Balderik Von Alexandros

Diecinueve años después
 
Segunda parte
 
La chica fantasma conocida como Myrtle le miraba con una furia, tal vez por su color grisáceo fantasmal no se notara pero en vida podría estar roja del enojo, dejando y sintiéndose, así al joven Kritzai algo alarmado, dio un par de pasos hacia atrás pero sin dejar de mirarla ni un segundo, el hacerlo o el simple hecho de hacer algo inesperado podría desatar su furia, que aun estaba ella muy callada como si contuviese los gritos, en el baño solo era iluminado por la gran luz de luna sobre el cristal de la ventana, pero si hubiese velas estarían apagadas por el ambiente que emanaba Myrtle.
 
—¡¡¡Como te atreves!!!…¡Vienes he interrumpes mi espacio, ni siquiera te conozco!… ¡luego pides mi ayuda… sobre eso! ¡¡¡Eso que me provoco la muerte!!!— y el sollozo fue estratosférico, parecía que todo el lugar estallaría por sus gritos, el castaño entrecerró los ojos por lo intenso de su voz dando un par de pasos mientras ella flotaba hacia el mas rápido entrecortando su distancia.
 
Kritzai solo había escuchado un par de cortas historias sobre Myrtle, comentarios sobre ella mientras transitaban de vez en cuando sobre el pasillo, casi ignorando su presencia pero ahora que la tenia de frente no había esperado este grado de intensidad. La miró fijamente por unos segundos casi cayendo de nerviosismo, pero algo en su interior le decía que debía ser amigable, la cortesía podía ser aliada…
 
—Perdóname Myrtle, no deseaba interrumpirte en verdad, solo deseaba buscar la legendaria entrada…se que no fue algo bueno venir así y pedirte tu ayuda, y mas sobre eso.—Continuó el Haughton ahora con mas calma, ya que ella había parado su llanto como expectante a las palabras del castaño.— Me llamo Kritzai y deseo buscar algo allí, algo muy importante para dárselo alguien, y esta en la cámara de los secretos— Lo dijo con voz sutil, había encontrado algo, en su mente sentía el cosquilleo que estaba por buen camino.
 
—Si me ayudas créeme, podríamos hablar sobre tu trágica muerte, podría venir de vez en cuando hacerte platica… ¿pero por favor me ayudarías?— Le miró fijamente, debía mostrar confianza y seguridad, así que cuando flotó ella pasando lejos de él, sintió que no había funcionado, meneo su cabeza lentamente y dio un par de pasos hacia la salida.
 
—Hace algún tiempo, un guapo y gran chico llamado Harry Potter…—La voz de Myrtle le llegó sobre la espalda, sus palabras se llenaron de melancolía pero se dibujaba una sonrisa muy curiosa sobre el rostro de la fantasma—Encontró la entrada a la cámara sobre aquel lavabo, habló unas extrañas palabras y así la entrada se reveló para el— Señalo con su mano aquel lavabo que había tocado momentos antes el joven Kritzai, sonriendo se acercó rápidamente, tocándolo por todas partes notó, sobre la llave de agua una figura, una pequeña serpiente grabada en ella.
 
La miró extrañando, sabia que la cámara de los secretos fue creada por Salazar Slytherin, hablante de Parcél, la lengua de las serpientes… —¡Parcél!…— dijo emocionado, pero luego de cayo una sonrisa formada. cuando comprendió que seria muy difícil—Parcél…Parcél, donde encontrare a alguien que hable Parcél…—
 
Camino por todo el baño dando círculos, mientras Myrtle canturreaba algo incomprensible, con su mano sobre su quijada, Pensó muchas ideas algo locas, caóticas e imposibles de llevar. Sacó su varita y con unas palabras de invocación apareció saliendo de su varita una serpiente, esta siseó al castaño pero el chico la miró por segundos, como evaluándola, luego sonriendo dirijo nuevamente su varita a la serpiente —Oppungo— el hechizo impactó en la serpiente rápidamente con doble efecto le pensó hacia ella, hacia la serpiente, <<sisea algo al lavabo, lo que sea que abra la cámara …¡ábrete!>>
 
La serpiente se movía de un lado casi danzando para él. Hasta que llego el sonido proveniente del reptil le hizo sonreír, —Sheehesssss— casi como gruñido sonó pero al instante algo pasó, el lavabo se corrió a un lado revelando al instante un pasadizo, realmente oscuro, ya sin darle la luz de luna, —Lumos—Dijo el castaño y se adentro pero sin antes reparar en la serpiente, <<Tu vienes conmigo…>>
 
—Gracias Myrtle por la ayuda— Le sonrió y se adentro con paso lento y precavido, hasta que de pronto sintió caer por una rampa, mas y mas casi sin fin, mientras el castaño gritaba por la sorpresa, cuando sus pies tocaron suelo, se levantó iluminando lo que podía, un pequeño ruido atrás de el, le confirmó que era su serpiente aterrizando, el lugar era casi una bóveda rocosa, con muchos pasadizos por todo lados, el olor era asqueroso, y ahora pensaba el castaño en que se había metido.
 
Camino precavido con su varita lista, solo con esa pequeña luz y su serpiente convocada. Luego de mucho tiempo, entre pasillos rocosos, notando huesos de algunos animales muertos y la gran oscuridad llegó ante una gran puerta de metal, sonriente notó muchas serpientes adornando la circular entrada, la había encontrado. Sonrió para si y luego miró a su serpiente, <<de nuevo…>>
 
—Sheehesssss— emitió la serpiente cuando sonidos crujientes de metal se escucho de la puerta, Kritzai dio un par de pasos hacia atrás, cuando estuvo completamente abierta, suspiró para asi avanzado lentamente.
 
—Yo no entraría allí si fuera tú— a su espalda y provocando un gran susto en el castaño estaba Myrtle.
 
—¡¡¡Myrtle!!! Casi me matas de un susto, bueno…digo me alarmaste— Se corrigió disculpándose con la mirada a la fantasma. — ¿Por qué dices eso? El Basilisco esta muerto…—
 
—Porque desde hace un tiempo entre tuberías he escuchado ruidos de algo muy feo, y provenía de aquí…— Lo dijo con voz cautelosa.
 
—¿Qué has escuchado? ¿Qué ruidos? — Preguntó Kritzai alarmado cuando algo...en las profundidades de la cámara llenó todo el espacio, un gran sonido, un gran gruñido poderoso y brutal, luego de algo arrastrándose de las profundidades sobre el suelo, pesado pero veloz, acercándose a donde estaba el castaño rápidamente.
 
—Eso…—