barbiehermione

—¡Wow Atria! Esa lista es muy útil para repasar. Seguro sales muy bien en la materia.— Dijo mientras miraba la hoja con entusiasmo que la chica Black le mostraba. —La verdad, sí necesito un café, los adoro. ¿No te paso que cuando estabas por el callejón era el único aroma puro que había para tu gusto olfativo? A mí sí, y por eso muero por probarlo.— Le contestó.

Vió y escuchó al chico mesero acercarse a tomar la orden. —Buenas, quisiera un capuccino y un bizcocho de zanahorias por favor.—Dijo sonriendo.

—Entonces, ¿qué más cuentas Atria? ¿Tocas el piano?— Miró a la joven una vez más esperando su retroalimentación.

Notó que la chica estaba escribiendo, pensó que probablemente tenían algo en común. Estudiar y repasar para no quedarse atrás. Aunque ella, no necesitaba memorizarse las cosas. Con una sola vez que lo leyera, se acordaba muy bien. La ojimarrón aún recorría visualmente el lugar. Por lo menos ya no pensaría tanto en cosas tontas, hablando con su compañera. Se arregló su cabello con un movimiento sútil de sus manos. Ánica asintió sonriendo a la invitación de sentarse y lo hizo.

—Bien Atria, gracias. ¿Y tú cómo estás?— Dijo sonriendo.

La chica de cabello azabache caminaba sin rumbo en el Callejón Diagon. Ese día decidió vestir con unos "jeans" azul oscuro y una blusa rosa claro. Llevaba varios días sin poder dormir, aunque no se podía notar cansancio alguno al mirarla. Siempre se obligaba a "parecer y estar bien" aunque no lo estuviese. La explicación a esto es sencilla, le gustan los retos y ahora que su clase de Generales acabó y aún no comenzaban las otras, estaba ansiosa. Quería aprender más y más cada día.

Mientras pensaba, la Haughton pudo percibir un aroma a café único, que no había olido en tantas otros locales del Callejón. Sin pesarlo dos veces entró a la cafetería. Le gustaba mucho el café y además le ayudaría a que no se notara que estaba adormilada. Ánica contempló el ambiente del lugar y le gustó.

Había sofás y mesas, música relajante y un menú amplio de tipos de café y postres. Sus ojos se detuvieron en una mesa cuando notó que su compañera de la Academia estaba sentada en ella y sonrió al instante, dirigiéndose hasta aquella mesa.

—¡Atria, qué gusto verte!— Dijo aún con sonrisa en su rostro.

Buenas! Paso para inscribirme. Quiero ser parte del bando mortífago. Recibí la lechuza de Leah, invitándome y no resistí a ser parte del mismo bando que mi adorada Familia Haughton Muchas gracias nuevamente Leah!

nick: barbiehermione

Nombre: Valeria

Edad:19

Fecha de cumpleaños:1 diciembre 1993

País: Puerto Rico

Skype: musicprincess.93

¿Cómo es que todo el caos aquel no tenía fin? Luego de entregarle la varita a Xell, Ánica notó que su rostro reflejaba determinación, mientras la escuchaba hablar. La chica no lo pensó dos veces antes de seguirla con la varita en alto. Definitivamente no nos va tan mal, no nos hemos perdido tanto y no hemos visto guardias. Pensó la pelinegra. Al llegar en frente de una puerta que no pasaba desapercibida, la ojimarrón vió cómo Xell atacó a los guardias que la custodiaban para después, ver la puerta explotar.

La Haughton quedó sorprendida al ver a la profesora Anne junto al mago ambicioso, que al ver a los alumnos de la academia irrumpir en la sala con varita en mano, entendió que la profesora sólo jugaba a ser su cómplice. Una sensación de miedo inundó a la chica cuando escuchó al mago decir que mataran a todos. Aunque tenía más confianza ahora porque estaban todos juntos, pudo observar que los guardias que se dirigían hacia ella, eran más fuertes que los que le habían atacado antes, y tenían sables.

—No puedes derrumbarte ahora, no puedes, esto ya casi termina.— Se dijo la chica en voz baja. Mostrando ahora más decisión, la ojimarrón, empuñando su varita, desmayó a los que la atacaban. —¡Expelliarmus!— Gritó asustada la pelinegra, cuando por poco, uno de los guardias alcanza a darle con su arma. —¡Petrificus Totalus!— El guardia, quedó petrificado. Poco a poco, los soldados que querían matar a la Haughton terminaron desmayados o petrificados, al igual que algunos de los que atacaron a los compañeros de la academia.

Nuevamente, Ánica reflejó sorpresa en su rostro, cuando escuchó a su compañera desafiar al mago, tirando una silla hacia él en el acto. Un pensamiento vino a su mente rápido. Sí la chica Alia se mofó de el ser ambicioso aquel de esa forma molestándolo, aquello sólo tenía una posible explicación. El bastón estaba conectado al mago, como si fuese una varita que lo eligió. Sí las varitas eligen al mago o bruja, entonces, ese bastón escogía estar con la persona con más determinación en esa "Sala de Trono". La chica Alia parecía ser muy valiente, pero por dentro moría de miedo y lo disfrazaba al desafiar al mago, y eso el bastón lo sentía. —Eso es, tiene que ser eso—susurró sin que nadie la escuchara.

Después de analizar esto, sólo quedaban dos pequeñas piezas del rompecabezas. Una persona que ayudara a la chica Alia a desafiar al mago también para hacerlo sentir inseguro. Y por último, alguien con la suficiente determinación, valentía, y conocimiento que convocara el bastón, dejando al mago desarmado. Sin duda alguna, Ánica optó por ayudar a su compañera, esperando a que alguien más diera con su conclusión y estuviese determinado para convocar el bastón.

—Es cierto lo que dice la compañera, cargas el bastón como si fuera oxígeno. Cuéntanos, ¿qué se siente ser una persona tan ridícula que se apega a un objeto para sentirse seguro? ¡Muero de ansias por saber! Aunque, no tanto la verdad, tu testimonio no serviría de mucho. Al fin y al cabo, tampoco sabes distinguir la verdad de la mentira. El que no te percataras de que nuestra profesora no era tu aliada real, lo prueba. ¡Contesta! ¿O es que tampoco sabes hablar? — Le dijo la Haughton al mago con cara de indiferencia y burla, a la misma vez.

La chica Haughton estaba muy ansiosa ahora. Pese a que se habían defendido y ayudado entre todos, los soldados lograron capturar a Xell y a algunos compañeros. —¡Al diablo con el control emocional por ahora!— bufó para sí. Estaba cansada por la batalla, bastante despeinada, con la túnica sucia y rota, y para colmo, preocupada por sus compañeros de clase. Aunque una vez más, sólo sus acciones como el bufido anterior, dejaban claro que sentía.

—Tenemos que ir al palacio por Xell y nuestros compañeros. No podemos dejar pasar más tiempo.— Dijo la pelinegra, luego se voltió hacia el joven Santos. — Eres un poco macabro chico, pero gracias que estás aquí, necesitaremos tu ingenio para entrar en el castillo. — Expresó Ánica con una sonrisa leve.

Comenzaron a caminar en dirección al palacio. A lo lejos en el suelo, la Haughton divisó algo que parecía ser una varita. Al acercarse más, lo confirmó. —Creo que esto le pertenece a alguno de los que se llevaron chicos, la guardaré y se la daré a su dueño luego.— mencionó mientras guardaba la varita. Pocos minutos después se encontraron frente al palacio del Visir real.

Ánica pensó que normalmente los palacios y los castillos, si algo tienen en común, es la existencia de calabozos y mazmorras. Después de todo, era y es lo que se utiliza para encerrar a aquellos indeseados que amenazan con la vida de los que allí habitan, o simplemente no piensan igual que ellos. El palacio, definitivamente, no tenía lago o un río atravesándolo, obviamente la opción de una entrada directa a la mazmorra, por allí quedó descartada. No obstante, hasta ahora, sólo el tal Yafar era mago, lo que quería decir que había una alta probabilidad de que la puerta trasera no estuviese cerrada por un hechizo, y de estarlo, con un Alohomora bastaría.

—Chicos, creo que que debemos ir por la puerta trasera, sí da a las cocinas será perfecto, en su mayoría los palacios y castillos grandes tienen la puerta de acceso las mazmorras allí. Sí logramos desmayar y amarrar la los soldados antes de que griten por más refuerzos, no tendremos que hacerles daño. Así nos da tiempo a sacar a Xell y a los demás e irnos de aquí.— Dijo Ánica con decisión, observó que los demás chicos asintieron y siguieron caminando por el jardín del palacio.

Rápidamente se dirigieron a la puerta de atrás y encontraron que estaba cerrada pero sin llave. —Habrá ido por el pan la cocinera— pensó. La Haughton vió la puerta que, creyó, dirige a las mazmorras y la abrió, y al parecer, no estaba equivocada. Descendieron unas escaleras no tan largas ni tan cortas. Ya Ánica hallaba raro no haberse encontrado con alguien y que fuera tan fácil, cuando un soldado los vió y comenzó a caminar en dirección a ella y los chicos. Escuchó a unos cuantos lanzar Desmaius en dirección a los soldados, que cayeron desmayados al instante en que el hechizo los golpeó. —¡Incarcerus!— dijo la joven apuntando su varita, y amarró a los soldados. Le quitó las llaves que tenían sólo por si acaso.

Al parecer la puerta que daba a donde se encontraban los capturados, tenía un hechizo para que no se puediera utilizar Alohomora u otro que permitiera escapar. —Sólo espero que el Visir éste, haya sido lo suficientemente acéfalo, para darle llave de la puerta a sus soldados, pensando que nos los derrotarían.— Dijo la chica sarcásticamente. En esto también, acertó la pelinegra. En la habitación del calabozo estaban Xell, dueña de la varita perdida y los demás compañeros, con las túnicas rotas y ansiosos por irse de allí.

Ánica escuchó la última presentación seguido de la indicación de la profesora. Tenían que seguirla, y permanecer junto al grupo. La chica de pelo azabache notó que al caminar por esa ciudad, aún con las túnicas, llamaban la atención de los muggles; algo que según pudo ver reflejado en el rostro de la profesora, no le agradó. El grupo llegó a un mercado público en el que a los alumnos se les permitió mirar, siempre y cuando, fueran visibles a las educadoras. A la Haughton le pareció un lugar muy hermoso, colorido, lleno de vida.

De repenté, comtempló que la profesora Cye estaba enojada por algo y su colega le siguió. Entonces, Ánica comprendió que la niña con carita de expresión dulce, era la sobrina de Cye. Accidentalmente, la instructora enojada se paró sobre la alfombra que su sobrina contemplaba y dió una patada. Automáticamente, el objeto salió volando llevándose a la maestra Cye. En adelante, la chica de nombre Xell ayudaría con los alumnos.

Algo más sorprendente pasó después. Un hombre extraño, le habló a la profesora Anne pidiendo ayuda sobre un tal Yafar, que pretende hacerle daño a una princesa de nombre Jazmín. Ánica razona que el "villano" es un mago, según lo que dice el individuo. Al parecer, la misma impresión tuvo su maestra, la cual señaló que se dirigirían al palacio. Por un instante, la chica presintió que algo no andaba bien, sin embargo, mantuvo su semblante en blanco. Luego de varios minutos caminando, unos soldados atacaron a los alumnos queriéndolos atrapar.

La Haughton, escuchó a la señorita Xell decir que se defendieran. Ánica se defendía de aquellos hombres al igual que sus compañeros, sólo que escogió no utilizar la magia contra los soldados, después de todo, eran muggles que acataban la órden de un posible mago. La verdad, se vió tentada a usar su varita, pero recordó el estatuto del secreto del Ministerio de Magia. Miró a todos lados sin encontrar a quién buscaba, la profesora Anne, no estaba. — ¿En qué momento se fue?— Pensó la chica en voz alta.

Mientras tanto, un soldado se dispuso a atacarla por la espalda. Del miedo, la oji-marrón reaccionó por impulso y gritó apuntando su varita hacia un jarrón: —¡Depulso!— el cual lo golpeó de lleno en la cara, dejándolo inconsciente. La Haughton, no tuvo tiempo para recriminarse por no haberse controlado; otro individuo, ya la estaba atacando. Rápidamente, le dió una patada en el abdomen. El hombre se tiró al suelo del dolor, pero por miedo a que fuese a intentar algo más, con una piedra, la chica le pegó en la cabeza. Otro desvanecido, yació en el piso. Ánica observó a sus compañeros defendiéndose, y sin pensarlo, fue a ayudarlos.

¡Hola! Soy nueva en el foro y paso a dejar notificación de que he completado la ficha de mi personaje. Espero que la misma, esté correcta de no ser así, lo arreglaré a la brevedad posible. Qué tengan todos un lindo día.

Nombre del Personaje: Ánica Haughton

Sexo: Femenino

Edad: 19 años

Nacionalidad: Británica

Familia(s):

* Familia Haughton

* Familia 2--

Padre(s) Sanguíneo:

* Jazmín Haughton Macnair

* Vrael Stark

Padre(s) Adoptivos: --

Trabajo: --

Rango Social: Aprendiz

Bando: Neutral

Rango dentro del Bando: --

Nivel de Poder Mágico: --

Puntos de poder en objetos: 20

Hechizos adicionales: Los pondrán los moderadores

Puntos de poder en criaturas: Los asignarán los moderadores

Criaturas controlables en asaltos y duelos: Los pondrán los moderadores

Habilidades Mágicas: --

Conocimientos Especiales: --

Raza: Humano

Aspecto Físico:

Tiene el pelo negro azabache con ondas definidas en capas hasta la cintura. Es delgada y sus ojos son marrón oscuro. Normalmente viste con pantalones azul oscuro, blusas y zapatos cómodos. Todos los días tiene colores diferentes en sus ojos y labios, aunque de vez en cuando, solo usa rubor y labial para verse sencilla

Cualidades Psicológicas:

Ánica es una chica introvertida, siempre dice lo que piensa, en cambio, lo que siente lo guarda. A pesar de que es introvertida, cuando habla, aparenta ser feliz, sonriendo como si nada, y no es que no sea feliz, simplemente, le hace falta algo. Y ese algo aún no sabe qué es.

Cabe señalar que su modelo a seguir, es su madre. Cuando está triste toca en el piano canciones alegres para que nadie sepa lo que le pasa. Piensa que decir los sentimientos no sirve de nada si se hiere con las acciones al otro. Está muy al pendiente de su físico constantemente. Adora la música y tiene un piano en su habitación. Le encanta el maquillaje.

Historia:

Ánica nació un miércoles, el primer día de Diciembre. Sus padres son Jazmín Haughton Mcnair y Vrael Stark. De pequeña escuchaba la música y le gustaba, entonces, quiso aprender a tocar piano, su madre, quien también le encantaba la música, fue su influencia para aprender a tocar.

Cuando cumplió sus 5 años, su madre contrató a una de las mejores profesoras que le enseñó bien. Jamás pasó necesidades mientras crecía, sus padres le proveyeron bien todo. Su madre, Jazmín Haughton Macnair era una mujer con mucho dinero y siempre mimaba a su pequeña hija, ya que era lo más importante que tenía.

A los 7 años de edad, empieza a mostrar su magia de forma accidental y su padre, al alegrarse le regala una varita con un mensaje en ella que dice “lealtad & fortaleza”.

Creció sin problemas hasta los 16 años, cuando sufrió una decepción amorosa; ella era muy sensible. Se había enamorado de un mago el cual le había prometido pasar su vida juntos, pero poco después, el mago se había ido con otra chica y ella quedo muy mal. Su vida dio un giro de 180° al haber sufrido esa decepción, comenzó a ser mucho más introvertida y esconderle sus sentimientos a su familia y amigos.

Siempre tuvo un gran afecto con su abuela Mónica Malfoy Haughton, aunque ella no sabe que es una mortifaga, al igual que su madre es aspirante a ello.

Ánica es la única que sabe el secreto de su padre, quien está aspirando a ser parte de la Orden del fénix. Su padre le hizo saber su secreto porque confiaba en ella y como él amaba mucho a su madre, no quería perderla, así que le pidió que guardase el secreto.

Creció en un ambiente muy amoroso, siempre la cuidaban y al ser hija única, siempre fue la más consentida de todos. Se crió en el castillo Haughton, ya que Jazmín así lo había decidió. Quería que su hija creciera en el mismo lugar que ella y nadie se negaba a ello.

Ánica es una chica muy reservada, excepto con el elfo de su madre, Kensei, quien la cuidó desde que era tan solo una bebé. Ánica comparte la misma característica con su madre y abuela, del llevarse bien con los animales y elfos.

Le encanta hacerse nuevos amigos y no importa en la situación que se encuentre, siempre se encuentra en calma, ya que no quiere preocupar a nadie y tampoco dejar ver sus verdaderos sentimientos.

Ahora, a los 19 años de edad, está concurriendo a la Academia de Magia y Hechicería, ha hecho muchos amigos y aunque sigue siendo una chica introvertida, ha mejorado mucho. Ahora confía un poco más en la gente. Ella aspira a ser la mejor de la academia y graduarse con honores.

Objeto Magico Legendario: --

Objetos Magicos:

Objeto: Varita

Clasificación: AA

Puntos: 20

Mascotas y Criaturas: --

Criaturas en la Reserva: --

Elfos: --

Licencia de Aparición: No

Licencia de Vuelo de Escoba: No

Registro de XXX: --

Otros Datos: --

Cronología de cargos: --

Premios y reconocimientos: --

Link al Perfil de Comprador MM: --

Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 101979

Link a Bóveda Trastera: Bóveda nº XXXXX

Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº XXXXX

Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia XXXXXXXX.

Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia XXXXXXXX.

¡Hola Jazz! Apuesto que tú fuiste la que dijiste eso. Pero bueno, todo un gusto ser tu hija xDD

Muchas Gracias Evarela y mucho gusto en conocerte. Nos llevaremos super porque se vé que eres buena persona. Gracias por ofrecerte a adoptarme lo aprecio mucho, pero conozco a Jazz hace rato y bueno me gustaría ser su hija. Igual seremos familia si la Jaz me adopta Otra vez mucho gusto en conocerte y por la oferta.

PD: Ya me han dicho eso del nick varias veces xDDD

Ánica Haughton yacía en su cama dormida en su habitación. No había dormido mucho, esperando respuesta de la Academia y pasó la madrugada en vela practicando piano. De momento, su madre, Jazmín, la despierta, para darle la noticia de que recibió una carta de la Academia de Magia y Hechicería. La chica con cara de tez blanca adormilada, su pelo negro azabache alebrestado con sus pijamas color rosa, se sentó en su cama, mientras tomaba la carta para leerla. Sus ojos marrón claro brillaron de alegría, pero jamás lo dijo en voz alta, su modelo a seguir es su madre, y jamás demostraría sus sentimientos a nadie. Entonces leyó en voz alta:

-Estimados alumnos:

 

nos complace informarlos de que han sido aceptados en la Academia de Magia y Hechicería. Su primera clase en la institución, Generales 96, comenzará hoy mismo. Para acudir a la clase, tan sólo deben tocar el objeto que hay dentro del paquete adjunto a esta carta a las 12 de la mañana del día 10 de agosto. Allí, les estarán esperando sus profesoras.

 

Sin nada más que comunicar por ahora, nos despedimos. Un cordial saludo de,

Cye Lockhart y Anne K Haughton Tonks. Profesoras de Generales.

Terminó de leer y miró a su madre. - He entrado a la Academia. – Aún con brillo en sus ojos, Ánica volvió a dirigirle la palabra a su madre. – Iré a preparar la ropa para el día de mañana, necesitaré estar lista.- Jazmín Haughton asintió y salió del dormitorio de su hija. Luego de que la progenitora de la joven saliera de la habitación, la chica se asomó a su ventana mirando sin un punto fijo, divagando, pensando. Estaba muy nerviosa por cómo le iba a ir en su primera clase. Pero claro, esto jamás lo admitiría en voz alta. Su orgullo estaba por encima de todo.

Al anochecer, se baño como siempre antes de ir a dormir, ya tenía su ropa lista para el día siguiente. Se vistió con su pijama favorita de dos piezas, una camisa blanca de tirantes y un pantalón rosa claro. Colocó en la mesa más cercana a su lecho la lámpara que usaría de traslador.

En la mañana, Ánica se baño y se vistió. Llevaba una camisa de tirantes color crema con encajes elegantes en una tela fina y un pantalón oscuro ceñido a la rodilla el cual no tenía diseño. Miro el reloj, y notó que ya era casi medio día. Tomó la lámpara de su mesa y dieron las doce de la mañana.

En ese instante, estaba en un lugar cálido, con arena y hermoso panorama. La joven notó que sus profesoras ya estaban en el lugar al igual que sus compañeros. También observó que la profesora de cabello castaño los contemplaba. Posteriormente la instructora habló y Ánica fijó sus ojos en ella. Escuchó atentamente cómo se presentó Anne K. Haughton Tonks, expresó que es Asesora Legal del Ministro de Magia y co-propietaria de varios negocios. Además señaló a los jóvenes estudiantes que estaban en Arabia, debían presentarse y luego pasar a tomar una túnica señalando dónde se encontraban las mismas. Prontamente la alumna Hydra Black se presentó. La joven de cabello azabache prosiguió:

- Mucho gusto profesoras y compañeros, mi nombre es Ánica Haughton.- se acercó a donde su profesora Anne le había indicado y agarró la capa poniéndosela.- ¡Espero que todos aprobemos la clase juntos compañeros!- Dijo mientras se arreglaba la túnica asignada y sonreía.

~Off~

¡Hola a todos! Mi nombre es Valeria, tengo 19 años y soy de Puerto Rico. Actualmente estoy en mi tercer año de Administración de Empresas con concentración en Contabilidad. Tendré que hacer malabares este semestre para las clases puesto que tendré cuatro de mi concentración, pero bueno, espero pasarlas con honores. Me gusta leer y adoro la música. Siempre quise aprender piano y mis padres me regalaron uno las festividades pasadas y he estado aprendiendo viendo teoría músical y tutoriales en internet.

En el foro soy nueva, normalmente estaba en el .com pero noté que muchas personas decían lo divertido del rol y no pude resistir pasarme. Aunque ya tenía mi cuenta desde verano de 2011. Sólo que hasta ahora decidí pasar por aquí. Mi personaje es Ánica Haughton, una chica de 19 años, introvertida y aunque siente nervios los esconde, porque necesita tenerlo todo bajo control o por lo menos, sentir que lo tiene. Estoy feliz de haber encontrado un lugar en el que pueda usar la creatividad para salir de la rutina y conocer amigos.

Ficha para la inscripción:

• Nick: barbiehermione

• Fecha de Nacimiento. 1 de diciembre de 1993

• Bando de preferencia. Mortífago

• Lugar en la familia. (Por quien se desea ser adoptado si se tiene preferencia): Cualquiera

• Mascotas y/o elfos.

• ¿Esta será tu familia sanguinea o adoptiva?: Sanguínea

• Link a la ficha de personaje (Si se tiene)

• Link a la bóveda personal (si se tiene)

• Link a una imagen que te represente (Solo si se tiene)

• Link a la imagen de tu habitación o en su defecto, descripción del dicha estancia: Una habitación grande con mucho espacio, un baño y un closet grande, con una sala pequeña en la puerta de la habitación con un piano.

• Piso/lugar en el que se quiere la habitación: Cualquiera.