Alma A. Miranda De Lafitte

Holaaa, me paso a solicitar un hogar jajaja. Acá mis datos:

- Nombre: Alma Arweniza Miranda De Lafitte

- Bóveda personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=80276

- ¿Qué parentesco quieres tener? ¿Con quien? Hermana de Ashley

- ¿Quieres que la Rambaldi sea tu familia sanguinea o adoptiva?: Adoptiva.

- Email: -

- Cumpleaños: 31/1

- Edad: 16

- País: Argentina.

Luego de salir entera del examen de aparición me quedaba tan solo el examen de vuelo, al que menos le temía. Mi familia había sido muy buena con el Qidditch y todo lo que tuviera que ver con el vuelo, así que esperaba haber heredado eso por lo menos.

A pesar de mis ansias por realizar el examen, en verdad las escobas no me llamaban mucho la atención, ya que de niña había resultado accidentada en una y desde ese entonces trataba de tener poco contacto con ellas, pero a partir de ahora sabia que me serian útiles y que debería superar el pasado. Lo único que esperaba era que el examen de vuelo resultara tan bueno como el de aparición.

- Siguiente. – indicó una mujer dejando salir a Regina por la puerta.

Al verla supuse que era la examinadora y de un salto me puse de pie y me encamine hacia ella. Muy amablemente me dejo pasar y descubrí que la habitación era un tanto escalofriante pero adecuada para mí. No tenia techo y era de muros viejos y musgosos, cubiertos por plantas enredadas y sin podar. Todo estaba mojado, al parecer empezaba a lloviznar. Había cuatro torres en cada extremo del lugar, y allí habían círculos rojos que captaban mi atención por sobre todo.

- Ya estoy lista. – indique a la profesora.

En una esquina había una gran cantidad de escobas de la cual debía elegir una para realizar el examen, cada una diferente y llamativa, aunque sin embargo tome la primera que vi, la que mas me convenció. No fue por su forma sino porque era la primera que había visto y la primera a la que mi mano había corrido a atajar.

Una vez con mi escoba ya lista me subí a ella y fije mí vista en el primer círculo. De un salto me impulse y la escoba tomo velocidad, así que entrecerrando los ojos por la lluvia apunte mi dirección al primer circulo que lo pase exitosamente. Luego doble y atravesé el próximo circulo y luego el siguiente acabando con todos. Al finalizar el ultimó, esa misma torre se partió, y me obligo a alejarme a toda velocidad al otro extremo donde otra torre se me vino abajo, y otra vez me aleje acelerada para ir hacia la otra torre y así hasta terminar.

- ¿Ya esta? – le pregunté a la profesora mientras observaba como las torres volvían a su lugar. Ese obstác*** me había asustado en verdad.

- No, te falta algo. – indico señalando arriba.

Un aro rojo se encontraba varios metros sobre mí. Al enfocar mi mirada en él un rayo producto de la tormenta le dio de lleno, y el aro se envolvió en llamas anaranjadas.

Algo enfurecida, me dirigí con rapidez hacia él aro , pero otro estruendo captó mi atención y me volví a ver hacia abajo, donde otro aro se encendía, un aro que estaba muchísimos metros mas abajo. Sentí un repentino vértigo, y las nauseas me embargaron.

- No… - murmuré. – Esta bien, enfócate en el maldito aro.

Levanté la vista, sin mirar abajo, y me adentre temerosa al aro de fuego, saliendo ilesa. Mi miedo no era el aro era la altura, pero con algo de esfuerzo logre enfocar la vista abajo y sin mas acelerar con la escoba hacia el ultimo aro, donde al pasarlo podría bajar.

Al ir tan rápido contra el piso el viento empezó a golpearme en la cara pero no me importaba solo quería bajarme. Una vez cerca del aro me aferré con fuera a la escoba y lo pase feliz. Llegué al piso y me baje de la escoba delicadamente, ahora me quedaba esperar el resultado.

El turno de dar el examen de aparición era mió, sin embargo algo no me dejaba atravesar la puerta.

Nunca me habían calificado de miedosa, pero siempre le había tenido un miedo muy oculto a la aparición, un miedo que últimamente gritaba dentro de mí pidiendo que por favor no lo haga, que no atravesara la puerta. – No podré hacerlo. – murmuraba arrinconada mi prisionero lado bueno y bondadoso, mientras que el otro, la maldita Merlina, se sumergía en el éxtasis. - ¡Entra! – ordenaba.

Con un suspiro ahogado alcancé la perilla de la puerta y me adentré a la dichosa sala, esperando salir igual que como entraba de allí.

Inmediatamente entré a la sala y esta cambio rápidamente su forma. Ahora era un bello paisaje de colinas cubiertas de césped joven y fresco. El cielo azul junto al verde eran los únicos colores que predominaban allí, pero era inevitable ver el enorme circulo rojo que me esperaba en una baja colina iluminada por el sol. Con algo de temor me encamine lentamente hacia él y una vez llegada allí levante la vista buscando al otro que rápidamente lo hallé en una colina más lejana y alta.

- Bueno Alma, ¿Recuerdas lo que te dijo Froderick? – me dije a mí misma, mientras la profesora que me seguía me observaba murmurar. – Solo piensa en las tres D...

Llegada a ese punto de nerviosismo no recordaba ni que era la D pero pronto pude destildarme y recordar las recientes palabras de mi amigo.

- Estas aquí y tienes que estar allá, en el otro circulo... ¿Vez? Ese es tu destino...

Al decir estas palabras mi mirada se enfoco más en el círculo lejano, y asentí levemente, mientras fijaba mi objetivo.

- Debes estar en ese circulo y abandonar este... no puedes aparecerte en ningún otro lugar que no sea ese circulo, quiere al circulo, no le temas...

Volví a asentir mientras mis temores se iban... solo necesitaba convencer y animar a mi lado miedoso y así salir adelante.

- ¿Vas a reprobar el examen? Solo tienes que aparecer en ese círculo rojo... nada más... Elige entre reprobar o superar esto con éxito...

Mi mente y mi cuerpo quería y deseaban ese círculo. Todo estaba dicho. Quería estar allí en ese mismo instante, y fue en ese momento que todo cambio. Todo se volvió negro y una fuerte sensación de ahogo, de mareo, me invadió, hasta que por fin termino rápidamente y sin dolor. Ahora me hallaba en la colina más alta, el otro circulo, el inicial, se encontraba abajo a una distancia considerable.

Una sonrisa se asomo por mi rostro y rápidamente me acerque corriendo a la profesora, esperando conocer el resultado.