Jump to content

Personajes Secundarios de Emilia Malraux


 Compartir

Publicaciones recomendadas

Ficha de Annelisse Lenteric Stroud

http://i.imgur.com/kS0YtoA.jpg?2

Link a foto

 

Nombre: Annelisse Lenteric Stroud

Edad: 23

Nacionalidad o procedencia: Noveno círculo del infierno.

Raza: Demonio

Personaje principal al que está asociado: Emilia Malraux

Relación con el personaje principal: Sobrina de Emilia

Aspecto Físico: Es una joven de rasgos finos y delicados, carnosos labios de color rosado oscuro y un cabello largo y oscuro, es una chica de estatura promedio y de contestura delgada y definida. Es muy parecida a su madre.

Cualidades Psicológicas: Annelisse se caracteriza por ser una joven muy alegre, y eso se debe a que su infancia fue feliz al lado de su madre. En su rostro muy pocas veces se puede ver una mueca que delate tristeza pues siempre su cara se ve adornada por una radiante sonrisa. Le gusta conocer a nuevas personas ya que para ella vivir es una maravillosa aventura.

Historia:

 

 

 

Historia de Annelisse Lenteric Stroud mil años antes del tiempo actual


“Astaroth se había enamorado en las profundidades del infierno de la nieta del mismísimo Lucifer, Kutsy estaba totalmente prohibida para cualquier alma del inframundo que no quisiera sufrir por el resto de la eternidad pero el demonio siempre con la idea de que se tenía que hacer todo a su manera rompió las reglas sin quererlo ni proponérselo. Al momento de mirar a Kutsy quedo totalmente enamorado de ella, fingió ser de su guardia real para estar a su lado y en un altercado que mando provocar el mismo Astaroth entre dos demonios desapareció con ella al limbo en donde por primera vez estuvieron juntos. De esa unión Kutsy quedaría embarazada de unos mellizos mientras que a él lo mandarían a sufrir durante toda la eternidad en una prisión creada por Lucifer en donde diariamente seria torturado.

Pasados cinco meses desde su gestación, Kutsy dio a luz a una niña de nombre Annelisse y a un varón con el nombre de Demian. Después de nombrar a ambos niños a la madre se le informo que el varón había fallecido por complicaciones respiratorias, devastada por la pérdida se sumió en gran cariño y devoción a su hija Anelisse con la que vivió durante más de veinte años en calma.”

 

“¿Asi que esa es la historia de mis padres? ¿Podrían responderme?-“había preguntado Annelisse más de una vez a las Almas en pena que pagaban su castigo entre el sexto y séptimo círculo del infierno los cuales eran vigilados por las Ernias, tres entidades consideradas como las diosas de la envidia y venganza.

 

“Así es mi señora “le había contestado una de las almas que después de muchos ruegos había accedido a responder sus preguntas “pero ahora debería irse, si su bisabuelo la ve hablando con nosotros nada bueno le sucederá a usted y a su madre“- Los ojos de la niña vagaron por el lugar solo para ver en la distancia sombras que parecían vigilarla por lo que sin despedirse siquiera había regresado a la torre donde vivía con su madre, allí donde nadie podía vigilarla o eso pensaba ella.

 

23 Años después

 

Los años habían pasado con velocidad pero no podía quejarse de su vida, Había crecido rodeada de un amor que jamás había visto y que sabía que no podría experimentar así viviera mil años en el infierno. Su madre se había vuelto en su mejor amiga y sus días habían estado llenos de risas, juegos, Aventuras y sobre todo de amor, su madre era todo lo que ella tenía en ese mundo y se alegraba de poder correr a sus brazos buscando consuelo.

 

Por ello a pesar de estar rodeada de lamentos, gritos de dolor y perdida, ella era una joven Feliz, se había convertido en una mujer de carácter dulce pero no por ello manejable, luchaba por lo que creía correcto y más de una vez eso le había traído problemas pero no podía evitarlo quizás eso lo había heredado de su madre quien también era un dulce persona con un carácter bien marcado.

 

Una día mientras leía en su habitación recordó aquella historia que las almas en pena le habían contado hacia tanto tiempo atrás, jamás los había vuelto a ver aun cuando había salido a hurtadillas de la torre en busca de más respuestas sobre quien era ella, pero no los había conseguido quizás los habían castigado por haberle contado a ella sobre sus padres.

 

La verdad jamás lo sabría pero aun así cuando muchas veces tuvo la intención de preguntarle a su madre sus fuerzas se veían reducidas por temor a que la reprendiera y más allá de todo cuando intentaba sacar el tema de su padre los ojos de su madre se volvían tristes y era algo que no soportaba ver.

 

Ella quería respuestas, si esa historia era real su padre estaba siendo torturado por su bisabuelo, el cual ella no podía decir que apreciaba. Siempre había sido duro con ella y aun cuando les había proporcionado paz y un lugar tranquilo para vivir Annelisse se sentía incomoda pues a cada paso que daba siempre había alguien vigilándola solo para traerle más problemas con su bisabuelo.

 

Llevada por un impulso desconocido decidió escaparse de su hogar una última vez, oculta en una vieja capa negra que había conseguido en el armario de su madre, capa que ella jamás la había visto usando pero que aun así guardaba en su armario como una prenda más.

Salió de la torre y se dispuso a caminar por el circulo en el que se encontraba como si fuera un alma en pena más, aprovechando que por alguna razón el llevar esa capa hacia irreconocible sus facciones ante las diosas que vigilaban aquel lugar por lo que llegar a la salida de este no había sido tan difícil como pensaba.

 

Para Anelisse nada era más aterrador, que bajar a los confines del infierno, pero estaba decidida a hacerlo si así podía conseguir respuestas sobre ella y sus padres, a medida que bajaba por los diferentes círculos el horror incrementaba y los lamentos se escuchaban con más pesar. Más de una vez alguna que otra alma se aferraba a su capa pidiendo clemencia, pero ella no era quien para responder a sus suplicas, por lo que simplemente avanzaba con más prisa entre los caminos.

 

Al llegar a la octava fosa su corazón latía frenético pues debía admitir que una parte de su cabeza la impulsaba dar marcha atrás y regresar a la seguridad de su hogar donde seguramente su madre la esperaba, si algo sabia de sobra era que su madre era tan astuta que ya debía de saber que ella estaba fuera de la cama.

 

Centro su atención en el paisaje que se centraba frente a ella mientras recordaba las palabras de su madre cuando de niña ella le había preguntado sobre cómo estaba distribuido el infierno.

“El octavo círculo aún castiga a los pecadores que usaron la malicia, está ubicado en un profundo foso en el medio del cual hay un pozo que es la parte más profunda del infierno; entre el banco y los pozos se excavan diez inmensa zanjas conectadas por acantilados rocosos que actúan como puentes, estas zanjas son las diez fosas del octavo círculo, llamadas colectivamente Malebolge que es custodiado por Gerion símbolo de fraude, su cara aparenta ser justa pero posee cuerpo de serpiente ya que es tan engañosa como lo fue la serpiente en el edén”

 

Las palabras de su madre sonaban en su cabeza mientras se encaminaba hacia el centro de la fosa donde sus ojos se toparon con los del supuesto Gerion el cual trato de engañarla varias veces, pero ella había heredado la astucia y sabía usarla a su favor.

 

-¿Quién eres?- Le había incriminado Gerion al ver que había sido engañado en su propio juego, La joven lo miro unos segundos mientras agradecía no ser reconocida por nadie, en el momento que el Demonio quiso tocarla ella retrocedió un paso y con una autoridad que desconocía le respondió de manera fría y sínica –Yo soy lo que soy, no es tu labor saberlo, llévame al noveno circulo y quizás tenga piedad de ti si me sirves bien- Jamás había hablado de esa manera, ni siquiera creía posible que pudiera tratar así a cualquier persona pero el tiempo apremiaba y había llegado muy lejos como para rendirse solo por una pregunta.

 

-Esas palabras ya las había escuchado antes, y de alguien vestido exactamente igual que usted- le había dicho Gerion con un leve temblor en la voz mientras se giraba y conducía a la joven hacia el ultimo círculo del infierno.

 

El noveno circulo era aún más sorprendente y aterrador a como ella se lo había imaginado, su madre no había fallado en la descripción de este con sus cuatro zonas, el lago congelado también conocido como “cocito” y a la distancia alzándose majestuosos e imponentes dos torres alejadas entre sí, en una de ellas moraba el rey supremo que manejaba ese orden de caos y desolación. Y a quien ella a regañadientes ella debía llamar bisabuelo.

 

Camino varios pasos alejándose de Gerion que regreso a su círculo no sin antes hacer una reverencia a la joven que confundida acepto. Giro sobre sus talones y se encamino por ese valle de muerte donde el olor a azufre se colaba en su sistema respiratorio. A la distancia vio acercarse a un perfecto escuadrón cuyo camino fijaban hasta la torre que se encontraba centrada en el risco más alto del círculo en el que estaba.

 

Para su propio consuelo todos llevaban gruesas capas negras tapando sus caras como si de ángeles de muerte se trataran. Espero que pasaran por su lado y con movimientos agiles se mezcló entre ellos sin levantar la más mínima mirada hacia ella, camino acoplando sus pasos a los de ellos mientras pensaba en que haría al llegar a la torre ¿Cómo entraría? Y sobre todo ¿Qué era lo que debía buscar precisamente?

 

Al llegar a la torre, los que lideraban el escuadrón los separaron por grupos y ella quedo para su suerte en el que debía patrullar dentro de la torre de su bisabuelo. Ella jamás había estado allí pues Lucifer siempre iba a visitar a su madre y a ella personalmente en la torre donde las dos mujeres Vivian.

 

“Vamos Annelisse es tu oportunidad” pensó para sí misma mientras vagaba como fantasma carente de vida entre los pasillos de la morada de su bisabuelo el cual en esos momentos estaba en el mundo superior creando caos a los habitantes de ese desgraciado mundo.

 

Vago por los pasillos con calma fingiendo que vigilaba cuando la verdad estaba buscando una biblioteca que su madre había mencionado en una de sus historias sobre su abuelo, según ella allí se encontraban las historias de todos los habitantes del inframundo, de seguro allí también estaría la historia de su padre.

 

Estuvo a punto de rendirse cuando logro dar con la tan ansiada habitación. Al entrar en ella una exclamación había salido de sus labios, el lugar era enorme quizás el tiempo no fuera suficiente para conseguir lo que buscaba pero aun así se encamino decidida hasta uno de los mesones donde descansaban un montón de pergaminos que la joven iba revisando con prisa. Justo cuando llego al último gabinete se dio cuenta que su objetivo había estado en sus narices todo ese tiempo.

 

Allí flotando en una especie de protección yacía un papiro con el nombre de Astharoth, estiro su mano y atravesó el campo que produjo leves quemadas en su piel, supuso que no la dañaban más pues en sus venas corría la sangre del rey de esas tierras.

 

Leyó con calma el título del papiro y al desenrollarlo su mirada se volvió blanca mientras vagaba por los recuerdos que en ese papiro estaban plasmados, por alguna razón este no deseaba ser leído en cambio le mostraba todos los sucesos que habían llevado a su madre a vivir en esa torre y criarla como hija única aun cuando esa no era la verdad.

 

Al finalizar el relato sus ojos volvieron a su tono normal mientras densas lagrimas caían por su rostro, su padre yacía preso en un cárcel por amar a una mujer a la que ella acostumbraba a llamar Madre. Volvió a enrollar con cuidado el papiro y regresándolo a su lugar salió decidida de aquel cuarto regresando a su lugar entre el escuadrón que se reagrupaba quizás para moverse hacia otro lugar.

 

-¿Quién de ustedes se ofrece a vigilar la torre del prisionero?- Había hablado uno de los cabecillas del escuadrón. Los ojos de Annelisse se dirigieron hacia esa torre que oculta tras un montículo apenas si se divisaba –En ese lugar no hay más que gritos, ni siquiera podemos tocar a las concubinas del amo todas van para ese despreciable duque- Había dicho otra vos entre la multitud. El corazón de Annelisse se detuvo unos instantes mientras avanzaba a paso seguro entre los soldados –Si tan tormentoso es ir para ustedes, entonces me ofrezco yo. Si ustedes traicionan al amo es cosa suya no mía- Habia dicho tratando de que su voz sonara mas grave de lo que realmente era.

 

-Entonces buena suerte cadete- había dicho uno de los líderes mientras miraba con una sonrisa burlona a la joven que se giró sobre sus talones y emprendió el camino hacia la torre donde según sus sospechas su padre pagaba condena. Al entrar en aquella torre su piel se helo pues a cada paso que daba un nuevo grito de suplica se escuchaba en la planta superior.

 

Al llegar muchas mujeres la miraron pero no se inmutaron en quien era ella, sus bocas se curvaban en deleite cada vez que un nuevo aullido salía del cuarto que cerrado con llave estaba frente a sus ojos, por no levantar sospechas Annelisse imito el comportamiento de las mujeres. Cuando la puerta se abrió ella no dejo ni siquiera salir a la mujer que con rastros de sangre y una sonrisa se apartaba de la puerta.

 

-es mi turno - dijo con voz neutra carente de cualquier tipo de emoción mientras las demás mujeres la miraban con reproche -y tu quien eres- dijeron varias mujeres intentando identificarla - la nueva tortura impuesta por Lucifer- susurró abriéndose paso hasta la puerta la cual abrió y cerrándola se giró solo para encontrarse de frente con un joven de cabellos grises y ojos rojos que la miraban pero sin detallarla pues sus ojos se veían perdidos en una expresión de profundo dolor y agonía.

 

Los tobillos y muñecas de Astharot sangraban por las cadenas benditas que lo ataban y que al mirarlas producían una sensación de incomodidad dentro de ella, pero había algo en la mirada de él joven que la tenía atrapada.

 

Esa mirada, le recordaba tanto a su madre que sintió el impulso de correr a sus brazos como lo hacía con ella cuando la conseguía llorando en su habitación. ¿Qué era lo que la impulsaba a tratar de consolar a aquel desconocido que no tenía ningún rastro del hombre que decían que era y sobre todo que era su padre?

 

Su mirada choco de nuevo por breves instantes con la de su padre mientras aún oculta bajo su capa se cuestionaba en que tenía que hacer, si afuera no escuchaban gritos sospecharían de ella por lo que se acercó a paso seguro hasta el para decirle - necesito respuestas que sólo tú me puedes dar- afuera un murmullo empezaba a sonar - necesito que cooperes conmigo no he venido a dañarte pero quienes están afuera deben creer que es así- dicho eso se separó de el y se recostó en uno de los muros -eres Astharoth ¿cierto? Que fue lo que hiciste- sabía que jugaba con fuego pero debía lograr que confiara en ella -si me dices la verdad puedo hablarte de tu amada- concluyó mirándole.

 

La mirada de su padre la había seguido a cada movimiento que había realizado, sus ojos la estudiaban como si quisieran encontrar una explicación a tan extraño encuentro, pero justo en el momento que escucho las últimas palabras que ella había dicho, sus labios se habían abierto en una mueca mientras con repentina desesperación pronunciaba -Ku....tu que sabes de ella?- Alli Annelisse supo que obtendría lo que necesitaba, en ese momento los brazos de su padre se tensaron dejando salir de sus labios un fuerte grito de dolor que quebró el alma de la joven mientras lagrimas caían del rostro de su padre. El estaba cumpliendo lo que ella le había pedido lo supo en el momento que risas frenéticas resonaron a las afueras de la habitación.

 

Esos ojos rojos la miraron una segunda vez mientras buscaba fuerzas para responderle - -Sí, soy Astaroth...o al menos lo fui. General de la segunda legión del infierno condenado por la eternidad por el simple hecho de enamorarme...- El corazón de Annelisse se había roto con cada lágrima que el demonio había dejado salir, respiro profundo mientras trataba de que su voz no delatara que ella sufría de verlo sufrir, era su padre.

 

Un padre del que siempre pensó que era perverso y por ello pagaba condena, un padre que siempre creyó que era la causa de las lágrimas de su madre pero no por el sentido correcto en el que ellas las derramaba.

 

-¿Amor? ¿Que acaso eso está prohibido en el inframundo?- dijo mirando a su padre.
- Lucifer no pudo encerrarte sólo por amor, algo más debiste hacer para provocar su irá, ¿que acaso ella estaba prohibida?, ¿por qué no te encerró en tu Torre? - sonaban duras sus palabras pero era la única manera de que su voz no fallará. Su madre siempre le había dicho que en ella había un espíritu indomable pero muchas veces se sentía más cobarde que la más frágil alma que pagaba condena, en el infierno.

 

-si me respondes sabrás de ella lo necesario a menos que quieras que me marché y te dejé en zozobra- otra vez las voces resonaban necesitaba hacerlo sollozar así él podría responderle. La cabeza de su padre se movió negando a cada una de las palabras que ella pronunciaba, poco a poco esos ojos rojos se endurecían mientras apretaba sus labios como si deseara gritarle mil cosas.

 

La fulmino con la mirada para luego decir de manera brusca y tajante -No sabes lo que sufro sin ella!- Su padre había hablado lo suficientemente fuerte como para apaciguar los murmullos que se extendían en la sala de afuera, cosa que hizo sonreír aliviada a Annelisse mientras observaba cada una de las expresiones que el hacía y escuchaba sus palabras.

 

-Ella estaba terminantemente prohibida para todos los demonios en especial para Belsebu y para mi al ser generales supremos... Rompí las reglas y ¿sabes? Es lo mejor que pude hacer en toda mi existencia, Lucifer si me encerró por amar y me encerró aquí porque sabe perfectamente el poder que poseo...- Las últimas palabras de su padre la habían herido en el alma, si era tan poderoso que su bisabuelo le temía ¿Por qué no había hecho nada por ir a rescatar a su madre?

 

-Si lo que dices es verdad, si tus poderes son tan fuertes ¿por qué no te liberas a ti mismo? ¿Porque jamás reclamaste lo que era tuyo? – intento con todas sus fuerzas que sus palabras sonaran calmadas, pero por más que lo intento no pudo hacerlo y estas habían salido de sus labios más como una queja que como una pregunta.

 

Ella había ido a conocer la historia de su familia y había terminado encerrada en una Torre con su padre a quien no podía revelarle quien era. Sus ojos se clavaron en los de el sin poder evitar que debajo de esa capa, odiosas lágrimas corrieran pos su rostro, se acercó a él de nuevo quedando a la altura de sus ojos, esa respuesta la iba a escuchar pero lo haría allí sentada frente a él mirándole a la cara.

 

Cuando sus ojos chocaron con los de su padre una expresión de sorpresa lleno el rostro de el hombre que tenía frente a ella y la miraba con sorpresa quizás porque ya se había percatado de sus lágrimas. A decir verdad a Annelisse ya no le importaba si su padre ataba los cabos sueltos o no, la realidad que enfrentaba era muy dura y demasiado cruel para que alguien que había tenido una vida feliz la aceptara de un solo golpe.

 

 

-No puedo... Belcebu se alió con Lucifer y me amenazaron, si yo no me quedaba aquí confinado por el resto de mis días siendo castigado por mi falta ellos iban a matarla.- La voz quebrada de su padre la saco de su estado de Shock --Cualquier tortura es menos dolorosa que el hecho de saber que ella está muerta... Por eso deje que me apresaran, para que ella pudiera vivir.- la joven escucho sus palabras mientras se mordía la lengua para no decirle que su madre no estaba muerta y que todos los días lloraba su ausencia encerrada en una de las habitaciones de la torre donde Vivian mientras ella buscaba como consolarla sin éxito.

 

-Entonces si la amas- dijo casi en un susurro mientras lo miraba. Su padre era quien estaba atado pagando una injusta condena, Sólo por mantener a su madre con vida y sin saberlo a ella también, debía ayudarlo así fuera con alguna palabra de aliento. -Entrar no es difícil y salir tampoco lo sería si sabes como, busca como hacerlo- dijo tratando de controlar su voz por un momento levantó su mano y tocó su cara, a pesar de las heridas producidas en su rostro este era suave.

No debía hacerlo pero ¿ya que más daba?, era hora de cumplir su parte del trato, tomó aire y hablo con más dulzura ya que le era inevitable no hacerlo cuando se refería a su madre. Una madre que la esperaba para reprenderla - Ella está bien, vive donde las Ernias vigilan la tierra, no sufre dolor físico aunque su alma está rota y ahora sé el por qué - se acercó a su padre y beso su frente levantándose y dando media vuelta para salir de la habitación.

 

Su padre la miro con sorpresa ante su gesto y ella sintió sus ojos clavados en su espalda mientras avanzaba hacia la puerta la cual no pudo abrir pues su padre le había pedido que esperara. Ella se giró quedando frente a el mientras escuchaba una vez más la voz de su padre -Si ella se encuentra bien quiero que hagas algo por mí...- Annelisse observo como el joven luchaba con todas sus fuerzas por ponerse de pie y cerrando sus ojos por unos momentos susurro – Rambaldi- luego se dejó caer de nuevo al suelo -Tatúa en el hombro de Kutsy este símbolo, de esa manera podre encontrarla dentro de mil años... Prometo que saldré de aquí por ella, dile... Si la llegas a ver, dile que siempre la amare.- su padre dibujo en el suelo el símbolo que ella debía tatuar en el hombro de su madre mientras pensaba que lo haría, pero no sería esa noche ya que sabía que en casa la esperaba la furia de la nieta de Lucifer en todo su esplendor.

 

Le había prometido a su madre jamás alejarse de la Torre donde vivían y aun así había roto su promesa, quizás eso de no poder cumplir sus promesas lo había heredado de su padre - claro que lo haré - quiso llamarlo por su nombre quiso decirle padre pero no podía delatarse - cuente conmigo mi señor, ya nos veremos en algún otro momento - dijo haciendo una reverencia para luego salir del cuarto, donde no se terminó de cerrar la puerta cuando una nueva joven entró en ella.

 

Salió en silencio sintiendo como su alma se quebrada mientras nuevos gritos se escuchaban, hecho a correr en dirección contraria a donde había venido rehaciendo el camino casa, no se detuvo ni se fijó por donde corría, solo deseaba llegar a su hogar y esconderse en los brazos protectores de su madre. Estaba aterrada y con el corazón hecho trizas, ahora entendía mejor a su madre y por qué más de una vez ella sentía que cuando la miraba un gran peso se concentraba en su corazón. Ella era lo único que le quedaba del hombre que había amado y que amaba, Ella era la hija de Astharot.

 

 

Entro con sigilo a su hogar dejando caer la capa que escondió en uno de los cajones del mueble que su mama tenia en la sala , ya en algún otro momento la regresaría a su lugar. Se giró y su corazón se detuvo al encontrarse cruzada de brazos a una mujer que escondida entre las sombras la miraba con ojos desorbitados - ¿Se puede saber en dónde estabas metida a estas horas de la noche?- Escuchar la voz de su mama hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas y la conversación que había mantenido con su padre resonara en su cabeza -¡Mama!- Fue lo único que dijo mientras corría a esos brazos que la habían arrullado durante tantas noches en las que sentía miedo. Esa vez sus lágrimas no se debían a algún temor, sus lágrimas eran producto de una tristeza muy grande.

 

Pero sabía que no podía decirle nada ya que eso significaba que su madre seguiría sufriendo como lo había hecho todos esos años -¿Qué tienes mi niña?- le decía de manera maternal mientras acariciaba sus cabellos y la arrullaba en su pecho mientras ella trataba de controlar esas lagrimas que corrían por su rostro, Esa noche su madre no la dejo sola por temor a que algo la hubiera dañado y ella intentara hacer alguna locura.

 

Varias semanas habían pasado desde que había bajado al noveno círculo, ella intentaba llevar su vida como siempre la había llevado pero se le dificultaba hacerlo cuando la imagen de su padre llenaba su mente. - ¿si te hubiera dicho quién era habrías sido feliz así fuera por un momento en ese lugar de lamentos?- Solía preguntarle a la nada cuando su mama no estaba cerca de ella.

 

Ese día su bisabuelo había decidido ir a visitarlas por lo que se vio obligada a vestir con su mejor prenda y pasar tortuosas horas en la sala de la torre mientras su madre charlaba con ese ser al que ella jamás había querido y después de saber lo que le había hecho a su padre apenas si toleraba.

-Annelisse, mi dulce niña- esa voz siseante rompió el incómodo silencio que envolvía la estancia cuando su madre se había disculpado para traer algo de la cocina –dime bis- le había contestado ella como siempre solía llamarle aunque de buena ganas habría deseado levantarse y esconderse en su habitación.

 

 

-¿qué opinas de tener tu propia torre?- le había dicho su bisabuelo estudiando su expresión que en ese momento la joven agradeció fuera neutra – No está en mis planes mudarme, ¿Además desde cuando tú me haces regalos?- Le importaba muy poco si había sonado grosera, después su madre la reprendería pero en ese momento no deseaba hablar con nadie.

 

 

-Eres mi única bisnieta y ya estás en una edad donde has dejado de ser una niña- dijo mirándola con una sonrisa que parecía sincera aunque en realidad no lo fuera – Como sabrás recientemente llegue de la tierra y al pasearme por los círculos de mi reino note que la torre del tercer circulo estaba vacía y no pude más que pensar en ti para ocuparla, con todos los beneficios que eso te traería-.

 

Si antes su bisabuelo había sido despreciable en ese momento habría deseado tirarle la taza que tenía en la mano, pero por no dañar el nombre de su madre se contuvo y con una voz que lindaba de lo dulce a lo iracundo le respondió – intentas darme la antigua torre de Astharot y todos sus dominios- en su vista periférica noto como su madre se petrificaba en la entrada de la sala –si- respondió su bisabuelo –No lo hare- dijo ella ya sin un dejo de dulzura en su voz – osas despreciar un regalo de tu bisabuelo- Dijo Lucifer dejando de lado sus buenos modales.

 

-¡Era el hogar de mi padre, es más sigue siendo su hogar, me propones que traicione a mi padre, ese padre que torturas en una de tus torres ese padre del que siempre me contaste mentiras!- Dijo exasperada alzando la voz una octava más alta de su tono normal. La respiración de su madre se cortó y los ojos de su bisabuelo casi se salían de sus cuencas ante las palabras que ella acababa de pronunciar – no lo hare ni hoy, ni aunque viva un milenio, rechazo tu oferta- su voz era dura pero no se arrepentía de lo que hacía, ella sabía muy bien que era lo suficientemente orgullosa para mantenerle la mirada a su bisabuelo mientras este cerraba los puños entorno a su cintura, y gruñía alguna maldición contemplándola.

 

 

 

-ya sabes lo que le pasa a quienes me traicionan Annelisse- Dijo mirándola con odio –Lo se pero de igual manera me niego a aceptar tu oferta- había dicho mientras un grito ahogado salía de los labios de su madre. -Que así sea bisnieta querida- Dijo saliendo de su hogar mientras ella trataba de no caer sentada en la silla que tenía detrás. Sentía que se iba a desmallar todo le daba vueltas, pero los sollozos de su madre le impidieron desvanecerse, corrió a abrazarla mientras esta la miraba con dolor plasmado en sus facciones.

 

-Te matara- escucho decir a su mama, pero a decir verdad no sentía miedo por ese hecho jamás le había termino a la muerte, por el contrario en ese momento se acordó de lo que le había prometido a su padre era hora de decirle a su mama lo que había sucedido ese día que regreso llorando a casa.

 

 

Mirando a su mama le dijo con dulzura- necesito mostrarte algo- Aferro las manos de su madre y con una habilidad que había descubierto hacía varios años atrás le traspaso los fragmentos de la conversación que había tenido con su papa –ahora lo sabes, no sé qué significa ese símbolo pero si con eso él te encontrara entonces mi muerte no será en vano- dijo marcando el hombro de su madre con la señal que su padre le había mostrado, y que segundos después había desaparecido de su piel.

 

Esos días habían pasado lentos y sumidos en tristeza, ¿Una semana? ¿Tres días? La verdad no lo sabía le dolía ver que su madre lloraba cada vez que ella la descubría mirándola mientras caminaba por su hogar, pero sabía que no podía cambiar su destino y en algún momento tendría que enfrentarlo y lo haría con la frente en alto.

 

 

Ese día los guardias de su abuelo la habían ido a buscar en casa, no habían sido amables pero a ella tampoco le importaba su mama caminaba aferrada a su brazos mientras sollozaba y pedía clemencia aun cuando ni siquiera la misma Annelisse lo hacía por sí misma.

 

 

-esta es tu ultima oportunidad mi niña ¿aceptas mi propuesta?- Había dicho su bisabuelo con un tono de voz que resonaba en cada rincón del noveno circulo, mientras sus guardias la dejaban parada en medio de aquel lugar de caos.

 

Los ojos de Annelisse recorrieron el lugar y cada rostro que la miraba con una sonrisa macabra detallándolos –Jamás tomaría el lugar de mi padre- Dijo mirando a su bisabuelo por un breve instante para luego centrar su atención en esa torre donde creyó ver a un hombre asomado por una de las ventanas.

 

 

-Entonces morirás- dijo su bisabuelo con una voz que delataba más placer que tristeza, ella sabía que el jamás la había querido y que su muerte solo le complacía mas. Los gritos de su madre resonaron en la distancia, pero ella no los escuchaba estaba perdida mirando a aquel hombre que le regresaba la mirada con una mueca de espanto en su rostro “cuando seas libre, regresa por mi papa, no me olvides” había pensado mientras cerraba los ojos esperando que la espada cortara su cabeza.

 

Escucho el golpe sordo del metal en su piel pero por alguna razón su cabeza no había caído al suelo, por el contrario seguía en su cuello pero ella ya no podía moverse, estaba presa, presa en una oscuridad donde no sentía nada más que la soledad.

 

Mil años después, año 2015.

 

 

La oscuridad no era nada comparado con la soledad que se aferraba a su alma y que con cada segundo que pasaba la llenaba de tormentos -¡No estoy muerta!- repetía ya sin fuerzas cada cierto tiempo. Vagamente había logrado escuchar voces a la distancia en algunas ocasiones -¿Qué se supone que debemos hacer con ella?- se decían unos a otros mientras Annelisse gritaba con todas sus fuerzas clamando que alguien logrará escucharla y sacarla de ese encierro.

 

Se había resignado a pasar toda la eternidad sumida en esa oscuridad que de vez en cuando le mostraba algún nuevo horror que la atormentaba por largo tiempo. Pero aún así cuando estaba sola no se arrepentía de los hechos que la habían llevado hasta ese lugar. "Espero que consiguieras tu libertad papá" pensaba mientras acostada en algún lugar recordaba esos ojos vagamente mirándola con horror segundos antes de su ejecución

No sabía si ya el tiempo se había cumplido pero a decir verdad a ella le parecía una eternidad.

Cerró sus ojos y abrazando sus rodillas, perdió la noción de cuanto rato paso allí tirada en ese estado que más que sueño era vacío. ¿Horas? ¿Días? Ya no lo sabía cuándo sintió por primera vez en mucho tiempo algo cálido que se acercaba a ella, sus ojos se abrieron buscando por todos lados de quien provenía ese calor.

 

Unos metros más allá logró ver a una mujer de cabellos rojos y piel Blanca que se acercaba a ella con cuidado mostrando una sonrisa que en vez de miedo le inspiraba calma. -¿Quién eres tú?- le dijo mientras se levantaba quedando frente a la pelirroja, sus ojos eran de un azul intenso, y la mirada que salía de ellos le inspiraba seguridad por algún motivo desconocido.

 

-Eso no importa ahora Annelisse, ven conmigo alguien desea verte- le había dicho esa extraña mujer con un tono de voz que sonaba muy dulce para ser alguna ilusión. -¿Alguien? Pero si acá no hay nada ni nadie más que yo - dijo extrañada mientras se preguntaba a sí misma si ya no había perdido la cabeza.

 

-Cierra los ojos y dime que escuchas - le había dado como respuesta la mujer de ojos azules, mientras ella sin saber por qué le hacía caso cerraba sus ojos. A lo lejos se podía escuchar vagamente un golpeteo que cada vez sonaba más fuerte -Mi corazón- dijo Annelisse abriendo los ojos con sorpresa.

 

-Así es pequeña, tu sueño ha sido largo y ya es hora de regresar a la realidad- le había dado por respuesta la pelirroja que se desvaneció ante sus ojos. Annelisse se concentró en el latir de su corazón y fue entonces cuando se dio cuenta que volvía a sentir su cuerpo, su corazón palpitaba en su pecho y los dedos de sus manos respondían a las órdenes que ella le daba.

 

"Aire" pensó mientras sentía que se ahogaba. Abrió sus ojos de golpe y se incorporó en la fría piedra donde había estado acostada todo ese tiempo, respirando con desesperación mientras sus pulmones se llenaban de ese aire que apestaba a azufre pero que aun así le servía.

No fue sino hasta que su respiración se normalizo que se percató de alguien que la observaba con sorpresa y curiosidad.

Ni mil años en la oscuridad lograrían que ella no reconociera a quien tenía parado a su lado, se preguntó a sí misma si debía tratarlo con respeto pero a decir verdad era lo menos que le preocupaba.

 

Su rostro estaba sano ya no había rastro de marcas en él y esa sombra de dolor ya no le desfiguraba sus facciones. Los labios del demonio se curvaron en una sonrisa mientras ella lo miraba entre sorpresa y confusión.

 

-¡Papá!- dijo lanzándose a sus brazos que la recibieron con fuerza y cariño - Regresaste por mí- dijo en un susurro mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, y escondía su rostro en el pecho de este. No supo cuánto tiempo estuvo allí, llorando pero cuando al fin dejo de llorar levantó el rostro y se dio cuenta que no estaban solos, allí parados unos metros más alejados de donde ella estaba con su padre yacía un joven cuyo aspecto era terriblemente similar al de su padre y justo a su lado una mujer de cabellos rojos.

 

Cuando sus ojos chocaron con los de la pelirroja entendió que había sido ella quien la había ayudado a despertar, se separó de su papá y levantándose se paró detrás de él, no tenía miedo pero no podía mantenerse por sí sola de por lo que él le servía de apoyo.

 

Unos minutos más tarde de alguna manera la cual ella ignoro por completo habían salido de ese lugar que apestaba azufre. Lo primero que sintió fue algo cálido rozar su piel y al abrir los ojos quedó encandilado por el brillo con el que todo resplandecía, desde los árboles hasta la hierba era más brillante en ese lugar y el aire... El aire era un deleite pues se sentía puro.

 

Su padre no tardó en hablar, y presentarla con las otras dos personas que estaban con ellos, quedó algo sorprendida al escuchar que tenía un hermano ya que lo hacía muerto. Pero cuando escucho a su padre presentarle a su tía lo único que Annelisse pudo hacer fue agradecerle con una sonrisa y un abrazo por haberle regresado la vida.

 

-Padre - dijo algo confundida después de unos momentos -¿Donde está mi madre?-

 

 

Otros datos:

 

- Es una chica muy alegre y sonriente

- Le encantan los animales y la naturaleza

- Posee un espíritu libre

 

Condiciones de utilización: solo para ser usado por Emilia Malraux

Editado por Juliens

http://i.imgur.com/ZYGRF1d.gif http://i.imgur.com/8U1RHnf.gif
s2Fz4I5.png http://i.imgur.com/ZaDBLYs.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Se aprueba la ficha del personaje secundario de Emilia Malraux y se reservan los posteos necesarios para el registro de personajes posteriores, que serán visibilizados según sean requeridos (5, en su totalidad). Las actualizaciones de las fichas se admitirán con una periodicidad mensual, dentro del mismo topic y siguiendo las normas de actualización conocidas.

Se procede a añadir enlace de personaje secundario, dentro de la ficha principal.

Atentamente:

Juliens

Moderador Global de HarryLatino.org

NHCeJlw.png

T7Qipl9.gif
O1KlJf5.png
f5DcgjA.gifXuR0HEb.gifGPQsszk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.