-zacek-

Le miraba atento y me daba cuenta de todo lo que la bruja de cabellos multicolor había crecido durante su estadía en el circo y un dejo de melancolía me hizo hacer una media sonrisa. El barullo normal del circo nos hizo volver a la realidad y, por su expresión, me di cuenta que el breve reencuentro había terminado

-Bueno, será que en este circo nunca habrá paz alguna.

Le sonreí y la miré alejarse mientras paseaba mi copa entre mis dedos y la alzaba al escuchar que se había casado deseando lo mejor para la nueva pareja.

Encaminé mis pasos de vuelta a los corrales mientras elfos y duendes iban y venían gritando cosas sin sentido y a mi memoria venían todas las aventuras vividas en el circo. Stelaris y Aquarius parecían ansiosos de mi vuelta y aproveché para seguir alimentándolos y jugando con ellos mientras pensaba qué sería de mi vida a partir de abandonar aquel lugar.

Haré tiempo para pasarme y eso lo puedes tener por seguro, aunque no sea a diario y si, algún rol perdido podemos tomar en algún otro lado que no sea el circo, aunque soy un mago pobre y vago que sigue peleado con lo que hicieron para obtener galeones y pues tendremos que revivir este lugar a toda costa, esto de tener así la tejonera no va ni de broma.

No creo que mi nieta me cobre los cafés si nos pasamos por su cafetería. 😅😅😅

En lo rediles

El circo estaba agitado más de lo que recordaba y el escuchar a lo lejos aquella sirena me puso algo inquieto porque sólo significaba que algo mayor estaba ocurriendo pero ella parecía despreocupada así que no le di mayor importancia y esperaba que aquel enano gruñón hiciera las cosas bien. Al escuchar su propuesta me sacó de balance, no pensaba hacer de mi visita algo duradero pero siendo honesto, no es que tuviera algún lugar al cual llegar.

-Creo que es muy temprano para tomar café, así que te tomo la palabra del whisky de fuego...

Empezaba a caminar tras de ella cuando escuché lo que me decía y la noticia tardó en ser procesada por mi cerebro y trastabillé

- @ Sagitas Potter Blue ministra de Inglaterra, vaya que el mundo mágico se encuentra desesperado, ¡¿Dónde quedó aquella chica que le temía a Van Helsing?!

Oh vaya, bueno pues si se ve todo bastante diferente pero lo que veo me agrada como para pasar más seguido por estos lares y seguir subiendo el contador de posts porque dejé muy alto mi anterior récord, aunque ya no se dispone con el tiempo de antes procuraré darme paseos de vez en cuando y no cada 5 años como en esta ocasión.

Si, aunque estoy oxidado pero es bueno tener un rol aunque sea pequeño y sirve para seguirse poniéndose al día.

Pues tendrías que matar a los que ponen los tests para las casas, porque ellos me mandaron con los polluelos y creo que no aplica el cambio de casa pero todos aquí saben la verdad.

En los rediles

La miré con atención y como era de esperarse no había cambiado mucho y una media sonrisa escapó de mi rostro al verle amarrar la varita al cabello, si, era la misma que recordaba pero a la vez se le miraba más madura. Afuera el ajetreo no paraba pero a ella parecía no importarle, su pregunta no me pilló desprevenido pero si revolvió algunos viejos recuerdos de mis andanzas lejos del circo.

-La vida, pues no me puedo quejar, muchos viajes, mucho whisky de fuego y una que otra decepción. Sonreí de medio lado mientras acariciaba las cabezas de mis hipogrifos y la miraba acercarse con demasiada cautela y su pregunta me sacó de balance.

-¿Llevarlos conmigo? Aquí son felices y si, han hecho un gran trabajo con ellos y no podían estar en un mejor lugar, aunque no niego que les hecho de menos y me hacen falta pero mi estilo de vida no me dejaría tenerlos a mi lado.

@ Sagitas Potter Blue me miraba y sabía que algo más sucedía en el lugar y que mi presencia era algo bastante inesperado. Sentí el cabezazo de Selaris pidiendo mayor atención, había dejado de acariciarles.

En los rediles

Absorto como estaba con mis hipogrifos perdí la noción de los hechos, sabía que los enanos andaban apurados pero no era por mi sola presencia y pretender pasar desapercibido y algo más pasaba, esa agitación no era nada normal en el circo.

Descansaba un poco del jugueteo con Stelaris y Aquarius y al no sentir ningún tipo de preocupación bajé la guardia y no me di cuenta de que alguien se acercaba hasta que fue muy tarde.

-No, no es mi estilo dejar que la locura se desate en este lugar, hasta donde recuerdo esa es tu especialidad.

Me di la vuelta resignado a lo inevitable, había sido descuidado y me habían visto.

-Si -le sonreí- soy yo aunque parezca algo imposible de creer he decido ver como se encontraban mis pequeños después de mucho tiempo, mi querida amiga @ Sagitas Potter Blue

La había dejado sin palabras algo que no era común, creo que esos momento el circo podría explotar y ella seguiría con la misma expresión en su rostro.

Pues si, todo es nuevo y aún falta tiempo de adaptación pero será cuestión de darle su oportunidad y su tiempo a las cosas y ojalá aquellos de la vieja guardia se pasen a saludar porque si se extrañan los viejos tiempos de los roles y el relajo que se hacía en nuestra casa (aunque en esta cuenta digan que soy Raven 🤒) aquí hay pura sangre Huff y una parte de Sly. @ Sagitas Potter Blue

Pues claro que me acuerdo de ti y de todas las locuras que hicimos en este y otros lugares, son cosas que nunca se olvidan y si, andaré un rato más por estos lares y cuando tenga el tiempo, y las ganas, volveré para visitarles y ver que ha sucedido en mi ausencia que parece haber sido mucho porque veo nombres que ni recuerdo o no conozco pero será agradable seguir recordando los viejos tiempos. @ Sagitas Potter Blue

Había pasado ya mucho tiempo desde que aquella figura pisara ese lugar, se veía un tanto incómodo en aquellos parajes pero por algún extraño motivo su destino lo hacía regresar a aquel lugar, ¿O era otra cosa? Claro que era otra cosa o, mejor dicho, otras cosas, les había abandonado a su suerte aunque sabía que la bruja de los cabellos multicolor no los dejaría a su suerte.

Caminaba con precaución porque no sabía que nuevas sorpresas de seguridad o miembros nuevos habría en el circo y quería pasar desapercibido lo más posible aunque no había garantía de ello.

En su mente miles de preguntas se agolpaban ¿Estarían enojados con él, le reconocerían? La respuesta a ambas era clara y obvia pero tenía que intentarlo; pasó por varias carpas sin tener buen resultado y esquivando la mirada inquisitiva de enanos trabajadores del circo, hubo algunas miradas de cierto reconocimiento y varias más de recelo, claro, las cosas serían más sencillas si dejara el rostro al descubierto pero eso no iba a ocurrir, al final, después de tanto buscar su objetivo estaba a la vista, pasó saliva y se dirigió a la carpa, lucían tan hermosos como en los tiempos en que se hicieron amigos, con extremo cuidado se acercó a ellos inclinando su cabeza y, dejando al fin, al descubierto el cabello que mostraba más canas y alguna que otra cicatriz en el rostro, ellos le miraron recelosos ya que para nada les gustaban los extraños pero, aguardó paciente a que le reconocieran como tenía que ser.

Sus figuras imponentes se acercaron cautelosas, olfateaban el ambiente y miraban extrañados a aquel "extraño" que tenía el descaro de acercarse a ellos sin protección alguna, parecía haber pasado una eternidad, pero sólo eran un par de minutos hasta que Stelaris cedió al orgullo y se inclinó ante el "extraño" pero no era momento de hacer todavía algún movimiento ya que Aquarius no parecía tener intenciones de perdonarlo por tanto tiempo de abandono, se acercó y olfateó el ambiente y parecía estar dispuesto de mostrar su enfado pero, al final, imitó a su compañero e inclinó su cabeza dejando que aquel sujeto se acercara por fin a ellos y pudiera abrazarlos después de tanto tiempo.

-Mis amigos, les eché mucho de menos.

Los abrazó y jugueteó con sus plumas que lucían espectaculares, a final de cuentas estaban bajo un excelente cuidado, y les dio unos cuántos hurones que había encontrado en un rincón. Volvían a ser el trío aventurero que habían recorrido tantos lugares y, después de una larga separación volvían a estar juntos.

Pues que te puedo decir bruja de cabello multicolor, lo primero que creo perdí la cuenta original y la verdad ni idea de qué hacer para tenerla de vuelta, esta donde posteé la hice por emergencia pero la dejé abandonada desde su creación y porque no recordaba mi nick y contraseña o algo me fallaba en la combinación pero ya pude entrar y pues dando una vuelta por la magia de este lugar.

Oh cierto, mis pequeños, iré a visitarlos en un rato más.

Esperaba el regreso del mesero con la otra bebida y la cuenta, mis recursos eran algo escasos pero no lo suficiente como para que no pudiera pagar unas bebidas y esperaba que mi pequeña no se entretuviera mucho con sus ocupaciones del café para poder partir hacia el hotel, contemplaba a la variopinta clientela del lugar y sonreí, por fin me sentía entre mi gente, gente como yo, en una sola palabra, magos

-Te espero afuera pequeña

Le sonreí y tomé mi mochila, los lugares encerrados ya no se me daban bien y temía caer en alguna crisis de ira y hacer algunas modificaciones a la decoración del lugar

Su cara de felicidad fue algo que me sorprendió de sobremanera ya que no esperaba algo así, pero la veía feliz y eso era algo que lo hacía feliz y sentirse tranquilo y junto con ella y apretó sus manos con firmeza y todos los recuerdos de aquellos nombres vinieron a su memoria y una mirada fugaz y triste cruzó por su rostro

-No pequeña no he sabido nada de la familia creo que nos hemos desperdigado alrededor del mundo y bueno, no creo que haya nada que empacar de la Rex

Ante su mirada curiosa le señalé una única mochila que era todo mi equipaje y le sonreí

-Gracias por toda tu ayuda

Seguía contemplando a esa pequeña y como siempre sucedía sus recuerdos se volvían más nítidos conforme pasaba el tiempo y una sonrisa se cruzó por mi rostro y supongo que ella respondía de igual manera hasta que ella le dio una solución a un problema que se estaba volviendo acuciante en esos momentos para alguien con escasos recursos y ni hablar de algún método de obtener galeones

-Bueno pequeña, la verdad que tu oferta es bastante tentadora -le miré a los ojos- y creo que tendré que aceptarla siempre y cuando estés a mi lado la mayor cantidad de tiempo posible para ayudarme

Tomé sus manos y le di una gran sonrisa porque la verdad era tal cual la recordaba, una pequeña que adoraba y que ella adoraba a su abuelo

Jugueteaba con migajas que estaban en la mesa mientras ella miraba el diario, miraba de vez en cuando sus reacciones y sabía que no era algo sencillo de asimilar ya que las anotaciones y los intentos de dibujos no eran la gran cosa pero de algo servirían, al escuchar su comentario estuve a punto de escupir el café

-No diría que tanto un rompecorazones, pero bueno hay algo extraño en esta familia debo de reconocerlo

La cabeza me daba vueltas con algunos comentarios y alguna que otra chica se hacía presente y sin mediar palabra aventé una migaja de pan a su cara al ver su sonrisa pícara; la dejé unos instantes concentrarse y servía que miraba con mayor detenimiento el local que era bastante acogedor tanto como mi pequeña, era todo su toque de eso no había duda

-Bueno, he rondado la nueva casona Rex, pero no creo tener un lugar fijo de residencia, la mansión en Marte creo que también ha desaparecido, así que creo que seré un lobo errante

La historia parecía tenerla cautivada y con los detalles todavía más, el mesero llegó y encargué otro capuccino y ella siguió a lo suyo mientras buscaba en lo más profundo de mi memoria alguien que pudiera querer dañarme pero no encontraba la respuesta

-No me molesta que preguntes pequeña pero como te has dado cuenta los recuerdos todavía no son completos, aunque una chica me ayudó en San Mungo a recuperar gran parte de ellos pero de la nada desapareció pero tengo la impresión de conocerla de mucho tiempo atrás

Ella me lanzó una mirada extrañada puesto que sabía que para mi sólo había UNA chica pero siguió callada escuchando mi relato

-Enemigos no creo tener aunque si varias chicas con el corazón roto -le sonreí- aunque si en muy lejanos recuerdos hay alguien que me hizo daño hace mucho tiempo pero desapareció

Me sumí en mis pensamientos, tenía todavía mucho que aclarar y sabía que no me había equivocado al recurrir a mi pequeña porque me ayudaría bastante a recordar muchas cosas y ponerlas en orden, metí mi mano en la túnica y saqué el diario que había escrito en el hospital

-Puedes echar una ojeada

Corría una sonrisa por mi rostro porque los recuerdos siempre eran agradables pero el tenerla cerca era una gran noticia y el escuchar de nuevo su voz y dejé que pidiera para tomar las cosas con calma ya que faltaba mucho para poder platicar con la calma debida

-Bueno pues hay mucho que contar a decir verdad pequeña ya que estuve mucho tiempo fuera porque alguien me atacó y mi memoria quedó bastante dañada y poco a poco la fui recuperando y buscarte fue uno de los principales objetivos que me puse

Esperé a que el mesero se retirara para poder seguir platicando y aproveché para prestar atención a todos los detalles que la envolvían, si, era la pequeña que vivía en mis recuerdos y no podía estar más feliz de haberla encontrado

-Y bueno, la verdad quisiera tu ayuda para retomar la vida que perdí durante meses

La verdad el olor que se acercaba se me hizo bastante familiar y sonreí para mis adentros puesto que ella se acercaba y le di un trago a mi capuccino aún sabiendo que la cafeína tenía un extraño efecto en mi organismo pero no importaba algo tenía que beber en una cafetería y no seria agua

-Bueno la verdad es que el viento me ha llevado por muchos lugares pequeña-de nuevo esa sensación de una oleada de recuerdos inundó mi cabeza- pero siempre tengo que volver a la familia y sobre todo con mi querida nieta

Me puse en pie y la abracé, hasta ese momento no sabía cuánto la había extrañado aunque aflojé un poco el abrazo al oír como sus huesos crujían ante la presión y la invité a sentarse

-Yo invito

El mesero era muy atento aunque mi actitud no fuera la mejor del mundo pero prefería mantener a la gente un poco alejada de mi presencia por todas las consecuencias que podrían suscitarse ante mi estado de licantropía que no podía saber en que momento me transformaría, tomé las cosas con calma ante la insinuación de no saber de cuándo mi nieta estaría en el local

-Sé que vendrá pronto

Murmuré ante las miradas disimuladas de los demás comensales

Sus pasos no eran tan seguros como se acostumbraba, sin embargo, eran firmes en cuánto supo dónde estaba el local que buscaba aunque también sin necesidad de preguntar hubiera dado con el gracias a sus sentidos licántropos en especial con su olfato pero eran cosas de las que tendría que acostumbrarse con el paso del tiempo.

Cruzó la puerta del local y varias miradas se dirigieron hacia él, aunque estaba acostumbrado por su aspecto desaliñado y el llevar siempre la capucha tapando su rostro, aún sintiéndose extraño y un poco vulnerable bajó la capucha dejando caer su cabello blanco y buscó la mesa más alejada de las miradas para sentirse más a gusto y sus pasos lo llevaron al rincón más alejado, con cierta desconfianza un mesero se le acercó para tomarle la orden

-Quiero un capuccino por favor, y saber si Tau anda cerca ya que necesito hablar con ella

El chico se alejó mirándome con extrañeza pero no me importó, volví a mis pensamientos y a todo lo que mi mente empezaba a recordar de mi vida pasada

En mi cuarto ala de psiquiatría

Había perdido la noción del tiempo en ese hospital, mi doctora había desaparecido y durante su ausencia había aprovechado para conocer mejor que cualquiera aquel lugar y todo eso debido a un secreto que sucedió una noche de Luna llena, me había transformado en un lobo, aofrtunadamente no había consecuencias de aquel episodio aunque sabía que a partir de ese descubrimiento debería tener mayor cuidado.

Mis recuerdos iban volviendo con una calma que me desesperaba, aunque entendía ya muchas cosas y podía hilvanar algunos hilos sueltos y acomodarlos para que mi mente recordara a varias personas como mis hijas, aquellas chicas que me volvían loco pero que sabía me querían y yo a ellas, sonreía cuando sus recuerdos fueron llegando paulatinamente y podía estar más tranquilo de que si las veía podría reconocerlas; quería compartir todos esos detalles con Lehd pero nadie podía darme razón de ella en el hospital parecían ignorar su paradero. Mis días así transcurrían yendo y viniendo por el hospital y sin detectar su olor.

Una noche sucedió algo inesperado, dormía lo más tranquilo que podía cuando una avalancha de recuerdos vino de improviso y por fin supe porque aquella sanadora era tan familiar para mi, ella era el gran amor de mi vida, aquella chica que siempre terminaba por regresar a mis brazos y siempre sabía como hacerme feliz, desperté agitado y mis recuerdos volvían, tantos recuerdos, la Academia de Magia y el cuarto de los rojos, nuestras aventuras durante tanto tiempo y obviamente sus partidas que tanto daño me habían hecho y sus regresos que siempre me habían hecho feliz. Volvía a leer el diario con todas las anotaciones y cobraba mayor sentido aunque aún faltaban detalles sobre todo el cómo había perdido la memoria.

Ahora sabía que tenía una madre y los recuerdos de la mansión familiar y la propia en Marte, también que muchos miembros de las familias ya habían hecho su camino; pero siempre Lehd era constante y no podía evitar sonreír cuando la recordaba y deseaba con todo mi corazón su regreso para poder hablar con ella de las buenas noticias aunque la realidad volvía y se imponía, las cicatrices de mi rostro aunque habían disminuído no desaparecían del todo, y no sabía cómo podía ella tomar una noticia tan impactante.

Después de eso pasaba demasiado tiempo en los jardines del hospital pensando en todo lo que sucedería cuando la verdad fuera revelada y por el momento decidí que ella no tendría que saber que había recuperado gran parte de mi memoria y sobre todo que la recordaba y lo que era en mi vida.

Cuarta planta con Lehd en mi cuarto

La miraba con curiosidad, su ojo clínico recorría la habitación y leía el diario, ignoraba de qué podría ayudarle para entender parte de mi caso pero al menos podíamos hacer algún avance en mi caso y mientras leía empecé a ver sus reacciones como si fueran algo fuera de su caracter de sanadora y se puso en pie y cuando menos reaccioné íbamos rumbo a los jardines del hospital.

El camino fue agradable y más por ir tomamos del brazo, fue una sensación un tanto extraña que no podía describir pero era como si ya hubiera pasado antes, pero eso era algo imposible, ¿O no?, de pronto el jardín se extendía ante mis ojos que tardaron en adaptarse a la luz del Sol, parpadeé varias veces y la ví sentada bajo un viejo sauce, me senté cerca de ella y guardé silencio mientras despachaba a la enfermera

-Bueno la verdad es que escribir me ha ayudado mucho pero creo que no lo suficiente -había un deje amargo en mi voz- como podrás ver en el diario son ideas sueltas algunas parecen conectar y otras la verdad se me hacen locuras de punta a punta-arranqué pedazos del pasto sin darme cuenta- la verdad eso de creer que tuve un castillo en el espacio no se hace para nada normal o cuerdo

Mis ojos se posaron en los suyos, parecía algo desconcertada con el último comentario pero ante su silencio me armé de valor para poder continuar

-Luego esos recuerdos de la Academia, siempre hay una chica pero no logro recordar mucho de ella, ni siquiera su nombre pero cada que ella aparece mi cuerpo se estremece y me embarga una emoción que no puedo describir, y sé que ella es alguien muy importante en mi vida

La verdad no sé que tanto pude haber hecho en mi anterior vida, pero recuerdo a dos animales muy extraños que leyendo algunos libros creo que se llaman, ¿Hipogrifos? -ví que movía su cabeza en señal de asentimiento y continúe- hay también unas niñas que creo que son mis hijas pero tampoco puedo recordar gran cosa sobre ellas, lo que sí recuerdo con claridad es haber salido de una especie de casa de campo y..... pues lo demás son pedazos sueltos pero ninguna parte que me pueda decir realmente gran cosa

Suspiré y me recargué en el tronco del árbol, sabía que tantas cosas eran un progreso pero el no poder ponerles un orden era algo que me desesperaba de sobre manera y ella lo entendía por la mirada que tenía sobre mi

Cuarta planta en mi habitación

Había pasado ya mucho tiempo solo y las heridas disminuían lentamente pero parecía hacer progresos, el diario se llenaba cada día más aunque la ausencia de mi sanadora me perturbaba, algo había en ella que me hacía necesitarla cerca aunque fuera sólo para escucharme, me había "adaptado" a la vida en el hospital aunque no dejaba de pensar en el castillo que había dejado atrás.

ME levanté y miré los alrededores del hospital por la ventana, un suspiro escapó sin darme cuenta pensando en que hoy podría ser otro día más sin verla cuando un olor particular llegó a mi y esperé sólo unos pocos momentos para escuchar los golpes en la puerta y casi correr hasta ella y abrirla sabiendo que estaría viéndola por fin después de varios días

-Hola, bienvenida pasa por favor

Le sonreí mientras me hacía a un lado y ella curiosa por tal galantería me miró extrañada a los ojos y recorrió la habitación viendo lo adaptado que me encontraba al lugar, la observé atento y de pronto una sensación extraña recorrió mi cuerpo y mi corazón se aceleró sin motivo aparente, ella pareció no darse cuenta mientras tomaba asiento y me observaba atenta con su ojo clínico, o, ¿Era algo más? Me senté frente a ella mientras me decía

-Bueno veo que el diario ha sido útil

Lo tomó y empezó a hojearlo y parecía bastante absorta en los escritos y mi nerviosismo iba en aumento

-Has estado bastante ocupada y hasta llegué a pensar que habías olvidado el camino a mi cuarto -le sonreí- pero me da gusto verte de regreso

Cerró el diario y sus ojos se fijaron atentamente en mi rostro, ¿Notaría que las marcas disminuían?

Habían pasado ya varios días sin verla y sin entender el porqué su cercanía me hacía falta, aunque había aprovechado su ausencia para conocer mejor el hospital que se había convertido en mi hogar temporal y también el pequeño diario se había llenado de anotaciones aunque confusas armaban poco a poco el intrincado laberinto de mi pasado aunque la historia del ángel vengador era lo que más llamaba mi atención.

Pensaba mucho también en aquellos ojos llenos de ira que formaban parte de mis recuerdos y no podía entender cómo alguien podría ver así a alguien más aunque algún motivo extraño debería de existir, mi mente volaba entre esos recuerdos cuando un olor conocido se acercó a mi puerta y en segundos unos golpes confirmaron lo que mi olfato detectó, me puse en pie al escuchar los toquidos y aprisa me puse algo que se viera mejor que un simple short y una playera y abrí, lucía radiante y no pude evitar sonreír al verla y sentí como mis mejillas se encendían

-Vaya tenía mucho tiempo sin verte, pasa por favor y disculparás el desorden

Una sonrisa cruzó su rostro al entrar a la habitación y observar con su ojo clínico lo que era el cuarto de un paciente varón. Como pude puse algo de orden para que el cuarto se viera lo más normal posible mientras ella tomaba asiento y me observaba bastante divertida y acomodaba sus papeles

-Bien la verdad me has sorprendido y... -la interrumpí- no es necesario que te disculpes, sé que has estado ocupada con otras cuestiones

Tomé asiento frente a ella y mis manos nerviosas tomaron el diario y jugueteaba con el mientras esperaba el momento idóneo de entregárselo aunque también esperaba que ella dijera algo más antes de empezar con la consulta; sus ojos se posaron en los míos y sin más mis manos se movieron y le entregaron el pequeño diario y lo observó con atención

-Bueno espero que encuentres algo interesante y también que me pueda ayudar

Sus manos recorrieron el pequeño diario con calma y me miró, algo sucedería a continuación pero no sabía qué