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Luna Von Monpé

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Mensajes publicados por Luna Von Monpé

  1. Le comentaba a mi seba que no había problemas que lo de Carolina estaba sobre marcha y en perfecto tramite, intentaba permanecer calmada pero aun me encontraba muy alterada por lo que había pasado en terreno, pero lo cierto era que me había gustado mucho salir con él y matt aunque el desenlace no me había cuadrado en nada.

     

     

    Después de despedirme de mi marido con un suave beso comencé a preparar el reporte y un aborto mezclado con gritos me dejaron helado a lo lejos pude ver a mi Seba que se quedaba paralizado y yo a mi vez al ver aquella pequeña figura que se acercaba hacia él en medio de un chillido que me ponía la piel de gallina.

     

     

    De pronto la pequeña figura salió en estampida de aquel lugar no sin antes haber dejado a mi seba en estado rígido, y a mí en un punto de letargo del cual no podía reaccionar, vi como se llevaban a Seba rumbo a San Mungo y justo ahí reaccione. Camine hacia mi cubículo y rápidamente garabateé un informe agregando a él las fotografías tomadas en los locales que habíamos visitado, tallando mi frente lentamente me dirigí a donde Sophie sin poder dejar de pensar que apenas tenía poco que había recuperado a Seba y ya lo perdía de nuevo.

     

    -No puede ser… por Merlín… que… que hago….- Toque despacio hacia la puerta de la jefa esperando alguna orden.

     

    Off::

    Por motivos de causa de fuerza mayor Seba permanecerá ausente por algún tiempo.. me pidió dejara esto:

    Confesionario de las lamentaciones

    Seba

    1,2,3,4

    Luna:

    1,2

     

    Taberna de la tía.

    Luna

    1

    Seba

    1, un saludo.

  2. Sonreí negando al ver como se acercaba a tomar mi chaqueta, sabía bien que algo le pasaba sus ojos me lo decían pero seguro no quería hablar de ello en el trabajo, ya me haría un tiempo y lugar para poder hablar con él cómo Merlín mandaba. Pasé mi brazo por el de mi Seba para caminar fuera del departamento.

     

    -Bueno me alegra saber que se encuentra bien pero ahora que lo pienso Matt se ve bastante mal, amor. Y tú también no te hagas pato-

     

    Le sonreí viéndolo a los ojos diciéndole que a mí no me hacia tonta, además creía saber por dónde iba lo que le pasaba. Sin poderlo evitar talle mis ojos, tal parecía la alergia había regresado y mis lentes se habían quedado en casa. Más valía que no diera muestras de que me ardían sino me regañaría.

     

    -Oye jefe, tenemos otros asuntos legales que arreglar eh no lo olvides..- Lo vi a los ojos y pude percatarme que en los de él había bastante rojo suspiré. Aun no era tiempo para que volviera a trabajar pero no me había hecho caso. Dije no con la cabeza mientras ingresaba en el elevador para salir del ministerio y después rumbo a nuestra primera desaparición.

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  3. Me encontraba a punto de comenzar con una carta dirigida a mi jefe inmediato, y otra para la jefa del departamento en sí. No estaba muy segura pero había visto a mi marido un poco cabizbajo los días anteriores en casa y tenía una leve idea de lo que pasaría en el trabajo, tal vez no me hubo dicho nada directamente pero Nana, nuestra elfina, me hubiese comentado una serie de charlas que mi marido había mantenido solo en la mansión.

     

    Una suave voz muy conocida hizo que mas perdiera el color de mi morena tez pues no quería se percatara de mis intenciones hasta yo estar seguras de las de él.

     

    -Hola amor,- vi pasar a Matt bastante apurado seguro se trataba a algo referente a Sagitas. –Pues tengo un ratito, no mucho realmente…- Lo vi detenidamente, y pude percatarme de un leve rubor sobre sus mejillas, aquel que le salía cuando se encontraba apenado pero no entendía el porqué.

     

    -Si voy- de un rápido movimiento levante mi humanidad de la silla en la que me encontraba y me cole a su lado sonriéndole, preguntando sin voz solo con mi mirada si es que se encontraba bien. Esperaba pudiera entenderme.

    -Oye es referente a Sagitas a donde vamos?- pregunté algo angustiada pues esperaba mi amiga estuviera mejor.

  4. Estaba tomando la bebida que me regalaba Matt y cuando estaba por pedirle que fuera parte de la vida de nuestra pequeña, explicarle a mas como es que la pequeña Carolina llegara a nuestra vida no siendo hija natural de Seba y mía la voz de mi abogada y amiga llego hasta mis oídos.

     

    Hasta donde tenía entendido Sagitas y Matt eran familia así que me salí lo antes posible se le veía afectada a mi amiga pero no quería interferir debido a la forma en que me lo había pedido Matt.

     

    -Tranquila Sagi,- en un impulso la abrace antes de salir-Permiso, espero que todo se solucione-

     

    Cerrando tras de mi dejándoles espacio e intimidad me dirigí a mi lugar de trabajo una vez más, dejando la bebida que me había dado Matt, por un momento sentí unas enormes ganas de vomitar, los nervios y esas sensación tan fea habían regresado a mí de golpe. Llevando una mano a mi cabello castaño lo apare de mi frete, se notaba con algo de fiebre

     

    -No, ahora no…-

     

    Me dejé caer en la silla mullida tras de mi escritorio, esperaba aquella sensación me dejara pronto tenía un muy mal presentimiento ya que al ver mis brazos morenos habían perdido dramáticamente su color.

     

     

    Off;

    Matt lo siento muchísimo el trabajo muggle me comió viva y no podía volver a mi mundo real, un saludo a todos, Sagi un besote.

    Seba, te quiero

  5. Seguí sonriendo a Matt hasta su lugar de trabajo luego antes siquiera de que me lo ofreciera ya estaba sentada en una de las sillas que tenía frente a su escritorio; este chico tenía algo que me agradaba mucho, tal vez se debía a que era de los pocos que habían sido buenos conmigo.

     

    -Tendrás alguna gaseosa o algún dulce?- Pregunté más animada después de que me ofreciera algo de beber y escuchara que me consideraba su amiga.

     

    -Las cosas van mejor la verdad, pues ya lo debes haber visto, Seba regreso a trabaja hace poco yo demore un poco mas lo cierto es que hay una sorpresa en camino… Bueno sorpresa para todos los demás que son allegadas a nosotros, eso te incluye-

    Lo vi un momento en silencio y luego sonreí algo apenada. Aun no comentaba nada mi marido de la idea que tenia relacionada a con Matt y Reena per esperaba que me apoyara.

     

    -Junto con Seba voy a ser madre Matt.- Suponía que en todo ese caos que reinaba fuera y dentro de la oficina una noticia como aquella, que yo consideraba buena, no sería mala idea

  6. El día transcurría lentamente y por mi parte no tenía ganas de nada. Si lo pensaba bien lo que más quería era la cama pero debería de estar atenta por si en cualquier momento nos llamaban a alguna misión. Apoye una vez más mi frente sobre la fría madera del escritorio mientras jugaba con el dobladillo de mis jeans.

     

    -Debo regresar pronto a ese lugar… ya me da pena venir solo como aprendiz….-

     

    Suspire sin poderlo evitar, la verdad era que no sabía si quería volver, pero debía pensar en mi marido y que yo tenía un compromiso con él como mi jefe, además de que también tenía un compromiso con el cuartel y lo cierto era que no podía defenderme mucho en la situación en la que me encontraba.

     

    El ruido en la oficina iba aumentando y justo cuando levantaba la mirada del escritorio vi pasar a Matt rumbo a su puesto de trabajo, me levante rápidamente de la mullida silla y salí corriendo tras de él.

     

    -Ey!!! Matt!- sonreí al verlo y no pude contener la alegría de verlo, me acerque conteniendo un abrazo, no me cabía duda cada que lo veía me recordaba marchosísimo a un primo. Le vi con mucho afecto y sin siquiera esperármelo hice una reverencia en agradecimiento.

     

    -No había tenido la oportunidad de agradecerte Matt, gracias por el apoyo prestado-

  7. -Me lleva.... como me fui quedar dormida no lo puedo creer...-

     

    Me encontraba refunfuñando a la espera de uno de los ascensores que me llevarían a la planta de aurores.

     

     

    -Mas encima como no me despertó... ah pero que niño este... hay! no me empu...-

     

    Mi queja había quedado ahogada al momento que un marea de magos y brujas entraban en el estrecho elevador. Con un suave suspiro apoye la frente en la fría estructura.

     

     

    -Vaya inicio de jornada-

     

     

    La voz que nos decía en que planta nos encontrábamos dio mi. Destino y tras una fuerte "lucha" logre salir enterita de aquella apretujadera.

     

     

    Ante mí, una puerta lucia con pulcra caligrafía "Cuartel Auror" solo entonces había recordado algo.

     

     

    Mi mano izquierda fue la causante de dar el castigo a mi frente en forma de zape. -Olvide que debía regresar a la cademia...-

     

    Abriendo la puerta lo más despacio que pude para no ocasionar ruido alguno me cole en el departamento intentando llegar lo más pronto posible a mi cubículo agradeciendo mentalmente haberme puesto zapatillas deportivas y no altas e intentando no ser interceptada por la jefa mayor mi jefe inmediato.

  8. Acompañada de Matt y tras la mirada interrogante de nuestra jefa entré a su despacho. En poas palabras y a grandes rasgos mi amigo explico lo que había pasado a Seba mientras yo intentaba recuperar un poco la compostura. Trate de sentarme derecha y dejar de temblar, esperaba que mis esfuerzos fueran buenos al cubrir lo que realmente pasaba por mi interior.

     

    -Jefa, Seba aun no se encontraba en condiciones de volver al trabajo. No sé si recuerde que hasta hace poco hubo una epidemia en San Mungo... Tengo la impresión de que es ahí donde Seba a enfermado jefa, mas es un terco… no permite… no quiere… a nadie del sanatorio… cerca de él-

     

    Poco a poco perdí la compostura que había reunido, jalando un poco de aire pude comprender que la época de inmadurez llegaba a su culminación en mi vida, era tiempo de tomar al “toro por los cuernos”.

     

    -Shopie, disculpa que te pida esto en un momento tan complicado para la oficina por falta de personal, pero me gustaría pedir un permiso tanto para Seba como para mí- era la primera vez que le hablaba de “tu” esperaba que no le fuera molesto mi familiarísimo. –Dado que se rehúsa a asistir al sanatorio me gustaría quedar en la mansión a cuidarle. Pido un poco más de tiempo para volver a la academia…-

     

    Entre el asunto de la adopción y lo mal que se había puesto seba no quedaba mucho de mi atención para las clases. Sin darme cuenta comencé a rascar la herida que tenía en el brazo, hacia poco tiempo había sanado, eso de los nervios era fatal para mis brazos ya que sin darme cuenta rascaba una y otra vez sobre el mismo punto hasta producir una herida.

  9. Me encontraba tan perdida en mis pensamientos que aunque fue suave el toque que ya daba sobre mi hombro había sido suficiente para que pegara un salto y respingos asustados

     

     

    -Matt! Eres tu!- intentaba recuperar la postura pero mis piernas reflejaban los nervios que ya hacían en todo mi ser. -esto... Seba...mi negro...- no pude decir mas

     

     

    Mis ojos se aguaban cada vez mas y la presión que surgía en mi pecho se acumulaba en mi garganta sin dejar salir sonido alguno hasta que no pude soportarlo mas, deje escapar un ahogado sollozo a la vez que las palabras salían de golpe tratando de explicar a Matt que era lo que pasaba

     

     

    -ah caído de nuevo en ese estado... No eh podido ayudarlo... Me siento una inútil, si tan solo me dejara llevarlo a sanmungo tal vez nos dirían a que se debe esa condición pero no me deja!- 

  10. -Jajaja claro que no le permitiremos darle esas papillas de mal gusto pero si son por su bien creo que deberé de comerlas hasta yo para que la pequeña nos haga caso, no crees?-

     

    No podía dejar de sonreír al ver aquellos ojos tan picaros y el coqueteo que mi marido realizaba a puerta cerrada, me daba un poco de vergüenza que nos fueran a encontrar así, pero tomando en cuenta que no había trabajo me deje llevar por el mientras besaba con amor sus carnosos labios.

     

    -Pues tendré que regresar aunque no me agrada mucho la idea, solo algo bueno puede salir de eso y es que por fin pida mi licencia no?- pronunciaba perdida en sus inmensos ojos cuando todo cambio demasiado rápido.

     

    Aquellos ojos que segundos antes ardían y brillaban intensamente se apagaron en la fracción de un segundo, su piel morena tostada al sol blanqueo al acto mientras se desvanecía en mis brazos, perdiendo toda fuerza de aquel corpulento cuerpo.

     

    -Seba, amor… Seba- Busqué ansiosa algún rastro de conciencia en su mirar pero era inútil, se encontraba perdido en aquel limbo del cual no podía rescatarlo.

     

    Con algo de trabajo lo recosté sobre el diván que ya hacía en su despacho mientras acariciaba despacio su frente y mejilla –Cálmate Luna no entres en pánico, es tu turno de ser fuerte..- inhalando profundo pronuncié el nombre de Eros, en cuestión de minutos tocaban a la puerta.

     

    -Eros, eres tú?-

     

    -Así es ama; ¿para que necesita al pequeño elfo?-

     

    Le escuchaba renegar al otro lado de la puerta pero no me importaba necesitaba de su fuerza, Dash seguro no sabría que hacer y Nana, bueno Nana me regañaría. –Pasa Eros- al momento que el elfo penetro en aquella habitación dejo sus refunfuños al instante esperando mis órdenes.

     

    -Lleva al amo a la casa, con mucho cuidado Eros. Preparen los remedios que ya le había dado anteriormente, no le dejen solo en ningún momento si algo llega a pasar manda inmediatamente a Nana a darme salto y seña de lo que ha pasado. Quedas a cargo en tanto llegue a la mansión-

     

    Asintiendo con su calva cabeza obedeció mis órdenes sin chistar una vez y tras tronar sus largos dedos Seba comenzó a flotar y ser guiado por la magia del elfo fuera del departamento y posteriormente fuera del ministerio. En menos de lo que podía pensar ya estarían en casa según mis deseos.

     

    -Merlín…- tallando lentamente mi frente con los dedos índice, medio y anular izquierdos me dirigí a la oficina de la jefa. -¿Cómo puedo ayudarlo si no quiere ir a sanmungo?

     

    Parecía haber movimiento en la oficina de la jefa y eso me puso un tanto nerviosa al no poder partir inmediatamente a la Haugran en busca de cómo ayudar a Seba. Sabía que era irrespetuoso pero toque levemente a la puerta de la líder de la oficina.

  11. Bueno aqui pasando a dejar mi apoyo a aime y pau, chicas las mejroes de las suertes, no se que mas decirles mas que las mejores vibras del mundo y que pues ya las dejo aun tengo porblemas que atender a lo muggle, mmmm pues lo que dijo el chico de arriba me siento en los comerciales pero los de "ponte la verde" hagan caso a lo de las frutas y verduras, suerte Aime y pau

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  12. No pude evitar sonreír sobre manera en cuanto mi marido menciono la palabra “compras” era un poco trillado que me emocionará con eso pero no eran compras comunes y corrientes se trataban de las cosas para nuestra niña. Delicadamente acaricie su mejilla y bese su frente.

     

    -Lo de las escaleras te encargas tu, creo que a i no me quedarían muy bien, además aun debemos hablar con Nana y los otros dos amor a ver como toman las cosas. Solo espero que a nana no se le ocurra comenzar a preparar papillas de mal sabor.-

     

    Un suave rasgueo sobre la puerta me llamo la atención, levante mi humanidad de la pierna de mi marido no sin antes besar su frente muchas veces. Abrí la puerta y un rápido avioncito de papel entro en busca de mi marido. Por un momento había olvidado que estábamos en el trabajo.

     

    Apoyando levemente mi peso sobre el marco de la puerta; esperaba alguna mención del memo que habían mandado a mi jefemarido. Ciertamente esperaba que no fuera trabajo, estaba consciente de que no me había presentado en mucho tiempo pero tenía pocas ganas de salir.

  13. Vi como bajaba despacio su cabecita y sentí mucha pena por regañarlo pero no podía permitir que decayera, no después de haberlo visto tan mal como hacía semanas. Con un delicado movimiento elevé su rostro para que me viera a los ojos –Solo cuídate por favor, no te exijas demasiado, sabes que aun estas convaleciente.

     

    Acariciaba despacio su barba mientras le daba besitos en la nariz y esos pucheros que me hacía, seguro que nadie creería que de aquel tamaño de hombre salieran pucheros tan hermosos como los que me hacía cada que se sentía regañado.

     

    -Has tomado algo dulce en todo este rato tal vez tuviste un bajón,- me apoyaba en su mano que me serbia de respaldo y acariciaba despacio su mano que rodeaban mis piernas. -Oye por cierto, no me sorprendería que te mandaran hablar de la firma de abogados para que fueras a firmar o algo por el estilo, así que por favor estate preparado, si? En cuanto a si les causara efectos secundarios espero que no, en cuanto a Ariel, pues mejorara su salud.

     

    Guardé silencio un momento pensando en todo aquello, -Según me dijo sagitas, ah! Ahora que recuerdo, Sagitas llevara el caso junto con el esposo de Reena y su cuñada, y otra chica pero no recuerdo donde la eh visto amor…

     

    Mmm ah sí; según me comento Sagitas, Ariel sufre de una enfermedad que al estar cerca de seres mágicos o actividad mágica su salud mengua, así que si la pequeña Carolina pasa a ser nuestra su saludo mejorara rápidamente, pero aun me queda la duda de que si existe algún objeto mágico cerca de Ariel y por eso no mejora ni aun en el hospital lejos de la bebe.-

     

    Mientras hablaba me había perdido en el mar profundo que eran sus ojos cuando recordé un pendiente que aun teníamos, -Oye amor que pasará con la casa? Recuerda que aun no hemos preparado las cosas para la pequeña– lo vi fija,ente a los ojos, sabía que me adelantaba mucho pero yo ya sentía mía a la bebe y quería que tuviera un lugar agradable para vivir.

  14. Besaba lentamente sus carnosos labios mientras con cuidado acariciaba su mejilla izquierda. El estar en sus brazos me hacía sentir tranquila pero sobre todo segura. Me separé despacio para poder darle unos suaves pikitos mientras lo veía los ojos.-No sabes si la chica que esta por Emma se va a quedar mucho tiempo?, jaja yo soy puntal eeeeeh nada de que no lo soy, aunque si debo avisarle a ella de mis ausencias? No podre avisarte a ti solamente?-

     

    Lentamente me acomode sobre su pierna intentando no cargar todo mi peso sobre él, le platicaría lo necesario del caso de adopción pero aun tenia que retarle un poco.

     

    -Con respecto a la pequeña carolina parece ser que se hará una modificación de memoria en donde ella acepta ser la madre sustituta de nuestra hija, asi no habrá problemas con eso, aunque será difícil si no le borraran o modificaran la memoria, aunque si lo piensas con respecto a Carolina si algún dia crece seria una buena salida a la pregunta de porque ella es tan blanca y nosotros tan morenos, no crees?-

     

    Suspiré viéndolo a los ojos , mi tono de voz se puso bastante serio pero no dejaba de verlo fijamente a los ojos. –Ahora bien señor Monpé, me puede decir porque vino a trabajar si aun no se sentía bien?, mira que el pobre de Dash pago las consecuencias de quererme ocultar la verdad de a donde se había desaparecido con tu medicamento.-

     

    Guardé silencio esperando una respuesta. Sabia que aun no se terminaba de recuperar de la caída de salud que había tenido hasta hace poco.

  15. El calor de su mano en mi cintura me hacia estremecer mientras me perdía en ese mar profundo que eran sus ojos, sonreí aun mas mientras me guiñaba el ojo; no cabía duda aun siendo casado era todo un coqueto.

     

     

    -Me alegra amor, al menos has descansado un poco- buscaba su mano mientras me invitaba a su despacho pero recordaba que estábamos en el trabajo así que debía comportarme. –Nuevas reglas? Oye hablando de eso, la señorita que está entrando en el lugar de Emma… quién es?. La jefa nos puso nuevas reglas amor?-

     

     

    Sonreí caminando hacia su despacho –Pues con respecto a la pequeña Carolina ya tenemos una historia y parece que nos irá bien amor en cuanto a los tramites creo que tendrás que escapar en algún momento eh, digo para firmar papeles y eso-

     

     

    Al pasar por el escritorio vi que la fotografía de los dos estaba tan limpia aunque sobre el escritorio había una cápita de polvo que demostraba mi ausencia, no pude evitar sonrojarme.

  16. La puerta del despacho de seba estaba abierta, seña de que no se encontraba ahí, pero ¿Dónde era que se había metido ese hombre? De la nada mi corazón comenzó a latir aun con más fuerza de lo que normalmente debería de hacerlo, cuando su susurro me asalto por la espalda mi corazón dejo de latir y una sonrisa se apodero de mis labios.

     

    -Pues vengo buscando a mi jefe, ¿lo habrá visto?- giré para quedar de frente a mi seba –Es más o menos de su altura, del mismo tono de piel y unos ojos azules exactos a los suyos, además de que de que es mi esposo.

     

    Sonreía la ver sus enormes labios, debía de comportarme, estábamos en el trabajo. –Como le ha ido el día de hoy jefe? Cree que sea posible hablar un poco del tema de Carolina? O hay que ir a alguna misión o algo así?-

     

    Me aproximé para darle un rápido beso en los labios antes de que alguien nos viera. –Es una alegría ver que aun no despachan mis cosas del departamento, pensé que ya no las encontraría-

  17. Regresaba de un día bastante complicado en donde los abogados y aun seguía pensando si mi decisión había sido la correcta. Mis pasos fueron rutinarios hasta llevarme a las puertas que me darían el acceso hacia el ministerio de magia. Cuando caía a la cuenta ya formaba la fila con algunas otras trabajadoras del ministerio para entrar por los conocidos baños muggles, no pude evitar torcer la boca pues no quería meter los pies ahí pero ya era mi turno y no quedo de otra.

     

    Jale la palanca y en menos de lo que pensé ya estaba en el atrio del trabajo, ahora el elevador que como costumbre iba abarrotado lo bueno es que nuestro departamento no quedaba muy por debajo y en menos de lo que creía ya estaba ante la puerta que rezaba “Departamento de aurores

     

    Ciertamente no esperaba ver a nadie en el lugar de Emma pero ahí se encontraba la nueva secretaria, imagine que era cosa de nuestra nueva jefa, debía asegurar que si no se unieran quedado algunas de las jefas de departamento o mi marido no habida regresado al departamento más que parar robar a Seba e ir a comer algo.

     

    -Buen día- Salude a la joven mientras ingresaba en aquel lugar al preguntarme que deseaba informé que se suponía era la aprendiza del departamento. Aunque me había ausentado bastante tiempo, esperaba que la jefa no me quisiera correr, sin duda la ausencia de mi parte había sido mas que forzada y no por decisión propia.

     

    Despidiéndome de la secretaria me aproximé a mi cubículo y un suspiro de alivio corrió de mí ser al ver que aun seguían ahí mis cosas. Busqué con la mirada a mi marido, tenía noticias que contarle.

  18. Sonreí diciendo si al comentario de mi marido de que todo estaba muy tranquilo, termine de garabatear unas firmas en los pergaminos mientras me guardaba bien la carta que me habían hecho llegar, cuando de poco llegaba a mí el sonido del estomago de Seba, seguro seguía sin comer. Negué con la cabeza sin poderlo evitar. >>¿Que piensa este hombre? que su cuerpo es a base de tés<<

     

    Me encontraba a punto de mencionar que si podíamos asistir a algún restauran cuando llego Marauder a entregar una denuncia. Asentí con un gesto de la cabeza ante su saludo y comencé a leer un libro mientras Seba se hacía cargo; un apellido conocido llego hasta mi con lo cual torcí el gesto. No pude evitar poner los ojos en blanco y preferí pasar de aquello perdiéndome en la lectura. Apenas hubo terminado con el compañero y su denuncia partimos rumbo a San Mungo…

     

     

     

    ----++++----

     

     

     

    El viaje al sanatorio había resultado poco fructífero pero la visita al hogar de Darwind me había dejado con mal sabor de boca, no estaba segura si era la desmejora en la salud de mi marido o que no habíamos podio solucionar aquello de una vez por todas; ahora debía buscar a un representante del departamento internacional de la magia.

     

    Eros me ayudo a aparecernos de nuevo a las afueras del ministerio y debido ala condición de mi Seba tuvimos que entrar por la cabina telefónica. Durante todo el trayecto hasta el cuartel Auror no dejé de hablar con Seba intentando que me hablara y así lo hacía pero no muy bien hilaba las ideas.

     

    Eros abrió la puerta del cuartel y llevaba casi todo el peso de mi marido en mi hombro; le encaminé hasta su despacho y lo recosté el un diván que había ahí. Sabía que hacia mal al no llevarle directo al sanatorio pero también que mi marido era fuerte y que no le gustaban los hospitales, y si dependía de mí, no le haría pasar por malos ratos en un lugar que odiaba tanto.

     

    Había decidido regresar al cuartel pues culpaba del mal estado de mi marido a la comida condimentada que habíamos tenido antes de ir al castillo Haughton pero no podía descartar que se tratará del virus que rondaba por San Mungo, nuestra primer parada del recorrido.

     

    -Eros quédate aquí y si Seba empeora aunque no quiera llévale inmediatamente al sanatorio-

     

     

    Salí del despacho de Seba buscando a Sophie o a Agatha incluso a Matt cualquiera que me pudiera ayudar con el caso de Darwind y de paso… con la saludo de mi marido.

     

    -Hola…- solté por primera vez desde que había llegado -Alguien que me pueda ayudar por favor… ¿Alguien ha visto a la jefa?- Después de todo no dejaba de ser solo una aprendiz.

     

     

    Off: Chicos disculpen el rol raro que deje pero tenía que poner fuera del juego a Seba, por motivos personales se ausentará un tiempo, no sé cuanto la verdad, pero les pido su comprensión…

    P.D.

    No sé si cuenten los roles que tuvimos en el San Mungo, quien me puede decir?

  19. Un tono rojizo se apodero de mis mejillas cuando acepto mi invitación de salir a pasear como novios, un suave suspiro escapaba de mi ser al momento en que me aproximaba para depositar otro beso en sus carnosos labios.

     

    -Pues si estamos solitos amor pero aunque nos trae buenos recuerdos, preferiría pololear en un lugar más… íntimo-

     

    Sonrei con sus palabras de que no le gustaba aquel lugar y menos aun el olor, estábamos en mismas circunstancias pues a mí tampoco me gustaba pero estar rodeada de aquel blanco de aquel olor y frente a ese gran hombre hacían que me sintiera cómoda.

     

    -Pues solo por el magnífico recuerdo que me trae el estar aquí y hablo de aquí en las escaleras no afuera, que no eh salido corriendo de este lugar-

     

    Le bese con mucho amor, mientras acariciaba lentamente su mejilla. El trabajo para mi en ese momento paso a ser lo último que me preocupaba.

  20. Sentí como sus grandes manos se apoderaban de mi cadera y sin poder escapar del hechizo de su voz me deje llevar viéndole aun con la misma intensidad con la que él me veía. Al ver como mordía su labio mi dedo pulgar derecho vago por él para que no se lastimara.

     

    -Su nombre? Seba Granger… el amor de mi vida….- pronuncie esto en un susurro mientras me apoderaba de su labio inferior y era yo quien le mordía para después darle un suave beso impregnado de todo el amor que sentía por el maravilloso hombre que había llegado a mi vida.

     

    Apoyando mi frente en la de él suspiré desearía que el momento durara mas pero si la jefa con la que contábamos ahora nos hacia una inspección sorpresa seguro se nos armaría la gorda. Aun teníamos que buscar a Darwind.

     

    -¿Oye podemos ir a algún lugar después del trabajo?, dese pasar el tiempo “noviando”- sonreí viéndole a los ojos.

  21. La gran lista se desplegaba frente a nosotros, suspiré al notar que me costaba leer pues aquellas letras las veía en demasía borrosas, había olvidado mis lentes en la mansión por lo cual estaba a punto de darme un zape pero la presencia de Seba me detuvo. Sabía muy bien que a mi marido eso le molestaba muchísimo que me auto reprimiera de aquella manera.

     

    Escuche las palabras que provenían de aquellos carnosos labios y no pude evitar notar que había una sonrisa al pronunciar las palabras, seguro algo cómico en el cartel había pero debido a mi vista no lo había notado.

     

    -Pues si ya sabes… andemos jajaja- ladee un poco la cabeza al escuchar su pregunta no pude evitar enarcar la ceja un poco ante tal declaración -Mira mira pues que afortunada no?-

     

    Hice como si me encontrara muy celosa y lo vi con los ojos entre cerrados para posteriormente seguir el camino escaleras arriba

     

    Pues sabe? En estas escaleras me recordaron porque era bueno vivir, me dieron un motivo para hacerlo y lo mejor de todo, descubrí que el amor que guardaba dentro de mí era correspondido-

     

    Giré sobre mis tacones para ver a mi marido que iba por un escalón bajo mío, había quedado justo a su altura y lo vi intensamente.

     

    -Quiere que le presente a esa persona jefe?-

  22. Caminaba con paso resuelto al lado de mi marido y aquellos tacones de los cuales me había hecho, de un tiempo a la fecha, fanática me permitían quedar más a la altura de mi marido. Sonreí al ver como caminaba tranquilo y con nuestras manos entrelazadas llegamos al elevador.

     

    Mientras este hacia su recorrido apoyé mi cabeza sobre el hombro de mi amado estaba preocupada por la encomienda que debíamos llevar pero si lo pensaba bien si algo nos llegaba a pasar no había mejor lugar para que así fuera, pues los sanadores nos ayudarían al momento

     

    -Lo más seguro es que si se encuentre ahí amor. De no ser así nos tocará averiguar donde vive-

     

    El viaje no fue nada malo ya me había acostumbrado a la forma de salir del ministerio y más aun a aparecerme n los brazos de mi amado. Sonreí cuando aparecimos ante San Mungo y mi marido buscaba con apuro mi mirar, acariciando lentamente su mejilla derecha le hice saber que me encontraba bien.

     

    Apenas ingresamos al plantel de salud me dio vuelco el corazón lo primero que recordé fue haber tenido que ir tras un gran susto pues me habían informado que ya hacia el cuerpo inerte de mi Seba en una de las camillas, esa sensación de miedo me a bordo de golpe con lo cual no pude más que frenar mi andar y apretar mas la morena mano de mi seba.

     

    Mientras Seba preguntaba donde se encontraba Darwind no pude menos que desviarla mirada hacia las escaleras y tan rápido como apareciera aquella sensación de angustia dio paso al recuerdo de lo que había ocurrido en aquel lugar; cuando al fin había decidido que no me importaba el que diría el resto de mis conocidos ante mi sentimiento para con el que hoy fuere mi marido y hubiera dado el que fuera nuestro primer beso.

     

    La emoción de aquel recuerdo me robo una gran sonrisa y no podía menos que ver a mi amado con gran emoción, hasta cierto punto había olvidado el cometido de nuestra encomienda.

  23. Sonreí al ver que me preparaban un té esperaba que fuera de manzanilla con leche y en efecto asi era, cuando le di el primer sorbo el delicioso liquido lleno de calor mi cuerpo. Suspire escuchando a mi marido, aun no me creía que saldríamos y más aun que yo dijera que si iba.

     

    El comentario de Matt me robo una sonrisa mientras bebía un poco del té; reí negando a su comentario y palmee despacio su hombro. Volví mi mirar almendrado a mi esposo y acepte con un movimiento de cabeza mientras dejaba la taza vacía sobre la mesita.

     

    -Pues si así estamos, cuando digas jefe-

     

    Sonreí para mi, a la vez que me ponía de pie mientras los chicos continuaban hablando y se ponían de acuerdo en como saldríamos disparados del ministerio. Una vez decidido eso salí acompañada de mi marido hacia los elevadores mientras le deseaba buen viaje a Matt.

  24. Sonreí sin poderlo evitar mientras Matt contaba todo lo que había echo en su ausencia. Dando una palmadita amigable sobre su hombro intenté trasmitir que sabia a la perfección que era eso.

     

    -Eh estado muy bien gracias a Merlin, que es lo que importa, yendo y viniendo de muggleland -

    sonreí pues justo estaba por decir lo de la pequeña cuando apareció mi marido, sonreí a un mas abiertamente

     

    - hola amor...ah nop de eso no hemos hablado-

     

    Vi con intensidad a mi marido para luego volver mi mirar a Matt que ya había comenzado a explicarme. Tomé la denuncia leyendo con avidez, un ligero fruncir se presento en mi ceño.

     

    Suspiré regresando la denuncia a mi compañero, no pude evitar pensar que en lugar de ayudar tal vez lo único que haría sería ser un lastre para el equipo aun así, para mi propio asombro, me escuché decir

     

    -y cuando partimos?-

     

    Off: chicos se que es corto pero el trabajo muggle no me deja mucho tiempo, les pido una disculpa. Un saludo y un beso

  25. Sonreí al verlo aparecer por la puerta más aun al verme reflejada en esos ojos azules casi negros y al acto dije que si iba aunque no sabía bien a donde, la verdad es que no me importaba mi confianza en mi marido iba a los limites de que sabía que no me llevaría ningún lado donde corriera peligro.

     

    Vi como volvía su mirar hacia el interior y me susurraba un te amo, sonreír aun mas –Te amo mas- susurre a la vez y sonreí al escuchar cómo me encargaba con Matt como su fuera una niña pequeña.

     

    -Ande vaya a donde tiene que ir corazón- pronuncié mientras me adentraba a su oficina y saludaba a mi compañero que leía algo atentamente, preferí tomar asiento mientras lo dejaba leer y luego aparecía nuestra jefa Sophie. La apariencia y tono me daban a entender que no estaba de muy buen ánimo así que preferí quedarme callada mientras hablaba con Matt mientras que por mi parte veía cada parte de la oficina de mi marido mientras pensaba en la pequeña Carolina y las cosas que aun me faltaban comprar.

     

    -Hola tu- Sonrei cálidamente a Matt cuando se sentó a mi lado y no pude evitar darle un abrazo. Si bien casi no convivíamos sentía un gran aprecio por él, me recordaba a mi primo pues me sentía igual de a gusto con ambos. -¿Cómo has estado? Me da mucho gusto verte-

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