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Dama Gris

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Mensajes publicados por Dama Gris

  1. http://i.imgur.com/zkwO4wp.png

     

    La Casa Ravenclaw, se encuentra en una torre en el ala oeste del castillo. Sus colores son el azul y el color bronce. Ravenclaw busca alumnos académicos, estudiosos y que siempre sepan lo que hay que hacer. Fue fundada por la bruja nacida en la canada, Rowena Ravenclaw. Supuestamente la principal inventora del nombre, lugar y formato de Hogwarts. Ella misma es la causante de que las escaleras se muevan. El símbolo de la casa es el águila, aunque en las diversas versiones del escudo, tiene un águila o un cuervo.

  2. ¡Atención, alumnos de Ravenclaw!

     

    Sacad vuestras escobas voladoras y preparad vuestros bates, pues llegó la hora de demostrarle a Hogwarts quiénes son los reyes del Quidditch. ¿Recordáis a Cho Chang? ¿Roger Davies? Son muchos los jugadores de quidditch que han pasado por nuestra casa y ahora nos llega el turno a nosotros, los de esta generación: vosotros tendréis que ser el nuevo motivo de orgullo de la casa de Ravenclaw.

     

    Tendréis la oportunidad de hacerlo en el Torneo de las Casas patrocinado por el colegio Mahoutokoro.

     

    ¿En qué consistirá? En este topic os explicamos bien cómo se desarrollará y qué pasos debéis seguir para idear la mejor estrategia de juego y conquistar la Copa en este Torneo, cómo escalar hasta el puesto de mejor jugador y demostrar a todo Hogwarts que la inteligencia de los Ravenclaw va mucho más allá de los libros de texto.

     

    ¿Que queréis inscribiros? Pues no os hago esperar más, brillantes Ravenclaws, sólo tenéis que rellenar esta ficha:

     

    • Nick:
    • ID:
    • Link a tu ficha de personaje (si no la tienes, ya la postearás más tarde cuando la tengas):
    • Link a tu bóveda (si no la tienes, ya la postearás más tarde cuando la tengas):
    • ¿Por qué quieres ser parte del equipo de Ravenclaw?:
    • Posición en la que te gustaría jugar:
  3. *Sobrevoló la sala. Veía muchas caras nuevas y aquello le gustaba. Los alumnos estaban reuniéndose en la sala, alertas a cualquier indicación y Helena venía con otra. Con suerte, volvería a obtener el mismo desenlace: La Victoria*

     

    - Chicos, prestad atención. Debemos seguir obteniendo logros. No podemos dormirnos en los laureles y ganar el siguiente reto impuesto por los organizadores. Instalad un karaoke y tenéis que cantar el mayor número posible de canciones, en un tiempo de 60 min, que se refieran o contenga en sus letras nombres de animales. Valen todos los animales y la canción debe existir; ser real.

     

    *Se elevó unos centímetros más buscando que todos pudieran verla*

     

    - A Jugar.

     

    OFF: mediante rol, debeís cantar, en el plazo de una hora, a partir de la publicación de este posteo, canciones reales/existentes que contengan en su letra animales. Valen todos los animales. Pero debe llevar alguno. Un rol por canción.

  4. -GENIAL Ravenclaws! somos los mejores, la mejor casa, la mejor....

     

    Helena estaba tan emocionada por la victoria que algunas lágrima bañaron sus mejillas.

     

    Fue entonces que reparó en que Lyra estaba algo extraña.

     

    -¿Te falta algo querida? ¿el amor quizás? se te ve melancólica... cuéntale a la madre Helena - y se sentó a su lado, apoyando la cabeza sobre el codo con la mirada fija en la bruja.

     

    Solo esperaba que no volvieran a convertirse en animales de nuevo, por un momento había tenido miedo... y eso era algo irónico. Nada malo podía sucederle. Después de todo, ya estaba muerta.

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  5. - ¡Enhorabuena, Ravens! Habéis conseguido haceros con el título de casa más social, superando con creces a los demás competidores. Ahora toca celebrar esos 15 puntos ganados y que siga la fiesta!

     

    - Elfos, más comida a esta mesa!

     

    *La adrenalina por el reto superado había emocionado a la Dama Gris. Ya no estaba triste, pero no sabía por cuánto tiempo*

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  6. - Chicos, me ha llegado una noticia de último momento. Un reto para las casas y siendo las águilas las más inteligentes de todo Hogwarts, hay que logar llevarse los puntos y ser los ganadores. Nuestra fama está en juego.

     

    *Se acercó un poco más hasta donde estaban los alumnos azules y habló un poco más bajo. Aquello le había animado y hecho olvidar el deseo de un baile con ese ser despreciable*

     

    - Tenéis que declararos como la casa más social. Es una tarea fácil para alguien inteligente

     

    *vio como Godric perdía todos los colores al percatarse de su presencia*

     

    - Cálmese, señor Godric. Soy yo, la Dama Gris, la fantasma dee Ravenclaw. ¿Cuántos días lleva usted aquí, que no me conoce, por Dios?

     

    - Venga, a centraros...

     

     

     

    Off: a partir de este mensaje, debéis recolectar el mayor número de respuestas/posteos de alumnos de la casa, en rol durante una 1 hora. Todos los posteos que no incumplan las reglas del foro se tomará como válidos, siempre que sean on rol.

     

     

    • Me gusta 2
  7. - Quizás molestar un poquitín a los slytherin, pero solo un poquitín - y sonrió pícaramante.

     

    *Hizo una reverencia a modo de saludo a Lyra Katara y miró con cierta envidia como todos comían a su alrededor menos ella. Muchas veces deseaba ser humana simplemente para comer de nuevo y recordar su sabor*

     

    *Fue entonces que se puso a recordar la primera cena de muchos magos que ahora la rodeaban tras ser seleccionados con el viejo sombrero. Algunos pasaban los treinta años, otro los rozaban, y bastantes eran jóvenes veinteañeros e incluso algún que otro graduado de haría un par de años que aun le hablaba con bastante confianza*

     

    *Suspiró, llena de melancolía*

     

    - ¿Creéis que el barón querrá bailar conmigo?

  8. -Llámame "Dama Gris", Athena. ¿Es que tu memoria se ha oxidado? si de algo se puede orgullecer un Ravenclaw es de poseer una inteligencia sin límites - dijo, sin venir a cuento, nada le gustaba más que sacar a relucir las características de un águila.

     

    *Sacudió sus ropas de un polvo inexistente, pues el vestido que portaba siempre era el mismo, color gris y muy pomposo de su época, y nada podía penetrar por este, siendo tan traslúcido como su propia piel.*

     

    - ¿No os apetecería gastar alguna broma? a mi si, hace tiempo que esto está algo aburrido. La Dama Gris necesita diversión - y sonrió, echando hacia atrás la larga cabellera negra.*

  9. *Helwna se deslizó unos asientos más a la derecha de Felicity. Aquella chica... siempre la había considerado una insolente, incluso llegado a pensar que mejor hubiera estado en slyhterin pero sus notas no daban lugar a dudas, ni su corazón.*

     

    -Hola chicos, ¿ustedes están juntos? - preguntó a Kirara y Kurt - no os recuerdo de la misma generación ¿me estaré equivocando?

     

    *Sin embargo su mirada iba y venía, la mesa de Ravenclaw no era la que más vacía estaba pero a ella le hubiera gustado verla repleta de ex alumnos. Dio un intenso suspiro e incluso lanzó una mirada melancólica al Barón, quien se veía bien rodeado...*

  10. http://oi39.tinypic.com/104hr8n.jpg



    El Gran Salón Comedor de Hogwarts lucía espléndido en aquella ocasión. En la entrada del mismo habían colocado dos enormes árboles de navidad ornamentados con coloridas esferas de cristal talladas con filigranas doradas, coronados en su punta por hermosas estrellas que brillaban como el oro con la luz de las antorchas. Las puertas se hallaban abiertas de par en par, dando la bienvenida a sus invitados.

    Era inevitable no fijar la vista en el techo del comedor, allí estaban suspendidos brillantes cristales con formas de copos de nieve, cada uno diferente al anterior, junto con partículas de purpurina plateada y dorada en suspensión . La iluminación era cálida y acogedora. Y cada cierto intervalo de tiempo, unos cascabeles tintineaban por toda la estancia, como si los renos de Santa estuviesen correteando por allí.

    La mesa de Ravenclaw estaba situada nada más entrar a la derecha, entre las mesas de Hufflepuff y Gryffindor. Habían dispuesto una gran mesa alargada de madera maciza, cubierta con un mantel blanco nieve con distintos bordados de águilas. Se habían sustituido los habituales bancos de madera por cómodas sillas, las cuales estaban tapizadas con tela en tonos azul eléctrico. La vajilla y la cubertería era de color azul oscuro y detalles en plateado.

    Delante de los platos habían dispuesto unas tarjetas que recordaban las palabras que el Sombrero Seleccionador había dicho una vez, cuando el niño que vivió entró a Hogwarts. Aquellas palabras definían a la perfección el espíritu de la Casa de Rowena Ravenclaw. En aquellas tarjetas rezaba la siguiente inscripción:

    http://i.imgur.com/cPYxOXT.png

    «O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
    Si tienes una mente dispuesta,
    Porque los de inteligencia y erudición
    Siempre encontrarán allí a sus semejantes»



    Los centros de mesa eran unas figuras de unas águilas, en miniatura, que agitaban las alas para mantener el vuelo. Estaban sobre una plataforma circular, que se alzaba unos pocos centímetros sobre la mesa, en el centro de la plataforma se alzaba un alambre con una pinza en la punta que sostenía el Menú que degustarían aquella velada. Las pequeñas águilas se movían por arte de magia, de pronto volaban en círculo unos treinta centímetros sobre la plataforma, miraban a los presentes con ojos inteligentes, como descansaban tranquilamente o sacudían sus alas.


    Helena Ravenclaw, más conocida por todos como La Dama Gris, flotaba sobre la mesa de Ravenclaw. Aunque era un fantasma, no había perdido ni un ápice de la belleza que la caracterizaba cuando era humana, ni tampoco su aspecto intelectual. Jugaba distraídamente con su largo cabello, tenía un aire altivo y no miraba a ningún sitio en particular mientras esperaba a los distintos miembros que ocuparían la mesa de la Casa aquella noche

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  11. La Academia de Magia y Hechicería se preparaba para las celebraciones de Halloween. En todas partes, jóvemes magos y brujas avanzaban por los pasillos de la insitución, engalanados con sus mejores trajes, dispuestos a acudir al Baile de Halloween.

     

    Era una tarde nublada, como otras muchas tardes de otoño. Conforme el ocaso se acercaba, las nubes parecían bajar del firmamento y envolvían también los terrenos circundantes con una tenue y húmeda capa de neblina. A pesar del frio y de la humedad, nada hacía presagiar lo que se escondía detrás de las alargadas sombras de la tarde.

     

    Comenzó a avanzar, agazapada, sin que nadie se diera cuenta de su presencia. Y, de pronto, la leve capa húmeda que envolvía las calles se hizo más y más espesa hasta convertirse en una cerrada capa de niebla. La Niebla avanzaba, quizás Miss Ligeia girara con ella. Aquella Niebla era suya, su garra fiel, su arma más poderosa. Giró y giró en la tarde brumosa y avanzó por los salones y pasillos, atrapando a cuantos en ellos estaban.

     

    Y siguió girando, adquiriendo las más extrañas formas con cada uno de sus giros. Al llegar a la Librería Café "Hojas de Café", no le costó trabajo deslizarse por entre las ventanas y puertas abiertas, penetrando por ellas. Nada pudieron hacer sus habitantes cuando la Niebla tomó la forma de un filososo marcador de páginas y atacó con él.

     

    Miss Ligeia reía en la distancia. Alguien más la haría compañía aquella noche en el Castillo de Tantallon, aquel reservado para los muertos. Quien fuera el próximo fantasma, eso sólo la Niebla lo sabía. Al menos de momento. Con un poco de suerte, serían varios los miembros de aquel lugar que acabarían convertidos en fantasmas. ¡Llevaba tanto tiempo sola! ¡Por fin tendría compañía en Tantallon!

     

    Quizás, cuando los otros fueran llevados por la Niebla a su otro castillo, el de Hampton, las bestias que allí había dejado acabaran también con ellos. Sería un placer tener tanta compañía, para endulzar su eterna soledad, porque más allá de la tumba, los muertos se quedan solos y las lágrimas de los vivos tan solo duran lo que la Niebla tarda en matar.

     

    ¡Venganza! Esta era su hora, la hora de Miss Ligeia y de su Niebla fatal.

     

    Un grito fantasmal se oyó en el interior de la Librería Café cuando la Niebla se replegó y avanzó hacia la siguiente estancia. Muy pronto sabrían quiénes habían sido atrapados por ella.

  12. La Academia de Magia y Hechicería se preparaba para las celebraciones de Halloween. En todas partes, jóvemes magos y brujas avanzaban por los pasillos de la insitución, engalanados con sus mejores trajes, dispuestos a acudir al Baile de Halloween.

     

    Era una tarde nublada, como otras muchas tardes de otoño. Conforme el ocaso se acercaba, las nubes parecían bajar del firmamento y envolvían también los terrenos circundantes con una tenue y húmeda capa de neblina. A pesar del frio y de la humedad, nada hacía presagiar lo que se escondía detrás de las alargadas sombras de la tarde.

     

    Comenzó a avanzar, agazapada, sin que nadie se diera cuenta de su presencia. Y, de pronto, la leve capa húmeda que envolvía las calles se hizo más y más espesa hasta convertirse en una cerrada capa de niebla. La Niebla avanzaba, quizás Miss Ligeia girara con ella. Aquella Niebla era suya, su garra fiel, su arma más poderosa. Giró y giró en la tarde brumosa y avanzó por los salones y pasillos, atrapando a cuantos en ellos estaban.

     

    Y siguió girando, adquiriendo las más extrañas formas con cada uno de sus giros. Al llegar a la Taberna "El Loro Tartamudo", no le costó trabajo deslizarse por las ventanas y puertas entreabiertas, penetrando por ellas. Nada pudieron hacer sus habitantes cuando la Niebla tomó la forma de un afilado trozo de vidrio y atacó con él.

     

    Miss Ligeia reía en la distancia. Alguien más la haría compañía aquella noche en el Castillo de Tantallon, aquel reservado para los muertos. Quien fuera el próximo fantasma, eso sólo la Niebla lo sabía. Al menos de momento. Con un poco de suerte, serían varios los miembros de aquel lugar que acabarían convertidos en fantasmas. ¡Llevaba tanto tiempo sola! ¡Por fin tendría compañía en Tantallon!

     

    Quizás, cuando los otros fueran llevados por la Niebla a su otro castillo, el de Hampton, las bestias que allí había dejado acabaran también con ellos. Sería un placer tener tanta compañía, para endulzar su eterna soledad, porque más allá de la tumba, los muertos se quedan solos y las lágrimas de los vivos tan solo duran lo que la Niebla tarda en matar.

     

    ¡Venganza! Esta era su hora, la hora de Miss Ligeia y de su Niebla fatal.

     

    Un grito fantasmal se oyó en el interior de la Taberna cuando la Niebla se replegó y avanzó hacia la siguiente estancia. Muy pronto sabrían quiénes habían sido atrapados por ella.

  13. La Academia de Magia y Hechicería se preparaba para las celebraciones de Halloween. En todas partes, jóvemes magos y brujas avanzaban por los pasillos de la insitución, engalanados con sus mejores trajes, dispuestos a acudir al Baile de Halloween.

     

    Era una tarde nublada, como otras muchas tardes de otoño. Conforme el ocaso se acercaba, las nubes parecían bajar del firmamento y envolvían también los terrenos circundantes con una tenue y húmeda capa de neblina. A pesar del frio y de la humedad, nada hacía presagiar lo que se escondía detrás de las alargadas sombras de la tarde.

     

    Comenzó a avanzar, agazapada, sin que nadie se diera cuenta de su presencia. Y, de pronto, la leve capa húmeda que envolvía las calles se hizo más y más espesa hasta convertirse en una cerrada capa de niebla. La Niebla avanzaba, quizás Miss Ligeia girara con ella. Aquella Niebla era suya, su garra fiel, su arma más poderosa. Giró y giró en la tarde brumosa y avanzó por los salones y pasillos, atrapando a cuantos en ellos estaban.

     

    Y siguió girando, adquiriendo las más extrañas formas con cada uno de sus giros. Al llegar a los Jardines Sumaes, no le costó trabajo deslizarse por entre los árboles y bancas que allí habían. Nada pudieron hacer sus habitantes cuando la Niebla tomó la forma de un fantasma y atacó.

     

    Miss Ligeia reía en la distancia. Alguien más la haría compañía aquella noche en el Castillo de Tantallon, aquel reservado para los muertos. Quien fuera el próximo fantasma, eso sólo la Niebla lo sabía. Al menos de momento. Con un poco de suerte, serían varios los miembros de aquel lugar que acabarían convertidos en fantasmas. ¡Llevaba tanto tiempo sola! ¡Por fin tendría compañía en Tantallon!

     

    Quizás, cuando los otros fueran llevados por la Niebla a su otro castillo, el de Hampton, las bestias que allí había dejado acabaran también con ellos. Sería un placer tener tanta compañía, para endulzar su eterna soledad, porque más allá de la tumba, los muertos se quedan solos y las lágrimas de los vivos tan solo duran lo que la Niebla tarda en matar.

     

    ¡Venganza! Esta era su hora, la hora de Miss Ligeia y de su Niebla fatal.

     

    Un grito fantasmal se oyó en las extensiones de los Jardines Sumaes cuando la Niebla se replegó y avanzó hacia su siguiente parada. Muy pronto sabrían quiénes habían sido atrapados por ella.

  14. La Academia de Magia y Hechicería se preparaba para las celebraciones de Halloween. En todas partes, jóvemes magos y brujas avanzaban por los pasillos de la insitución, engalanados con sus mejores trajes, dispuestos a acudir al Baile de Halloween.

     

    Era una tarde nublada, como otras muchas tardes de otoño. Conforme el ocaso se acercaba, las nubes parecían bajar del firmamento y envolvían también los terrenos circundantes con una tenue y húmeda capa de neblina. A pesar del frio y de la humedad, nada hacía presagiar lo que se escondía detrás de las alargadas sombras de la tarde.

     

    Comenzó a avanzar, agazapada, sin que nadie se diera cuenta de su presencia. Y, de pronto, la leve capa húmeda que envolvía las calles se hizo más y más espesa hasta convertirse en una cerrada capa de niebla. La Niebla avanzaba, quizás Miss Ligeia girara con ella. Aquella Niebla era suya, su garra fiel, su arma más poderosa. Giró y giró en la tarde brumosa y avanzó por los salones y pasillos, atrapando a cuantos en ellos estaban.

     

    Y siguió girando, adquiriendo las más extrañas formas con cada uno de sus giros. Al llegar a los dormitorios de los Tritones del Río Wye, no le costó trabajo deslizarse por entre las ventanas y puertas abiertas, penetrando por ellas. Nada pudieron hacer sus habitantes cuando la Niebla tomó la forma de una cuchillo y atacó con ella.

     

    Miss Ligeia reía en la distancia. Alguien más la haría compañía aquella noche en el Castillo de Tantallon, aquel reservado para los muertos. Quien fuera el próximo fantasma, eso sólo la Niebla lo sabía. Al menos de momento. Con un poco de suerte, serían varios los miembros de aquella casa que acabarían convertidos en fantasmas. ¡Llevaba tanto tiempo sola! ¡Por fin tendría compañía en Tantallon!

     

    Quizás, cuando los otros fueran llevados por la Niebla a su otro castillo, el de Hampton, las bestias que allí había dejado acabaran también con ellos. Sería un placer tener tanta compañía, para endulzar su eterna soledad, porque más allá de la tumba, los muertos se quedan solos y las lágrimas de los vivos tan solo duran lo que la Niebla tarda en matar.

     

    ¡Venganza! Esta era su hora, la hora de Miss Ligeia y de su Niebla fatal.

     

    Un grito fantasmal se oyó en la sala común de los Tritones del Río Wye cuando la Niebla se replegó y avanzó hacia la siguiente estancia. Muy pronto sabrían quiénes habían sido atrapados por ella.

  15. La Academia de Magia y Hechicería se preparaba para las celebraciones de Halloween. En todas partes, jóvemes magos y brujas avanzaban por los pasillos de la insitución, engalanados con sus mejores trajes, dispuestos a acudir al Baile de Halloween.

     

    Era una tarde nublada, como otras muchas tardes de otoño. Conforme el ocaso se acercaba, las nubes parecían bajar del firmamento y envolvían también los terrenos circundantes con una tenue y húmeda capa de neblina. A pesar del frio y de la humedad, nada hacía presagiar lo que se escondía detrás de las alargadas sombras de la tarde.

     

    Comenzó a avanzar, agazapada, sin que nadie se diera cuenta de su presencia. Y, de pronto, la leve capa húmeda que envolvía las calles se hizo más y más espesa hasta convertirse en una cerrada capa de niebla. La Niebla avanzaba, quizás Miss Ligeia girara con ella. Aquella Niebla era suya, su garra fiel, su arma más poderosa. Giró y giró en la tarde brumosa y avanzó por los salones y pasillos, atrapando a cuantos en ellos estaban.

     

    Y siguió girando, adquiriendo las más extrañas formas con cada uno de sus giros. Al llegar a los dormitorios de los Aethonans de Salem, no le costó trabajo deslizarse por entre las ventanas y puertas abiertas, penetrando por ellas. Nada pudieron hacer sus habitantes cuando la Niebla tomó la forma de una cuchillo y atacó con ella.

     

    Miss Ligeia reía en la distancia. Alguien más la haría compañía aquella noche en el Castillo de Tantallon, aquel reservado para los muertos. Quien fuera el próximo fantasma, eso sólo la Niebla lo sabía. Al menos de momento. Con un poco de suerte, serían varios los miembros de aquella casa que acabarían convertidos en fantasmas. ¡Llevaba tanto tiempo sola! ¡Por fin tendría compañía en Tantallon!

     

    Quizás, cuando los otros fueran llevados por la Niebla a su otro castillo, el de Hampton, las bestias que allí había dejado acabaran también con ellos. Sería un placer tener tanta compañía, para endulzar su eterna soledad, porque más allá de la tumba, los muertos se quedan solos y las lágrimas de los vivos tan solo duran lo que la Niebla tarda en matar.

     

    ¡Venganza! Esta era su hora, la hora de Miss Ligeia y de su Niebla fatal.

     

    Un grito fantasmal se oyó en la sala común de los Aethonans de Salem cuando la Niebla se replegó y avanzó hacia la siguiente estancia. Muy pronto sabrían quiénes habían sido atrapados por ella.

  16. La Academia de Magia y Hechicería se preparaba para las celebraciones de Halloween. En todas partes, jóvemes magos y brujas avanzaban por los pasillos de la insitución, engalanados con sus mejores trajes, dispuestos a acudir al Baile de Halloween.

     

    Era una tarde nublada, como otras muchas tardes de otoño. Conforme el ocaso se acercaba, las nubes parecían bajar del firmamento y envolvían también los terrenos circundantes con una tenue y húmeda capa de neblina. A pesar del frio y de la humedad, nada hacía presagiar lo que se escondía detrás de las alargadas sombras de la tarde.

     

    Comenzó a avanzar, agazapada, sin que nadie se diera cuenta de su presencia. Y, de pronto, la leve capa húmeda que envolvía las calles se hizo más y más espesa hasta convertirse en una cerrada capa de niebla. La Niebla avanzaba, quizás Miss Ligeia girara con ella. Aquella Niebla era suya, su garra fiel, su arma más poderosa. Giró y giró en la tarde brumosa y avanzó por los salones y pasillos, atrapando a cuantos en ellos estaban.

     

    Y siguió girando, adquiriendo las más extrañas formas con cada uno de sus giros. Al llegar a los dormitorios de los Centauros de Blodwyn, no le costó trabajo deslizarse por entre las ventanas y puertas abiertas, penetrando por ellas. Nada pudieron hacer sus habitantes cuando la Niebla tomó la forma de una cuchillo y atacó con ella.

     

    Miss Ligeia reía en la distancia. Alguien más la haría compañía aquella noche en el Castillo de Tantallon, aquel reservado para los muertos. Quien fuera el próximo fantasma, eso sólo la Niebla lo sabía. Al menos de momento. Con un poco de suerte, serían varios los miembros de aquella casa que acabarían convertidos en fantasmas. ¡Llevaba tanto tiempo sola! ¡Por fin tendría compañía en Tantallon!

     

    Quizás, cuando los otros fueran llevados por la Niebla a su otro castillo, el de Hampton, las bestias que allí había dejado acabaran también con ellos. Sería un placer tener tanta compañía, para endulzar su eterna soledad, porque más allá de la tumba, los muertos se quedan solos y las lágrimas de los vivos tan solo duran lo que la Niebla tarda en matar.

     

    ¡Venganza! Esta era su hora, la hora de Miss Ligeia y de su Niebla fatal.

     

    Un grito fantasmal se oyó en la sala común de los Centauros de Blodwyn cuando la Niebla se replegó y avanzó hacia la siguiente estancia. Muy pronto sabrían quiénes habían sido atrapados por ella.

  17. La Academia de Magia y Hechicería se preparaba para las celebraciones de Halloween. En todas partes, jóvemes magos y brujas avanzaban por los pasillos de la insitución, engalanados con sus mejores trajes, dispuestos a acudir al Baile de Halloween.

     

    Era una tarde nublada, como otras muchas tardes de otoño. Conforme el ocaso se acercaba, las nubes parecían bajar del firmamento y envolvían también los terrenos circundantes con una tenue y húmeda capa de neblina. A pesar del frio y de la humedad, nada hacía presagiar lo que se escondía detrás de las alargadas sombras de la tarde.

     

    Comenzó a avanzar, agazapada, sin que nadie se diera cuenta de su presencia. Y, de pronto, la leve capa húmeda que envolvía las calles se hizo más y más espesa hasta convertirse en una cerrada capa de niebla. La Niebla avanzaba, quizás Miss Ligeia girara con ella. Aquella Niebla era suya, su garra fiel, su arma más poderosa. Giró y giró en la tarde brumosa y avanzó por los salones y pasillos, atrapando a cuantos en ellos estaban.

     

    Y siguió girando, adquiriendo las más extrañas formas con cada uno de sus giros. Al llegar a los Baños Averiados, no le costó trabajo deslizarse por entre las ventanas y puertas abiertas, penetrando por ellas. Nada pudieron hacer sus habitantes cuando la Niebla tomó la forma de una estaca y atacó con ella.

     

    Miss Ligeia reía en la distancia. Alguien más la haría compañía aquella noche en el Castillo de Tantallon, aquel reservado para los muertos. Quien fuera el próximo fantasma, eso sólo la Niebla lo sabía. Al menos de momento. Con un poco de suerte, serían varios los miembros de aquel lugar que acabarían convertidos en fantasmas. ¡Llevaba tanto tiempo sola! ¡Por fin tendría compañía en Tantallon!

     

    Quizás, cuando los otros fueran llevados por la Niebla a su otro castillo, el de Hampton, las bestias que allí había dejado acabaran también con ellos. Sería un placer tener tanta compañía, para endulzar su eterna soledad, porque más allá de la tumba, los muertos se quedan solos y las lágrimas de los vivos tan solo duran lo que la Niebla tarda en matar.

     

    ¡Venganza! Esta era su hora, la hora de Miss Ligeia y de su Niebla fatal.

     

    Un grito fantasmal se oyó en el interior de los Baños Averiados cuando la Niebla se replegó y avanzó hacia la siguiente estancia. Muy pronto sabrían quiénes habían sido atrapados por ella.

  18. El Callejón Diagon se preparaba para las celebraciones de Halloween. En todas partes, magos y brujas avanzaban por las calles de la ciudad, engalanados con sus mejores galas, dispuestos a acudir al Baile de Halloween. Los más ricos y prestigiosos magos de la comunidad hacían uso de sus carruajes más lujosos y los que no podían permitirse alquilar uno o bien no tenían uno propio, desfilaban por las avenidas en busca de los trasládores que el Ministerio había dispuesto para transportar a todo el mundo al lugar de la celebración. Algunos pocos, volaban en exóticas criaturas envueltos en abrigadas capas para resguardarse de la fria noche de otoño que se avecinaba.

     

    Era una tarde nublada, como otras muchas tardes de otoño. Conforme el ocaso se acercaba, las nubes parecían bajar del firmamento y envolvían las calles con una tenue y húmeda capa de neblina. A pesar del frio y de la humedad, nada hacía presagiar lo que se escondía detrás de las alargadas sombras de la tarde.

     

    Comenzó a avanzar, agazapada, sin que nadie se diera cuenta de su presencia. Y, de pronto, la leve capa húmeda que envolvía las calles se hizo más y más espesa hasta convertirse en una cerrada capa de niebla. La Niebla avanzaba, quizás Miss Ligeia girara con ella. Aquella Niebla era suya, su garra fiel, su arma más poderosa. Giró y giró en la tarde brumosa y avanzó por la calle atrapando a cuantos en ella estaban.

     

    Y siguió girando, adquiriendo las más extrañas formas con cada uno de sus giros. Al llegar a las verjas de El Hipogrifo Asustado, no le costó trabajo deslizarse entre sus barrotes de hierro y avanzar por los jardines hacia las ventanas y balcones. Penetró por ellas.

     

    Nada pudieron hacer sus habitantes cuando la Niebla tomó la forma de, irónicamente, un hipofrigo con los ojos sangrantes y atacó con ella.

     

    Miss Ligeia reía en la distancia. Alguien más la haría compañía aquella noche en el Castillo de Tantallon, aquel reservado para los muertos. Quien fuera el próximo fantasma, eso sólo la Niebla lo sabía. Al menos de momento. Con un poco de suerte, serían varios los miembros de aquel negocio que acabarían convertidos en fantasmas. ¡Llevaba tanto tiempo sola! ¡Por fin tendría compañía en Tantallon!

     

    Quizás, cuando los otros fueran llevados por la Niebla a su otro castillo, el de Hampton, las bestias que allí había dejado acabaran también con ellos. Sería un placer tener tanta compañía, para endulzar su eterna soledad, porque más allá de la tumba, los muertos se quedan solos y las lágrimas de los vivos tan solo duran lo que la Niebla tarda en matar.

     

    ¡Venganza! Esta era su hora, la hora de Miss Ligeia y de su Niebla fatal.

     

    Un grito fantasmal se oyó en El Hipogrifo Asustado cuando la Niebla se replegó y avanzó hacia el siguiente negocio. Muy pronto sabrían quiénes habían sido atrapados por ella.

  19. ¿Por qué su protectora estaba indicándole la retirada? No quería hacerlo…de hecho no lo haría, se negaba a placar sus ansias justo en el momento en que la adrenalina era máxima. Curvó sus alas realizando un descenso peligroso, demasiado en picada. Salió del perímetro del estadio y divisó unas carpas blancas en donde la muchedumbre se incrementaba.

     

    Rugiendo mientras ignoraba los mandatos de su jinete aterrizó entre la multitud que intentaba curarse aplastando a más de uno. Con su cola dio arrastre a una de las instalaciones provisorias y abrió sus alas hinchando el pecho, lanzando unas cuatro llamaradas a su alrededor. Un señor había quedado gravemente herido… ¿era el que estaba ayudando a todos?

     

    No le importaba más nada a la bestia que hizo un movimiento brusco y lanzó al piso a la joven que lo montaba.

     

    -No recibiré más órdenes por hoy- pensó Tenebrus y se alzó en un vuelo magnífico dejando a la mortífaga junto a la muchedumbre que corría y gritaba desesperada. El objetivo de la bestia ahora era otro y en ese momento era libre.

     

    Su figura negra se fue alejando del lugar, abandonando todo tipo de órdenes y volando libre, con la plena certeza de que seguiría atacando hacia donde lo dirijan sus alas.

     

     

  20. Volaba ante el palco quemándolo íntegro, no faltaría demasiado para que se derrumbara. Al parecer los humanos lo único que buscaban era enojarlo con todos aquellos hechizos, se sentían como si fueran pequeños mosquitos picándole el lomo.

     

    Rugió. Tan fervientemente que dos llamaradas extensas salieron de sus narinas y dieron a dos magos que se hallaban frente a él uno. Al parecer era un guardia de seguridad y la otra era una bruja de cabellos violetas, muy importante ella ya que se sentaba junto al Ministro y en ese momento se había quedado estática mirándolo con la boca entreabierta.

     

    -Grave error- pensó Tenebrus mientras desplegaba sus alas frente a la multitud volando y echando más fuego. Sintió sobre el nacimiento de sus alas como su jinete le hincaba la rodilla, señal de que debía controlarse un poco más…pero el no entendía de nombres ni de bandos, no significaban mucho para la potencia de sus llamas.

     

    -¡Atacaste a mi media hermana dragón loco!- escuchó la voz algo descontrolada de la joven mientras con un movimiento de su cuerpo lo instaba a no atacar a todos los que allí se encontraban…pero no era fácil ser controlado en ese mar de sensaciones que el hébrido sentía, hacía demasiado tiempo que no plasmaba su agresividad, sentía la plena necesidad de hacerlo.

     

    Luego se paró en sus dos patas traseras mientras observaba el caos reinante y divisó un boquete, una salida. Algunos estaban intentando escapar y no les daría esa oportunidad. Tomó aire inflando su pecho y lanzó más fuego, destruyendo ya por completo el lugar, alcanzando a algunos de los presentes, carbonizando por completo a una araña que se encontraba en el lugar.

     

    La salida que habían abierto se hallaba ahora obstruida, mientras el gran animal se alzaba a lo alto una vez más enardecido, ensombreciéndolo con su gran porte.

     

     

  21. Había estado un tiempo sedado, de eso se daba cuenta…pero estaba seguro de que la persona que lo había curado durante todo este tiempo, la que lo había visitado y la que se había ganado su plena confianza estaría cerca. Le había prometido nunca jamás encerrarlo y le creía fervientemente.

     

    Eso pensaba cuando una pálida mano abrió la puerta del carruaje que hacía de transporte y su negra cabellera relució ante sus ojos y el animal bufó por unos segundos intentando agitar sus alas. La chica se le acercó y lo miró a los ojos tranquilizándolo para después luego ataviarse de una manera extraña, con una capucha y una máscara…aparte del traje de piel de dragón que usaría para protegerse.

     

    -A volar Tenebrus- le ordenó mientras montaba en su lomo y el animal salió de la embarcación desplegando toda la amplitud de sus alas. Era una bestia magnífica, un hébrido negro de nueve metros de longitud con escamas rugosas, brillantes ojos púrpura y una cresta baja pero de puntas agudas a lo largo del lomo. La cola acababa en una púa con forma de flecha y sus alas eran semejantes a la de los murciélagos.

     

    Necesitaba el espacio que le era vital, rápidamente despegó para dirigirse hacia el estadio que estaba lleno de gente. Durante estos meses de exilio había vivido tranquilo, solo con un gran lugar en lo más alto de las montañas de Ottery sin cruzarse más que con la humana que ahora lo guiaba, cazando ciervos y vacas, estando en completa libertad.

     

    Comenzó a dibujar círculos sobre la multitud que gritaba horrorizada y se apoyó en lo más alto, sobre una de las pantallas mágicas calvando sus garras, destrozándola rápidamente bajo sus miles de toneladas. Su gruesa piel repelía los hechizos, ninguno lograba tocarlo, no podrían doblegarlo con ningún tipo de magia, sólo la fuerza bruta contaría.

     

    Clavó sus ojos en la multitud exaltada y titubeó. ¿Realmente debía hacer esto? Tan sólo pensarlo sintió un empujón de una de las piernas de su protectora y supo que la respuesta era sí. Se irguió poderoso mostrando sus dientes y abriendo sus alas y se lanzó sobre uno de los palcos menores respirando fuego, quemando a cada persona, cosa o lugar que se interpusiera.

     

    Las gradas estallaron presas de las llamas, los magos y brujas gritaban llenos de terror, intentaban escapar pero él no les daría ese gusto. Se dirigió como una tromba hacia la boletería mientras escuchaba los gritos de su jinete, gritos de batalla, suponía, gritos que le infundían un sentimiento de lucha y unas ganas de seguir con la destrucción.

     

    En ese mismo instante la boletería del lugar fue un infierno. La salida se obstruyó por la caída del techo provisorio y ya nadie podría salir, el hébrido lanzaba llamaradas que alcanzaban los diez metros, cada vez más ansioso. Sintió que su cola volteó a unas cuantas personas, haciéndolas volar hacia arriba para luego caer desplomadas al suelo. Muertas.

     

    -Al palco VIP, Tenebrus- pudo escuchar con claridad la orden aún en el caos total y alzó sus alas emitiendo un bramido ensordecedor, dirigiéndose a la cabina más alta de todas.

     

     

  22. Soy Buena y no me da tiempo a cambiar de cuenta xD a ver

     

    A la chica de Raven, Sagis, que lo postee en el topic de equipos, que sino me pierdo. (no lo a hecho aún)

     

    A phineas... supongo que los HHH son los HCT (xD) y no me han dicho de la baja de nadie en ese equipo. Si me la dice el capitan le meto.

     

    Mack sobre el excel te dije en el topic de la prueba... Y lo de Ro, pues me importa más saber porque se va quien se va del equipo, me da mala espina que echen a la gente por peleas. Si es todo legal la pueden meter, pero lo tienen que postear en equipos.

     

    Luego meto a la de gry en su lista Sagis :P

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