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Hydra Black

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Mensajes publicados por Hydra Black

  1. La sorpresa de la bruja al ver que tenía una carta de su prima no podía superar a su estupor al leer lo que en ella ponía, a pesar de que era lo que estaba esperando, aún no podía creer las buenas nuevas. Se había apresurado a tomar el primer que encontrara para poder encontrarse con Atria, y se había pasado todo el viaje inquieta y con mil ideas en su cabeza, no podía esperar a llegar para bajarse de esa traqueteante cosa, y acosar a At hasta que soltase todo.

     

    Acercándose a las puertas cuando los altavoces indicaron que estaban en King's Cross, Hydra descendió al andén equilibrándose en los altos tacones de sus botas, prácticamente corriendo y buscando con la mirada la característica figura de su prima. Aún aturullada por el gentío que subía y bajaba de los vagones, tuvo que mirar dos veces para reconocer del todo a la pequeña Black, a pesar de de que llevaba conociéndola desde la época en que era un pequeño bebé con pañales y mofletes rosas.

     

    -Um... ¿pequeñita? ¿Eres tú? - La pelinegra no pudo evitar recorrerla con la mirada de arriba a abajo con los ojos abiertos como platos. Parecía que el día estaría lleno de sorpresas, una detrás de la otra.

     

    Atria parecía haberse desecho de su serio y conservador atuendo en algún punto de su llegada a Londres, ya que ahora lucía tan jovial como no la había visto en años. Quizás el romance le había sentado mucho mejor de lo que esperaba... Recordando el motivo de la carta que su prima le había enviado, Hydra se acercó de brazos cruzados, echando su cabello hacia atrás con gesto de falsa molestia.

     

    - ¿Dónde está su dichoso prometido, señorita? ¿Acaso no se digna a acompañarla a hacer simples recados como recoger a la familia, y en su lugar la deja ir sola a un lugar tan concurrido como éste?

  2. La luz del amanecer apenas comenzaba a iluminar el cielo cuando la joven Black ingresó con pasos lentos y seguros al escenario que había escogido para la nueva actividad de su clase de duelos. Desde el exterior, la enorme carpa bicolor tenía la majestuosidad que se esperaba de un lugar dedicado al entretenimiento de niños y no tan niños, aún con las coloridas luces apagadas y a la escasa luz del día.



    El rosa-anaranjado del cielo contrastaba con el rojo y blanco de la lona cuando el sol comenzaba a salir en el horizonte más allá de la vista del circo. Hydra se detuvo en la entrada detrás de las gradas, antes de continuar a través de un largo pasillo entre éstas para alcanzar el centro del amplio escenario. A pesar de que el lugar estaba completamente vacío, podía ver en su mente las luces brillantes encendidas, las carcajadas y las ovaciones el público y los comentarios a voces de malabaristas, domadores y payasos.



    La ojiazul se detuvo en un extremo del amplio recinto, retirando el cabello de su rostro mientras recordaba un día, mucho tiempo atrás, en que su curiosidad infantil había conseguido que Atria y Zyodor la acompañaran a uno de éstos, aún contra los deseos de sus padres. Ellos se negaban a dejarla siquiera acercarse a un lugar como aquel, repleto de muggles, pero la animada atmósfera y la colorida algarabía del circo habían llamado la atención de la pequeña Hydra y ella deseaba conocerlo por dentro. Así que Zyodor había accedido a llevarla, e Hydra había convencido a su pequeña prima de que no correrían ningún peligro allí.



    Hydra todavía recordaba los llamativos trajes de los payasos, la ruidosa música y la emoción al ver uno tras otro los actos de circo. Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar con nostalgia esos momentos de su vida en que todo era más sencillo, en que no tenía que preocuparse más que de ser una niña, en que su amigo era sólo su amigo y su prima no tenía el peso del mundo en sus hombros. Pero eso había sido hacia tanto...



    Ahora todo estaba en silencio, la luz del día iluminaba el interior de la carpa, pero no había nadie allí ni riendo ni practicando aquellas artes que tanto le habían gustado en su momento. La bruja se cruzó de brazos mientras los dedos de su mano derecha repasaban suavemente la superficie de su varita. Su vida se parecía últimamente a esta carpa, vacía y sin risas, esperando. A su derecha y a 8 metros de sus pies, uno de esos monociclos de payaso yacía horizontalmente, olvidado en el suelo. En el lado opuesto, las varas y los botes de los acróbatas estaban apilados prolijamente, como si esperaran estar allí por mucho tiempo. Las redes y los soportes, además de las telas de acrobacia, se elevaban a buena altura, lejos de su alcance.



    La pelinegra esperó hasta que su oponente apareciese, esperando que ésto fuera lo suficientemente rápido para poder aprobar sus clases... No tenía idea de qué debía ponerse para un duelo, así que sólo se había decidido por unos cómodos jeans y un sueter fucsia, unas zapatillas y una túnica oscura, y se había recogido su largo cabello negro en una coleta. Sus ojos se entornaron al ver aparecer por fin a una de sus compañeras de clase, a la que no conocía, aunque eso no era nada nuevo, ella no conocía a muchos de sus compañeros. Descruzando sus brazos y haciendo una leve reverencia a la joven, Hydra se decidió por comenzar con aquello; no tenía el más mínimo sentido retrasarlo, si sólo era una tarea más para las extrañas clases de la Academia.



    - Sectusempra - dijo con claridad, elevando su brazo y apuntando hacia el pecho de Jane. El rayo escarlata salió despedido desde la punta de su varita, cruzando la distancia rápidamente hacia su contrincante.






    Off:



    Edito con permiso de Derek, porque el foro no me deja ser y se envió mi post antes T.T


  3. La bruja sonrió ante las quejas de sus profesoras por la supuesta cobardía de los alumnos. Ella no era del tipo cobarde, pero dadas sus últimas clases, el ser pionera y meterse de cabeza en un lugar que no conocía no la atraía en absoluto. Prefería dejar que cualquier otro arriesgara su cuello a ser una víctima de las prisas por ser primera. Después de todo, no podría aprobar sus clases si estaba muerta o perdida, ¿cierto?

     

    Inclinando la cabeza mientras observaba la oscura entrada del laberinto, la pelinegra suspiró ante la idea de un mohoso y tenebroso lugar lleno de bichos, además de quién sabe cuantos peligros. Pero ya había estado en un mohoso y asqueroso lugar lleno de bichos... Tendría que ignorar todo aquello para poder llegar al final sin morir del asco. Quizás la escasa luz ayudara en eso...

     

    Sintiendo el tirón en su brazo cuando los demás comenzaron a caminar, Hydra arqueó una ceja ante la elección de su prima. Atria usualmente no era del tipo que anteponía el bien del grupo al suyo propio ni nada así de altruista, salvo que fuera a favor de alguien de la familia, por lo que le extranó que escogiera justamente a la profesora que defendía el bien común.

     

    Siguiéndolos sin decir una palabra, la ojiazul se introdujo al laberinto con el grupo que iba tras Aimé. Realmente no tenía el más mínimo deseo de entrar allí, pero no le habían dado muchas opciones... Sacando su varita y sujetándola entre sus dedos, intentó ignorar las bayas, las sombras, los sonidos a su alrededor y la voz de la profesora. Al parecer la tensión en el grupo era suficiente para que nadie tuviera deseos de hablar alegremente en medio de ese sitio.

     

    - Si cree que eso funcionará... - encogiéndose de hombros mientras seguía caminando, aburrida ya de estar allí, la Black cogió los pergaminos de su bolso y comenzó a dejar caer bolas de papel regularmente a medida que avanzaba. Hubiera preferido hacer muescas en los setos o algo más confiable que las bolas de papel, pero dado que éste era un laberinto mágico, probablemente ninguna pared siguiera mucho tiempo en su lugar...

     

    Por su propio bien, prefería mantenerse lo suficientemente alejada de cualquier pared por el momento. Nunca se sabía qué podría esconderse allí y ella no quería averiguarlo. Luego de un momento, dejó de arrugar el papel al azar, doblándolo en pequeñas figuras, para intentar distraerse de del siniestro paisaje a su alrededor. Aunque era más siniestro por la falta de peligros y los semblantes de sus compañeros...

     

    - Deberían otorgar el premio al profesor que más alumnos pierda en el camino - dijo la bruja tras una carcajada, después de oír el comentario de su prima. - Así tendrán un mayor incentivo para que no volvamos con vida todos los que cursamos las clases. - Dejando caer una lechuza de papel en el oscuro suelo, la ojiazul la vio desaparecer cuando éste comenzó a moverse y a dejar escapar raíces que atraparon a todos en el lugar en el que se encontraban.

     

    - Oh, genial... Ahí se va la idea de los papelitos - intentando zafarse de los insistentes lazos que enredaban sus piernas, la pelinegra bufó nada alegre con lo que esto pronosticaba. Pero al menos ella no estaba de cabeza, peleando con su vestido como At. La voz de Santos confirmó su idea de lo que era esto, y vio desaparecer a Atria antes de echar una mirada a Finnick y Akamaru que seguían allí junto a la profesora.

     

    - Será mejor que no haya bichos allí... - murmuró entre dientes antes de respirar hondo y dejar que la marea de raíces se la tragara y la llevara a donde quiera que fuera. Abriendo los ojos cuando sintió nuevamente tierra firme bajo sus pies, observó el agua y las balsas sospechosamente antes de pasear la mirada por su alrededor. Vale, no hay bichos, pero supongo que no quiero saber qué hay ahí abajo... - acercándose a la orilla, intentó ver cualquier cosa, pero la oscuridad y la cantidad de vegetación impedían que pudiera divisar nada.

     

     

     

    Off:

     

     

     

    center]FICHA DE PERSONAJE[/center]

     

     

     

    Datos Personales:

    Nombre del Personaje: Hydra Black

     

    Sexo: Femenino

     

    Edad: Joven de 22 años

     

    Nacionalidad: Inglesa

     

    Familia(s):

    * Familia 1

    * Familia 2

     

     

    Padre(s) Sanguíneo: Corvus y Aleksandra Black

     

    Padre(s) Adoptivos: --

     

    Trabajo: --

     

     

     

     

    Poderes Mágicos:

    Rango Social: Aprendiz

     

    Bando: Neutral

     

    Rango dentro del Bando: --

     

    Nivel de Poder Mágico: Deberás poner el que aparezca en tu perfil. Dado que se trata de un campo de cálculo automático, no siempre aparecerá actualizado en tu ficha. Se actualizará cuando se hagan ediciones por cualquier otro motivo.

     

    Puntos de poder en objetos: Los asignarán los moderadores

    Hechizos adicionales: Los pondrán los moderadores

    Puntos de poder en criaturas: Los asignarán los moderadores

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: Los pondrán los moderadores

    (caso de que sí especificar cuáles)

    Habilidades Mágicas:

    * Habilidad 1 --

    * Habilidad 2 --

    * Habilidad 3 --

     

    Valido solo para Unicornios de Oro (1), Dragones de Oro (2) y Orden de Merlín (3)

     

    Conocimientos Especiales:

    * Conocimiento 1 --

    * Conocimiento 2 --

    * Conocimiento 3 --

     

    Valido para Unicornios de Bronce (2), Unicornios de Plata (4), Unicornios de Oro (6), Dragones de Oro (8) y Orden de Merlín (10)

    Adicionalmente, pueden adquirirse 2 más de los que corresponden por rango, haciendo el curso de post-grado en la Academia.

     

     

     

     

     

    Perfil del Personaje:

    Raza: Humano

     

    Aspecto Físico:

     

    Cabello negro y largo hasta los hombros. Ojos azules, nariz fina y labios gruesos. Alta (1.70 cm) y de complexión delgada. Tiene preferencia por los vestidos de colores vivos, zapatos de tacón mediano o botas de caña alta y tiene cierta adicción por los collares y colgantes de todo tipo.

     

     

    Cualidades Psicológicas:

     

    Hydra tiene ciertos problemas para lidiar con la autoridad. No le gusta que le den órdenes y odia absolutamente que le impongan cualquier cosa, así sea mínima, como su desayuno o su forma de vestir. A veces sufre de ciertos lapsus de personalidad, pasa de ser la rebelde apática a mezclarse sin problemas en un grupo según su estado de ánimo. No suele hallarse cómoda en grupos de gente demasiado grandes pero siempre fingirá estar en perfecto control, siempre con algún comentario ingenioso o alguna manera de destacar sin ser burdamente llamativa.

     

     

    Historia:

     

    Nacida en el seno de una familia aristocrática de padre inglés y madre rusa, Hydra es hija única y una especie de "oveja negra" para su familia. Después de viajar a Rusia para estudiar cerca del alojamiento familiar y tras unos años allí, escapó recientemente a Londres detrás de su prima y mejor amiga, para huir de las imposiciones y obligaciones de una familia en la que nunca sintió encajar.

     

    A los 21 años, se niega a que sus padres decidan más de su vida, después de años en los que jamás aprobaron su comportamiento ni su forma de ser, los que nunca encajaron con la imagen de perfecta familia y adinerado linaje que todos deseaban mantener. Cuando se enteró de los planes de sus padres de casarla con un simplón y aburrido mago ruso, un "perfecto espécimen de dinero y clase", según su madre, además del hombre del que su prima estaba enamorada, huyó sin importarle lo que dejaba atrás, en busca de un lugar que la satisficiera y no la asfixiara tal como lo hacía su familia.

     

     

     

     

     

    Pertenencias:

    Objeto Magico Legendario:

    Válido sólo para Orden de Merlín.

     

    Objetos Magicos:

     

    Objeto 1: Varita

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Objeto 2: Descripción

    Clasificación: Categoría que le corresponde

    Puntos de poder: Puntos que le corresponden

     

     

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: Descripción

    Clasificación: Categoría que le corresponde

    Puntos de poder: Puntos que le corresponden

     

     

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1: Descripción

    Clasificación: Categoría que le corresponde

    Puntos de poder: Puntos que le corresponden

     

     

    Elfos:

    * Elfo 1: --

    * Elfo 2: --

     

     

     

     

     

    Licencias, Tasas, Registros:

    Licencia de Aparición: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

     

    Registro de XXX: Se obtienen en los departamentos ministeriales (por ejemplo, registro de criaturas, registro de animagia, etc.)

     

     

     

     

     

    Otros Datos:

    Otros datos:

     

    Cronología de cargos:

     

    Premios y reconocimientos:

     

     

     

     

    Links de Interés Referentes al Personaje:

    Link al Perfil de Comprador MM: --

    Link a Bóveda Personal: Bóveda nº XXXXX

    Link a Bóveda Trastera: Bóveda nº XXXXX

    Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº XXXXX

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia XXXXXXXX.

    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia XXXXXXXX.

     

     

  4. La pelinegra observó desaparecer a los osos y a las espectrales manos, retrocediendo unos pasos para poder apoyarse en una roca mientras esperaba a la siguiente lección de sus profesores. Cuando éstos se alejaron entre sí unos metros y se enfrentaron para comenzar a duelear, la bruja prestó toda su atención al enfrentamiento, para poder luego redactar el informe sobre los errores que debían realizar.

     

    Mordiéndose el labio suavemente, la ojiazul esperó a que el intercambio acabara antes de sacar la pluma y el tintero de su bolso, y un trozo de pergamino que apoyó sobre la roca. Comenzado a hacer una lista primero, la Black fue tachando y reescribiendo todo aquello que le pareció que debía mencionarse, antes de pasarlo a un pergamino limpio con cuidadosa letra.

     

    - Creo que ya- dijo para sí misma al acabar de releerlo. Colocó su nombre en la parte superior de la página y le dio un minuto para secarse antes de recoger la hoja y acercarse a los profesores para entregarla, junto con el resto de sus compañeros. Esperaba no haber olvidado nada importante, pero al menos olvidarse algo por escrito no haría que un oso se la comiera o algo así, supuso.

  5. Ladeando la cabeza para observar la última imagen que había trasvasado al lienzo, la ojiazul suspiró y dejó el pincel a un lado, mientras se dejaba caer sobre el colchón; subió sus piernas al mismo para poder abrazarlas contra su pecho. Recordaba perfectamente el día en que había visto esa escena, y volcarlo al exterior era sólo una manera más de convencerse de que estaba haciendo lo correcto. Había sido otro día de nieve al atardecer, cuando Fyodor había encontrado alguna cosa tonta en los árboles que lo había entusiasmado. Hydra no recordaba a qué se debía su emoción, pero recordaba verlo jalar a At para enseñárselo y luego a ambos regresando entre risas y bromas.

     

    En el retrato se podían divisar fácilmente el rubor de las mejillas de Zyodor por la carrera y el brillo en los ojos verdes de su prima cuando él la cargó para evitar que tropezara con un hoyo que no había visto, lo que se veía aún más divertido ya que su pequeñita se veía aún más menuda junto al gigante de Zyodor. ¿Por qué todos tenían que ser tan cabezaduras y no ver lo que ella misma veía? Sería tan fácil si todos dejaran de ser tan tontos, pero no. Intentando alejar esa idea de su mente, la bruja se dirigió a los aseos a limpiar las manchas de pintura que aún tenía en sus manos antes de meterse a la ducha para prepararse para sus nuevas clases.

     

    La pelinegra se apresuró a ducharse y luego escogió un vestido color borgoña del armario y sus botas más cómodas, sin tacones ni hebillas, antes de comenzar a peinar su cabello en un moño flojo. Dado que no sabía nada de sus nuevas clases ni de sus profesores, no sabía qué esperar del día, pero ya que sus clases de generales casi acaban con todos muertos o encerrados... supuso que para una clase de duelo, debía ir preparada para cualquier cosa. Tomando su bolso y guardando pergaminos, algunas plumas y un bote de tinta, la ojiazul guardó su varita y revisó una vez más que no olvidara nada de lo que necesitaba.

     

    Contemplando el "pequeño" caos de su habitación, Hydra repasó las pinturas a medio acabar apoyadas contra una de las paredes, los botes de pintura y algunos pinceles de diferentes tamaños desparramados en un rincón. Ya tendría tiempo de recoger todo en la tarde, se dijo antes de salir cuidando de no tropezar con nada, y apurando el paso para llegar a la Academia.

     

    Diablos —murmuró cuando llegó al lugar de destino, un aula... completamente vacía. ¿Acaso se había equivocado de salón? Sacando la nota que le habían enviado desde la Academia, la releyó una vez más. No, no se había equivocado... Al bajar el papel, se dio cuenta de que las mesas no estaban tan vacías como parecían... Bueno, algunas.

     

    Caminando hacia la mesa más cercana, tomó en su mano la pequeña esfera que había sobre ésta, mientras pasaba sus dedos por la pulida superficie. Cuando ésta comenzó a brillar suavemente y todo comenzó a girar, la bruja cerró sus ojos para evitar lo peor del mareo cuando el vértigo y la molesta sensación de un gancho en su estómago la invadieron. Al menos no respiraría cenizas esta vez.

     

    El contraste entre el pulcro y silencioso salón de clases y el vibrante aunque bastante oscuro bosque a su alrededor hizo que parpadeara en confusión mientras trataba de orientarse tras su "aterrizaje". Recorrió rápidamente con la mirada los alrededores, caminando cerca de la orilla del riachuelo para acercarse al grupo que ya estaba reunido. A pesar de que el sol ya había salido, no había mucha luz que lograra atravesar el follaje, pero no molestaba a la visibilidad tanto como los tocones, piedras y troncos caídos lo hacían a la movilidad.

     

    Escuchando el inicio de las presentaciones de los profesores, Hydra esperó mientras pensaba en la, nuevamente molesta, necesidad de presentarse. Como si quisiera recordar quién era en esos momentos... A pesar de eso, antes de que cualquiera pudiera presentarse, los profesores ya habían comenzado la clase y la primera prueba se acercaba a ellos, gruñendo y salivando como si ellos fueran grandes panales de miel con piernas... Sujetando firmemente su varita con su mano derecha, Hydra centró sus ojos azules en el pelaje del oso que se acercaba rápidamente a ella, e intentó pensar en algo que la librara rápidamente del problema. A pesar de que unas manos fantasmales protegían a todos al interponerse en el camino, los animales seguían acercándose a pasos agigantados.

     

    Petrificus totalus —dijo la pelinegra con voz clara y firme, teniendo cuidado antes de alejarse lateralmente unos centímetros de la protección de la mano para poder apuntar correctamente hacia su blanco. Observó cómo el rayo salía y se dirigía rápidamente al oso, impactando en su pecho y logrando que éste se congelara como una estatua a mitad de un paso. Ante la remota posibilidad de que la criatura pudiera comenzar a moverse antes de que estuviera del todo a salvo, Hydra apuntó con su varita hacia el suelo por debajo del oso, entre sus pies, esperando que el hoyo que lograra pudiera retener por completo al animal.

     

    Defodio —dijo con decisión, antes de ver otro rayo despedido de su varita golpear el suelo para comenzar a cavar rápidamente un agujero. Le parecía ridículo matar a un animal que había sido animado por tan poco tiempo, pero supuso que eso estaría lo suficientemente imposibilitado para molestarla ahora. Aunque si se tratara de elegir entre el oso y ella...

     

     

     

     

    Off:

     

    Bueno... hola :)

    Me llamo Juliana y soy de Buenos Aires, Argentina. Tengo 21 años y 20 dedos... y un perro muy bonito *-* xD

    Ya, ahora sí en serio xD eehhmmm... Me encantan los libros, la música y los libros de colorear... No me gusta ningún deporte en general, pero bueno me aburren xD

    Y ya... Besitos!

  6. Recibir una nueva lechuza de parte de la Academia de Magia casi había logrado darle un dolor de cabeza esa mañana. Después de sus primeras clases de generales y de lo cerca que había estado de que la regresaran a Rusia, realmente no tenía muchos deseos de averiguar cuán psicópatas serían sus profesores en esta ocasión con respecto a los anteriores. No es que guardara tan mal recuerdo de las antiguas profesoras, pero... ser golpeada en la cabeza y encerrada en una mugrosa celda en el medio de la nada tendía a dejar un notable recuerdo en una persona, y no precisamente de los agradables.

     

    Hydra se había pasado casi todo el día simplemente en su habitación, leyendo o pintando, para intentar aliviar sus pensamientos de la culpa y el remordimiento que ella no debía sentir, pero que aún así eran pesados en su pecho. Nada de lo que sucedía con su familia podía adjudicarse a sus actos, y a pesar de todo ella sentía que debía estar haciendo algo más que refugiarse allí y escapar lo más lejos posible de sus "responsabilidades". Ella no era una cobarde, no tenía miedo al futuro que sus padres habían escogido para ella, pero necesitaba tiempo para intentar arreglar esto con la menor cantidad de daño posible. Aunque supiera que era prácticamente imposible que todos salieran ilesos de esa coalición, no podía dejar de intentarlo.

     

    La bruja se dirigió a los aseos a limpiar las manchas de pintura que aún tenía en sus manos antes de meterse a la ducha para prepararse para sus nuevas clases. No tenía sentido retrasar aún más aquello y no quería llegar tarde ese día, para evitar perderse algo que pudiera ser interesante. No le llevó mucho estar seca y envuelta en una toalla frente a su armario, pero le resultaba difícil decidir qué ponerse para una nueva "clase". Suponía que si las nuevas profesoras los enviaban a algún sitio extraño les procurarían lo adecuado como las anteriores pero, ¿qué sabía ella? Además, estas clases serían por la noche...

     

    La joven cepilló su cabello hasta que estuvo satisfecha con su aspecto y lo dejó suelto, escogiendo luego un vestido morado oscuro con mangas hasta hasta sus codos pero que dejaba un hombro descubierto y que llegaba hasta sus rodillas. La pelinegra se rió, sabía que no debía, pero no podía evitar provocar a su prima con su ropa. No es que fuera un vestido obseno de ningún tipo ni nada por el estilo, pero para la recatada y remilgada Atria sería algo así como un pecado amoral el uso de un vestido que no cubriera sus tobillos... ¡Pero bien! Si alguien no traía a Atria a este siglo con urgencia, entonces no había salvación alguna para la ojiverde.

     

    Tomando un collar de su alhajero, lo acomodó en su cuello, estaba compuesto de dos piedras pequeñas con forma de media luna y una un poco más grande pero con forma circular en medio, e iban cambiando del lavanda más claro al púrpura más oscuro en bonitos giros de color que le encantaban. Rápidamente se calzó sus botas y tomó la capa de su perchero y su bolso antes de salir de prisa hacia la Academia. Acomodando la capa a su alrededor comenzó a bajar las escaleras, tarareando una cancioncilla para sí mientras avanzaba.

     

    En días como éste, incluso apreciaría un traslador —murmuró para sí misma interrumpiendo su tarareo. Usando el único medio de transporte con que su hotel contaba, la pelinegra se acercó a las chimeneas de la planta baja e hizo una mueca mientras tomaba un puñado de polvos flú del pote junto a éstas. Arrojándolos hacia el fuego, la ojiazul se introdujo en el apretado espacio y pronunció con claridad su destino, sujetando su capa a su alrededor y colocando sus brazos cómodamente a su alrededor para evitar lo peor del movido viaje.

     

    Una vez que pudo salir del claustrofóbico medio de transporte, la bruja comenzó a caminar rápidamente hacia los jardines, hacia la noche que apenas comenzaba a caer. En realidad nunca había estado mucho tiempo en los jardines y mucho menos de noche, pero sin duda era una visión mucho más apetecible que pasarse el día en su habitación. Dirigiéndose hacia el punto de encuentro establecido, se acercó al grupo reunido cerca de una especie de laberinto de setos, mirando con curiosidad hacia donde todos observaban, a las profesoras que estaban a punto de comenzar la clase.

     

    Realmente no conocía a la mayoría de sus compañeros ni a sus profesoras, pero sí al menos pudo divisar a Atria cuando ésta se presentó al grupo, después de la presentación de ambas docentes. Hydra esperó paciente a que acabaran de presentarse los primeros en llegar, Atria, Finnick el prefecto de los Aethonans con su mascota, Shirley una chica a la que nunca había visto antes, y luego Santos, que también había estado con él grupo de dementes encabezados por Xell y Anne en Ágrabah.

     

    Me llamo Hydra Black —dijo ella cuando llegó su turno de presentarse, pensando en que si tenía que hacer esto en cada clase, mejor se armaba un guión para poder hacerlo rápido y sin improvisaciones de último minuto. —Vine a Londres por... asuntos familiares. —Se mordió el labio inferior intentando pensar en algo más que añadir a su escasa e inapropiada minibiografía, pero no se le ocurrió nada más que pudiera decir frente a gente que apenas conocía. No había mucho que necesitaran saber de ella y eso estaba bien para su gusto. —No pertenezco a ninguna familia de Ottery ni trabajo en nada en particular tampoco, así que supongo que a eso se reduce mi presentación —terminó, encogiéndose de hombros sin aclarar nada más.

     

     

     

     

    Off:

    Se me había olvidado la presentación en off xD

    Bueno me llamo Juliana, vivo en Argentina, más específicamente en Buenos Aires. Tengo 21 años y me encanta cocinar... (el té me sale genial y el hielo quemado ni les cuento :P xDDDD) Saluditos chicos :)

  7. Dando vueltas nuevamente por los pasillos del castillo, la pelinegra se detuvo una vez más para fruncir el ceño a sus alrededores. ¿No había pasado ya dos veces por ese lugar? A menos que esa armadura y ese cuadro de la esquina estuvieran siguiéndola, ella creía reconocerlos de la última vez que había dado la vuelta tres pasillos atrás.

     

    Suspirando de mala gana, Hydra pasó los dedos por el bordado de su túnica mientras volvía a iniciar su caminata. Las indicaciones habían parecido lo suficientemente sencillas cuando le habían explicado cómo llegar a su Sala Común de la Academia, pero al parecer tenía ligeros problemas técnicos para llegar allí sin extraviarse en el intento. Busca la torre más alta, luego la estatua del aethonan y pronuncia la contraseña... ¡fácil! O no tanto, al parecer.

     

    Tal vez debió haber buscado un mapa o haber hecho más preguntas antes de soltarse a sí misma en un castillo desconocido, pero no era su estilo y, además, era la única de sus compañeros a la que habían enviado a los Aethonans de Salem. Ponerse a seguir a un grupo que le pareciera conocido de sus clases de generales no funcionaría, así que se las apañaría con su propio sentido de la orientación, así se demorara toda la tarde en encontrarla.

     

    - Pequeños problemas de orientación un comino, esto ya es nivel profesional -refunfuñó la ojiazul mientras miraba hacia el techo con un suspiro. Decidiendo cambiar completamente su recorrido, dio la vuelta y giró hacia otro pasillo, intentando adivinar por los ruidos a su alrededor si había alguien más por allí, pero sólo podía sentir el murmullo de su túnica contra el suelo de piedra y las pisadas constantes de sus botas.

     

    Casi dio un salto cuando por fin pudo ver la estatua que buscaba más adelante, la bruja corrió hacia allí y pasó sus dedos por un lado del cuello del frío material antes de que este comenzara a moverse y se extendiera en todo su porte. ¡Lo había logrado! Después de aquella mini travesía a través del castillo, poder llegar a su destino y montar en el aethonan para subir a la Sala Común le parecía mucho más sencillo.

     

    Cuando pudo bajarse y comprobar por sí misma los detalles que había escuchado acerca de la casa del aire, sonrió pasando sus dedos por las grietas de las paredes de piedra, que parecían seguir un patrón bajo sus dedos. Era mucho más bonito de lo que habría imaginado, y más ruidoso. ¿Acaso habría una fiesta? No tenía idea de a quién podría encontrar en ese lugar, pero sí seguía allí de pie mirando a su alrededor probablemente echaría raíces, se adelantó mientras seguía los sonidos, esperando no interrumpir nada mientras se encaminaba hacia el jolgorio.

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  8. - ¿Lo que está pasando aquí, exactamente? Es que todos tienen una cita en palacio en este momento, y ya van muy tarde. - La pelinegra frunció el ceño ante la voz gutural que resonó a sus espaldas, confusa por la respuesta recibida a su pregunta inicial. Antes de que pudiera voltearse, sintió un fuerte golpe en la parte trasera de su cabeza, el aturdimiento y las luces y puntos bailando frente a sus ojos fueron seguidos de la más absoluta oscuridad.

     

    Al menos, ahora esa extraña frase tenía sentido, pensó Hydra al abrir los ojos a un asqueroso y oscuro calabozo. Habría sido su primer pensamiento, de no ser por el dolor de cabeza que estaba triturando sus sienes y su nuca en ese momento. ¿Cómo rayos habían ido a parar a ese mugroso lugar? Vale, estaba segura de que la mecánica había sido sencilla. Después de todo, arrastrar a magos en estado de inconsciencia y dejarlos caer en una mazmorra no podía ser tan difícil. Y pensar que su prima insistía en que la situación de Londres era peligrosa... ¡Já! La situación en Arabia parecía ser mucho peor, sobre todo por el hecho de que habían sido encerrados por guardias humanos en el palacio de algún visir, y que el olor era tan insoportable como la vista. ¿Podría haber algo más humillante? Oh, sí... ¡que alguien se enterara de todo esto! Tenía que asegurarse de largarse de allí lo más pronto posible, y por supuesto, evitar que su prima pudiera decir una sola palabra de lo que había sucedido en su primera clase en la Academia de Londres, nada menos. Si sus padres se enteraran, ella no tendría la más mínima oportunidad de defender su punto de vista. Estaría encerrada en su habitación en Rusia antes de que pudiera decir "yo no fui", y sus padres se asegurarían de no dejarla sin vigilancia de aquí hasta que pudieran organizar una boda. ¡No podía dejarlos hacer eso! No había pasado por mil y un problemas para escaparse sólo para que la obligaran a volver justo ahora. No era justo.

     

    Una voz retumbando a su alrededor provocó que su cabeza comenzara a martillear aún más fuerte, pero al menos le dio esperanzas de que más de los suyos estuvieran por aquí. Al parecer no se habían limitado a secuestrar solamente a sus compañeros, sino también a la profesora suplente que los acompañaba. Al menos una de ellas había permanecido con el grupo y había terminado encerrada aquí con ellos, a diferencia de las demás... Si salía de aquí lo suficientemente entera, no volvería a confiar jamás en la autoridad de un profesor, ¡mira nada más cómo habían acabado! La próxima vez que los enviaran a alguna misión extraña para acabar con sus clases, se aseguraría de pasarse la tarde patinando o comiendo helado, en lugar de en una encantadora excursión a los calabozos del visir, y que ellos se ocuparan de sus problemáticas clases.

     

    -Tal parece que mi varita sí ha venido conmigo... creo- gruñó ella con voz ronca, mientras se retorcía intentando alcanzar algo fino y duro que estaba clavándose en su cadera. Por lo menos esperaba que fuera su varita y no alguna extraña cosa del tipo asquerosa, como todo lo que había a su alrededor en ese momento y que ella intentaba ignorar con todas sus fuerzas. - ¡Bingo! - Con dificultad, se puso de pie cuando sintió entre sus dedos la reconfortante textura del instrumento. Le daba por lo menos una esperanza de que no tendría que enfrentarse a todo aquello desarmada ni vulnerable.

     

    El sonido de una explosión interrumpió sus pensamientos, pero desde donde estaba no podía ver nada de lo que sucedía y no tenía idea de lo que podría estar ocurriendo. ¿El palacio estaba bajo ataque? ¿Se trataba de algún intento de rescate? ¿Las mazmorras se estaban derrumbando sobre ellos? Cuando oyó pasos acercándose, se alejó de las rejas de su prisión temporal, las pisadas retumbaban demasiado para tratarse de alguno de sus compañeros o de alguien conocido, y no tenía el suficiente humor para caer desmayada de nuevo. Recordaría no volver a quejarse del tamaño gigante de Fyodor al menos, el chico era enorme pero aunque sea tenía más coordinación que cualquiera de los troles que rondaban por aquí.

     

    - Suelta ese palito de madera, niña, es hora de moverse - La ojiazul reconoció la voz del tipo, la misma que había oído antes de que la golpeara. ¡Cómo se atrevía! Debería colgarlo de sus amigos de una de las vigas del techo, sólo para compensar el hecho de que la hubiera tratado de esa manera.

     

    - ¿Así que tú eres parte del servicio de tranvía express? - Preguntó ella simplemente, sin moverse un milímetro de su lugar, con las cejas arqueadas y una sonrisa altanera, con sus dedos apretando su varita descuidadamente. El soldado simplemente frunció el ceño sin entender sus palabras, limitándose a abrir la cerradura y a indicarle que saliera. Ella se vio tentada a hacer algo más que simplemente desmayarlo, pero no tenía tiempo en ese instante para disfrutarlo, así que se limitó a dejarlo atado como un cerdo, a los barrotes de la celda. Creía haber escuchado la voz de su prima ahí afuera y necesitaba comprobarlo y ver cómo se encontraba; Hydra sabía que Atria era muy buena espadachín y que también era buena defendiéndose, pero si había sido traída aquí sólo podía haber sido herida o tan desmayada como ella misma.

     

    Cuando dio la vuelta al conjunto de celdas y comprobó que de hecho se trataba de su prima, la bruja retrocedió mientras veía cómo llevaban al resto al encuentro de Yafar. Pensando en que probablemente sólo volvería a acabar encerrada de nuevo por esto, la ojiazul se dispuso a seguir al grupo y a las dos compañeras que iban tras ellos, maldiciéndose una vez más por no aprovechar la oportunidad de huir y estar dirigiéndose al hoyo de la serpiente por su propio pie.

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  9. La pelinegra observaba y escuchaba distraídamente al resto de la clase mientras se iban presentando uno a uno, aunque no había podido recoger mucho debido a lo distrayente del lugar al que habían sido llevados. Aunque llevaba las ropas más apropiadas que las profesoras les habían proporcionado, no podía evitar sentirse sofocada, a pesar de que le gustaba el lugar. Se movía inquieta sobre sus talones mientras esperaba a que las presentaciones acabaran y suspiró de alivio cuando la profesora Anne los conminó a seguirla, se moría por ir a explorar y el estar atada a un grupo en el que debía estar presente para aprobar sus clases comenzaba a molestarla.

     

    Sus ansias crecieron aún más cuando el grupo se acercó al bazar de la ciudad, las mercancías que los vendedores ofrecían relucían ante sus ojos, llamándola inevitablemente. Era absolutamente obvio que ninguno de los comerciantes se fiaba mucho del extraño grupo que avanzaba por delante de ellos, dadas las miradas de ojos entrecerrados que recibían a su paso. Inclusive el olor de un grupo y otro era diferente, ya que el olor a especias, animal y desierto agobiante difería mucho del de sus compañeros, que en su mayoría era una mezcla de perfumes, humo, alcohol y café; ni siquiera podía sentir su propio perfume aquí, las notas de vainilla demasiado suaves para competir con el resto.

     

    Su mirada se concentró entonces en un puesto de telas, los preciosos y llamativos colores encendiendo chispas en sus ojos. Mientras el resto observaba atentamente a las profesoras para intentar adivinar qué pasaba allí con ellas, la ojiazul se mordió el labio, pensando en que aquí, en medio de Arabia y lejos de Londres, en un poblado completamente muggle, no tenía en su poder nada con lo que comprar en el bazar de Ágrabah. Hydra no entendía nada sobre el dinero muggle y obviamente no tenía encima más que galeones y sickles, algo que estaba segura que ninguno de los vendedores aceptaría, a menos que pasaran por alto la procedencia de la moneda y se concentraran en el oro y la plata.

     

    Acercándose al puesto de telas intentando no espantar al vendedor, Hydra pasó sus dedos a través de la gasa azul y la seda verde, encantada con la suavidad al tacto y el colorido de éstos. — ¡La quiero! —se dijo en voz baja mientras pensaba en una manera de negociar sin que alguien la tratara como ladrona por estar tocando algo que no era suyo. Pasando sus dedos por el colgante de su collar como era costumbre, la bruja abrió los ojos como platos mientras desabrochaba el collar y sacaba unas monedas de la pequeña bolsa que siempre traía consigo.

     

    Esperando que funcionara, señaló al vendedor las telas y luego indicó el oro y el zafiro que adornaba su colgante, tan azul y resplandeciente como el mar. El vendedor estudió su botín sospechosamente, mirándola de arriba a abajo mientras ella esperaba impacientemente a que se decidiera. Cuando algo voló cerca del tenderete y cayó en la arena, Hydra funció el ceño al darse cuenta de que era una espada, mientras el vendedor corría a esconderse tras sus mercancías. La pelinegra se dio cuenta de que, por su distracción con el vendedor, la mayoría del grupo ya había avanzado y estaban más adelante en el camino, rodeados de soldados. Y que no había ni rastro de sus profesoras, sólo el pequeño grupo que llegó en traslador y otra joven a la que no reconoció. ¡Genial! Ahora tendría que alcanzarlos y evitar a los soldados, y olvidarse de sus telas. Haciendo una mueca, la joven se acercó lo más rápido que pudo, preocupada por su prima que también iba con el grupo, además de que sin las profesoras estaban completamente abandonados: no tenían trasladores ni podían aparecerse.

     

    Aunque ninguno de sus compañeros parecía estar en demasiados problemas, al menos si la habían abandonado en medio de Arabia y con nada más que lo puesto, le había tocado el grupo de ninjas combativos de la Academia, o algo así. Se preguntó si el hecho de que estuvieran atacando al grupo justificaría el uso de la magia enfrente de muggles y aún cursando la Academia, pero antes de que pudiera decidirse sintió algo sujetando su brazo derecho un poco más arriba del codo, incordiándola demasiado como para que se limitara a esquivar espadas y saltar a través de los gorilas a los que llamaban soldados.

     

    ¡Desmaius! — gritó mientras apuntaba al sujeto que la mantenía aprisionada, en su mano izquierda la varita que acababa de jalar de su bolso. La luz del brillante rayo iluminó apenas los ojos del guardia antes de que cayera al suelo, inerte. - —No tengo tiempo para que me estorbes ahora— musitó mientras se apartaba y se acercaba a donde un par de sus compañeros aún se debatían con el resto de soldados, esquivando como podía golpes, codazos o estocadas de las espadas, un poco confundida acerca del embrollo en el que se habían metido e intentando no darle a ninguno de sus compañeros ni su profesora, decidiendo que mejor dejaría amarrados a los desmayados antes de que pudieran dar más problemas.

     

    Uhmm... ¿alguien podría decirme, qué es exactamente lo que está pasando aquí? —Miró hacia donde estaba su prima, con una espada en la mano y su varita en la otra. — ¿Qué me perdí?

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  10. Diez de agosto, diez de agosto... ¿por qué tenía la sensación de que debería estar haciendo algo más hoy, aparte del hecho de remolonear en su nueva cama en el hotel en que se había instalado nada más llegar a Londres? Se mordió el labio inferior mientras intentaba recordar, cuando sus ojos recorrieron la mesa de noche buscando alguna pista al respecto. Un sobre con una nota asomando hacia afuera llamó su atención, y recordó por qué estaba allí junto a su cama.

     

    Las clases de la Academia. Oh, genial, había olvidado completamente que hoy comenzaban sus clases, y ya sólo faltaban dos horas para las mismas. Tendría que darse prisa o se atrasaría, y eso era algo que odiaba. ¿Quién iba a pensarlo? Tantos años escuchando sobre la puntualidad y la cortesía quizás habían surtido algo de efecto en ella.

     

    Levantándose y preparándose para comenzar el día, la bruja se bañó, vistió y peinó con esmero. Había dejado fuera de su maleta un vestido azul eléctrico muy bonito, que se ajustaba a la parte superior de su cuerpo y caía suelto a partir de sus caderas hasta sus rodillas, unas sandalias sin tacón y un collar con una piedra pequeña del mismo azul exacto de sus ojos. Se hizo un moño en el cabello rápidamente y luego se estudió en el espejo, su mirada recorriendo la figura que tantas veces le parecía la de una completa extraña, pero con la que estaba cada vez más familiarizada y a gusto.

     

    Extendiendo su mano hacia el sobre y el paquete que había llegado desde la Academia de Magia, la ojiazul suspiró antes de meter su mano en el paquete y extraer el pequeño traslador que se mencionaba en la carta. Miró el reloj contando los minutos, preparándose mentalmente para la sacudida y el jalón que siempre acompañaban a ese modo de transporte.

     

    El bochorno caluroso y la amalgama de sonidos le dieron la bienvenida en su destino. La pelinegra observó atentamente al grupo reunido y a las mujeres que encabezaban la clase, que formaban un extraño contraste con el paisaje que los rodeaba. Intentó estable unos minutos mientras esperaba a que el mareo provocado por el traslador pasase, antes de acercarse más al centro del grupo para poder observar a la profesora que había tomado la palabra. Mirando hacia abajo hacia su ropa, se preguntó qué había de malo en sus "pintas". Vale, nunca había estado en Arabia, pero ¿qué tan diferente podía ser?

     

    Cuando la profesora Haughton los instó a presentarse uno a uno, la bruja dudó sólo un segundo antes de adelantarse y comenzar a hablar, su voz sonando animada aunque no tenía mucha idea sobre sus clases o lo que hacían aquí en la Academia de Londres. Pero al menos podía fingir que no estaba tan perdida como se sentía realmente.

     

    - ¡Buenos días! Mi nombre es Hydra Black. Llegué hace pocos días a Londres, al parecer a tiempo de empezar estas clases -sonrió mientras su mirada paseaba alrededor de los otros estudiantes allí reunidos, buscando a la única persona que de verdad conocía. - No pertenezco a ninguna de las familias de la ciudad, ya que la mía reside hace muchos años en Rusia, y hay sólo un pariente sanguíneo mío que esté por aquí en este momento.

     

    Evitando hacer una mueca al recordar por la travesía que había pasado y las pocas horas de sueño que había tenido, Hydra simplemente se dirigió hacia la profesora para tomar una de las túnicas que ofrecían para "camuflarse" en este nuevo país. Cuando lo tuvo en sus manos, volvió a su lugar y se dedicó a estudiar cómo lograr ponerse una de esas cosas, esperando a que alguien más tomara la palabra.

     

     

    ¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

     

    Off

     

    Bueno, en primer lugar, ¡hola!, en segundo... mmm... supongo que me toca presentarme, ¿no?

    Me llamo Juliana y soy de Argentina (Buenos Aires), tengo 21 años y estudio y trabajo a partes iguales, y el resto del tiempo libre lo dedico en su mayoría a leer o a molestar a la gente, ambas ocupaciones muy importantes para mi existencia xD

     

    Llegué hasta acá por culpa de una de mis primas a la que estaba molestando justo cuando ella intentaba escribir algo, así que fue más por casualidad que por otra cosa... aunque me dedico más a leer que a escribir, porque soy un poquito bestia para estas cosas de foros y demás, y muchas veces necesito un mapa sólo para saber donde estoy, pero ya voy mejorando un poquito xD

     

    Y... eso es todo lo que se sobre mí, es un placer compartir una clase con todos (:

  11. FICHA DE PERSONAJE

     

    Datos Personales:

     

    Nombre del Personaje: Hydra Black

     

    Sexo: Femenino

     

    Edad: Joven de 22 años

     

    Nacionalidad: Inglesa

     

    Familia(s):

    * Familia 1

    * Familia 2

     

     

    Padre(s) Sanguíneo: Corvus y Aleksandra Black

     

    Padre(s) Adoptivos: --

     

    Trabajo: --

     

    Poderes Mágicos:

     

    Rango Social: Aprendiz

     

    Bando: Neutral

     

    Rango dentro del Bando: --

     

    Nivel de Poder Mágico: Deberás poner el que aparezca en tu perfil. Dado que se trata de un campo de cálculo automático, no siempre aparecerá actualizado en tu ficha. Se actualizará cuando se hagan ediciones por cualquier otro motivo.

     

    Puntos de poder en objetos: Los asignarán los moderadores

    Hechizos adicionales: Los pondrán los moderadores

     

    Puntos de poder en criaturas: Los asignarán los moderadores

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: Los pondrán los moderadores

    (caso de que sí especificar cuáles)

     

    Habilidades Mágicas:

    * Habilidad 1 --

    * Habilidad 2 --

    * Habilidad 3 --

     

    Valido solo para Unicornios de Oro (1), Dragones de Oro (2) y Orden de Merlín (3)

     

    Conocimientos Especiales:

    * Conocimiento 1 --

    * Conocimiento 2 --

    * Conocimiento 3 --

     

    Valido para Unicornios de Bronce (2), Unicornios de Plata (4), Unicornios de Oro (6), Dragones de Oro (8) y Orden de Merlín (10)

    Adicionalmente, pueden adquirirse 2 más de los que corresponden por rango, haciendo el curso de post-grado en la Academia.

     

     

    Perfil del Personaje:

     

    Raza: Humano

     

    Aspecto Físico:

     

    Cabello negro y largo hasta los hombros. Ojos azules, nariz fina y labios gruesos. Alta (1.70 cm) y de complexión delgada. Tiene preferencia por los vestidos de colores vivos, zapatos de tacón mediano o botas de caña alta y tiene cierta adicción por los collares y colgantes de todo tipo.

     

     

    Cualidades Psicológicas:

     

    Hydra tiene ciertos problemas para lidiar con la autoridad. No le gusta que le den órdenes y odia absolutamente que le impongan cualquier cosa, así sea mínima, como su desayuno o su forma de vestir. A veces sufre de ciertos lapsus de personalidad, pasa de ser la rebelde apática a mezclarse sin problemas en un grupo según su estado de ánimo. No suele hallarse cómoda en grupos de gente demasiado grandes pero siempre fingirá estar en perfecto control, siempre con algún comentario ingenioso o alguna manera de destacar sin ser burdamente llamativa.

     

     

    Historia:

     

    Nacida en el seno de una familia aristocrática de padre inglés y madre rusa, Hydra es hija única y una especie de "oveja negra" para su familia. Después de viajar a Rusia para estudiar cerca del alojamiento familiar y tras unos años allí, escapó recientemente a Londres detrás de su prima y mejor amiga, para huir de las imposiciones y obligaciones de una familia en la que nunca sintió encajar.

     

    A los 21 años, se niega a que sus padres decidan más de su vida, después de años en los que jamás aprobaron su comportamiento ni su forma de ser, los que nunca encajaron con la imagen de perfecta familia y adinerado linaje que todos deseaban mantener. Cuando se enteró de los planes de sus padres de casarla con un simplón y aburrido mago ruso, un "perfecto espécimen de dinero y clase", según su madre, además del hombre del que su prima estaba enamorada, huyó sin importarle lo que dejaba atrás, en busca de un lugar que la satisficiera y no la asfixiara tal como lo hacía su familia.

     

     

    Pertenencias:

     

    Objeto Magico Legendario:

    Válido sólo para Orden de Merlín.

     

    Objetos Magicos:

     

    Objeto 1: Varita

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Objeto 2: Descripción

    Clasificación: Categoría que le corresponde

    Puntos de poder: Puntos que le corresponden

     

     

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: Descripción

    Clasificación: Categoría que le corresponde

    Puntos de poder: Puntos que le corresponden

     

     

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1: Descripción

    Clasificación: Categoría que le corresponde

    Puntos de poder: Puntos que le corresponden

     

     

    Elfos:

    * Elfo 1: --

    * Elfo 2: --

     

     

    Licencias, Tasas, Registros:

     

    Licencia de Aparición: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

     

    Registro de XXX: Se obtienen en los departamentos ministeriales (por ejemplo, registro de criaturas, registro de animagia, etc.)

     

     

    Otros Datos:

     

    Otros datos:

     

    Cronología de cargos:

     

    Premios y reconocimientos:

     

    Links de Interés Referentes al Personaje:

     

    Link al Perfil de Comprador MM: --

    Link a Bóveda Personal: Bóveda nº XXXXX

    Link a Bóveda Trastera: Bóveda nº XXXXX

    Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº XXXXX

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia XXXXXXXX.

    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia XXXXXXXX.

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