Veille Kyeber

Holaa...si perdon por eso de la modificación...solo quería poner en negrilla unas palabras...bueno solo eso hice...no modifiqué nada más...pero después caí en cuenta de que debía visar...xDDD...pero ya no volveré a modificar nada más...u.ú

Gracias por los cambios...=)

Holaa...vengo a hacer cambios en mi ficha =)...

Bando: Mortífago

me gustaría que cambiaran las dos últimas líneas de mi historia:

Terminó sus estudios en la academia con buenas calificaciones, después de la graduación obtuvo su licencia de aparición y ahora se encuentra dentro del bando mortífago el cual se convertirá en su nueva familia.

Gracias =)

Mis formularios para rendir las pruebas, habían sido aprobados por lo que me dirigí hacia la sala de centro de exámenes. Primero decidí ir a la sala para el realizar el examen de aparición.

Caminé a pasos cortos por los pasillos hasta que encontré a algunos de mis compañeros recién graduados fuera del salón al que debíamos ir para la prueba de aparición. Sus rostros reflejaban nerviosismo y miedo – “espero que no se note que también estoy nerviosa” – pensé mientras recorría con la mirada por todos ellos. En ese momento Annick, la joven encargada para examinarnos salió del salón.

Escuché con mucha atención sus indicaciones sobre la prueba, nos explicó que debíamos entrar uno por uno ya que la sala estaba encantada para que cambiara de paisaje cada vez que alguien entrara.

- ¿Quién será el primero? – preguntó en un tono calmado.

No quería ser la primera en entrar para la prueba, así que con un pequeño encogimiento de hombros dejé claro que pasaría después de algunos chicos. Pasó un chico, dos, tres…

La puerta se abrió nuevamente, era mi turno; mi momento esperado; mi miedo frustrado. El temblor en las rodillas volvió a hacerse presente – lo harás bien – murmuré entre dientes y finalmente caminé hacia la sala, Annick se retiro un poco de la entrada y me dedicó una sonrisa para elevar mi confianza.

La sala era totalmente blanca e inspiradora, lo único que resaltaba en ella eran dos círculos rojos que se encontraban separados uno del otro a aproximadamente 10 metros. En uno de ellos debía colocarme inicialmente para luego aparecer en el otro círculo que estaría en lugar al que deseaba ir. Era la primera vez que iba a realizar algo relacionado con la aparición, nunca antes había considerado la idea de poder aparecerme en otro sitio por lo que antes de mi graduación no le había puesto mucho interés a esa cuestión. Para ese tema era una novata indiscutible, por lo cual necesitaba de mucha concentración para poder realizar correctamente aquella prueba.

Sentí un impulso y automáticamente una de mis manos se levantó hacia mi cuello y tocó el dije que colgaba de un hilo negro que mi novio me había regalado el día de mi graduación, bajé la mirada y lo observé detenidamente por unos minutos, por un momento sentí miedo de quedarme atrapada en el vacío o de que me pasara algo malo en esa prueba. Cerré los ojos y apreté aquel pequeño dije de diamante pensando en Keno…

Debía concentrarme, tenía que emplear correctamente las 3D’s para poder llegar a donde quería ir. Sin hacer más tiempo caminé hacia uno de los círculos y respiré hondo para relajarme.

Destino, ese era el primer aspecto en el que debía enfocarme, sabía perfectamente el sitio al que quería llegar, era tal vez algo común y corriente para algunos, pero para mí era mi refugio, era el lugar al que me gustaba ir cuando quería estar sola y pensar sobre las adversidades, era el único sitio donde me podía relajar totalmente. Cerré mis ojos y formé en mi mente aquel lugar, cuando los abrí la sala había cambiado de paisaje, en ese momento se podía apreciar un castillo arcaico, el mismo que se encontraba rodeado de inmensas aguas que bailaban por acción de la brisa que había en el ambiente.

En el mirador del castillo me encontraba yo parada aún sobre el círculo rojo inicial. Mis labios se curvaron en una sonrisa cuando vislumbré el panorama, los rayos de luz atravesaban las espesas nubes que yacían en el cielo, era algo encantador y estaba segura de que Annick también estaba disfrutando de la vista.

Determinación, era el segundo aspecto que debía emplear. Sabía donde tenía que llegar, y era al otro círculo que se encontraba al otro extremo del mirador del castillo – “solo es cuestión de concentración” – pensé mientras miraba detenidamente mi objetivo, levanté mis labios en otra sonrisa al sentir que mi mente y mi cuerpo ya se consideraban en el otro extremo. En ese instante mi cabeza solo abría paso a mi concentración en el otro círculo, no podía pensar en nada más que no fuera el otro extremo de la terraza. Sentí como si mi cuerpo fuera un imán, ya casi podía considerar que estaba en el otro círculo.

Deliberación, era el tercer y último aspecto que me restaba por manejar. Mi mente se aferró al extremo del mirador y una sensación de tranquilidad invadió mi cuerpo, en ese mismo momento todo mi ser viajaba hacia mi objetivo, sentí como que una pequeña brisa me empujaba hacia el otro círculo rojo, a mi alrededor todo parecía hacerse borroso pero no me importaba, lo único en lo que pensaba era en llegar.

- Oh…creo que ha estado bien – dije con asombro al mirar mi posición. Me encontraba ya en el otro redondel rojo, había logrado aparecer en donde quería. Para mi parecer todo estaba bien, había utilizado correctamente las 3D’s. En mi rostro se dibujó una sonrisa resplandeciente como los rayos del cielo que nos cobijaba, esa sonrisa era fruto de la satisfacción que sentía por haber hecho un trabajo bien realizado.

Giré mi semblante hacia Annick esperando que me diera su veredicto, no sabía cómo calificaría ella mi examen, era la primera vez que me aparecía en un lugar aunque sea a corta distancia.

Miré hacia el agua y di un pequeño pero profundo suspiro de alegría. Solo faltaba esperar que la chica que se encontraba en el otro extremo hablara felicitando o criticando mi prueba, pero fuera cual fuera el resultado me sentía tranquila.

Nombre del personaje: Veille Kyeber
Rango social: Aprendiz
Sexo: Femenino
Edad: 16 (adolescente).
Nacionalidad: Estadounidense
Padre(s) Sanguíneo:
Familia Sanguínea:
Patriarca/Matriaca:
Padre(s) Adoptivos:
Familia Adoptiva:
Raza: Humano
Trabajo:
Bando: Neutral
Rango dentro del Bando:
Habilidades Mágicas:
Conocimientos Especiales:

Objeto Magico Legendariol:
Objetos Magicos: Varita Mágica

Objetos Mágicos:
Certificados por el Ministerio de Magia.

Objeto: Varita mágica.
Clasificación: AA
Puntos: 20
Total de puntos: 20

Licencia de Aparicion: Si
Licencia de Vuelo de Escoba: No
Mascotas:

Aspecto Físico: Estatura media (1,57), su cabello es negro, un poco largo y ondulado en las puntas. Sus ojos son oscuros y estos poseen un brillo singular, sus pestañas son largas y rizadas, su tez es clara, y sus labios son gruesos, estos cambian en una gama de color rosa hasta rojo según el clima.

Cualidades Psicológicas: Tiene buena memoria, es un tanto introvertida, por esa razón le cuesta hacer buenas amistades. Le gusta ayudar a los demás, es muy responsable, sencilla, honesta, comprensiva, no soporta las injusticias, es apasionada, cuando está demasiado molesta dice cosas sin pensar porque se deja llevar por su enojo. Es muy posesiva con sus bienes, es buena amiga y sería capaz de dar su vida por uno de sus amigos si es necesario. Es poco expresiva.

Historia del personaje: Veille Kyeber nació en Los Angeles, Estados Unidos un 3 de Marzo de 1994, creció bajo el calor y la protección de Cristhian Kyeber y Noreli Black (sus padres). Es la segunda de tres hijos, su hermano mayor de 18 años se llama Gabriel y su hermana menor de 13 años Grace.

Sus padres, reconocidos magos, decidieron vivir una vida normal fuera de cualquier aspecto mágico, ellos pensaron que sería mejor para sus hijos que no se enteraran de sus raíces mágicas. Vivían en una casa pequeña pero acogedora al norte de Los Angeles. Veille cursó la primaria en una escuela que se encontraba cerca de su residencia.

Conforme pasaba el tiempo ella iba formando nuevas ideas para su futuro, lo que más le apasionaba era la música y el dibujo, era todo lo que le hacía feliz, aunque cada mañana que se despertaba sentía que algo le faltaba a su vida para que se complete y sea del todo placentera.
Una noche, ella se encontraba recostada en su cama jugando con una hoja de árbol seca, cuando de repente un ave golpeó ruidosamente su ventana interrumpiendo su descanso, era una lechuza que sostenía un sobre en el pico, en el se informaba que Veille había sido elegida para cursar la academia de magia y hechicería en Hogwarts, este acontecimiento la sorprendió y la dejó intrigada, ella pensó que sería una broma, pero en el fondo sabía que tal vez era eso lo que le faltaba para decodificar su vida. Sus padres se enteraron que el ministerio de magia la había escogido para que perteneciera a ese nuevo mundo, ellos comprendieron que no podían seguir ocultándole la verdad y le explicaron con punto y coma a qué mundo pertenecía realmente.

Cuando su hermano cumplió 18 años, viajó a Italia para realizar sus estudios universitarios y profesionalizarse en la rama de veterinario.

En ese tiempo la joven Kyeber estaba por cumplir sus 16 años. La decisión entre dejar su vida normal para incrustarse en el mundo mágico le fue un tanto difícil, pero no era por miedo de lo que le pudiera pasar, si no, por la tristeza que conllevaría dejar a su familia, más ella sabía que no la habían escogido en vano, seguro poseía algo especial, ya que de entre los tres hermanos ella había sido la elegida.

Cuando estuvo ya en la academia fue asignada a la casa de Ravenclaw, en Hogwarts hizo algunas amistades sólidas y otras apáticas. En aquella casa conoce a KenoO Cullen, un chico admirable de sonrisa encantadora, que la respeta, la protege y sobre todo que la ama sin límites.

Terminó sus estudios en la academia con buenas calificaciones, después de la graduación obtuvo su licencia de aparición y ahora se encuentra dentro del bando mortífago el cual se convertirá en su nueva familia.

Otros datos:
- Puede ejecutar algunos instrumentos musicales (Piano, flauta traversa y guitarra).
- La mayoría de las veces llega tarde a sus clases (Lenta XD).
- Siempre lleva su libro de comics en su bolso (“Mafalda”).