Eerin

El elfo que había aparecido en el departamento, les indicó a cada uno de los presentes que tenían derecho a presentar el examen de Aparición. Hasta esos momentos la castaña no había mostrado señal alguna de saber que era lo que iba a hacer, pero el simple hecho de escuchar cualquier palabra que tuviese que ver con "aparecer" le causaba nerviosismo y como si le hubiese caído un balde de agua helada que le calaba hasta los huesos.

<<Respira.>> Se repitió ese pensamiento varias veces durante todo el camino. No podía evitar mirar de reojo a sus compañeros, a los que también les habían dejado hacer el examen, y cada uno de ellos se veía tan concentrado que inclusive se sorprendió ya que ni siquiera en las clases los había visto así. Suspiró.

Los ojos color miel de la Black brillaron tenuemente cuando se toparon con una puerta de madera y un letrero con letras doradas que decía: Exámenes de Aparición. El tiempo de espera resultó ser eterno, o eso sentía la joven cada vez que uno de sus amigos, como Jesus o Allen, entraban por esa puerta y ella deseaba con todas sus ganas que salieran ilesos.

- Eerin Black Evanik... Es su turno.

Se levantó de manera pausada, como si temiera caerse en el suelo, y avanzó con cuidado hacia la puerta que ahora se encontraba entreabierta y era de donde había provenido la voz que le llamaba. Inhaló y exhaló rápidamente, sin embargo su ser no lograba conseguir el efecto necesario para tranquilizarse. Movió su cabeza de un lado a otro y cruzó la puerta.

El lugar era amplio y de un color blanco. De haberse encontrado sola, la joven no haría dudado en pensar que aquél lugar se parecía a su mente cuando decidía no pensar en nada. Sin embargo, no estaba sola, y aparte de la que supuso era su examinadora, en el medio de la sala había dos grandes círculos de color carmesí, separados uniformemente el uno del otro.

- Adelante. - Susurró la voz de su examinadora.

Caminó hasta situarse enfrente de uno de los círculos de color rojo. Cerró sus ojos, dejando que su mente volara para así alejar todo el temor que llevaba por dentro. Las imágenes en su cabeza pasaban de manera fugaz, sin detenerse. Apretó un poco más el cierre de sus ojos e hizo todo lo posible por relajarse y que su mente se alejara de allí, aunque fuese por un par de segundos. Las imágenes se detuvieron, dejando que solo un recuerdo flotara en sus pensamientos.

Volvió a abrir sus ojos, ahora ya un poco más relajada y se llevó una sorpresa cuando el saloncito blanco se convirtió en lo que poco antes había visto en su mente: Un lago de aguas claras, casi transparentes, y un puente que conectaba ambos lados del bosque. El sonido del agua que corría era grato y Eerin sonrió al sentir que volvía al lugar en donde hacía mucho tiempo había visitado con...

Movió la cabeza de un lado a otro y recordó que era lo que hacía allí. Pudo ver como su examinadora anotaba cosas en un pergamino. Volvió a concentrarse con todas sus fuerzas. <<Destino... hacia donde quiero ir>>, pensó y la imagen tras el círculo era cada vez más visible y pudo sentir el aire chocando débilmente con su rostro y el mismo páramo que antes había visto en su mente y luego en la habitación blanca se llenaba de más detalles, como flores, aves surcando el cielo y árboles que impedía el paso al lado derecho del bosque.

<<Determinación>> La siguiente "D" cruzó por su mente pero esta vez sintió que dudaba. ¿Por qué quería ir a un lugar que solo le traía malos recuerdos? Mantuvo su mirada fija hacia el frente. <<Determinación... decisión firme.... Si, quiero ir allí, no importa lo que suceda, quiero ir allí.>>

Se imaginó volviendo allí, como en años pasados cada vez que él y ella deseaban escaparse y olvidarse del mundo. La duda había desaparecido y ahora, mejor que nunca, el deseo y la fuerza que tenía de ir al lago aumentaba rápidamente. Finamente, la tercer D cruzó por su mente: Deliberación. Volvió a concentrarse, y sabiendo ya que era lo que quería, porqué y que estaba segura de su decisión, cerró sus ojos.

Sintió como todo daba vueltas a su alrededor, pero no hizo nada para abrir los ojos por miedo a perder la concentración que había logrado. Un frío y ligereza invadió todo sus ser y el respirar se le dificultaba poco a poco. Un cosquilleo le recorrió de abajo hacia arriba, como recordatorio de que seguía viva y un nudo se le formó en el estómago. Abrió los ojos para encontrarse con una oscuridad inmensa y se sintió pequeña.

En milésimas de segundos, que sin duda para la Black habían resultado ser años, sus pies se pusieron en contacto con el suelo. Sonrió y se alegró de que la caída no hubiese sido brusca y se miró rápidamente a ella misma para comprobar que no había sufrido ningún accidente.

Su alrededor era el de antes, el lago, los árboles, las aves e inclusive su examinadora y se preguntó cómo era posible que ella siguiera ahí. La aludida le hizo una señal de que podía salir y Eerin se sorprendió de tener la puerta de madera delante suyo.

- Lo hice. - Pensó y una lágrima corrió por su mejilla al volver a mirar hacia atrás. Su imaginación le hizo creer que había dos personas tomadas de la mano, caminando por el puente.

La sala volvió a ser blanca, de modo tan fugaz que ni siquiera le dio tiempo de averiguar si las personas que había visto eran reales o no. Volvió la cabeza hacia la puerta y cruzó nuevamente hacia la sala de espera. Tomó asiento y guardó silencio, dejando que su mente volara de nuevo.

La castaña escuchaba la explicación de la nueva Prefecta de la Casa de los Centauros. Si bien entendía, ella ahora cursaba el nivel avanzado, lo que significaba eran las tres últimas clases con son impartidas en la Academia antes de poder graduarte. Mencionó también acerca de su clase de duelo, y no pudo evitar el preguntarse como es que serían sus clases, pues apenas empezaba a ver teoría. De cualquier modo, Eerin le tenía miedo a los duelos.

- Hasta ahora voy bien, con rol me estoy divirtiendo pues es un trabajo en equipo - Comentó recordando la asignación con sus compañeros. - En duelos apenas estoy comenzando la teoría.

Por su cabeza comenzaron a cruzar ideas acerca de las clases que actualmente cursaba y sobre las que cursaría en las próximas semanas. Se alegró de que sus pensamientos no fuesen complicados y le formuló dos preguntas a Amaterasu:

- Tú que ya cursaste duelo básico, ¿es muy complicado? -Hizo una pausa. - Y bando y perfil, ¿de qué va la clase?

- Eso significa que vas un nivel más arriba que yo, ¿no es así?

La profesora decidió finalmente a quién le haría la pregunta dentro del juego y la persona elegida había sido Amaterasu a quién definitivamente se le veía en el rostro que no tenía intención de ser la primera en ser cuestionada, aunque tratándose de ese juego, cualquier persona desearía no correr con la suerte de ser la primer persona.

Antes de que ella diera su respuesta, Bodrik le dijo que también había sido elegida como prefecta de la Casa de los Centauros.

- ¡Muchas felicidades! - Comentó Eerin.

Acababa de llegar con los Centauros y de algún modo extraño se sintió alegre por pertenecer allí. De cierta manera, había algo que le hacía pensar que estando en aquél lugar las cosas saldrían mejor que en cualquier otro y deseó que así fuese. Movió la cabeza de un lado a otro volviendo a la realidad, esperando a que la Jefa de su casa le hiciera la pregunta a Amaterasu.

OFF:

Al msn ya te tengo Bodrik pero creo que no hemos podido coincidir por lo de los horarios :S y no, no tengo negocio en el Callejón.

Amaterasu felicidades por ser prefecta (:

- Actualmente estoy comenzando con Rol y Duelo básico ¿y tú? - Le preguntó a Amaterasu.

En esos momentos llegó otra persona, quién se presentó como la Jefa de la casa de los centauros. Eerin le sonrió mientras escuchaba su propuesta de jugar verdad o reto. Al principio no sabía si jugar o no, pero aquella era una oportunidad para conocerse mejor y poder hacer amigos, pues aquello era algo que quería hacer durante su estadía en la Aacademia, por lo cuál aceptó.

- Si, ¿a quién comenzará a preguntarle, profesora?

Se escucharon unas pisadas provenientes de alguna de las habitaciones y minutos después otra chica aparecía en la sala común. Se presentó por el nombre de Alexei y la castaña tuvo la certeza de que ya la había visto en alguna de sus clases, pero podría también estar equivocada. Aún así se presentó.

- Mucho gusto, yo soy Eerin.

La castaña caminaba rápidamente por los pasillos de la Academia de Magia y Hechicería; sus zapatillas plateadas chocaban con el suelo provocando un leve "tac" a cada paso que daba. Hacía poco había recibido una lechuza con las indicaciones del lugar al que debía dirigirse, pues ahí se encontraría viviendo varios meses mientras estuviese acudiendo a la Academia.

Al frente de ella se toó con una cúpula, y si estaba en lo correcto, ahí se encontraba el monumento a una mágica criatura, un luchador de la Batalla de Blodwyn. Sonrió, pues finalmente había encontrado la entrada a su casa. Siguió caminando hasta encontrarse frente a frente con la estatua. La joven pronunció las palabras adecuada y a continuación la estatua le abrió paso, mostrándole unas escaleras que llevaban hacia abajo.

Eerin bajó las escaleras y no pudo evitar el soltar un "Ah!" cuando sus ojos se encontraron con aquél hermoso paisaje. Sus ojos contemplaron un momento aquél sitio, preguntándose como aquello era posible. Movió la cabeza de un lado a otro pues sabía que aquello era real y absolutamente posible. Siempre había sido así aquél mundo, el problema era que ella aún no lograba acostumbrarse.

Decidió tomar asiento en uno de los sofás de aquél lugar y observó que había alguien más allí.

- Hola, mucho gusto -saludó a la chica - Soy Eerin.

Hola! Bueno paso a avisar que ya tengo mi ficha de personaje y mi bóveda... No quería rolear aún hasta tenerlas y como ya las tengo pues me pasaré por allá (: Así que no se que más decir para completar las líneas ._. Así que creo que es todo... Ya no tengo nada más que decir aquí entonces me voy.

Saludines :3