Azalea Altair

Como suponía, Paige no se había enfadado nada. Más bien, entre mis bromas y comentarios la había distraído de su aburrido trabajo. (xD). Tener responsabilidades era un asco, sobre todo si el trabajo consistía en rellenar papeles y formulas todo el día. Yo ella, ya me hubiese vuelto loca como Ara y su manía del cuadro, me sorprendía que Paige aun conservara la cordura.(xD, lo siento chicas me aburro)

-Eres todo un caso Aza.- me dijo la Auror resignada y le devolví una sonrisa.

-Lo sé, lo sé.- respondí con aire de inocencia.

-Veras Aza, los pergaminos están en perfecto estado, así que ahora te explicaré en qué consiste la prueba.- asentí atenta a la explicación. - La sala en la que realizaras la prueba es una sala especial, es una sala cambiante, por lo que una vez que ingreses a ella ésta cambiará tomando una forma única para ti lo único que no cambia son los dos círculos rojos que hay en el suelo que son en los que tendrás que aparecerte.- respiro y siguió explicando, se notaba que era discurso repetido. - Lo más importante es que te concentres y tengas muy claras las 3 D's: destino, determinación y deliberación, si logras manejarlas a la perfección todo saldrá bien. ¿Alguna duda?.- negué con la cabeza -Vamos.

Salimos de la oficina en silencio. Yo jugaba con la varita entre mis dedos, inquieta y no podía resistir la tentación de seguir molestando a Paige.

-Mm...Paige, si la sala es cambiante como dices y mi subconsciente está lleno de cosas, poco decorosas y aparecemos en un lugar de esos.- hice una pausa – No me podre concentrar así.- La Auror rodo los ojos y vi un asomo de escándalo en su expresión, a lo que conteste con una carcajada.- Era una broma Paige, no tienes sentido del humor. (U_U)

Llegamos a la puerta que conducía al salón de exámenes, a la famosa sala cambiante. Paige abrió la puerta a un toque de la varita y ambas entramos. Era una sala amplia, de paredes altas y blancas, había el suficiente espacio para bailar si quería. Sonreí al escuchar las indicaciones y me adelante hasta ubicarme en el primer círculo rojo. Pero ya la sala parecía leer mi pensamiento y el lugar se comenzó a transformar poco a poco.

Las paredes desaparecieron, dando lugar a un amplio espacio abierto. El cielo azul resplandecía de sol, las nubes de un blanco algodón se paseaban como reinas y adoptaban formas graciosas. Pero el lugar que ahora se veía ante nosotras era sagrado y antiguo. Una circunferencia se formaba bajo nuestros pies, al frente, una especie de altar construido de piedras y detrás, tres columnas se alzaban imponentes, sobre las cuales se observaban las mismas piedras. Alrededor todo era igual, las piedras de una mezcla de colores extrañas cubrían todo, y le daban un aspecto místico y mágico al lugar.

- El Oraculo de Delfos– murmure cerrando los ojos y concentrándome en lo que tenía que hacer.

Las tres D’s, me había dicho Paige, pues bien, las tres D’s serian. Me concentre en mi destino, el otro círculo rojo dentro del cual debía aparecer, estaba solo a unos metros. El asunto era llegar en los límites, y sin que me faltara un pedazo del cuerpo. Determinación?, oh si, estaba más que determinada a pasar ese examen. Me tenía hasta los pelos el tener que caminar por todo Ottery, ya me dolían demasiado los pies. Además, ahora no tendría que salir corriendo de los lugares cuando me atacaban, desaparecerse con una sonrisa, siempre le daba más estilo a la cosa.(xD)

-Deliberación, mm…- murmure finalmente, no había mucho que deliberar o decidir. Saldría de allí con mi licencia de aparición, si o si.- Lo peor que puede pasar es que deje un pedazo detrás, en todo caso, me lo reponen.- pensé con una sonrisa antes de sentir el tirón que me levantaba los pies.

Una sensación de estar dentro de un torbellino, dando vueltas en el vórtice de un tornado, era eso lo que se sentía. Por un instante perdí la ubicación pero rápidamente cerré los ojos y respire profundo, aquello también te dejaba sin aire. Visualice el escenario y el otro círculo rojo a distancia de donde estaba, mi cuerpo se relajo y finalmente recupere la nitidez de mi destino. Justo a tiempo cuando sentí mis pies, chocar nuevamente con el suelo firme. Abrí los ojos y ubique a Paige en el otro extremo. Cada parte de mi cuerpo estaba en su lugar y mi humor era inmejorable. Camine hacia la bruja y le hable esbozando una sonrisa.

-Eso no fue tan difícil después de todo y descubrí algo, - confesé y Paige me miro con cautela.- Aparecerme me da hambre, quiero chocolate. Tendrás algunos por tu oficina?

La presencia de Mith me sorprendió. Pero yo miraba atenta el juego de naipes y me reía del pobre chico que intentaban sacar a bailar. Varias se había reunido sobre él para convencerlo, pero se mantenía firme.

-Que haces tú aquí? - me reí de su comentario y del pobre chico que trataban de arrastrar a la pista para bailar y se negaba.

Mire a mi hermano divertida, si se fijaban en el le harían lo mismo. Mire y no vi a Ericen por ningún lado, aquello iba a ser divertido. Tome un sorbo de la mantequilla y salude a la chica que me hacia cenas para que fuese con ellos, yo no pensaba torturar al pobre chico.

-Deberiamos acercarnos no crees? - le sugeri.

Caminaba por los pasillos entretenida cuando escuche cerca del baño un anuncio, “chisme” y había que decir - ¿Pachanga constante?. Ante mi murmullo una puerta se abrió y dio paso a una fiesta. Abrí los ojos y esboce una sonrisa, así que eso era todo lo que se traían.

Avance con cautela, estaba en penumbras y ya había muchas personas. Vi varias caras conocidas pero seguí directo a la barra a pedir algo de beber, tenía sed. Si se acercaba algún conocido lo saludaría.

Pedí una cerveza de mantequilla, aunque hubiese querido otra cosa, sonreí maliciosa ante el pensamiento. No tenía sed de bebida precisamente, pero era lo que había. Me acomode en una silla alta disfrutando de la música y bebiendo mi cerveza.

Mire hacia la puerta, seguramente se aparecia por alli buscandola. En todo caso, el ambiente era agradable, si llegaba lo pasarian bien.