Prueba Libro de la Fortaleza

[Mia.]

El momento en que Arcanus, debía enfrentarse a su prueba para poder vincularse con el Libro de la Fortaleza, había llegado. Después de que la Black Lestrange, creará el portal que los hizo desaparecer de Teotihuacan, este los llevó hasta un nuevo escenario, el cual aún pertenecía al pasado prehispánico de México.

 

Ahora se encontraban, a un costado del cenote sagrado de sacrificios de la mítica Ciudad Maya de Chichén Itza, la cual era una de las ciudades más importantes de la cultura. Desde el cenote, se podía apreciar la punta de la pirámide de Quetzalcóatl, y alrededor del cenote al descubierto, algunas cuantas lagartijas, vegetación de pastos y algunos árboles indicadores de humedad.

 

Mientras que la fauna se limitaba a algunos peces corriendo por la cristalina agua, que en otros momentos se pintaba de rojo, debido a los sacrificios humanos que solían realizar los sacerdotes para adorar a sus Dioses. Considerando la posibilidad, de poder presenciar alguno, se limitó a observar a Arcanus, el cual tenía que adecuarse al cambio de temperatura.

 

El clima en aquella región de México, era drásticamente muy diferente, porque pasaba de uno templado a una humedad caliente sorprendente, por encontrarse en medio de la selva. Por tanto, las condiciones del cuerpo, tendrían que adecuarse rápidamente, porque aunado a eso, una esfinge aparecería delante de él cada dos turnos, pidiéndole resolver un acertijo, antes de continuar con su prueba

 

Recurriendo a la metamorfomagia, regresó a su aspecto real, dejado al descubierto su pelo rubio, piel blanca y ojos verdes, mientras que su cuerpo, continuaba cubierto por un sencillo vestido de manta, el cual era de lo más fresco para el clima que enfrentaban.

 

—Es hora de tu prueba, te batirás en duelo conmigo… y al final del mismo, si consigues demostrar que sabes utilizar los hechizos del libro, podrás vincularte a él. —con un movimiento de su mano, le indicó que podía iniciar, mientras ella con su varita en ristre se preparaba.

 

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Las reglas de la Prueba:

• Las reglas son las mismas que para los duelos asaltos/redadas.
• Puedes emplear únicamente hechizos Neutrales, Neutrales Graduados y los correspondientes al Libro del Aprendiz de Brujo y el Libro de la Fortaleza.
• Pasadas 24 horas, si tu rival no responde, puedes crear una bestia mediante Morphos para atacarlo
• En el segundo posteo, Arcanus, tendrá que responder al acertijo que la esfinge le coloqué, y así cada dos acciones.
• No se permiten los OFF y tampoco las ediciones de posteos.
• Hechizos resaltados con negritas y/o cursivas.
• Dudas, en el topic de Consultas y Sugerencias del Libro.

 

 

 

 

 

[Invitado Arcanus]

La clase había transcurrido más rápido de lo que el chico esperaba y eso realmente le agradaba. Su profesora había sido muy clara por suerte y Arcanus había comprendido perfectamente el funcionamiento de los distintos hechizos que traía consigo el libro de la Fortaleza. Cuando el joven creía que todo iba a terminar, ambos se transportaron a una nueva locación.

 

No había nada que el Initié odiara más que el calor. Inmediatamente al llegar, comenzó a sudar, debido a que su cuerpo estaba adaptándose al clima. Al parecer iban a tener un duelo para ver si el joven había aprendido los encantamientos de manera correcta. Al tiempo que sacaba su varita mágica, se sorprendió al ver como su profesora cambiaba de aspecto. Era totalmente diferente a la joven que había visto cuando se enfrentaron a los Squibs.

 

El joven se sentía agobiado con la ropa que llevaba por lo que con un rápido movimiento de varita fue reemplazada por una camisa de seda, pantalones cortos y sandalias. Ya un poco más fresco escuchó las palabras de su profesora. El joven lanzó una rápida mirada al lugar y pudo observar que allí habían tres piedras de gran tamaño, similar a un automóvil muggle. Se paró a seis metros de su rival.

 

- Digamos que puede que ni llegue a necesitar los libros - Exclamó el joven sonriente. Estaba muy seguro de su capacidad y le preocupaba más el hecho de que su profesora no pudiera llevarlo a utilizar los hechizos del libro de la fortaleza. Decidió que lo mejor era empezar atacando a Mia.

 

- Sectusempra - Exclamó para que un rayo verdoso partiera de su varita hacia la chica. De impactar en su cuerpo provocaría graves heridas que requerirían una cura si quería evitar la muerte.

[Mia.]

-Salvaguarda mágica - pensó la Black Lestrange, logrando que en esos momentos su cuerpo comenzará a desdibujarse su silueta hasta quedar invisible, esto frente a los ojos del mago, de tal modo que el rayo la atravesó sin causarle daño alguno.

 

 

Segundos después, volvió a aparecer y como era lógico estaba ilesa y el clima, aún no comenzaba a pasar factura tal y como lo comenzaba a hacer con Arcanus, así que con una media sonrisa en los labios, observó lo que se encontraba a su alrededor y prestó atención a la nueva vestimenta del Gryffindor, sí sin lugar a dudas sería interesante más adelante.

 

-No estés tan seguro, la vida da algunas sorpresas. - sentenció, al escuchar sus palabras.

 

Levantando su varita mágica pensando en su siguiente movimiento, considerando todas su opciones y notando, como en esos momentos una esfinge aparecía delante del joven. Impidiendo que pudiera apuntarle y que se moviera de manera efectiva, por tanto, supo que tendría que responder el acertijo que esta le decía, el cual rezaba "Hacia tu boca me llevas y, aunque parece que me besas, al fin sólo me restriegas, ¡vaya papel que me entregas!".

 

- Morphos - siseó, moviéndose un poco a la derecha para apuntar a los pantaloncillos cortos que vestía Arcanus, logrando que estos se transformaran en una avispa marina, la cual al entrar en contacto con su piel, lo envenenaron, por tanto, tendría que curarse si quería seguir con vida.[/justify]

[Invitado Arcanus]

Arcanus esbozó una sonrisa en el medio del duelo. Algo le decía que lo iba a tener más fácil de lo que pensaba. Observó como Mía utilizaba el salvaguarda mágica para que el rayo pasara a través de ella. Realmente ese hechizo valía la pena, sobretodo si se encontraba siendo atacado por muchos magos al mismo tiempo, le sería muy útil en el futuro, si llegaba a vincularse con el libro por supuesto.

 

El calor estaba agobiando al Initié que quería marcharse de ese lugar rápidamente, aunque sabía que aún tardaría un poco más en terminar con aquel duelo. No tenía una estrategia ideada para continuar con el duelo, pero de pronto una idea cruzó por su mente. Levantó su varita apuntando hacia Mía.

 

- Morphos - Exclamó para que el vestido de manta de la profesora se transformara en una avispa marina. El animal alcanzó a rozar con sus tentáculos la piel de Mía e inyectó su potente veneno en su torrente sanguíneo. El joven se quedó embelesado observando la sexy figura de la joven en ropa interior. De pronto su vista se vio obstruida por una gran esfinge que apareció allí.

 

- Maldición, no tengo tiempo para esto - Dijo entre dientes mientras escuchaba el acertijo. El joven quería seguir con el duelo y sobretodo, degustando con la mirada lo que tenía enfrente. - Es la servilleta - Le dijo a la esfinge y esta se apartó del camino. En realidad el joven ni siquiera necesitaba responder el acertijo para derrotar a Mía, pero lo mejor era mantener contento al animal antes de que pudiera atacarlo.

 

Apenas terminó de dar su respuesta sintió como un picor afectaba su pierna. La avispa marina cayó a su lado, muriendo rápidamente por la falta de agua, aunque lamentablemente había logrado tocar al joven y envenenarlo. Al parecer Mía había tenido la misma, y poco original, idea que se le había ocurrido a él. Para fortuna del Initié, era una estrategia que ya había combatido muchas veces luego de su regreso. Al parecer los duelistas de la época carecían de ideas y recurrían a ese aburrido animal para vencer a sus rivales. Lo que Mía no sabía es que el duelo ya estaba decidido y que Arcanus sería el vencedor.

 

- Silencius - Exclamó el Initié apuntando a Mía. De manera que sus cuerdas vocales se verían atrofiadas por un instante, cosa que limitaría bastante su repertorio de hechizos.

 

- La vida da sorpresas es cierto. Pero yo siempre estoy a un paso adelante - Dijo sonriente esperando con la varita en alto.