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LumosSolem

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Mensajes publicados por LumosSolem

  1. La relación que llevo con mi familia de sangre puede definirse como "complicada". Jamás negaré mis raíces; mi madre había muerto dándome a luz, y mi padre, Keaton Ravenclaw, no había sido demasiado paternal que digamos... Sin embargo no puedo negarlo, yo soy y desde siempre he sido una auténtica Ravenclaw: un poco de drama por aquí y por allá, astucia y ante todo lealtad. Sé muy bien quién soy; soy Lumiére Solem, una vampiro de aparentes 20 años de edad, nacida en Francia y convertida por mi padre biológico. Sé lo que me gusta y lo que no; detesto que me molesten cuando estoy concentrada; no me agrada en absoluto que me hagan preguntas innecesarias; y sobretodo odio las mentiras. No me caracterizo por ser alguien sociable... pero las amistades que tengo son tan fuertes como el más profundo de los amores prohibidos. Cuando quiero a alguien, lo protejo a costas de lo que sea, incluso de mi propia existencia. No suelo dar palabras de más, todo lo que digo tiene un motivo... estoy conforme siendo quien soy, después de todo es algo que construyo día a día a partir de mis experiencias e ideales. He viajado por todo el mundo, he visitado hasta los más desconocidos países... pero tengo dos lugares predilectos a los que siempre vuelvo: Francia (mi tierra natal) e Inglaterra (país que anida a mi familia).

     

    Y allí me encontraba, un ventoso y frío día de Diciembre, vistiendo un sweatter rosa, un abrigo color gris topo, un par de jeans azul oscuro, una bufanda color crema y un par de botas café claro. Mi platinado cabello caía sobre mis hombros con un aspecto natural pero femenino; jamás perdía la femeneidad. Una fina capa de nieve cubría el camino al castillo, mis pasos se marcaban dejando un sutil rastro. Pasé el portón sin necesidad de aclarar mi identidad, los elfos que lo custodiaban bien sabían quién era yo. Me encaminé hacia la gran puerta de madera, observé la superficie e inhalé con intensidad. Volver a mi hogar era una aventura tan grande como abandonarlo... ¿Qué sería de mi padre, de mis hermanos, de mis sobrinos, de mis tíos?, ¿Estarían ellos tan ansiosos por verme como yo a ellos?, ¿Me corresponderían el sentimiento?. El aire que se escapaba de mis labios se hacía visible, producto de las bajas temperaturas tan características del invierno inglés. Coloqué mi mano sobre el picaporte, estaba helado pero aún así no me afectaba; lo bajé lentamente oyendo cómo las cerraduras iban cediendo, y aprecié con mis violáceos ojos el interior de la sala. Di unos pasos adentrándome, mientras trataba de descubrir qué situación me recibiría. -Familia, llegué-.

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  2. Lumiere Solem

    5to Piso

    Tercer post

     

     

    La sanadora me informó que ya era de tarde, no sabía cuánto era que había dormido. Le agradecí por el cuidado que me había proporcionado; bebí con cuidado de las pociones que se me habían recomendado. Lentamente me paré hasta confirmar que podía caminar sin problemas firmé los papeles del alta; tomé mi abrigo, me lo puse encima y salí del hospital esperando no regresar por un buen tiempo, si bien había sido bien atendida, no quería volver a ser herida.

  3. Las clases en generales habían terminado, estaba muy ansiosa de poder seguir en la Academia para finalmente egresar y convertirme en una miembro más de la Órden del Fénix, después de todo ese era mi objetivo. Aquel día no había tenido ni una pizca de sueño; me pasé unos cuántos minutos leyendo y releyendo las indicaciones sobre mi nueva clase que me habían llegado por lechuza. Caminé descalza por mi recámara, llevaba puesto un camisón negro de seda (mi favorito), llegué hasta la ventana y miré hacia afuera. Me perdí por un rato en mis pensamientos y luego consideré que ya era oportuno comenzar a alistarme; por lo que me quité las prendas que llevaba puestas y me di un rápido baño. Volví a mi recámara secando mi largo y platinado cabello; me puse mi ropa interior, un vestido corto y sin mangas pero de cuello cerrado y de color vinotinto, unos zapatos planos y cómodos pero elegantes de color crema, y me dirigí hacia el tocador.

     

    Me senté y maquillé mi rostro de forma delicada, tomé el perfume y dejé caer unas pocas gotas sobre mis muñecas; me miré al espejo terminando de peinarme y finalmente salí de mi habitación tomando mi bolso. Bajé por las escaleras apresuradamente, y saludé a mi hermana gemela notando que ella tampoco había dormido, pues a tempranas horas era la única que estaba despierta y despabilada. Supongo que era una ventaja de ser vampiras; no siempre necesitábamos descansar. -Adiós hermanita, ya me voy. Que tengas un gran día-, le deseé despidiéndome; para ser honesta solo a unos pocos los trataba con tanto cariño, y ella obviamente estaba en la lista.

     

    En un veloz movimiento me aparecí en las afueras de la Academia; le di un vistazo a mi reloj y noté que estaba llegando algo tarde, odiaba ser impuntual. Miré una vez más la carta que indicaba el comienzo de la clase y caminé hasta los Jardines Sumaes. Pasé por enfrente de quienes supuse eran mis profesores, y reparé unos segundos en uno de ellos, el de cabello rubio, me resultaba familiar... lo había visto hace unos días por mi hogar, el Castillo Ravenclaw, quizá más tarde se lo preguntara, y hasta me disculpase por el tremendo drama que lo había apabullado y le había hecho huir. -Buenos días, lamento haber llegado tarde, prometo que no volverá a suceder-, me disculpé logrando la atención de un par de miradas.

     

    Entendí que me correspondía presentarme ante todos; entre mis compañeros, a muy pocos les conocía o me resultaban conocidos, pues habían juntado mi curso con el posterior, y de eso había resultado que no supiera distinguir unos cuantos rostros nuevos para mí. -Buen día a todos, mi nombre es Lumiere Solem Ravenclaw; me pueden llamar Lumiere. Tengo unos cuantos años y estoy ansiosa por aprender, en ese sentido le hago honor a mi familia: los Ravenclaw. Espero no generar ni meterme en problemas y que mi experiencia en esta clase sea más que amena-; finalmente terminé y suspiré una vez más, no sabía con quién relacionarme ni qué sucedería en breve; algunos alumnos parecían estar en lo suyo, y otros parecían tan solitarios como yo.

     

     

     

    OFF ROL:

    Hola a todos, mi nombre acá es LumosSolem y en vida real soy Vick, tengo 22 años y soy de Argentina. Estudio el Profesorado en Ciencias de la educación y amo enseñar. Amo escribir y ahora estoy probando que tan buena soy como rolera; en esta clase espero poder mejorar y llevarme buenos amigos.

     

    Respecto a mi personaje les cuento que se llama Lumiere Solem Ravenclaw; es vampiro y tiene unos 20 años aparentes. Tiene el cabello platinado y largo y ojos violáceos, su apariencia tiene un dejo de veela. Si bien a veces es un poco seductora, su corazón le es fiel a un amor secreto que tiene. Con los desconocidos es reservada y siempre trata de ser muy educada con todos. Es alguien que no se abre tan fácilmente, por lo que a veces puede parecer algo fría, pero por su condición se siente muy sola y puede llegar a tomar la soledad como vicio. La ficha aún la mantengo en construcción ya que hace poco me surgió una hermana gemela cuyo pj se llama Issa, junto a ella Lumiere es inseparable y la considera el tesoro más preciado que tiene. Fue criada por su abuelo, por lo que no se lleva del todo bien con su padre, quien fue el responsable de morderla.

     

    Bueno, eso es todo por ahora, supongo que con el transcurso de los post nos iremos conociendo!!!

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  4. Lumiere S. Ravenclaw

    Quinto Piso

    Segundo Post

     

     

    La muchacha estaba sumergida en un profundo sueño, afortunadamente la habitación que le había tocado era muy tranquila y los sanadores llevaban su tarea con cuidado. Se sentía cansada, pero aquella sensación comenzó a cambiar desde el momento en el que sintió pequeñas correntadas de alivio pasar por su cuerpo, poco a poco sus heridas iban cerrando y la sangre comenzaba a desplazarse con un tránsito normal. Pasados unos minutos abrió sus ojos lentamente, y observó cómo frente a ella se ubicaban una serie de pociones que probablemente debería ingerir. También pudo distinguir el rostro de una sanadora; se reincorporó lentamente a la par que despertaba, y la saludó educadamente: -Buenos días-, dijo para luego mirar en qué estado se encontraban sus lesiones; parecían tener bastante buen aspecto y eso la tranquilizaba.

  5. Lumier S. Ravenclaw
    Planta 5 Primer Post

    Su cuerpo había ingresado en las instalaciones de tan renombrada institución de sanidad y curación mágica. Un mal consejo le había provocado su inesperada y primera visita al mágico hospital. Producto de una mala indicación había recibido un par de heridas en su primera redada. Si bien eran leves, le dolían con una sensación punzante; fue llevada a la quinta planta junto a otros neutrales... miró hacia todos lados observando cada detalle, y suspiró.

    Era importante que un sanador acudiese rápido pudiéndola sanar, y permitiéndole así volver a luchar en el bando que había elegido: su querida Orden del Fénix. Quería estar en su casa y descansar después de la ajetreada noche que le había tocado.

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  6. Lumier S. Ravenclaw

    Planta 6 (area libre) Primer Post de resurrección

     

     

     

    Su cuerpo había ingresado sin vida en las instalaciones de tan renombrada institución de sanidad y curación mágica. Un mal consejo le había provocado su inesperada muerte en medio de su primera redada. Reposaba sobre una camilla luciendo frágil y aún más pálida que lo normal.

     

    Era importante que un sanador acudiese rápido pudiéndola resucitar, y permitiéndole así volver a luchar en el bando que había elegido: su querida Orden del Fénix. Si todo salía bien, el fuego fenixiano pronto volvería a arder en su sangre.

  7. En medio de toda la discusión, las cosas habían evolucionado a tal punto que estaba completamente confundida acerca de lo que sucedía... pero no era la única aturdida, y eso en parte me tranquilizaba. Las luces volvieron, pero aún así cada uno seguía en su embrollo. Suspiré esperando que todo calmara y las cosas tomen su curso, miré mi reflejo en uno de los ventanales; mis ojeras se estaban evidenciando, que un vampiro se quede con poca energía en dos días, no era una buena señal, ¿Qué me estaba sucediendo?. Arreglé mi cabello detrás de mi oreja y me serví una copa de vino.

     

    Me llevé la copa a mis labios y degusté el espectacular sabor de la uva. Me pasé la lengua limpiando con discreción e incluso cierta sensualidad. Miré analíticamente cada situación que transcurría y se desarrollaba en simultáneo: Hermy parecía intentar controlarse de la bestia que se apoderaba de ella cada luna llena, unas nubes se estaban acercando a la luna; si llegaban a tiempo, evitarían un desastre... y sino, éramos suficientes demonios y vampiros como para intentar controlarla. Cillian se había llevado con urgencia a Carlos, me daba cierta tristeza que lo hubiéramos provocado huir de nosotros. Antoni se había refugiado en una esquina; Arya se dirigió a los jardines en busca de paz. Byron, Isy y mi gemela Issa se recuperaban con disgusto del alboroto e indignación que había dejado el inoportuno de Diego... Respecto a Randal, ¿qué puedo decir? Randal era Randal; sonreí levemente al verlo arrojar pétalos aquí y allá.

     

    De un momento a otro, todos prestamos atención a la llegada inesperada de mi sobrino Nerdonio, que ante nuestro fallido intento por volver en sí, nos dejó paralizados con un demoníaco pedido de explicación. Lo miré estableciendo contacto visual con él, y me le acerqué unos pasos; intentaría calmarlo. -Sobrino, ¡Qué gusto me da verte! Aunque la situación no es la mejor... creo que ya ni recuerdo qué fue lo que desató todo esto, solo sé que quedan repercusiones de la aparición de Diego que hizo del castillo un desastre... En fin, deberías ocuparte de tu hija, yo sé que la conoces bien, y tenemos que hacer algo con la amenaza que es la luna llena-, respondí tratando de resumir acotadamente y con firmeza. No quería exaltarlo más de lo que ya estaba, solamente quería bajar los humos.

     

    Me abrí paso para que Nerdonio pudiera ir a por Hermy; caminé hacia la puerta recibiendo a una nueva visitante. La vi con su vestido verde oliva y su júbilo inocente, y la hice pasar. -Pasa querida, ¿Qué se te ofrece?-, le pregunté mientras nos adentrábamos en el vestíbulo, donde aún quedaban ciertos vestigios de tensión. Desafortunadamente no pude mantener la atención en la joven, pues alguien más se había robado mi mirada. Se trataba nada más ni nada menos que de la súcubo más sensual que podría tener por hermana y por amiga... Sonreí ampliamente al verla sentada en un sofá, y me acerqué a ella entusiasmada -¡Lexy!, Por Dios, tanto tiempo y de repente te apareces en el living de mi casa; ¿En qué momento llegaste!, y ¡Qué gusto me da verte!, ¿Quieres algo para comer, para beber...? Ven, acompáñame al lago, probablemente estemos más calmas allí; por acá las cosas se están saliendo de un importante revuelo-,la recibí e informé en lo que salíamos de la sala.

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  8. El castillo estaba hecho un desastre incluso más que antes, tosí frente al espantoso olor que había brotado de unas bombas de olor. -Por Dios, ¿nadie tiene piedad de los niños!, cómo pueden pensar en pelearse y pelearse y pelearse... Tú, Diego, cálmate o te calmo yo... si no es por las buenas, por las malas será.-, amenacé sin saber hacia dónde mirar, pues todo estaba a oscuras. -Padre cálmate un poco por favor, te prometo que lo expulsaré del castillo si es que de tu bien se trata-, agregué tratando de calmar a Byron. Palpé su pecho, pude saber que se trataba de él, pues podía olerlo... mi olfato vampírico me lo facilitaba; desafortunadamente me encontré con una situación que no esperaba -¡Por Merlín, estás desnudo!-, advertí asombrada, di unos pasos hacia atrás y caí en los brazos de alguien que esta vez no supe distinguir.

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  9. La noche estaba llegando, y sumado a los gritos que provenían del interior del castillo, me desperté entre alterada y enojada... y es que como vampiro no solía dormir, pero una vez que lo hacía me molestaban. Me levanté de mal humor, y entré a mis nuevas mascotas -vayan a mi habitación, a ver si ahí tienen un poco de paz-, les ordené acariciándolos; y es que, aunque estuviera enojada con el mundo, mis gatitos seguirían siendo mi predilección... sobretodo porque habían sido un gran regalo de mi tía abuela Gale. Sabía que ellos me entenderían a la perfección, y fue así que me hicieron caso y subieron con su gatuno y elegante andar hasta mi recámara.

     

    Al entrar fui recibida por un panorama de pura locura: pétalos cayendo, un tal Diego, que aparentaba ser un pariente lejano, más que enojado... mi padre se había enojado también; y como si fuera poco, mi querida hermana Isy tenía la mirada ardiendo al rojo vivo queriendo asesinar a Randal. Incluso mi sobrina nieta y mi sobrina estaban confundidas y sin saber qué hacer, sumándose mi sobrino por las escaleras, que se acercaba con un humor tan malo como el mío.

     

    Estaba entre que quería hablar, y entre que no... los miré a todos y a cada uno, suspiré y decidí hablar: -Por favor, ¿alguien sería tan amable de decirme qué demonios está sucediendo!-, pedí amablemente pero al mismo tiempo con cierta ironía. Pero nadie pudo llegarme a responder porque un potente y estrepitoso trueno hizo su aparición refusilando sobre las aguas del lago, apagando toda luz y sobretodo callando a los presentes (incluyéndome), dejándonos en plena oscuridad.

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  10. El Castillo tenía visitantes y nuevos integrantes por todas partes, pero fundamentalmente estaban hablando con entusiasmo en la sala... algunos tratando de reconstruir conexiones familiares, y otros, que en cambio andaban más inquietos, planeaban una suerte de fiesta. Los miré por un momento, sonreí dulcemente y pensé 'hogar, dulce hogar'; me adentré en el castillo hasta salir hacia el jardín, teniendo una vista privilegiada que me ofrecía el lago.

     

    Me senté en uno de los sillones, e inmediatamente el Señor Baltazar se me acercó y me olió la mano que había dejado colgando al recostarme con comodidad. "¿Tienes hambre, verdad?" le pregunté acariciando la parte superior de su cabeza y peinándolo hacia atrás. El gato emitió un maullido, y reí levemente; sin duda era un gato muy inteligente.

     

    Me levanté y les serví comida a las mascotas que mi tía abuela Galedra me había heredado. En un recipiente aparte les serví agua; esperé a que se acercaran a comer, y me recosté nuevamente en el sillón. En un par de parpadeos más logré dormirme profundamente.

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  11. Me dirigí hacia el Ministerio vistiendo unos jeanes azul oscuro, una blusa de tirantes de seda color crema y unos tacones negros. Me subí en el ascensor y en el viaje sufrí unos no muy agradables mareos. Llegué al cuarto piso agradeciendo hacia mis adentros por fin haber llegado. Acomodé mi largo y platinado cabello detrás de mis orejas, y caminé hacia el sector que me correspondía; era momento de registrar la raza a la que pertenecía.

     

    Suspiré y saludé educadamente a los empleados -Buenas tardes, vengo a registrarme como vampiro-, tomé la ficha con cuidado y, tomando firme una de las plumas disponibles sobre el escritorio, comencé a completarla.

     

    Ficha para el Registro de Vampiros

    • Link a la Ficha Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=104322
    • Nombre Completo: Lumiere Solem Ravenclaw Atkins
    • Residencia: Castillo Atkins
    • Vampiro desde: 1667
    • Mordido por: Byron Ravenclaw
    • Dieta: estrictamente vegetariana respecto de la sangre humana, solo animales.
    • Cualidades Especiales: Videncia y telepatía.
    • Situación que causa el enojo/descontrol: las faltas de respeto hacia su persona o hacia sus seres queridos.
    • Aspecto Físico Caracterizador: cuerpo esbelto, cabello platinado y ojos morados.

    Terminó de llenar la planilla y la entregó; -Espero que todos los datos estén bien-, comunicó.

  12. El castillo estaba recibiendo una horda de visitantes: mi reciente llegada, la de mi hermanita, la de Randal, la de Carlos, y ahora a lo lejos podía observar como una joven se acercaba. Hice pasar a los recién llegados a las comodidades de mi elegante hogar. Había mucho de lo que no entendía, y tenía mucho por procesar... tenía un tío del cual hace muchísimo no sabía y apenas recordaba, y como si fuera poco mi querido padre ya tenía un club de admiradores.

     

    La cabeza me dolía un poco, pero así era el día a día en el Castillo, siempre se encontraba algo con qué entretenerse; y sobretodo casi siempre abundaban las visitas, por lo que más de uno tenía con quién entretenerse. Mi problema radicaba en que a quien yo amaba, y a quien yo quería no vería nunca llegar... era una completa tristeza no poder compartir con mi persona amada, pero tenía otros asuntos sobre qué preocuparme.

     

    Miré a la joven que caminaba entre los cerezos, acariciándolos con ternura y un dejo de nostalgia; enfoqué mis hijos en su figura para analizar de quién se trataba... ¿Acaso era Arya, mi sobrina? Deseaba no confundirme, me significaba un gran placer recibirla. Conforme la vi acercándose me atreví a preguntar -¿Arya, eres tú?-

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  13. El recién llegado parecía no comprender que podía haber corrido peligro de no ser por mi llegada, que, por segundos de diferencia, salvé su pescuezo con mi presencia. -Ah yo quería complacerlos y saludar a uno por uno, ¿no era eso lo que querían?-, su reacción provocó que incrédula alzara mi ceja y lo observara de arriba a abajo. Toda la situación me estaba confundiendo... Para el colmo empeoró cuando el sujeto me abrazó y depositó un beso en mis mejillas. La señora Morgana salió espantada escabullándose en el interior del castillo "pobre gatita", pensé hacia mis adentros.

     

    Me giró entre sus brazos responsabilizando a su mala memoria por no recordar quién era yo. -Tienes el porte de la familia querida, que guapa estás-, agregó. Con esto último debo admitir que me cayó un poco mejor, después de todo ¿a quién no le gustaba una caricia al ego?. -Supongo debería agradecer el halago. No se equivoca, mi ascendencia sanguínea es azulina-, respondí.

     

    -Mi nombre es Randal, soy el hermano gemelo de Byron, aunque acá entre nos, yo soy el más guapo, ¿a que se nota?-, lo miré extrañada una vez más. -¿Gemelo de Byron?-, pregunté atontada. -Seguro ya ni me recuerdan por acá, veremos si él me reconoce, pero un gusto bella dama, a tus servicios-, se presentó besando mi mano; acción que me hizo dudar en si retirarla de inmediato o apreciar el saludo. -¿Y tu quién vienes siendo?-, indagó, -Yo soy Lumiere Ravenclaw Atkins-, me presenté con un dejo de arrogancia, -hija de Byron-, agregué. -Supongo que el no reconocernos fue mutuo, mis disculpas querido tío. Pasa por favor, has de estar cansado-, finalicé invitándolo a adentrarse en el majestuoso castillo que esperaba con sus puertas abiertas.

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  14. Llevaba un buen rato descansando en mi recámara, cuando sentí que afuera se estaban dando movimientos extraños. Ni bien me puse de pie noté que mi camisón negro de seda no era el mejor atuendo para recibir a nadie, por lo que tomé una de mis batas color magenta, me la coloqué y la sujeté bien; me calcé y salí del interior de mi habitación.

     

    Al bajar por las escaleras pude observar que los elfos estaban inquietos y hasta con voluntad de emplear sus armas. Apresuré mis pasos, y dado que nadie se hacía cargo de la situación, decidí salir a averiguar sobre qué estaba pasando... si hasta el Señor Baltazar y la Señora Morgana estaban preparando sus garras ¿Quién había llegado que causaba tanto alboroto?. -Ok, ¿Qué está pasando por acá?-, pregunté firmemente abriendo la puerta.

     

    Al mirar hacia afuera vi que un hombre de cabello azulado, y de rostro familiar, se encontraba acorralado por los elfos defensores del castillo, y hasta por la planta carnívora de mi desaparecida tía abuela. Me tomé unos segundos para analizar al visitante; su expresión me resultaba familiar... y por lo que veía, no parecía ser alguien de presencia amenazadora. -Tranquilos chicos-, calmé a los exaltados defensores, -déjenme esto a mí; vayan con mi padre, en especial tú-, ordené a la planta carnívora -dentro hay otro visitante que no sé con qué intenciones viene-, terminé por agregar en referencia a Cillian.

     

    Luego que la horda de elfos se calmara, y que la planta se fuera a cumplir con mi pedido, cargué entre mis brazos a la Señora Morgana y la acaricié tratando de calmarla. Retomé mi tarea respecto de indagar sobre el recién llegado y lo miré con mis violáceos ojos. -Perdone, ¿lo conozco?-, le pregunté debido a su intención de pasar como si fuera un integrante más del castillo.

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  15. Hola Randal!

    Bienvenido al foro, y bienvenido a nuestra familia. Yo también soy bastante nueva así que podemos compartir dudas y experiencias nuevas; desde ya en lo que te pueda ayudar cuentas con mi entera disposición. Por lo que veo más arriba mi padre anda queriendo adoptarte como gemelo, qué genial tener un tío. Como dijo mi padroso, hay unos cuantos pares de gemelo (de hecho yo tengo mi geme bonita Kissa ^^).

    Bueno, no tengo mucho más para decir, así que espero verte pronto por el castillo!!!

  16. Después de la selección de casas fue que me dirigí a mi nuevo hogar... teniendo en cuenta que hogar es donde esté tu corazón, yo sabía que mi corazón tenía tonalidades azules y pronto pertenecería a los Tritones del Río Wye. Me levanté con cuidado y acomodé mi vestimenta y mi largo cabello. Seguí los pasos de los prefectos caminando por el ala oeste de la Academia; y a la mitad de un amplio pasillo tuve que detenerme asustada frente a una imponente estatua. Luego de las palabras del prefecto, una curiosa melodía comenzó a sonar, y entre olas se reveló un pasadizo. Observé asombrada las maravillas que se mostraban ante mí y me topé con una majestuosa puerta.

     

    Finalmente llegué a la sala común, era elegante y en colores marinos, en cierto sentido se parecía al castillo Ravenclaw, donde vivía junto a mi familia; y en parte me sentía identificada. Saludé cordialmente a los presentes, me acerqué a la chimenea y extendí mis blancas y delicadas manos hacia el calor; sonreí gozando de la sensación.

     

    Honestamente estaba muy entusiasmada por conocer a mis compañeros, a los prefectos y a los jefes de la casa; admirando una vez más aquel lugar, me senté en uno de los sillones, saqué mi libreta y me puse a retratar tritones y sirenas, escribiendo de vez en cuando algunas anotaciones sobre las sensaciones que me iba provocando estar allí.

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  17. Hola a todos.Me paso a dejar mis datos; hoy recibí un MP donde confirmé que pretendo ser aspirante a la Órden del Fénix.

    Actualmente estoy en la Academia y acaban de finalizar mis clases de Generales. Estoy muy ansiosa por seguir!

     

    - ¿Eres miembro o aspirante? Si eres miembro, dinos el rango: Soy aspirante
    - Nick: LumosSolem
    - Nombre Muggle: María Victoria
    - Edad: 22
    - Pais: Argentina
    - Fecha de Cumpleaños: 28 de Diciembre

     

    Saludos!!!

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  18. La vi a Kissa llegar y la abracé fuerte. -¡Hermana, qué placer verte!, ¿De viaje, también?-, sonreí preguntándole. Al notar que tanto ella, como mi padre andaban en traje de baño, los miré curiosa y les pregunté -¿Acaso hay una fiesta en el lago?-. No podía dejar de observar al rubio visitante; no era de los de mi tipo, pero a juzgar por la mirada que él y Byron mantenía, sospechaba que el muchacho era más del tipo de mi querido y vampírico progenitor.

     

    Si hay algo de lo que no se podía discutir, es que los Ravenclaw somos apuestos y heredamos un buen físico sin duda; ya seamos demonios, vampiros o humanos, todos portamos una belleza incomparable. Pude observar que nuestra presencia había incomodado un poco a Cillian.

     

    En ese instante mi hermana, con una traviesa sonrisa, preguntó: -Espero que no hayamos interrumpido nada, ¿Verdad hermana?-; sonreí casi imperceptiblemente, hace tiempo que no sabía del estado sentimental de mi padre... con semejante belleza estaba seguro que podría hipnotizar a cualquiera. ¿Lo lograría también con ese joven, o sería la excepción?. Acomodé mi largo y platinado cabello hacia un lado mostrando una cicatriz de la que no estaba orgullosa, y comenté: -¡Ay, pero qué maleducada! Enserio lamento interrumpirlos. Creo que será mejor retirarme a mi recámara un momento... después de todo veo que necesito ponerme al día-; le guiñé un ojo a Kissa en seña de complicidad -por cierto, cuando quieras ven a verme que nos vendría bien una tarde de chicas-, le propuse a la vampira y elegantemente subí las escaleras.

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  19. Luego de interpretar algunas piezas con el recientemente encontrado violín, vi como mi bestial oponente parecía hipnotizado. Si bien yo apuntaba a dormirlo, por ser mi primer intento me conformaba bastante con el resultado. De repente todo se sucedió tan rápido que apenas pude procesar el tiempo en el que transcurrió. Una de mis compañeras aprovechó para despertar con un enervate a nuestras desmayadas profesoras; también sanó sus principales heridas; honestamente me sentía más aliviada.

     

    Tanto Arya como Oniria se levantaron con ánimos de seguir defendiéndonos con todos sus sentidos, como lo venían haciendo antes del inesperado accidente. Ni bien se repusieron me felicitaron por la medida que había logrado tomar, les dediqué una rápida sonrisa en señal de agradecimiento y volví a la acción. Mi cabello se había despeinado hacia todos los sentidos y direcciones posibles, el estress que me estaba generando semejante tarea se estaba evidenciando en mi agitada respiración, y el cansancio se hacía sentir cada vez más. A todo esto, aún no me había dado cuenta debido a lo concentrada que estaba en la difícil tarea que nos había tocado cumplir pero en el medio del tremendo desafío se había incorporado un nuevo compañero.

     

    De pronto la Profesora Haughton lanzó un potente Incarcerus que hizo que de su varita surgieran cuerdas que se enrollaron alrededor de la bestial mantícora impidiéndole de este modo emplear la mayor parte de su movilidad. El resto cargaba sobre nosotros... quizá con un hechizo entre todos podríamos lograr que el animal levitara hasta la jaula, y de este modo finalmente encerrarla. -Debemos hacerla levitar hasta la jaula ¿Alguna idea?-, pregunté tomando firme mi varita. Me quedé pensando unos segundos y consulté a mi pelirroja educadora: -Ahm... ¿Qué tan complicado sería realizar un hechizo no verbal como es el Levicorpus?-; sabía que sería algo complicado de realizar, pero lamentablemente esta vez no se me ocurrían planes B.

  20. El día había llegado... después de dos años lejos del Castillo Ravenclaw, decidí emprender el viaje de regreso a casa; después de un tiempo en mi querida Francia, mi destino se encontraba en las afueras de Ottery. Honestamente no sabía mucho del estado actual de mi hogar; hace mucho no recibía noticias, y sin avisar me aparecería para dar una buena sorpresa a quienes sean que estuvieran presentes.

     

    Luego de la aparición, acomodé mi corto pero elegante vestido color lavanda, y mi largo cabello que caía sobre mis hombros perfectamente peinado. Las maletas me pesaban un poco, y de tanto trajín estaba cansada; esperaba (quizá en vano) que pudiera descansar primero antes de enfrentarme al usual drama de mi familia (algo que paradójica, pero definitivamente extrañaba). Llegué hasta donde los elfos armados esperaban a las visitas, y sin paciencia no di ningún tipo de explicación y pasé de largo hasta llegar a los sauces boxeadores, donde los toqué con mi varita para que no me hicieran daño alguno.

    Consideraba que el viaje me había cambiado; no solo tenía el cabello más largo y mi presencia imponía aún más elegancia de la que siempre cargué, sino que por distintas experiencias, la vida me había forjado un carácter algo más arrogante e impaciente de lo que solía ser. Aún así en el fondo de mi ser, seguía siendo esa niña ingenua que buscaba un poco de cariño y comprensión.

     

    Suspiré caminando hacia la entrada sintiendo mi espalda crujir ante el peso que cargaba. Al entrar miré hacia las escaleras y consideré subir a mi habitación y descansar sin dar explicaciones hasta el siguiente día; pero si bien había sido criada por mi abuelo, consideraba de educación ir a saludar a mi padre, sin saber cómo reaccionaría el vampiro al verme, sin saber siquiera si le provocaría sensación alguna el hecho de verme. Lo que me encontré me sorprendió, pero al mismo tiempo no... mi querido padre estaba en traje de baño, hablando con un apuesto rubio y mi tía Mayz dando vueltas por ahí con cara de no muy buenos amigos. -Buenas tardes a los presentes-, saludé; miré a Byron -Buenas tardes papá, estoy de vuelta... iba a mandarte una lechuza, pero ¿qué mejor que darte la buena nueva en persona?-, terminé por anunciarme con un dejo de sarcasmo. La verdad era que poco conocía a mi progenitor en esencia; si bien había sido criada en el castillo, quien se había hecho cargo de mí había sido mi abuelo Kurt. Tampoco sabía demasiado de mi madre, más que había muerto no mucho después de darme a luz... pero muy pocos sabían realmente de mi vida, no era de mis pasatiempos favoritos andar dando lástima.

     

     

     

     

     

    OFF ROL

    Holiiii acá estoy, por fiiiin llegué!!! Qué genial poder formar parte de esta familia y espero poder rolear con todos!!!

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  21. Después de la presentación de mis compañeros, y de una breve explicación sobre el funcionamiento de los Departamentos y Entidades dependientes del Ministerio de Magia, llegó el turno de adentrarnos en aquella imponente institución. Honestamente me sentía muy curiosa, nunca había explorado por aquellos lugares. Me acomodé un mechón de cabello detrás de mi oreja que, travieso, se quería escapar; y escuché atentamente centrando mi mirada en curiosos papelitos que viajaban de acá para allá. Escuché de la Profesora Haughton, que para la siguiente instrucción debíamos tener curiosidad (eso de hecho me sobraba), ganas de saber y valor; ¿A qué nos enfrentaríamos?. A su vez la frialdad y rigidez de la vampírica profesora me dejaba pensando cómo se desenvolvería en su vida cotidiana; si acaso sería así no solo en el aspecto profesional. Por otra parte, la profesora Lockhart parecía todo lo contrario, su dulzura al hablarnos le daba un aire maternal; hasta su color de cabello transmitía pasión y calidez al mismo tiempo.

     

    Nos subimos al peculiar ascensor, entré acomodándome al fondo mientras notaba como mi rebelde mechón de cabello intentaba obstaculizar mi vista nuevamente. Mientras avanzábamos en el recorrido no pude evitar un ligero mareo por el intenso vaivén; recosté mi espalda contra la pared y noté cómo la palidez se adueñaba de mi rostro. Por suerte (o al menos eso creía) llegamos a destino: el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. Me acomodé mi bolso y seguí las instrucciones de las profesoras.

     

    El piso se encontraba vacío y hecho un desastre por dónde se lo mirara, ¿Sería siempre así?. Tragué con dificultad al oír que la Profesora Haughton pidió que mantuviésemos nuestras varitas a mano. Sintiendo un leve temblequeo, saqué mi varita del bolso y la tomé con firmeza; no quedaba otra opción, debía prepararme para lo que fuera... de tomar un mal paso, probablemente nuestras vidas estarían en peligro.

     

    Podría jurar que mi corazón se detuvo al ver a la bestia que nos desafiaba: una mantícora adulta. Todo lo que sabía de aquel ser es que poseía un terrorífico talento por devorar carne humana; de hecho, aquello que sabía me era suficiente para que se me helara la sangre. Su contextura, su barba, sus cuernos, sus ojos, sus zarpas y su cola... cada parte de su cuerpo era digna de protagonizar una pesadilla. De un momento a otro frente a mis violáceos ojos sucedió algo increíble: la salvaje mantícora había dejado en el suelo a Oniria y a Arya de un zarpazo. Con las únicas dos órdenes que contábamos era que no nos convenía separarnos del grupo, y que debíamos encerrar al amenazador animal sin dañarlo ni matarlo.

     

    Miré hacia todos lados desesperada y sin saber qué hacer. Podía sentir cómo mis mejillas se sonrojaban ante tanta adrenalina, y mi pecho subía y bajaba con intensa y preocupante velocidad. Milagrosamente visualicé un violín apoyado contra un rincón; al principio lo miré con extrañeza, pero luego me acordé que, si todo salía bien, la música calmaba a las fieras. Apunté con mi varita y lo invoqué -¡Accio Violín!-, pronuncié con un hilo de voz. El instrumento ejerció presión contra mi mano, y acto seguido lo hechicé para que interpretara una dulce y melodiosa armonía; rogando en mis adentros a Merlín para que la medida que acababa de tomar fuera efectiva.

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  22. ON ROL

    Me levanté aquel día un poco ansiosa debido a la gran aventura a la que me iba a enfrentar; asistiendo a clases en la Academia, no estaba segura de lo que me esperaría. Con suerte había logrado dormir unas cuatro horas; por lo que al despertar sentí una fuerte atracción por no abandonar la cama, y un fuerte deseo por poseer un giratiempo. Caminé hacia el baño, tomé una ducha, me vestí y recogí mi largo y platinado cabello en un práctico moño. Pasé por mi tocador, me maquillé muy suave y discretamente y me apliqué perfume. Bajé por las escaleras del castillo en donde vivía (el castillo Ravenclaw) y saludé a los presentes. Una de las elfinas de la familia me sirvió el desayuno (un poco de cereal con yogurt y rebanadas de fresas encima); comí con la cabeza en mis expectativas acerca de lo que prontamente sucedería. Llegada la hora tomé mi bolso con todo lo necesario para el día (cuaderno, pluma y varita), y emprendí camino.

    Una vez que arribé a mi destino, no me alcanzaban los ojos para contemplar la Institución educativa; entré al salón de clases siendo una de las primeras alumnas en llegar. Saludé educadamente a los presentes y puse especial atención en mis profesoras: las señoritas Haughton y Lockhart; reparé en la sonrisa que esbozaba la pelilarga profesora.

    Me acerqué al escritorio, tomé la pluma, visualicé mi nombre "Lumiere Solem" (pronuncié para mis adentros) y lo taché. Al hacer esto último experimenté una sensación extraña, todo giró a mi alrededor y sentí que mi corazón estaba a punto de salir por mi boca. "¡Increíble, es un traslador!", pensé asombrada y nuevamente admirando a mi alrededor. Alcé mi vista tratando de descifrar cuándo iba a toparme con el techo; el Ministerio de Magia parecía interminable y siempre activo con numerosas personas yendo y viniendo todo el tiempo.

    Por orden de mis profesoras debíamos presentarnos. Primero empezó un chico llamado Yaxley, parecía bastante solitario según se describía; juro que alcancé a ver sus ojos levemente cristalinos al mencionar que era el único sobreviviente de su familia. Inevitablemente pensé en la mía. Cuando me tocó hablar aclaré mi voz y me presenté: -Hola a todos, mi nombre es Lumiere Solem Ravenclaw y, como lo indica mi apellido, pertenezco a la Familia Ravenclaw. Tengo veintidós años; no conocí jamás a mi mamá y fui criada por mi abuelo-, al finalizar di un pequeño suspiro al recordar su trágica muerte... después de todo, que un vampiro falleciera era algo inolvidable. Le cedí mi turno al próximo.

     

    OFF ROL

    Hola a todos!!! Estoy muuuy emocionada de estar acá. Hace tiempo entré pero nunca me mantuve activa. Me presento, mi nombre real es María Victoria, me gusta que me digan Vick; tengo 22 años y soy de Buenos Aires, Argentina. Hace casi 9 años que pertenezco a hl.com, pero como necesitaba un cambio decidí adentrarme en el foro. Me gusta escribir y de hecho tengo una cuenta en Potterfics que actualmente anda en construcción.

    Desde mis 10 años estudié artes plásticas e hice 2 años en la Facultad de Bellas Artes; por un tema de proyección a futuro, actualmente estudio Profesorado en Ciencias de la Educación.

    Estoy segura que aca la voy a pasar muy bien.

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