El Barón Sanguinario

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La Casa Slytherin está caracterizada principalmente por la ambición y la astucia. Fue fundada por el mago Salazar Slytherin. La Sala Común de esta casa está situada en las mazmorras, pasando por un serie de numerosos pasillos subterráneos.

Posiblemente se accede a ellos a través del Vestíbulo de Hogwarts . Específicamente se encuentra debajo del Lago Negro, haciendo que la sala común sea fría y con una tonalidad verdosa, ya que hay ventanas que dan a las aguas.

Se accede por una puerta altamente disimulada en un muro de piedra, diciendo una contraseña requerida. La única conocida es "Sangre Pura". El animal representativo es la serpiente, sus colores son verde y plateado y el elemento es el agua asociada con la astucia y frialdad.

¡Saludos, alumnos de Slytherin!

 

¿Cuántos de vosotros no os habéis imaginado luciendo una túnica verde con el escudo de nuestra casa en el pecho montados sobre una escoba para jugar un partido de quidditch? ¿Quién no ha soñado con levantar la Copa de las Casas ante todo Hogwarts proclamando a Slytherin como el campeón? ¿Nunca os habéis imaginado como estrellas de quidditch?

 

Hoy os traemos la oportunidad de cumplir todas estas cosas: podréis hacerlo en el Torneo de las Casas patrocinado por el colegio Mahoutokoro.

 

¿En qué consistirá? En este topic os explicamos bien cómo se desarrollará y qué debéis hacer para triunfar en el deporte mágico por excelencia, destacando por encima del resto de jugadores y llevando a nuestra querida casa de Slytherin a la cima de la competición.

 

¿Que queréis inscribiros? Pues no os hago esperar más, jóvenes slytherins, sólo tenéis que rellenar esta ficha:

 

• Nick:
• ID:
• Link a tu ficha de personaje (si no la tienes, ya la postearás más tarde cuando la tengas):
• Link a tu bóveda (si no la tienes, ya la postearás más tarde cuando la tengas):
• ¿Por qué quieres ser parte del equipo de Slytherin?:
• Posición en la que te gustaría jugar:

 

Eran suficientes desafinaciones por un día.

 

-Ya, deténganse...

 

El Barón se dispuso a atravesar la mesa nuevamente hasta colocarse frente a los alumnos. De inmediato todos apagaron sus voces. El fantasma se les quedó mirando, con rostro de disgusto. No estaba acostumbrado al alboroto, y eso le molestaba.

 

-Tal como debía suceder, hemos vencido Slytherins.

 

Una pequeña mueca hizo ladear sus labios, de forma casi imperceptible.

 

-No esperaba menos de ustedes. -Volvió a flotar por encima de las cabezas.- Ahora limpien el desorden que han ocasionado.

Cuando arrancó la guerra de comida, el Barón, asqueado, se hizo a un lado flotando por encima de las cabezas de los presentes. Un trozo de pan atravezó su vientre y eso lo hizo rabiar, sin embargo se mantuvo alejado, mientras observaba a los alumnos divertirse con los trozos de comida.

 

-Demasiados niños...

 

Bufó para sus adentros, y ya harto de notar tanto descontrol en la mesa de su honorable casa, se acercó para darles las indicaciones del próximo reto. Sabía muy bien que estaba en la sangre de cada uno de los Slytherin ser vencedores.

 

-¡Dejen de jugar como niños pequeños! Debemos demostrar que somos los mejores y para ello, tienen que montar un karaoke. Deberán cantar canciones que tengan en sus letras nombres de ciudades de todo el mundo. Si nuestra casa obtiene el mayor número de canciones válidas, obtendremos la victoria y dejaremos a los sucios Gryffindor debajo de nuestra suela.

 

Le dirigió una mirada gélida a todos los presentes.

 

-¿Entendido?

 

 

OFF: mediante rol, debeís cantar, en el plazo de una hora, a partir de la publicación de este posteo, canciones reales/existentes que contengan en su letra nombres de ciudades. Vale cualquier ciudad del mundo. Pero debe llevar alguna. Un rol por canción.

Si el Barón Sanguinario permaneciera con vida, de seguro aquellas pesadas cadenas que le cuelgan rechinaran de la forma más terrorífica que se puede imaginar. Si a eso se le suma las manchas de sangre que cubren su "cuerpo" definitivamente se puede afirmar que es el más fantasma que más miedo causa.

 

En silencio, tal cual suele hacerlo la mayor parte de las veces, se acercó a la mesa en donde los Slytherin se encontraban y se dispuso a dar el mensaje que le encargaron reproducir. Él no era un fantasma normal, pocas personas lo habían escuchado hablar y eso seguiría de igual forma durante mucho tiempo. Con una fría mirada, obligó a Peeves a lanzar los pequeños papeles que antes le ordenó realizar. Ahí, con una letra un tanto irregular, se encontraba la orden mediante la cual podían pasar la prueba.

 

Todos ustedes, descendientes de alguna forma de Slytherin, deben demostrar que somos los mejores. En fin, debemos derrotar a esos Gryffindor que desde todo el ajetreo de el Elegido están como que muy arriba de donde deberían estar. Demuestren así, que ustedes son los más sociales en esta ridícula reunión

 

Off: a partir de este mensaje, debéis recolectar el mayor número de respuestas/posteos de alumnos de la casa, en rol durante una 1 hora. Todos los posteos que no incumplan las reglas del foro se tomará como válidos, siempre que sean on rol.

*El cuerpo traslúcido del fantasma flotaba de un lado a otro de la mesa, esperando a que llegaran los invitados. Su aspecto terrorífico y ensangrentado llamaba la atención de cada alumno que pasaba por su lado para dirigirse hacia las otras mesas. Sus labios ni se mosqueaban, duros como una roca con un gesto serio y la mirada punzante. Pasó por al lado de Goshi, que ya se encontraba allí sentada, con mirada de desaprobación*

-Siempre bebiendo, Black...

*Una sonrisa se le dibujó en el rostro al notar llegar a la prestigiosa figura de Ainé Malfoy. Se acercó, inclinándose en un gesto de cortesía, para saludar luego con desprecio a Isaac Macnair, también recién llegado*

-Siempre tan maleducado y osado, Macnair.

*Su cuerpo atravesó la mesa, llevándose por delante los platos que albergaba sin problema alguno y sonrió acercando su rostro lo más que pudo a Isaac*

-Hasta diría que pareces alardear con tu valentía como un Gryffindor.

*Giró sobre sí y se alejó de ellos, flotando en dirección a los Crouch*

-Repugnante... ¿Cómo le va señorita Taurogirl, señor Crouchs? Me halagan con su presencia.

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El Gran Salón Comedor de Hogwarts lucía espléndido en aquella ocasión. En la entrada del mismo habían colocado dos enormes árboles de navidad ornamentados con coloridas esferas de cristal talladas con filigranas doradas, coronados en su punta por hermosas estrellas que brillaban como el oro con la luz de las antorchas. Las puertas se hallaban abiertas de par en par, dando la bienvenida a sus invitados.

Era inevitable no fijar la vista en el techo del comedor, allí estaban suspendidos brillantes cristales con formas de copos de nieve, cada uno diferente al anterior, junto con partículas de purpurina plateada y dorada en suspensión . La iluminación era cálida y acogedora. Y cada cierto intervalo de tiempo, unos cascabeles tintineaban por toda la estancia, como si los renos de Santa estuviesen correteando por allí.

La mesa de Slytherin estaba situada en el extremo izquierdo del Salón, junto a la pared. Habían dispuesto una gran mesa alargada de madera maciza, cubierta con un mantel blanco nieve con distintos bordados de serpientes. Se habían sustituído los habituales bancos de madera por cómodas sillas, las cuales estaban tapizadas con tela en tonos verde bosque. La vajilla y la cubertería era de color verde y detalles en plateado.

Delante de los platos habían dispuesto unas tarjetas que recordaban las palabras que el Sombrero Seleccionador había dicho una vez, cuando el niño que vivió entró a Hogwarts. Aquellas palabras definían a la perfección el espíritu de la Casa de Salazar Slytherin. En aquellas tarjetas rezaba la siguiente inscripción:

«O tal vez en Slytherin
Harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
Para lograr sus fines.»

Los centros de mesa eran unas figuras de unas serpientes, en miniatura, que siseaban y mostraban su lengua viperina. Estaban sobre una plataforma circular, que se alzaba unos pocos centímetros sobre la mesa, en el centro de la plataforma se alzaba un alambre con una pinza en la punta que sostenía el Menú que degustarían aquella velada. Las pequeñas serpientes se movían por arte de magia, de pronto se desplazaban por la plataforma, miraban a los presentes con altivez, como siseaban amenazantes o se erguían sobre sí mismas de forma majestuosa.

El Barón Sanguinario se alzaba sobre su mesa, callado, observándolo todo. Tenía un aspecto terrorífico y la sangre que teñía su ropa aumentaba aquella sensación. Él había matado a Helena Ravenclaw y después se suicidó. Ahora aquellas manchas de sangre que lo salpicaban por completo, mezcla de Helena y suya, le perseguirían por toda la eternidad, recordándole el crimen que había cometido.

Una lechuza blanca apareció tras el ascensor que al abrirse indicó con voz fuerte y clara:

 

 

Tras un pequeño ululeo, Noctua, la lechuza personal del patriarca de los Black Lestrange, comenzó a dar saltos hasta la recepción de aquel Departamento para dejar allí el pergamino que traía para Gyvraine:

 

A quién corresponda:

 

Mediante la presente, comunico que he adelantado mi visita a Ottery y así asistir a la boda de mi amigo personal, el Ministro de Magia, Crazy Malfoy.

Actualmente me encuentro en la Mansión Black Lestrange descansando del viaje y en cuanto sea necesario me dirigiré hasta sus dependencias para certificar los documentos que consideren necesarios.

 

Atte.

Immanuel Krum

Director de Durmstrang

 

Una vez que la lechuza cumplió con su objetivo, salió por donde mismo había entrado y se perdió por entre los pasillos para volver a la mansión de su amo.