Ya estaba inclinando la cabeza para disuclparse y alejarse cuando una tercera persona se les unio. Ella temblo visiblemente cuando el hombre sugirió que podrían matarlos por llevar comida. Se le hacía conocido de alguna parte lo cual era una completa locura pues era su padre quien trataba con las personas y no ella, pero aún asi no podía apartar la mirada de aquel hombre rubio y barbudo. Como pudo, se trago el nudo que tenía en la garganta y contesto al sujeto.

     

    - No señor, yo no tengo comida. - trato de verse lo mas humilde posible, al igual que había echo al hablar con el otro extraño - No quiero causar ningun problema.

     

    La idea que tenía de morir apenas unos minutos atrás cambio radicalmente gracias a lo que el hombre había dicho. Tenía tanto miedo de morir antes que su hemana, no dejaría de luchar hasta ver a su pequeña Sofía a salvo, o muerta. Se estremeció ante el ultimo lugubre pensamiento, y sintió la prescencia de los hombres de nuevo. Estaba tan acostumbrada a estar sola que verlos ahí tan pendientes los unos a los otros la sobresalto. Se mordió el labio inferior por ser tan asustadiza y alzo la mirada hacia aquel hombre rubio, el cual también parecía estar cargando con viveres.

     

    - No deseo molestar señores, pero necesito ayuda.

     

    Jamás pediría ayuda de manera tan desesperada, siempre trataba de resolver las cosas ella sola, o dejarselo a sus padres pero esas opciones no la iban a llevar nada. Si le ayudaban les debería la vida y nada mas.

     

    - Por favor. - rogó.

  10. Una pelinegra alzó la mirada al gran dragon que volaba sobre ottery, eso solo podía significar el día de la cosecha. No era tan joven para saber de que se trataba todo ese desfile de fenomenos, solo quedaba lamentarse de la suerte de aquellos que serían elegidos para presentar las mortales pruebas que el Capitolio tendría pensadas. Ella solo se quedo ahí entre la multitud esperando a que las "personalidades" les dieran la bienvenida y comenzaran la cosecha.

     

    Pero entonces le llamó la atención el echo de poder presentarse voluntario a los juegos del hambre. La joven hechicera dudo unos segundos en los que se le hizo eterno ver como otras personas subían y escribían su nombre en un cuaderno. Ella no sabía si podría enfrentarse a aquellos hechiceros y brujas, pero también pensaba que tenía lo necesario, además ¿que era lo peor que podía pasarle? ¿morir? Ya había pasado por aquello en varias ocasiones.

     

    Su sombra detrás la animaba a participar, diciendo que ella se encargaría de hacer caer a los demás, después de todos no muchos se fijaban en una sombra. Y quiza tendría razon, tenía buenas posibilidades de ganar todo eso.

     

    Con paso decidido avanzó hacía la tarima, su largo cabello negro ondeaba detrás confundiendose con su capa oscura. Su rostro moreno era iluminado por la luz del sol que cegaba a más de uno, pero a ella no le hacía tanto daño, el fuego era su elemento por mucho que sus orbes azules indicaran lo contrario. Reconoció de inmediato algunos rostros, sería claramente una competencía dificil, pero ese año un Haughton ganaría.

     

    Subió y espero su turno para escribir su nombre, golpeando el suelo impaciente con su zapato de tacon. Por fin llego el momento de inscribirse a la competencia y mientras escribía su nombre un brillo demencial se presento en sus ojos, el veneno que recoría su cerebro estaba comenzando a mostrarse mas fuerte que nunca ante la posibilidad de estar en una competencia tan audaz.

     

    - Dangelin Haughton - murmuró mientras escribía - Que no se les olvide ese nombre. - dijo y bajo de la plataforma.

     

    ...

    Nick e ID HL.org: Dangelin Haughton || ID: 110516

    Motivo por el que te crees apto para ser tributo: Ademas que amo los Juegos del hambre? Me parece una idea fantastica y ahora que me prometí ser activa quisiera pobarme d verdad con esto, y vencer a todos, obvio ;)

    Disponibilidad Horaria: De Lunes a Viernes a partir de las 3pm (Horario de México) y Sábados y Domingos todo el día dependiendo si debo salir.

  11. BIBLIOTECA

     

    Cargaba varios libros apilados todos sobre sus brazos, apenas podía ver hacía donde se diigía pero confiaba en sus instintos, dudaba demasiado que tropesara estando tan cerca de la mesa que iba a utilizar. Quería enfrascarse en la investigación que estaban realizando no solo en el señor que estaba internado, mas bien que estaba en un asilo, también quería conocer a fondo como se realizaba aquel "ritual" donde se pasaba la maldición a otra persona, ver sus consecuencias y todo lo implicado.

     

    Dejo caer los libros sobre la mesa y encedio una de las velas, la cual comenzó a flotar sobre lla de inmediato. Alguno de loslibros eran tan viejos que el titulo era dificil de leer, mientras otros tanto era bastantes nuevos, otros paecían no haberse leído jamás debido al olor que despedían pero todos debían tener la información que necesitaba.

     

    - Veamos que tanto descubrimos de este hombre.

     

    Y comenzóla lectura, la verdad es que no profundizaban en lo que le sucedía ya que trataban al hombre como si un caso de bipolaridad se tratara, pero ella no se lo tragaba,ellos deberían saber algo más, dudaba que fueran tan ineptos, aunque en su mente si lo pensaba <<muggles>> pensó con asco mientras cerraba el informe médico.

     

    - Pierdes tu tiempo querida - esbozó la sombra de la chica buscando algun libro interesante en aquella biblioteca.

    - Veremos si sigues diciendo eso cuando hallé la forma de librarme de ti,oh espera, ya no podras hablar cuando pase.

    - Jaja, que divertida eres Dan.

     

    Se estaba desesperando porque no hallaba nada, tendría que viajar a New York e interrogar a cada persona que tuviera trato con el,o torturarlos si debía ser necesario. Suspiró cansada y se paso a un diario pequeño que pertenecióa uno delos hombres que querían asesinarla.

     

    - Parece que la unica forma es morir - se dijo cansada y se dejo caer de espaldas en el asiento.

  12. Biblioteca privada de Galedra

    Rol con Galedra

     

    - ¿Y no se te ocurre acaso que esas personas no fueran del todo muggles?

     

    La pregunta salió por si sola cuando Galedra descubrió que el sujeto continuaba con vida. Pero la mente de Dangelin estaba más allá,más lejos del hospital psiquiatrico donde un viejo podría estar abandonado y siendo tomado como "otro anciano más", no, ella pensaba en quienes le habían echo, eso de haberlo realmente envenenado como a ella.

     

    - Es solo que, quienes me hicieron esto no eran simplemente muggles,había algunos si, pero también reusltaba que había hechcieros entre ellos. No puedo imaginar que ellos tomaran al paciente como alguien con bipolaridad, incluso los muggles son un poco más listos para notar las diferencias.

     

    Cada vez que pronunciaba la palabra "muggle" la hacía sonar como si se tratara de algo asqueroso, no lo podía evitar, los odiaba con cada célula de su piel. Respiró profundamente y se concentro en sus ideas. Si ese hombre aún tenía el Mens Virus no serviría de mucho, quiza descubrían por fin quien creo eso y con que fines, su padre la habia vendido tiempo atras para "experimentar" pero ¿quien inicio aquello? También estaba la posibilidad de que hubiera encontrado una cura, eso si valdría la pena.

     

    - Si esta vivo, ¿que esperamos? Tengo ganas de descubrir que es lo que hay detras de esto, hay una posibilidad de deshacerse del veneno, pero dudo que sirva. Me encantaría saber si hallaron algo o al menos se aproximaron.

  13. No tardo en caer dormida en aquella espesa selva. No era de las que se vencían ante el sueño pero la caminata sin fin había logrado acabar con ella después de un tiempo. Se acurrucó y dejo que los sonidos la arullaran, aún con la varita en mano por si lallegaba a necesitar. Despertó cuando el sol se alzaba y vio como sus compañeros se despertaban también. Era cuestión de tiempo para reanudar a vaya Merlín a saber donde. Agitó la cabeza y su cuerpo tratando de despertarse.

     

    Había comida y decidió tomar un bocadillo para reponer energias, le parecía mucha amabilidad de su anfitrión, tomando en cuenta que no decía a donde los llevaba y más de una vez los había asustado con los peligros que corrían. Peinó su cabello en una alrga trenza y fue a lavars el rostro. Sus compañeros hacían lo mismo y pudo ver que no era la unica que se preguntaba que harían ahora.

     

    Hades de pronto los alerto, unas Acromantulas se dirigían a su improvisado campamento. La pelinegra sonrió, al fin tendrían algo de acción que era lo que había esperado, había criaturas ahí que no meecían ser atacadas pero esas Acromantulas se lo merecían. Al igual que los otros chicos se dispuso a buscar a las criaturas.

     

    Aparecio una dispuesta a matarla. Ella nunca había visto una en vivo, pero no dudo en defenderse.

     

    - ¡Confringo! - gritó haciendo estallar el suelo donde caminaba la araña. Este explotó haciendo volar a la araña.

     

    Dangelin corrió y encontró a una araña que se acrcaba peligrosamnte a una chica llamada Bridget. Sin pensarselo dos veces mumuró:

     

    - Vitae.

     

    Una planta cerca de la Acromantula cobró vida, tenía el tamaño de la araña y resultaba ser de esas extrañas carnivoras. Sus hojas hacían la función de brazos y piernas y al ser carnívora su ansia de comer la llevo a donde la araña, de un solo golpe la planta devoró la cabeza de la criatura, mientras sus piernas se movían con desesperación en el cuerpo de la planta animada que dejo de serlo después de unos minutos.

     

    - Cuidado con tu espalda - dijo Dangelin sonriente.

  14. Tal y como pidió, su profesor se giro para verla, antes de sucumbir en el hechizo que aquel mago usaría contra ella pudo mostrar una sonrisa burlona y llena de júbilo, sabía bien que aquel hombre se había sorprendido al verla tranquila y relajada en su posición. No era el primero, pensó con cierto orgullo, desde que había vuelto a Inglaterra ya nada podía asustarla, ni siquiera sus propios compañeros de los cuales ya tenía bastante información, sabía lo crueles y sanguinarios que estos podían llegar a ser, pero desde hace mucho tiempo había dejado de sentir temor, salvo de su propia actitud. Y así sería durante muchi tiempo más, no había poder en la tierra que cambiara eso de ella.

     

    - ¡Crucio! - escuchó.

     

    No le soprendió el dolor que pronto la hizo agonizar, no se soprendió de lo poderoso que era aquel hechizo en ella que tanto lo había recibido; conocía muchas variantes de la maldición, había experimentado como su cuerpo se envolvía en llamas, como se enterraban miles de navajas en su piel e incluso como su piel era despellejada salvajemente mientras seguía viva. No, eso no era lo que la había sorprendido si no la voz de quien lanzó la maldición. En cuanto el efecto acabo y ella dejo caer la cabeza cansada y adolorida sabía que algo no andaba bien. Se suponía que era Danyellus quien la torturaba, se suponía que el estaba muerto. Debía estarlo, ella vio con sus propios ojos como moría. Pero no podía pensar con exactitud, su mente y cuepo dolían tras el embrujo.

     

    - Vaya, al parecer la bruja ha aprendido a no gritar, al menos en eso te e enseñado bien. ¡Crucio! - chilló la voz de nuevo.

     

    Esta vez ella no lo soporto y lanzó un alarido de dolor, tan fuerte que bien podría haber pertnecido a un hombre lobo y no a una chica. ¿Que sucedía? Tenía la garganta seca y era la razón por la cual no formulaba la palabra en voz alta. Quizó llevarse las manos hacía su varita pero pronto descubrió que no la traia encima, la habían desarmado mientras seguía incosciente, pero eso no la sorprendió, la sorpendia el fantasma que le estaba hablando y torturando mentalmente. Alzó la cabeza con lentitud y una asombrosa determinación. Tenía su largo cabello cubriendo su rostro pero aún así sus ojos se clavaron en el rostro del hombre frente a ella.

     

    - Padre. - susurró por fin después de un largo silencio.

    - Hola Dangelin, no me atrevo a decirte hija siquiera, me das nauseas. ¿Sabes lo que es esto? - preguntó sosteniendo en su mano izquierda lo que parecía ser una mascara - claro que lo sabes, es tuya de todas formas. ¡Como has podido manchar el nombre de tu familia uniendote a esa secta!

    - Papà. - murmuró ella tratando de ordenar sus pensamientos, ¿cómo podía ser su padre?

    - No vuelvas a llamarme así, yo ya no soy tu padre.

     

    Ella cerró los ojos y dejo que las lágrimas acudieran pero no las dejo salir, no le daría esa satisfacción. No volvería a llorar jamás, se había prometido eso años atrás, más de una vez falló,como cuando Ian la engaño llevandola a donde los hombres pagaban por ver su sangre, o cuando Nikko la abandonó por su "seguridad" cortando su brazo tras haberla mordido. Pero ya no.

     

    - Dime, ¿Que fue lo que paso Dangelin? - y al decir el nombre pareció como si lo escupierá, al igual que haría alguien que bebió veneno.

    - No te importa saber, pero tienes que escuchar esto, todo empezó desde que moriste, tu muerte, tus mentiras y engaños me convirtieron en lo que soy ahora.

    - No, yo jamás seré la causa por la que te metieras a ese grupo de buenos para nada.

    - ¡Son mi familia!

    - ¡No son tu familia! Ya no tienes familia ¿entendiste?

    - Claro que si, al menos ellos no me mienten como tu lo hiciste.

    - Mentí para protegerte, aún eras muy pequña para saber la verdad.

    - ¡Protegerme! - bufó ella, no sabía de donde sacaba la fuerza pero trataba de continuar hablando lo mas que podía, sin ver al fantasma de su padre a los ojos - La verdad es que querías protegerte a ti mismo, que nadie supiera que tu me hiciste esto.Siempre pensé que tenías una razón justificada, que por algún motivo tu hiciste que esos hombre me envenenaran, que querías matarme.

     

    Lo que recibió fue una bofetada. Sintió su piel escocer y palpitar mientras el hombre murmuraba algo incoherente. Aún asi no se llevo una mano al rostro, aunque hubiera querido no habría podido pues sus brazos estaban atados con cadenas a una silla metalica que hacía de su dolor más insoportable.

     

    - Dime, ¿porque eres mortifago?

     

    Ella dudo en contestar, levanto el rostro y esta vez su cabello quedo a los lados dejando que su rostro fuera iluminado por las antorchas del sitio. Y ahí estaba frente a ella su padre, aquel a quien ella siempre había adorado aún tras saber la verdad, habría tenido alguna razón, o se había equivocado y por eso trato de encontrar una cura,y en ese momento no lo odio, se sintió humillada y avergonzada, su padre odiaba la marca tenebrosa, ella lo sabía y aún así había entrado de todas formas. El merecía una explicación.

     

    - Después de que murieras, conocí a un vampiro llamado Nicholas, el me enseño lo que tu nunca hiciste. Me gusto, saber protegerme. Lo unico que quería era vengar tu muerte, cuando encontré a esos hombres y descubrí la verdad, - se detuvo un momento - cuando descubrí que me habías vendido para un experimento te odie, odie con toda mi alma a todos los que una vez se involucraron en mi caza y Nikko me ofreció una vez más el unirme a los mortifagos, no lo había aceptado por ti, porque sabía lo que pensabas al respecto,pero lo hice. Tenía pensado solo pertenecer hasta acabar con cada persona dedicada a caza brujas,y lo logre hace años, ¿quieres saber porque me quede? - no espero a que su padre contestara y siguió - Lo hice por dos razones, no se cual es más fuerte, una fue porque estaba en mi elemento, ¿recuerdas todos esos años enseñandome a tocar piano, o a escribir y ninguno parecía ser mi talento?, pues lo hallé, asesinar, librar al mundo de almas inutiles, es mi talento.

     

    Aguardo un minuto, su padre hizo una mueca de disgusto y ella continuó.

    - La segunda razon, ellos son mi nueva familia, me aceptaron sin pensar en como acabar con mi "enfermedad". Debo decir que la ansia de sangre también influyo, pero no tanto como ayudar a acabar con la gente que pudre este mundo.

     

    Cuando volvió a ver a su padre este había desaparecido y en su lugar se encontraba Danyellus, volvía a estar junto al resto de sus compañeros. Agitó su cabeza tratando de eliminar la pesadilla, su peor miedo era saber que su padre se sentía ofendido por su decisión. <<Es mi vida, esto me gusta y me hace sentir bien>> pensó con decisión.

  15. ~~~ Anabel Tanner ~~~

     

    Una joven de largo cabello oscuro caminaba por las casi desiertas calles de una ciudad en ruinas. Su rostro entero estaba cubierto por una manta plateada a excepción de sus ojos, estos se mostraban decididos pero angustiados. No frecuentaba el centro de la ciudad por temor a alejarse tanto de su hermana, pero era necesario, si no lo hacía pronto ella moriría y en el peor de los casos ella igual. Aún así miraba tras su hombro deseando regresar a su casa para vigilar el sueño de su hermanita,o las pocas reservas. Pero no lo haría.

     

    Avanzó lentamente hacía una vieja casucha, conocía a las personas que vivían dentro porque se trataban de la familia de una de sus compañeras. El problema era ser aceptada ahí dentro, la noticia de toda su familia muerta se había expandido y no sería extraño que más de una persona la evitará al verla por la calle. Por eso iba tan cubierta. Un vestido largo hasta los tobillos de color esmeralda y una chaqueta negra que su padre había dejado. No temía usar la ropa de sus familiares infectados, si aún no enfermaba era por alguna razón, además que eso la hacía sentir en casa y a salvo.

     

    Tocó a la puerta.

     

    - ¿Quién es? - preguntó desde adentro una mujer que reconoció como su compañera.

    - Soy Anabel, - susurró la peliengra - necesito tu ayuda.

     

    No había curanderos en aquella ciudad, pero la madre de Aylin era buena cocinera y quiza una buena comida serviría para mejorar a su hermanita pequeña. Desde adentro se escuchó como se abrían unos cerrojos y entonces salió una joven pelirroja cerrando la puerta rapidamente tras de ella.

     

    - ¿Cómo te atreves a venir a mi casa? ¡Tienes la muerte impregnada! - susurraba tapandose la boca como si se sintiera asqueada.

    - No vendría si no fuera necesesario, necesito la ayuda de tu madre - dijo ella, y era la verdad. No se molestaría a interrumpir a una familia de no ser de urgencia.

    - Bien, sabes que mi madre esta grave de salud desde hace años. Esta peste no hace nada más que empeorarla. Te suplico que te alejes de mi familia y no regreses.

    - Pero Aylin - imploró la hija del sepultero.

    - ¡Que te vayas!- y tras decir eso se metió en su casa y cerró con fuerza.

     

    Y se sintió abatida. Era lo unico que había querido. Comenzó a llorar temblando mientras caminaba de regreso a su casa. Sus suministros quiza servirían para un caldo, pero la niña no podía vivir de verduras que estaban a punto de pudrirse. Ni menos de licores, Annabel los usaba para hacerla dormir, para no verla sufrir, prefería verla sumida en un mundo de sueños y no de la cruel realidad.

     

    Se había deshecho de la manta dejando a la vista su rostro palido y sus cansados ojos verdes. Era el rostro de una chica que había perdido la fe. Pero entonces vió a un hombre cargando unos sacos con lo que podría ser comida. Su rostro se iluminó, ¿estaba todo perdido? Acomodó su vestido y se aseguro que la daga que cargaba estuviera al alcance de su mano de ser posible. Caminó hacía el hombre, que más cerca lucía como un joven al igual que ella.

     

    - Buenas tardes señor. Espero no molestar, pero ¿podría ayudarme? - preguntó ansiosa y con toda la calma posible.

  16. Recuperaba poco a poco su consciencia eliminando los pequeños detalles que quedaban del recuerdo anterior. Odiaba ese recuerdo, odiaba recordar como su padre había muerto y como ella no había podido hacer nada para salvarlo. No tuvo tiempo de gritar como hacía cuando recordaba aquel día porque de pronto otro legerems la golpeó, y su vista se perdió y nublo. Su varita quería ayudarle e incluso quemaba su piel para ser usada pero su dueña estaba perdiéndose en el recuerdo más vivo que tenía.

     

    Egipto ~ 4 años atrás

    El sol sobre su cabeza calentaba su cabello azabache y una vez más la muchacha odio no poder cortarse el cabello, lo llevaba en una coleta pero aun así era sofocante el largo que tenía. Su mano sobre sus ojos le cubría de los rayos del sol. De todas formas alzaba su vista a su acompañante, le agradaba verlo ya que era lo único bueno que había en su vida, desde que su padre había muerto Nikko era el único que la mantenía cuerda y contenta. No era fácil la vida que llevaba, solitaria, huérfana.

     

    - ¿Entonces, estas seguro que vamos en la dirección correcta? – preguntó ella incapaz de pronunciar el nombre de “el”.

     

    Su acompañante solo asintió y ella tan solo calló. Estaban en Egipto no por vacaciones aunque ella hubiera deseado que fuera así, se encontraban ahí para asesinar a unas personas, las mismas que incendiaron su casa años atrás. Les habían estado siguiendo la pista, no era muy difícil ya que ellos se aferraban a buscarla, en el callejón Diagon, en el centro de Londres. Así conoció a Nikko, el la salvo de esos hombres, en más de una ocasión y ahora le ayudaba a buscarlos para asesinarlos.

     

    - No se si quiera asesinarlos. – murmuró la muchacha mordiendo su cabello.

    - Ya hemos hablado de eso Dan. Ellos asesinaron a tus padres, ellos han tratado de acabar contigo y por culpa de ellos te has convertido en lo que eres. ¿Qué odias más en toda tu vida?

    - Mi enfermedad – esbozó ella en un susurró y asintió. Quería venganza.

     

    Tras ellos se encontraba su sombra, era más brillante que la de Nikko y además se movía distinto a su dueña. Iba bailando, dando vueltas y sobre todo despotricando contra Dangelin, ella no estaba de acuerdo con acabar con la vida de aquellos sujetos, por más malos que fueran. El sol que antes calaba sus ojos desapareció y cuando la pelinegra alzó su vista vio el porqué. Un edificio se alzaba frente a ella, parecía un castillo pero era muy pequeño para serlo y además estaba en ruinas, solo algunas partes quedaban intactas, como aquella torre.

     

    - La torre de los CBP. Su misión es acabar con los hechiceros.

    - Pero ¿no son brujos?

    - Algunos, pero decidieron unírseles. La mayoría son muggles.

     

    Y sentía una repulsión ante los muggles, su padre tenía diarios que pertenecían a sus familiares. Desde mucho tiempo su familia odiaba a los muggles por haber asesinado a muchos miembros de la familia. Ahora tenía sentido, eran esos CBP. Ella y su padre eran solo blancos. Solo faltaba ella. Su sombra que hasta ese momento estaba en desacuerdo se lleno de rabia hacía esos hombres y solo hablaba de matarlos. Algo dentro de Dangelin despertó como en aquellos sueños, solo deseaba asesinar y ver la sangre derramándose.

     

    Sin perder tiempo entraron al edificio y comenzaron a subir peldaños. Dangelin tenía ya su varita en mano y corría subiendo los escalones de a dos. Su padre le enseño los hechizos prácticos pero Nikko le había enseñado maldiciones que ya había puesto en practica. No por ser aún una niña era menos poderosa. Nikko iba corriendo a la velocidad de un vampiro y finalmente llego hasta la puerta. Dan lo alcanzo momento después y al abrir la puerta deseo no haberlo echo.

     

    - ¡Crucio! ¡Avada Kedavra! – gritaba el vampiro atacando a los hombres dentro.

     

    No eran muchos, solo dos muggles y un mago. Y ella conocía al hechicero.

     

    - Ian. - exclamó con odio y tristeza.

     

    El muchacho rubio al verse en desventaja desapareció, no sin antes mostrar esa característica sonrisa absurda. Y ella comenzó a gritar, no lloraría. Aún no acababan con los CBP pero no se rendiría no hasta acabar con aquel rubio. Ian la había enamorado y al verlo en ese castillo descubrió que se trataba de una trampa. Había sido una tonta por dejarse engañar, incluso su sombra se arrepentía y ahora gritaba haciendo que algunos objetos en la habitación estallaran. Se limpió las lágrimas de rabia y encaró al vampiro.

     

    - Quiero asesinar a esas personas. Acabar con todas ellas. Enséñame esas maldiciones.

    - Existe un grupo al que puedes unirte. Se hacen llamar mortifagos.

     

    ~~~

     

    En primera no estaba muy segura de unirse a los mortifagos pero al estar con ellos y al aprender de ellos se sintió como en casa. Era ridículo pero añoraba una vida en compañía aun si le gustaba la soledad. Además que con ellos había logrado darle caza a esos sujetos. Pero al rubio aun no.

     

    Cuando abrió los ojos no le sorprendió encontrarse atada a un potro. Ella hubiera echo lo mismo con sus compañeros de tener la oportunidad. Miró curiosa al hombre que torturaba a sus compañeras y esbozó:

     

    - ¿Para mi no hay nada?

  17. Biblioteca privada de Galedra

    Rol con Galedra (?)

     

    Escuchó lo que la pelirroja le contaba acerca del hombre. Lo habían trasladado a una ala del hospital encargado de cuidar a los ancianos, un asilo. Pero lo que no encuadraba ahí era el porque el hombre había sido cambiado ahí, si antes había sido tomado como peligroso ¿que paso? ¿Que ocurrió durante esos años para ser tomado como "seguro"? Le daba mucha curiosidad pero sobre todo deseaba ir de inmediato a New York a hablar con el hombre y sacarle información.Lo quisiera o no.

     

    - ¿Que paso? ¿Hay algún dato de lo que paso ahí dentro? No creo que hallarán el antídoto, es solo que me parece muy absurdo.

     

    Y no podía entender como unos muggles corrientes habían descubierto algo que su padre llevaba investigando, ella siempre lo había tomado como un hombre muy inteligente que hubiera descubierto la cura de no haber sido asesinado a tan temprana edad. ¿Que pudieron encontrar esas personas? De nuevo la idea de salir volando hacía el hospital cruzo su mente, pero tenía que retenerse, esperar a juntar más detalles y luego quizá iría a profundizar con el caso.

     

    - ¿Usted que opina? - preguntó a su jefa - ¿Encontraron una cura?

     

    De pronto una idea oscura paso por su cabeza reemplazando la idea de salir del país. Era algo que había procurado dejar en secreto, algo que había leído en el diario de su padre y nunca se había atrevido a ponerlo en practica. No era como si le tuviera repulsión pero no quería poner su vida por delante. Había una forma de liberarse del veneno, pasándoselo a otra persona mediante un ritual, las probabilidades de continuar con vida eran muy pequeñas. ¿Habría echo eso el hombre?

     

    - Necesito un poco de aire - murmuró ella sintiéndose de pronto mareada.

  18. La pelinegra sonreía maravillada con cada sonido que escuchaba, Incluso había dejado escapar una risita en ocasiones y es que jamás había estado en la selva. Su vida siempre la había llevado por el mundo, pero era a bosques, desiertos e incluso montañas nevadas. Nunca a la selva. imaginaba que había criaturas peligrosas deseosas de sangre, y eso la hacía incluso aún más feliz.Escuchar los pasos de sus compañeros era desconcertante con tanta naturaleza alrededor, pero no siempre se ganaba.

     

    Entonces la lluvia comenzó a caer. Habría sido excelente si las gotas hubieran llegado a su cuerpo, un poco de lluvia le habría encantado. Pero se conformaba con escuchar las gotas golpear las hojas y oler el aroma de la tierra mojada. Era realmente relajante. Y entonces llegaron a un puente de madera. Estaba a varios metros sobre el agua y Dangelin se preguntó que tanto se lastimaría si cayera.

     

    - Entonces, ¿Por aquí? ¿No se supone que somos magos acaso? ¿No podríamos crear un puente más solido? - comentó bufando.

     

    El "profesor" avanzó sin dificultad y la Haughton lo descubrió como vampiro. Entonces otro chico más camino, casi cayendo al dejar caer un pedazo de madera. Y al ver que nadie más se atrevía, ella se acerco al puente. No era mala, había practicado ballet de pequeña para desarrollar su "agilidad". Caminó despacio pero con movimientos gráciles. Llegó hasta el final y sonrió a los chicos. Después llegaron hasta un sitio con fogata y bolsas de dormir. La pelinegra se sentó.

     

    - Bien, ¿alguien sabe una historia de terror? Esto es tétrico. - y me encanta, penso.

     

    ~~~~~~~~~~

    TAREA (No copie xD)

     

     

     

     

    A) -<<¡Protego!> > –pensó. Provocando que un escudo mágico se levantara frente a él para protegerlo.

    No puede pensarlo, porque es un hechizo Verbal. Debió ser "musitó, dijo, esbozó..."

     

    B) -¡Rictusempra! –Musito. El efecto fue inmediato, Su víctima se encontraba en el suelo muerta de risa a causa del encantamiento.

    No es un efecto. Es un rayo, y por lo tanto puede dar tiempo para contrarrestarse.

     

    C)-¡Langlock!. El efecto fue inmediato y la lengua de la víctima quedó pegada a su paladar, impidiéndole realizar hechizos verbales.

    Lo mismo que en el anterior. Es rayo, no efecto.

     

    D) - ¡Finite Incantatem!. - exclamó apuntándose a sí mismo, y un rayo pegó en su pecho. Gracias a aquél hechizo había vuelto a la normalidad,

    No es un rayo (jaja) sería muy divertido lanzarte rayos a ti mismo. Es un efecto.

     

    E) - ¡Tarantallegra!. - murmuró, apuntando al pecho de la persona que tenía en frente El efecto fue inmediato, ahora esta se encontraba bailando de un lado a otro y contra su voluntad

    Otro rayo, no puede ser efecto inmediato pues con el rayo puede defenderse el contrincante.

     

    F) -¡Avis! –susurro. Aquel efecto fue inmediato ya que aparecieron 12 palomas que interceptaron el ataque.

    No creo que haya error. A menos que no lo susurra ya que esta usando signos de exclamación xD

    G)-<<¡Confringo! >> –pensó. De la varita del vampiro salió aquel encantamiento a la quaffle que se encontraba a 2 metros de su contrincante provocando una gran explosión que hizo que callera al suelo.

    (Eso es de Harry Potter y la cámara de los secretos xD) Es un hechizo verbal, por lo tanto no puede solo pensarlo.

     

  19. La pelinegra sentía la tensión de algunos de sus compañeros al presentarse frente al hombre, no era nada extraño y Dangelin había experimentado esa actitud en sus primeros días en la marca. Lo que no esperaba era que le llamará niña, como si fuera un infante o algo parecido. Apretó los puños sintiéndose irritada, había echo muchas cosas para dejar de ser tratada como una “niña” y no soportaba la idea de verse como una frente a ese hombre. Respiró profundamente y si no fuera por la mano de su sombra sobre su hombro, no sabría que hacer. Era su parte razonable, por lo menos.

     

    Entonces el hombre habló acerca de recordar y la pelinegra se levanto un poco en sus puntillas como hacía al estar interesada en algo. ¿Recordar? ¿Era acaso una broma? Odiaba recordar y es por eso que odiaba la buena memoria que tenía, cada noche llegaba a su mente las imágenes de su pasado y tenía que acudir a medicinas para eliminarlas. Es por eso que sacó su varita, demasiado tarde. El hechizo ya había chocado contra ella. Odiaba ser espiada de esa forma.

    Sintió como todo le daba vueltas, aunque sus pies seguían pegados a la tierra. ¿Qué era acaso lo que ese hombre quería ver? Le avergonzaba imaginarse algunas cosas, algunos detalles eran muy bochornosos. Desearía haber perdido la memoria y no tener los recuerdos tan frescos. Y de pronto todo se detuvo, en una fecha que odiaba, pero sabía que no importara cuanto tiempo la ocultara saldría a la luz.

     

    ~~ Años atrás ~~

     

    Una pequeña ojiazul se balanceaba en su columpio con un aire distraído y soñador. Sus manos no sujetaban las cadenas lo cual causaría un accidente, pero ella parecía ausente a los peligros que la rodeaba. En cambió sujetaba un libro titulado “El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde”, su padre se lo leía todas las noches pero esta vez había decidido leerlo por sí misma. Aún no lo terminaba y algo le decía que no lo haría, solo porque su padre había salido de viaje a Egipto.

     

    La niña no tendría más de seis años pero leía con fluidez y cada vez que se atoraba con alguna oración una persona le ayudaba. Detrás estaba una figura incorpórea, negra y fantasmal. Era la sombra de Dangelin quien había pedido llamarse Denisse, ella empujaba a la pelinegra mientras leía sobre el hombro de Dangelin y le ayudaba a ratos.

     

    - Ves, no es tan difícil. – murmuró la sombra deteniendo el vaivén del columpio.

    - Aun no entiendo esas palabras difíciles, como la que aprendí el otro día, condescendiente. – dijo la pequeña batallando claramente.

    - Continúa practicando. No es difícil.

     

    Se sentía presionada. Denisse le pedía hacer cosas que no quería, como robarle las galletas a su padre e incluso la varita para ensayar un poco de magia. Dangelin odiaba usar la magia, pero Denisse decía que sería necesario en un futuro si quisiera ser alguien fuerte y valiente. Pero ¿Por qué quería ser eso? Odiaba todo aquello, estar escuchando siempre esa vocecita dentro de su cabeza. Ya encontraría la forma de apartar a su sombra. Era su sombra, su padre se lo había explicado años atrás,que ella había sido envenenada de pequeña y eso provocaba que Denisse tuviera vida.Y no era lo único que le sucedía, si no que su cuerpo se debilitaba, se resfriaba seguido y se cansaba bastante.

     

    Entonces un estruendo alteró a la dos. La mansión Richee estaba en llamas y el humo brotaba de todas partes. Dangelin entró en pánico y de un salto bajo del columpio para echarse a la carrera y llegar hasta la mansión. Denisse le pisaba los talones, jalándole del vestido escarlata mientras le gritaba que no fuera. Tenía que llegar, sentía algo horrible en su pecho y cuando lo sentía era por algo no iba bien. Si su padre había llegado ¿que estaba sucediendo? Sus piernas no eran tan rápidas y lo odiaba.

     

    Pero ya estaba llegando. Lo que vio fue suficiente para hacerla estallar. Dos hombres con sonrisas de oreja a oreja agitaban su varita para torturar a un tercer hombre, arrodillado en el suelo. La casa emitía un desesperante calor, pero los gritos del hombre desesperaban más. Eran aterradores, llenos de angustia y dolor. Dangelin gritó el nombre de su padre repetidamente mientras las lágrimas resbalaban en sus mejillas. Continuaba corriendo, aún estaban lejos. Pero los hombres voltearon.

     

    Los gritos se detuvieron, las sonrisas no.

     

    - ¡Huye de aquí Dan! ¡HUYE!- chilló el hombre sangrando de algunas extremidades.

    - Con que aquí esta la pequeña que envenenamos. Solo venimos a terminar el trabajo pequeña. Prometo que no sentirás más dolor.

    - ¡Vete, hija! ¡Vete!

     

    Un hombre golpeó al padre de la niña con una daga y se llevo su vida. Los ojos azules de la niña se abrieron de par en par. No temía, estaba llena de odio. Y podía sentir como su sombra también se llenaba de rabia enseguida. Ambas temblaban y sentían la tierra temblar debajo. Uno de los hombres alzó su varita y ni siquiera pudo pronunciar nada. Denisse se apareció frente a ellos gritando acalorada y ahogó a los asesinos en una nube de niebla. Pero de nada servía, Anthony había muerto. Y cuando Denisse volvió, Dangelin sabía que no volvería a experimentar algo parecido. Y se vengaría.

  20. Hola familia!

    Pues Niqquitha no creo que haya problema en que adoptes a Hermione, claro que si quieres que alguien más te confirme no hay problema xD

    Y Nats que triste que te vayas de la familia, pero si quieres regresar yo quisiera adoptarte :love: Me entro una vena maternal y todo eso xD

    Y Dylan Felicidades! por los babies:D No se que son míos pero los robare (?)Okno

     

    Ah y por ultimo. A los nuevos y no tan nuevos,pasen al club de lastes escobas de la familia,que esta muy vació el pobre u.u

    REGISTRO & CLUB

    NO TIENEN QUE ESPERAR A QUE LOS ACEPTE. REGISTRENCE Y LUEGO PASEN AL CLUB ;)

  21. Biblioteca

     

    La pelinegra se adueño de una de las butacas, encendió una vela y se acomodó para leer un libro. El libro era de pasta dura pero no era grueso, era un pequeño libro que hablaba sobre "fantasmas". Lo había conseguido viajando a Irlanda donde escuchó muchos rumores acerca de fantasmas siguiendo a las personas y obligandolos a realizar cosas que ellos no querían. Al principio la pelinegra creía que eran fantasmas, pero las descripciones no concordaban. ¿Negros? ¿Obligar a la gente? Si la mayoría de los fantasmas son amables, tristes, pero amables.

     

    Entonces decidió investigar más a fondo. Encontró cosas que le servían, casos que se relacionaban con el Mens Virus, pero que no les podía dar seguimiento porque todos terminaban muriendo. Pero ese libo que tenía en sus manos hablaba sobre una persona que había escrito mientras su "fantasma" le perseguía. Lo encontró en la casa del chico, oculto en un compartimiento tras un cuadro de el y su novia. Se había tentado a dejarlo ahí porque era una falta de privacidad y ella odiaría que le hicieran algo parecido.Pero todo por la ciencia.

     

    Amarró su cabello en una trenza y acomodó su flequillo a modo que no estorbaba su vista.Ese era el único problema de tener el cabello largo, pensó. Pero no podía cortárselo, de alguna forma cada vez que lo hacía le dolía.Era una locura pero era la verdad. Dolía.

     

    - 12 de Octubre. Mi cuerpo se debilita y el fantasma dice que me acostumbrare a ello, me atormenta todos los días e incluso me obliga a hacer cosas. Me dice las cosas al oído tan repetidamente que no pudo hacer otra cosa más que hacerle caso. Lo detesto. Se interpone entre mi novia y yo. Lo odio.

     

    Dangelin hizo una mueca. Compartía el sentimiento, cada vez que quería tomar una decisión Denisse se interponía dando su punto de vista y obligandola a cambiar de opinión,por fortuna era muy obstinada y no aceptaba que le dijeran como actuar, y también ayudaba que conociera a su sombra desde que era pequeña. Era como una irritante hermana pequeña.

     

    - Dime que más Marcus. Desde cuando ves a tu sombra. - murmuraba la chica mientras pasaba las páginas irritada. Quizá ese chico supiera más sobre la poción sin proponerselo.

  22. ROL CON GALEDRA

     

    Lo que decía Galedra era nada más que la verdad. Ella había conocido a muchas personas con dobles personalidades en su vida,tratando de aprender de ellos pero era algo realmente distinto a lo que le sucedía a ella. Una cosa era tener dos mentes viviendo en un mismo cerebro a tener a alguien más ligado a ti mismo. Dangelin había aprendido con el paso de los años que Denisse no era solo algo de su cerebro puesto que era exterior a ella,si bien en ocasiones compartían el cuerpo no era cosa de todos los días.

     

    Tomó el pergamino que su jefa le dio y leyó el caso de Thomas. A simple vista parecía un loco más como muchas personas en el planeta pero seguía estando esa opinión del hombre hablando de "su otro yo" como alguien más, incluso se notaba un poco asustado y molesto, actitudes que Dangelin adoptaba cuando su sombra estaba muy cerca de ella.

     

    - Puede estar bajo el Mens Virus. Mira que dice que Thomas no se mostraba psicótico ni peligroso pero si irritado. Es un efecto del veneno. También dice recordar todo lo que hacía "su otro yo" y los bipolares no lo recuerdan,de repente se ven en un sitio desconocido con ropa distinta. Y Thomas si recordaba, eso me hace pensar que si es un caso de Mens Virus.

     

    Recordó a un viejo hombre que conoció en Australia quien juraba estar en sus cabales pero un día trato de asesinarla. Por supuesto no lo había logrado pero en medio de la acción había soltado su varita y pregunto que estaba haciendo en el bosque. Eso era tener personalidad múltiple. Denisse no era eso.

     

    Recordó entonces lo que la pelirroja comento: Lo hay que investigar es que tanto está Denisse ligada a tí, o tú a ella.

     

    - Y en cuanto a cuanto esta ligada. No bastante. Hace un par de años si lo estaba era mi sombra, literal. Pero como pudiste darte cuenta ahora se ha librado de mí e incluso se va de vacaciones a vaya merlín saber donde, regresa cuando le da la gana. Es más independiente desde que me enamo... - calló rápidamente abochornada.

     

    Cuando Denisse había decidido partir fue en el momento que cierto rubio había vuelto a su vida. No le agradaba eso a la sombra y tampoco que la Haughton hubiera entrado a la marca tenebrosa. Agitó la cabeza sacando ese recuerdo.

     

    - En fin, ¿donde puedo encontrar a Thomas? ¿En New York? No me molestaría viajar. - lo hacía siempre.

  23. ~~~ 2 Meses antes ~~~

     

    - Otro más.

     

    Dos personas se encontraban sobre una pila de tierra, ambos con palas y sombreros de alas grandes que los protegiera del sol. El olor nauseabundo que penetraba el aire se trataba de un cadáver expuesto sobre el montículo de tierra, podrido pero fresco. No tenía ni 12 horas de muerto pero ya tenía una imagen desagradable. La peste estaba haciendo desastres con la ciudad y no había nada que la gente pudiera hacer más que rezar y protegerse del mal güero que recorría las calles de Krenke-Mensch.

     

    El hombre de avanzada edad tosió un poco y se restregó el sudor de su frente con su camiseta sucia. Se trataba del sepulturero de la ciudad quien tenía últimamente demasiado trabajo. Sus compañeros también trabajan arduamente y ese era el problema por el cual iban enfermando y muriendo, la mitad de los que trabajan en las fosas comunes habían muerto y es por eso que el hombre necesitaba más ayuda. Había llevado consigo ese día a su hija mayor para enseñarle el oficio. Ganaba dos cosas con eso; el trabajo se vería menos pesado y alguien más podría llevar comida a la mesa de su familia.

     

    La hija del hombre se trataba de una joven de 18 años, nada agraciada y de poco interés por lo que sucedía en el pueblo. Había accedido a trabajar con su padre solo por el interés de ver los cuerpos, era una tragedia extraña lo que estaba sucediendo en el poblado. Un cuerpo tras otro sucumbía a esa extraña peste. Todos le echaban la culpa a un embrujo, a una bruja pero la joven tenía curiosidad y quería llegar al fondo del asunto. Ver que sucedía en verdad.

     

    ~~~ 2 Meses Después ~~~

     

    El sol caía ocultándose tras las montañas y bosques que rodeaban la ciudad. Una pala se enterraba a fondo para salir sacando tierra infestada e infertil. Un olor desagradable llenaba la nariz de Anabel pero esta decidía ignorar y continuar trabajando. Lagrimas gruesas caían de sus ojos oscuros como la noche que comenzaba a cubrir el cielo. Los brazos le temblaban cada vez que alzaba la pala pero no se detenía y no planeaba hacerlo,no podía hacerlo pues se lo debía. Jadeaba con cada esfuerzo que usaba para continuar excavando y sabía que no debía hacerlo,que tenía que cubrir su boca. Pero no lo hacía.

     

    Era el tercer miembro de su familia que enterraba. El primero, su hermanito pequeño, lo había enterrado junto a su padre apenas una semana atrás. Le había seguido su madre y finalmente su padre. Era ahora aquel hombre canoso el que estaba a punto de dormir junto a otros cuerpos, maldito por la peste que dormía en el pueblo igual que muchas otras personas ahí. Anabel arrojó el cuerpo y sin echarle una ultima mirada cubrió la fosa nuevamente con la tierra que había sacado. Las lágrimas a este punto no habían dejado de resbalar pero ahora se perdían en su cabello mugroso pegado sobre su frente y mejillas.

     

    Dejó la pala sobre la tierra removida y a pie fue hasta su casa. Cubrió su boca con una bufanda que había pertenecido a su madre y trato de contener sus gritos. Le parecía injusto que una joven tuviera que enterrar a su familia, si tan solo la hubiera dejado salir a buscar ayuda. Podrían haberse salvado ¡No todo estaba perdido! Entró a su casa y cerró con llave. Temía que alguien entrara y se llevara los pocos suministros que aún quedaban. Tomó un caldo pre calentado en la chimenea y fue hasta donde su hermanita pequeña. La pequeña no tendría ni 5 años y temblaba a causa de una fiebre.

     

    Anabel mordió su labio inferior y dejo que las lagrimas volvieran a derramarse, sabía muy bien que pronto sería el cadáver de su hermana el que arrojaría a una fosa llena de cadáveres nauseabundos. Acarició la frente sudorosa y le dio de comer. Muy apenas lograba la pequeña abrir la boca y eso perforaba en el corazón de su hermana. Tenía que hacer algo. No podía simplemente verla morir. Pero no podía decirle a nadie porque lo más probable era que la asesinaran antes de tiempo.

     

    - Mañana buscaré algo que te cure. Ya verás como sanas por completo. - murmuró acurrucándose cerca de ella y sucumbiendo a un sueño lejos de la peste.

  24. Rol con Galedra

    (Nivel Artes Oscuras)

     

    - Si,un objeto sería muy poco fiable sobre todo tomando en cuenta que no soy la única que maneja este cuerpo en ocasiones. Bien Denisse podría tomarlo y llevárselo lejos,adonde quiera que vaya.

    Le parecía mejor llevar un tatuaje en su cuerpo. No sería el primero que llevaba y suponía que tampoco sería el ultimo que portara. Tenía una mariposa carmesí en el tobillo y por supuesto la marca tenebrosa en su antebrazo oculta siempre cuando iba a trabajar. Una marca más no sería ningún inconveniente aunque tenía extrema curiosidad en saber quien le realizaría esa marca y que forma tendría. Solo esperaba que no se tratará de un fénix o aún peor un corazón.

     

    Entonces Galedra le entregó una carta que estaba firmada por el doctor Jeckyll. La ojiazul abrió los ojos sorprendida por la existencia de aquel hombre. Su padre siempre le había leído acerca de el haciéndola sentir no tan fuera del lugar, simplemente imaginaba encontrárselo en algún momento para pedirle ayuda con Dennise, aunque desde luego a Jeckyll no le había ido tan bien. Cuando pensaba en eso pensaba que quizá Denisse un día dominara su mente. Pero también lo dudaba, ella era fuerte.

     

    - ¿Puedo? - preguntó insegura viendo como los libreros se movían dejando a la vista puras obras del doctor.

     

    Se acerco a un estante y antes de tomar un libro se giro a la pelirroja.

     

    - ¿Usted sabe donde encontrar esa marca? Me encantaría comenzara investigar, no puedo ser la única que halla acudido a estas medidas,quizá exista algún registro. Un periódico. Podría echar un vistazo a El profeta.

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