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valledeluna

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Mensajes publicados por valledeluna

  1. Corrí con velocidad hacia la copa que se hallaba a unos veinte metros de distancia, calculé. Me impulsé contra el viento con toda la rapidez que fui capaz de alcanzar. El corazón me latía con violencia y sentía miedo pero no podía parar. Las piernas me dolían, parecía que saldrían volando.

     

    Cuando llegué a la copa, sólo estaba Erath, Sol, Helen, Adolph y algunos compañeros más. No quedaba mucho tiempo y todavía faltaban varios.

     

    - ¡Rápido!- grité a los que se aproximaban. Al cabo de unos segundos estuvimos todos junto por fin.- A la cuenta de tres- dije, mientras ellos movían la cabeza de arriba a bajo asintiendo.- Uno, dos... ¡tres!-

     

    Entonces todos tocamos la copa y el mundo volvió a girar. Arrastrados por las garras del vacío molecular que nos transportaba, caímos en tierra fresca. Me di un golpe seco que me hizo tronar todo el cuerpo. Tenía ganas de vomitar y a parte de los molestos dolores, me sentía mareada.

     

    Cuando me hube levantado miré a mis compañeros que no se veían mucho mejor que yo.

  2. El cielo enfurecido se acostaba sobre mí. No había estrellas, ni nubes. Sólo dolor, tristeza, enojo, impotencia. Gritos por doquier . Desesperación. Deseé que me mataran, para que la agonía acabara de una vez. No veía salida al túnel obscuro que me tragaba de apoco. Yo era consciente de cómo mis pies desaparecían engullidos por aquella oscuridad inagotable, luego mis piernas, mi abdomen.

     

    Y de pronto, una habitación gris con una sola ventana por la que ojos macabros espiaban a la chica sin pestañear. Sólo un espejo colgado en una de las paredes y una silla de madera en el centro reposaban expectantes. Silencio. Miedo. ¿Qué esperaban que hiciera? Un hombre entró a la habitación para hablar con la paciente que sufría envuelta en telas, inmovilizada de brazos, piernas, con la boca encintada. Se encontraba sentada en la silla y mirando el vacío.

     

    -¿Qué siente?- preguntó el psiquiatra, sacándole la cinta de la boca.

     

    Pero la chica no contestó. Estaba asustada, quería llorar.

     

    Y nuevamente, el cielo aplastante. Gritos desesperados de terror. Los dientes del túnel seguían mascando y tragando. Iba por el pecho. Me quedaba sin aire. No podía respirar. El fuego a mi alrededor se lo había llevado todo, desde las partículas de oxígeno, hasta los enormes setos del laberinto. Laberinto

     

    Entonces recordé. Me hallaba tendida en lo que alguna vez fue hierba, aunque ahora era solo pasto quemado. No estaba en el psiquiátrico, ni con el psiquiatra, ni atada con la camisa de fuerza, ni dopada.

     

    Aquello, sirvió para que viniera a mi mente la viva imagen del césped fresco de verano, la tierra húmeda, el olor a pino tan característico de Ottery. Ottery. Su nueva familia. Merlín. No todo estaba perdido. Fue necesario aquellos efímeros recuerdos para encender la luz que remataría la tormentosa oscuridad del túnel tragón.

     

    Recordó sus libros, su gato muggle, recordó su infancia, los colores, las noches estrelladas, su manta calentita que tan a gusto la hacía sentir las noches frías de invierno; pero sobre todo, recordó a Merlín, su gran amigo, su maestro. Y luchó por él.

     

    -Expecto Patronum.- Gritó. No conocía el hechizo, su funcionamiento, cómo utilizarlo, su finalidad. Apenas sabía el significado de esas palabras. Gracias a Merlín, que le había enseñado algo de latín y que este a su vez, era el idioma de la magia.

     

    Así, invoqué a mi protector, sólo pensé en mi salvador, y la espesura que me tragaba desapareció. Luego, entendí lo que ese día había logrado. Espanté a un dementor sin proponérmelo.

     

    Me vi a mi misma tendida en el piso, rodeada por murales incendiados y gente gritando. Me espanté pero me puse en marcha. Debía hacerlo, Merlín me felicitaría. Paseé la mirada buscando a cada uno de mis compañeros. ¿En qué podía yo ayudar? La mayoría se las apañaba muy bien solos. Ahora faltaba localizar la copa.

  3. Las acromántulas acortaban vertiginosamente las distancias. Sus patas peludas caminaban con agilidad y sus pinzas tenaces buscaban a su presa ávidamente para engullirla de un solo trago.

     

    Me hallaba en grave peligro. El corazón me latía a mil por hora, mientras que el aire de aquel frondoso lugar le era insuficiente a mis pulmones agitados.

     

    ¿Correr? Me alcanzarían tan fácilmente como quien lee la palabra “morir”. Fue entonces cuando opté por sacar mi varita y apuntarle. No sabía prácticamente ningún hechizo, pero lo que sea sería mejor que nada.

     

    Mis labios se abrieron para pronunciar el conjuro, cuando de pronto, una de las arañas gigantes quedó petrificada. Los chillidos de su compañera llenaron el ambiente. El mundo comenzó a dar vueltas, no me sentía bien.

     

    Atontada, giré la cabeza y vi que mi salvadora era la profesora Erath, quien me dirigió una mirada tan fría que sentí la necesidad de abrigarme.

     

    Nuevamente, la profesora alzó la varita y pronunció un conjuro que lamentablemente no pude oír. Del suelo hizo brotar un muro de acero que le impidió el paso a la segunda acromántula.

     

    A continuación, me agarró fuertemente del brazo (demasiado fuerte, cabe decir) y corrimos hacia donde se encontraba la mayor parte del grupo, que no se hallaban en mejor situación. Una Mantícora y una Quimera acorralaban a los alumnos, mientras unos cuantos boggarts burlaban la valentía de los más hábiles.

     

    Más, en un abrir y cerrar de ojos, la Mantícora comenzó a sangrar, como cortada por finísimas navajas. Sectunsempra. Ese hechizo lo conocía, Merlín lo había mencionado en alguna ocasión. Alguien a mis espaldas se lo había lanzado.

     

    - ¡Corran hacia la copa!- Bramó Erath. Yo obedecí sin pensarlo dos veces, pues no quería recibir otra de aquellas miradas, aparentemente, muy común en la mujer.

     

    Avancé sin prestar atención a quien me seguía y quién no. Mi única intención era llegar a la copa viva. Los alaridos de mis compañeros no me detuvieron, solo reaccioné cuando uno de ellos, Juli, me tomó fuertemente del pie. Unas ramas de aspecto macizo se aferraban disipadamente a su cuerpo. ¿Cómo ayudarla? Lo primero que se me vino a la mente fue “Sectunsempra”, el hechizo que hacía tan sólo un momento, la profesora había utilizado.

     

    Así pues, grité el conjuro y de mi varita manó una fuerte luz roja. Toda la energía que había estado acumulando durante años se había liberado de una vez por todas; y lo hizo nada más y menos que con Sectunsempra.

     

    Los lazos del diablo que la amarraban sin piedad, por fin la soltaron dejando libre a la chica. La ayudé a ponerse en pie y juntas nos dimos la vuelta para reemprender el camino hacia la copa pero no contamos con el obstáculo que se nos plantó en frente.

     

    Una enorme Quimera se interpuso entre nostras y nuestro objetivo. En medio del estruendo escuché a un chico llamado Adolph darle instrucciones a la profesora. Mencionó algo sobre una historia que yo desconocía, y lanzas que se convertían en plomo y mataban Quimeras.

     

    Le tocaba actuar a las profesoras. En ellas se encontraba nuestro destino, pues todos los alumnos que ahí estábamos, apenas nos las apañábamos con la varita.

  4. Miré con cautela cada centímetro de tierra que me rodeaba. El laberinto de los Tres Magos. Quién diría que tan sólo en la primera semana que llevo como bruja oficial, conocería el laberinto donde luchó el famoso Harry Potter. No podía creer mi suerte.Sin embargo, a juzgar por las caras de mis compañeros y maestras, deduje que no todos pensaban como yo.

    Caminé un poco por el lugar, apartándome unos metros del grupo. Quería apreciar cada rama, cada ser, cada minúscula molécula de tierra que ahí reposaba. Los muros de hojas entrelazadas debían medir tres metros por lo menos; y la mayoría de los pasillos eran tan estrechos que dos personas juntas, cabrían estrujadas.

    Con cada paso curioso que daba, me alejaba más del grupo. Más nadie lo notó. Gracias al repentino cambio de planes, todos se hallaban consternados y aturdidos. Por ende, me di la libertad de investigar a mi antojo.

    En eso estaba, cuando a mi derecha escuché unos ruidos extraños. Giré la cabeza sobre mi hombro y sentí como si me echaran un balde de agua helada en el cuerpo. El corazón me comenzó a galopar, cual caballo en guerra, y el cerebro se me paralizó a causa del miedo. Al lado mío, a tan sólo unos metros de distancia se hallaba una acromántula.

    ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? La araña gigante se encontraba más cerca de mí, que yo del grupo; y con cada paso que ella daba, acortaba de manera vertiginosa la distancia. Se me ocurrió correr, pero el insecto me perseguiría y no le costaría alcanzarme. Sacar mi varita. Aún no sabía utilizarla. Aún así, eso sería mejor que nada.

    Así pues, saqué mi varita y me puse en posición de ataque. Recé para que alguien se percatara de mi situación y viniera a mi rescate. Era a lo más que podía aspirar.

    Esperen un segundo. Una segunda acromántula apareció detrás de la primera. No era una, eran dos. Ahora si estaba en peligro.

  5. Hola Rambaldis, quiero ser parte de esta familia. Me encanta la historia y que también tenga una familia en face =) Parece una familia de verdad

    - Nombre: valledeluna

    - Ficha de personaje: Mi Ficha

    - Bóveda personal: Mi bóveda

    - ¿Qué parentesco quieres tener? ¿Con quien? hija adoptiva de Deiwan Rambaldi

    - ¿Quieres que la Rambaldi sea tu familia sanguinea o adoptiva? adoptiva

    - Link a una imagen del dormitorio que tendrá vuestro personaje en la mansión. Mi habitación

    - Link a tu cuenta en Facebook*:face

    Para asi agregarles al grupo de la familia que tenemos ahí.

    - Email*: vicoalcala@hotmail.com

    - Cumpleaños: 10 de enero

    - Edad: 18

    - País: Argentina

  6. - Valle, te traigo correspondencia. Viene dirigida a ti.- La mujer estiró su brazo musculoso y largo para entregarme un sobre blanco con una leve sonrisa en su rostro. Sabía de antemano de qué se trataba.

    - A gracias, Silvi.-

    - Recuerda que a las ocho en punto comienza el desayuno.-

    - Si, lo recuerdo, en un rato estoy por allá.-

    A continuación la enorme bruja salió de la habitación y me pregunté qué haría una mujer tan fornida y vigorosa en un orfanato. Era grande, tan grande, que muchos especulaban si no tendría sangre de gigante en sus venas, pero obviamente nadie se animó nunca a preguntar, por si las dudas. Sus piernas y brazos eran como patas de elefantes al lado de las de las mías, pues soy delgada y blanducha. Su mirada era dura y sus rasgos toscos, de piel olivácea. Parecía más bien, una guerrera. Debería estar en los campos de batalla, pensé. Sin embargo, a pesar de aquella armadura de mujer feroz, existía en ella el don maternal de toda mujer , trataba a sus pupilos desahuciados con enorme cuidado y delicadeza.

    Cuando la mujer hubo cerrado la puerta de la habitación compartida, abrí el sobre. Contenía una carta en la que se me invitaba a mi primera clase de en la Academia de Magia y Hechicería. Me puse tan eufórica que pegué un salto y tal grito que desperté a mis dos compañeras de habitación.

    - ¡Por qué tanto alboroto! ¿No podrías hacer menos ruido?-

    - Perdón, dije-

    Por fin mi vida comenzaba a tener sentido, tanto tiempo en aquel orfanato sin nada trascendental que hacer me estaba volviendo loca, sumado al hecho de aún ninguna familia me había adoptado.

    La clase sería mañana por la mañana, así que el día lo dediqué a preparar mis pertenencias. Aparté unas panties con rayas de muchos colores, mis borsegos negros, un pantalón corto de jean y una remera mangas tres cuarto negra. Luego no hice mucho más que las tareas implantadas de todos los días.

    Me acosté con el corazón latiéndome a mil por hora, casi no dormí.

    ¡RiIIIIng! El despertador me desenvainó de las fantasías en las que estaba sumida. Eran las siete de la mañana, de un salto me levanté y me vestí, salí a toda prisa y luego de desayunar y que Silvi se despidiera de mi deseándome suerte, me dirigí a la plaza que se especificaba en la carta.

    Los rayos del sol comenzaban a salir y me ponían de muy buen humor (cosa extraña en mí, porque prefiero las nubes, pero bueno, la situación lo ameritaba). Las calles adoquinadas estaban ya secas de la lluvia de ayer.

    Llegué por fin a la plazoleta, coronada por un cáliz plateado con rubíes, y surcada de estatuas expectantes, ¿o era yo la que se hallaba expectante?

    Como estaba sola, procedí a sentarme en uno de los bancos; y al cabo de unos minutos mis compañeros comenzaron a llegar, seguidos de las profesoras, quienes después de presentarse otorgaron la palabra al alumnado. Comenzó una tal Desiré y continuó Leo. Después tomé la palabra yo.

    - Hola a todos, mi nombre es valledeluna, pero pueden decirme valle o luna o como deseen. No tengo trabajo pero tengo la intención de apuntarme en alguno, me gusta escribir, así que había pensado que tal vez en El profeta consiguiera algo. Con respecto a mi familia, bueno, todavía no me adopta ninguna, por ende, estoy en el internado Moonhood, para magos sin familia, no es que no tenga familia, pero son muggles y nunca entendieron mi situación, bueno en fin, una larga historia. Amo cantar, y dibujar y escribir, y leer. Deseo ser escritora algún día. Mmm… creo que eso es todo por ahora.

    A continuación prosiguieron el resto de mis compañeros y al terminar, las profesoras nos dieron las instrucciones a seguir aquella jornada. Debíamos tocar el cáliz que nos llevaría a un jardín botánico para apreciar la maravillas muggles (estaba podrida de las “maravillas” muggles. Esperaba algo más interesante)

    A penas tocar el objeto, sentí que una cuerda atada a mi cintura tiraba de mi hacia el interior del cáliz. Era la misma sensación que se tiene cuando montas uno de esos juegos magníficos del parque de diversiones muggle que te dan vueltas y te rebolean de arriba abajo. Por fin mis pies tocaron el piso. Aún mareada, me levanté y me esforcé por hacer equilibrio.

    Centré la mira en un mural verde. No comprendía dónde me hallaba. Una vez, que me tranquilicé e inspeccioné el lugar, me percaté que no era el jardín botánico del que nos hablaron anteriormente ¡era un laberinto! ¿Qué significaba todo esto? ¿Sería una trampa? ¡Soy demasiado joven para morir!

     

     

    Bueno con respecto a mi, me llamo Victoria, me dicen Vico =), tengo 18 años y vivo en Argentina, actualmente estoy estudiando para rendir libre en el colegio, planeo seguir literatura el año que viene. Me gusta leer libros fantásticos, ver películas, adoro a Tim Burton, me gusta el color negro y morado y quisiera dedicarme a escribir. Bueno esa es una parte de mi, la otra seguramente la conocerán con el tiempo

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  7. Nick del personaje: valledeluna

    Link a la Ficha de personaje:Mi ficha

    Link a la Bóveda:Mi bóveda

    Parentezco con la familia (sanguíneo, adoptivo, visitante):adoptivo

    Relación con la familia (Hij@, sobrin@, ahijad@ de...): hija de Boss Elessar Evans McGonagall

    Mascotas/elfos que posea y desee que aparezcan en la lista: No poseo mascota ni elfos

    Actividad que puedes aportarle a la familia (alta, media, etc): media

    Correo electrónico (opcional): vicoalcala@hotmail.com

  8. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje:Mi ficha
    2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: -
    3.- Link del tópico de registro de sus familias:
    Familia N° 1: -
    Familia N° 2: -
    4.- Link a las bóvedas de sus familias:
    Bóveda Familia N° 1: -
    Bóveda Familia N° 2: -

     

    Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 416 G

  9. FICHA DE PERSONAJE

     

    Datos Personales:

     

     

    Nombre del Personaje: valledeluna

    Sexo: Femenino

     

    Edad: Joven 31/10/1997

    Nacionalidad: sueca

     

    Familia(s):

    * Familia 1: -

    * Familia 2: -

     

    Padre(s) Sanguíneo:

    --

     

    Padre(s) Adoptivos:

    --

     

    Trabajo: --

     

    Poderes Mágicos:

     

     

    Rango Social: Aprendiz

    Bando: Neutral

     

    Rango dentro del Bando: --

     

    Nivel de Poder Mágico: Deberás poner el que aparezca en tu perfil. Dado que se trata de un campo de cálculo automático, no siempre aparecerá actualizado en tu ficha. Se actualizará cuando se hagan ediciones por cualquier otro motivo.

     

    Puntos de poder en objetos: 20

     

    Marca

    Hechizos adicionales: -

     

     

    Puntos de poder en criaturas: -

     

    Marca

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: -

     

     

    Habilidades Mágicas:

    * Habilidad 1: -

    * Habilidad 2: -

    * Habilidad 3: -

     

     

    Conocimientos Especiales:

    * Conocimiento 1: -

    * Conocimiento 2: -

    * Conocimiento 3: -

    Si no se tienen, poner --

     

     

     

    Perfil del Personaje:

     

     

    Raza: Humano

    Aspecto Físico: De estatura media (1,68 m), de complexión pequeña y delgada, color de pelo rubio platinado, con las raíces y las puntas un poco más oscuras así como las cejas. Largo y ondulado. Mi color de ojos es azul muy claro. Generalmente visto con vestidos de colores neutros y borsegos de cuero marrón, pero también me gusta usar colores de vez en cuando, asi como también usar solo negro y gris, en fin depende del clima del día.

     

    Cualidades Psicológicas:

    Acostumbro a estar feliz, todo el tiempo me gusta sonreír y saltar, no veo razón para no estar alegre aunque soy consiente de que eso irrita a la gente. Soy introvertida, constantemente estoy pensando en el origen del mundo en la razón del ser y etc., etc. Me gusta leer, dibujar, escuchar música (heavy metal y rock) , andar en bici, mirar las estrellas, hacerme la vertical, conversar con hadas (te sorprendería lo simpáticas que son), hacer crucigramas y cantar “estrellita donde estas”. Los demás sueñen pensar que estoy loca pero cuando llegan a conocerme creo que les caigo bien, ¿por que no habría de hacerlo?. Básicamente esa soy yo.

     

    Historia:

    Todo comenzó cuando…bueno….nací =) en Escocia en el seno de una familia acaudalada, pertenecen a la aristocracia escocesa. Vivíamos en una mansión llena de lujos. Solían consentirme todo, desde lo deseos más simple como tener una mariposa hasta los más complicados como tener una estrella en vez de casita en el árbol. Todo, absolutamente todo se me daba. Era una época que yo la recuerdo como una de las más felices de mi historia. Estudiaba poco porque no lo necesitaba, de hecho a los siete años ya estaba terminando la primaria. Jugaba el día entero con los juguetes que fabricaba (amaba armar cosas), con los insectos y con amigos que parecían sacados de cuentos y en los que nadie creía. Y he aquí el problema.

    Los primeros 10 años de mi vida, el hecho de que viera, hablara y jugara con seres invisibles fue considerado normal. Mis padres opinaban que era propio de la niñez tener amigos imaginarios y que dentro de un tiempo me normalizaría pero eso no sucedió, más aún, se intensificó. Ya a la edad de 10 mis progenitores comenzaron a preocuparse y me llevaron a una visita al terapeuta quien sin sopesarlo dos veces me derivó al psiquiatra Roger, el mejor del país y quien a su vez afirmó que padecía un cuadro de esquizofrenia grave y deberían medicarme y tratarme en Rusia, donde viví el resto de mis años hasta que Merlín me salvó el pellejo de una atrocidad.

    Entiendo que era una niña bastante excéntrica pero no al punto de llamarme esquizofrénica, de hecho el doctor no pudo estar más equivocado con su diagnóstico pues aquellos amigos “imaginarios” sí eran reales, más reales, yo creo, que el psiquiatra mismo. Ahora que lo pienso creo que un factor que contribuyó a que me llamaran enferma fue el hecho de que dije que mis amigos me habían dicho que era bruja, que tenía poderes y que existía una sociedad secreta ultra desarrollada de magos y brujas esperándome allá, donde quiera que esté. Sin duda mis repentinos cambios de humor también fueron un factor contribuyente pero es que ¡Las personas me sacan de quicio! Siempre tan, tan, incoherentes y mal agradecidos, me saturan, lo cual ocasiona que mi estado anímico pase de ser muy alegre y feliz (es el que normalmente tengo y el que irónicamente origina un sentimiento de desconfianza en mis padres con respecto a mi cordura, porque nadie normal está feliz todo el tiempo) a ser muy triste y depresivo o iracundo. Cuando llegaba a ese punto, todo aquello que me rodeaba comenzaba a levitarse como por arte de magia o se prendían fuego y luego volvían a su estado natural.

    Así pues, gracias al perentorio diagnóstico del doctor Roger nos mudamos a Rusia, donde la cotizada medicación podía conseguirse con mayor facilidad y podrían prestarme mejores servicios terapéuticos. A penas con 10 años me encerraron en la mansión rusa, me aislaron de todo ser humano de mi edad para que no saliera dañado (se consideraba que mi personalidad podía tener efectos dañinos en gente no calificada) y fui educada por institutrices. Los psiquiatras y médicos me visitaban cuatro veces a la semana. Esa, fue mi peor época. Yo quería salir, conocer el mundo y aunque mal no sea, seguir viviendo las incoherencias de la gente. Por suerte, mis amigos seguían estando y me consolaban diciendo que yo era bruja que algún día los médicos se comerían su propia torta de mentiras, que había una sociedad organizada aguardándome, que algún día poseería una varita mágica y muchos conocimientos de magia. Eso me tranquilizaba pero no solucionaba la turbulencia de mis alrededores.

    Entonces pasó. Por fin pasó. A los 16 años de edad se presentó en mi familia un tal Eduard Fiódor, el comandante en jefe de la fuerza aérea rusa, con el fin de pedir mi mano (¿por qué lo hizo? Calculo que debía de estar quedándose en quiebra y buscó desesperadamente la solución que le llevaría fortuna más rápido, me imagino lo desesperado que debía estar para querer casarse con una enferma esquizofrénica). Mis padres vieron en él la posibilidad de mi vida, la suerte había sobrepasado los murales de plomo que surcaban mi vida. No lo podían creer, nadie podía creerlo. Podría casarme y quien sabe, hasta tal vez tener hijos. Sabía que esa contingencia no se me presentaría dos veces, por consecuencia aceptaron. El único problema es que se habían olvidado de consultarme. Pero mi posición al respecto es más que obvia, ¿quién querría casarse a los 16 con un tipo aburrido y canoso?

    Entré en la desesperación. Lo único en que pensaba era en escapar. No quería casarme, pronto me esposarían y debería ser una mujer hecha y derecha y encima vigilada. Fue en uno de esos momentos de mayor consternación cuando Merlín (uno de mis amigos “imaginarios”) estiró su brazo semiflexionado hacia mí y dijo: “es hora”. Y juntos nos reducimos a polvo, para trasladarnos al lugar que sería mi hogar, nuestro hogar, St. Ottery

     

     

     

    Pertenencias:

     

     

    Objeto Magico Legendario:

    Válido sólo para Orden de Merlín.

     

    Objetos Magicos:

     

    Objeto 1: Varita Mágica

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Objeto 2: -

    Clasificación: -

    Puntos de poder: -

     

     

     

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: -

    Clasificación: -

    Puntos de poder: -

     

     

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1:-

    Clasificación: -

    Puntos de poder: -

     

     

     

    Elfos:

    * Elfo 1:--

    * Elfo 2: --

     

     

     

    Licencias, Tasas, Registros:

     

     

    Licencia de Aparición: -

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: -

     

    Registro de XXX: -

     

    Otros Datos:

     

     

    Otros datos:

    -

     

    Cronología de cargos:-

     

    Premios y reconocimientos:

    -

    Links de Interés Referentes al Personaje:

     

     

    Link al Perfil de Comprador MM: --

    Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 101045

    Link a Bóveda Trastera: Bóveda nº XXXXX

    Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº XXXXX

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia XXXXXXXX.

    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia XXXXXXXX

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