Jack.

El joven mago se derretía cada vez que sentía sus labios pegados a los suyos. Era como si una corriente de electricidad pasase por su cuerpo y activase todas sus células. Estas solo sabían pedir una cosa a gritos al cerebro. Estar más cerca de Juve. Sus brazos la rodearon y sus labios la llenaron de besos. Una parte de su cerebro, la de lobo, hizo que su lengua bajara por todo el cuello de la joven.

- Te quiero, eso nunca lo dudes.

Ella se había quitado el top, pero ahora se tapaba con una sabana. Eso no le importó, no le durarían mucho allí. Volvió a envolverla con sus brazos y besó sus labios por centésima vez desde que se habían visto. No le importo, le encantaba pasar el rato con ella y más cuando hacían ese tipo de cosas.

- Te amo. –dijo besándola de nuevo.

Estaba hermosa, se sentó a su lado en la cama y la acarició una de sus mejillas, no sabía porque pero estaba fría, pero eso lo arreglaría él. Sus brazos se entrelazaron y la volvió a besar. De pronto vio que el gato había aparecido de nuevo en la habitación. Pero afortunadamente se subió a una silla y se acurruco allí.

- Jaja si te he echado de menos.

Se quitó la camisa, tenía calor y se tumbo al lado de su novia. Su mano fue ascendiendo desde el ombligo hasta la cara donde acaricio su rostro. Después la mano bajo por el hombro hasta llegar a su mano. Los dedos se entrelazaron y se dieron la mano.

Su prometida había parecido con aquel gato que siempre le traía de cabeza. Llebaba un libro en las manos, parecía valioso. Se acerco a ella y la dejo la flor en una de sus delicadas manos. Antes de que dijera nada sus labios ya se habían pegado a los suyos. La abrazo y la hizo levantar. Se sentía de lo mas como junto a ella.

- Hola, mi amor.

Pasó un brazo por su cintura y la atrajo hacia él. Era increíble cómo le dolía cada segundo despegado de ella. El gato de su prometida le araño el tobillo. Intento apartarle con el pie pero se le enfrento. Se separo de ella y lo cogió por la barriga. Lo dejo en el baño y cerro la puerta, no quería que le molestase.

El mortifago estaba sentado en el alfeizar de la ventana de la habitación de su prometida. Algo en el interior de su corazón le decía que ella quería verle. Llevaba en su mano una rosa que había cultivado en su porción de jardín de la malfoy. Era una de las tantas flores que cuidaba con esmero cada día. Uno de sus pies colgaba y se balanceaba como un péndulo.

Se tumbo en la cama todavía llevaba la rosa en la mano. Su aroma inundaba poco a poco la habitación. De vez en cuando echaba alguna ojeada al suelo para ver si alguno de aquellos mininos le arañaban cada dos por tres.

Tenía ganas de volverla a sentir entre sus brazos, su cuerpo se sentía incompleto si no estaba tocándola, besándola, abrazándola, siéntenosla cerca de él. Dejó su chaqueta vaquera en una de las sillas y se arremangó las mangas de la camisa. Cogió uno de los peluches de juve. Eran de tamaño natural. Nunca comprendería por que le gustaban tanto aquellos objetos

El lobo se bajo de un salto al suelo. No esperaba que le hecharan la bronca por entrar en la habitación en su forma de lobo. Puso sus patas delanteras en el alfeizar de la ventana. El aire que entraba era fresco y reconfortante. Giro la cabeza hacia su compañera y aullo.

- Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu Au Auuuuuuuu - solto el lobo.

Juve le miro con mala cara. No le gustaba que estuviera en aquella forma. Se posó en el suelo arrgañadientes. con pasos cortos se fue acercando hasta el armario. Mordio el pomo del cajón mas bajo y lo abrio. Rebuscando con el ocico encontro su ropa interior. La cogio con la boca y se fue al baño.

Tras volverse a transformar en humano cogio la varita que llebaba atada con un trapo en el brazo derecho y creo el resto de sus ropas.

Salio al encuentro de su novia vestido con un pantalon verde y una camisa narajan sin abrocharse. LA abrazo entre sus brazo y la susurro al oido.

- No sabía que te interesaras tanto por el trabajo de los elfos.

Un gran lobo negro avanzaba con rapidez entre los árboles del bosque que había cerca de Otterry. El lobo estaba persiguiendo un olor dulzón que su fino olfato le había ayudado a captar.

El rastro le llevó hasta una mansión de la parte mortifaga. Le resultaba familiar aquella vivienda. Buscó en su memoria. Unas imágenes le aparecieron en su mente. Eran de antes de su conversión en un hombre lobo. Volvió a pasar aquellas imágenes en su mente. Reconoció a aquella mujer rubia.

Miró hacia la habitación de aquella mujer, su ventana estaba abierta. Por la mente del lobo pasó un deseo de su parte humana.

Empezó a trepar al árbol cuyas ramas estaban más próximas al alfeizar de esta. Se acuclillo en una de las ramas más gruesas. La gran cantidad de hojas tapaban el pelaje negro del animal. Volvió a echar otro vistazo al interior de la habitación. Se decepciono cuando vio que no había nadie dentro.

Se impulsó con las patas traseras, alcanzó la ventana y entró en la estancia vacía. Calló, sobre las cuatro patas, en el parquet del suelo. De otro brinco se poso encima de la cama. Las sabanas de seda eran muy reconfortantes. Se hizo un ovillo apoyando la cabeza contra sus patas traseras a la espera de que llegara.

Estaba disfrutando, Cada beso que le daba era una puerta al cielo que se abria. La acarició el pelo y siguio bajando hasta la cintura donde la agarro y la atrajo hacia si.

- Espero que sea algo bueno para los dos.

Estuvieron mas rato alimentandose el uno del otro. Disfrutando con su tacto, su calor, sus besos. Al finalizar la noche ambos mortifagos tenía una hancha sonrisa en los labios. Sus cuerpos estaban abrazados, exaustos tras una noche de diversión y placer sin igual. Poco a poco ambos mortifagos se fueron durmiendo, uno en los brazos del otro.

Había escogido la opción mas agradable para los dos. Volver a tener otra sesión donde demostrar sus sentimientos mutuos. Acaricó su rostro, en sus dedos se quedaron varias gotas de sudor. La acarició, la beso y la volvio a besar.

- Se que puedes hacerlo. Pero tambien se que no lo haras. Si tengo que dormir dos dias seguidos no podras hablar con migo, ni besarme, ni volver a pasar rato a solas con migo durante esos dos días.

Volvio a acariciarla, ese reto que le había lanzado iba a ser constestado. Si quería disfrutar, la haría llegar a cotas insuperables del disfrute humano. Beso otra vez sus labios, aquellos que siempre aparecían en sus sueños.

Habían pasado un buen momento en aquella habitación. Ambos estaban cansados y sus respiraciones eran cortas y rapidas, para intentar recuperar el aliento. Jack pasó su brazo por la cintura de Juve, quería sentirla cerca de él.

La besó en el cuello de nuevo. Estaba dispuesto ha hacerla disfrutar hasta que su cuerpo se entumeciera por completo y no puediera moverse. Mientras su otra mano acariciaba las piernas de la chica.

- ¿quieres dormir o prefieres que sigamos?

Dependiendo de la contestación que le diera su novia la noche se podría volver larga y placentera o quedarse cortada a la motad. Era decisión de ella. El mortifago besaba sus labios mientras la daba tiempo a pensar en la respuesta de su comentario.

Sentía los labios de la banshee en su piel. Le hacían conquiñas y le hacían reir. La tomo por los hombra y la beso en los labios. Mientras las manos de ella iban y venian por su cuerpo en todas las direcciones. Tenía ganas de poder pasar el tiempo con ella y llebarse buenos momentos de su relacción.

- No dudo en que me ames. Dudo en que tengas miedo de que me vuelva a marchar.

En un momento dado, cogio una de las manos de Juve y la empezó a besar. Siguió ascendiendo hasta el cuello y de allí paso a la aboca. Quería sentirse agusto a su lado, y lo estaba consiguiendo. Querían disfrutar juntos y lo estaban haciendo. Lo unico que les quedaba hacer era pasar el momento intimo. Pero para eso no había prisas.

Siguieron fundidos en los besos, abracios y caricias durante unos minutos mas entonces con una sola mirada bastó para que ambos mortifagos se taparan con la sabana y pasasen un momento intimo, privado y de disfrute común. Ese momento quedaría en sus recuerdos y no en los de nadie mas.

El joven estaba agradecido de poder estar otra vez a su lado, de volver a sentir su calor. Beso sus labios mientras mesaba su pelo rubio. Beso el cuello de ella, sintio su cuerpo cerca de él. Acarició su rostro.

- No lo hare, no lo volvere hacer.

Siguio besandola en los labios mientras acariciaba cada trozo de piel. Sin tio su aliento y calor en su piel. El joven quería demostrarle lo que sentía por ella, pero temía que le rechazara. Volvio a acariciar su cuerpo. Le encantaba aquel tacto.

- Hechaba de menos esto.

Jack volvió a besarla en los labios.

No consiguio identificar esa habitación. Nunca antes había estado allí. Era suficientemente grande como para que en ella hubiera una cama, una mesa y un armario ropero. Tambien había otra puerta, pero Jack no tenía intención de pasar por ella, sobre todo cuando toda su atención se concentraba en aquella figura humana.

Se quitó la camisa y dejo que callera al suelo. El mortifago se acercó a la nigromante y la beso en los labios. Poco a poco fue deslizando sus labios por el cuello de la chica. Mientras sus brazos rodearon su cintura y la atraian hacia él. Una de sus manos subio por la culumna vertebral de esta.

- Es una tentación dejarte dormir. Tu rostro tiene una belleza especial mientras duermes..

La pareja rodo por la cama hasta que el mortifago quedo encima de la nigromante. Este aprovecho el momento para volver a besar aquellos labios que durante tanto tiempo había anelado. Su mano acarició la mejilla de la chica y siguio bajando por el esternon de ella.

- Los juegos de mesa se juegan sobre mesas. Pero creo que esta nueva modalidad me va a gustar mucho mas.

El mortifago la atrajo mas hacia él. Sus labios empezaron a delizarse por su cuello mientras iban dejando besos por la piel de la chica. Volvio a besarla otra vez en los labios intentando recuperar otra vez el tiempo que habían perdido cuando el se marcho.

- Te equibocas, la vez que nos conocimos fue por un vaso de agua.- le corrigio-Pero creo que tienes razón, vamos a jugar al parchis. Pero en un lugar mas intimo ¿No crees?

El joven se lebanto del asiento y susurró a la mortifaga que ella escogiera el lugar privado e intimo que quisiera. Ella dudo un momento y empezó a andar acia un rincón de la casa. Jack la sigió de cerca.

Off

si no hemos jugado al parchis es por culpa de los horarios

La banshee se acercó a él. Estaba bellisima. Cuando estubo a su lado este la rodeo con sus brazos y la hizo sentarse en su rodilla. El base la beso en los labios y algo en su interior le hizo recordar todas las veces que habían hecho eso con anterioridad.

- Gracias por venir. Crei que te habías olvidado de mi.

El mortifago acaricio su rostro angelical y la volvio a besar en la boca. Miro a los ojos azules de la nigromante y la atrajo hacia si. Su pelo rojo le tapo la cara y el olor tan particular de ella le inundo. Hacía meses que no estaba con ella y que no sentía su calor. Aquel momento le hizo subir al cielo y sentirse el hombre mas feliz posible.

- Me alegra volver a verte y poder pasar algo de tiempo con tigo, para... Bueno ya sabes pasar nuestro tiempo junto hablar y todo eso.

Rol Off

Promesas solo promesas ¿tampoco te fias de mi? Creo que me ire por donde he venido entonces.

Rol On

El mortifago alzo la mirada hacia una ventana en la que buscaba una figura familiar. Al alzar la cabeza la capucha se deslizo hacia atras dejando ver su cabellera blanca. Sonrio y abrio la pesada puerta de la mansión de las banshees.

Entro en la mansión y empezó a buscar el salón, que por costumbre los mortifagos siempre cambiaban de lugar tras unos cuantos meses. Cuando porfin lo encontró allí no había nadie, solo un pequeño elfo domestico.

- ¿Esta Juve?

- No lo se -contestó este

-Entonces vete a ver si está y si la encuentras dila que la buscan en el salón.

El elfo se marchó y Jack se sentó en uno de los sofas. Sus pantalones blancos se habían ensuciado un poco en el paseo que había dado hasta allí. Tenía calor y se desabrocho su camisa negra dejando ver su torso.

Je me parecen bien las normas, sobre todo la de hablar las cosas por msn. Creo que es algo que si se guarda mina la moral de las personas y del grupo al fin y alcabo. En cuanto al resto de ``normas`` nada que objetar. Solo añadir que creo que es de importancia recalcar la idea de que aunque se tomen libertades para bromear nunca hay que perder el resperto por nadie.

Bueno hasta aquí mi comentario.