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Rosie Weasley

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Mensajes publicados por Rosie Weasley

  1. Prácticamente "tirada" en su cama en diagonal y con la mano izquierda debajo de su cabeza, Rosie miraba el techo. Con varita en mano, la derecha subía y bajaba al compás de un ritmo que ella imaginaba, que creía haber oído... ¿pero en dónde? Música, viajes, misiones, tareas pendientes, hechizos, pociones… De la punta salían finas e interminables tiras de humo de colores. De repente se incorpora con brusquedad y se apresura a colocarse un suéter color ciruela. Guardando la varita, sale de la habitación rápidamente y dando un portazo se dirige a las escaleras.

     

    No podía seguir así, tenía que dejar de lado sus preocupaciones, al menos por un tiempo, y disfrutar de sus vacaciones. El solo pensamiento la hace sonreír y, riéndose de su propio (y raramente usual) masoquismo llega al acostumbrado pasillo. Mira la puerta unos segundos, respira hondo. Tiene miedo, sí. Hace tanto que no entra a su Sala Común… Siente vergüenza, desilusión consigo misma.

     

    "Pero el pasado es pasado. Es como empezar un nuevo capítulo, ¿no? Sí, claro Rose, ojalá fuera tan fácil." piensa rodando los ojos y abriendo la puerta con delicadeza. Asoma la cabeza. ¿Será que jamás perdió su lugar con los dragones?

  2. Rosie estaba en casa de sus padres, a decir verdad, pasándolo excelente. ¿Quién no disfruta de un carrusel gigante, una fiesta en la que te vistes elegante con el simple hecho de entrar y, por sobre todo, una fuente de chocolate? No sabía si existía alguien así, pero, después de todo, ¿A quién le importaba? ¡Ella disfrutaba y tenía la suerte de estar allí!

     

     

    -¡Maldito augurey!!!- exclamó Rose cuando comprendió lo que sucedía. Se había despertado y todo era culpa del augurey de su familia. La fiesta se había prolongado, la noche anterior, hasta la madrugada y la verdad es que ninguno de sus asistentes deseaba levantarse al alba, no precisamente aquel día.

     

    No quedaba más remedio y lo sabía. Desde que tenía memoria le era imposible volver a dormirse una vez despierta, y, sinceramente, era algo que detestaba con toda su alma. De modo que se vistió y bajó a la cocina, donde un elfo le ofreció una taza de chocolate que tal vez no muy amablemente ella rechazó. Había salido al jardín a dar un paseo cuando sintió que algo la rozaba en la nuca, pero al darse vuelta no había nada. Se encogió de hombros y de nuevo se volteó a su postura original, pero entonces algo la golpeó en la cara, algo que cayó al suelo. Se agachó y recogió un sobre. Le dio varias vueltas hasta que distinguió el sello de la Academia y lo abrió. ¡Su clase de Rol Básico comenzaba! Le encantaba asistir a la Academia, así que se encaminó de inmediato a la casa.

    -Tweedledee- se dirigió a uno de los elfos- avísale a mamá que me voy a la Academia. Debo partir ya, o no llegaré a tiempo, esta carta es de hace unos días... Por cierto -dijo oliendo el aire- ¿esos son pastelillos de limón?

     

    -Sí, señorita Rosie- dijo haciendo una reverencia-. Su madre ordenó que se sirvan en el desayuno de hoy- agregó con una segunda reeverencia.

    -Ehhhh.... pon algunos en un paquete para llevar... ¡No voy a perderme de esos pastelitos sólo por la Academia! Gracias, Tweedledee.

     

    En 10 minutos surcaba el cielo de la mañana naciente montada en un hipogrifo. No era su mascota -era salvaje- pero por alguna extraña razón desde hacía años respondía a su llamado y se habían hecho muy buenos amigos. La dejó justo a la entrada de la Sala Común dragona, donde a toda prisa ella entró, dejando sus bultos en un sillón. Salió corriendo y, por fin, llegó al aula de la clase de Rol Básico. Era la última, y no le extrañaba. Al llegar, se colocó atrás de todo y miró a las profesoras.

     

    ——Buenos días, y bienvenidos sean a esta clase.- dijo una de ellas- Mi nombre es Kassandra Weasley, junto con mi compañera la maestra Evanik, seremos sus profesoras en esta jornada.- se presentó, contando un poco acerca de ella y finalizó— Espero que esta clase resulte interesante para ustedes, y sobre todo que llene sus expectativas.- Luego de eso, ambas mujeres los invitaron a subir a un autobús que, sorpresivamente, los esperaba justo al lado. Subieron, con algunas dificultades, y una vez dentro, Rose admiró el interior, que era amplio y cómodo. Se sentó atrás de todo, junto a Luna, su compañera de Generales, apoyándose en la ventana y mirando el exterior. Escuchaba voces y risas en el autobús, peor no les prestaba atención. ¡No conseguía entender esa soledad que la abrumaba! Si ella siempre estaba alegre, activa, disfrutando al igual que sus compañeros, ¿por qué le resultaba imposible en aquel momento ser como era? ¿Qué significaba? En algún momento que no identificó perdió el hilo de sus pensamientos, hasta que un sacudó ndel autobús la despertó. Trató de seguir la conversación. Al parecer se presentaban. Aprovechó un momento de silencio y habló:

    -Bueno, ehh... ¡Hola! Yo soy Rose Weasley, pero todos me dicen Rosie... Tengo 13 años, soy una Weasley naturalmente, pero me he criado con los Lovegood que, eh... Son una familia excelente, claro, si quitamos a ese augurey espantoso.... Soy de la casa de los Dragones de Lancahire y...- de repente se detuvo, extrañada por algo extraño, como un vapor, que creia haber visto a lo lejos. Sacudió la cabeza y se disponía a seguir, cuando una seguidilla de sacudones les revolvió el estómago. Rose no veía nada, se golpeaba contra Luna y únicamente atisbaba levemente algunos destellos de luz pequeños, lo que interpretó como los intentos de las profesoras de lograr un hechizo que los salvara. No vio nada más y se dejó llevar por sus sentidos.

     

    Cuando despertó, lo primero que notó fue la tierra, húmeda y raramente maloliente bajo su cuerpo. El aire era frío y al aspirar, sentía que le quebraba los huesos, necesitaba de un gran esfuerzo para no desmayarse. Intentó pararse, pero notó que el cuerpo le pesaba. Se miró los brazos y estaban cubiertos de rasguños. No estaba asustada, por supuesto. Ya en la clase de Generales había tenido una experiencia parecida… Sola, en el bosque, con hombres lobo acechando… De nuevo, contaba con su experiencia…y empezaba a preguntarse si todas las clases en la Academia serían igual de extrañas.

     

    Lo primero que debía hacer era, sin duda, orientarse, y para eso debía iluminar el lugar. Buscó a tientas la varita pero evidentemente no estaba, de modo que se puso en cuatro patas y avanzó, gateando. No sabía ni siquiera hacia dónde iba, parecía estar caminando en las tinieblas y al pensar eso se asustó un poco. ¿Y si hubiera muerto en la colisión? ¿Y si así era estar muerta? De repente, inmersa en esos pensamientos, sintió algo bajo sus manos. Era algo sólido y pequeño, pero al tocarlo, el frío desapareció de sus manos. ¡Su varita! La tomó y le faltó poco para abrazarla. La extendió y susurró:

     

    -Lumos!

     

    Ahora más tranquila, pensando que al menos tenía con qué defenderse, avanzó con cautela, volteándose algunas veces, hasta que ya no pudo. Un mausoleo, gigante y majestuoso, se alzaba frente a sus ojos abiertos como platos. Si había algo capaz de petrificarla eran los cementerios. Los cementerios, símbolos de la muerte y también el sufrimiento… Probablemente era por el hecho de que Rose toda su vida había temido a la muerte, cosa que no entendía. La temía, por supuesto, pero, existiendo tantas cosas de las que aterrarse, ¿por qué de eso solamente? Trató de despegar los pies del suelo para salir de aquel lugar, pero no podía. Se sentía sola, más sola que nunca, y estaba petrificada de miedo. Entonces, recordó el viaje. La misma sensación: soledad, abatimiento... ¿Habría sido un presagio de lo que se avecinaba? Oyó pasos. Alguien se acercaba. Volvió a la realidad y se volteó, lanzando hechizos aturdidores a diestro y siniestro. Entonces divisó una silueta. Era lia scamander. La conocía, por supuesto, había sido su compañera, recuerdo que la hizo sonreír, aunque no por mucho. En una fracción de segundo, una mano viscosa le tapó la boca, impidiéndole respirar. Y al momento siguiente, ambas, Rosie y aquella criatura, eran devoradas por la oscuridad hacia un destino incierto.

     

     

    OFF

     

    Bueno, hola!! Ante nada,un poacer estar aquí. Siento la tardanza, estuve ocupada y apenas entré ayer :P Les cuento de mí: me llamo Sofía, soy de Argentina y como mi personaje tengo 13 años. Yo no soy tan valiente como ella, en realidad. Estoy en la secundaria y al terminar tengo pensado estudiar Periodismo o Nutrición. Mis hobbies son leer, cantar, escuchar música y natación. Me gusta One Direction :love: Y ehmmm... creo que eso es todo jeje Ah! Quería avisar que en unos días me iré de vacaciones y querría saber cómo haré con la clase

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  3. Rose llegó al Gran Salón con algo de atraso, veía que muchos alumnos se encontraban allí para ese momento. Ni bien entro se sacó su capucha roja (con motivo de Navidad) y se sacudió los copos de nieve de la cabeza. Se sentó junto a su hermana Lisa y le dirigió una sonrisa, mientras saludaba a lo lejos a Adr. y las jefas de casa. Había estado bastante ausente en esos días, por lo que estaba feliz de haber llegado para la cena navideña.

     

    La decoración era magnífica. Rosie jamás había visto en su vida algo como eso, aunque sí lo había imaginado. Amaba la Navidad, por lo que esperaba poder disfrutarla a pleno, como hasta ese momento. Sonrió ampliamente al ver toda esa atmósfera de felicidad, celebración y entusiasmo. También saludó a un elfo que pasaba por allí, antes de volverse nuevamente a su hermana.

     

    -¿Cómo has estado en estos días, Lisa? No te veo hace bastante, je- hizo una breve pausa, obsrvando a la estrella del doceavo árbol, la más brillante-. Ay, ¿no amas todo esto? Es tan hermoso...- terminó con expresión soñadora.

  4. Rosie entró de repente en la Sala Común. Perdida, sin entender nada y muy sorprendida por la gran actividad allí, se acercó a Esme e Isa y les preguntó qué sucedía. Les explicó que había estado algunos días fuera y que sería genial que pudieran contarle qué estaba pasando. Y agregó por último:

     

    -Isa, he estado hojeando el libro que sugeriste, sobre las recetas. He visto las que tú propusiste y se ven francamente atractivas, así que si a las jefas les parece, podríamos cocinar para la casa y, tal vez, para la cena navideña.

     

    Y entonces se le ocurrió una idea y dando un gritito, sacudió levemente la mano para que todas supieran que quería hablar.

     

    -¡Tengo una idea! Ya que tenemos que ir a cantar y estas recetas no son muy complicadas, podríamos cocinar, por ejemplo, los muñequitos de jengibre. Según el libro, cantan, así que podríamos encantarlos para que canten nuestro villancico, y se los regalamos a los chicos de las otras casas, ¿qué les parece?

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  5. Luego de que Galedra termianra de hablar, Rosie se había quedado junto a Esme escuchando lo que decían sus compañeras, atenta, para intentar aportar algo. Mientras tanto, había visto que una chica había salido por una de las puertas, muy decidida. Según lo que le dijeron, esa puerta llevaba a la biblioteca. Rose admiró ese entusiasmo por Navidad y también ¡que recordara por cuál puerta debía ir! Se rio al pensar en eso. Les preguntó a sus compañeras cómo se llamaba esa chica y le dijeron que su nombre era Isa.

     

    Minutos después, Isa regresó, trayendo un libro consigo. Se acercó adonde estaban Esme y Rosie y les comentó:

     

    -Emm... Hola, Miren lo que he encontrado- Rose la miró y le sonrió. De inmediato se mostró interesada en el material.

     

    -¿Puedo verlo?- le preguntó señalando el tomo.

  6. La chica se incorporó luego de ser atajada. Jamás se enteró de que o quién impidió que se golpeara, aunque tampoco lo olvidó. Siguió recorriendo ese lugar, intentando dislumbrar algo, pero sin éxito. De repente, empezó a ver las cosas ligeramente más claras; al menos ya no debía entrecerrar los ojos. Descubrió que la fuente de luz era el dragón que llevaba tatuado en la muñeca, que resplandecía de forma fluorescente. Así, le era menos complicado encontrar un camino sin tropezar. Pronto llegó al final, donde se topó con una puerta que, por milagrosa suerte, estaba abierta. Curiosamente, al abrirla, se encontró nuevamente en la Sala Común.

     

    Llegó al mismo tiempo que la jefa, Galedra, que traía algunos anuncios. Luego de saludar a todos, contó que, como la Navidad estaba cerca, sería conveniente que empezaran a prepararse, a decorar la Sala... y les dio algunos adelantos sobre las sorpresas que traía también la Academia para esas fechas.

    -Si quieren dar regalo a alguien, aunque no sea de esta misma Casa, preparénlo...también necesito que se organicen e inventen algún Villancico. No les adelantaré más nada...sólo eso.- agregó.

     

    Y por último, terminando, se dirigió a Huntress y Rosie:

     

    -Bienvenidas a las Nuevas. Espero que lo pasemos muy bien.- les dijo con una amplia sonrisa. Dejó, además, en el tablón de anuncios, la lista actualizada de los puntos totales de cada alumno.

     

    Nos entusiasmamos con lo que Galedra proponía y nos distrajimos bastante de lo que estábamos haciendo hasta ese momento. Yo, personalmente, olvidé que iba a contarles lo del corredor en penumbras y me sumí en la conversación que se desarrollaba. No recordé el hecho hasta que estuve acostada en mi nueva cama, muy entrada la noche, y a punto de caer dormida.

  7. —Sube esas escaleras… — le indicó Esme cuando le preguntó— Los encontrarás el final del pasillo, algunos ya están ocupados… pero el contiguo al mío está vacío… — le explicó sonriendo — el tercero a la derecha, espero te guste… — movió la varita y las cosas de Rose desaparecieron —. Las encontrarás en la habitación que escojas.- agregó

     

    La chica siguió las indicaciones de la prefecta. Traspasó la puerta y subió las escaleras, encontrándose en un largo pasillo. Vio que todas las puertas tenían una placa con el nombre del alumno, o alumna en este caso, que la ocupaba. Llegó al final del corredor y siguió por la izquierda y, en efecto, descubrió que la placa de la tercera habitación estaba en blanco. Y que la contigua rezaba "Esme2016". Se acercó, tocó el picaporte y la puerta de inmediato se abrió.

     

    Entró. Era una habitación pintoresca, bastante espaciosa. La cama con cortinas de dosel estaba arreglada, había una mesa de luz junto a ella. La ventana era grande y Rose pensó que eso era bueno, ya que amaba mirar las estrellas y que la luz de luna se filtrara por ahí. Sonrió y se sentó en la cama. Junto al armario vio su valija y su bolso. Se descolgó la mochila y la dejó con el resto del equipaje. Sonriendo otra vez, dio un suspiro y cerró los ojos. Era genial estar allí, al fin. Luego recordó su deseo de conocer el lugar y visitar la biblioteca. Salió, cerrando la puerta con la llave que encontró en un cajón. Vio que la placa ya no estaba en blanco, ahora decía "Rose Weasley".

     

    Bajó de nuevo las escaleras, viendo que en ese momento muchos alumnos subían y bajaban por allí. Al llegar a la Sala Común, vio que Esme estaba ocupada y se rió para si misma al ver todo el ritual que estaban preparando. Probó con otra de las puertas y salió a una galería que bordeaba un hermoso jardín, el cual cruzó hasta llegar al otro lado. Pasó por otra puerta y se encontró en un ocrredor, muy oscuro. Tenía que entrecerrar los ojos para lograr ver algo. Tanteó en su chaqueta pero no encontró la varita.

     

    -¡Ay, no!- se lamentó- Debo haberla dejado en el dormitorio... ¡Torpe!

     

    Decidió volver al jardín, pero cuando intentó abrir la puerta, descubrió que sólo podía abrirse desde el otro lado. Estaba atrapada. Resolvió caminar hasta encontrar uan salida, porque, como se dijo a sí misma, en algún lugar debía terminar ese corredor, ¿verdad? Siguió andando a tientas tratando de no caer en las penumbras. Iba bien, hasta que tropezó con una baldosa suelta del piuso. Iba a pegarse un gran golpe en la cabeza, pero algo detuvo su caída. Sólo que no pudo distinguir qué o quién era por la oscuridad que la rodeaba.

  8. Rose le devolvió el abrazo a Esme con profunda alegría... y alivio, también. Era algo bueno que alguien conocido estuviera en tu misma casa, si eras nuevo. Y más si ese alguien era prefecto, por supuesto. Su amiga tuvo entonces que ocuparse de otras cosas, momento que Rosie aprovechó para conocer mejor el lugar.

     

    Vio que muchos de sus compañeros de casa salían por las distintas puertas de la Sala Común, que, por cierto, era un lugar cómodo y acogedor, calentito gracias a las brasas que ardían en la chimenea a toda hora. Decidió hacer lo mismo que ellos, pero hbaía tantas puertas que no supo por cuál ir. Le urgía llegar a su habitación para poder ubicarse y desmàcar y así empezar a disfrutar bien de esa etapa y ese lugar. Tenía un especial interés por visitar la biblioteca. De modo que se dirigió a Esme de nuevo:

     

    -Oye, disculpa, pero ¿podrías decirme dónde están los dormitorios? No me doy cuenta por cuál de las puertas debo ir...

  9. Rosie apareció de repente en las puertas dela casa de los Dragones. Ta lcomo le habían dicho, el fuego en boca del Colacuerno no había quemado, aunque sí sentía una leve molestia en el reverso de su muñeca. La dio vuelta para descubrir un dragón que parecía grabado a fuego, que jamás había visto antes. Sacudió la cabeza, pensando que, después de todo, algo que fuese extraño no debía sorprenderla, ya no.

     

    Levantó la vista hacia la imponente edificación y recordó lo que le habían contado acerca de los Dragones. Vio al par de Bolas de Fuego Chinos, que custodiaban la entrada. En efecto, se mostraban recelosos y protectores, al menos hacia Rosie. Gruñeron un poco y ella se asustó, instintivamente se echó hacia atrás, dejando al descubierto el tatuaje del dragón, sin querer. Al verlo, los dragones se relajaron, volviendo a sus puestos con la cabeza en alto. Al ver esto, Rose también estuvo más tranquila, así que se afianzó la mochila y con pasos cautelosos, procedió a entrar a ese lugar, aún desconocido para ella.

     

    Luego de recorrer un largo corredor, llegó a la Sala Común, donde muy animadamente, hablaban de los preparativos para Navidad, según entendió.

     

    -Hola, soy Rosie. ¿Hablan de la Navidad? Ay, yo amo Navidad, es mi fecha preferida del año, ojalá pueda ayudar en algo. Aunque estaría agradecida si pudieran explicarme un poco cómo funciona todo esto- dijo con una sonrisa franca. Fue entonces cuando vio, en medio de todos, a Esme. Rió levemente y agregó- Vaya lugar donde venimos a encontrarnos, ¿verdad?

  10. -Creo que no esperabas encontrarte conmigo aquí, ¿verdad Rose?- dijo John** lentamente, mirándola fijo y sin dejar de sonreír.

     

    -No, ciertamente- le respondió ella incorporándose y sin perder la calma. Podía sentir cómo le latía el corazón al descubrir de quién se trataba.

     

    John** había sido amigo de la joven en el pasado. Ella había confiado en él como su confidente. Pero cuando el chico se enteró de algunos datos “interesantes” acerca de ella en uno de sus viajes, la traicionó y la vendió a los mortífagos, que la persiguieron hasta casi acorralarla. Rosie había logrado huir de ellos, pero no de él, que logró encontrarla. La chica se vio obligada a combatir con él y una vez que lo venció, escapó, manteniendo su identidad en secreto para los desconocidos. No lo había visto nunca más hasta entonces.

     

    -Sabes que no tienes por qué hacer esto, ya te vencí una vez y en absoluto me da miedo hacerlo nuevamente.

     

    -Sí…- dijo él reflexionando- Sí lo hiciste, fue un duelo excepcional. Pero debes recordar que, ahora, yo tengo varita…- pronunció mirándola fijamente-... y tú no. Me venciste una vez y yo tuve que pagar las consecuencias ante los mortífagos por tu… descaro. Pero no dejaré que vuelva a suceder. Si te crees tan superior, ¡defiéndete!

    Rose trataba de pensar racionalmente pero estaba acorralada por las circunstancias. De repente una luz se encendió en su mente; no todo estaba perdido. Vio como John** se preparaba para alzar la varita y llevándose dos dedos hacia sus labios, sopló muy fuerte. No fue el silbido que se espera escuchar, no. Este era especial, era similar a un repique de campanas.

     

    Ante los ojos de sorpresa del chico, apareció un hipogrifo, un animal gigante y hermoso, de plumaje azul grisáceo, suave y brillante. Sin que el animal dejara de avanzar, Rose logró montarlo. Lo acarició un poco y le susurró unas palabras al oído. De inmediato, la feroz criatura dio una vuelta en el aire y volvió a dirigirse hasta donde estaba John**, embistiéndolo de costado. Él cayó unos metros más atrás, en dirección al bosque.

     

    Rosie desmontó; sus ojos verdes, habitualmente llenos de alegría y diversión, mantenían en ese momento una mirada de profundo odio y desprecio hacia el cuerpo que se hallaba extendido en el suelo. Tomó su varita con cuidado y lo observó. ¿Qué debía hacer con él? Decidió encomendar esa tarea a su querida mascota. Depositó el cuerpo inconciente sobre el lomo del animal y de nuevo murmuró una frase. Se notaba que el hipogrifo tenía gran inteligencia y fidelidad hacia su dueña, y ella así pensó cuando lo vio alejarse en el cielo nocturno.

     

    Finalmente esa excursión del horror terminaba. Dando un gran suspiro, Rose aferró sus dedos sobre la varita. Recordó entonces la pañoleta y se giró, buscándola con la vista. La vio cerca de la arboleda, con su resplandor amarillento. Caminó hasta ella, la tomó y luego, con pasos pequeños y pausados, fue hasta la hoguera. Así se quedó, parada frente al fuego con la mirada perdida en las llamas, esperando a que llegara el resto del grupo. Al regresar ni las profesoras ni sus compañeros parecieron darse cuenta de que ella llevaba un buen rato allí. Rose se dirigió adonde estaba Luna con una sonrisa y se sentó a su lado. Cuando todos estuvieron ubicados, habló la profesora Mía, con un tono suave y relajado, que ella jamás hubiera imaginado.

     

    —¿Quiénes de ustedes lograron encontrar la pañoleta? ¿Qué opinan del bosque de Albania? ¿Qué fue lo que más les gustó de su visita al bosque?

     

    Mientras otros empezaban a hablar, la joven pensaba la respuesta. Obviamente había encontrado la pañoleta, la tenía en sus manos. Sobre el bosque… sin duda era un lugar extraño; el hecho de no poder estar allí sin sentir que alguien te espía, habla por sí solo. No estaba segura de querer volver, aunque la excursión le había resultado sumamente instructiva, ideal para entrenar las habilidades y ponerse a prueba. Y, por supuesto, lo que más le había gustado de la visita era que gracias a ella había reafirmado su confianza en sí misma y en sus poderes. Terminó su conclusión y se sonrió internamente. Levantó la cabeza y siguió escuchando, lista para hablar cuando fuera su turno.

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  11. Rosie caminaba detrás de la profesora Mía y junto a Luna con preocupación, hasta podía sentir cómo el corazón le latía con fuerza pero a un ritmo irregular. Mantenía en todo momento una cara seria con el ceño fruncido, pero siempre concentrada y en relativa calma. Esto era porque, aunque no tenía dificultad con los hechizos, lo repentino y feroz de cualquier situación como aquella podía desencajarla y ponerla en shock.

     

    Escuchó un ruido. Se detuvo de pronto y miró hacia atrás, con la varita en alto y la vena de la sien latiéndole con fuerza. Casi al instante, oyó gritos desde detrás de donde estaba en ese momento, y volvió a girar, pero para su asombro ya no había nadie allí. Sin darse cuenta bajó la varita y miró en todas direcciones, buscando con la vista algún indicio de la profesora, o de Luna. Pero no encontró nada.

     

    Rose no era una chica que se dejara vencer por sus emociones, al menos no fácilmente, por eso no entendía esa situación. Había estado en circunstancias peores, mucho peores que aquella, y su valentía jamás la había abandonado de esa forma. Sospechaba que el hecho de que Lord Voldemort se hubiera refugiado allí años atrás, no había pasado inadvertido para la... esencia de ese bosque. Reflexionaba sobre esto cuando, quebrando el silencio se escuchó, ¡un grito desgarrador!

     

    -Muy bien- se dijo- ¿Cuáles son mis opciones? ¿Echar las chispas rojas? No, jamás superaré este... temor o lo que sea, si hago eso... ¿Gritar? ¡Jamás! Con todas las criaturas que rondan por aquí... ¡sería un suicidio!-

     

    Resolvió que su única salida era buscar la pañoleta, ya que su mente estaba en blanco, había perdido a las profesoras, oía gritos por doquier y, a juzgar por los ruidos, Greyback no estaba solo.

     

    -Lumos- susurró por lo bajo.

     

    Comenzó a caminar con cuidado de no pisar ramas ni piedras que pudieran hacer que se lastimara. Un buen rato estuvo así, tanto, que ya se planteaba si no estaría perdida. Pero, justo entonces, la vio. Un resplandor pequeño, pero muy brillante, a lo lejos. Sin medir las consecuencias, corrió, se largó al trote esquivando árboles y piedras y provocándose rasguños y cortes. Al fin y al cabo, sus pantalones ya estaban embarrados, su remera ya estaba rasgada, su cabello despeinado y sus manos raspadas. Al menos, conseguiría salir de allí. Cuando llegó, tuvo que tener mucho cuidado para pasar, porque la pañoleta estaba en el hueco de un árbol y éste se encontraba protegido por una cortina de ramas y hojas muy ásperas. Había empezado a "despejar el área", cuando un gruñido surgió de las entrañas del bosque. Lentamente se dio la vuelta para encontrarse con tres hombres lobo que se precipitaron contra ella. Sin pensarlo, ni saber qué hacer, la joven hechicera se adentró en la maraña de hojas y se aferró a la pañoleta. Antes de que pudiera hacer algo más, sus pies se despegaron del suelo, su cuerpo giró sobre sí mismo y se adentró, muy confundida, en un revoltijo de imágenes y color.

     

    Luego de unos segundos, cayó y rodó sobre el suelo. Al reconocer que ya no estaba rodeada de árboles y sentir el calor de una hoguera, comprendió que se hallaba en el campamento. Sonriendo de alivio, se incorporó, sacudiendo distraídamente el polvo y la tierra de su ropa. Iba a tomar su varita, cuando vio que no estaba. Dio varias vueltas sobre sí misma, desesperándose, hasta que escuchó una risita espectral. Levantó la vista para observar una figura, aparentemente humana, que se alzaba frente a ella sosteniendo su varita y sonriendo maliciosamente. "Gracias, profes" pensó.

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  12. Necesito la actualizaión del campo Familias y Padres:

     

    Dice así

     

    Familia sanguínea: --

    Familia adoptiva: --

     

    Padre(s) sanguíneo(s): --

     

    Padre(s) adoptivo(s): --

     

    Debe ser:

     

    Familia sanguínea: Familia Weasley

    Familia adoptiva: Familia Lovegood

     

    Padre(s) sanguíneo(s): Mynerva de Weasley

     

    Padre(s) adoptivo(s): Elizabeth Poulain

     

     

    Además quiero agregar las bóvedas familiares:

     

    Link a la bóveda familiar 1: Bóveda Familia Weasley

    Link a la Bóveda familiar 2: Bóveda Familia Lovegood

  13. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje:
    http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=99624

    2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje:
    --

    3.- Link del tópico de registro de sus familias:
    Familia N° 1: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=73313
    Familia N° 2: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=98992

    4.- Link a las bóvedas de sus familias:
    Bóveda Familia N° 1: Bóveda 84302 Familia Weasley
    Bóveda Familia N° 2: Bóveda 99008 Familia Lovegood

     

    Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 1140 G

  14. Hola de nuevo a todos los moderadores y los encargados de esta maravillosa página. Quiero aclarar una cosa, a ver si puedo salvarme de complicados trámites luego :P Hace unos días, posteé los datos para mi ficha de personaje (con nombre Rose Weasley) pero me aceptaron en mi familia al día siguiente a eso, así que quisiera saber si pueden agregarlo ustedes. Mi familia sanguínea es la familia Weasley, mi madre sanguínea es Mynerva de Weasley.

     

    Desde ya, miuchas gracias!!

    Saludos para todos!!!

  15. ON ROL

     

    Cuando Rosie escuchó lo que debía hacer, rápidamente se puso de pie, sacó su varita y se encaminó hacia el bosque. Había realizado numerosos viajes en su corta vida y conocía muy bien a muchas criaturas, además de los cientos de hechizos que había aprendido. En cuanto a los hombres lobo...Bueno, no estaba segura de qué hacer con la varita si se topaba con alguno de ellos, pero no era una chica que se asustara fácilmente y sabía, más allá de todo, que las profesoras jamás dejarían que les ocurriese nada malo ni a ella ni a sus compañeros.

     

    La verdad, es que Rose no siempre había sido así, pero había pasado por demasiado hasta ese momento. Combatió con mortífagos, emprendió un viaje en busca de Horrocruxes y también de su pasado y se enteró (hacía no mucho) de que su mejor amigo, y compañero de búsquedas, era un vampiro (y además él dejó de hablarle). Cosas como esas pueden curtir con facilidad a una persona y dejan marcas que no se borran nunca.

     

    Así que se internó en el bosque, con mucha seguridad. Había ruidos por doquier. Ruidos de búhos, aleteos de murciélagos, aullidos de hombres lobo... A esa altura, hasta un Lethifold podría circular por ahí. Era sumamente extraño estar en ese lugar, porque en todo momento se tenía la impresión de que alguien estaba allí, esperándote, caminando a tu lado. Como si el bosque hiciera todo lo posible para que te marcharas. Con esa imgen establecida en su mente, y luego de que un escalofrío recorriera su cuerpo, Rosie sostuvo con más firmeza su varita y siguió caminando. No tenía miedo, no, pero tampoco podía confiarse, y eso era lo que estaba haciendo. Distraída por esas reflexiones y esos reproches a sí misma, no vio dos puntos luminosos que titiliaban a la distancia. Empezó a oír correteos. A cada paso que daba, se daba vuelta rápidamente y jadeando, apuntando con la varita en todas direcciones. Hasta que la vio, delante suyo y mirándola fijamente, una acromántula gigante, lo último que esperaba encontrar en ese lugar. Retrocedió despacio y, luego echó a correr, chocándose con ramas y troncos, arañándose la cara y los brazos. Ocasionalmente miraba hacia atrás con la varita en alto y ejecutaba "Araña exumai", por si acaso.

     

    No sabía ni dónde se encontraba ahora, estaba totalmente perdida, pero de la araña se había salvado. Se apoyó contra un tronco y se dejó caer hasta el suelo. Cerró los ojos y tomó aire. De pronto escuchó un grito, se levantó y miró a todos lados, con los ojos muy abiertos y la varita en alto. Entonces, vio las chispas rojas. Por el tono femenino y hasta un poco chillón del grito supuso que sería Luna. Empezó a correr hacia el lugar de donde venían las chispas. En primer lugar, Luna le caía muy bien, confiaba en que serían buenas amigas en el futuro. Y en segundo, si había algo que había aprendido de sus viajes con Severus, su mejor amigo, y de su propia experiencia como amiga de él, es que a los amigos hay que apoyarlos y ayudarlos siempre, sin importar lo que cueste, sin pensar en una recompensa. Sólo pensando en ellos.

     

    Cuando le pareció que estaba cerca, comenzó a esparcir Desmaius por doquier. Supo que un hombre lobo era la causa del problema, ya que la chica lo había gritado segundos después. La escena, desde la perspectiva de la pequeña bruja, era bastante incomprensible, borrosa. Sin embargo, pudo distinguir que había más personas lanzando hechizos. Entonces, llegó a un pequeño claro junto con las profesoras, donde Luna, aterrada y echada en el suelo (se había caído), observaba fijamente y con ojos llenos de miedo, a un hombre, Fenrir Greyback, que afectado por todos los hechizos cayó al suelo de pronto, al parecer herido. Rosie observó a Luna por un segundo y luego se dejó caer, no sin antes esbozar una gran sonrisa de alivio.

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  16. FICHA DE PERSONAJE

     

    Datos Personales:

     

    Nombre del Personaje: Rose Weasley

    Sexo: Femenino

     

    Edad: Joven, 13 años.

     

    Nacionalidad: Irlandesa.

     

    Familia(s):

    Familia Weasley (Sanguínea).

    Familia Lovegood (Adoptiva).

     

    Padre(s) Sanguíneo:

    Mynerva de Weasley

     

    Padre(s) Adoptivos:

    Elizabeth Poulain

     

    Trabajo:

    --

     

    Poderes Mágicos:

     

    Rango Social: Aprendiz

     

    Bando: Neutral

     

    Rango dentro del Bando: --

     

    Nivel de Poder Mágico: --

     

    Puntos de poder en objetos: 20

    Hechizos adicionales: Los pondrán los moderadores

     

    Puntos de poder en criaturas: --

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: Los pondrán los moderadores

     

    Habilidades Mágicas:

    --

     

    Conocimientos Especiales:

    --

     

     

    Perfil del Personaje:

     

    Raza: Humana

     

    Aspecto Físico:

    De cabeza mediana y tez muy blanca, Rose siempre ha tenido un dejo fantasmal en su aspecto. Su cabello es rojizo y largo. Sus ojos son verdes y muy brillantes y producen en ella una mirada soñadora y perdida. No es muy alta y es delgada. Su forma de vestir siempre es deportiva y relajada, solamente tiende a producirse en ocasiones especiales. Le encanta tener el pelo suelto o, si hace calor, recogido en una cola de caballo.

     

    Cualidades Psicológicas:

    Ella es muy abierta con los demás y no tiene miedo a demostrar sus emociones. Es inmensamente soñadora y tiene una gran imaginación. Es muy sensible. Actualmente suele estar triste y melancólica por un golpe emocional que ha sufrido respecto a su mejor amigo. Valora muchísimo a sus amigos y haria lo que sea por ellos. Toma las situaciones con calma, ya que es una chica inteligente, atenta y bien dispuesta. Es muy audaz y suele aceptar los desafíos. Aunque ahora está muy triste, genralmente se la ve feliz y con ganas de hacer nuevas cosas todos los días. Tiene mucha locura y espontaneidad y ama tener nuevas aventuras con sus amigos día a día. Además, al tomar una desición es muy firme y se aferra a ella.

     

    Historia:

    Desde que nació, Rosie siempre supo que su destino estaba en Hogwarts. Sabía que no tendría problema con las clases y mucho menos en conseguir amigos. Naturalmente fue así, y todo se desarrollaba normalmente. Había quedado en Ravenclaw, aunque no había muchas posibilidades de que fuera diferente. Ya había conocido a muchos compañeros, más grandes y más chicos. Su primer año fue genial. Sin embargo, sentía que estaba un tanto atrapada allí dentro, ella soñaba con vivir grandes aventuras acompañada por sus amigos. Pero se contentaba pensando que ya sucedería.

    Su segundo año empezó con contratiempos. En un principio, no encontraba a sus amigos por ningún sitio y cuando lo hizo, siempre surgía alguna circunstancia por la que ella, o alguno de ellos debía irse. Un día, entró en la Sala Común y se alegró al ver que su mejor amigo estaba allí. Conversaron un buen rato y él mencionó su parecido con Lily Potter, en su forma de ser. Momentos después él se retiró, dejándola sola y pensando en todo esto. Las noches que siguieron ella tuvo extraños sueños acerca de ese tema. Hasta que un día se despertó sobresaltada para encontrar en su almohada un anillo con el símbolo de los Potter y una frase que le resultó incomprensible. Decidió que no era simple coincidencia y ni bien se levantó, algunas horas más tarde, corrió en busca de su amigo, pero él le tenía malas noticias. Había sido mordido por un vampiro. Ella se asustó un poco, pero más que nada sintio preocupación por él, quien lo malinterpretó como un deseo de alejamiento. Creyendo esto, su amigo comenzó a distanciarse de ella, al punto de no hablarle ni contestar sus lechuzas. Rose estaba cada vez más desesperada y lo extrañaba muchísimo, pero nada podía hacer. Y luego estaba el asunto del anillo.

    Los días pasaban y Rosie estaba cada vez más sumida en la tristeza. No había sido hasta ese momento que se dio cuenta de cuánto valoraba a su amigo y que ese afecto tal vez superara los límites de la amistad. Confundida y llegando tarde a la clase de Encantamientos, Rose tomó una desición. Se dirigió a su dormitorio y tomó su mochila, a la que le aplicó el encantamiento de Expansión Indetectable. Entre otras cosas introdujo en ella el anillo. Con una firme resolución en sus ojos, sacó su varita y se encaminó a los terrenos. Ella sola buscaría la respuesta a todo lo que la extraña joya significaba.

     

    Pertenencias:

     

    Objeto Magico Legendario:

    --

     

    Objetos Magicos:

     

    Objeto 1: Varita mágica de Ollivander's, 31 cm. núcleo de nervios de corazón de dragón, madera de sauce, similar a la de Lily Potter, excelente para encantamientos.

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Objeto 2: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

     

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

     

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

     

    Elfos:

     

    * Elfo 1: --

    * Elfo 2: --

     

     

    Licencias, Tasas, Registros:

     

    Licencia de Aparición: --

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: --

     

    Registro de XXX: Se obtienen en los departamentos ministeriales (por ejemplo, registro de criaturas, registro de animagia, etc.)

     

     

    Otros Datos:

     

    Otros datos:

    Perteneciente a la casa Ravenclaw. Creyente de las Reliquias de la Muerte. Apodada "La Dama Azul" para sus amigos más cercanos. Nadie le dice Rose, todos Rosie.

     

    Cronología de cargos:

    --

     

    Premios y reconocimientos:

    --

     

    Links de Interés Referentes al Personaje:

     

    Link al Perfil de Comprador MM: --

    Link a Bóveda Personal: Bóveda 99661

    Link a Bóveda Trastera: --

    Link a Bóveda de Negocio: --

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Weasley

    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia Lovegood

  17. On Rol

     

    Estaba en la SC. El tema había surgido cuando él nombró las varitas y yo recordé lo que tan furiosamente trataba en esos días de alejar de mi mente. Me sobresalté al oír la palabra "varita", si un respingo y lo miré. Estaba jugando con mi anillo, la única prueba con la que contaba para tratar de llegar a la verdad de mi pasado. Le relaté entonces a mi hermano parte de lo que me había sucedido en esos días, y en un intento de alegrarme, él me ofreció Elixir de Efuroria. Yo, pensando que simplemente haría que esté feliz (había estado distraída en las clases de Pociones, lo cual era muy raro) bebí de la cuchara que me ofrecía. Y él se echó a reír. No entendía nada y le mencioné, divertida, que todos lo creerían loco.

     

    -¡Tú vas a ser la loca!! Espera a que haga efecto la poción. ¡Empezarás a reírte por todo, jajajajaja!!!!!-Realmente quise matarlo en ese momento pero shhhh... Le respondí con la verdad...

     

    -Lalalala no me importa perder la cabeza porque ya la perdí lalala...- Así soy yo, nada se puede hacer.

     

    De pronto, sentí una leve brisa en la nuca y que me tocaban el pelo. Me di vuelta sin dejar de reír. Un sobre estaba en el suelo. Lo tomé con dificultad, agarrándome de las costillas. Lo leí lentamente, tardé bastante porque las lágrimas de ria me empañaban los ojos. Ya estaba dudando de que fuera Elixir de Euforia. Él dijo que era añejado de cuando era pequeño, él mismo lo había hecho *Sí, claro!*, pero le costó tanto encontrarla que... ¿y si fuera... no sé... Esencia de Locura... o Poción Produce-Risa-Crónica??:D En fin, cuando por fin comprendí lo que decía, pegué un salto de alegría, ¡Me habian aceptado en la Academia!! Y comencé a bailar el Gangam Style "Oppa Gangam Style!! Ehhh... sexy ladyy...Bum, bum...!" B) Aunque ahora no estoy muy segura de que eso haya ocurrido... Realmente, esa poción era algo raro, ¿cómo podía ser posible que estuviera así de feliz (aún con la poción) considerando lo que me ocurría en esos momentos? Ni bien pensé esto, dejé de reir. Tenía lágrimas sí, pero ya no eran de risa, si no de tristeza al recordarlo otra vez. :cry: :cry:

     

    Off Rol

     

    Bueno, de mi... ¿Qué puedo decirles? Me llamo Sofía, soy de Argentina y tengo 13 años. Generalmente soy espontánea. Soy muy firme a la hora de tomar decisiones. Suelo ser sarcástica pero siempre tengo al menos un oído abierto cuando mis amigas/os me necesitan. Entre mis pasiones están: la literatura (leer), escribir, natación y mis perritas hermosas!!

     

    La base de mi personaje es la locura (locura sana xD), si debo decir la verdad, también las ocurrencias de todo tipo. Se parece a mí en el hecho de que siempre está para escuchar y ayudar a sus amigos. Es inteligente y estudiosa. Sin embargo, es muy sensible y valora a sus amigos más que nada en el mundo.Su nombre es Rose Weasley, tiene 13 años, pero nadie jamás utiliza ese nombre, todos la llaman por su diminutivo, Rosie. Además, tiene un sobrenombre, conocido sólo por sus amigos más cercanos, que es "Dama Azul". Ese nombre fue inventado por su mejor amiga a partir del amor que Rosie tiene por la casa Ravenclaw, de la cual supo que pertenecía desde que tuvo conciencia.

     

    La descripción física ya la sabrán más adelante, pero puedo decirles que Rose tiene pelo castaño semi pelirrojo y ojos verdes. Además tiene una pasión irrefrenable por el Quidditch y las Pociones. Es de ascendencia italiana e inglesa y, si se la mira fijo, se descubre en ella un dejo de fantasma.

     

    En este momento la vida de Rose está ocupada por dos grandes cosas. La primera, es que descubrió que, en su alma, ella tiene gran parte de Lily Potter y ha descubierto un anillo, reliquia de la familia, que podría lllevarla a descubrir los secretos de sus antepasados y también de Lily y del posible parentesco que podría tener con ella. La segunda, es la conversión de su mejor amigo en vampiro. Esto la tiene de veras preocupada, porque cree que esa es la razón por la que su amigo la evita y la ignora. Además se da cuenta de cuán valioso es para ella y está descubriendo los verdaderos sentimientos que tiene hacia él. :love:

     

    Saludos!!!!

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