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Millie M

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Mensajes publicados por Millie M

  1. Bueno, hola a todos! Soy Mafer, tengo 23 años y soy de Venezuela. Estudio Química en la universidad y tengo dos perros mestizos adoptados. Estoy terminando la carrera y espero poder hacer mi phD en Reino Unido. Además me gusta dibujar y escribir fanfics en mi tiempo libre.

     

    Mi personaje se llama Millicent Musk, pero todos le dicen Millie. Es aspirante a la orden, y trabaja en el Departamento de Misterios como Aprendiz. Es muy pacífica y realmente no le causa mucha gracia el ponerse a duelear xD pero desea aprender a defenderse porque estamos en guerra y no quiere morir. Fue criada por muggles pues su madre no podía tenerla con ella, pero llegó al mundo mágico tras un accidente donde un desconodido la rescató de una muerte segura. Ese desconocido resultó ser su padre biológico, pero no lo volverá a ver más nunca.

     

    Eso es todo! Hasta pronto!

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  2. Te tomo de la palabra, Hank, para poder morir dignamente en mi último post. Mi compañera hizo un trabajo fenomenal y me mató con todas las de la ley xD Espero con ansias el final de la clase y sus comentarios finales, entonces. Mientras tanto, pues a carcomerme de las ansias!! Saluditos a todos!

  3. Millicent sintió una gran decepción al ver como su contrincante había desaparecido las mediaslunas tan fácilmente. Pero luego, cuando intentó transformar aquella roca en un bezoar y sintió las palabras perderse en sus labios, se estremeció fuertemente. El dolor era intenso y a la joven bruja se le salieron las lágrimas. ¡No voy a morir! insistió, terca. Cerró los ojos, preparándose mentalmente para lo que estaba por venir...

     

    Tocó la herida de la araña con su varita.

     

    --Incendio... --murmuró. Una pequeña llama abrasó el punto infectado y Millie gritó de dolor. El fuego era muy poderoso y los muggles solían utilizar el calor para cauterizar y limpiar heridas.

     

    El fuego mata todo, mija... le dijo su madre una vez, cuando una culebra le había mordido el tobillo, muchos años atrás. En aquel entonces, su madre había encendido un fósforo y se lo había pegado a la herida. Millie había llorado, pero luego sólo observó, impresionada, como la herida se cerró debajo de una quemadura que, por ser tan pequeña y localizada, no representaba peligro alguno. El punzante dolor que parecía provenir del interior de la herida se había detenido y, posteriormente, su propio cuerpo se había encargado de neutralizar aquel veneno.

     

    Millie esperaba que en esa oportunidad ocurriera algo similar, pues ya comenzaba a sentirse algo mareada. Pero en caso de que no fuera así, y pudiese desmayarse más adelante, no dejaría que Sain culminara el juego intacta. Por primera vez, desde que comenzó la asignación, Millie sintió ira, pues se dio cuenta que no quería perder.

     

    El dolor punzante se había detenido, dejando sólo el malestar causado por la pequeña quemadura que estaba sobre la mordedura de la araña, pero se sentía mareada y cansada. La cauterización había disminuido la velocidad con la que su cuerpo absorbía el veneno del animal, pero hasta que no consumiera un bezoar, no se curaría por completo y Millie estaba en contante riesgo de perecer.

     

    Alzó la varita, apuntando a Sain.

     

    "Embrujo punzante" pensó. El rayo salió disparado de su varita, hacia su contrincante, quien no podría saber con qué encantamiento la estaba atacando, además, al haber sido un encantamiento no-verbal, Sain no podría silenciarla.

     

    Es buena, pensó Millie, pero yo también lo soy...

     

    Sin embargo, una nueva oleada de mareos la invadió de pronto, haciéndola trastabillar. La joven bruja entró en pánico cuando sintió el dolor volver y con más fuerza que antes. ¡No ha funcionado! pensó, aterrada, volviéndose para ambos lados, intentando encontrar algo, lo que fuera, pero no había nada.

     

    Con una última mirada a su rival, Millicent cayó desmayada.

     

     

     

     

    Editado para añadir mi horrible muerte xD

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  4. ¡Profes! ¡Las notas! :lol: Acuérdense, porfis, porfis... *insertar a Burro (el de Shrek)* Para inspirarlos a evaluarnos rápidamente... :perv: ¡Les haré un strip-tease! xD

     

    Hablando en serio, pues... Me estoy divirtiendo demasiadísimo con esto de los duelos, de pana. ¿Ustedes van leyendo el duelo que estamos haciendo y anotando correcciones para decirnos después? ¿O nos irán diciendo poco a poco nuestros errores? ¿O quieren esperar a ver que hacemos y sorprenderse ante nuestra majestuosa maneja de duelear?

     

    ¡Qué me carcome la incertidumbre, gente! :ninja:

     

    Besitos, profes! See ya!

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  5. Millie observó con el ceño fruncido como las tres cuerdas no llegaban a su destino sino que, en su lugar, antes de separarse y sobrevolar a su contrincante, éstas desaparecían bajo la influencia de un adecuado hechizo de Sain.

     

    --¡Muy bien! --exclamó. Sain era una contrincante digna y Millicent se sentía muy feliz por tener la oportunidad de aprender junto con ella el arde de batirse en duelo. La joven bruja observó con curiosidad cómo Sain apuntaba con su varita al suelo.

     

    ¿Qué estará haciendo? se preguntó. Escuchó el hechizo (Morphos) pero no logró divisar qué transformó, ni en qué lo transformó. Irritada por no haber interceptado aquél hechizo y algo angustiada, Millicent alzó la varita.

     

    --¡Seccionatus! --exclamó.

     

    De inmediato una ráfaga de doce mediaslunas se apresuraron sobre Sain. Estas viajaban hacia sus piernas, brazos, torso y rostro. Eran muchas y estaban bastante separadas la una de la otra... Millie esperaba que Sain no pudiera desaparecerlas tan fácilmente como hizo con las cuerdas.

     

    Pero antes de poder notar nada, la joven estudiante sintió un pinchazo y un dolor terrible en su cuello. Aterrada, se volvió sobre sus tobillos y observó por el rabillo del ojo como una araña saltaba de su hombro. Sin pensarlo, la pisó con saña, acabando con su vida, pero ya era tarde: la criatura la había picado y le había aplicado su veneno.

     

    Millie encontró una piedra al lado de ella, así que rápidamente la cogió y, apuntándola con la varita, murmuró.

     

    --Morphos...--la piedra se volvió un bezoar, el cual Millie ingirió inmediatamente.

     

    El punzante dolor de su cuello se desvaneció lentamente, dejando sólo la incomodidad del frío de aquel escenario de lucha.

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  6. El escudo de Millie la protegió del primer hechizo de su contrincante, pero cuando empezaba a pronunciar el segundo hechizo, fue enmudecida rápidamente por Sain. ¡Muy lista! pensó. Frunció el ceño y con la varita en ristre, pensó.

     

    "Embrujo punzante"

     

    El rayo salió de la varita de Millie al momento en que otro rayo salía de la varita de Sain. Ambos rayos se encontraron, arrojando una ráfaga de viento y luz y, así, se anularon el uno al otro.

     

    --Sí... --murmuró Millie. Un hilo de vapor apareció entre sus labios-- Creo que es hora de ponernos en acción...

     

    Sonrió y, sin mover la varita, exclamó.

     

    --¡Incárcerus!

     

    De inmediato, tres gruesas cuerdas se dirigieron hacia Sain. Una de ellas, iba hacia sus tobillos: allí se enrollarían para hacerla caer. La segunda iba hacia sus manos: las ataría juntas tras su espalda. Y la tercera apuntaba sus ojos, para imposibilitarle la vista.

     

    El frío aumentaba, así como la adrenalina de Millicent. Ya le tenía aprecio a su joven contrincante.

     

    Pero esta es una asignación. Debemos batirnos a duelo sin reparar en el daño que podamos hacer... pensó. Y que gane la mejor...

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  7. Pronto llegó la contrincante, y Millie le sonrió amablemente. La joven la trataba de usted, lo cual perturbó un poco a la joven estudiante.

     

    --Puedes llamarme Millie --le comentó apresuradamente.

     

    La chica le hizo una reverencia e indicó que esperaba poder comenzar ella el duelo amistoso. Millie asintió con la cabeza, de acuerdo. No tenía muchas ganas de batirse en duelo con nadie, pues la joven se consideraba una pacifista.

     

    Una ráfaga de viento frío agitó las pocas hojas presentes en los árboles, haciendo a la joven castaña tiritar. Sain alzó la varita y atacó.

     

    Millicent observó el rayo plateado ir hacia ella, pero antes de que pudiera alcanzarla, izó la varita para defenderse.

     

    --¡Protego! --exclamó. El encantamiento escudo apareció a su alrededor, absorbiendo el rayo plateado, protegiendo a Millicent. La chica sonrió y, sin bajar nunca la varita, exclamó.

     

    --¡Tarantallegra!

     

    El rayo viajó hacia Sain, mientras Millicent observaba, curiosa de saber cómo respondería su compañera.

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  8. ¡Buenas tardes, profesores! Bueno, ya he dejado el inicio de mi duelo con la señorita Sain M. Ollivander (quedo a la espera de mi compañera ;)) pero tengo unas pregunticas que, considero, mejor dejo aquí, en caso de que alguien más se pregunte lo mismo... :ninja:

     

    (1) Cuando nos dicen que tenemos diez días para responder al duelo, ¿eso significa que tenemos que duelear por los próximos diez días? Si eso es así ¿hay un mínimo de respuestas al rol por día? (Digo, suponiendo que ambos concursantes estemos super activos (y ociosos)).

    (2) En caso de cualquier duda referente al duelo en específico, ¿podemos consultar con nuestros profesores, cómo se haría en una clase de rol? O al igual que el los duelos que hemos visto hasta ahora en la clase, ¿debemos pensar nosotros solitos como salir de cualquier situación?

    ¡Gracias de antemano!

  9. Era un frío amanecer. La neblina que había invadido aquel claro durante la madrugada no se había ido del todo, y las plantas que rodeaban aquel espacio brillaban gracias a las gotas de rocío que yacían sobre ellas. Aún había nieve, pues el invierno apenas estaba concluyendo, y hacía bastante frío. A lo lejos, se escuchaba un riachuelo correr y, oculto entre los árboles, el sonido inequívoco de la fauna típica de las tierras del norte.

     

    Se encontraban en el Bosque de Dean, un bosque abandonado desde que, muchos años antes, una oscura magia se había llevado a cabo en aquel lugar. Las palabras horrocrux y Harry Potter eran lo más cercano a un tabú para las pocas personas que aún vivían cerca de aquel escenario.

     

    Millicent Musk que acababa de Aparecer detrás de uno grupo de arboles desnudos y nevados, caminaba con pasos decididos hacia el claro. Miró a su alrededor, atenta, y notó con un suspiro que su contrincante no había llegado. Sonrió, aliviada. Ese día había decidido no utilizar una túnica, pues aún no se acostumbraba a ellas, y sentía que más que protegerla o ayudarla, sólo se interpondría en su camino.

     

    Tenía un pantalón muy cómodo y flexible, convenientemente hechizado con un encantamiento que le daba calor a sus extremidades, de imitación de cuero de dragón (Millie, que había crecido en una granja, pensaba que en la vida moderna era inútil sacrificar animales para vestir su piel, con todos los avances que existían, y era una ávida fanática de la nueva onda de pieles sintéticas). Llevaba una blusa negra de algodón, sencilla, cubierta por un abrigo del mismo color. Sus manos estaban enfundadas en guantes color verde obscuro, y su cuello estaba abrigado con una bufanda del mismo color.

     

    Ese día llevaba el pelo castaño, liso y largo por los hombros, sueltos y agitándose al ritmo del viento semi-primaveral. Con un último pensamiento positivo, la joven estudiante se dispuso a esperar pacientemente a su compañera Sain M. Ollivander (¿será familia del hacedor de varitas? se preguntó). Sentía curiosidad de saber qué resultaría de aquella nueva asignación.

     

    Qué gane la mejor... —susurró a la nada, con una sonrisa.

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  10. Millicent escuchó atentamente las correcciones de los profesores. Asintió con la cabeza, agradecida, y escuchó el resto de la lección. El viento primaveral agitó sus lacios cabellos castaños, causándole una distracción. Frunció el ceño y con las manos instó al pelo a quedarse detrás de sus orejas.

     

    Hank se volvió de pronto y, agitando su vara mágica, transformó una butaca de madera y piedra, suficientemente amplia para que tres personas se sentaran, en varias panteras enormes y de aspecto feroz. Una por cada estudiante. La pantera de Millie rugió con saña y corrió hacia la joven, quien soltó una exclamación, aterrada. Y, por un momento, la joven estudiante se encontró a sí misma en una encrucijada. Por una parte, no quería herir a un animal, pero por otra, sabía que, si no lo hacía, el animal la heriría a ella...

     

    ¡Pero es sólo una silla transformada! se dijo, intentando darse fuerzas. Alzó la varita y exclamó.

     

    —¡Sectusempra! —con un horrible gemido de dolor y la liberación de mucha sangre, la bestia se vio llena de grandes heridas pulsantes y sangrantes. Pronto cayó en el suelo, a poca distancia de la traumatizada chica, quien observó en silencio la bestia desangrarse y morir... transformándose de inmediato en los restos de aquel antiguo.

     

    Pero Millicent no tuvo tiempo para distrarse. Ya Hank se había vuelto hacia ellos, varita en riste, listo para volver a atacar. Millicent, decidida a defenderse a costa de todos, intentó exclamar el primer hechizo que se le vino a la mente (algo para enmudecerlo o confundirlo), pero era tarde, ya Hank había exclamado su hechizo, un encantamiento de desarme. El rayo rojo impactó sobre la joven, haciendo que su varita saltara de su mano, cayendo varios metros hacia un lado.

     

    Millicent tenía la respiración agitada, el cabello despeinado y la mirada fija sobre el profesor.

     

    El resto de los compañeros también se estaban encargando de sus propias tareas.

     

    Hank invocó a doce aves de color peculiar, quienes lo rodearon como un interesante grupo de guardaespaldas. Millicent, que corría para recuperar su varita, no pudo detallar la extraña belleza de las criaturas. Cogió la vara del suelo y se volvió en el acto. Entre las aves que revoloteaban a su alrededor, la chica pudo entre ver como el maestro alzaba de nuevo su varita.

     

    —¡SILENCIUS! —exclamó Millie. Hank había abierto la boca para volver a atacar pero ninguna palabra logró salir de ella. ¡Está enmudecido! pensó la bruja, feliz. .

     

    Pero Millicent no tuvo tiempo para celebrar, pues Agatha ya la apuntaba con la varita y exclamaba un encantamiento. Millicent se volvió a la bruja y, con varita en riste, exclamó:

     

    —¡Expelliarmus!

     

    Un rayo rojo golpeó a la bruja antes de que ésta, con la varita aún en alto, pudiera culminar su segundo ataque. Pero su primer hechizo ya hacía estragos en la joven estudiante. De pronto sintió un dolor terrible. Ante sus ojos, enormes heridas aparecieron en varias parte de su cuerpo. Las lágrimas brincaron a sus ojos castaños y un gemido de dolor se escapó de sus labios.

     

    "Episkey, episkey..." pensó la bruja, adolorida, apuntando a sus heridas. Poco a poco éstas comenzaron a sanar y el dolor a desvanecerse. Con una sonrisa aliviada, Millicent bajó la varita y miró a sus maestros. Tenía la respiración agitada por el esfuerzo y le temblaban las manos.

     

    OFF ROL:

     

    ¡Hola, de nuevo! Vaya, espero haberlo hecho bien. Intenté llevar el rol lo mejor posible, y tengo muchas ganas de leer las correcciones, para ver qué tanto entendí xD

    ¡Besitos a todos!

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  11. Millicent aceptó las correcciones del profesor Hank y observó en silencio la continuación de la clase. El profesor caminaba con mucha elegancia posicionándose para hacer un duelo con Agatha... Les indicó que observaran y anotaran todos los errores que cometieran, así que la castaña se apresuró y buscó un pergamino y una pluma en su bolso de cuero cruzado. Se sentó en posición de indio sobre la tierra, procurando mantenerse un tanto alejada de la acción, por seguridad.

    El duelo tomó lugar y Millicent se concentró en notar todos los pequeños detalles y errores. Intentó no gritar al ver la sangre salir por los aires entre ataque y ataque. ¡Merlín! pensó. No se imaginaba a sí misma haciendo duelos sólo por diversión, ni por trabajo, ni por nada... se dijo. Musk era decididamente una pacifista, pero tenía que aprender a defenderse, porque no todos los magos eran pacifistas como ella, y estaban en una guerra.

     

    El duelo concluyó y la joven revisó sus notas. Estando contenta con lo que había escrito, dobló cuidadosamente el pergamino y se incorporó para entregárselo a los profesores.

    —Aquí tienes, Hank —sonrió con timidez, alargando la mano y tendiéndole el papel.

    Off:
    ¡Gracias por las correcciones! *0* ¡¡Me daba tanta pena destruir a la serpiente!! Pensé en hacer un sectusempra pero me dio mucho dolor (soy una llorica xD).
    ¡¡Ya les mandé la tarea por PM!! ♥

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  12. Millicent salió del ministerio a pasos apresurados. Trabajaba como aprendiz en el Departamento de Misterios y ese día había perdido la noción del tiempo en el laboratorio de pociones, por tal razón, la joven bruja trataba de ir lo más rápido posible a la Academia, donde la esperaba su primera lección de Duelo Básico.

     

    *

    La castaña corría entre los pasillos de la Academia siguiendo el camino que trazaron sus profesores en la carta que le habían enviado. Musk nunca había ido al Jardín de los Sumanaes, por lo cual se permitió detenerse un momento para admirarlo. Era muy hermoso, pero hacía mucho frío. Tiritando, la joven se adentró en el lugar, intentado ubicar a los profesores.

     

    Allá estaba uno de ellos, era un hombre. Millie caminó hacia él, le sonrió a modo de saludo y tomó asiento en uno de los taburetes altos que se encontraban allí. Pronto llegaron más estudiantes y, además, la otra profesora. Los docentes se presentaron y, de inmediato, la profesora Agatha volvió la mirada y la varita hacia Millie y los taburetes. Murmuró una encantación y la joven estudiante sintió como su taburete parecía perder solidez. Miró hacia abajo y ahogó un grito. ¡Se había convertido en una serpiente!

     

    La chica se incorporó rápidamente y sacó la varita.

     

    ¡Petrificus Totalus! —exclamó. La serpiente que había sido su taburete se puso muy rígida, como un palo, y cayó con un sonido seco hacia atrás, levantando partículas de polvo.

     

    "Vaya manera de comenzar la clase" pensó, sintiendo su corazón palpitar fuertemente.

     

    Off rol

     

    ¡Buenas tardes a todos! Mi nombre es Mafer. Al igual que el profe soy de Venezuela (de la estresante ciudad de Caracas). Tengo 22 años y soy estudiante universitaria. La carrera que he escogido es Química y el sitio donde estudio es La Casa Que Vence Las Bombas Sombra. Además escribo fanfics (en FFN sobretodo, bajo el seudónimo de Millie M) y soy Agente de Viajes Independiente.

     

    Me gusta mucho la música y el arte. También me gustan todos los animales (incluso los insectos, aunque les tengo un pavor muy grande). Llevo en el foro poco tiempo, aunque en el pasado pasaba por acá de vez en cuando.

     

    Sobre Millicent puedo decir que es una chica muy tranquila e inocente, de unos 22 años. Es aprendiz en el Departamento de Misterios. Pertenece a las familias Myrddin y Rambaldi, aunque pasa muy poco por sus mansiones pues suele estar siempre entre la Academia y el Ministerio. Poco a poco se está acostumbrado a todo esto de la magia, aunque aún hay muchas cosas que la toman desprevenida.

     

    Tengo skype (que casi no uso), de hecho, es más fácil que se comuniquen conmigo por acá que por skype :)

     

    Estoy a la orden para cualquier cosa, desde asesorías científicas ;) hasta ayudarte a planificar tus vacaciones (sea cual sea el país donde estés).

     

    Saludos.

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  13. Perfil del Personaje:

    Raza: Humano.

     

    http://1.bp.blogspot.com/-wJ75ifL7hUQ/UoAmxJ-pV-I/AAAAAAAAbDk/BnZ4fmt9XLI/s500/anime+girl+cutie+5+stars+phistars+dot+com+black+hair+game+cg+japanese+clothes+kimono+kitto+todoku+sumiwataru+asairo+yori+mo+red+eyes+short+hair+waka+yasuyuki.jpg

     

    Aspecto físico:

     

    A pesar de haber crecido en una granja, bajo el sol, Millie es muy pálida. Tiene los ojos y el cabello castaño. Desde que llegó al Mundo Mágico, la chica que siempre había llevado el cabello prácticamente corto, se sintió inspirada por lo que parecía una moda en aquel lugar y decidió dejárselo crecer. Ahora lo lleva por los hombros y muy liso.

     

    Mide cerca de un metro con sesenta centímetros, y pesa alrededor de sesenta y cinco kilogramos. Tiene caderas y muslos anchos, herencia de genética y por la dura faena del campo.

     

    Desde que llegó al Mundo Mágico dejó de lado los pantalones de mezclilla y los jerseys para darle cabida a las túnicas, pantalones de vestir y blusas elegantes. Se toma muy en serio su trabajo como aprendiz en el Departamento de Misterios, así como la oportunidad que le han dado para ser parte de la Orden del Fénix.

     

    Cualidades Psicológicas:

     

    En general, Millie se muestra como una chica dulce, de buenos sentimientos y dada a ayudar a los demás, pero en el fondo también puede ser terca y egoísta. Es muy perfeccionista y quisquillosa y puede llegar a ser muy impaciente. No le gusta discutir, pero cuando lo hace defiende con todo su ser aquello en lo que cree.

     

    Aún no entiende muy bien cual es su posición, ni su tarea, en el Mundo Mágico, pero cree que el contacto con la magia, y todo lo que ésta implica, la han cambiado. A veces se pregunta (sobretodo al verse por las mañanas, con su nueva apariencia) si sus padres adoptivos la reconocerían. Sabe, sin embargo, que jamás podrá responderse esa pregunta, pues jamás podrá regresar a su granja.

     

    Historia:

     

    Millie no sabe en qué día nació. Sólo sabe que fue un septiembre, hace veintidós años. La pareja de granjeros que creyó eran sus padres en realidad la habían adoptado cuando tenía apenas meses de nacida. Ignorante de ello, la chica creció feliz en la granja de vacas de Ana y Prosperous Musk, donde aprendió la faena del campo y las bondades del trabajo duro.

     

    Cuando tenía seis años, un hombre había intentado matarla. Su padre, que había llegado a tiempo, miró con estupefacción cómo el hombre misterioso desaparecía ante sus ojos. Durante mucho tiempo, Millie se preguntaría quién había sido ese hombre, aunque nunca pensó que lo volvería a ver.

     

    Cuando cumplió once años, recibió una extraña carta. Antes de poder leerla, sin embargo, su padre se la quitó de las manos, y la arrojó en el fuego de la chimenea. La pequeña le preguntó por qué había hecho eso, y si sabía quién le había escrito, pero su padre se negó a hablar del asunto y se encargó de distraer a Millie con infinitas actividades en la granja. La misteriosa carta y la actitud extraña de sus padres quedarían pronto enterrados en su mente.

     

    El resto de su adolescencia la pasó entre el colegio, la granja y la infinidad de accidentes en los que se veía siempre envuelta. Cuando cumplió veintidós años, sin embargo, una experiencia extraña respondería muchas de sus preguntas.

     

    Una noche, cuando volvía de clases a casa, Millie se sintió observada. Nerviosa, apuró el paso, pero antes de siquiera ver la entrada a su granja, unas manos la sujetaron por el estómago. La joven gritó aterrada, pero otras manos le cubrieron la boca. Pronto Musk se percató de que la criatura que la apresaba tenía seis brazos y el rostro más aterrador que hubiera visto. Los ojos rojos del demonio brillaban con odio y maldad.

     

    —Ya es hora de que vuelvas con nosotros... —le había susurrado al oído. Millie sintió su aliento fétido atravesarle el rostro. La joven luchó cuanto pudo, pero la criatura era demasiado fuerte.

     

    Entonces, un rayo de luz azul apareció a su espalda, dándole de lleno a la cabeza de la criatura. Ésta gritó, adolorida, y Millie logró zafarse. Un hombre la tomó de la mano.

     

    —¡Ven conmigo! —murmuró. La muchacha miró el rostro de su salvador. Pensó por un segundo que tenía los ojos azules más bellos que hubiera visto nunca. Juntos, corrieron alejándose de la criatura. Encontraron refugio en un granero. El hombre sacó lo que parecía un palito de madera y lo agitó con una extraña floritura, apuntando a la puerta.

     

    —No podrán pasar... —dijo, sonriendo de medio lado— Tú y yo tenemos que hablar.

     

    Aquella había sido la noche más extraña que Millie había vivido. El hombre le había confesado que él era su padre biológico. La joven no lo podía creer.

     

    —¡Nunca te había visto en mi vida! —había exclamado llorando— ¿Cómo te atreves a decirme eso?

     

    —Soy tu padre, Millicent, y tendrás que aceptarlo... —reponía él, con el ceño fruncido—Créeme que no me hace nada de gracia, pero es la realidad.

     

    Le contó entonces cómo había conocido a su madre biológica. Cómo se había enamorado. Y cómo ella había huido para siempre de su lado.

     

    —Y luego te abandonó aquí, a tu suerte... —añadió, mirándola fijamente— Para que ese demonio te encontrara y te matara...

     

    Al día siguiente, Millie confrontó a quienes creyó sus padres. Ellos le confesaron que era verdad que la habían adoptado, y que la mujer que se las había entregado les había dicho que nunca podía enterarse de dónde provenía

     

    —Tampoco debías darte cuenta de tus habilidades...—añadió Ana Musk, sollozando— Nos dijo que estabas en peligro y que morirías si te ibas de este pueblo...

     

    —Aunque no quieras —replicó el hombre, a espaldas de Musk— debes volver al Mundo Mágico y aprender a defenderte. Si no lo haces, morirás como debías haber muerto hoy.

     

    Pocos días después, tras una amarga despedida y la promesa (que jamás se cumpliría) de volver apenas pudiera, Millie llegó, acompañada por aquel extraño hombre que decía ser su padre (pero que ni siquiera quiso compartirle su nombre) al Callejón Diagon. Antes de la chica pudiera darse cuenta, el hombre había desaparecido.

     

    Perdida y asustada, Millie deambuló por el lugar, mirando aterrada todas las actividades que en la Iglesia le habían enseñado que eran diabólicas. Pero entonces, y cómo si la hubiera enviado un ángel, apareció Angel Cullen.

     

    A Millie le había tomado tiempo perdonar a quien resultó ser su madre biológica por su abandono, pero comprendió que la mujer lo había hecho buscando protegerla. Lamentó mucho que no pudiera hablarle mucho de su padre. Angel parecía descomponerse siempre que lo oía mencionar.

     

    Al poco tiempo de llegar al Mundo Mágico, Millie conoció a Deiwan Rambaldi, quién le ofreció otro hogar, como su hija adoptiva. Emocionada ante la perspectiva de conocer otras personas (y, aunque no quería admitirlo, ante la oportunidad de alejarse un poco de su madre biológica, pues aún le causaba mucho dolor estar a su lado) aceptó casi en el acto. Deiwan la instó a asistir a la Academia, donde actualmente estaba estudiando magia. Después de tantos años reprimiendo (aún sin saberlo) sus poderes, a Millie le costaba mucho hacer magia. Incluso los hechizos más sencillos eran una verdadera odisea, pero no se rendiría.

     

    Pronto, le ofrecieron ingresar a la Orden del Fenix cómo aprendiz, e incluso sin saber exactamente qué significaba aquello, decidió aceptar. Allí conoció a Vrael Tonks, su padrino, quién prometía hacerle vivir momentos memorables. Además, Musk había sido aceptada en el Departamento de Misterios, como aprendiz de Inefable.

     

    Poco a poco, con ayuda de las personas a quienes conocía, la joven bruja estaba comenzando a sentirse más a gusto en ese nuevo y extraño mundo. Extrañaba muchísimo a sus padres biológicos, y se juró a sí misma aprender todo lo que pudiera para protegerlos.

     

  14. ¡Gracias por las correcciones, Mathy, mi galleta deliciosa! *0* ¿Proponer cómo seguir? Uy, uy. A la Millie le daría pavor, pero Mary sí que debe tener millones de opiniones, que no dudará en expresar abierta y fuertemente xD

    De verdad que he disfrutado mucho del rol y de la historia propuesta. Además, agradezco mucho la oportunidad de desempolvar a mi bella Mary del estante de OC's no utilizados :D Creo que la muchachita se ganará su fanfic y todo :D

  15. Millicent Musk • Aprendiz de OCHP

    Oficina Personal de Kritzai

     

    Millicent escuchó atentamente las palabras de Addison, y posteriormente la respuesta de Kritzai. La castaña entrecruzó las manos, un tanto nerviosa de pronto.

     

    —¿Un-un método? —titubeó Millie. Sin embargo, se puso de pie y tendió la mano hacia Kritzai, quien inmediatamente tomó su antebrazo, entrelazándolo con el suyo. Al escuchar aquello de la sombra de la muerte, la joven aprendiz se puso un poco pálida, y abrió los ojos cómo platos. Pero posó sus ojos castaños sobre la mirada seria de Kritzai y suspiró.

     

    —Lo juro —dijo, simplemente. Cuando el hijo que rodeaba sus antebrazos tomó aquella tonalidad oscura, Millie no pudo evitar sonreír. Si, tenía miedo, pero ya estaba metida del todo en aquella nueva vida a la que había llegado por mera casualidad.

     

    Entonces Kritzai la soltó y le dio la bienvenida al Ministerio.

     

    —¡Gra-gracias! —dijo Millie, volviéndose y siguiendo al mago con la mirada.

     

    Un hombre entró a la oficina. Kritzai lo presentó como Otto. Millicent le sonrió amigablemente a modo de saludo. Luego, guiada por las palabras de su jefe, fijó la mirada nuevamente en las carpetas y pergaminos que posaban en su escritorio. Siguiendo sus indicaciones, la aprendiz de inefable tomó una de las carpetas y siguió a su jefe hasta la salida de la oficina.

     

    Allí estaba otro muchacho, Gerard. Kritzai lo invitó a que se uniera a la investigación.

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  16. ¡¡Las Reliquias... parte 2!! ¿Por qué? Por esto Y sí, sé que los ojos de Lily no cuadran, que inventaron ésto y aquello, ¡¡pero no me pueden negar que como recurso artístico no les quedó genial!! Porque fíjate tú, cuando leí esa parte en el libro (por cierto, Reliquias es mi libro MENOS favorito) lo odié con ganas. Me pareció tan, tan, tan rematadamente cliché que casi muero. De verdad.

     

    Lo odié mucho.

     

    Jotaká fue odiada por mi en ese momento... (aparte que acababa de matar a Snape, lo cual tampoco me gustó).

     

    Pero no sé, en la película se vio bello, y me encantó por eso.

     

    Además, creo que tiene bastante acción y eso es siempre divertido de ver.

     

    Ah, y por supuesto que está esto otro... LOL

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  17. Millicent Musk

    Vajilla Embrujada - Investigación General (Oficina de Hechizos y Pociones, Oficina de Investigación Secreta e Investigación Coordinadora de Investigaciones Alternas)

     

    Millie siguió a su jefe y a su compañera hasta la oficina del primero. La castaña estaba muy entusiasmada, aunque intentaba mantener una actitud profesional. Tenía el pálido rostro fijo en una expresión seria, y el cabello corto levemente ondulado. Caminaba dando grandes zancadas, intentando mantener el ritmo de sus acompañantes. Sus botas de piel de dragón crujían suavemente en el suelo de mármol. La túnica negra, de trabajo, ondeaba a su espalda, dejando entre ver el pantalón negro de vestir y la blusa blanca que la joven aprendiz había escogido usar esa mañana.

     

    Oficina de Kritzai

     

    La oficina de Kritzai, si bien parecía un poco espartana en su decoración, era bastante elegante. Millie reparó en el hermoso sofá para tres y en el estante repleto de libros antiquísimos y una hermosa alfombra color chocolate adornaba el suelo del lugar. Las luces, que se habían encendido apenas los magos ingresaron en la estancia, alumbraran alegremente el lugar. La castaña observó como Kritzai fue hacia su amplio escritorio, acomodándose en la silla que se encontraba tras de éste, y le hizo señas a ambas brujas, instándolas a acercarse.

     

    Los tres magos tomaron asiento. El nuevo jefe tomó unas carpetas, colocándolas en el escritorio, a mano de todos. Tras unas breves indicaciones, les invitó a presentarse, cosa que Millie agradeció internamente. Aún se sentía un poco extraña y deseaba tener la oportunidad de conocer más a sus compañeros de trabajo antes de comenzar a trabajar.

     

    —Bueno... —dijo la joven, en voz baja pero clara— Mi nombre es Millicent Musk y soy aprendiz de Inefable. Tengo veintidós años y estoy culminando mis estudios.

     

    Cruzó las manos sobre su regazo y sonrió levemente.

     

    —Nunca he participado en una investigación cómo esta, pero me alegra saber que será un trabajo en conjunto, entre varias oficinas de este departamento —añadió mientras una frase de su padre paseaba por su mente. "Mientras más seamos, mejor"— Creo que es imperativo estudiar todo cuanto sea posible sobre lo ocurrido en esta oportunidad y, si existiesen, revisar cualquier ocurrencia anterior similar a este caso.

     

    Sus ojos castaños se posaron sobre el hombre ante ella.

     

    —Me tomo muy en serio el trabajo que tenemos por delante, y opino que debemos empezar cuanto antes.

     

    El silencio volvió a la sala una vez que Millicent terminó de hablar. La muchacha miró a su compañera y a su jefe, esperando escuchar las opiniones que ellos tuvieran, y ansiosa por saber cuáles serían las siguientes acciones a tomar.

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  18. ¡Hola, hola! No sabía que los aspirantes podíamos pasarnos por estos lares :3 ¡Qué alegría que así sea!

    Bueno, me parece muy bueno que haya un topic así, para poder organizarnos un poquito y donde nos den una guía a los aspirantes. En lo particular me siento medio perdida pero estoy entusiasmada.

     

    Aquí dejo mi ficha llena, entonces.

     

    Nick: Millie M

    Área de interés: Duelos / Rol

    Skype: mafermp1

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  19. Edit: Yo no he entendido lo de la crema, pero me opongo al derretimiento de Mathías xD

     

    ¡No tenía idea que dejarían las correcciones aquí! xD ¡¡Dios, qué despistada!! Muchas gracias por las correcciones, profes. Las implementaré de ahora en adelante. Me contenta que mi personaje les haya agradado. Yo le tengo mucho cariño a esa pequeña cascarrabias. ¡Gracias por la recomendación! Intentaré que interactúe más con Legolas! A decir verdad, creo que a ella misma le agrada Legolas, muy en el fondo. Veremos como se desarrolla aquello en el rol. :)

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  20. Millie apenas tuvo tiempo de reaccionar. Ni bien la profesora Aimé retirara el pergamino del último compañero, se volvió hacia ella.

     

    ¡Protego!—exclamó Millie, apuntando con su varita a la profesora.

     

    El escudo invisible absorbió el Expelliarmus que lanzara la profesora minutos antes. Pero las cuerdas del segundo hechizo ya iban en dirección a Millie. Una de las cuerdas cubrió sus ojos, impidiéndole ver, la otra oprimía fuertemente su garganta, evitando que pudiera siquiera susurrar alguna palabra, y la tercera se apresó en sus tobillos, haciéndola perder el equilibrio y caer de bruces en el suelo. Millie pensó, desesperada, en un hechizo no verbal que pudiera sacarla de esa situación.

     

    "¡Evanesco!" pensó con fuerza. Sintió entonces como su cuerpo fue liberado de las cuerdas que la oprimían. Abrió los ojos, y se puso de pie rápidamente. Sujetando fuertemente su varita, Millie apuntó a la profesora Aimé, preparada para atacar. Pero ella ya había bajado su varita. Millie vio por el rabillo del ojos al otro profesor, Radamantys, transformar su capa en un bezoar y, tras ingerirlo, apuntarla con su varita. Millie se volvió rápidamente hacia el mago, varita en ristre.

     

    ¡Silencius! —exclamó Millie, enmudeciendo al profesor. Cualquiera que hubiera sido la incantación que el mago pretendía hacer, había desaparecido entre sus labios.

  21. Millie escuchó atenta las palabras de la Jefa Malfoy. Se sintió aliviada a saber que su antigua profesora se encontraba bien, aunque enterarse de los daños que había sufrido algunos trabajadores la angustiaron un poco. Ahora más que nunca estaba convencida de que tenían que trabajar rápido para resolver este misterio, y traer al o a los involucrados a la justicia.

     

    Cuando Aiiden dijo cómo se organizarían, Millie volvió la vista hacia Addison y Kritzai, con quienes trabajaría. Se acercó a ellos, un tanto nerviosa.

     

    -Estoy lista para comenzar cuando quieran -dijo Millie, con una pequeña sonrisa.

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  22. Millie no supo como había ocurrido, pero de pronto estaba rodeada por un grupo de cuatro muchachos. Escuchó con atención sus palabras y les respondió a cada uno con cordialidad. Una de las chicas, Mía, le dijo que no tenía que estar nerviosa, y se ofreció a ayudarla sí lo llegase a necesitar. Millie le sonrió, agradecida.

     

    Sira y Allen discutían afectuosamente y Millie los miraba divertida. Pensó que era evidente que los chicos se conocían desde hacía tiempo.

     

    —Ho-hola... —respondió Millie a la chica que la saludó de pronto. Anna, dijo que se llamaba— Soy Millie. Un placer...

     

    Pero no hubo mucho tiempo para hablar ni para pensar. Los profesores se pusieron en posición de duelo. Millie y los chicos dejaron de hablar de inmediato. Millie se sentó en el suelo, de donde pudo observar con lujo de detalles lo que ocurría. De pronto salpicó sangre por doquier. Algunas gotas cayeron sobre el rostro de Millie, quien, ausentemente, se limpió con la mano. No se dio cuenta, sin embargo, de que su rostro quedó manchado.

     

    El duelo terminó con el rugido de una bestia que existió sólo por un momento. Y los profesores indicaron la nueva tarea.

     

    —¿Escribir los hechizos incorrectos? —preguntó Millie en voz alta— Ya decía yo que algo no andaba del todo bien...

     

    Sacó un trozo de pergamino y se puso a escribir lo más rápido que pudo.

     

    Apenas culminó, se puso en pie y le entregó la tarea al profesor más cercano, que resultó ser Radamantys.

     

    —Aquí tiene, profesor... —susurró, tendiéndole el pergamino.

  23. Millie escuchó, sorprendida, las palabras de Kritzai.Millie respondió a su sonrisa con una propia, asintiendo con la cabeza. Se volvió entonces hacia Aiiden, escuchando sus palabras con atención. Se cubrió los labios, impresionada, al saber que el local donde residía su primera misión era el de su antigua profesora, Anne Gaunt.

     

    Escuchó atenta, las preguntas de sus compañeros. Todas les parecían importantes y vitales, y Millie se sintió un poco tonta porque no se le ocurría ninguna pregunta... Ninguna, excepto...


    —Disculpa, Aiiden... ¿Cómo se encuentra Anne? —cruzó las manos, nerviosa— ¿Ha sufrido algún daño?

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  24. Millie trató de ignorar los quejidos de la criatura que yacía amarrada a su lado. Le daba mucho dolor escucharla, pero sabía que no podía soltarla por mucho que quisiera. Al menos no aún. Esperaba que los profesores pasaran pronto y concluyera la asignación, para poder liberar a las criaturas.

     

    Miró con sorpresa a los chicos a su alrededor. Todos parecían conocerse bien y mostraban entusiasmados cómo habían acabado con la criatura. Millie pensó que debía de ser lindo hacer amigos durante las clases, y pensó con nostalgia que durante sus cursos anteriores nunca estuvo acompañada por nadie. "Es cómo si estuvieran huyendo de mi..." pensó, con tristeza, pues las pocas clases que comenzaban con, al menos, una persona aparte de ella misma, éstas nunca duraban mucho tiempo y Desaparecían.

     

    Suspiró, volviendo los ojos a su oso panda. Éste la miraba con sus ojos amarillos, gruñendo levemente.

     

    —Eres una criatura muy linda... —le dijo, con una media sonrisa— Una criatura hermosa...

     

    La mirada amarilla del oso era intensa y peligrosa y Millie se resistió a las ganas de acercarse más y acariciarla. Las cuerdas que rodeaban su hocico no estaban demasiado apretadas, probablemente porque, inconscientemente, Millie no quería lastimar a la criatura, así que era posible que, si el oso realmente quería, podría abrir su hocico y arrancarle la mano.

     

    De pronto unas sombras la cubrieron, y Millie se volvió, perpleja. Eran una chica y un chico que le saludaban y le sonreían con cortesía. El chico tenía una cicatriz bastante siniestra en la cara. El chico se presentó como Allen y la muchacha como Mia.

     

    —¡Ho-hola! —respondió Millie, sonriendo nerviosa— ¿Cómo están? Es un placer conocerlas...

     

    De pronto, a Millie le gustaba mucho más la clase.

  25. ¡Holi! Bueno, aún estoy viendo Duelo Básico, junto con esta clase. Así que realmente me falta Duelo Avanzado y Bando y Perfil, que veré juntas el siguiente lapso :) Gracias por la información. :D ¡Ya edité la ficha e incluí como me enteré de todo! Espero que esté bien. Aparece al final de la historia de Mary. Gracias. Saludos y besitos.

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