Zero Kiryü

mis maestros me entregaron un pergamino describiendo mis primeras tareas, después mi maestro Lacrimosa procedió a asignarnos a cada uno la casa a la que perteneceríamos: Mi casa asignada fué la de centauros de blodwyn.

La lluvia comenzaba a mostrar más intensidad cubriendo mi rostro con mi empapada cabellera negra, entonces rápidamente me dirigí hacia los pasillos de la academia atrevesando aquel inmenso bosque dispuesto a encontrar mi nueva casa...

Me encontraba muy feliz, como si fuese un niño en una gran juguetería, volteaba a todos lados admirado de todo lo que estaba alrededor, no perdía ni un detalle; Después de varias vueltas a la enorme academia y preguntar a mucha gente logré llegar a mi casa asignada... Había muchísima gente, la mayoría muy bien vestida y con cierto porte de elegancia, volteé a verme a mí mismo: Mis tennis muggles, converse, estaban ya desgastados y mis pantolones de mazclilla semi rotos de las rodillas. Supuse que mi vestimenta no entonaba muy bien en ese cuadro, asi que no pude evitar sonrojarme un poco avergonzado de mis fachas. Seguí mi recorrido un rato más, hasta que, entre toda la multitud, encontré a mi compañera de clase Oriana, quien lucía igual de confundida pero emocionada que yo...

Me dirigí rápidamente hacia ella antes de que la perdiera de vista:

-¡Hola! no sé si me recuerdes, soy tu compañero de clases, Zero, es un placer estar contigo en la misma casa, quizá querrías ir a conocer la sala común junto conmigo, o si es que ya la conoces podrías darme un tour ¿qué te parece?- extendí mi brazo por caballerosidad esperando su respuesta...