Ian Spiegel

El tiempo que estaba pasando al lado de ella resultaba agradable y emocionante, a decir verdad hacía tiempo que Ian no reí de esa manera. Ser un demonio criado fuera de todo orden familiar lo había convertido en un personaje bastante sociable y relajado, pero eso lo orillaba a jamás entablar relaciones personales muy largas.

-Estaría complacido de que me enseñaras todo ese mundo al que pareces tan habituada –respondió observando la delicada sonrisa que adornaba su rostro –y una fiesta privada suena atractiva, pero me temo Sira que no podrás aguantarme el ritmo –señaló clavando sus pupilas en las de ella.

-De nada, sólo he dicho la verdad –exclamo tranquilamente mientras estudiaba cada movimiento y gesto de la castaña. Ella era singular y deseaba creer que había conseguido con quien divertirse y pasar un buen momento, sin embargo, tenía que dejar que las cosas pasaran poco a poco. Escuchó con atención sus palabras conforme un ligero rubor cubría su cara, algo que a él lo tomó por sorpresa - ¿yo? –Cuestionó en tono bajo incitando a su acompañante a decir lo que había callado.

Sira era bella, dulce y muy amable: una combinación que con el pasar del tiempo no era muy común encontrar pensaba Spiegel conforme comía el resto de su sándwich. El tono de voz atrajo de nuevo su atención hacía la chica, lucía sorprendida porque Cillian fuera su padre –así es –respondió con naturalidad acercándole la taza de café al ver que se ahogaba. No entendía que ocurría, por lo que se limitó a dejar que hablara.

Asintió un par de veces mientras parpadeaba y dejaba que sus pensamientos tomaran una coherencia real, sin pensarlo y esperarlo estaba frente a su prima, por vez primera tenía la oportunidad de estar frente a un familiar suyo. Colocó su mano sobre el brazo de la joven –¿por qué la consternación? –Preguntó esperando que volviera a mirarlo, le gustaba la forma como lo hacía.

La risa de ella le produjo cierto placer, ya que eso le indicaba que sin lugar a duda se divertiría a su lado o que al menos no sería como algunas personas que todo lo tomaban con demasiada seriedad. El lema para Spiegel era: “Sólo se vive una vez” aunque… A decir verdad estaba condenado a vivir más de lo humanamente soportable.

Sus ojos azules no dejaban de prestar atención a los movimientos de la chica, le gustaba que estuviera relajada, eso de los nervios solía ser algo que lo aburría. –Con que cenas familiares –exclamo pasando su mano por su cabello –pues me temo que en ese tema soy completamente un novato –dijo recordando su infancia en el inframundo. –A mi me agradan también las fiestas sobre todo las que duran toda la noche.

–Tu respuesta Sira, no me sorprende en lo mínimo. Tu madre tiene toda la razón eres muy dulce – le guiño un ojo antes de proseguir –seguro que es igual de bella que tu – aclaro antes de tomar su sándwich y darle una gran mordida.

Tragó con rapidez para poder contestar -mi padre se llama Cillian Rydenturn y seguro que sí, eres una persona muy agradable.

Los pensamientos de Ian eran un caos a momentos, sobre todo cuando comenzaba a aburrirse, razón por la que jamás permanecía en un mismo lugar por mucho tiempo, aun así estaba haciendo uso de la pasiencia que aprendió al pasar los siglos sobre la tierra sin más compañía que... Su inmortalidad.

Contempló el cabello de la joven que se hallaba sentada a su derecha mientras la escuchaba hablar, a él le pareció que poseía un tono de voz bastante dulce, le sonrió al descubrir su nombre -es un placer Sira -añadió cuando la castaña deposito un cálido beso en su mejilla. Eso sin lugar a duda era una buena bienvenida a un mundo que resultaba atractivo a sus ojos.

¿Qué tipo de diversión? Se preguntó sin apartar la mirada de su acompañante. -Supungo que tendrás que decirme como te diviertes tú -puntualizó colocando sus manos tras su nuca para sentirse más comodo -Sí, he de confesarte que tengo hambre, tanta que yo creo que me comeré a tan amable señorita -dijo riendo a carcajadas al observar la reacción de ella.

-Claro que no me has visto por aquí -exclamo colocando los codos sobre la mesa y entrelazaba sus manos frente a él -hace un par de días que he llegado a Londres y pronto estoy por visitar a mi padre... -hizo una pausa mientras sontenía la mirada de la joven -quizás tu puedas ayudarme.

Era un día perfecto para que Spiegel saliera a pasear y comenzara de una buena vez su reconocimiento de ese mundo al que a penas comenzaría adaptarse, el chico de cabellera negra poseía un alma aventurera y desinhibida. Con tranquilidad se adentro en lo que percepción de sus ojos azules le pareció era un colegio común, a ese chico poco le importaba si con esa intromisión transgredía alguna regla ya que su único objetivo casi siempre era divertirse sin importar las consecuencias.

Con su caminar pausado y con las manos dentro de los bolsillos, de su pantalón de mezclilla, admiró cada uno de los edificios, revisó cuanto salón encontró desocupado y por su puesto asustó a un par de estatuas que lo miraron despectivamente después de jugarles una broma inocente... Bromista sin remedio era Ian, un joven que sólo buscaba pasar un buen rato.

Finalmente halló lo que hacía casi diez minutos buscaba, en lo alto podía leerse Librería Café "Hojas de Café". -Perfecto -exclamó sonriendo dejando al descubierto sus perlados dientes. Había demasiada gente en el interior para su gusto, por lo que sin pensarlo se sentó junto a una chica que estaba sola -espero no te importe -le dijo por pura cortesía. -Mi nombre es Ian Spiegel y ¿el tuyo? -Preguntó mirando por vez primera detenidamente a Sira. -Por cierto tienes alguna idea de ¿cómo se divierte uno aquí?