Ethiane Slytherin B. L.

El silencio se hizo desagradable y el aire denso, ese ser enorme la miraba con curiosidad e incredulidad, como si la conociera de tiempo atrás y la reconociera diferente ahora, el ser bufo con desprecio y dio media vuelta desapareciendo en el acto, dejando tras de sí una estela de nauseabundo olor a sulfuro de azufre, ni siquiera noto la entrada de su compañero de oficina, por vez primera estar frente a un demonio la había perturbado de tal manera. Su padre era demonio, su esposo era demonio y sus hijos eran demonios.

- Otto, este ser salió de una de las puertas, necesito que investigues y trates de localizar donde están, are lo mismo...por favor -

La Slytherin tomó asiento de nuevo frente al ordenador mientras su compañero salía de la sala del tiempo, aun no entendía porque esa mirada la había perturbado, sabía que era un ser maligno y que debía destruirlo o regresarlo por donde había entrado, de pronto parpadeo y fue como despertar de una especie de cómodo sopor a una alarmante realidad, Perseus y Joa estaban desaparecidos, Perseus en algún mundo detrás de esas puertas que debía encontrar, sabía que las puertas estaba cerca pero necesitaba mas ayuda para localizarlas.

Se puso de pie y se dirigió al muro detrás del escritorio, ahi donde los anaqueles de encino estaban plagados de tomos de história y ciencia; la sedosa diestra de la castaña tomó un libro pequeño y escueto de páginas, insignificante a la vista de pastas roídas y titulo inexistente y con absoluta confianza empezó a leer.

* Y tal será el dia cruel cando las estrellas unan sus transitos por el cielo, trayectos alineados por solos unos segundos, las puertas del infierno daran paso franco a los ángeles de destrucción, ofreciendo el tesoro mas codiciado al ojo humano, conocimientos y poder. Sin embargo sin costo no podría ser, sangre por sangre piel por piel, alma por alma, sin excepción"

Cerró el libro y lo deposito sobre el escritório con sumo cuidado, como temiendo dañarle y que no revelara mas secretos, y de esos secretos dependía recuperar a su esposo, cerro los ojos por unos momentos conteniendo el llanto, nuevamente podía perderlo y con desolación aceptó, que teniendo a Stolos frente a ella, no pudo hacer absolutamente nada

El torrente sanguíneo de la joven mujer martilleo las lívidas sienes, cada bombeo del corazón marcaba con ritmo macabro el fluido taconeo de sus negras botas; Úhi había desaparecido dejando en su alma y mente una carga muy pesada. Miro de soslayo las pulidas paredes del pasillo que recorria con rapidez, con desilusión comprobó que efectivamente, estaba sola; no tenia a su lado el calor inconfundible del fornido cuerpo de su esposo, y eso la hacia sentirse irritable e intranquila.

No había quedado satisfecha con la escueta y vaga información de Úhi, en su desesperación su mente quería creer que era producto del agotamiento físico, y que su esposo Perseus custodiaba su andar como era su costumbre, el matrimonio había traído consigo algunas desventajas para la Slytherin, una de ellas era la desmedida dependencia que habían desarrollado el uno del otro. Su destino estaba a unos metros de ella, el hall cirular estaba frente a la matriarca en todo su magnífico esplendor.

su corazón latió de prisa al recordar glorias pasadas, su amado departamento; aspiro profundamente y mentalmente ordenó a la sala del tiempo. el vórtice creado por el mágico aceleramento de las puertas giratorias despidió un chispazo, hecho que alarmó a la inefable. al grado de desenfundar su varita y ponerse en guardia, sin embargo nada más paso, la Inconfundible puerta de titanio se presentó en el acto, extendió su mano y la puerta cedió a su voluntad, aún era "su" sala del tiempo.

Entrar ahí era cruzar el umbral de las posibilidades, ahí estaba el legendário giratiempo universal, el más poderoso artefacto mágico jamás imaginado, solo una mente serena y afable podia hacer uso de él, pues un solo error en cálculo de tiempo espacio podría crear una ruptura en la continuidad de la realidad en la que se encontraban ellos, los que amaba y los que conocía, fuera de ella, sus mas allegados podrían ser sus mas terribles depredadores.

- Basta de ensoñaciones, a trabajar - se dijo a si misma mientras hacia un recorrido visual de la oficina. Nada había cambiado, ahí dentro se respiraba paz. La oficina al frente de la sala era grande y confortable, el enorme escritorio labrado en su totalidad de conjuros antiguos en alfabeto griego, paso su mano por el cajón, gracias a Salazar la directora habia reactivado sus permisos, por llamarle de alguna manera a la complicada elaboración de conjuros para permitir a cada inefable abrir su sala asignada.

Rezo un conjuro y de la pared contigua se desplegó el ordenador que tanto ansiaba ver, su ordenador, una complicada y única combinación de tecnología y magia elaborada exclusivamente para la Slytherin, de inmediato empezó a trabajar; los largos y delicados dedos volaban sobre el tablero del ordenador, con su mano derecha fue abriendo en el aire las pantallas virtuales que se iban acomodando en orden de ejecución. en el centro apareció una imagen tridimensional del departamento de misterio.

y dos luces azules centelleantes llamaron su atención - ahi estan...los portales se mueven cualquiera podria cruzar si no tiene precaución....- la bocanada de aire que exhala se transforma en vapor condensado y su mano ínstintimamente asió la empuñadura de platino de su varita - se que estas aquí, y que no perteneces a mi mundo...¿Quién eres y porque saliste hacia donde no perteneces? - la castaña se giró y lo que vio casi le paralizó el corazón, frente a ella estaba nada menos que....Stolos

Todo era oscuridad y frío, aún si tenia la frente perlada de brillantes gotas de sudor, sentía el frío más terrible que jamás sintió, no era normal y no era nada bueno, el hueco que se formaba en su estómago, era tan profundo como el abismal infinito en la mirada de Úhi, por vez primera la matriarca miraba directamente a los ojos del ser de luz, millones de años de sabiduría contenida en cada particula atómica de su ser, su esposo estaba atrapado en esa misma inmensidad.

Al observar la imagen de su esposo siendo prácticamente tragado por esa energía, casi pierde el control, aspiró profundamente para recomponerse, Perseus sabía bien como manejarse ahí, pensó con tranquilidad, no de balde había vivido tantas vidas, salido y entrado del misno hades y regresado con una victoria, pero ni siquiera esre pensamiento la tranquilizó, la imagen se borro y de nuevo estaban en el pasillo, Otto estaba a su lado y lo agradeció, de haber estado solo de habría derrumbado.

Antes de desaparecer, Úhi le obsequio más información, dos puertas fueron abiertas y dos entes habían entrado, un ser de oscuridad atrapado en el infierno, castigado por haber fallado una misión, su meta era vengarse de quien provocó ese terrible tormento, al que había sido condenado, el otro ser lucia confundido y perdido, igualmente poderoso, sin embargo no irradiaba maldad, nadie podría saber la magnitud de las consecuencias si no los regresaban a su dimensión lo antes posible. Después de mostrar el camino Úhi desapareció.

- Otto, la alineación planetaria provocó que se abrieran dos puertas astrales, dos puertas que conducen a otras dimensiones, a otros mundos...y de ellas salieron dos seres y no puedo describir la magnitud del problema, debemos encontrar a estos seres y a estas puertas para regresarlos y cerrarlas... No se Joa, pero Perseus si fue absorbido...ire a la sala del tiempo algo de información podré encontrar ahí...suerte y ten cuidado -

dio un apretón de manos a su compañero y amigo y partió a toda prisa hacia la sala del tiempo.

Hacia un frío glaciar aunque ella no lo percibía, la sangre que corría por sus venas hervía en ese momento, la adrenalina que inundaba su cuerpo era producto de la batalla recién librada, y ahora era por la preocupación por su esposo, ki había perdido en el revuelo de la batalla, y el cambio físico impresionante seguramente por la alineación planetária, la tenian preocupada, que puertas se habrían abierto se preguntó con cierta inquietud; de sus labios carmín brotaban como bocanadas de humo las continuas exhalaciónes, trataba de guardar compostura no se permitiría mezclar sus sentimientos personales con el trabajo, más allá de ser su esposo era un compañero inefable y debía asegurarse que estaban bien.

Joa tampoco aparecía, la última vez que la vio fue frente a la sala de las profecías, después había desaparecido y eso la tenia aún más intrigada, solo esperaba con todas sus fuerzas que no se tratara de lo que más temía, en ese momento el pleyadiano salio de entre el muro, asomando su brillante rostro aparejado su andar por llamarlo de alguna manera, al rápido y firme paso de la Lycan, la Slytherin aún no cambiaba, otro factor más de alarma para la mujer - ¿Así que te divertiste no es así?...Esta clase de eventos es lo que te lleva a la maravillosa conclusión, de que somos una raza primitiva, violenta y sanguinaria espera no me contestes...quiero saber - se detuvo para ver a través de su traslúcido rostro, con miedo a su respuesta y continuó - ¿Cuantas puertas se abrieron? cerraron de nuevo? ...que alcanzó a salir de ellas....-

El humanoïde se concretó a regresar una mirada Imperturbable, era lo que más le disgustaba de él, acercó a la frente sudorosa de la mujer su dedo índice, brillante y casi ausente de calor, y trasmitió una serie de imágenes que helaron la sangre de la inefable, lo que vio a través de la mente del extraordinario ser podría desencadenar no sólo el fin del ministerio, sino del mundo que conocían. Debían cerrar ese par de puertas abiertas y solo un demonio podría hacerlo, necesitaba encontrar a Perseus, la idea de que Saebos pudiese salir era inconcebible.

Joa había guardado silencio, pero no hubo tiempo de hacer preguntas o comentarios, las huestes invasoras se acercaban con la fúria de verse casi derrotados, la sangre que brotaba de su costado ya era un tanto alarmante, no había tiempo que perder y tomando con firmeza la varita negra susurro un par de hechizos sanadores nuevos ataques librados por milímetros casi, se replegó junto a la puerta de un salón, en la parte posterior del hall circular estaban aun apilados los cadáveres de algunos hombres abatidos hacia tan solo unos pocos minutos.

En medio del humo alcanzó a distinguir al peliblanco - Otto! hacia acá pronto - el hábil demonio había logrado escabuirse hasta la sala de las profecías al igual que ella, extendió su mano y lo jaló hacia atrás de lo que acertadamente les serviría como trinchera -Otto...donde está Perseus? Lo perdí de vista al igual que a Joa - dijo al tiempo que volteó a buscarla y no la vio más, debemos terminar con esto, estas listo? - preguntó a su compañero a sabiendas de que no habría una respuesta negativa.

la mirada de ambos jóvenes era de determinación, no había ninguna duda, y solo necesito unos segundos para recordar, que que tan solo una hora atras quizá, había llegado al ministerio nerviosa y con la enorme duda sobre sí regresar había sido una buena idea, ahora sabía que estaba dispuesta a dar su vida, por salvaguardar la seguridad del enorme tesoro en conocimiento e instrumentos mágicos, puso su mano wn el hombre de su amigo y le miro a los ojos mientras decía - vamos a exterminarlos - sentenció con una sonrisa en los labios.

bajo los ojos al piso un par de segundos y respiró pausadamente, concentrando su fuerza, su magia, ese poder inusitado que habia liberado la alineación planetaria, los demonios antiguos mas poderosos, ella misma se había sorprendido por la maravillosa transformación de Perseus, ella misma había cambiado, podía controlar su transformación a voluntad, tenía a su favor la fuerza sobrehumana y la agilidad lycan, sus manos eran dos poderosas armas de destrucción.

los hechizos de la menguada fuerza invasora, que estaba a unos metros ya se estrellaban contra los muros sacando coloridas chispas - vamos a recibirlos como se merecen - dicho esto y apoyada con sus extremidades, salto hacia la pared con agilidad aprovechando la fuerza de sus piernas y la velocidad no natural, iba de pasillo a techo esquivando los hechizos y a su vez, exterminando a los infortunados que se atravesaron en su camino, logró pasar las filas y colocarse tras ellos dejándolos en medio de los dis letales ataques.

Otto ya daba cuenta de los pocos que lograron sobrevivir a la embestida de la Slytherin, maldiciones mortales salían del los labios de la castaña, terminando generosamente rápido con la vida de los africanos, en ese momento y cuando quedaban unos cuantos solamente, luchando valerosamente había que decirlo, los dementores hacían acto de presencia, de la boca de la lycan salia vapor, la temperatura bajo y las oscuras sombras se apoderaron de las pobres almas de los que quedaban con vida.

Su patronus el lobo plateado se aposento a su lado, tratándose de dementores, nada estaba escrito, habían sido exterminados, tomó su varita y como en un duelo, con su mano derecha la puso sobre su rostro de forma vertical, un saludo y agradecimiento para su compañero Otto, ahora tenía que encontrar a Perseus.

Los estrepitosos tolles habían sido mermados exitosamente por la guardias especializada de la directora, en algunos pasillos por donde la lycan caminaba apresurada, ya no había cadáveres, el equipo especial del departamento de Misterios era un excelente ejemplo de exactitud y eficacia, la pulida faz de la mujer, se refleja limpiamente de nuevo en las brillantes paredes del corredor, poco a poco habían disminuido los gritos pidiendo ayuda, solo podía escuchar estallidos ocasionales y voces dando instrucciones. Los invasores con suerte, estaban siendo capturados, los más, ya viajaban inertes y desmembrados en las mesas hacia las salas de estudio.

Enroscados en los blancos y largos dedos de la Slytherin, habia una mata azul de cabello sosteniendo una cabeza sangrando, chasqueo los dientes con enfado y con delicada floritura, un hechizo limpiador borró el asqueroso rastro tras de sí, con otro movimiento encapsula la cabeza para evitar mas porquería en los pulcros pasillos recién desinfectados; mentaliza la puerta de la sala de cerebros y como imaginó, de nuevo todo estaba en orden. La OCIA seguía funcionando a la perfección.

Aun no era capaz de entender, cómo algunos Invasores habían pasado por alto la férrea seguridad de las puertas giratorias, si solo un inefable jurado podría entrar, como un simple bombarda hizo aparecer y estallar la puerta que curiosamente buscaba el invasor, extraño e incoerente; suspiró y se puso los guantes, con un hechizo memorizado hizo visible una puerta al fondo de la sala, se introduce con familiaridad y dentro de esra sala contigua encuentra el equipo adecuado para extraer el cerebro del intruso.

Tomó la cabeza inerte en sus manos y observa la mirada de incredulidad en los ojos del peliazul, exceso de confianza se llamaba, una mirada vacia y carente de vida, extrajo los ojos con sus propios dedos y los introdujo en un recipiente con un líquido especial, este líquido neutralizaba cualquier hechizo, transformando los ojos en simple carne muerta, esto por si alguien querria seguir jugando a las imposibilidades, depósito la cabeza en un nicho y con un bisturí la abrió, saco el cerebro y lo deposito en un contenedor con el mismo líquido, en unas horas los recuerdos, experiencias y habilidades serian sustraídos y estudiados, las imágenes los rostros y las voces, absolutamente todo.

lanzó los restos a un incinerador junto con los guantes, lavo sus manos y salió - Fidelio...- susurró la puerta desapareció, nadie podía saber como entrar o como destruirla, pues no sabrían en donde estaba, tanto esa sala como el salón que contenía los cerebros estaban protegidos bajo el mismo hechizo, el cerebro de Perseo nunca había abandonado la seguridad del contenedor, no era que tuvieran semejantes reliquias a la mano de cualquier persona, solo la directora podía entrar y tomar esa clase de tesoros y los jefes con autorización previa.

hecho un ultimo vistazo y salio de la sala de cerebros, sintiendo tras de sí la ráfaga de aire que hacían las puertas giratorias al cerrar. Una luz verde se estrelló es su costado, haciéndola emitir varios improperios, un secciunatus rasgó su ropa y carne dejando correr un escandaloso río de sangre - avada kedabra! - vocifero y el atacante cayó de bruces - exceso de confianza...- sentenció, pero no había tiempo para un hechizo sanador, el resto de los invasores se replegaban y le seguían los pasos rumbo a la sala de las profecías.

A mas de unos doce metros y justo frente a la sala de las profecías distingue a Joa, quien también se dirige a la misma sala, seguramente con el conocimiento de que toda la fuerza invasora golpeara ahí, apresura la carrera dejando atrás la tibia y roja sangre, en ese momento recordó que Perseus y Otto estaban atrás luchando contra los que quedaban, ¿Porque no les vi al salir de la sala de los cerebros? se preguntó - Joa! vienen hacia acá, son pocos pero los más diestros y peligrosos - mencionó volteando a ver su mano sobre la herida del costado y su mano llena de sangre. - Preparada? - preguntó mirando directamente a sus ojos carmesí, en el par de mujeres había cualquier cosa, menos dudas o miedo.

Fue cosa de un par de segundos para que la Slytherin reflexionara, la orden de la directora sería detenerlos, y eso haría, asi que con una sonrisa plagada de filosos colmillos salio tras el peliazul dándole alcance fácilmente -seneca!...avadakedabra!...- vocifero, el rayo impacto de lleno en la espalda del intruso que cayó de bruces en el pasillo, la bruja se acercó y tomo con brusquedad un mechón de cabello, levantando la cabeza del hombre inerte.

Su expansión denotaba incredulidad, se creía triunfante y sentir el impacto del seneca debió anunciarle, que todo habia acabado, Perseus llegó a su lado y en sus manos las cabezas de los invasores, saco su daga de plata y arrancó de tajo la cabeza del que se atrevió a mancillar la sala de los cerebros con su inmunda presencia

- estos serviran para estudiar, descubrír el origen de esta conspiración, mira....alla viene Otto, parece confundido...Otto, permanece aqui por favor... debes regresar a la sala de las profecías Perseus, creo que irán hacia alla-

La castaña espero la respuesta de su esposo y su compañero de oficina Otto. Necesitaba saber que opinaban, había perdido de vista a Joa, pero no podían esperar.

La Slytherin levantó una ceja al observar la ingenua maniobra del invasor, no supo si reír o llorar de emoción al descubrir, que aún existía la inocencia en el mundo muggle, ¿Un hechizo de escuela básica? con un golpe de revés lanzó el objeto levitado hacia el otro lado, se pregunto mentalmente, escuchó la pequeña bola de cristal rodar a sus pies, levantó los ojos al cielo con incredulidad -evanesco - susurro y el objeto desapareció de enfrente de ella para aparecer en el bolsillo del hombre - boggarts?...es en sério? imaginas que tengo miedo a algo? soy hija de un demonio y esposa de otro...i******, crecí en el seno de la magia oscura y el averno fue mi jardín de juegos...- siseo divertida...- no se si aplaudir el valor al entrar aqui, o reirme por su estupidez -

Perseus, un demonio antiguo, hijo de zaevos, destructor de querubines, daba cuenta del par de humanos que a pesar del esfuerzo fueron abatidos con facilidad, la castaña observó con curiosidad al extraño de cabellos azules, le divertia el hecho de que creyera estar un paso adelante de ellos, la raza humana era tan básica, tan predecible y tan efímera, deseo con todo su ser destruir al hombre, pero eso le restaba diversión a la situación ¿Que pretendían? * el ojo de la gorgona * y esa antigua profecía, como inefable y anterior jefa de OCIA conocia a la perfección la cantidad de objetos en cada sala.

Bastaron segundos para que la capsula estallara y el hombre alucinara con su propio truco, llevándose consigo un contenedor con un cerebro de estudió, la castaña lo dejo escapar, habia sentido la presencia de unos seres que llenaban el hall circular de una aura oscura, el ambiente era gélido, solo había sentido esa clase de poder junto a una persona, la directora, una sonrisa adorno el rostro salpicado de gotas carmesí, ya todo estaba claro, la profecía fue interpretada equivocadamente por esa banda de est****os.

os brazos musculosos del demonio la rodearon por la cintura y levantó el vuelo aprovechando los huecos notables que habían hecho los trolles, inexplicable para la Slytherin era la presencia de tales bestias en la novena planta, ¿Cómo demonios burlaron la seguridad de Misterios, si era una de las más eficaces? La única explicación, era que la directora planeaba una emboscada, todo quedó claro para la ex jefa de Investigaciones Alternas; una explosión llamó poderosamente su atención - la sala de los cerebros...¡Vamos para alla! -

sacó su varita y murmuro - expecto patronum...busca a la directora de inmediato! y lleva el mensaje...*entraron a la sala de cerebros, Perseus y yo defenderemos, no tocaran nada, defenderemos con nuestras vidas* - el énorme lobo plateado aúlla mientras emprende su vélos viaje en busca de la angel caido, la Slytherin sonrió al visualizar al grupo de hombres que se abría paso, definitivamente era una trampa. de otra manera era Imposible que lograsen entrar con un simple bombarda.

Se solto del abrazo de su esposo y entró sin esperar ni un segundo, la seguridad de la sala y sus secretos estaba en peligro trampa o no, apunto su varita y se deshizo de un par de hombre - necro hands- un par de manos oscuras, sostuvieron en el aire al hombre que parecía liderar el contingente enemigo - expelliarmus!...sectusempra... avada kedabra!...- desarmo al hombre que pugnaba rabioso por su libertad, asesino a uno mas y el otro sufría las consecuencias de atacarla frente a su marido.

- Asi que... tu eres uno de los "líderes"...¿No es así? Desafortunado! ¿Creyeron que seria fácil?...- siseo al hombre que aparentaba frialdad y debía serlo, entrar al ministerio y atacar al departamento de Misterios y creer por un momento, tener éxito era algo délirante y digno de un show cómico. La Slytherin contenía la ira y refrenaba el deseo creciente por hacer pedazos al intruso que se atrevió a profanar una de las salas de su oficina. Si, ya no era la jefa pero defendería con todo y castigaria al infeliz, como si aún lo fuera.

Cómo antigua jefa sabia como funcionaba cada sala, movió una figurilla en el escritorio y los contenedores fueron desapareciendo uno a uno, con una sonrisa de triunfo el rostro se giro al hombre que pendía un par de metros sobre el piso atado aún con el hechizo - imaginas que cualquiera puede entrar a una sala? Imbesil...nadie que no pertenezca al departamento de misterios puede tener acceso a estas salas y sus tesoros - hablo secamente y sin emoción, el juramento Inquebrantable era parte de esa llave y cada sala tenía trampas, como las imágenes que el intruso creyó eran los cerebros, los cerebros reales estaban protegidos bajo altas normas de seguridad, no a disposición a la entrada de la sala.

levantó la varita y lo ató y amordazó - seguramente Juve desea tratar personalmente con ustedes, y...escucha, ya vienen no te emociona conocer en persona a los demonios que aquí viven? Observó a su esposo en su imponente transformación demoníaca, mas fuerte aún, la alineación planetaria habría las puertas del infierno y todos los demonios antiguos, cobraban un poder inimaginable.

La travesía de la Slytherin se hacia cada vez mas lenta, los agentes ajenos al ministerio parecían multiplicarse, estaba lejos de sentir agotamiento, por el contrario parecía disfrutar intensamente, murmuraba hechizos curativos a la par de hechizos asesinos, se detuvo un minuto a revisar a un joven aprendiz - episkey!...vulnera sanectum ...enervate! - el joven aprendiz se incorporaba con una mirada de agradecimiento, y alegría sin embargo la sonrisa se congeló en sus labios y callo de bruces a los pies de la matriarca.

la joven mujer había observado el reflejo de un hechizo asesino impactar a la espalda del recien llegado - no fue un buen inicio de semana verdad chico - joven parecia de una planta mas abajo al parecer llevaba unos pergaminos para firnar, y había sido sorprendido por los asesinos, los lagos de fuego se posaron por el grupo de invasores que se acercaba a ella a toda velocidad, seguidos por... (0.o ) - un troll de montaña??? - con agilidad saco el aparentemente inofensivo cinturón de tres cadenas de plata con esferas de esmeralda y lo hizo girar con sus dedos con magistral agilidad.

el cinturón no era otra cosa que poderosas navajas flexibles de titanio, muy útiles en batalla con desventaja numérica, la garganta de la ahora pelirroja dejó escapar un tenebroso gruñido, mientras sus caninos saludaban con espeluznante alegría los cuellos de varios, las cadenas giraban en sus manos con mortal velocidad cortando cabezas, brazos, piernas, hasta llegar a unos metros frente al troll que ya blandia su mazo amenazadoramente, sonrió y alzando las manos le hizo un ademán retador para de se acercara, este lento y torpe lanzó dos o tres golpes que fácilmente evadio, él sin embargo se llevó dos desgarres en los brazos hechos por las garras de la lycan.

los inexpressivos ojos del enorme ser se pintaron de rabia en un chispazo de inteligencia lanzo algunos cadáveres a la Slytherin a manera de proyectiles, las pulidas paredes del pasillo ministerial escurrían la sangre de los inversores y las bestias y de algunos aprendices e inefables de menor rango o poco hábiles en el arte de la guerra, la matriarca había crecido al lado del asesino de la marca tenebrosa, esto era diversión para ella, sin embargo al ver caer al jovencito tal vez hasta menor que ella, la sangre ya caliente de sus venas hirvio. Trepó por la espalda del troll usando sus garras como garfios para aferrarse a la masa de grasa y músculo, hasta llegar al cuello al que rodeo con las cadenas y de un solo tirón la pútrida cabeza de la bestia rodó por el pasillo para hacer compañía al resto de los cadáveres.

amaba ser bruja y su poder, pero algo en el ambiente había despertado sus instintos mas sanguinarios, y lo amaba un hechizo asesino paso frente a su nariz errando por milímetros, solo extendió su mano con la velocidad se un aleteo de colibrí, la cadena se había enredado en la mano de su atacante, un tiron y la extremidad rodó inerte en medio de alaridos - calla tu bocaza i****** cobarde! , avada kedabra! - al caer el último de ellos noto que la puerta de la sala del amor estaba cerrada aún, apuntó la varita a la masa inerte y la lanzó al frente de la puerta, hizo lo mismo que en la sala del tiempo, uso los cadáveres de los invasores para crear una barrera física y psicológica.

giro su rostro y pudo ver a lo lejos las imponentes alas de su esposo, los gritos de dolor el inconfundible sonido de rasgar de piel y crujir de huesos, ese inconfundible olor a muerte que había olvidado disfrutar, camino para encontrarse con él, pero a su espalda un nuevo séquito de inversión se acercaba - fuego maldito - un par de lenguas de fuego con fauces de lobos se abalanzaron por el pasillo tornando en cenisas todo lo que encontró a su paso. El cuerpo musculoso y ágil de su esposo transformado en el demonio que era, le sobrecogió el corazón de emoción, incluso así le deseaba, mas aún podría decirse, porque era asi como podían amarse sin barreras o prejuicios, su torso escurría sangre y sus ojos eran un abismo oscuro donde la Slytherin se perdía constantemente - eres tan perfecto, y te amo tanto...*sonrió * necesitas ayuda? No, no lo creo, pero debemos replegarnos y encontrar a la Directora, a las salas no podran entrar - extendió sus brazos para ser levantada por el demonio Myrddin.

En unos segundos la lycan había encadenado los hechos, el ataque debía estar planeado para llevarse a cabo exactamente a la par de la conjunción planetaria, cualquier inefable de respeto sabía que las conjunción estelares abrían puertas astrales, desencadenan caos y causando efectos secundarios en las diferentes razas, mientras su esposo la revisaba notaba el cambio en el demonio, mas poderoso mas frío mas mortal, y se sintió satisfecha y orgullosa.

-asi es amor mío, se que hacer y estoy segura que tu, ahora sabes que hacer, nadie cruzara las puertas de las salas...te amo...- lo beso correspondiendo al arrebato momentáneamente, y se alejo un par de pasos, los efectos de la alineación empezaron a hacer efecto, la ya de por si alta mortifaga cobro un poco un poco más de altura, sus muslos y espalda se ensancharon y las uñas ya de por si largas y afiladas se tornaron negras y curvas como garfios de acero.

sus orbes, eran un par de lagos de fuego centelleante y su cabello castaño, lucía rojo como la sangre, sin embargo no cambio totalmente para su beneplácito, sonrió a su esposo con una sonrisa de largos caninos y salío con el corazón embuelto en llamas, caminaba tranquila bloqueando magistralmente los ataques, el pleyadiano caminaba a su lado observando como siempre cada detalle de sus acciones - expecto patronum- susurro a su varita y a su lado la plateada e intensa luz de su lobo patronus se materializó.

un enjambre de dementores paso a su lado, en ese momento su alma era tan oscura como la de ellos, sin embargo el lobo la franqueo para alejar a los guardias secretos del departamento de misterios, aspiró oxígeno viciado de sangre y humo mientras se acercaba a la sala del tiempo lanzando la daga de plata directamente al cuello del hombre que pretendía forzar la puerta, sus compañeros advirtieron su presencia atacando con toda la artillería que poseían, la lycan apoyó su diestra en el frío piso del pasillo y mostró los afilados dientes en macabra sonrisa.

apoyando su peso en las piernas para saltar a la pared y girar hasta caer justo atrás de ellos, años de practica ninjitsu no eran de balde, un par de cabezas rodaron y un rio de viceras adornaba el camino, sus garras goteaban sangre, y en el niveo rostro un par de rubies marcaban un camino en picada hasta su mentón, sin poder o desear evitarlo un agudo aullido cimbro los pasillos del departamento, con su varita aún limpia de sangre apilo los cadáveres en la puerta de la sala del tiempo.

Un par de hombres desde lejos lanzaron bombardas y hechizos incendiarios, que evitó y nulifico con facilidad, de pronto un trío de hombres a su flanco derecho la empezaron a apoyar, asintió al conocer entre ellos a la guardia personal de la Directora, - dónde está la directora? ...se encuentra bien? - su voz sonó extraña y siseante mas el hombre le notificó que la directora estaba bien resguardada - bien! custodien esta puerta...con ese muro adornando la entrada habra varios que dudarán en intentar de nuevo - fijo sus ojos en la pila de por lo menos una veintena de invasores.

un lamento se escuchó entre la masa sanguinolenta, la Slytherin apuntó con la varita y susurró - fuego maldito- al instante el hombre ardió en vida en medio de gritos agudos y súplicas por misericordia, la mujer lo observó arder sin inmutarse y continuó su marcha mortífera hacia la sala del amor.

Las respuestas fueron parcas y nada concretas, sin embargo intuía que no fue desconocimiento lo que llevo a Joa a responder de esa manera, la mortifaga debia controlar sus impetus, no debia permitir que sus emociones vanas entorpecieran el trabajo de Joa, a la que le tenia aprecio y confianza infinita, embarazo o no la decisión de renunciar a su puesto fue propia y la joven había sostenido la oficina, como ella misma lo hizo al dejar Kurt el departamento; merecia el crédito - entiendo...bien, seguramente en la reunión habrá mas información, te seguimos...- blanca mano de la lycan se enredó en la del castaño de largos risos, buscando la fuerza necesaria para componer su brioso espíritu, un giño de su esposo fue suficiente para hacerla sonreír.

Ya a solas hablaria con Joa, agradecería su apoyo y presentaría una sincera disculpa, si era necesario, aunque no recordaba haberlo hecho antes y realmente era mortificante, mas aún porque su insistencia en saber más sobre el caso, era pura y netamente profesional, la realidad era que era perfeccionista y cualquier indício de una grieta en un sistema le causaba urticaria emocional. La mano de su esposo se tensó y se cerró con fuerza sobre su muñeca.

-que sucede...- alcanzó a preguntar al Myrddin y la expresión en la mirada de su esposo lo dijo todo, el destello de luz a su espalda la alertó llevando su mano a la varita y adquiriendo una posición defensiva, era extraño que hubiera tan pocos empleados en el ministerio, eran las primeras horas de la mañana laboral, si mucho acercándose a medio día, no estaba bien no era normal.

- ¡están atacando al departamento! vamos... por acá! -

Joa había tocado a la puerta de la sala de reuniones segundos antes de que un desmaius se estrellará en el dintel a pocos centímetros de la espalda de joven, no supo si entraron o no a la oficina, ella y Perseus corrian por el pasillo contíguo varitas en mano -desmaius! - vocifero y su rayo impacto de lleno en el rostro de un hombre que a léguas se veía puso demasiado empeño en lucir como empleado ministerial, sin empacho alguno paso sobre él, sus orbes ya lucían el dorado previo a un cambio y sus garras afiladas encontraron el cuello de otro más.

pagarían caro su atrevida incursión, no había renunciando por no amar su trabajo, sino por amarlo demasiado y no sentirse capaz en ese momento de dar el máximo como siempre lo hizo, ver mancillado su lugar de trabajo por extraños hacia salir los más bajos instintos asesinos en la matriarca Slytherin, se giró sobre su esposo y lanzó varios hechizos asesinos que impactaron en el pecho de tres de sus perseguidores - sectusempra!!...avada kedavra!!...jajajaja! malditos, entraron a su tumba! ..- por fin comenzaba a sentirse viva de nuevo.

luces iban y venian los inefables que permanecian daban buena cuenta de los impostores, la sala de las profecías estaba frente a ellos cuando el rostro brillante del pleyadiano asomo a través de ella, fue suficiente razon para entrar rápidamente, su esposo había partido en dos a varios adversarios extrañamente se veia aún mas fuerte de lo que regularmente era, la puerta cerró detrás de ellos, estaba agitada por la emoción y en sus ojos dorados brillaba esa chispa de salvaje entusiasmo.

- No podrán entrar aquí...¿Estás bien? ...- lo abrazo y revisó

La bruja sabía el procedimiento, aunque en la práctica era diferente, sonrió discreta al peliblanco el que alguna vez fue su guía en ese departamento, uno de sus mejores amigos podría decir; el destello carmesí la turbó un poco, aún sabiendo que su esposo resistia mil veces más, no dejaba de impresionarla verlo sangrar. La Slytherin estaba inquieta y ansiosa, debía asegurarse de que su equipo estaba intacto, asi que las palabras de Joa la desanimaron y exaspéraron un poco.

Odiaba esas reuniones donde cada departamento u oficina quería destacar, siempre fue celosa de su trabajo, y sentia a su equipo lo suficientemente capaz para resolver cualquier situación sin inmiscuir a las otras oficinas, la gran diferencia era que, ya no era "su" equipo, ahora formaba parte de él como un miembro más, no pudo o no se esforzó en disimular su contrariedad, sin embargo ese orgullo salvaje fue sometido, era más inteligente que impetuosa. Las blancas manos de su esposo aconodaban la fina camisa, estaba de perfil hacia ella y podía ver como ese riso rebelde caia gracioso sobre su nariz.

Pues bien, terminemos con ello. Se puso de pie con determinación, dispuesta a enfrentarse a varias horas de discusión y planeación, entorno los ojos disimuladamente y acompañó su tranquilo caminar con una expresión relajada, tenia una idea, solo necesitaba un poco de serenidad, había esperado varios meses, ¿qué mas daba unas tres o cuatro horas más?, caminó hacia la puerta y se detuvo para dar salida a Joa y esperar a los demás.

- Bien, te agradecería mucho un poco mas de información, no quisiera aparecer ahi con expresión de interrogación. Cuando descubrieron eso, ¿cuanto tiempo a pasado? y...¿Has observado algún cambio atmosférico, algo extraño en el comportamiento animal, mareas altas o cambios climáticos? -

El rostro de la castaña era serio, sólo había vivido un fenómeno asi, y la experiencia no había sido agradable. Ya solo se escuchaban los pasos de los Inefables por el largo pasillo de oscuras y pulidas paredes.

la pregunta de la mujer fue ignorada, y contestada sin palabras con un solo acto, la nueva jefa de oficina era Joa y tal vez sentía algo de incomodidad, una breve bienvenida le anunció a la suspicaz Slytherin que como era costumbre, algo se cocinaba en el Departamento de Mistérios sin embargo, no le preocupo demasiado, había algo que debía constatar ella misma y lo antes posible, la ceremonia del juramento era breve a menos que eso también hubiese cambiado.

- sera breve, no te preocupes créeme, te e rasguñado más profundo yo... - susurro al Myrddin al cruzar la puerta y observar con agrado, que todo era diferente, era un hecho que tanto el mobiliario como sus archivos estaban seguros, los había encriptado en el la lengua pérdida del pleyadiano, por fin respiraba aliviada desde que habían cruzado por el átrio, y várias brujas y magos le miraron con asombro.

sus claras orbes escudriñaron la estancia, era tan agradable que ya no era "su" oficina, ese detalle aplaca significativamente el orgullo de la castaña, y se siente extrañamente satisfecha, los detalles sobrios que alguna colmaron esa oficina habian desaparecido, albergando ahora la personalidad de su ahora jefa de oficina. Sin esperar la orden se sentó cómodamente en un sillón y espero paciente la terminación de la ceremonia, la siguiente parada, "La Sala del Tiempo

El silencio de los jóvenes se hizo pesado, la inefable se sintió aún más incómoda - abre dicho algo malo? - se preguntó a sí misma apretándose significativamente la mano de su esposo, retiró la mirada turquesa de Joa y se giro hacia Otto, un amigo muy cercano, considerado por la lycan, casi como de la familia. Tendió su mano y saludo al joven - Otto! es un gusto enorme saludarte y ver que nuevamente seremos compañeros, una buena noticia, mi esposo se une al ministerio y, en nuestro departamento -

sus ojos de centraron en el rostro del Myrddin, le miró orgullosa, enamorada y sonrió, para ella significaba mucho el tenerle ahí, tendrían una oportunidad única para estudiar aún más de cerca, los poderes de los mellizos, esa experiencia vivida tan solo a unas semanas de distancia aun le hacía estremecer, estuvo a punto de morir calcinada por los poderes de su propio hijo, en una reacción automática su mano acarició la parte de su antebrazo.

su piel había sido restaurada totalmente, no había marcas visibles, sin embargo aún podía sentir ese terrible dolor. Ligeramente inclinada hacia el lado izquierdo pudo notar el ligero destello de luz en el corredor, y sonrió satisfecha y aliviada pues como siempre, nadie podía notar la presencia del pleyadiano que parecía percibir su presencia, no consideraba un problema ya no ser la jefa de oficina, había aprendido muchos trucos en el lapso experimentado como líder.

el pleyadiano señaló la sala del tiempo y la castaña entendió el mensaje, sin embargo debía entrar a la oficina principal para verificar, que el mobiliário había sido cambiado como lo fue al entrar ella a suplir a Keaton, sólo necesitaba que llegara el o la nueva jefa, después buscaría su antigua pc en la bodega, nadie mas la podia utilizar pues fue creada para ella por los miembros del clan secreto del "Dragon Rojo, para cualquier otra persona era inservible.

-y bien chicos, porque tan silenciosos?...pasa algo malo? ...creo que saben que no soy amedrentable, que sucede? - pregunta desidida, el nerviosismo pasaba a segundo término.

La mortifaga disimulaba magistralmente la incomodidad y frustración, en el fondo entendía que la única culpable era ella al haber renunciado a su puesto, sin embargo, ese mezquino sentimiento no seria obstáculo para apoyar a quien se hubiese quedado en su lugar, solo rogaba que no fuese un espia fenixiano, recargó nuevamente la frente en el brazo de su esposo y suspiro, deseando de todo corazón que las sala del tiempo estuviera disponible.

-Sabes amor?, creo que te llevaré a dar un tour por el departamento, una vez realizado el juramento inquebrantable... no dudaria de ti jamás... es sólo protocolo-

le explicaba a su esposo algunos de los procedimientos, cuando el eco indiscreto le alerto a la lycan; habia pasado un tiempo considerable, pero ese par de figuras atravesando el tiempo espacio, le provocaron una nueva y mejor actitud en la mujer, caminó a su encuentro y les saludo amablemente.

-Saludos compañeros, nuevamente aqui con ustedes, vine a presentar a mis servicios, no pude estar demasiado lejos de la acción, mi esposo Perseus Myrddin...- dijo acercándose al castaño- cariño, ellos son, bueno Otto es como de la familia, ella es Joa una muy querida compañera y amiga de academia... Otto, Joa, mi esposo sera nuestro compañero en el departamento...-

Dijo con una sonrisa en el rostro, esa que a pesar de su carácter adusto y en ocasiones parco, siempre mostró a su equipo de trabajo - Joa, anticipadamente, sabes si esta disponible la sala del tiempo? - preguntó, disimulando un poco mal el interés por regresar a esa sala.

Llegada después de larga ausencia

Estaba de pie frente al ventanal de su habitación, una humeante taza de café descansaba en sus manos, no para ella sino para su esposo, el castaño conocería por fin lo que era trabajar en el departamento de misterios, a juicio de la mujer, el mejor y más importante trabajo de Ottery y del ministerio de magia y hechicería; los nervios no la habían dejado dormir, estaba ansiosa y preocupada por el tiempo transcurrido desde su renúncia, no sabía que cambios encontraría en lo que fuera su segundo hogar, el agua cesó y su esposo aparece un poco después, enredado en una toalla con el cabello alborotado, pletórico de plateadas gotas de agua.

- como te gusta amor...listo? -

susurro a su oido mientras le ofrecía la taza de café, lo rodeó con los brazos y se pegó a él, no para calmar los nervios del ojiceleste, sino los propios, había renunciado y regresar como simple empleada, era un golpe al enorme orgullo de la joven madre, pero eran consecuencias que debía enfrentar con honorabilidad, y apoyar a la o el nuevo jefe de la oficina, de lo único que estaba segura era que deseaba fervientemente pedir la sala del tiempo, tenia que recuperar esos expedientes, que estaba segura nadie había podido encontrar, pero no se podía arriesgar.

la orden del dragón rojo estaba en peligro, aún incluso si era tan discreta que nadie sabía de su existencia, y la ubicación del portal tridimensional que le había sido mostrado por el pleyadiano, se preguntó entonces si al irse ella, él habia decidido tomar un tiempo libre también, era un ser único con el poder de ir y venir por el tiempo y el espacio, tan superior que no concebía maldad alguna, ajeno a la mezquindad humana, la matriarca sabía que nadie podía verlo a menos que él lo deseara, por ese lado estaba tranquila y confiada.

Minutos después

El matrimonio subía al elevador repleto de trabajadores ministeriales, la castaña detestaba eso, rozarse con gente de dudosa categoría pero aspiro profundo y engulló su malestar, se acomodo frente a su esposo tratando de escudarse con él, cerrando oidos a los típicos cuchicheos entre asistentes, levantó los ojos para encontrar el confort del azul que tanto amaba

- espero que no lleguemos en un momento inoportuno, aparte de la lechuza anunciando la alta en el departamento de Misterios, no había otra indicación, estoy...ansiosa...bonito apoyo seré para ti -

suspiró y se apoyo en su torso; con el ajetreo poco a poco se despejó la cabina, hasta escuchar la familiar voz procedente del intercomunicador *Departamento de Mistérios * se dio la vuelta y salió con el estómago hecho nudo, ambos inefables vestían sus elegantes capas, ella nuevamente capaz de vestir sus altas botas de piel de dragón, las acompañó con un ajustado Jean negro a la cadera, un cinturón ancho de gruesa hebilla con el escudo de su familia y una blusa azul añil de corte perfecto y cuello alto tipo mao, al cinturón la funda con su daga de plata y su inseparable arma, su varita.

El cabello largo y suelto en brillantes ondas color chocolate, nada especial en realidad solo elegante, casual y discreta, digna descendiente de Salazar Slytherin, algo familiar en el ambiente, sus reflejos en las pulidas paredes negras les seguian de cerca y ese relajante silencio que añoraba tanto, tomo la mano de su esposo y lo guío hasta estar frente a la puerta giratoria, y evocó su antigua oficina, la bruñida puerta apareció, sufrió un gran desencanto que oculto bastante bien, ésta ya no se abrió para cederle paso, asi que toco, como simple inefable.

-aquí estamos, listo para la aventura? ... y el juramento inquebrantable? - lo miro a los ojos encontrando su panacea - te amo...-

Mexico

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Sentir el suave tacto de la joven inefable le conforto, la estatura y peso por el avanzado embarazo dificultaron un poco el poder alejarse de la entrada del pozo, la Slytherin estaba débil; un chorro de sangre de su costado empapó la tierra azteca, Rose actuó con rapidez, eficaz y asertiva, los raspones en su mano habían sido sanados, se había herido al salir.

-gracias Rose...aqui, por favor-

señaló el costado izquierdo que sangraba profusamente, sus ojos se apretaron al sentir la descarga de dolor, la adrenalina bajaba y su resistencia al cambio era cada vez más débil. El eclipse pasaba dejando ver en todo su esplendor, la plateada cara de la luna, los orbes turquesa de la líder perdian su tinte natural, tornándose en dos enormes pupilas de un dorado intenso y brillante.

-Otto...-

le costó articular palabras, concentraba la poca energía que le quedaba en postergar el cambio todo lo humanamente posible, con angustia guió al Demonio con una mano, señalando las mochilas que aún traían, esperando esperanzada que el peliblanco encontrase la poción matalobos* y se la entregara a tiempo.

Mientras tanto Joa combatia ferozmente a Cali, logrando desarmarla y reducirla, tendrían que contenerla y llevarla al ministerio para investigación, no era ni bansheee ni demonio y tal vez Juve, la directora deseara practicar algunos estudios e interrogaciones, la idea le resultó placentera.

Salida

Con Percy, Jessie Bo y Dorina

Se sentía feliz, a pesar de todo lo que habían pasado, los meses de separación, incluso esa terrible semana conteniendo el curso natural del parto, no podia estar mas contenta, sus ojos turquesa brillaban con esa luz que sólo una mujer a punto de parir podía irradiar. Apretó con alegría la mano de su esposo y busco su abrazo con desesperación.

su cuerpo de adaptaba, sintió una furte contracción y justo en ese instante escucho a Jessie acercarse, agradeciendo infinitamente las recomendaciones y sobre todo, la alta. Escuchar ese "se pueden ir" fue mágico, apoyando su cuerpo en el patriarca se sentó en la camilla, la elfina alarmada sólo atinaba a correr de un lado a otro.

Los delgados brazos de la mujer rodearon el musculoso cuello del Myrddin, saldría de ahí en los brazos de su esposo, suspiró profundamente llenando sus pulmones de ese delicioso aroma, musgo y madera, almizcle; los largos risos rosaron su frente, se pego a su pecho y sintió como era levantada sin dificultad de la camilla.

-gracias Jessie y Bo...los presentaremos en el castillo Myrddin por si gustan acompañarnos...-

la elfina se acercó a toda prisa tomando la mano del patriarca y desaparecieron en una nube de bruma plateado y verde

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México

Había sido herida superficialmente, pero en ese momento era lo que menos le importaba a la Slytherin, necesitaba descubrir que tramaba esa mujer, los hechizos de la castaña lograron abatirla y hacer la huir, pero regresaría con más fuerza, de eso estaba completamente segura. Ahora importaba salvar al los pequeños, sobre todo al pequeño heredero.

5a Planta con Bodrik Jessie Perseus y Dorina la elfina

El inconfundible olor a alcohol invade los fosas nasales de la castaña, ese olor y el sonido de las chirriantes ruedas de las camillas; la incomodaban al grado de intentar ponerse de pie, idea que desecho al instante, la tensión sobre su vientre y la debilidad por la falta de alimento, fueron demasiado elocuentes; se mareo y tambaleó? afortunadamente los brazos de su esposo estaban prestos para sostenerla.

Después todo fue confusión, Jessie mando buscar a alguien, esperando fuera su madre se tranquilizó, sin embargo, la voz familiar de Bodrik le trajo gratos recuerdos, apretó la mano de Perseus y refugio su rostro en ella al sentir uno fuerte contracción, un desgarramiento interno; un líquido rosáceo impregnó las blancas sábanas y alarmada busco el rostro del Patriarca.

-aquí no...deben nacer en el castillo...ahh...vamos ...-

susurro entre gemidos ahogados, no era de las que se quejaban por dolor, porque aprovechaba los destellos de ira en los momentos difíciles, pero como sentir irá en ese momento? Bodrik le proporcionó un medicamento brillante como el oro, lo bebió y mucha de su fuerza fue restaurada.

-gracias Bo. Necesitamos ir al castillo, nos podemos retirar ya? Esto ya esta en proceso, pero ella nos llevará a salvo...-

se refirió a su elfina Dorina que la sostenía de un pie con los ojos inundados de llanto, quien se irguió y sonrió al escuchar las palabras de su ama, asintiendo frenética al mirar a Bo, la Slytherin sostenía la mano de su esposo aun esperando el veredicto de la sanadora.

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México

La luna estaba en se cenit, las pupilas esmeraldas de la Lycan se entintaron de oro, su cuerpo delicado se cubría lentamente de un pelaje rojo intenso, sus extremidades se trazaban largas y musculosas. Un escalofriante aullido gutural rompió la quietud de la noche, las cadenas en su tobillo y muñecas fueron rotas como si fueran de papel.

Los diminutos aldeanos corrieron despavoridos gritando palabras en maya antiguo, sortilegios inútiles contra la avanzada magia de la Slytherin, quien lo vio le pareció increíble, el rostro antes perfecto y casi inocente de la líder había mutado a una cara desfigurada a medio transformar. Los colmillos blancos sobresalían bajo los labios carmín y sus delicadas manos eran un par de garras semejantes en lo letal al sable mas afilado.

Levantó el rostro y encaró a la luna, un aullido más y se transformó de nuevo en ella misma. Cali había jugado bien sus cartas, pero su mano no era suficiente para la inefable y su grupo, empuño su varita y con su daga rebajo el cuello de dos o tres que se acercaron, intentando detenerla, era una caverna y podía ver el cielo a través del pozo, el mismo pozo donde les espero Cali. Su ceño se volvió adusto al descubrir a los pequeños ahí, la bruja pretendía sacrificar a los niños durante el eclipse, la banshee era solo un espectro parecido a un Boggart.

La verdadera amenaza era Cali, mediante sencilla floritura invoco a su patronus, el lobo siberiano plateado como el halo lunar, dio un par de vueltas y salio en busca de Otto, Rose y Joa llevando el mensaje de la Slytherin.

-Cali esta detrás de todo, los niño estan en el pozo, vivos todos, protocolo de identidad comprometido, ataquen ! -

sabía que el equipo aturdiría a los aldeanos hasta llegar a ella; el cielo inesperadamente se torno oscuro y de la negrura de la moche la figura de Cali se desprendía de la entrada del pozo al interior de la caverna.

Profesora Cali

-así que me descubriste? Tu grupito de niños ya fue sometido, estas sola bruja inepta! -

Jamas permitió un insulto de un igual, mucho menos de una sangre sucia como esa mestiza lanzo un *sectusempra* seguido de un *fuego maldito* de los cuales la mujer no salio muy bien librada, se apresuró a buscar a los infantes y sintió en su costado de lleno in ataque de la bruja. Aun así logró liberar a los pequeños.

planta 5 con Jessie resureccion y chequeo de embarazo

tan solo pasaron algunos angustiosos minutos, el espectro de la lycan observa desde lo alto, vio su cuerpo sumamente delgado y frágil, fueron cinco días de ayuno total; la orden de verdad mejoraba sus métodos copiando los de el bando tenebroso, no le importaba su aspecto pálido y demacrado o el azul de sus labios, se concentraba en el resplandor en su abultado vientre.

inmenso para ser precisos, nueve meses, su primer embarazo casi le cuesta la vida, Sathiel era híbrido, sumamente fuerte, la diferencia entre ambos embarazos, era que este era producto del inmenso amor que se tenian Perseus Myrddin y ella, y que Sathiel poseia un poder que pocos tenían sin estudios. Se podía comunicar con ella, casi desde las primerss semanas de gestación.

a los mellizos solo los sentía muy poderosos, dos grandes poderes como la luz y la sombra, el fuego y el hielo, la tormenta y la calma. Su contemplación fue interrumpida, una sanadora le presto los primeros auxilios y fue absorbida de nuevo a su cuerpo, abrió lentamente los párpados, los sentía pesados y le ardían los ojos.

-gracias. ..cuando me puedo ir? Necesito ir a casa, - pregunto a la danadora

-Dorina...Sathiel? Esta bien? no lo dañaron? Me atacaron con mi hijo en brazos, sin permitir que le pusiera a salvo... - después a la elfina quien respondió afirmativamente.

Dorina la elfina personal de Ethiane Slytherin

-si ama, el amo Sathiel esta a salvo y extranandola mucho, el amo Perseus no lo a dejado sólo-

giro sus verdes orbes al Patriarca de rostro lívido, mismo que no despegaba su celeste y cristalina mirada de su esposa y se hizo a un lado para permitir que se acercara.

-aquí estaré amita, pronto estará en casa, a salvo-

Ethiane S.

-cuando podré salir?

pregunto de nuevo a la sanadora mientras extendía su mano a su esposo, entrelazando sus delgadas dedos entre los recios del castaño, intentando trasmitir todo el amor que le tenía.

-te amo...-

susurro sl tenerlo cerca