Meryen

–Que es lo que no es posible-

Sintió la mirada del mago posarse en ella y se maldijo interiormente... Había pensado en vos alta y ahora el como era lógico esperaba una explicación. Intento darle una respuesta que no sonara tan desquiciada pero no se le ocurría otra que no fuera la verdad… pero… como podría decirle a un casi extraño: he intentado percibir algún sentimentero en vos pero al parecer estar seco?... esa respuesta por mas verdadera que fuera no solo era inexplicable sino que también era ofensiva asique Meryen solo se limito a cambiar de tema y beber de du copa.

-Puedo llevarte a la cocina…para que me veas cocinar o para que me veas como quieras-

Meryen puso los ojos en blanco, pero sonrió aquel hombre era uno de los seres mas presumidos que había conocido pero a pesar de todo aquello aun no le resultaba del todo desagradable.

-aunque realmente creo que te comerías lo que fuese que preparase-

-Los gatos no se queman dos veces- dijo mientras dejaba su copa sobre la barra y tomaba la mano del mago para ponerse de pie. Sintió que jalo casi de manera brusca hacia el y levanto la mirada para reclamarle al sentir como su cuerpo chocaba contra el cuerpo del mago

Y sus ojos quedaron presos de aquella mirada en su interior Ananel dio un grito sordo… su corazón dio un giro como si estuviera emocionado.. Que estaba pasando con ella… debería estar reclamándole su falta de delicadeza y en su lugar se dejaba derretir por aquella mirada

Respiro aliviada cuando el se alejo de ella, lo vio caminar y lo siguió sin estar muy segura de que aquello fuera prudente, la bruja miro en todas direcciones siempre desconfiando estado lista para defenderse de cualquier ataque que pudriera llegara de manera sorpresiva.

De pronto lo escucho decir su nombre y deposito en su mano un trozo de pergamino la bruja desdoblo el pergamino y sonrió al leerlo –lindo nombre- mor uro mientras guardaba el pergamino en el bolsillo de su ropa y recargaba su cuerpo en uno de los muebles de mármol de la cocina.

Sus ojos seguían cada moviendo del mago – y bien ¿? Para que eres bueno? – pregunto mientras se cruzaba de brazos esperando respuesta

Meryen no pudo evitar sonreír con cierta malicia – En serio?? Tienen un barman es misterioso y sexy?? Donde esta?? - pregunto mirando a todas direcciones como buscando a alguien, al ver el gesto de mago sentado frente a ella sonrió.

-Asique eres la persona adecuada? – lo miro como tratando de adivinar lo que pensaba, mientras el observaban los leños arder dentro de la chimenea, la bruja tratado de percibir algún sentimiento algo que le diera una pista de aquel hombre, pero nada.. Parecía estar vacío – No es posible- susurro sin dejar de mirarlo.

- No se si sea seguro pedirte algo de cenar… por que supongo que no me dejaras ver como cocinas- el silencio se adueño de ambos por un segundo – trato de imaginarte con un delantal de cocina y no lo consigo, no pareces del tipo de hombre que… cierto las apariencias engañan – dijo para volver a beber de su copa.

La bruja fijo sus ojos en el pergamino que el mago había aparecido y no pudo evitar que la curiosidad se adueñara de su ser- no creo que las lechuzas pueden volar con esta tormenta- comento – así que tu novia, esposa, hermana, madre, hija, amiga o pareja deberá esperar para saber de ti- dijo refiriéndose al pergamino.

-Así que te es un poco incomodo- repitió las palabras del mago como si las meditara - que pena- su voz sonó sarcástica- no pienso moverme de aquí hasta que la nieve deja de caer de esa forma- dijo mientras dirigía su mirada al ventanal mas próximo en cuyo marco ya se había acumulado grandes cantidades de nieve.

-A pesar de que el Barman del lugar es algo... - hizo una pausa y medito su siguiente palabra .-misterioso - dijo finalmente - al menos tengo una buena copa de vino y un lugar semi tibio - sus ultimas palabras fueron acompañadas por un rose enérgico de su mano izquierda sobre su brazo derecho como intentando darse un poco de calor.

- Sabes empiezo a sospechar que no tienes nombre- comento luego de beber un sorbo de su copa- actúas como si cada persona de Ottery se fuera conocido pero... ninguna de esas personas te llamo por tu nombre... así que tal vez te ponga un nombre acorde con tu singular -dijo mientras pensaba áspera - personalidad-

-En definitiva se mas de esta cultura que vos- la bruja sonrió y bebió de su copa- Solo que el tiempo va borrando de tu memoria aquello de que no practicas- la bruja dejo la copa sobre la mesa y volvió a desprenderse de la capa negra que la cubría, después e un par de tragos de vino ya no la necesitaba.

- Las sorpresas que da la vida… jamás espera escucharte hablar de cosas como el aura- Meryen volteó a mirarlo y sus ojos mercurio se volvieron a clavar en los del mago, desde niña había desarrollado la habilidad de poder sentir la energía que se creaba gracias a los sentimientos de una persona, pero con ese mago que aun se negaba a revelar su nombre era diferente ella no podía percibir nada… era como si el no tuviera emociones – que triste – pensó.

- Te incomoda sentir que una parte de vos dice conocerme?- pregunto intrigada sin poder despegar su mirada de la del mago... aquellos ojos tan profundos tan llenos de cosas ocultas que parecían estar vacíos.

-Ya decía yo que esto sabia un poco extraño- la bruja meneo la cabeza en señal de desaprobación- me encantaría saber como es que trabajas en un lugar árabe y no tienes idea de como prepara la bebida mas consumida por los árabes… - sonrió mientras el mago le serbia el vino.

-Los que aun practican las viejas costumbres no beben alcohol – dijo mientras el observaba la copa que contenía el vino en manos del mago. Meryen estiro la mano, sujeto la copa antes que su interlocutor la soltara y el sencillo rose de sus dedos contra las manso del mago hizo que Ananel volverá a agitarse en su interior – Quien eres? – pensó intrigada.

- Que pasara si el próximo cliente es un árabe respetuoso de sus leyes? Y te pide un te de menta o desea probar Ashura – la bruja acerco la copa a sus labios y le dio un pequeño sorbo al contenido

Al parecer la repentina nevada hizo que otros como ella buscarán refugio en The Arabic plase, personas bulliciosas entraron al establecimiento y mantuvieron ocupado al mago que hace solo momentos s sentaba junto ella, mientras el se ocupaba de su trabajo ella bebía sorbos de aquel te de menta que comenzaba a detestar ya que solo lograba sentir mas frió.

Meryen se había vuelto a poner la capa negra que tenia al entrar al negocio ya que comenzaba sentir cada vez mas frio, observó como las personas que habían entrado hace minutos se marchaban y al abrir la puerta una ventisca fría entro y llego hasta ella, haciendo que se frote los brazos para proporcionarse un poco de calor.

La bruja clavo la mirada en uno de los ventanales del lugar y solo ver como los copos de nieve se agolpaban en el marco la hizo sentir un escalofrió… en definitiva no saldría de ese lugar hasta que la tormenta de nieve pase, claro podría aparecerse, pero la pregunta era donde lo haría?

El mago volvió a sentarse junto a ella y la bruja levantó la vista para volver a encontrarse con su fascinante mirada pero su actitud arrogante – si y no… pero el que no me hayas visto antes no significa nada, dudo que frecuentes lo s mismo lugares que yo- respondió con un poco de esa soberbia que la caracterizaba –no soy habitué de las tabernas de Ottery-

Alzo el vaso para volver a beber de el pero el mago volvió a hablar- espera acaso has dicho cosa extraña?, si la memoria no me falla tu lo preparaste – Meryen lo miro entre preocupada y alarmada,- se que en realidad no es la mejor elección para hacer pasar el frio pero…-

Enarco una ceja y dejo el vaso sobre la barra –ok dame algo que me haga entrar en calor – se froto los brazos de forma enérgica mientras esperaba su bebida

Aquella voz devolviéndola al presente y de esa forma tan desagradable – te pedí que lo prepararas no que lo juzgaras- respondió con un tono de voz pausado pero tosco, volteo el rostro para mirar a su desagradable interlocutor que siguió de espaldas por unos minutos mas y cuando finalmente volteo la bruja no pudo dejar de observar sus ojos.

El mago no parecía ser el chico mas agradable que se halla cruzado en su camino pero no podía negar que poseía una de las miradas mas intensas y profundas que había visto, sintió como Ananel parecía exaltarse en su interior pero decidió no prestarle atención.

Él deposito el vaso lleno de menta frente a ella, la bruja miro su bebida y suspiro – si esto logra calentarme inventaste una nueva receta o de en definitiva no es menta - dijo sonriendo ligeramente y meneando de forma negativa como auto reprendiéndose.

Luego levanto la vista y el desconocido clavo su mirada en los ojos de la bruja, tal vez aquel hombre no lo esperaba pero Meryen lo tomo como un desafío y no aparto la vista de aquellos ojos, que parecían guardar un sinfín de secretos.

Lo vio ponerse cómodo sin quitarle la vista de encima, mientras ella delineaba el contorno del vaso con la yema de su dedo índice sin dejar de mirarlo de la misma forma que el lo hacia –se puede saber quien lo pregunta? – respondió con el mismo tono de vos altanero que el usaba – y dime en verdad pretendes seguir con este jueguito de quien resiste mas las mirada del otro por que si es así, te espera una noche larga-

Después de retroceder varios pasos giro sobre sus talones y sus ojos se posaron en el hombre tras la barra… este la llamo con un gesto y ella avanzó hacia el de forma instintiva, mientras su mirada recorría el lugar, la decoración era árabe todo en aquel lugar le recordaba a su tierra, a su hogar…

De forma automática miro su vestimenta y se llevo las manos al pelo, como siempre lo tenia descubierto pero esta ves sintió vergüenza de llevarlo así, hacia tanto que no seguía las viejas costumbre y tubo el sutil impulso de volver a la calle y enfrentarse a la nieve.

La vos de aquel hombre la devolvió a la realidad de forma brusca –un te de menta- dijo sin pensarlo siquiera, cuando finalmente llego a la barra y pudo sentarse en una de las butacas volteo a mirar el ventanal, la nieve parecía no dejar de caer, un suspiro escapo de sus labios mientras su mente volvía a llenarse de recuerdos de su infancia

Era una noche fría, y a pesar de ello aquella bruja había decidido dar una vuelta por el viejo callejón. Caminaba sin prisa escuchando el ruido de sus pasos al chocar contra el adoquín y el suave murmullo de su que su capa negra producía al arrastrase tras sus pasos, bajo esta bestia jeans claros y un suéter marrón que se ajustaba a su silueta.

Había perdido la noción del tiempo pero la soledad del callejón le decía que ya había pasado de las 2200 hs posiblemente todos los negocios estaban cerrados y eso no le importaba hasta que… sintió que algo tocaba su negra cabellera.

Levanto la vista al cielo, había comenzado a nevar finos copos de nieve caían sobre ella y si no buscaba refugio no tardaría en estar húmeda y con frio, bufo algo molesta y entro en el primer negocio que vio.

Se alejo de la puerta retrocediendo mientras se sacudía la nieve del pelo y se quitaba la capa que la cubría.

La media noche había pasado, las calles de estaban desiertas, el viento soplaba frió y con la fuerza suficiente para arrastras las hojarascas que cubrían parcialmente las calles del viejo callejón Dragón. Era una noche sin luna y con unas pocas estrellas luchando por seguir brillando.

Una columna de humo negro y espeso se formo justo frente a las puestas de uno de los locales que al parecer seguía abierto, poco a poco fue tomando forma, el viento se encargo de disipar el humo que rodeaba a la figura encapuchada, la cual giro la cabeza mirando hacia ambos lados de las desierta calle y luego elevo la mirada y en un suave rumor se escucho su voz

-The Arabic Place- su voz era la de una mujer, una mano delicada se elevo hasta llegar a la capucha negra y lentamente descubrió su cabeza dejando que la capucha cayera sobre sus hombros, sus ojos mercurio miraban todo con un poco de confusión, su negra y larga cabellera parecía flotar en el viento.

-Pero que es lo que hago aquí- susurro mientras observaba la vestimenta que llevaba puesto bajo aquella capa negra, que constaba de un vestido lo suficientemente corto par dejar al descubierto la mayor parte de sus piernas, entallado con escote en forma de corazón y del mismo color que la capa, unas sandalias negras de tocones altos que estilizaban su figura.

-Cúbrete y entra – la bruja cerro los ojos y obedeció reconocía esa voz era la de Ananel, posiblemente ella la había llevado hasta allí y a pesar que su sentido común le decía que no entrara Meryen no podía luchar contra su curiosidad – se que un día de estos ambas moriremos por tu culpa- susurro mientras volvía a ponerse la capucha y atravesaba la puerta del establecimiento.

El lugar estaba bastante concurrido, se des lizo entre las personas tratado de encontrar la razón por la cual Ananel la había impulsado a allegar hasta allí y porque parecía ansiosa, se detuvo justo en medio del salón entonces fue cuando lo percibió, esa energía la había sentido antes, pero ahora era mas fuerte.

Sus ojos mercurio se posaron en un mago que permanecía sentado en la barra bebiendo de un líquido ámbar, con aquella típica pose elegante y soberbia. Meryen sonrió –Pensé que no volvería a verlo, llegue a imaginarlo muerto- Ananel no tardo en responder aquel cometario – Para estar muerto… luce sexy…- la bruja no pudo evitar sonreír mientras caminaba en defección al mago. No estaba seguro que al halla notado su presencia pero el resto de los presentes comenzaban a obsérvala de manera extraña y a apártense de su camino.

-Que clase de hombre es aquel que ni siquiera se preocupa por mirar cuando una persona que oculta su rostro se le acerca? – [/b]pensó la bruja deteniéndose justo frente al mago que ni siquiera había dejado a un lado su vaso, frunció el seño mientras Ananel respondía su pregunta - uno que no le teme a la muerte o que sabe que nadie es capas de matarlo-

Meryen estiro el brazo y su mano llego hasta el vaso que Akiles sostenía, el liquido cambio de color de un uniforme ámbar paso a ser negro y espumoso y su temperatura había elevado lo suficiente para hacer que el mago lo soltara, luego de hacer y cuando supo que había captado la atención del mago retrocedió hasta perderse entre la multitud –se animara a seguirme?- se cuestionaba mientras intentaba perderse de la vista del mago

La aparición en conjunto fue rápida, pero la sensación de ser adsorbido seguía latente en mí mientras caminaba junto a Sylar y Kevin, una tenue llovizna caía sobre nosotros, levante la vista al cielo estaba completamente gris –genial- susurre con sarcasmo.

Kevin se había encargado de mantener a los curiosos a una distancia prudencial, y Sylar fue a ocuparse los muggles que vieron el ataque que parecían bastante conmocionados con lo ocurrido, poco a poco los curiosos iban colmando la zona del siniestro a pesar de la copiosaza lluvia que la empezaba a empapar mi cabellera.

El profeta lucia como si una bomba hubiera explotado dentro, y esa era exactamente la excusa que le daría al a policía muggle al menos era mas creíble que decirlas que un edificio casi nuevo se vino abajo por culpa del… clima???, el sonido de los bomberos se acalla cada vez mas cercano así como el de las patrulleras. Los primeros en llegar fueron los bomberos, me acerque al jefe del escuadrón que miraba el edificio siniestrado con la boca entreabierta.

-Buenos días…- dije- Aunque decir buenos es una mera formalidad- el hombre de bigotes anchos me miro y saludo de forma cortes, mientras le ordenada a su escuadros que tomaran del carro de bomberos todo lo que hiciera falta para rastrear el lugar en busca de personas atrapadas.

-Capitán se le agradase su rápida respuesta y su empeño por ayudar pero el equipo de la secta división ya tiene controlada la situación, no hay personas atrapadas y puedo… -un policía se acercó a nosotros trayendo consigo una gran paraguas negros, lo cual agradecí si seguía parada en la lluvia de seguro pescaría algún resfriado.

-Disculpe mi falta de modales mi nombre es… Sofia Dohemen, peritoinvestigadordesiniestros de lasectadicción las palabras salieron de mis labios tan rápido que estaba casi segura que ni el capitán de los bomberos , ni el de la policía lograron entender bien quien demonios era yo- y para no darles tiempo de que se pusieran a pensarlo o analizarlo seguí hablando.

-Como le estaba diciendo, no hay personas atrapadas entre los escombros, y puedo asegurarlo porque el 1º equipo que llego se encargo de tener un listado de las personas presentes en el edificio al momento del sinistro y todas fueron llevadas a San… al Sanatorio mas próximo-

-Pero que fue lo que ocurrió exactamente- pregunto el Policía muggle

-Eso es exactamente lo que estamos averiguando, ya mis compañeros están entrevistando a las presentes y pronto iremos al Sanatorio a recabar mas información pero parece haber sido uno de eso atentados- tanto el jefe de policia como el de bomberos menearon la cabeza en forma negativa y pronto se sumieron en una platica de terrorismo la cual solo escuche asintiendo de tanto en tanto.

Volver a ver hacia donde había escuchado pronunciar mi nombre, mis ojos se posaron en Boss y como era de costumbre sonreír al verlo, pero la sonrisa duro en mi rostro lo que dura una un aleteo de mariposa ya que la expresión que Boss tenia era mas bien de cansancio y parecía un poco molesto.

Volví a prestar atención a los oficiales muggles, ellos estaban contentos con la excusa de los cimientos que les había dado y si teníamos suerte ya no harían mas preguntas –Disculpen señores pero el deber llama- sonreí y me aleje de ellos.

Camine siguiendo a Boss hasta un callejón alejado y oculto, mira a nuestro alrededor cerciorándome que ningún curioso nos siguiera, mientras Boss decía adonde nos dirigiríamos, un simple movimiento de mi varia basto para que mis ropas volvieran ser un pantalón negro entallado, la semi-túnica blanca con el cinturón que la hacia entallado al cuerpo, mi piel volvió a ser morena y mi cabello negro.

-Estoy lista cuando partimos?-pregunte mientras sonreía, nuestro destino ahora era el Profeta

El bus finalmente se detuvo en la estación de trenes, baje de el junto con un grupo de personas, estaba segura que estaba llegando algo retrasada pero el traficó de aquella cuidad era verdaderamente imposible, los molos conductores sumados a los semáforos descompuestos hacían que te tomar a30 minutos mas de los normal llegar a cualquier lugar.

Camine un par de pasos y al levantar la vista me lleve la mano a la frete –por Merlín- susurre, mire a ambos lados de la calle y pude ver a varios oficiales, pero ninguna patrullera muggle, lo que significaba que habíamos llegado primero, pero las autoridades muggles no tardarían en llegar si es que ya estaban al tanto del pequeño suceso.

Sin perder tiempo entre a uno de los baños de la estación, para mi suerte estaba vació, solo me tomo un par de movimientos de mi varita para cambiar mi ropa por la de un oficial de policía semejante a los que ya estaba presentes. Salí del baño con un aspecto completamente diferente el color de mi piel era casi pálida, mi cabellera roja estaba sujetada en una cola, me acerque al grupo cruzando la vaya –perdón por tardar tanto –dije mientras fijaba mi vista en una patrullera muggle que se acaba de detener y detrás de esta un auto negro.

Me separe del grupo y llegué hasta donde se encontraban ambos vehículos justo en el momento en el cual los ocupantes bajaban de ellos y miraban el panorama un poco asustados –Buenos días Sargento Maroni, Inspector Corben- leí sus identificación las cuales colgaba de los bolsillos de su chaquetas.

-Soy la oficial Mackenzie de la secta división- ambos hombres se miraron confundidos mientras yo abría y serraba frete a ellos un tarjetero el cual solo tenia dentro un mi identificación muggle y una vieja tarjeta dorada, claro con lo rápido que moví mi mano y volví a guardar el tarjetero en mi bolsillo los hombres quedaron convencidos de que lo vieron fue una placa policial.

-Oficial podría informarnos de lo que ocurre en este lugar?- pregunto uno de ellos y yo comencé a maquinar una mentira.

-lo obvio inspector, en derrumbe gracias a la falta de mantenimiento de estos edificios- dije como si supiera algo de arquitectura o de edificaciones

-Pero estos oficios tienen años de estar aquí y jama había pasado nada como esto- se quejo el sargento, poniendo su mano en su barbilla

-si sargenteo tienen años de estar aquí, y nadie que ocupo de remodelarlos, afortunadamente ningún mu.. ninguna persona sobrio daños, solo tenemos los daños materiales- respondí con soltura, los oficiales seguían hablando pero deje de escucharlos en el momento que levante la vista sobre sus hombros a lo lejos podía divisar una mancha verdosa en el cielo.

Desvié la miraba hacia donde se encontraban Sagitas, los demás magos y brujas ellos también lo habían notado

OFF:perdon por llegar simpre tarde.. con respecto a lo del porfeta que hacemos?