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Shasha Granger

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Mensajes publicados por Shasha Granger

  1. Pocos estudiantes se habían presentado aquel día, pero la clase debía de continuar. Las brujas que se habían presentado, las conocía de su anterior clase de Generales, había conseguido unas buenas compañeras y se alegraba de que ahora volvieran a compartir aquella aventura.

    Una de las profesoras, con cara de pocos amigos, comenzó a explicarles la siguiente tarea. Shasha mantenía la mirada fija en un punto, esperando a que pasara la tediosa explicación, siempre había preferido la acción a la descripción, nunca aprendías de verdad sino practicabas lo estudiado, esa era su realidad, y lo había comprobado en más de una ocasión, no por mas explicar sabias hacerlo, cuantas veces había visto en ridículo a mas de una persona, en sus largas travesías por las ciudades.

     

    Sacudió su cabeza para volver a la clase, donde tenía delante una esplendida pluma color blanco la cual debía de tomar con su mano. Todos los demás alumnos hicieron caso de las indicaciones de la profesora y al grito de tres, todo desapareció.

    De repente se encontraba en un torbellino, parecido, por no decir igual, que el que les había llevado a la época anterior en la otra clase. Giro sobre sí misma, todo estaba oscuro, los ojos los mantenían cerrados, notando como su cuerpo giraba y giraba hasta llegar a empotrarse contra algo fino, caliente, y duro. ¿Arena?, pensó.

     

    Abrió los ojos lentamente, se encontraba boca arriba, estirada todo lo larga que era sobre un montículo de arena, bajo un sol ardiente. Notaba como aquellos rayos de sol, penetraban en su piel haciendo que esta le ardiera, le escociera y peor, le picara.

    Se levanto clavando las manos sobre los pequeños granos de aquella fina arena, que pronto comenzó a volar entre todos ellos, debido al viento que empezaba a formarse. Al erguirse por completo, se sacudió la arena que había quedado pegada en las palmas de sus manos, sus piernas y brazos, incluso sacudió un poco su largo cabello trenzado, comprobando como los granos volvían a unirse al gran manto de arena que pisaba.

     

    Entorno los ojos tanto como pudo para mirar a su alrededor y vislumbrar que todos estuvieran bien, como deseaba tener sus gafas allí, el sol le hacía daño a sus grandes ojos, tan solo pudo conseguir tapar con su camisa sus brazos que ya comenzaban a ponerse rojos. Sus compañeros se sacudían la arena tal y como ella había hecho hacia escasos segundos, y pronto una de las profesoras comenzó a hablar.

     

    Explico la razón de la llegada a aquel lugar, como eran las pirámides, que estaba segura iban a investigar. Todos la comenzaron a seguir pues comenzó a avanzar hacia aquellos majestuosos edificios en forma de triangulo. Siempre se había preguntado como unos muggles podían haberlas construidos, aunque ahora su respuesta era clara, los magos de aquella época habían sido los constructores de tan majestuosa maravilla arquitectónica.

    Era cierto que las pirámides eran tumbas para reyes, tal y como su profesora explicaba. Cada vez se acercaban más, y Shasha estaba deseosa de saber más sobre aquella joya de la que estaban hablando:

     

    - Una pregunta- Dijo deteniéndose un momento, alzando sus pies unos centímetros de la arena que los cubría por completo y sacudiéndolos. Sus ojos estaban cada vez mas rojos debido al sol: - ¿Vamos a pasar dentro de las pirámides?-

     

    Esta vez miraba a su alrededor, las caras de sus compañeros eran de asombro y a la vez de curiosidad, estaba claro que iban a penetrar en aquellas tumbas faraónicas, pero eso no era lo que a Shasha le intrigaba, el que fueran tumbas, sino el hecho de que las pirámides tenían fama de tener numerosas trampas para todo aquel que quisiera perturbar el descanso de los muertos:

     

    - Según tengo entendido, y corrijanme si me equivoco, las pirámides son un gran sumidero de trampas, y si unos magos han escondido objetos en ellas, no tengo duda que las trampas serán peores- Su voz sonaba emocionada, no estaba para nada asustada, tenía su varita en su bolsillo, dispuesta a ser utilizada ante cualquier obstáculo.

     

    Off

     

    Perdon por la demora, asuntos muggles y ahora tengo el brazo inmovilizado por una tendiditis que no me permite tener plena movilidad en el brazo. pero seguire!!!

     

    Mi ficha!

  2. Los alumnos estaban pendientes de las siguientes explicaciones de los profesores, tras aquellas definiciones y explicaciones de la tarea, separaron a los chicos en parejas, ahora si estaba comenzando la clase de verdad, un duelo, aunque fuera una clase, con aquella prueba aprenderían más que con simples tareas. Ella siempre había opinado que para aprender, mejor era realizar la tarea que tanta teoría.

     

    A cada pareja de alumnos le repartieron una pequeña moneda dorada, resultando ser un traslador, el cual los transportaba, a cada pareja a un lugar diferente. Shasha y su contrincante, esta vez Gaby, tras unos momentos de angustia en aquel torbellino que provocaba el traslador, llegaron a una especie de jardín.

     

    Era de noche, la luna se alzaba completamente redonda en lo alto del cielo, transmitiendo una luz que iluminaba perfectamente aquel escenario. Se encontraban en un jardín en forma de círculo, con varias rocas rodeándolas a ambas brujas, a mas de diez metros de cada una, a excepción de algunas más pequeñas que se encontraban a unos cuatro metros de ellas.

     

    Además, las los arreates de los que contaba el jardín, estaban llenos de unas enredaderas que trepaban sigilosamente unas entre otras. Justo en medio de ellas, pero algo más a la izquierda dejando perfecta visión entre ambas brujas, había una preciosa fuente, que se alzaba majestuosa ente ellas dos, con una base circular de mármol blanco, lleno de agua cristalina.

     

    El cuerpo de la fuente era en forma de candelabro, terminando en punta cilíndrica, de donde emanaba un chorro de agua que llenaba de base. Pegado a la base, se encontraban dos querubines también de mármol, en extrañas formas que echaban agua por sus bocas.

     

    Las dos brujas se encontraban en ese lugar, mirando cada centímetro del mismo, esperando alguna señal de comienzo por parte de su contrincante. Shasha sacó su varita de sus jeans. Para aquel día había elegido unos jeans largos, los cuales dejaban sus piernas cubiertas, que terminaban en unas zapatillas. Arriba llevaba una simple camiseta olímpica de color blanco, y su cabello recogido en una cola de caballo, alta y esplendorosa que relucía con los rayos de la luna:

     

    - Bien, comencemos-Dijo apuntando a uno de los querubines que disponía la fuente y apuntando con la varita directamente al querubín que se encontraba a menos distancia de gaby, a unos tres metros dijo:

     

    - Morphos-El querubín, se transformó directamente en una Bungarus, una serpiente de la India, de colores negros y amarillos, que medía dos metros, pues era una grande, la cual reptando rápidamente se dirigío hacia Gaby, clavándole los poderosos colmillos en la piel de su contrincante, incluso atravesando sus ropas, el veneno que transmitía la serpiente, 16 veces más potente que el de una cobra, induciendo parálisis muscular rápidamente, comenzando a paralizar el cuerpo de Gaby para después, sino se curaba rápido terminar con convulsiones y paralización entera.

  3. Tras a ver terminado la historia de aquel mundo mágico en la madrugada, se dispuso frente a su tocador, a realizarse un moño alto con las puntas fuera de la goma plateada que cubría aquel círculo de cabello cobrizo. Mientras se terminaba de arreglar el cabello Lala, su elfina apareció con una sonrisa y una carta en sus manos:

     

    - Señora, ha llegado esto para usted, me alegra verla tan contenta-Ella sonrió y tomo la carta entre sus manos rasgando el sello de cera que la cerraba, en el cual las siglas AM quedaron partidas por la mitad dejando ver el interior de la carta, una escritura delicada, en color negro con letras finas, seguramente escritas con pluma.

     

    Aquella carta, le comunicaba que la nombraban prefecta de su casa. Esbozó una enorme sonrisa, uno de sus logros propuestos lo había conseguido:

     

    - Preparame el vestido blanco con encaje azul Lala, me voy a una fiesta-Sin dar crédito a lo que decía Lala fue a cumplir la orden de la Rambaldi. Al terminar, Shasha se encontraba ataviada con un delicado vestido blanco, entallado hasta la cintura para luego soltar una faldar que cubría hasta mitad de la pierna, algo por encima de las rodillas, el vestido terminaba en una cenefa azul oscuro, del mismo color que el encaje en forma de flor que cubría todo el vestido sin mangas, para terminar unos tacones del mismo color azul acababa su atuendo.

     

    *****

     

    Al llegar a pie a la Academia, el bullicio que encontró, no podía ser menos que una muestra de la fiesta que se encontraba en su interior. Vestidos y trajes de diferentes colores y formas estaban esparcidos por todos lados. Se dirigió hacia el interior del salón donde aquella Graduación que había sido tan esperada, dió comienzo. Los graduados, algunos conocidos, subían tras ser nombrados, ahora cada uno elegiría un camino que seguir, y donde permanecer.

     

    Había llegado el momento de nombrar a los prefectos, Shasha estaba entre ellos, había conseguido su propósito. Con una sonrisa, bajó de aquel escenario, para ser felicitada por su compañera Gaby. Las dos habían compartido una gran clase de generales y ahora estaban juntas de DB y RB, se dieron un abrazo cariñoso y ella se fue hacia sus amigos.

     

    Shasha, se dirigió hacia la Stark, la norteña parecía no verla:

     

    - Hola Stark, ¿para mi no hay regalo?-Le dijo con un tono de voz sarcástico con una sonrisa en los labios. Su tía Anna también parecía olvidarse de ella:Tía Anna-Gritó entre toda aquella multitud

  4. Quedó asombrada de como había terminado aquella figura de papel, como había tenido la suficiente paciencia como para hacer aquello. Ella no era tan ágil con el papel como podía serlo con los arreglos florales. Esos delicados aromas, su gran colorido y el resultado final, merecía la pena intentarlo.

     

    Shasha sabía poco de aquel arte, tan solo una vez había conseguido encontrar a un japonés experto en el tema y fue hacía muchos años atrás, cuando viajando por España, en una de las capitales encontró una exhibición de dicho arte y fue una de las pocas cosas que la controlaban:

     

    La verdad, no conozco el funcionamiento de todo esto, y como sigamos así te aseguro que poco vamos a aprender-Se recostó más sobre la silla, habían conseguido relajarse hasta tal punto, que si ella necesitara dormir, ya habría dado una cabezada:

     

    - Nos vamos a ganar el sueldo por no hacer nada-Alzó una ceja y esbozó una pequeña sonrisa de lado, bastante pícara. Chasqueó la lengua ante las respuestas de la norteña. No entendía nada de las patrullas, pues lo único que sabía era que durante sus visitas a varias mansiones, estas, habían quedado interrumpidas por los "enmascarados", grupo que quisiera pertenecer algún día:

     

    - La verdad, era por entretenernos en algo, se que nosotros no podemos escribir leyes, pero me aburro-Se encogió de hombros y le tiro un papelito en forma de bola, que cayo justo en la frente de la Stark, haciéndola parecer una niña pequeña:

     

    - Perdón-Dijo entre risas. En ese instante apareció una joven, al parecer Stark la conocía ya que se puso algo tensa pero enseguida tomó el control de la situación.

  5. La norteña Stark, se acomodó en uno de los cubículos que estaban a la izquierda de ambas brujas. Se sentaron en sillas contiguas y se relajaron ya que por lo que había dicho Pandora, podría pasar mas de media hora hasta que pudieran ser recibidas.

     

    La bruja, sacó de su bolsillo un pergamino bastante arrugado, con el que empezó a juguetear, doblándolo por los lados, haciendo dobleces por otros, estaba claro que quería hacer una figurita de papel, había visto esas cosas durante sus viajes por las distintas partes de España, sino recordaba mal, era un arte japonés, adoraba todo lo relacionado con la cultura japonesa, un secreto que nadie conocía:

     

    - ¿Lo que haces es origami?, a mi me llama la atención el Ikebana, esos mágnificos arreglos florales son hermosos, ¿no crees?-Le dijo mientras enredaba su cabello en su dedo, haciendo pequeños rizos sobre él:

     

    - ¿Desde que nos vimos por última vez?, bien, pues me nombraron prefecta, me hicieron falsas ilusiones y...creo que ya nada más-Habló bastante rápido, sobre todo las últimas palabras, no quería airear sus sentimientos a los siete vientos:

     

    - ¿Sabes?, podrían organizar una patrulla de "policias", creo que a veces los aurores no llegan a tiempo a los diferentes sitios-Su mente divagaba en las ideas que se le habían estado ocurriendo durante el tiempo que llevaba allí. Miró a la Stark con intriga, esperando una respuesta pues estaba demasiado absorta en su pequeño trozo de papel:

     

    - ¿Qué tal escribir alguna nueva ley?-Siguió, esta vez su mirada al techo, pensativa, sin parar de hacer los rizos con su dedo.

  6. Reachel Targaryen

     

    La Targaryen escuchó las palabras de su compañera de dirección, y soltó un pequeño bufido ante sus excusas. No estaba de acuerdo con lo que ella decía, pues ante todo aquello, la señorita Lovett sabía que todo aquello terminaría con un acercamiento por parte de ambos:

     

    - Sabes, que luego pasarán a mayores, y según tengo entendido, la señorita Vanessa, está saliendo a pasear, con otro joven, ¿me equivoco?-Su mirada estaba clavada sobre su compañera y alzando una ceja a modo de asombro ante sus últimas palabras:

     

    - No te haces una idea de lo moderna que puedo llegar a ser Lovett, pero no quiero que tan jóvenes empiecen con los delirios de amor-Explicó la Targaryen tranquilamente, ahora sus manos estaban entrelazadas bajo su pecho, aunque poco podían ver ya que la túnica que llevaba la tapaba por todos lados:

     

    - Señorita Lovett, ¿usted cree que yo, no he tenido mis líos amorosos?-Esta vez su tez se había suavizado y su tono era más bien pícaro y algo pervertido, recordando aquellos escarceos amorosos.

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  7. Las caras de las dos brujas eran un poema, estaban algo asombradas por aquel comentario que había hecho la Rambaldi sobre su "descontrol". Pero no tenía ella la culpa, siempre había permanecido sola, nunca había permanecido varios días con las mismas personas, por miedo a hacerles algún tipo de daño.

     

    Su intenso deseo por conocer a su salvador, había decaído hasta tal punto, que apenas si pensaba ya en él, pero eso no había conseguido acabar con el deseo incontrolable de la sangre que muchas veces invadía su cuerpo, su ser, era algo superior a ella, y ahora aunque se controlaba más, a veces, no podía dejar pasar aquel instinto de sed que tenía:

     

    - ¿Con un hechizo Stark?-Dijo la Rambaldi alzando una ceja mirándola incrédula ante aquel comentario de su amiga norteña. Aquella afirmación que hacía no era causa de un hechizo, o por lo menos no hacía falta. Shasha venía de esta años en el mundo muggle, viendo como cambiaban y se modernizaban con los años:

     

    - Creo que sin hechizo alguno, el trozo de madera flotaría por sí solo-Dijo la prefecta con una media sonrisa, recordando los tiempos en que había visto grandes embarcaciones de madera flotar sobre el agua, y no por un hechizo, sino por lo que los humanos llamaban, física:

     

    - Umm, no se si sin agua podríamos hacerlo, ¿nos arriesgamos Stark?-Se cruzó de brazos y la miró con incertidumbre.

  8. Aunque eran pocos los que se habían presentado, la clase seguía su curso. El tour que les hicieron a los estudiantes, fue sencillo. Pasaron hasta los ascensores del Atrio del Ministerio, hasta que los elevaron al grupo hasta la planta número nueve, "Departamento de Misterios", dijo una vocecilla informando del lugar al que habían llegado.

     

    Sus compañeros, parecían nerviosos, y no era para menos, aquella clase les ayudaría a defenderse de los ataques que muchas veces asolaban las callas, mansiones o establecimientos de Londres. Ataques realizados por los dos bando enemigos que existían, mortifagos y fenixianos.

     

    Shasha había estado meditando durante un tiempo en cuál de los dos quería estar y se había decantado por el bando más oscuro, el de los mortifagos, los cuales siempre andaban causando el terror por los diferentes lugares.

     

    Ella, más que nerviosa estaba deseosa por empezar la clase, no estaba segura que se le dieran bien los duelos, pero pondría todo su empeño. No se había dado cuenta, que habían llegado a la sala de la Muerte, un lugar circular, con gradas a los lados, y en el centro un arco protegido con un velo, un velo negro, del cual se decía que si caías en el, no volvías a aparecer, transportándote a una muerte segura, al menos eso le pasó al legendario Sirius Black, o eso había leído en la gran historia de aquel lugar.

     

    Nada más llegar a la sala, los dos profesores comenzaron una pequeña danza de hechizos, cada uno de una manera, intentando defenderse del otro, estaba segura que lo hacían para enseñar, no creía que se mataran entre los dos...o si.

     

    Al poco, el duelo termino, comenzando así la siguiente tarea. Shasha había estado muy pendiente de aquel duelo, y por ello suspiró ya que la tarea mandada por ellos, era detectar los errores que ambos profesores habían tenido adrede. Sacó un pergamino y una pluma de la mochila que llevaba siempre en la Academia y comenzó a escribir a paso rápido.

  9. Llevaba un buen rato en la oficina, había paseado por todos los cubículos de los que disponía su lugar de trabajo. Sus pasos resonaban huecos, significado de que se encontraba sola. Al llegar a una de las puertas, unos murmullos le sobresaltaron, seguramente allí se encontraba casi toda la plantilla, o los jefes en una reunión. Decidió quedarse con la duda, no quería molestar allí adentro.

     

    Siguió paseando por el lugar, era tan distinto a como lo había imaginado. Había imaginado miles y miles de juicios, o denuncias o nuevos informes de nuevas leyes, pero, al parecer, todo estaba algo parado. Se encogió de hombros, abrocho su americana azul y se quedó mirando uno de los cubículos, estaba bastante recogido, ¿sería ese su sitio de trabajo mientras durara su aprendizaje?.

     

    Ensimismada en sus pensamientos no se había percatado de la presencia de una bruja que acababa de pasar a la oficina. Su voz resonó tras de ella, iba a contestar cuando al girarse se dio cuenta de que, quién se trataba era de Pad:

     

    - Stark, que gusto verte aquí, ya pensaba que iba a estar sola, ¿trabajas aquí?-Le preguntó animada. Se acercó a ella y le dio dos besos, uno en cada mejilla a modo de saludo. Ella tenía razón, parecía cosa del destino, últimamente se encontraban en todos lados:

     

    -Llevo aquí ya un rato, pero nadie me recibió, ¿sabes lo que hay que hacer?-Le preguntó algo cansada de estar esperando.

  10. Shasha, miró la cara de sorpresa de amabas chicas, sus ojos estaban fijos en los labios de la Rambaldi. Se llevó lentamente uno de sus largos dedos hacia el lugar que miraban. Palpó algo frío, pegajoso, según el olor que despedía era sangre. Maldición, había dejado pruebas de su crimen cometido con anterioridad:

     

    - Perdonar, últimamente...estoy algo descontrolada-Se disculpó ante ellas, limpiando con cuidado aquella gota color carmesí que había dejado olvidada tras su pequeña cacería de hacia unos minutos. Sus ojos se desviaron ahora hacia el ave que la Stark portaba en su brazo. aunque no pudo evitar la mirada de Gab, se había convertido en extraña, aquella mirada dulce que siempre llevaba había desaparecido:

     

    - Gaby, ¿te encuentras bien?-Se acerco hacia ella, a la vez miraba a Pad que se hacía la distraída:- Pad, en generales Gab y yo, pasamos unos momentos muy divertidos-Recordó aquellos días, durante los cuales el grupo de alumnos de Generales, debían de conseguir un sombrero para salvar el presente:

     

    - Les vuelvo a pedir disculpas por...una pequeña gotita de sangre, los hombre...suelen darnos problemas, ¿verdad?-Les dijo, intentando parecer tranquila, y a la vez tranquilizarlas a ellas, no quería que pensaran que iba a atacarlas, aunque su instinto le decía que Gaby, era como ella:

     

    - ¿Qué hacen aquí?-Les preguntó curiosa, se sentía bien en aquellos momentos. No tenía la presión en el pecho que siempre le acompañaba, seguramente porque había cargado bien su cuerpo de aquel líquido carmesí.

  11. Había subido sigilosamente las escaleras de la mansión, intentando por todos los medios que su elfina ni nadie de la mansión se despertaran. Despedía un olor como a hierro, tenía el pelo pringoso, sucio y enmarañado, pocas veces lo llevaba así.

     

    Al llegar a su cuarto, sus intentos por pasar desapercibida habían sido en baño, Lala su elfina estaba esperándola con sus grandes ojos mirándola inquisidora. La Rambaldi pasó de largo y sin dirigirse a ella, con dirección al baño que se encontraba dentro de su cuarto. Al entrar, encendió la luz, miró su rostro en el espejo. No se reconocía, llevaba la cara ensangrentada, el cabello enmarañado, sus ropas rotas y sucias y aquel olor a sangre que despedía era asqueroso.

     

    Por el espejo se reflejó como su elfina llegaba al baño, pasaba tras de ella y abría el grifo de la bañera que descansaba apoyada en el suelo, justo en la pared que tenía a su izquierda. Shasha apoyó sus manos sobre el lavabo, agacho su cabeza haciendo que unos cuantos mechones pegajosos cayeran al frente ocultando su cara por completo.

     

    Empezó a recordar aquella noche, como había perseguido aquella pareja de jóvenes por la oscuridad del parque, los había atacado, uno a uno, hasta dejarlos sin respiración, clavando sus prefectos colmillos en la blanda y tierna carne. Estaba descontrolada, y lo sabía.

     

    -Señora, su nueva clase ha dado comienzo, la esperan en la Academia en la sala 509- La elfina salió entonces del baño, seguramente a prepararles nuevas ropas a la Rambaldi. Se desprendió de aquellas ropas ajadas, e introduciéndose en la bañera, ya llena, cerró los grifos y pudo ver cómo la mañana comenzaba a despuntar con unos perfectos rayos de Sol que entraban en su habitación a través del gran ventanal que tenia.

     

    Se enjabonó bien cada centímetro de su piel, quitando aquel hedor a sangre y suciedad, mientras recordaba la noche anterior. Debía de poner tierra de por medio y hacer algo para acabar con esa sed enfermiza. Lo iba a conseguir aunque fuera doloroso.

     

    Salió del baño, envuelta en una toalla blanca, encima de su cama, aun sin deshacer se encontraba la ropa que Lala le había preparado. Unos pantalones verde esmeralda, acompañados de una camisa blanca, de manga larga que la pondría por dentro del pantalón. Se vistió, no quería que se le hiciera tarde. Ahora con el cabello limpio, lo recogió en una trenza larga, de raíz y salió del cuarto, tenía que caminar hasta la Academia.

     

    Aquel paseo hasta el recinto estudiantil fue gratificante, había sido tranquilo, y por fin llegó. Conocía perfectamente el edificio, por lo que no le costó mucho trabajo encontrar la sala 509. En la puerta ya estaba puesto la nueva clase y el listado de alumnos, entre los que ella se encontraba. Suspiró, o más bien hizo como que suspiraba y entró, dentro ya había dos de sus compañeros. A Gab ya la conocía pero el otro chico era la primera vez que lo veía, las dos profesoras estaban en la mesa de delante, esperando la entrada de los demás alumnos.

     

    Dirigió sus pasos hacia los pupitres centrales, mirando detenidamente cada rincón del aula, bastante amplia, lo justo para aguardar a tanto estudiante. Se sentó en el pupitre elegido, su ceño estaba relajado, tenía una cara relajada, incluso esbozaba una pequeña sonrisa, clavo sus ojos en Gab y la saludo con un gesto de su cabeza mientras el joven hacia su presentación, era su turno:

     

    - Buenos días, mi nombre es Shasha Rambaldi Black, soy hija de Deiwan Rambaldi, sobrina de Hugo J., trabajo en el Ministerio, como aprendiz, en el departamento de leyes - Comenzó a decir de carrerilla, “y anoche estuve asesinando”, quiso decir, pero se contuvo:

    -Espero dar todo de mi en esta clase para conseguir la mejor nota- Era obstinada, y no se permitía fallo alguno. Volvió a sentarse en su silla y espero a los demás compañeros.

     

     

    OFF

     

    Hola mi nombre es Raquel, soy de España, estudio filologia española, tengo casi 26 años, y me encanta estar con mi novio y salir ademas de hacer manualidades con foamy XD. y bueno creo que ya! mi msn esta loco asique uso skype si quieren mandenme un correo y los agrego!me encanta socializar. Sludos!

  12. Reachel Targaryen

     

    Chasqueó la lengua ante la proposición de su compañera de trabajo y los miró por debajo de sus gafas, apenas visibles, de un color plateado, tan finas que solo se apreciaban si lo mirabas con atención. Frunció el ceño y miró a su alrededor, solo estaban ellos cuatro, y además no tenía ni la más mínima de las ganas de pasar frío:

     

    - ¿Unirme?, me vas a disculpar señorita Lovett, pero no me apetece mojarme mis ropajes-Su voz era cortante, a veces con esa altanería que solía portar, daban ganas de estrangularla, ella lo sabía, sabía que ocasionaba aquellos sentimientos en los que la rodeaban, pero, la vida la había hecho así y no había marcha atrás:

     

    - He bajado simplemente ante el escándalo que provocaban estos jóvenes-Ahora, su mirada estaba clavada en la pareja que aún permanecían juntos, incluso delante de la autoridad como eran las directoras:

     

    - Señorita, no está bien visto, que a solas, permanezca tan cerca de un joven, y menos si no es nada suyo-Prenunció sus palabras como si fueran un discurso. No le gustaba que en su colegio se saltaran las normas a la ligera, si ahora los colegios eran mixtos, no era para que estuvieran todo el rato abrazados o dejando el recato fuera, había que hacerse respetar, como ella había hecho hasta el día que se casó, hace mucho tiempo ya.

     

    Shasha Rambaldi

     

    - Si, dejemos atrás por un momento las responsabilidades-Animó al prefecto que parecía demasiado tenso. Suponía que ostentar el cargo de prefecto lo hacía ser más responsable que los demás como si fuera un modelo a seguir, pero hasta un prefecto necesitaba un descanso.

     

    Ella sonrió y mientras su tía Madeleine iba en busca de algo de comer, Shasha, atreviéndose con un poco de magia, susurro algo y un rayo salió disparado hacia el sofá, el cuál en vez de moverse, salió disparado contra la pared, haciendo que todo se llenara de vellón, el cual permanecía dentro del mueble, haciéndolo más cómodo:

     

    - ¡Ups!-Su pelo cobrizo se llenó de aquel vellón blanco, su cara se hubiera tornado roja, si hubiese sido una humana, lo único que sintió en aquellos momentos fue cierta vergüenza por su torpeza:- Lo siento, no controlo muy bien los hechizos-Dijo mirando al prefecto y a su tía que la miraban con la boca abierta.

     

    Su tía dejó caer sus chucherías que portaba, esperaba que no se enfadaran, estaba perdiendo su oportunidad de mostrar que ella podría llegar también a ser prefecta.

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  13. La Rambaldi caminaba a paso rápido y en tensión por las calles estrechas de Londres, después de a ver pasado más de dos horas metida en un vagón de metro, rodeada de muggles sudorosos que iban con prisas a todos lados. Nunca había estado bien entre tanta gente, odiaba las aglomeraciones, tanta gente junta la sacaba de sus casillas, prefería respirar el aire puro, antes que oler a tanto muggle junto, incluso la sangre de todos junta le daba asco, eso no era normal, pero para los muggles si lo parecía.

     

    Su capa ondeaba tras ella a cada paso que daba, esta vez llevaba el pelo cobrizo suelto, caído sobre sus hombros, haciendo pequeñas ondas perfectamente definidas. Según le había informado su elfa, la cual a veces salía a pasear, ahora la clase de duelo se daría en el Ministerio, y debía de ir allí sin utilizar ningún tipo de magia.

    Según había descubierto, después de que Lala le dijera, ahora no podían utilizar ningún tipo de magia para aparecerse en el Ministerio, según sabia había alguna especie de restricción. Ignoraba cuál fuera, pero le daba mucho coraje el tener que ir de esa manera, demasiado tiempo había pasado rodeada de muggles en su infancia y después de la guerra, como para ahora tener que estar así.

     

    Sus pasos al salir de aquel espantoso lugar al que llamaban metro, eran más tensos, su cara se había tornado con una mueca algo arisca, y su sonrisa era inexpresiva. Después de torcer unas cuantas calles y seguir rectas otras, encontró por fin una cabina telefónica, de color rojo, y delante de ella ya se encontraban algunas personas esperando.

    Con paso firme se acercó a ellos, y se encontró con algunas caras conocidas, que habían compartido con ella la clase anterior. Escucho las primeras palabras del profesor castaño, y espero a que comenzaran a pasar al Ministerio.

     

     

    OFF

    Hola!, soy Raquel, tengo casi 26 años, soy de España y estoy estudiando mi segunda carrera mientras trabajo en lo que puedo y ummm creo que ya no tengo mas que decir XD.

  14. Sus pasos se habían dirigido hacia los jardines de la Academia sin darse cuenta, seguramente por inercia la habían llevado al lugar donde mas tiempo pasaba. Aquel día, ya caída la tarde, con el sol tras el horizonte, dejando aquello en penumbra, Shasha había salido a pasear, a distraerse, hasta que se encontró persiguiendo un delicioso olor a sangre joven, la escuchaba tras la nívea piel del chico como corría por las venas lentamente, su instinto se despertó. Aunque había permanecido durante unos días bajo control, aquel día no lo pudo evitar.

     

    Escondida tras unos arbustos en un bosque cercano a Londres, veía como el chico, sin percatarse lo que iba a suceder, recogía leña, seguramente para calentar su cabaña aquella noche. Al agacharse por segunda vez, la castaña saltó por encima de el hasta clavarle sin miramientos, sintiendo aquel delicioso liquido recorriendo su boca, hasta llegar a apaciguar su sed, de momento. Se levantó del lugar sacudiéndose el polco de sus pantalones y girándose hacia el lugar por donde había venido, dejo allí el cuerpo inerte del chico.

     

    Así fue como llego caminando a los jardines de la Academia, tranquila. Al llegar vio a dos chicas que se encontraban charlando animadamente, a una la conoció, era compañera suya de la Academia, Gaby se llamaba sino recordaba mal:

     

    - Hola -Saludó a ambas levantando la mano, con una sonrisa mirando para abajo esperando que no tuviera nada de sangre por sus ropas.

  15. Reachel Targaryen

     

    Tras aquella ventana, una figura clavaba unos ojos grisaceos, desde hacía un largo rato, sobre una pareja que para su opinion estaban demasiado cerca. Para aquelle figura, ese acercamiento era una gran ofensa, una verguenza y mas de aquella joven que no tenia recato ninguno en mostrarse tan..."alegre", delante de un joven, era el colmo de los malos modales.

     

    La mujer, tragó el último sorbo de café de aquella taza que tenia en sus manos, con cuidado la posó sobre el platillo, del mismo color de la taza. Se volvió hacia su gran mesa de madera de ébano, negra como su cabello, ahora recogido en un moño bajo, delicado, que favorecia su rostro largo y fino, tornandole una belleza incomparable.

     

    Dejó sobre aquella mesa la taza y el platillo, decidida a acabar con el poco recato de su colegio, pues ella era una de las directoras, compartiendo el cargo con la señorita Lovett, la cual acababa de llegar al lugar donde los dos jóvenes se encontraban.

     

    Caminó hacia el perchero de su despacho y tomó su capa verde esmeralda, suave, aterciopelada, hecha a mano en la India. La puso sobre sus hombros y la enganchó con un broche de oro blanco con forma de dragón, la boca se aferraba con ganas a la tela que hacía que no se moviera de su posición.

     

    Abrió la puerta de su despacho, notando cada vez que avanzaba hacia afuera un frío que hacía que se acurrucara mejor bajo aquella capa verde. Con las manos entrelazadas bajo la capa llegó donde la pareja y su compañera Lovett se encontraban:

     

    - Buenas tardes-Su voz resonaba fría, distante, clavando los ojos directamente sobre aquella pareja sin recato.

     

    Shasha Rambaldi

     

    Su tía había tenido una idea maravillosa, un picnic al lado de la chimenea era una grandiosa idea. Se levantó de un salto del sillon donde se encontraba y alzando la varita apuntó hacia enfrente, justo a un sofá que les molestaba para realizar aquel picnic. Quedó pensando un momento que hechizo utilizar para mover aquel pesado mueble, cuando apareció un joven y se reunió con las chicas que hablaban animadamente.

     

    El joven era el prefecto de la casa Centauro, eso llamó la atención de Shasha, que aspiraba algún día a obstentar ese cargo, cosa que ya había hablado con Madeleine el mismo dia que había ingresado en la casa, hacía ya unas semanas. Sonrió al chico que se presentó como Joaquín, obviamente no lo conocia:

     

    - Hola, encantada, soy Shasha Rambaldi- Siguió sonriendo y apuntando al sofá aun sin saber que hechizo utilizar, ya que aun no estaba muy familiarizada con ellos:-¿Te unes al picnic?-Le preguntó sin perder aquella sonrisa encantadora.

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  16. Había dejado atrás su sala común y llegando de nuevo a los muros de la Academia, tras atravesar los jardines traseros que conducían a su sala común. Llego al gran Salón, un lugar donde todas las cosas compartían la comida y a poder ser una buena charla con los miembros de las demás salas comunes. Esperaba encontrarse allí con sus compañeras de clase, recordaba a Isy y a Gab y esperaba que se encontraran cómodas y bien en sus nuevos alojamientos.

     

    Hacia días que no las veía y esperaba encontrárselas allí, aun así también esperaba hacer nuevos amigos y conocer a los nuevos chicos y chicas que se agruparan en aquel lugar. Entro después de empujar a una gran puerta de madera maciza, encontrándose así una larga estancia, con mesas aquí y allá y bastantes sitios donde una podía relajarse si quería.

     

    A aquellas horas estaba todo demasiado tranquilo, seguramente no habían despertado aun y ella era la primera en llegar. Con la túnica roja puesta sobre sus hombros, abrochada con un broche de plata con destellos rojos igual que la túnica, ocultando su cuerpo y a veces su rostro con ella, tomó dirección hacia una de las mesas que se encontraba en el centro del lugar.

     

    Tomo asiento, y antes que pudiera pedir nada para desayunar, delante de ella aparecieron numerosos platos, compuestos por dulces de desayuno, cereales, leche tostadas y una buena taza de café humeante.

  17. Otra de las jóvenes que al parecer era también miembro de la casa Centauro, se presento tímidamente, al parecer había pensado que no la habían visto, se llamaba Rev, al menos así quería que la llamaran, algo mas sencillo de pronunciar:

     

    - ¿Te perdiste?, ¿donde?, ¿te puedo ayudar?-Sus palabras dirigidas a Rev, sonaron sinceras, la verdad que se tendría que sentir perdida si no se acordaba de muchas cosas y eso debía de ser horrible. Valent, curiosa, pregunto por su viaje. Shasha con una sonrisa que la caracterizaba se volvió hacia ella:

     

    - Estuve en España, en un lugar bastante hermoso, se respiraba paz y tranquilidad-Explicó muy a grandes rasgos su viaje, pero no tenia mas que contar, solo se paso los días de una manera relajada sin demasiado que hacer.

     

    Madeleine, apareció en aquellos momentos, dirigiéndose especialmente a su compañera de casa. Shasha rió por lo bajo al ver como su tía se sorprendía de que Valent estuviera despierta, algo que al parecer no era muy común. Suspiro tranquilamente y se sentó a descansar un poco en el sillón de al lado de la chimenea:

     

    - Hola tía-Saludó alzando la mano, esperando que se acordara de ella.

     

    OFF

     

    Puedo ser la directora mala??? XD

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  18. Después de pasar algunas semanas de su postulación para trabajar, una lechuza con una carta entre las patas, apareció en el alfeizar de la ventana de aquella casa campo donde se encontraba. Con prisa, tomó aquella carta y mandó de nuevo a la lechuza a volar.

    Con manos temblorosas, rasgó el sello de cera que tenía en la parte de atrás, con las siglas MM, grabadas. Sonó un pequeño "rash" al rajar el sello y con cuidado sacó un trozo de pergamino de su interior.

    Con letras pulcras y claras de un color negro intenso, el Ministerio le comunicaba a la bruja que había sido aceptada en su puesto de trabajo. Shasha sonrió para sí misma y tras guardar la carta en su bolso, regresó a disfrutar de los últimos días de sus vacaciones.

     

    Tras unos días de recibir aquella carta, caminaba con paso ligero por los pasillos del Ministerio, una gran estancia mirases por donde mirases. Las paredes se alzaban frente a los ojos de quienes las miraban hasta terminar en una gran cúpula como techo. El suelo, de baldosas claras, resonaba a cada paso que daba la gente que se encontraba a su alrededor, demasiado absorta en sus mentes para darse cuenta de aquel ruido.

     

    Vestía una falda azul no muy corta, dejando ver sus delgadas piernas que terminaban en unos zapatos altos también azules, que hacían juego con la americana del mismo color que la llevaba sin abrochar. Su cabello recogido en una cola de caballo, iba y venia al son de los pasos que daba, rápidos, buscando el ascensor que la subiría hacia el segundo piso.

     

    Ya en aquel cubículo, espero a que se pusiera en funcionamiento y comenzara a subir. Tras unos segundos, se paró en seco y la puerta se abrió dejándola justo en el pasillo que la conduciría a la que ahora iba a ser su nueva oficina.

     

    Como aprendiz del cuerpo de seguridad, estaba deseosa de empezar a trabajar y mantener su mente ocupada. Caminó con paso firme hasta la puerta, la cual golpeó con agrado pasando después, encontrando una oficina amplia y bastante tranquila, algo que le resultó extraño ya que esperaba que estuviera llena de gente esperando a poner su denuncia:

     

    - Buenos días-Saludó la chica esperando que la recibieran y explicaran sus nuevas labores.

  19. Había pasado casi una semana desde que Shasha se había marchado al mundo muggle. Había tomado un tren desde Londres que la había llevado directamente hasta la capital de España, desde allí se encaminó hacia un lugar apartado, lleno de vegetación, y verdaderamente hermoso. Escondida en una pequeña casa de campo, la vampiresa había pasado allí sus días, descansando de toda la aventura que había comenzado en Londres, pensando en todo lo que había descubierto y sobretodo conocido.

     

    Se pasó los días caminando por aquellos maravillosos lugares, subiendo hasta grandes alturas para ver el nacimiento de preciosos ríos que acompañaban aquel paisaje. En sus ratos libres, leía mas libros sobre magia y sobre el mundo donde ahora se encontraba y logrando controlar su sed gracias a unas pociones que su tía Anna le había recomendado.

     

    Ahora se encontraba delante de la estatua del centauro, la cual la llevaba de nuevo a su casa a la que ahora pertenecía, como había hecho la vez anterior, dibujó el símbolo de tierra en el suelo con el pie y tras susurrar unas palabras la estatua de aquel centauro se movió dejando paso a Shasha hacia unas escaleras humeantes y oscuras.

     

    Colocó mejor la mochila que cargaba en su espalda, de un color marrón oscuro de piel de dragón y comenzó a bajar por aquellas escaleras hasta pasar de nuevo a la sala donde días antes había mantenido una conversación con Madeleine su tía, hermana de su padre.

     

    Antes de entrar, apretó su cola de cabello y entrelazó la cola entre sus dedos ahuecándola, dejándola mas prominente y empujó la puerta. Para su sorpresa, no estaba vacia como la vez anterior, sino que en su interior se encontraban dos muchachas, una de las cuales se presentó como la otra jefa de casa, Valent:

     

    - Sí, gracias por preguntar, acabo de llegar de viaje-Dijo en un tono alegre, lleno de vitalidad, con una sonrisa resplandeciente. Tomó los tirantes de su mochila y echándolos hacia atrás, se la quitó, dejándola sobre uno de los sillones que tenia enfrente:

     

    - Soy Shasha Rambaldi Black, encantada-Esta vez miraba a ambas chicas que se encontraban en el lugar. Ahora había más bullicio en la casa y eso le gustaba.

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  20. - ¿Entonces eres tía mía?-Preguntó emocionada por conocer a otro miembro de su familia y además era jefa de casa donde ella había sido asignada, estaba verdaderamente ilusionada, nunca había tenido familia, se había criado en un orfanato y después de aquel lugar había vagado por la ciudad donde se encontraba sola, sin compañía, era reconfortante saber que ahora tenía a gente a su lado:

     

    - Me gustaría ser prefecto, espero que algún día pueda conseguirlo-Dijo entusiasmada. Llevaban conversando un rato, cuando cayó en la cuenta de que estaban de vacaciones, por lo que seguramente por eso no había gente en el lugar:

     

    - Si me disculpas tía, ¿puedo llamarte así?, me tengo que ir, tengo un viaje planeado para España-Informó a su tía a la vez que se levantaba del sillón y tomaba su bolsa que aún estaba en la puerta de entrada de la casa:

     

    - Volveré en unos días-Salió de aquel lugar recorriendo las mismas escaleras que había encontrado al entrar y desapareció tras la base del centauro de piedra.

     

    OFF

     

    Madeleine, gracias por rolear!, vendré el domingo, ahora me voy de vacaciones muggles!

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  21. Holaaa bueno me paso a decir que soy aspirante segun he leido debo de pasarme y decirlo y esaas cosas, no lo he entendido hasta hace unos minutos que lei con mas detenimiento jajaja:

     

    Nick: Shasha Granger

    Nombre: Rakel

    Edad: --

    Fecha de cumpleaños: 7 de Mayo

    País: España

    MSN: lafamiliacrece87@hotmail.com

     

    Bueno ya esta no??? bueno espero a ver completado las dos lineas!!! saludinesss

  22. Al parecer la hora se le había echado encima a la tía de la Rambaldi, que se retiraba dando un sonoro beso a ambas chicas. Shasha, mirando también la hora del reloj de la cafetería, se dio cuenta que era ya un poco tarde para ir a la recepción de la boda a la que había sido invitada, pero al menos a la ceremonia esperaba llegar:

     

    - A mí, también se me hizo tarde, sino voy a esa boda, me van a matar-Dijo levantándose de la silla con una sonrisa burlona, era imposible que la mataran, pero seguramente podrían hacerlo, conociendo a la madre de la joven que se casaba:

     

    - Si me disculpas Adr., nos veremos en la mansión-Le dijo a su prima, mientras se dirigía a la puerta, no sin antes darle un abrazo cariñoso. Salió con su tía Anna del establecimiento a la vez, cada una tomando rumbos diferente:

     

    - Tía, iré a San Mungo por esas pociones-Le dijo mientras alzaba la mano a modo de despido.

  23. - ¿Tambien es tu familia?, vaya que coincidendia, soy hija de Deiwan, al cual aun no he conocido pero supongo que ya habrá tiempo-Explicó algo aturdida, por encontrarse delante de alguien de su familia y no saber que parentesco tenia con ella. Miró a su alrededor, no le gustaba tanto silencio, dejó su bolso lleno de libros sobre el sofá y pasó su mano por encima del cabecero del mismo sintiendo aquel tacto tan suave:

     

    - Huy, no gracias, soy vampirto, no tolero bien la comida, aunque estoy esperando a que mi tia Anna pueda mitigar algo los efectos de la sed de sangre y cambiarlos por ganas de comer-Dijó con una sonrisa pícara de medio lado. Apartó el flequillo de su frente con un pequeño moviento de la mano hacia atras, dejandolos caer sobre su cabeza, pero sin llegar a tocar de nuevo su frente:

     

    - ¿Cómo se llega a ser prefecto?-Preguntó curiosa a la vez que se sentaba sobre uno de los sillones, que se encontraban al lado de una gran estanteria donde habia numerosos libros de diversas asignaturas e historias.

     

    Le llamaba mucho la atención el ser prefecta de alguna casa, pero no sabía los requisitos que debía de tener para serlo.

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  24. Después de unos dias dando vueltas por el Callejón, tras la poca atención del Mall, decidió volver al mismo tiempo que una joven compraba una lechuza. Aguzó el oido, para ver si aquella joven le daba las respuestas que había estado buscando, respecto a la compra de su lechuza, pues lo necesitaba para el departamento de criaturas.

     

    La joven se marchó con su lechuza, había tenido suerte de encontrarla y así disipar sus dudas. Se acercó de nuevo a la recepción y sin esperar a que la atendieran comenzó a rellenar la ficha:

     

    ID:117268

    Nick:Shasha Granger

    Bóveda:Boveda

    Fecha: 26/03/2013

     

    Nombre del producto: Lechuza

    Objetos, criaturas o Poción:C

    Catalogación: A

    Puntos por unidad: 10

    Cantidad de unidad: 1

    Precio por unidad: 75 g.

     

    Precio total: 75g

    Total de puntos: 10

    aprendiz

     

    Dejó la información de lo que pedian y se fue directamente hacia el departamento de criaturas mágicas.

  25. Comenzaron a hablar del baile, cayendo en la cuenta que no había contado nada a su tía, aunque ahora no estaba tan segura si había sucedido o todo había sido una fatídica broma de su imaginación, cosa que no soportaría, pero seguiría adelante, como siempre había hecho:

     

    - ¿Hay pociones para mitigar los efectos de ser vampiro tía?- Preguntó con curiosidad, a la vez que tomaba de su bolsillo una goma del cabello y hacia una alta coleta en su cabeza, quedando el flequillo recostado sobre su frente y sus ondas recogidas en una cola perfecta. Miró sonriendo a Adr:

     

    - Hay prima, ojala y fuera como dices, pero no adelgazo, quedé con el cuerpo que tenía en el momento de la transformación, la comida no hace nada en mi organismo, y te aseguro que me gustaba comer, aunque hubo veces que no comí nada en varios días-Recordó aquellos años de guerra en España, la decadencia que se vivía y la vida que había pasado, buscando a aquel hombre y encontrando con que subsistir:

     

    - Tía, no te había contado, creo que encontré al hombre del que te hablé, aunque no se si ha sido fruto de mi imaginación-Explicó despacio a su tía que la miraba algo perpleja:

     

    - Adr. creo que el baile quedó en el limbo-Dijo de manera divertida, aun sin poder quitarse los días que había pasado en su época humana.

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