Jump to content

Helena Butterflies

Magos
  • Mensajes

    14
  • Ingresó

  • Última visita

Mensajes publicados por Helena Butterflies

  1. En algún lugar, se hallaba una casa antigua en ruinas. Había sido consumida por un incendio y ahora solo quedaba restos de la residencia: algún que otro pilar y una escalera que en aquellos tiempos debían haber llevado a lo que sería el segundo piso. La vista del jardín no era muy distinta, se notaba que había sido descuidado ya que la vegetación crecía como quería; un camino de piedra que llevaba directo a la casa solo quedaba rastros de él. En definitiva era una casa abandonada.

     

    Pero esa tarde alguien mas había por el lugar: una sombra tras un árbol estaba esperando que algo ocurriera. Helena Butterflies no era especialista en duelos ni le gustaba en absoluto. Tras su ida del orfanato cuando era aún muy joven, hizo que viviera en la calle y tuviera que afrontar peligros e hizo que tuviera que aprender defenderse y analizar a sus enemigos. Claro está, que eso fue antes de que supiera que era una bruja, pero por lo menos todo lo que aprendió en esa época, le podría servir para esa ocasión.

     

    Por eso, la pelirroja esperaba tras un árbol, escondida entre las sombras, además de su vestuario. Muchos creerían que un vestido sería un impedimento para una lucha, pero para ella, era todo lo contrario: con ello tenía mayor facilidad de movimiento, igual que sus botas largas y su capa negra.

     

    Helena miró hacia el cielo. Las nubes plomizas se movían lentamente, parecía que en cualquier momento se ponía a llover, pero no corría nada de viento. Un clima perfecto, pensó. Solo esperaba que terminaran el duelo antes de la lluvia.

     

    En algún lugar de donde se encontraba, sintió una pisada. Se volvió rápidamente hacia el sonido y cogiendo la varita miró el perímetro. Por el sector contrario divisó que alguien se acercaba alerta. Es él, pensó, su contrincante. Tenía que actuar ¿lo atacaba o esperaba que él lo hiciera primero? Sabía cuál era la respuesta, pero no le agradaba. Sostuvo fuertemente su varita, aún dubitativa. Debía hacerlo, suspirando profundamente musitó:

     

    - Petrificus totalus - Su hechizo fue directamente al pecho de su contrincante. Esperaba que le hubiera pillado por sorpresa, así no tendría tiempo de reaccionar.

  2. Los profesores hicieron una demostración de lo que deberían hacer o no en un duelo. La pelirroja observaba atentamente a cada detalle de lo que hacían, ya que sabía que tarde o temprano les tocaría a ellos, a los alumnos, a hacerlo. A Helena no le hacía mucha gracia, pero ya se encontraba allí y además, era una de las exigencias para poder graduarse de la academia y poder ser una gran bruja.

     

    Al finalizar la presentación, los profesores decidieron dividir el curso en dos, tocándole a Helena a Kris. La pelirroja suspiró aliviada de la elección, prefería mil veces hacer un duelo con un fenixiano que con un mortifago, tenía la leve impresión que sería mucho más grato.

     

    Helena escuchó atentamente como su profesor les daba una pequeña charla, aunque a unos metros más allá, la profesora Taurogirls había empezado la clase más práctica. Eso significaba, pensó Helena, que en cualquier momento su profesor haría exactamente lo mismo, por lo que debía estar atenta a cualquier movimiento. Y tenía razón, no pasó mucho tiempo cuando les lanzó a cada uno el hechizo sectusempra. Actuando velozmente, y esta vez no la había pillado desprevenida, pronunció claramente:

     

    - ¡Protego!

     

    El hechizo logró protegerla de lo que era, sin duda, unas heridas graves. Observó como sus compañeros se defendían como podían del ataque, pero su profesor no les dio tiempo para respirar ya que una vez más, transformó, de un tronco, un león que rugió por todo el pantano. Helena se estremeció, los leones no era cosa de broma. Vio como se le acercaba sigilosamente uno de ellos, pero a diferencia de la vez anterior, estaba preparada.

     

    - Incárcerus – dijo apuntando hacía el león con la varita, saliendo de ella tres cuerdas que se enrollaron en las patas del animal provocando que se desequilibrara y callera al suelo. Soltando un suspiro, bajó su varita, esperando haber hecho bien lo que su profesor había mandado como ataque.

     

    - - - - - - - - - - -

     

    Luego de que todos se hubieran defendido de los ataques, Taurogirls y Kris explicaron reglas sobre las intercalaciones. Helena puso mucha atención aunque solo entendió a medias. Esperaba sobrevivir a todo eso y finalizar viva.

     

    Cuando llegó su turno, la pelirroja atacó al profesor Kris, el cuál, ya teniendo una mayor experiencia, logró ágilmente protegerse. Sin esperar que reaccionara el castaño, Helena apuntó directamente a su cara y dijo

     

    – Silencius.

     

    Su profesor intentó adelantarse pronunciando un expelliarmus pero sin mayor éxito dado que el hechizo de la pelirroja le selló la boca, imposibilitando de poder hablar. Viendo la ventaja que le suponía, aprovechó y pronunció:

     

    - Desmaius – provocando que quedara inmovilizado y cayera al lodo.

  3. Helena solo había visitado una vez un museo cuando era niña y no tenía nada que ver con aquel: este era mucho más grande y hermoso. Como era de esperar, igual que afuera, el edificio era antiguo y se podía apreciar en los diseños que tenía cada pilar como el techo. Junto a sus compañeros siguieron avanzando hasta llegar a una sala circular.

     

    - No crean que los hemos citado aquí a las diez de la noche para hacer un recorrido de placer que va – dijo su profesor, Mathías. Helena sonrío. Veía un poco difícil que magos recorrieran barrios muggles por placer, y más viniendo de alguien que era mortífago. El profesor prosiguió su charla comentando sobre que el edificio estaba encantado y que ha cierta hora comenzaba a aparecer los supuestos espíritus, algo que le hizo sorprenderse, ya que no esperaba una declaración como esa. Ella por lo menos no los creía.

     

    Avanzaron a través de pasillos en los cuales había un sinfín de pinturas, algunas conocidas y otras no, entre ellas algunas obras de un tal Van Gogh, pintor que nunca había podido entender que era lo que intentaba expresar. Mientras observaba, llegaron a otra estancia redonda donde la profesora Bel comenzó a explicar algunas pinturas expuestas.

     

    Algunos de sus compañeros parecían aburridos por el recorrido, mientras que otros, como Helena, estaban interesados en lo que la profesora contaba de cierto pintor llamado Cezanne. Estaba tan atenta en lo que decía su profesora que se llevó un sobresalto al ver que uno de los cuadro comenzó a moverse y hablar. ¡Si estaban en un museo muggle! Como es que era posible de que tuviera vida.

     

    De pronto, otras obras, también comenzaron a cobrar vida y relatando la vida de lo que fue alguna vez su creador, cuando se llevó el segundo sobresalto de esa noche: un grito desgarrador en la estancia. Todos corrieron hacía donde había salido el grito.

     

    - No es la primera obra que roban, nos tienen en la mira. ¡Están cazando a las incompletas! – pudo escuchar Helena dentro del alboroto que empezó a producirse en el salón. Robado, eso significaba que había un ladrón: no estaban solos.

     

    Los profesores decidieron dividir el grupo en dos para comenzar a darle la caza ha cierto ladrón de cuadros incompletos. De inmediato, Helena sacó su varita del bolsillo de su capa lista por algún ataque. Era claro que no estaban solos: allí había alguien y podía ser peligroso.

     

    off

     

    Aquí les dejo la ficha de mi personaje que tendrá cambios en algunos puntos y el resumen

     

     

    Datos personales:

     

    Nombre del personaje: Helena Butterflies

     

    Sexo: femenino

     

    Edad: joven

     

    Nacionalidad: británica

     

    Familia: Stark

     

     

    Perfil del personaje:

     

    Raza: humana

     

    Aspecto físico: cabello color rojo cobrizo, estatura mediana (1.65), ojos plomizos y almendrados. Nariz pequeña y rostro fino. De contextura delgada.

     

    Cualidades psicológicas: perseverante y perspicaz. Desconfiada de los extraños, pero muy fiel de sus pocos amigos. Con ellos es alegre a pesar de la dura vida que le ha tocado. Estudiosa pero mal genio cuando no le sale algo y jamás perdona a alguien que le haya hecho daño.

     

    Historia: Mi historia se remonta al día de mi nacimiento. Después de que mi madre me diera a luz me abandonó en un hogar de niños, por lo que crecí en muchas casas distintas. Muchos de ellos me devolvían por diferentes razones, eso fue hasta que pude independizarme. Desde ese día he ido tocando puertas para que me dieran trabajo y alojamiento. Si, mi vida ha sido dura pero he logrado salir adelante con mi perseverancia. ¿De mi madre? Nunca supe que fue de ella igualmente de mi padre.

     

  4. Por las calles de Londres no se veía nadie circulando; las farolas iluminaban suavemente las veredas pero la neblina hacía que la visibilidad no fuera muy buena. Pareciera que toda la gente se encontraban en sus hogares junto a sus chimeneas calentándose de lo que debía ser la noche más fría de Inglaterra.

     

    Pero había a alguien que no parecía importarle ni el frío ni la soledad y los peligros que podía correr por esos barrios. A lo lejos se divisaba una silueta que caminaba rápidamente y por lo que se apreciaba iba a algún encuentro. La sombra era una joven delgada que se encontraba tapada entera con una capa negra y solo se le veía unos cuantos cabellos color cobrizos.

     

    Ella era Helena Butterflies y en efecto iba camino a su primera clase de la Academia la cual iba ser impartida en el Museo de Arte Impresionista esa misma noche a las 10:00 pm.

     

    Eso era lo que decía la nota que había recibido en su habitación en la mansión de los Stark, cuando había regresado de la biblioteca de la familia. Helena era amante de los libros y de la lectura en general, y podía pasar horas y horas sin que ella se diese cuenta. Y eso había ocurrido ese día: había quedado tan inmersa en un libro que, se dio cuenta que era de noche cuando la luz del sol ya no alumbraba la habitación. Cuando Helena volvió a su dormitorio fue cuando se encontró que tenía que asistir a su primera clase y que estaba retrasada. Así que cambiándose rápidamente de ropa, se colocó un vestido largo con mangas y encima su capa negra de viaje; agarró los pergaminos, tinta y plumas que tenía encima del escritorio y, echándolas a su bolso café, salió raudamente de la mansión.

     

    El autobús noctambulo la dejó cerca de su destino, barrio que la pelirroja conocía bastante bien dado por su antigua vida. Y también conocía el museo o más bien había escuchado hablar de él, dado que nunca lo había visitado, pero si había escuchado hablar de historias que contaban los muggles sobre lo que sucedía en ese recinto: fantasmas, espíritus, en pocas palabras un museo embrujado. Eso se relataba, pero ella jamás creyó en esas historias cuando vagabundeaba por esos sectores, lugares que conocía como la palma de su mano.

     

    Supo de inmediato cuando llegó al lugar: no solamente por el estilo antiguo del edificio que decía Museo, sino porque en las escalerillas se encontraba un pequeño grupo que formaban una pequeña medialuna alrededor de dos personas. Conociendo el barrio sabía perfectamente Helena que no eran muggles esperando que abrieran el museo.

     

    Pareciera que había llegado justo a la hora, dado que la profesora, que estaba fumando, botó el cigarrillo y comenzó a presentarse. Helena odiaba la gente que fumaba, o más bien, odiaba el olor a cigarrillo y pensar que uno de sus profesores lo hacía no le hacía mucha gracia. Pero como siempre, tendría que aguantarse ese horrible olor. Cuando terminó de presentarse, su otro profesor también comenzó a hablar, pero Helena se fijó en sus ojos que eran de distinto color y la hizo desconcentrarse en lo que él decía. Desvió rápidamente la mirada y fijo la mirada en sus compañeros, que tal como ella, estaban empezando a sentir frío.

     

    Se preguntaba si los profesores tenían intención de hacer la clase ahí fuera, cuando los alumnos comenzaron a presentarse uno a uno. Odiaba presentarse frente a otras personas, se colocaba muy nerviosa frente a eso. Cuando llegó su turno, intentó que su voz no sonara tan temblorosa:

     

    - Hola a todos. Me llamo Helena Butterflies y pertenezco a la familia Stark. Espero que la clase sea agradable – finalizó Helena con una voz mas seria de lo que ella hubiera querido. Esperaba que pronto comenzara la clase.

     

     

    Off

    Hola a todos. Me presento: me llamó Loredana, tengo 21 años y soy de Chile. Me encanta leer, escuchar música, ver seriales y películas. Además, últimamente me he dedicado a escribir fanfics e historias propias. El próximo año entro a estudiar Administración de empresas. Ahh, se me olvidaba, amo las matemáticas ^_^

     

    Con respecto a mi personaje Helena Butterflies se podría decir que tiene algo de mí (pero no todo). Ella es desconfiada de los extraños, le encanta los libros y es muy perseverante. Bueno, supongo que la irán conociendo de a poco.

  5. Plantas, charcos y barro, mucho barro, era donde se encontraba en ese momento Helena. El paisaje no era muy alentador pero era lo que había: se encontraba en medio de un pantano, pero no de uno cualquiera, sino que no era ni más ni menos que el pantano de Queerditch, donde antiguamente se había jugado el juego con el mismo nombre. Pero en ese instante daba lo mismo esa información ya que sus profesores la habían trasladado allí a través de un traslador. Eso decía la nota que había encontrado en la sala de clases.

     

    Caminó a través de las plantas siguiendo un pequeño sendero que se había hecho por el camino. Debían de ser las pisadas que habían dejado sus profesores y compañeros de clases. Menos mal que ese día había elegido vestir unas botas largas que combinaba con su vestido color plomizo, además de la capa negra, que por lo visto, iba ser ropa directo a la basura. Esperaba recuperar algo de la vestimenta.

     

    Cuando llegó a lo que parecía un espacio abierto, encontró a los que iban a ser sus profesores. Buscó señales de más gente pero vio solo por unos segundos, a un chico, ya que apareció de la nada una pantera negra y su mirada estaba fija en ella. Buscó desesperadamente a sus profesores para que la ayudara, pero solo recibió de respuesta que tenía que neutralizar al animal.

     

    Por supuesto, pensó la pelirroja. Se encontraba en la clase de duelo y sus queridos profesores habían decidido colocarlos a prueba de inmediato. Si en la hora de almuerzo hubiera sabido a lo que se tendría que enfrentarse se lo hubiera pensado dos veces. Pero no tenía vuelta atrás y tenía que actuar rápido sino quería terminar en la enfermería.

     

    La pantera comenzó a acercarse lentamente a ella y por instinto retrocedió, pero el barro y la flora no le ayudaban demasiado ya que casi resbala. Sin apartar la mirada de la pantera, Helena intentó recordar sobre algún hechizo que sirviera en ese momento.

     

    “Piensa, piensa. ¿Cómo neutralizo un animal? Debe haber algo” pero no se le ocurría nada y la pantera cada vez estaba más cerca y ella ya no tenía para donde escapar. Solo se le ocurría un solo hechizo para parar a la pantera.

     

    Sacando su varita del bolsillo de su túnica, apuntó al animal y pronunció fuerte y claramente:

     

    - Impedimenta.

     

    Si hubiera sido un animal pequeño lo hubiera paralizado pero dado que la pantera no era precisamente pequeño, solo provocó que se confundiera de su objetivo y dirigirse al sentido contrario que era donde se encontraban los profesores.

     

    Sonrió para sí. Si bien, no había logrado el objetivo que era paralizar al animal, al menos había salvado su pescuezo.

     

     

    OFF

     

    Hola, me presento:

    Mi nombre es Loredana, tengo 21 años y soy de Chile. Me encanta leer, escuchar música, entre otras cosas. Es primera vez que curso Duelo Básico.

    Bueno creo que eso es todo,

    Saludos a todos

  6. Había sido un viaje largo pero había valido la pena. Para Helena ser llamada para la Academia de Magia y Hechicería era un logro que le hacía sentirse orgullosa, mas aún cuando descubrió que iba a pertenecer a la casa Aethonans de Salem. Si bien, su conocimiento respecto a las otras casas no era mayor que la suya propia, pronto descubrió que sería un buen lugar para pasar las tardes.

     

    La Academia era hermosísima por donde se veía, y verdaderamente grande, tanto que se demoró en encontrar lo que era la entrada a su nuevo dormitorio. Mayor fue su sorpresa cuando descubrió que tendría que montar al Aethonans que custodiaba la entrada. No era su gran temor, pero si podía, evitaba volar en cualquier cosa. Prefería mantener sus dos pies en la tierra. Pero dado que no había otra opción tuvo que hacer el viaje, que a pesar de todo fue ameno. Además se tendría que acostumbrarse, porque al parecer la única manera de llegar hasta allí era volando.

     

    La sala común era algo sorprendente pero lo que mas le gustó era que era todo de vidrio. Se podía ver el exterior de donde uno se colocara y eso le hizo sentir de alguna manera como en casa, como la libertad que ella siempre había tenido. Se acercó a una de las ventanas y observó el paisaje que le ofrecía: no había explicación, era todo maravilloso. Sentía el viento pegándole en la cara y que hacía que moviera sus cabellos rojizos de una bonita forma.

     

    No supo cuanto tiempo estuvo parada en el balcón, pero luego de recordar que aún le faltaba recorrer lo que sería su dormitorio y lo que serían sus compañeros, se dispuso a caminar a su destino.

     

     

    Off Rol

    Mi primer y pequeño rol dentro de la sala Aethonans :)

    Saludos a todos

    • Me gusta 2
  7. Los sucesos que siguieron luego de salvar a Izumy fueron tan rápidos que por un momento Helena perdió el sentido del tiempo. ¿Cuánto tiempo ya llevarían allí dentro del estadio? ¿En que momento los profesores tenían intención de sacarlos?

     

    Izumy logró matar al doble de Helena, pero en ese momento ella estaba con el horrible dolor del brazo que no fue consiente que su compañera había saltado hacia el dragón. En ese instante divisó que una chica estaba tirada en el suelo.

     

    Corriendo lo mas rápido que pudo y haciendo caso omiso del dolor del brazo se dirigió hacia donde se encontraba teniendo cuidado con el dragón. ¿Cómo se suponía que lo derrotarían? Ella con suerte se había hecho con un pequeño cuchillo que no le haría ni un rasguño y sus compañeros estaban en la misma situación con ella.

     

    Cuando llegó, se dio cuenta que se trataba de la elfina de ojos azul, Ellesmera, creo que se llamaba.

    - Las escamas… su pecho – susurró con dolor. El golpe que se había hecho parecía grabe y ella no sabía que hacer. No sabía nada de cómo curarla y se encontraba solo con ella. ¿qué diablos iba hacer? Los demás estaban todos intentado derrotar al dragón, pero nadie sabía exactamente que hacer.

     

    Ellesmera había dicho escamas, pecho. ¿Qué podría significar? Pensó Helena, cuando alcanzó a ver, cuando Izumy cayó al otro lado de donde se encontraban, a lo que se refería la elfina: había que matarlo en el pecho donde no tenía escamas.

     

    En ese instante era la única que sabía ese pequeño dato que podría salvarles la vida a todos pero ella no era lo suficientemente valiente como para hacerlo, tenía que decírselo a alguien.

     

    Buscó con la mirada a alguien que estuviera cerca. Nada. No tendría más remedio que gritarlo para que la escucharan. Sino lo hacía todos morirían.

     

    - ¡Hay que darle en el pecho! ¡dónde no hay escamas! – gritó. Esperaba que la hubieran escuchado.

  8. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Ficha de Helena Butterflies

     

    2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: ---

     

    3.- Link del tópico de registro de sus familias:

    Familia N° 1: Registro Stark

    Familia N° 2: ---

     

    4.- Link a las bóvedas de sus familias:

    Bóveda Familia N° 1: Bóveda 98828 Familia Stark

    Bóveda Familia N° 2: ---

     

     

    Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 1252 G

  9. No supo de donde provino ni como, pero de repente se vio envuelta en unas cuerdas que la hizo tambalearse y casi perder el equilibrio. No tuvo mucho tiempo de analizar si sus compañeros estaban igual que ella o no, porque al instante después de ser amarrada todo se volvió confuso y lleno de imágenes.

     

    Cuando por fin todo volvió a la normalidad, observó que ya no estaban en el aula sino en un estadio rodeado de criaturas, algunas horribles, otras no tanto. Intentando colocarse de pie, se preguntó que diablos les sucedía a sus profesores ¿quién nos dio permiso para salir de las puertas? Bueno, en cualquier caso tampoco es que hubieran dicho lo contrario. Estaba más que segura que su profesora Wenlock estaría muy feliz viéndolos una vez más en situaciones peligrosas.

     

    Mientras limpiaba su ropa, analizó a sus compañeros de clases y calló en cuenta de que estaban tan sorprendidos como ella. Estaba apunto de decir algo, cuando escuchó a un chico susurrar de que deberíamos agradecer que su miedo se había transformado en un caracol y no en un dragón. No pudo resistirse en reírse. Debían ser los nervios de la situación, dado que el panorama a lo que se enfrentaban no era nada consolador.

     

    Vio como una joven de ojos azul saltaba ágilmente un caracol y se dirigía hacia un dragón verde, cuando reparó en una figura que venía directamente hacia ella con un trozo de vidrio en la mano. Lo supo de inmediato: era ella misma pero con unos años mayor. Sin pensarlo dos veces buscó con la mirada algo que le sirviera para defenderse y vio entre medio de cachureos dispersos en una esquina un cuchillo pequeño. Corrió rápidamente a cogerlo.

     

    Si algo bueno tenía su gran miedo era ser ella misma, por lo tanto, conocería todo sus trucos y su manera de actuar y de pensar. Pareciera que al ver que su supervivencia, y la de los demás corría peligro, podría olvidarse de sus grandes temores.

     

    Estaba lista para pelear consigo misma cuando oyó un grito de dolor. Instintivamente se dio la vuelta: a unos metros de donde se encontraba, vio a una chica que reconoció de inmediato: era Izumy, la chica que se había levantado primero para cruzar las puertas.

     

    Su panorama no era bueno. Con una mano se agarraba la cara como si le hubieran hecho daño mientras alguien se acercaba a ella con intención de herirla.

     

    En cambio ella, al otro lado tenía a su otro yo, en la misma situación. Y en ese momento se percató de que no saldrían vivos si no trabajan como un equipo. Pensando, se le ocurrió en que si corría lo suficientemente rápido podría lograr que su miedo lograra matar al ser que estaba al frente de Izumy. No estaba lo suficientemente lejos y sabía que podía lograrlo. Ya tenía bastante experiencia en arrancar y su otro yo parecía predispuesto a matar al que se cruzase frente a ella, aunque su objetivo era su misma persona.

     

    Así que se lanzó a correr pensando en que ojalá su plan funcionara. De vez en cuando se giraba para ver si la seguía y por supuesto que lo hacía. Le quedaba muy poco por llegar y sabía lo que tendría que hacer, pero falló. Su otro yo la alcanzó y solo sintió una punzada en su hombro derecho. Por suerte era zurda por lo que podría seguir peleando. Sabía por descontado que el siguiente paso sería darle al otro brazo, solo tenía que distraerla el tiempo suficiente…

     

    Quedamos frente a frente. En la mano seguía teniendo el cuchillo que había agarrado en caso de defensa. Retrocedí. Un paso. Otro. Y otro más. Tenía que esperar a que ella atacara. Cuando lo hizo, se tiró al suelo cayendo con el hombro que tenía dañado pero le dio lo mismo. Vio como su personificación mayor le daba al ser de Izumy y este caía al suelo.

     

    - ¿Te encuentras bien? – le preguntó a Izumy al ver que su cara estaba quemada-. ¿Estará muerta? – Esperaba con todas su fuerzas que sí, porque por lo menos sería uno menos en ese estadio.

  10. Ficha de Personaje

     

    Datos personales:

    Nombre del personaje: Helena Butterflies

    Sexo: femenino

    Edad: joven

    Nacionalidad: británica

    Familia: Stark

    Padres sanguíneos: ---

    Padres adoptivos: ---

    Trabajo: --

     

    Poderes mágicos:

    Rango Social: aprendiz

    Bando: neutral

    Rango dentro del bando: ---

    Nivel de poder mágico: ---

    Puntos de poder en objetos: ---

    Hechizos adicionales: ---

    Puntos de poder en criaturas: ---

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: ---

    Habilidades mágicas: ---

    Conocimientos especiales: ---

     

    Perfil del personaje:

    Raza: humana

    Aspecto físico: cabello color rojo cobrizo, estatura mediana (1.67), ojos plomizos y almendrados. Nariz pequeña y rostro fino. De contextura delgada.

    Cualidades psicológicas: perseverante y perspicaz. Desconfiada de los extraños, pero muy fiel de sus pocos amigos. Con ellos es alegre a pesar de la dura vida que le ha tocado. Estudiosa pero mal genio cuando no le sale algo y jamás perdona a alguien que le haya hecho daño.

    Historia: Mi historia se remonta al día de mi nacimiento. Después de que mi madre me diera a luz me abandonó en un hogar de niños, por lo que crecí en muchas casas distintas. Muchos de ellos me devolvían por diferentes razones, eso fue hasta que pude independizarme. Desde ese día he ido tocando puertas para que me dieran trabajo y alojamiento. Si, mi vida ha sido dura pero he logrado salir adelante con mi perseverancia. ¿De mi madre? Nunca supe que fue de ella igualmente de mi padre.

     

    Pertenencias:

    Objeto mágico legendario: ---

    Objetos mágicos:

    Objeto 1: Varita

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Mascotas y criaturas: ---

    Criaturas en la reserva: ---

    Elfos: ---

     

    Licencias, tasas, registros:

    Licencia de aparición: ---

    Licencia de vuelo de escoba: ---

    Registro XXX: ---

     

    Otros datos:

    Otros datos: ---

    Cronología de cargos: ---

    Premios y reconocimientos: ---

     

    Links de Interés Referentes al Personaje:

    Link al Perfil de Comprador MM: ---

    Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 99239

    Link a Bóveda Trastera: ---

    Link a Bóveda de Negocio: ---

    Link a Bóveda Familiar Adoptiva: Bóveda Familia Stark

    Link a Bóveda Familiar 2: ---

  11. Observé a cada uno de mis compañeros que se presentaban, aunque recordé solo algunos nombres. Cuando se presentó la última alumna, una tal Quinn, el profesor, después de llamarle la atención a unos jóvenes por no haberse presentado, les comenzó a decir que iban hacer una actividad fuera de lo común. Nada de Historia de la magia. ¿Qué podría ser? Se preguntó. Quizás una investigación sobre el mundo mágico o quien sabe, aunque por la manera en que miraba su otra profesora le hacía sentir que nada bueno iba ser. El profesor mostró una de las puertas que se encontraba al lado de la mesa del profesor y luego se sentó. Ahora que lo pensaba, debía de haber estado demasiado nerviosa en la presentación para no haberse dado cuenta en las puertas, que para decir verdad, eran bastante notorias.

     

    La profesora Bridget, que daba vueltas en la pequeña tarima frente al pizarrón, se sacó la capa dejando ver un bello vestido, aunque la sonrisa de maliciosa no era tan hermosa.

    - Es simple. Detrás de cada puerta les espera un rival, un espectro, un animal, una criatura o su miedo más grande. Vamos, entren. Ahora – repuso enojada la profesora.

     

    ¡Simple! Exclamó para sus adentros. Acaso estaban locos sus profesores ¿desde cuándo enfrentarse a lo que uno más teme es simple?

    Muchos de sus compañeros miraron, como ella, asustados las puertas, lo mas posiblemente pensando en lo que más temían. Pero ¿Qué temía ella? A lo largo de su vida había tenido que pasar por muchas cosas, y eso la había servido para mantenerse dura frente a situaciones terribles. Pero ¿miedo? Bueno si tenía que enfrentarse a algo, prefería mil veces a lo que estaba detrás de la puerta que a la mirada turquesa de su profesora, que por como lo hacía, daba la impresión que si no iban voluntariamente ella misma los lanzaba por las puertas.

     

    No sabía con exactitud, si era por valentía o por medio, pero la chica que estaba detrás de mi se levantó y se dirigió a una de las puertas. Parecía que ese movimiento había servido para que otros siguieran su idea y empezaran a cruzar uno a uno las puertas. Como no quería ser la última en cruzarlas, me levanté de inmediato y me enfrenté a una de ellas. La que estaba enfrente de mí no era necesariamente una puerta, más bien era una cortina típica de las que ocupaban las videntes en sus secciones. Respirando profundamente, crucé la cortina para enfrentarme a lo que había detrás.

     

    Me encontraba en una pequeña sala donde solo había tres espejos. Me acerqué esperando ver mi reflejo de vuelta pero en cambio vi a una señora con un una niñita de ojos plomizo y pelo rojizo. De inmediato me di cuenta que era yo cuando tenía cuatro años y la señora era la encargada de las adopciones. En el espejo me mostraba como cada niño era adoptado mientras yo seguía en aquel lugar sola. El espejo me estaba haciendo revivir el miedo que sentía en ese momento que jamás me elegirían. Pero eso había pasado hace siglos.

     

    Me moví hacia la derecha para ver que me mostraba el siguiente espejo. Era yo más grande, de unos dieciséis años huyendo por el miedo que me metieran en un manicomio, por no ser aceptada. No quería seguir viendo esa etapa de mi vida, pero tampoco deseaba moverme de mi sitio ¿Qué me mostraría el siguiente espejo? ¿Quizás el futuro? No deseaba verlo, si fuera así. Pero dentro de mí había algo que me incitaba a hacerlo.

    Sin proponérmelo me acerqué al último espejo: en el mostraban a una mujer adulta vestida con harapos pidiendo limosna. La gente pasaba por allí, pero era como si no hubiera nada. Mis rodillas se doblaron y caí al suelo. No, no, no… eso no es real. Yo no llegaré a eso, tenía que salir de esa sala.

     

    Mi sorpresa fue, cuando levanté la cabeza ya no estaban los espejos. Me encontraba en una sala sin nada en ella y pintada de negro. Estaba sola, cuando sentí voces de gente que hablaban y reían. De repente siento que el piso se mueve y me caigo a un lado de las murallas y me doy cuenta: no me encuentro en una sala sino en una caja, una caja que nadie quiere, conmigo dentro. Se la pasan de una a otra persona, pero nadie la desea.

     

    Sacando fuerzas, intenté colocarme de pie. No puedo dejar que esto me consuma. Tengo que pensar que esto no es real. Camino buscando una salida hasta que al fin logré encontrarla. Sin pensarlo dos veces la abro y salgo de ella.

     

    Aun mal por lo que acabo de ver, veo varios rostros,algunos tan mal como yo, otros, no han regresado de su aventura. Regresé a mi puesto a duras penas e intentado no recordar en lo que había visto. Cuando era pequeña siempre le tenía miedo a la soledad, de no ser aceptada, pensaba que eso ya no lo tenía pero parece que me había equivocado.

  12. Hoy era el día que comenzaba las clases en la Academia de Magia y Hechicería. Ansiosa y nerviosa a la vez por lo que se me venía por delante, me levanté con la ropa mas cómoda y adecuada para un primer día de clases y me peiné haciéndome una trenza sencilla en mi cabello rojo cobrizo. Agarré mi capa favorita verde oscuro del perchero, mi bolso con plumas y pergaminos y salí apresuradamente del dormitorio. Por los pasillos de la Academia, los alumnos conversaban alegremente, pero yo caminaba ensimismada en mis pensamientos. Si había algo que odiaba, eran los primeros días de clases: presentarse, afrontarse a desconocidos. Eso no era lo mío, pero eran tanta mis ganas en entrar a la Academia que asumí este reto.

    Iba tan en mis pensamientos que me paré de repente dándome cuenta que me había pasado de largo. Dándome media vuelta, me di cuenta de que solo me había pasado dos aulas. La puerta se encontraba abierta y dentro de ella se hallaban cinco personas: tres de ellas sentadas al fondo del aula y las otras dos paradas delante del pizarrón. Me di cuenta que en la pizarra se hallaba una lista de la clase generales 78. Comencé a buscarme y me empezó a entrarme miedo de no encontrarme allí, hasta que por fin me encontré. Así que me dirigí a uno de los asientos que se encontraba delante de una de las alumnas. La sala de a poco comenzó a llenarse y cuando al fin llegaron todos, las profesoras se presentaron. Estaba tan nerviosa que lo único que recordé fue que había que presentarse. Respirando muy profundamente me levanté de mi asiento y dije:

     

    - Mi nombre es Helena Butterflies y tengo 21 años - como no sabía que mas decir me senté. Posiblemente debería haber dicho algo mas pero el tema era que tampoco tenía mucho mas que decir.

     

    Off

     

    Hola a todos. Mi nombre es Loredana y tengo 21 años. Estaba estudiando en la universidad pero por cosas de la vida me salí. El próximo año vuelvo a estudiar. Me encanta leer, escuchar música, ver una que otra serie y escribir historias. Bueno, espero pasarla bien por aquí.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.