Kathleen A. Weasley

Nunca fue mi fuerte luchar o elegir bien, por eso, hacia lo que los demás decidían por mi o solo me mantenía apasible. Por estas razones, la clase de bando y Perfil no sería una de mis favoritas entre todas.

Como fuere, para graduarme en la Academia de Magia y Hechicería era necesario pasar las asignaturas completas, sin importar que al alumno le agradara o no. Las palabras que me dedicaba no eran de las mejores que podría decir, pero tampoco eran demasiado pesimistas, daba igual.

Mientras abrochaba los últimos botones de la camisa verde botella, cuidando no errarle a los malditos agujeros (porque siempre me pasaba), iba pensando que excusa daría si hipotéticamente faltara a la clasesita, mis opciones no eran variadas "Viruela de Dragón", "Gripe", "Resfriado" y "vagancia" no eran unas explicaciones muy originales ni nada de eso, aunque también cabía la posibilidad de que mi madre me mandara hasta degollada a terminar la Academia, recordando como se puso cuando le comenté que todos mis compañeros de Generales se habían graduado ya.

Bajé los escalones de las habitaciones que conducían a la Sala Común, recordando con un poco de nostalgia a mi ex compañera de cuarto, tan extraña y parecida a mí. Lo siguiente que hice fue golpearme un poco la frente para no seguir pensando en cosas deprimentes, gritando en el proceso algo parecido a "Me voy, luego os veo" ya que mis queridos Centauritos debían de estar durmiendo arriba y tenía la angelical intención de despabilarlos.

Al cruzar el Centauro que custodiaba la entrada, me percaté de que no sabía donde se impartían las clases.

-Oh, mi**.da ¿Por qué, digo yo, nunca recuerdan a los cursantes donde hay que juntarnos? -algún día se lo plantearía a mi querida abuela/tía/lo que fuere, al menos me oiría y todos lo agradecerían, ya podía escuchar los gritos y aplausos, conmigo caminando sobre una alfombra roja y repartiendo besos a diestra y siniestra...¡Oye! ¿Siniestra? Ahí hay algún mensaje subliminal.

Al entrar en el edificio donde se daban las clases, decidí que buscaría a algún compañero de clase para seguirlo hasta la X en el complicado mapa de la Academia. Así, corrí de este a oeste, intentando encontrar a mi salvación, aunque tuve que estar unos buenos veinte minutos para encontrar a alguien, que, por extraño que parezca, se metió por un hueco en la pared, al que seguido fui yo misma.

No, ya estoy convencida y resignada a que las clases en este lugar no serían como el Colegio muggle con mujeres con largos uniformes en blanco y negro, tan castos que daban repulsión. No, no sería con compañeras con los humos subidos y constante acoso por parte de las chiquillas estú.pidas solo por no tener mucho dinero, aunque si lo pensaba bien, más de la mitad de las personas en Ottery tenían más pasta de lo que necesitaban. Y es que esto lo pensé solo por la sutil indiferencia hacia nuestros apellidos por parte de la profesora fenixiana, al menos eso fue lo que escuché al entrar casi tropezando en el aula de clase, que nada se parecía a una, pero era demasiado normal para lo que ya había vivido en las demás clases.

Callada y mirando todo con los ojos medio cerrados, me dirigí a sentarme a la derecha, donde pude intuir (gracias al "nada llamativo" decorado en la pared) que estaban los aspirantes a la Orden. Luego de dos o tres presentaciones sonreí vagamente a mis conocidos (frunciendo un poco el seño al ver a algunos en el otro lado de la sala) y me levanté.

-Mmm..¿Mi nombre? -divagué un poco, seguramente fastidiando a los presentes- Mi nombre es Camila, y elegí este bando por pura herencia, además de que los Mortífagos no me llaman la atención, con todas esas innecesarias peleas. Preferiría quedar como neutral, pero así no avanzaré nada y de este lado tengo más motivaciones. -me senté un momento para hablar luego, mirando la serpiente alada- Lealtad, dijo Lisa. Yo no creo encontrar lealtad con ellos, a mi parecer, no dudarían en dejarte morir solo por protegerse a ellos mismos, pero bueno, eso lo decides tú -sonreí a la chica amigablemente y luego me callé, esperando las siguientes presentaciones. No me importaba que bando eligiera, preferencialmente quería a todos los míos conmigo, pero sabía y sé que no se puede.

En el espacio que dejó mi presentación de la siguiente, me giré a Soamily, viendo que estaba muy callada y solo miraba hacia abajo -Mucho gusto ¿Quieres ser mi amiga?- le hablé como niña pequeña tocando su hombro y poniendo una de las mejores sonrisas que pude poner. La chica, en cierta manera, se parecía a como era yo antes y eso me agradaba, solo esperaba que nos lleváramos bien.- A propósito, tienes madera de poetisa-

Wiiii! A ver, no se presentarme, hablar, duelear, rolear, escribir, sumar o restar (mmm, creo que los ultimos cuatro si, pero no sé igual). Mi nombre es Camila, soy de Argentina, más específicamente del valle de la Patagonia. Vi que casi todos los que ya se presentaron son de Arshentina así que ¡Hurra! La primera vez que veo a tantos juntos :3 Bueno, estoy en séptimo de primaria (oh se, tengo 12 años xD) y me parece que voy a repetir porque ni ganas de entrar a la secundaria xD Mmmm, creo que voy a estudiar psicología y Literatura, aunque me quedan quichicientos años para eso, así que no me preocupo. Amo escuchar música, bailar, cantar, vagonear y el chocolate (?) ah, y recientemente no sé de donde me enganché con ver/leer anime/manga xD ._. Ni idea que más, ya dije que no tengo madera de presentadora u_u (o capaz que si...)

On rol, mi personaje es Camila Weasley Rambaldi, hija de Kassandra Weasley y ya ni me acuerdo con quien -piii- está emparentada en la italiana. Ella es muy..extraña, loca no, no gusta que la llamen loca (bien, eso lo sacó de mi (?)). Tiene 16 años y repitió dos veces Bando y Perfil, Duelo Avanzado y Rol Avanzado, únicamente por vagancia de su creadora acá presente. Pertenece a la casa de los Centauros (aplausos, por favor (?)) y vive en la Mansión Weasley. Tengo que agregar (porque quiero hacer este post más largo) que le importa un -denuevopiii- TODO, ya sean clases, orden, respeto, protocolo o esas cosas, con la única excepción de la comida, sagrada para ella. Tiene un temperamento de pelirroja que rara vez le sale, tapando la personalidad hiperactiva y las sonrisas Colgate (?) que lleva, creo yo, porque no tiene otra cara (?).

Bue, al final me cansé, con que estén dos lineas me alcanzaba y me extendí mucho para mis deditos D:

Sayōnara

Ah, si, me quedó la duda ¿Cómo se escribe el "capas/capáz/capás/capaz" de decir "quizá"? La enredé mucho xDD

¿Quién diablos celebra su muerte? Por Dios y todos los santos, eso no tenía nada de sentido, ni siquiera en un lugar tan extraño como lo era este. Aunque no me pueda quejar de eso, lo de extraño me agregó un poco de personalidad (?) así que solo lo dejo en incoherente

Otra cosa, ¿Centenario fantasmal? ¿Por qué no celebrar el primero, quinto o décimo?

Incluso el quincuagésimo sexto, pero el centuagesimo ya no, ¡déjese de *****! Ok, ya, no se dicen las cosas así, pero es que..Bueno, por lo menos era una fiesta, eso es lo que cuenta.

Invitación en mano, recuento de ropa, no vaya a ser que este en pijama y luego aparecía frente a todos así, nop, nunca, never, kesshite, nie. A ver: ¿Pantalón? (corto, si no, el calor mata a la gente, creo que puede) Listo ¿Camisa? (Negra, no era muy considerado algo colorido para un aniversario de muerte) Creo que..ya. Mmm..las zapatillas ya estaban, las sentía en mis piecitos.

Bien, mazmorras, mazmorras…ni la primera fue, ni la segunda, ni la quinta o séptima. La Academia de Magia y Hechiceria (y deberían agregarle vagación, me estaba saltando la mitad de las clases) era extremosamente grande, las brújulas servían mucho en esos casos. Al final (muy después, como en la décimo tercera vez que abría una puerta), abrí una puertota y me encontré con mucha gente (más de la que habia visto reunida algunas veces, sin contar las clases), mesas, comida, bebida, bebida, bebida..mmm, bebida. Eh, eh, también había música flotadoramente flotante y centré los ojos en mi jefa de casa, Boo.

Corrí hacia la pelinegra, luego de saludar a los fantasmitas. Mmm, no sé si jefasa era pelinegra natural, quizá si, se lo pregunté luego, aunque sigo creyendo que es muy negro para ser real…

-¡Petronela! –bien, quizá saltarle encima no fue la mejor idea, pero era divertido verla asustarse- Sip, ese nombre me gusta, serás Petronela de ahora en adelante. Dicho ¿Cómo andas? –luego me bajé de su espaldita, creo que se la rompí e.e y esperé la respuesta, moviéndome atrás y adelante con los talones.

Centauros de Blodwyn

Iugh, todo en esa sección era basura, nada más que príncipes y princesas, nada real, comprensible si estaba en la sección de ficción. Pero al menos uno bueno, no, nada. No supe si era ahí o en otra de las que pasé donde encontré un libro que tenía en la Sala Común de los Centauros “Cumbres Borrascosas”, amaba ese libro, se expresaba tan bien en el sufrimiento de los personajes y su lado oscuro que nunca debía faltar en algo interesante…

Como fuere, tenía hambre, así que con una seña y un “Nos vemos luego, y sí, he pasado una semana en vigilia, no te vengas a hacer el sufrido” me despedí de Joaquín, ya luego le mandaría a alguien más, mejor predispuesto claro, y mejor aceptado por él, estaba segura de que si fuese hombre no me trataría así, maldito machismo..

Salí por las puertas del establecimiento tal y como había llegado, con paso lento y despreocupado, para que se amargara un poco más..

Centauros de Blodwyn

-Ah, no, eso no. Puedo ser deficiente mental, extraña, rara o incluso esquizofrénica, pero loca NO. –eso se lo debería de haber planteado desde un principio, loca no soy, nunca jamás en la vida.

Cuando agarró la flor me dio curiosidad, creo que tenía algún tipo de hechizo, puesto que creció otra vez. Me paré, sequé mis ojos y me puse a un lado de Joaco, tirando de la reciente flor que había aparecido en lugar de la otra. Era asombrosamente escalofriante, no me gustaba, no me gustaba para nada.

-Oye, mira, crece otra vez –saqué otra flor, y otra, y otra- es raro no creo que sea posible esto, no es natural. Me da miedo, vamonos –lo jalé de la camisa, no me gustaba nada eso, tenía pinta mala.

Me quedé pensando al oír su pregunta. Sí, alguna vez me lo había planteado, los niños eran adorables y muy hermosos, aunque puede que no estuviese calificada para eso, era mucho trabajo con muchos niños, y no, conociéndome, sería un desastre.

-Sí, lo había pensado, pero puedes decir que es fácil con un solo niño, en cuanto a cinco o seis es diferente. Puede tocarte alguno malcriado y como ya ves, mi actitud no da para eso. Imagínate, mi mentalidad, puede que la muestre espontánea e infantil, si bien puedo ser madura, necesito desarrollar mis estudios y encontrar un trabajo estable. Aunque si encontrara alguna guardería donde pidieran a alguien medio tiempo no dudaría en aceptarlo –sonreí de nuevo y volví a tirar su brazo, ya eso me estaba dando miedo.

La última flor que había arrancado se comenzaba a arrastrar por el piso, no sé si era mi imaginación, pero no era nada bonito de ver. Lo jalé más hacia las puertas de los Jardines Sumaes, y entré a la Academia, ya no volvería por un buen rato allí, por lo menos no por mi propia cuenta, ya era muy extraño el pueblo como para que se le sume esto además.

Centauros de Blodwyn

-Canta, que Troilo desde el cielo, debajo de tu almohada, un verso te dejó. –seguí dando vueltas ¿De dónde saqué la bendita canción? Habría que preguntarle a Don Cerebro, pero creo que está ocupado. Ja, ni yo me lo creo, si estuviera ocupado tendría oficio, y ahora que lo pienso, debo buscar un trabajo, tarde o temprano me echan de mi casa y ya no vuelvo a la islita ni que me paguen, aunque pensándolo mejor, si me pagaban podría ser..nah, no podía dejar a Kass.

Sentí algo, algo en la nuca, que rayo..¡Waa! Estaba segura que esa trayectoria una manzana afectada por la gravedad no podría cruzar, digo, nunca he visto algo así. La manzana era roja, me gustaban las manzanas rojas. La agarré y comencé a mordisquearla (que mal suena) ¡Con el hambre que tenía! Me giré y confirmé mis sospechas, Joaco me había gritado algo en son de maldad, pero se estaba riendo.

-¡¿Ves?! ¡Conseguí hacerte reír, ja! –me reí yo luego de eso y se me ocurrió acercarme a el, trastabillando un poco, y cambiando de canción, por una que a penas y conocía- There's a song that's inside of my soul, It's the one that I've tried to write over and over again,I'm awake in the infinite cold. But you sing to me over and over and over again –Por qué rayos cantaba era la pregunta del millón, que nunca se respondería claro.

Iba saltando y riéndome en cada estrofa, si, creo que algo con droga debo de haber comido, irónico, no alcancé a comer nada. Puede que haya sido la manzana, claro, viniendo del chico a mi persona nada bueno podría ser, que pena, por lo menos estaba sabrosa. De repente me puse a llorar, dejé de saltar y cantar y, ya cerca del árbol donde se encontraba mi compañero, me caí a lloriquear.

-¡Porcky-Porks! ¿Qué hice mal? ¿A caso fue mucho desecho nuclear? –snif- ¡¿Por qué te fuiste?! –snif- Oye, me gusta esa flor –dije de repente entre lamentos, viendo una flor rara azul que había junto al zapato de Granger, era bonita- ¡¡PORCKY-PORKS!!Waaaaaaaaaaaa!!

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Bajo el maar, bajo el maaar, vive contenta siendo siren..Alto, yo no era ni sirena ni vivía bajo el mar, entonces creo que, y si no me equivoco como repetidas veces he hecho necesitaba..Rayos ¡Aire!

Salí a la superficie por puro reflejo, ya me acordaba cuál era la diferencia entre licátropo y sirena, debería anotarlo también, y es que ¿Quién me manda a bucear sin tanque de oxígeno? Ah, cierto, yo misma, taaan inconciente. Bueno, creo que me quedé en..Ah, que salí arriba del agua (léase, donde hay aire) e inspiré lo más que pude, volviendo a la orilla. Me había alejado un poquito mucho y solo por la florcita del Averno. Cuando ya llegué a la orilla no tuve remedio, siempre que salía de casa terminaba empapada. Nota: llevar bikini bajo la ropa, siempre. Al menos los zapatos sobrevivieron sin rasguños.

Me puse a dar vueltas para secarme y al rato me di cuenta de que la varita la tenía de adorno, igual no la saqué, era divertido y como parecía una deficiente mental frente a Joaquín ya no perdía nada en parecer una infantil, en el fondo sabía que el me amaba (?) y solo envidiaba mi alma de niña inocente.

Y, como no podía no pasar, me caí. Y me caí sobre el césped, afortunadamente, porque si no me hacia un recuerdo la espalda.

-Auch! –seguido, me paré y seguí dando vueltas, quizá en mi drogamiento temporal encontrara algo lindo, como elefantes multicolores, o abejas violetas.-Caaantaaa, garganta con areena, tu voz tiene la pena que Malena no cannntó! -como extrañaba a la tonta de Malena ¡Waaaaaa!

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Sobé mis sienes al escucharlo ¡Luego él no era amargado! Dios, que desperdicio de hombre, bien que tuviera quichicientos millones de años, ¡Pero tampoco para ser un aguafiestas! Bueno, no importaba, luego salía de la Academia y no lo vería never in life again, por suerte.

-Mira, respeto tu amargura, por no sé qué cosa, pero déjame ser ¡Dios! No le hace mal a nadie, ya no intentaré desamarrarte, contigo no se puede. Y el che es una expresión por no saber como llamarte, Granger. –dije esto y me fui, el viejo era más pesado que collar de melones.

En una de las secciones habían libros de historia, deportes, muggles, aritmancia, puras cosas nada interesantes. Pasé a otra, bien, no mejorábamos ¿Desde cuando leen en la Academia libros infantiles? ¿Cenicienta? Lo odio, sinceramente, nadie en su sano juicio cree en esas estupideces del “fueron felices y comieron perdices”. Bah, quizá las niñas malcriadas viviendo en mundos rosas. Si bien parezco una de esas, ni tan inmadura.

Como me aburría, me puse a cantar bajito, lo haría agudo, para molestar al feo, pero no llegaba a esas condenadas notas- Even though you hurt me I feel, Blessed love. Baby, I'm your puppet on a string. Making me tumble and swing –bien, quizá no fuera apropiada para el momento, pero era muy pegajosa y para pasar el tiempo no había otra. Nada de nada interesante para llevar ¡Merde! ¡Huy, un libro de Quidditch!

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¿Una flor? ¿En serio? Esas se podían sacar de los millones de floreros que he visto en la Academia, no creía tan difícil la cosa, pero la flor maltrecha y simple no íbamos a llevar.

En los Jardines de la Academia se encontraban muchos rosales, rositas, blancas, rojas ¡Demasiadas coloridas! Y no es que yo fuera muy emo, pero como que no gusta lo normal, común y corriente, tenía que ser más…exótico.

Vi con diversión como mi compañerito se escondía del Sol a cada vez que podía, así que decidí disfrutar mi solecito tirandome en el suelo, estaba calentito por producto del Sol y no podía más que amagar a dormirme.

-Creo que..no sé, cualquier flor les irá bien, mientras no sea de plástico creo que no tendrán problemas. –noté como no prestaba bola a mis palabras, ocupado en jugar a las escondidas.

Me levanté del pastito tan cómodo y me lancé a buscar la santa flor de mi corazón. Busqué en las orillas del bosque y no encontré nada que llamara mi atención. También me puse a buscar en los árboles, resistiendo la tentación de subirlos, porque se me había ocurrido la “gran” idea de colocarme un vestido, y, naturalmente, no tenía pantalones puestos, por lo que a menos que quisiera romper el vestido (cortesía de mi madre, loca por comprar cualquier chuchería encontrada en una tienda) tan bonito y celestoso.

Al final me desesperé y corrí con Drácula-Joaquín, no sé que haces afuera, no creo posible que salgas al solcito si no te quieres quemar, así que busca en los árboles, quizá puedas encontrar alguna florcita interesante.-dicho esto, me saqué los zapatos y me lancé al lago, creo que existían las flores submarinas…

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Camiila y Joaco ^^

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Circe me ampare ¡Tenía que buscar con el Draculín amargado! ¿Por qué no con Mathias? ¡¿Por qué no con una mosca? O con un puerco araña…No, ya no más experimentos con tarántulas y cerditos, los Porckys no sobreviven a la picada de las arañas ¡Toda mi vida fue una mentira! Tantos años viendo a Peter Parker tirados a los desechos. Tanto tiempo me costó encontrar al fin otra pasión similar, aunque jamás olvidaré a Porcky-Porks y a Bambalino, ¡fueron mis mejores amigos! Aunque tengo la sospecha de que Bambalino era Bambalina..Ya no hay forma de comprobarlo, Bambi murió arrollado/a por un muggle, recuerdo perfectamente lo que le dije “¡Mataste a uno de los experimentos más grandes de la historia, est****o energúmeno!”, no podía decirle muggle, me delataría sola, pero posiblemente solo me creería una loca extraña cualquiera.Pero bueno, ya fue, pasado amordazado. Era así ¿No?

Entré a la librería/café/no-se-que-cosa pensando en esto y ahora que me pongo a pensar (¡Alabada seas, redundancia!), me fui mucho por las ramas. Mi compañero de casa iba tras de mi, seguramente despotricando contra mi, porque mi tan inocente persona caminaba con paso leeento. Aunque en parte fue su idea buscar las condenadas cosas conmigo, así que se tenía que aguantar.

-Che, hay que buscar algo aquí, no recuerdo que era. Yo voe a mirar libros, necesito algunos..¡Espera! Eso era, ya, no traigo dinero encima, así que pagas tu –le sonreí y me puse a buscar algo de mi agrado, después de todo, no especificó nunca que libro podría ser, puede ser marrón, verde, negro, un diario, un manual, uno de pociones o de artes oscuras. Appff ¡No tengo ganas de buscar!…

Centauros de Blodwyn

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¡Comida, comida, deliciosa comida! No entiendo por qué salí de la Sala Común sin comer aunque sea una de las ratas de mi serpientita, ¡que imprudente! Pues ya no había remedio, así que saqué mi preciosa, hermosa y adorada cucharita para agarrar algo de comida. Desafortunadamente, entre saludar a mis compañeros que llegaban de los duelos y que las queridas jefas (enzarzadas en no dejarme comer) pusieran un pergamino tamaño gigantemente gigante (posiblemente no tanto, pero lo parecía) con la siguiente prueba: encontrar ocho objetos, bueno, dos por cada casa. Me deprimí, sinceramente, me deprimí. Esperaba poder por lo menos comer un mísero pedazo de pan duro, pero no, así que no quedó remedio.

Arreglé un poco mi cabello entre cavilaciones, lo había despeinado un poco en la desesperación momentánea que me agarró al no ver por un rato a mis compañeros idos al duelo ¿Qué necesidad había de meter duelos en el Torneo? Bueno, posiblemente no se les ocurriera alguna otra prueba entonces..no, no importa, ya daba igual, ellos llegaron sanitos y no moridos, que era lo importante y..¡Ganaron! Más puntos para nuestra casa, aunque faltaban algunos más para llegar a primeros.

Salí de mis pensamientos y miré a Joaco, el causante de no ahogarme en estupideces masivas. Me dijo (ordenó, como quieran llamarlo) que fuera con él a la búsqueda. Bueno, si no quedaba más remedio..Observé como hablaba con Bodrk y salía por las puertas “¿What the Focas? ¿Qué le pasa a este safado?” Me encogí de hombros y. atándome el cabello, corrí tras el a por la flor y el santo librito ¡Cuánto odiaba buscar las cosas! En los juegos de búsqueda del tesoro siempre salgo última, mm..

Bueno, emmm...me siento inutil (?)pero, a falta de otra excusa, voy a decir la verdad: Me da ladilla, mucha, rolear (?) asi que me haré la osa por un rato y reprobaré todas las clases again. En esa conclusión llegamos a que me salgo y se que voy a quedar oompa loompa contra los conocimientos de mis compas, pero bue, la pachorra me pudo muchisimo.

Bye xD felices graduaciones (?) xD

Centauros de Blodwyn

¿Torneo? ¿Que es un tormeo? ¿Se come?

Ese día habia llegado a mi un sobre con información de un "Torneo" que se realizaría en la Academia, y, desconociendo el significado de este, supuse que era algo relacionado con la comida. Agarré un vestido celeste corto junto con unas zapatillas blancas y salí de la habitación hacia la Sala Común, allí, reuniendome con mis compañeros y las Jefas, volví mis pasos al Gran Salón.

Al entrar por las gigantes puertas confirmé que comería en ese lugar, dado que habian platos, vasos, cubiertos, servilletas y hasta manteles en las mesas! Decorada cada cosa con el emblema correspondiente. Corrí a la mesa de los Centauros anudandome el cabello en la cabeza con un moño blanco que resaltaba muy raro entre toda la mata pelirroja que tenia extendida desde el cuero cabelludo, dejando mis hombros solo cubiertos por las tiras de la ropa y la mitad del rostro cubierto con un mechón rebelde del atado feo.

-Wiiiiii! ¿Aquí hay comida? -dije, sentandome a un lado de mi cmpañera rubia, que hablaba con...¿Fokker? De nosequenimeimporta.

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Creo que me estoy salteando las clases no más de vaga, pero intentaré un gran esfuerzo para no volver a recursar (?) u.u

Ñeee...Mi nombre muggle es Camila, me dicen Cami, Mila, Cam Enana, Petiza, Pitufo, Oompa Loompa y todo lo referido. Voy en -pii- de -piii- y no lo voy a decir (?) nah, mentira, voy a séptimo de primaria ._. tengo doce y cuasi trece años y vivo en el suroeste de Argentina. que maaaas, me gusta el chocolate, las gomitas, la pizza, el alcohol, soy vaga, desordenada y con tendencias suicidas (?)

Respecto a mi personaje..es un alter ego mio (?) Camila Weasley es una loca esquizofrenia aunque pasiva y seria, si conviene. Loca, tonta, inteligente, astuta, despreocupada..no sé, igual a mi (?) Tiene como 15 años (y ya ni me acuerdo)y ya me aburrí, voy a ver si entro a otra clase.

Fruncí el seño cuando Joacoo me quitó el disfraz, era bonito. Aunque sonreí un poco al escuchar las palabras de la rubia, decidí no darle más alcohol.

-Lo siento Xell, creo que quemaré esa cosa -dije refiriéndome al atuendo del vampirito-, no es buena para mi salud mental y no se que querrá este chico hacer con él. Y Anguis no te hará nada, que es hermosa y más buena que el pan -corrí hacia arriba al terminar esa oración, quería saber que haría mi serpiente si viera la sala.

Entré ropa y libros se encontraba ella, durmiendo enroscada en si misma. Con cuidado la tomé y la puse sobre mi cabeza, bajando las escaleras con rapidez. Al llegar abajo, la puse en el arco iris de mi compañera y procedí a pedirle a Joaquín que me volviera a poner el angelito, colgándome de su brazo en un gesto de niña mimada.

Al ver la cara de mi compañero salir de ese disfraz, me quité de tras Mathias y fui con Joacoo, pegandole una colleja suave al llegar con él.

-Oye! No se vale traer un disfraz de algo feo, asustas a las niñas inocentes como yo - regañé al ojiazul en broma, casi poniendome una aureola al final de la oración.

Al ver más de cerca su atuendo, no parecía tan real, creo que mi trauma de pequeña tuvo que ver en la primera impresión. Arrastré al chico hacia la mesa de bebidas, junto con las chicas que se presentaron, dándoles cervezas a Bodrik y a Joaquín, pues Xell tenía una jarra vacía en su mano y solo se la cambié por otra llena.

- Por cierto, soy Camila, creo que Avada nos presentó en Rol Básico, pero por las dudas. -le aclaré mientras buscaba algo con alcohol en la masa y acomodaba mi cabello pelirrojo en un moño suelto.

Xell y Marisa se pusieron a hablar de no-sé-qué cosa y yo fui a agarrar alguna bebida. Opté por una cerveza de mantequilla y luego me puse a bailar la canción que en ese momento sonaba, no estaba acostumbrada a música mágica, pero sonaba bien. Observé como una de las jefas se presentaba ante nuestra nueva compañera y sonreí, la chica me había caído bien.

-Chicas, vengan a bail..-me interrumpí al ver entrar un- ¡UN YETI!-grité y me escondí tras Mathias. Desde pequeña que les tenia fobia a esas cosas.

-No, ella dormirá en mi cama, no te hará nada –me quejaba cuando se escuchó un anuncio de Mathias-. ¡Sii, disfraces! Yo sabía que de algo me iba a servir –salté hacia mi mochila, desparramando su contenido por el suelo mientras buscaba mi disfraz, levanté la vista cuando vi que Xell se iba- te queda genial, un poco raro, pero genial.

Bajé un rato después, luego de haberme puesto mi disfraz (disfraz de..no sabía de que era, pero disfraz al fin y al cabo) y encontré a mi amiga rubia hablando con una chica que estaba segura había visto en algún lado. La Sala Común estaba simplemente genial, habían centauritos verdes corriendo de acá a allá. Me acerqué a mis compañeras cuando la chica-arcoiris se estaba terminando de presentar.

-Jo! Bueno ¡Hola! Soy Camila Weasley Rambaldi. Centauro y compañera de colorinche aquí presente ¿Cómo te llamas? –le solté de sopetón cuando Xell le extendió la mano. Besé su mejilla como buena costumbre que tenía y esperé a que me contestara

La chica a la que le daba sus formularios estaba demasiado ocupada perfeccionando sus uñas, Camila dio un rápido vistazo a su propia manicura, quedando satisfecha al ver el perfecto curvado y el lindo craquelado que sus manos portaban. Unos minutos después, un señor apareció, poniendo visiblemente nerviosa a la recepcionista que se apresuró a dar una explicación no útil.

Una pequeña sonrisa apareció en los labios de la pelirroja mientras se dirigían a un cubículo, esas escenas no se veían todos los días y francamente, era muy divertido verlas.

-Wiii! Muchas gracias, señor –le habló muy feliz casi saltando- no necesito nada más, un gusto conocerlo –se despidió con una sonrisa y, dando pequeños saltos cada tanto, se dirigió al ascensor sin importarle ya cuanto odio tenia hacia este.

-Que idi***s –susurré al ver que la botellita volaba a la mano de mi compañera-, yo hice lo mismo con el rompecabezas.

Estaba segura de que Aime habia mentido, su caída no podria haber sido solo un tropezón, podría jurar que no era posible caer de esa manera solo tropezando. Sin embargo, no tocó el tema.

-Wiii, una botella, quedan dos –comenté al más estilo película, saliendo tras la pelirroja con una sonrisa.

-Ya sé –sonreí a Aime- pero vale distender el clima.

Me dirigí al lado contrario que la pelirroja, pensando que su humor se debía a los síntomas del maldito fantasma. De momento me atacó una punzada en el cráneo, un poco más fuerte que la migraña, pero luego pasó.

La ojiazul me llamó con un gesto para ayudarla donde ella estaba, y mientras me dirigía allí (con paso extremadamente lento), Aime cayó al piso muy rápido. Lo más rápido que pude corrí a socorrerla, aunque ya se había levantado para cuando llegué.

-¿Te lastimaste? –pregunté algo preocupada, no la conocía, pero era mi compañera y ya les había agarrado cariño a todos.

Llegamos juntas a un departamento del Ministerio, sinceramente no tenia idea de cuál era, el dolor de cabeza y los constantes mareos no me dejaban pensar. Por un momento rogué que nadie nos estuviera prestando atención, aunque era imposible no hacerlo si de repente entraba unas personas totalmente sucias y con costras verdes por el cuerpo...

-Me doy asco –susurré mirando mi piel verde.

Miré alrededor a mis demás compañeros, captando la sonrisa de Aime y intentando no caer al suelo. TENIAMOS que encontrar las malditas botellas si no deseabamos sufrir una muerte dolorosamente verde, acompañada con vómitos amarillos y con un fantasma riendo macabramente como cereza del postre.

Aunque por otro lado me agradaba no estar en esa cueva fea, aquí se respiraba un aire más…tranquilo.

-Cuarto piso, Departamento de control y regulación de criaturas mágicas- dijo una voz chillona en el ascensor.

La Weasley salió distraídamente de la maquina infernal que era esa…blasfemia y se dirigió con paso inseguro a la puerta negra de la derecha, entrando luego de tocar la puerta.

-Buenos días, vengo a registrarme como licántropa –dijo con la cabeza medio baja para luego agarrar el formulario que la señorita en frente suyo le extendía, junto con una pluma.

Ficha para el Registro de Licántropos

 

• Link a la Ficha Personal:Ficha

 

• Nombre: Camila Weasley Rambaldi.

• Residencia: Mansión Weasley.

• Licántropo desde: Niña, (7 años).

• Mordido por: Desconocido

• Situación que causa el enojo: Acusaciones injustas y dias anteriores a luna llena, por cualquier cosa.

• Aspecto Físico Caracterizador: Pelo rojo fuego, junto con ojos claros y una cicatriz alargada en el brazo.

-Espero esté todo bien –volvió a hablar mientras entregaba el pergamino ya relleno con una sonrisa.

-¿Bromeas? Los caballos y las serpientes no se llevan bien, y dado que el Centauro es mitad caballo, podría pisar a tu sobrina, así que no –hablé con tono sabio, recalcando el “sobrina” mucho-. Ella dormirá hoy en mi cama- declaré a Xell.

Seguidamente, agarré a Anguis de los brazos de la rubia y subí con paso firme al cuarto que comparto con la Vladimir, haciéndole cariños a mi linda caza-ratas.

-Oh vamos Xell! Si ella te quiere.- insistí viendo como se le enroscaba en el brazo-. A mi no me molestarían nada algunas cervezas, pero sigo insistiendo con algo de whisky o aunque sea hidromiel- le respondí a nuestro prefecto- no creo que nos muramos solo por un poquito de alcohol en sangre. Y tampoco creo que te mueras por sostener a mi linda e inofensiva hija, que desde ahora será tu sobrina- declaré a la Lovegood, ella iba a amar a Anguis, así me constara toda mi estadía en la Academia.

Me detuve a mirar las personas de la sala común, una novicia rubia, un prefecto con aspecto de nazi, una jefa a lo supermodelo, otra con aspecto de naturalista “amor y paz” y yo, una loca esquizofrénica pelirroja amante de las serpientes. Que combinación mas extraña y genial…