Dakota S. Malfoy Haughton

Rol Avanzado 14

-Serán tres sencillos acertijos, no es importante quien sea el que los conteste lo importante es que el que así lo haga proporcione la respuesta correcta. Sin embargo si alguno contesta de manera correcta o incorrecta una pregunta no podrá responder más. Para que así todos tengan la oportunidad de participar

Aquellas palabras sin duda alguna me sentaron como un jarro de agua fría. Sinceramente creía que iba a ser todo mucho más sencillo: llegar, pedir el tesoro y marcharnos; incluso creía que íbamos a tener la suerte de encontrar los tesoros en nuestros dos primeros destinos,¡pero que ilusa había sido!

Sonreí de formas cortes a ,mi jefa de casa, Gyvraine C. Sullivan. No por eso nos ayudaría, ella era demasiado justa como para ayudar a sus propios alumnos, ni siquiera a los que tutelaba, como a Beeltri y a mi. Un pergamino apareció en nuestras manos.

1- Un niño y una niña están sentados en los escalones afuera de su escuela. "Yo soy un niño" sijo quien tiene el pelo negro. "Yo soy una niña" dijo quien tiene el pelo rojo. Si al menos uno de ellos está mintiendo

¿Quién tiene el pelo rojo?

 

2- Manuel fue a consultar su biblioteca tres tomos de una colección de cuentos, colocados de la manera usual, el primero tomo a la izquiera, el segundo al centro y el tercero a la derecha. Cada tomo tenía 100 hojas y cuando los abrió se dió cuenta de que una polilla había atravesado desde la primer hoja de primer tomo hasta la última hoja del tercero. Si las cubiertas ni contraportadas cuentan.

¿Cuántas hojas atravesó la polilla?

 

3- Juan necesita recoger de una laguna 5 litros de agua, pero solo dispone de dos jarras, una de 7 litros y otra de 4 litros. Describa el proceder de Juan para lograr su cometido.

Fruncí el ceño mientras me mordía débilmente la punta de la lengua. Eran bastante complicadas.Fue entonces cuando mi padrasto habló, pronunciando sabias palabras:

-El trabajo es en equipo amigos, así que vamos hacer lo siguiente, vamos anotar nuestras respuestas en este pergamino y entregaremos todos las tres respuestas, de acuerdo, yo sé como resolver el misterioso caso de la superpolilla comedora de libros.

Cogí el pergamino que me tendía y saqué mi pluma de bolsillo, comprada semanas antes en un puestecillo del Callejón Diagon. Era de color rojo granate y tenía pequeñas incrustaciones de oro cerca de la zona donde se mojaba la tinta.

Pude observar por el rabillo del ojo como Mefistofeles respondía a una increíble velocidad el segundo acertijo, pero no le presté demasiada atención ,pues sabía que estaría en o correcto. Observé el pergamino con neutralidad -"..5 litros de agua.."-, me dediqué a pensar solamente en ese acertijo. Ya no existía nada ni nadie más, solo estábamos el acertijo, a esperas de su respuesta, y yo...

-¡Lo tengo!-musité mientras escribía a toda velocidad en el pergamino, pues el tiempo corría demasiado rápido.

"Se llena la de 4 y se vacía en la grande. Se llena de nuevo la de 4 y se vacía parte del contenido hasta llenar la grande, por lo que en la jarra pequeña quedará 1 litro. Luego, se

vacía la grande y el litro de la pequeña se vacía en la de 7 litros. Se llena de nuevo la pequeña y se vierte el agua en la grande, así en la grande se tienen 5 litros"

Con ímpetu, me levanté del poyete en el que estaba apoyada y corrí hasta la profesora Gyvraine con una sonrisa de medio lado en el rostro.

-Esta es la respuesta, y creo-más bien espero-, que esté bien-dije con voz clara.

Rol Avanzado 14

Agobio. Esa era la palabra exacta que resumía en un solo concepto la cantidad de emociones que ahora vivía. Estaba bastante frustada. En nuestros dos anteriores destinos no habíamos encontrado más que a gente muy atareada que no tenía ninguno de nuestros tesoros. Primero habíamos visitado los Servivios Administrativos del Wizengamot, luego el Departamento de de Transportes Mágicos y ahora mismo, mis pies sostenían el peso de todo mi cuerpo en el suelo de el Departamento de Cooperación Mágica Internacional.

Como no, este también estaba atiborrado de gente que no cesaba de hablar, agitar sus manos, rellenar papeleo...Durante un segundo, caí en la cuenta de que ya había estado en ese sitio antes: durante las clases de Rol Básico 13. En aquella "excursión" en particular, no había tenido demasiado tiempo para observar aquello, pues había estado sumamente ocupada en realizar mis tareas. Pero supuse que aquella vez tampoco sería una excepción, ya que andábamos un poco cortos de tiempo.

Me dediqué a caminar entre gente muy variada: magos induces con turbantes de colores tierra en su cabeza, brujas suecas que parecían tener problemas para comunicarse con un duende que gruñía, magos con taparrabos de las montañas de Perú, pelirrojos que tocaban la gaita irlandesa...aquello parecía un mapamundi hecho a base de personas. Alcé la cabeza para lograr distinguir a alguien que tuviera pinta de trabajar en el departamento, y con una sonrisa de medio lado en el rostro observé a una de las chicas que nos habían atendido a mi a mis compañeros en la primera tarea en la que visitamos aquel lugar, o lo que es lo mismo: las clases de Rol Básico.

Anduve hasta ella con algo de dificultad debido a la muchedumbre, y cuando estuve a su lado, carraspeé dos veces sonoramente. Al ver como levantaba la mirada, le mostré un de mis perfectos sonrisas y le pregunté cortésmente, esperando tener más suerte en aquella oficina del Ministerio de Magia:

-Buenos días, soy Dakota S. Malfoy Haughton, alumna de Rol Avanzado 14; mis compañeros y yo nos preguntábamos si usted tiene algo para nosotras..bueno, en realidad no es para nosotros, sino para terminar nuestra tarea...El caso, ¿tiene algo para nosotros?-inquirí cruzando los dedos.

Hola! Quería hacer unos cambios! El primero, ya tengo trabajo en el Ministerio de Magia como Aprendiz de Gabinete en la Oficina del Ministro , bueno, mi familia adoptiva es la Haughton ..Buno, creo que eso es todo ..¡Ah, si! Quien sea que me edite la ficha, tengo una pregunta: ¿Qué habilidades Mágicas puedo tener en el rango de Aprendiz?

Gracias y besos!

Dakota

Con aire decido llegué a mi examen de vuelo. Mi largo pelo castaño había sido alisado y recogido en una larga coleta alta con una preciosa cinta roja. El lazo había sido elegido premeditadamente, pues iba a conjunto con mi chaqueta y mis botas de agua rojas. Al llegar, vi a Felicity Weasley colgando una lista negra en una pared, me acerqué a ella y vi que el primero de los nombres citados era el mio.

-Parece que vengo justo a tiempo-dije con una sonrisa a sus espaldas, sorprendiéndola.

(* * * *)

Con una sonrisa de medio lado en el rostro, solté mi chaqueta en la mullida hierba y me puse junto a mi escoba; disfruté durante unos instantes del sol bañando mis desnudos hombros y dije con voz alta y clara:

-¡Arriba!

La escoba que había cogido prestada del cobertizo de escobas de la Mansión Malfoy se elevó en aire y la cogí al vuelo con un rápido movimiento de muñeca. Al notar la textura de la madera en la palma de mi mano un extraño cosquilleo recorrió mi brazo. Mi sonrisa se ensanchó aún más. Con sutileza, coloqué la escoba entre mis piernas y miré a Felicity, esta levantó la mirada de su pergamino y me indicó con una sonrisa que alzará el vuelo. Nerviosa, pegué una fuerte patada al suelo y me elevé en el aire. La leve brisa ondeó mi pelo recogido y me tranquilizó, pues el aire era más limpio. Suspiré profundamente antes de empezar con la práctica de mi examen.

Me dediqué a dar varias vueltas a todo el campo, bañado por la luz del sol, las dos primeras fueron lentas, pero fui aumentando la velocidad con rapidez. A la quinta o sexto vuelta, una manada de colibrís apareció de la nada, suponía que eran parte de la prueba, así que concentré todo mi esfuerzo en esquivarlos. Y para mi alegría lo logré con gracilidad. Cuando lo hube hecho, subí a los más alto del recinto, haciendo que las conversaciones de la gente parecieran murmullos, y las personas pequeños elfos.

Una última sonrisa apareció en mi rostro y los ojos me brillaron antes de dar media vuelta y caer en picado. Justo antes de pegarme un golpe que podía llegar a ser mortal, tiré del mango de la escoba con todas mis fuerzas y posé con suavidad las suelas de mis zapatos en la hierba.

Me volví a mi ex-profesora y le pregunté:

-¿Qué tal me ha salido Felicity?

-Bueno, creo que ya es hora de que me vaya-dije por fin retirando mi mano-Yo...un verdadero placer conocerte Dramione..Buenas noches

Después de despedirme subí a mi habitación, me puse mi camisón, y caí muerta de cansancio..aquella noche estaba dispuesta a soñar con aquel chico que por unos instantes me había robado la mirada.

(* * * *)

A la mañana siguiente, pasé completamente de quitarme mi cómodo y calentito camióon y me fui con él y unos largos calcetines que me llegaban por la rodilla , a la Sala Común, donde había bastante gente. Para mi sorpresa no me importó estar en pijama de ellos, pensé que podría ser porque tenía tanto sueño que me daba igual lo que pasase a mi alrededor, o bien por que eran como mi familia.

Observé que Beeltri llevaba varias tazas de chocolate en sus manos. Una juguetona sonrisa apareció en mi rostro al recordar el dulce y reconfortante sabor de un buen chocolate, me acerqué a él y me aferré a su espalda con los brazos.

-¿A qué no adivinas que prefecto perfecto le va a dar una taza de chocolate caliente a una centauro dormilona?-susurré divertida en su oído.

rol básico 13

Con una sonrisa agradecí el gesto de la señorita Sullivan al responderme la pregunta, me caí bien aquella mujer, era la jefa de mi casa y siempre que había entablado conversación con ella me había tratado muy amablemente. Aquella vez me tomé más tiempo para escribir la respuesta en el pergamino, pues había muchas preguntas formuladas a las que estaban respondiendo.

Sacudí la pluma levemente en el bote de tinta para eliminar posibles pegotes, y volví a concentrar mi mirada en mi profesora favorita, que seguía atendiendo a mis compañeros. Casi de la nada, surgió la atractiva figura de mi querida tia.

-¡Tia Kelly!-exclamé-¡Cuanto tiempo!¡Te he echado de menos!

Después de un cálido abrazo junto a ella, mi cerebro volvió a recordarme la razón por la cual me encontraba allí.

-¿Puedes ayudarme? Estoy aquí con la última tarea de Rol Básico y mi profesora está muy ocupada, ¿podrías responderme a unas preguntas?-inquirí suplicándole con una mirada de perrita abandonada que me ayudase-¿Qué estudios hacen falta para entrar en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional?

ROL BÁSICO 13

Cuando terminé de escribir su respuesta en el pergamino agité la mano.

-¡Aauch!-me quejé en voz baja, pues había tenido que escribir mucho en poco tiempo y aquello me había dado molestias en la muñeca.

Comprobé que la respuesta había sido escrita correctamente mientras la amable mujer seguía respondiendo a las preguntas de mis compañeros.

Daphne llegó instantes después y la saludó.Yo di una sentada de cabeza a modo de hola y esperé mi turno para preguntar.

-Bien señorita Dumbledore..¿es así no?-inquirí tímidamente mientras me apartaba un travieso mechón de pelo de mi rostro-Tengo otras preguntas que formularle, como por ejemplo:¿Hasta cuantas nacionales había registradas en este departamento?

Aquella pregunta se me ocurrió de repente, pues tenía curiosidad por la gente tan extravagante que recorría aquella gran sala.

ROL BÁSICO 13

Llegué a el Departamento de Cooperación Mágica Internacional gracias a un translador desde la Academia. Me atuse el cabello, comprobé que estaba presentable y me ajuste bien al pecho la insignia que indicaba que pertenecía a la Academia de Magia y Hechicería. Con pasos rápidos y una sonrisa en los labios entré en aquella parte del Ministerio.

Aquel lugar estaba atestado de gente hablando, rellenando papeles y corriendo. Unos estrafalarios magos negros vestidos con pieles de animales, discutían con un mago del departamento en un extraño idioma. Unas chicas rubias y de piel cetrina hablaban en alemán con unos jóvenes ingleses que al parecer no se creían la suerte que tenían de hablar con unas chicas como esas. Sonreí. A veces los hombres eran algo tontos.

Observé como mi amiga Celta conversaba con un grupo de magos, no tardé mucho en imitarla.

Un grupo de mujeres sonreían a un hombre alto y atractivo, que no era otro que el capitán Sparrow. Me acerqué a él mordiéndome el labio y sacando para que me reconociese como alumna observando mi insignia.

-Buenos días, soy Dakota, alumna de rol básico, y tenía algunas preguntas para todos ustedes, como por ejemplo..¿Cual es la función exacta de este departamento?-saludé y expliqué mientras mojaba la pluma en un bote portátil de tinta y preparaba mi pergamino.

-Yo soy Dramione, Dramione Black…un placer conocerte Dakota -me respondió Dramione cogiendo mi mano y estrechándola. Sus mano era fuerte y algo rasposa, pero transmitia una sensación de comodidad.

-Si no escuché mal profesora...Debemos ser un equipo para participar en las puebas ¿de cuánto es ese equipo? ¿hay alguna restricción? -inquirió la voz de Celta a lo lejos.

No comprendía lo que pasaba, la señorita Malfoy expresó unas palabras que no llegué a comprender y unos pasos se nos acercaron, no me di cuenta de quienes eran, pues mi cerebro, tozudo y algo tonto, no prestaba atención a otra cosa que no fuera el nerviosismo que recorría mi cuerpo.

Durante unos segundos pensé que a lo mejor Dramione era como un enchufe, y al agarrarlo me había transmitido su electricidad.

-Mmm...encantada -volví a repetir con una dulce y nerviosa sonrisa.

Hola!!!

Quería avisar que me cambié el nick a Dakota S. Malfoy Haughton , también quería avisar de que en mi perfil no aparece que mi familia es la Malfoy , bueno..creo que eso es todo, gracias Avril por postear aquí a mi halcón a mi elfina.

Por cierto, dentro de poco, espero graduarme y sacarme la licencia de vuelo, así que volveré pronto por aquí.

Así que aquel era el Centro Examinador de Escobas.

Cientos de magos volaban por los aires, unos se caían, otros presumían de sus magníficas habilidades.

Todos seguidos por un inspector o inspectora.

Y uno de esos inspectores me miraba por encima de sus gafas de media luna. Sus ojos oscuros me observaban detenidamente, después se saco un pergamino de la túnica y me miró:

-¿Señorita Malfoy Haughton?-inquirió.

Asentí con la cabeza.

-Bien-tosió-Me veo en la obligación de hacerle una serie de preguntas.

Alcé una ceja, pero volví a asentir con la cabeza.

-¿Es usted Dakota Selene Malfoy Haughton?

-Si.

-Bien-volvió a repetir-¿Posé usted una escoba?

Negué con la cabeza.

-Todavía no dispongo de ella-le respondí asustada, pues no sabía si podría realizar e examen sin ella.

El anciano me miró de nuevo, apartando la mirada de su misterioso pergamino.

-El Departamento de Magia le proporcionará una-murmuró invocando una escoba.

Cogí la escoba justo antes de que golpease contra mi cuerpo, un extraño cosquilleo recorrió mi cuerpo en ese momento.

-Bien, ahora muéstreme lo que sabe- al ver que me quedaba un tanto estático, dio un par de palmadas-¡Venga!

Rápidamente, pase la escoba entre mis piernas y pegué una patada al suelo...

..Fue entonces, cuando, por primera vez en mi vida, tomé aire ya alcé el vuelo.

Tarde unos segundos en equilibrarme, y cuando lo hice, decidí tomar en práctica todo lo que había aprendido teóricamente.

Inclinándome hacía la parte delantera de la escoba, bajé en picado, para luego ascender tirando hacía arriba, di un par de vueltas esquivando otros alumnos, e incluso hice alguna que otra vuelta de campana.

Un pitido me indicó el final de la prueba.

Bajé de la escoba y se la entregué al inspector.

-Aquí tiene-dije.

-Gracias, ya puede marcharse señorita Malfoy, le enviaremos los resultados lo antes posible-se despidió.

-Adios-murmuré, y con pasos seguros me dirigí a la salida.

Con aquel guiño Dramione me hizo sentir avergonzada, me había emocionado un poco, por no decir mucho, asi que reprimí una sonrisa y me miré los pies.

-...¿Que debo hacer para participar?-escuché la voz de mi compañero repetir aquella pregunta, pero aquella vez decidí guardar silencio.

Miré hacía arriba, yo era bastante alta para ser una chica, por no decir muy alta, pero el me sacaba casi una cabeza.

Aprovechando que la jefa de casa se había tomado unos segundos para escoger las palabras correctas para elaborar su respuesta, me presenté oficialmente en un susurro a mi compañero:

-Hola, soy Dakota; creo que todavía no nos hemos presentado, encantada-murmuré extendiéndole la mano.

-¿Como que "que hay que hacer en el torneo"? -inquirí en voz alta-¡Pues ganarlo!

Algunos de mis compañeros me miraron como si estuviera loca, pero decidí ignorarlos con una sonrisa y seguí a lo mio:

-Tenemos que honrar a nuestra casa, y a nuestra profesora. Este torneo no es solo por ganar una simple copa o más puntos para la casa. Lo que el torneo representa es la unión que tienen los alumnos de esa casa, saber que pueden contar los unos con los otros sin pensarlo dos veces. -cogí aire-Yo no se vosotros, pero por mi misma, por mi casa, por mis compañeros, por mis amigos, y por mi casa...

Me acerqué a la profesora Malfoy uy la miré fijamente:

-Estoy dispuesta a asumir todas las consecuencias y peligros que este torneo conllevé..así que, profesora, me ofrezco voluntaria.

-¡Dakota!-escuché a mi espaldas.

Al girarme descubrí que era mi amiga Celta, quien vino como una loca a abrazarme. Yo encantada, aunque un tanto extrañada por el efusivo abrazo, le correspondí estrujándola contra mi.

Por el rabillo del ojo compartí una mirada cómplice con Lucas, había que acoger a los nuevos como se merecían.

-Parece que tenemos nuevos compañeros-me dijo Celta antes de presentarse-Mucho gusto, soy Celtapotter.

Los dos nos miraron algo anonados, el chico sostenía un brazo en alto, como si esperara que la chica la agarrase.

Sonreí mirando a Celta.

-Chicos-alcé ambas cejas-No mordemos.

Me levanté en un mar de sábanas de colores tierra, lo cual me resultó sumamente agradable.

Me dí una pequeña ducha, me recogí el pelo en dos largas trenzas y con una sencilla camiseta y unos shorts a conjunto con unas converse salí a la Sala Común.

Esta seguía como siempre...a excepción de que había nuevos alumnos en ella.

Me acerqué a ellos con una sonrisa.

-Bienvenidos, nuevos centauros-susurré-Sed bienvenidos a vuestro nuevo y mágico hogar.

Despues de conversar un rato con Vespertine, me levanté y me dirigí a mi dormitorio, pero no sin antes acercarme a Celta y a Dark.

-Chicas, esta noche, en mi cuarto conversaremos sobre "eso"-les dije refiriéndome a la conversación que mantuvimos en la fogata-Pásensé por mi habitación a media noche-susurré antes de marcharme.

Lucas Creed estaba de pié en mitad de la sala, así que me coloqué a su lado y le felicité con una sonrisa:

-Felicidades, sabía que te convertirías en en el "perfecto prefecto".

Con aquellas palabras en el aire di media vuelta rumbo a mi habitación.

El largo día había acabado...pero la noche sería eterna.

Un nueva joven llegó a la sala y se presentó a varios de mis compañeros.

Me acerqué a ella y de inmediato la reconocí: era Vespertine.

Había conversado varias veces con ella durante mis paseos por el Callejón Knokturn y parecía una persona simpática.

-Hola Vespertine-saludé-¿Por que tardaste tanto en venir?

Interrumpiendo mis pensamientos, Celtapotter se me acercó y dijo:

-¿Surgen de la nada?

Sonreí, Celta era dulcemente ilusa.

El chocolate era una simple masa de agua que había encantado y dado forma con la varita, pero al parecer ella no lo creía así.

La observé cerrar los ojos después de mirar el chocolate con ansiedad, parecía esperar algo, y yo no iba a hacerla demorar; así que me saqué una de las dos tabletas de chocolate que tenía guardadas en el bolsillo y la coloqué a sus pies segundos antes de que abriera los ojos.

Se sonrió asi misma y empezó a comer.

Al acercarse Muki, no tarde mucho en unirme a sus risas.

-¿Qué es tan gracioso?-le preguntó a Muki.

-Tienes chocolate en toda la cara-le respondí.

-¡Que!-gritó mi amiga antes de ponerse a limpiarse como una loca, fue entonces cuando Muki le limpió la cara con su pañuelo y le dio un suave beso en la mejilla.

-Esta me gusta-susurró cuando se separaron.

(* * *)

Seguí jugueteando con el agua mientras Celta tenía la vista clavada en el pasillo tras el que había desaparecido Muki.

-¿Sabes cuando comienzan las clases?-inquirió mi amiga mirándome.

-Pues...-realmente lo sabía, pero quería levantarme de allí-no se, preguntemos a Beltri o a Dark.

Nos levantamos y nos acercamos con un paso elegante a nuestros dos amigos, que hablaban de quidditch.

-Oye Dark-dijo Celta-¿Sabes cuando comenzamos nuevamente las clases?

Saludé a Beltri con la mirada y me coloqué a su vera, esperando una respuesta de Dark...

..que fue interrumpida por la explicación de la profesora Sullivan.

Quidditch, quidditch y más quidditch.

Al parecer ese tema se había revolucionado totalmente la Sala Común.

¿Qué demonios tendría el quidditch para que todos estuvieran revolucionados con él?

Supongo que magia, adrelanina y más magia.

¡Por el amor de Merlín!¡Había muchas cosas más interesantes que eso!

Suspiré.

Me miré las uñas. Destrozadas. Así es como las tenía, no es que me las comiese ni nada por el estilo, es que me las arrancaba. No era una sensación agradable pero me gustaba. Era como cuando te arrancas una postilla: te duele a horrores, pero disfrutas con ello.

Me levanté y me acerqué al pequeño riachuelo, me senté en el borde, sobre la mullida hierba, y disfruté del cosquilleo el agua en las yemas de mis dedos.

(* * *)

Durante un rato me estuve divirtiendo a mi manera.

Con la varita me dedicaba a dibujar en el agua cada pensamiento que cruzaba por mi cabeza, que al momento siguiente desaparecía en un mar de pequeñas ondas.

-...castillo...Reina de Graduación..-susurré al mismo tiempo en el mismo sitio donde antes había un esplendoroso castillo, apareció una corona.

Sonreí tristemente.

Yo jamás conseguiria aquello. Por mucho que me esforzase...aquello no estaba hecho para mi.

Miré a Dark Princess y a Celtapotter, me apostaba un cuerno de unicornio a que alguna de ellas conseguiría aquel puesto.

Suspiré antes de meterme de nuevo en mi particular burbuja de felicidad, agua y....

-...chocolate-murmuré tocando el agua con la varita, de ella surgió una tableta de chocolate de Honeydukes perfecta y transparente.

Celtapotter parecía un verdadero tomate.

-¿Quién es?-le pregunto Dark Princess-¿Le conoces?

Celtapotter se volvió aún más roja todavía mientras Dark Princess bostezaba.

-Yo ya no me veo la hora de que empiecen las clases-dijo con voz cansada.

-Yo también-suspiré-¿Pero cuándo comienzan?

-Rol básico y Duelo básico el 11 de Mayo-me respondió antes de acercarse a Lucas Creed Dumbledore y saludarle.

Miré a Celtapotter.

-Amiga mia..-le dije intentantado disimular la risa-...pareces un tomate rojo recién salido del huerto con ketchup por encima.

Nos reímos juntas.

-Y ahora...¿me lo vas a presentar o no?-inquirí alzando una ceja y curvando las comisuras de mis labios coquetamente.

Mi profesora miraba a Dark Princess fijamente a los ojos, parecia buscar algo en sus ojos, bucear en ellos...

Alzamos las copas y la Jefa de los Centauros nos hablo en susurros, disfrutando de cada palabra que pronunciaba a traves de sus dulces labios.

-Feliz noche en que los muertos y vivos conviven como nunca, brindemos por la oscuridad que viene después de un día sin paz y más aun festejemos las fuerzas más allá de nuestro entendimiento -pude notar como su sonrisa de curvaba hacia arriba y los ojos le brillaban- Ojalá dentro de un año más podamos festejar como se debe en un lugar diferente, confío en que si.

Alce aun mas la copa y con placentera satisfaccion me lo bebi de un solo trago, no solia beber, pero la ocasion lo merecia.

Gyvraine tenia razon, buenos tiempos se avecinaban, y ella era una Malfoy, sangre de mi sangre...se acercaba, lo que yo llamaba, "una buena cosecha"...y tendria que preparame y adiestrarme para ello, pues debia ser fuerte...

-Por las buenas cosechas, que aunque tardan mucho en dar su fruto...-dije en voz alta esperando que determinadas personas me entendiesen-...son mas esplendorosas, durares y sabrosas que ninguna de las cosechas vecinas.

Sin esperar reaccion alguna, deje la copa de vino, ya vacia en la mesa, y le pegue un bocado a la mas jugosa de las manzanas rojas con un frio destello en mis ojos y una sonrisa en mis labios.

Termine mi presentación, y esperé a que mis otros compañeros también lo hiciesen.

(* * *)

Sonreí a Dark Princess, no la conocía demasiado, pero deseaba ser amiga suya, parecía buena chica.

Suspiré. Había pasado un día un tanto estresante en la mansión Haughton y la cabeza me daba vueltas, muchas vueltas, quizá demasiadas; todas se despejaron con el claro susurro de mi profesora, que parecía una cura contra el mareo.

-Hace un tiempo, cuando recién me pidieron ser jefa de esta casa, me encontraba aquí mismo después de una exhaustiva junta y preferí quedarme esa noche a descansar-las bellas llamas rojizas se reflejaban en la celeste mirada de la profesora Sullivan, creando unos de lo más bellos colores que jamás vería-me habían contado varias historias de este lugar, pero jamás creí en ninguna ¡Qué ingenua fui!

Ya nadie murmuraba, todos callaban, incluso los que iban llegando en ese mismo momento, ya fuese del exterior o de ordenar sus habitaciones, se sentían obligados por una extraña sensación a mantener el más sepulcral de los silencios, solo roto por el crujir de la madera al quemarse.

-Como sabrán el centauro es quien nos cubre bajo su imagen y más en específico aquel valiente que luchó en la batalla de Blodwyn -hizo una pausa y se detuvo a mirar un par de segundos el escudo de la casa, el escudo de nuestra casa,el escudo de mi casa, un extraño cosquilleo recorrió mi columna vertebral al pensarlo- Nunca pensé que el poder de una criatura como esa llegara a alcanzar a un grupo de gente como nosotros, magos desentiendes de poderosas familias mágicas y futuros de la comunidad, hasta que ante mi se develó la magia de esa criatura que, a pesar de haber muerto hacía tanto, se extiende aun por este bosque subterráneo, gracias al poder de la tierra.

Después de decir aquellas palabras, el fuego cobró el protagonismo, aquel no era un fuego corriente, parecía bailar con el silencio.

-Profesora-ella me miró-continue-supliqué, limitándome a representar a todos en aquella sala.

- Aun sigo esperando a que los nuevo se me diga de que familia son, de que clase o algo que nos haga conocernos. Tengo que contar la historia del dormitorio, pero siento que antes debo conocerlos – Sus pasos la había llevado junto al riachuelo y despreocupadamente la yema de sus dedos tocaron el agua – Creo que los más avanzados deberían presentarse.

Creí que era el mejor momento para sentarme, y en cuanto vi un sitio junto a Celtapotter, me puse a su vera.

Para sorpresa de todos, la primera en lanzarse en aquella conversación fue Dark Princess.

-Yo con mucho gusto me presento: Yo soy Dark Princess Malfoy, hija de Heitt Malfoy y hermana de Matsury Malfoy, Aang Malfoy, Laura Malfoy, Sam Hawkings y Bau Angel. Me gusta que me llamen Dark o Prins, no de otra manera. Todos mis hermanos están graduados menos yo y Sam, por eso ahora la estoy cursando. Hoy acabo de aprobar Generales 22 y por eso estoy tan feliz.

Al terminar, mi compañera volvió a su sitio, donde entablo conversación con un chico rubio.

-Siguiente-dijo la jefa de casa mirándome directamente a los ojos.

Si eso no era una indirecta para que me presentara, yo era moco aplastado de trol.

Me levanté, y observé a mis compañeros y a mi profesora, que sonreí satisfecha, sin duda alguna aquello había sido una indirecta.

-Me llamo Dakota Malfoy, y soy hija de Mónica Malfoy y hermana de Merche Malfoy Black. Me gusta el zumo de calabaza, y hoy, al igual que mi amiga- sonreí a Dark Princess- he aprobado las Generales 22 ¡y todavía no me lo creo! Y mi mayor sueño es...llegar a tener un sueño que cumplir.

Sin esperar a ponerme los zapatos, me encaminé descalza por aquellos pasillos iluminados por antorchas en busca de una habitación adecuada para mi; era muy quisquillosa en en todo lo que rodeaba a lo que era mi "burbuja vital" y todo tenía que estar mi gusto.

La primera habitación era, la verdad, un tanto sosa, el suelo era muy duro y las paredes eran de un amarillo mostaza horrible.La segunda habitación era bonita, pero demasiado pequeña.

Y a la tercera fue la vencida.

Abrí la puerta de la habitación y me encontré con lo que denominé como "mi habitat natural": era de un tamaño normal tirando a grande; las paredes eran lisas y tenían algunas ramas y troncos empotradas en ellas, dándole un ambiente increíblemente rústico. Los muebles me encantaron:un amplio escritorio, en el que había una curiosa vela con forma de centauro, junto a él se encontraba una silla de madera con un cojín verde; no muy lejos de allí, dos sillones y un sofá de color verde lucían calentitos junto a una pequeña mesita de té;no muy lejos de dos grandes estanterías y un aún más grande armario, se encontraba una gran cama doble.Todo de estilo antiguo.

Decididamente, me encantaban las habitaciones individuales, así podría decorarla enteramente a mi gusto.

Con varios golpes de varita y una selección de nuevos colores la habitación acabo de esta forma:las paredes fueron pintadas de un color crema suave, adornadas con algunas fotos y un pequeño corcho donde tenía pensado colgar notas y demás cosas fácilmente olvidables. Sobre el escritorio coloqué algunos libros indispensables en el estudio de la magia, un par de plumas y pergaminos, y un pequeño peluche con forma de tigre.Toda la madera de la habitación; es decir, las estanterias, los armarios, las sillas,el escritorio y la cama; fue pintada de marrón madera, cosa que me hacía gracia. En cambio, los cojines los puse de colores distintos, rojos, morados, naranjas y beiges con distintos bordados; mientras que en la cama fue colocada una bonita manta de colores rojizos.

No tarde demasiado en colocar todos mis libros (que eran muchos) en las estanterías, y mi ropa en los armarios. En lo que si tarde fue en repartir todos los pequeños muñequitos que tenía (bolas de nieve, pequeñas estatuillas...) por toda la habitación.

Al terminar, salí al exterior de la habitación y cerré la puerta con una gran y antigua llave, que después me colgué al cuello con una larga cadena de plata.

-A este gran cuadro solo le queda la firma-suspiré poéticamente.

Saqué la varita, y como si de una gran pluma se tratase, escribí mi nombre: Dakota

Una única gota de sudor bajó por mi frente. El trabajo se cobraba su precio: el cansancio, agotamiento...o como se llamara aquella dichosa sensación que te daba un sueño terrible y unas ganas insufribles de echarte a dormir.

Pero no podía, ni debía hacerlo; así que me dirigí hacía la Sala Común y me senté en un cómoda sofá a esperas de la próxima información que nos daría la jefa de casa.

Atravesé el pequeño agujero que se paraba el centaura del suelo segundos después de murmurar la contraseña; bajé con cuidado y una profunda emoción los escalones negros y mohosos, hasta encontrarme con unas frondosas y verdes copas de árboles. Fue tal la sensación que recibí que no pude contenerme a quitarme los zapatos y quedarme descalza, lo cual fue un tanto complicado ya que me hallaba en sobre unas escaleras, pero había tomado la decisión de que fuera lo que fuera lo que me esperaba allí abajo iba a recibirme descalza.

Aquella fue una buena elección, pues mis ojos se encontraron con el más bello y acogedor lugar que pudiesen encontrar.

No estaba segura de que aquello fuese un sueño o no, o que fuese un bosque o una estancia; pero mis pies se sintieron invitados a acariciar aquel suelo, encontrándose con algo tan resistente como una moqueta, pero tan suave y refrescante como las mejores briznas de hierba. La pureza del aire y el ronroneo del agua al correr invitaban a dormirse entre aquellas curiosas e imponentes paredes de troncos y a no despertar jamás.

Decididamente, valía la pena entrar en la Academia de Magia y Hechicería solo para ver aquella estancia amueblada con grandes sillones de aire clásico.

Me fije que no muy lejos de la chimenea en un cómodo sillón se encontraban una mujer y una muchacha pelirroja de pie.

La profesora Malfoy acababa de bajar El Profeta y miraba a la alumna.

Y justo cuando creía que ninguna se había inmutado de mi presencia, la profesora Malfoy giró su cabeza y me dirigió una sonrisa.