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Prueba del Libro del Caos 2


Bakari
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—Es momento de su prueba señorita Triviani. —soltó con una sonrisa en los labios.

 

 

Había elegido batirse en duelo con la directora de la universidad, ¿el motivo? En el fondo, era probar que tan digna era de realizar el proceso de selección de todos aquellos magos ingleses que deseaban adquirir los saberes de su pueblo, pero de primera fachada, para facilitar la prueba a los otros alumnos con los que compartió clase.

 

En esa ocasión, no quiso trasladarse a otro lugar. No, esperaría a la bruja en su morada, sitio en el cual llevarían acabo la prueba, puesto que no esperaba sufrir daños considerables, únicamente por precaución se alejarían unos cuantos metros de la propiedad y en el claro, delante del cual había un pequeño riachuelo, sería el sitio adecuado para observar sus habilidades y ver que tanto había aprendido hasta el momento.

 

Con la luz del sol en lo alto del cielo, dejó su torso descubierto y con lentitud, observó como el descanso adquirido días pasados hacía cierto efecto en él, a pesar de su edad. Realizando un movimiento rápido con su mano, logro hacer aparecer su arma mágica en su diestra, con la cual esperaría en alto a que la bruja dijera alguna palabra.

 

Al ver que esta no daba señales de querer comenzar el duelo negó lentamente. Usualmente, dejaría que su alumna empezara, pero ese día se sentía diferente, así que sería el mismo quien comenzará con todo aquello.

 

Séneca —soltó con tranquilidad, consiguiendo que de inmediato la garganta de Candela comenzará a secarse rápidamente, produciendo estragos en ella, que le impedirían articular palabra alguna.

 

Mirandola fijamente, levantó nuevamente su arma mágica, esperando defenderse o atacar cuanto antes.

 

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

  • El duelo tendrá una duración de una semana (Hasta el 12-01, inclusive)
  • Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados.
  • Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono (reprobará).
  • Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, bando hasta el rango Tempestad, Legionario y los libros de hechizos hasta el libro del Caos.
  • Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos.
  • Las dudas sobre la prueba podrán ser realizadas en el topic de dudas y consultas del libro del Caos.
Editado por Bakari
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No estaba segura de por qué había sido citada de forma apartada al resto de sus compañeros, le resultó extraño y agradable al mismo tiempo. Hacía mucho que no tenía un clase en donde era la única, y si bien aquello ya no era una clase -sino mas bien, su propia prueba- disfrutó de la exclusión, al menos unos instantes. Hizo un poco de estiramiento, mientras oía al Uzza darle algo que se podría interpretar como una bienvenida, aunque dudaba que fuese amistosa.

 

Candela, que había quedado con ambas manos cruzadas en la nuca, ladeó la cabeza para contemplar el intento fallido del guerrero en atacarla. ¿Acaso había dicho Séneca? Le dedicó una mueca parecida a una sonrisa. Quería criticar su falta de profesionalismo al olvidar una parte importante de las reglas, quizás, si se hubiese preocupado un poco menos por mostrar sus carnes y más en prestar atención a sus propias limitaciones, no estaría metido en semejante embrollo. Pero no, se suponía que ejercía allí como su maestro y, ante todo, le debía respeto.

 

Así que, con toda la educación de la cual normalmente carecía, encogió ambos hombros y, varita en ristre, se decidió finalmente a hacer su primer movimiento. Claro que la invocación de la Rueda del Caos no salió como esperaba, pero al menos tendría que empezar por algo.

 

¡Sectusempra! ―el rayo escarlata salió de la varita de la bruja dispuesto a hacer estragos en el pecho descubierto de Bakari.― Creí que presenciaría algo más... No sé... ―la Triviani se mostró decepcionada, tanto le hubiese gustado que el ataque le resultara como cuando atacó a Arya.

 

De pronto le apeteció mojarse los pies desnudos en el riachuelo, pero el deber de la lucha priorizaba su atención. Quizás, cuando todo terminara, se lanzaría al agua con vestido puesto. Total, que un par de jirones más no harían mucha diferencia en la, ya, desgastada tela.

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~ Mosquito ~          Ianello 

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- Un error de novato que no volveré a cometer - Bakari no estaba acostumbrado a cometer ese tipo de errores y mucho menos intentando usar una magia que claramente no le pertenecía. Seguro había sido engañado y confundido por el hechizo de algún otro mago porque en condiciones normales jamás utilizaría la magia creada por los magos que venían a aprender sus enseñanzas. Los consideraba débiles y no dignos solo que estaba obligado a enseñarles por el contrato que tenían con el Ministerio de Magia y el Ministro.

 

Al parecer no era el único al que le había salido algo mal porque la Directora intentó hacer un hechizo que solo logró hacer que el efecto de los suyos fuera menor. Bakari sabía bastante bien lo que había intentado usar porque era uno de los hechizos que él les enseñaba a los magos durante su aprendiza del Libro del Caos.

 

- Salvaguarda Mágica - Pensó dado que solo estaba dispuesto a utilizar la magia propia de los de su pueblo. Su cuerpo dejó de ser tangible y el siguiente hechizo lanzado por la mujer solo lo atravesó sin hacerle ningún tipo de daño, aunque tampoco es que le hubiese hecho gran daño debido a la Rueda que había invocado unos segundos antes pero el guerrero no estaba interesado en perder un poco de su sangre y menos en un duelo ante una simple bruja.

 

- Flechas de Fuego - De nuevo los hechizos solo pasaban por su mente y una serie de filamentos de fuego comenzaron a volar en dirección al pecho de Candela. Sabía que su poder era demasiado grande y que si le impactaban le haría un gran daño que tendría que mirar cómo curar de la mejor manera así que se limitó a observar cómo saldría la mujer de la situación en la que se encontraba y más con un Bakari no dispuesto a cometer otro error o utilizar esa magia inútil.

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Candela hizo una mueca, insatisfecha por el resultado obtenido y se preparó para volver a atacar. Le resultaba un poco extraño estar en un duelo contra un Uzza, pero si era el precio que debía pagar para obtener por fin la vinculación con el maldito libro, lo haría. A regañadientes, pero lo haría.

 

Para las flechas de fuego, enviadas por el Uzza, pensó en un Obsistens. Un cerco de materia luminosa, con un color que tiraba al naranja, que protegió a la bruja de dichas flechas. Éstas desaparecieron al mero contacto con el cerco, de modo que la Triviani salió ilesa.

 

Cinaede. ―pronunció justo después de haberse defendido con éxito del ataque de Bakari. Se trataba de un gas venenoso que penetraría sus vías respiratorias, para matarlo poco a poco.

 

El efecto sería inmediato, por supuesto, y la Triviani no sentía ningún tipo de remordimiento en estar atacando a un maestro de la Universidad. Después de todo, estaba segura de que no moriría, no realmente. Pero le servía de práctica en el conocimiento y eso no lo desaprovecharía.

Editado por Candela Triviani

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~ Mosquito ~          Ianello 

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Candela podría ser muy buena defendiéndose de los ataques de Bakari pero no lograría herir a un guerrero tan poderoso como él de una forma tan fácil y ella estaba a punto de caer y ser herida. Las flechas de Fuego no cumplieron con su objetivo así que había llegado el momento de hacer ataques mucho más letales y con mayor eficacia para ver cómo podría liberarse de ellos haciendo uso de su magia en especial de la Libro del Caos.

 

- Silencius - Las palabras de Candela no pudieron terminar y con ello el hechizo que intentaba pronunciar para atacar al guerrero. Bakari sabía que ese habría sido un gran daño en caso de haberlo podido convocar. Era una magia propia de los Uzza y sabía que estaba mejor sin los efectos negativos que el mismo le generaría. Su rostro se mantuvo con la misma expresión porque sabía que había llegado el momento de atacar sin compasión así Candela tendría que demostrar que estaba lista para salir viva y por lo menos no muy herida.

 

- Cinaede - Fueron sus palabras y sin darle tiempo alguno a Candela un veneno gaseoso la comenzó a rodear para cerrar sus vías respiratorias. Esto no era nada bueno para la mujer porque Bakari era uno de los magos más poderosos y su ataque era demasiado poderoso tendría que utilizar mucha magia y energía para salir de dicha situación. No tenía muy claro qué tendría que hacer la mujer para liberarse de dicho ataque pero tendría que pensar rápido y actuar rápido para no morir en el intento.

 

Sin duda Bakari no deseaba que su alumna muriera en medio del campo de batalla. Odiaba tener que dar explicaciones a las autoridades mágicas sobre el estado de sus alumnos así que tampoco permitiría que muriera, solo esperaba no tener que intervenir y dar por finalizada la prueba.

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Tanto le hubiera gustado que su ataque fuese efectivo, pero al parecer nada iba a salir como ella quería en esa prueba. Es por eso que odiaba tanto el azar, todo en el Libro del Caos podría ser beneficioso o no para el mago o bruja que ose hacer uso de sus poderes. No garantizaba absolutamente nada el que actuase a favor del invocador, lo que lo convertía en un objeto de poderes caprichosos. Candela suspiró, no se resignaba a no tener cada movimiento planeado, de forma estratégica. El sentido de control era parte de su encanto y el Uzza se lo estaba quitando.

 

Por supuesto, la siguiente invocación que serviría para detener el Cinaede de Bakari, tampoco dio resultado. Todo lo contrario, provocó que el veneno pesase más en su sangre y en sus pulmones. La Triviani no estaba lista para retirarse de aquella prueba, aún no, pero era seguro que tendría que actuar rápidamente si no quería terminarlo a la fuerza, con el riesgo de que tuviese que repetir la experiencia.

 

Rápidamente, se aplicó un Anapneo para destapar sus vías respiratorias y comenzó a toser con tal fuerza, que tenía la impresión de que expulsaría sus pulmones por la boca. Respiró, y la sensación del aire recorriendo sus vías respiratorias le dolió, le ardía el pecho, la garganta. Se la frotó con una de sus manos y comenzó a carraspear, pero el ardor en el pecho no terminaba de abandonarla.

 

Fue allí cuando observó al Uzza con el resentimiento inundando sus grisáceos ojos y pensó en un Episkey, inmediato, para poder ayudar al Anapneo a curarse. Claro que aún le faltaba otro más.

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~ Mosquito ~          Ianello 

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Bakari había logrado su objetivo y las cosas para la bruja no pintaban bien. De una forma muy curiosa el libro le estaba demostrando que solo el guerrero podía dominar por completo los poderes y que no podría atacarlo o hacerle daño. Su nuevo intento le había jugado en su contra y casi que Bakari podría matarla en ese momento y terminar con tanto drama pero ese no era su objetivo en dicha batalla, solo deseaba ver si manejaba adecuadamente los hechizos aprendidos.

 

Candela logró abrir sus pulmones y el aire comenzó a ingresar de nuevo a su cuerpo. Eso era más que suficiente para que Bakari asumiera de nuevo una posición de ataque y esta vez iría por uno de los sentidos de la mujer para lograr disminuir su capacidad de ataque y evitar que pudiera lanzarle algún tipo de rayo u otro hechizo capaz de hacerle mucho daño que sin duda no era lo que más deseaba en ese momento y tampoco tenía planeado permitirlo.

 

- Arena del Hechicero - Bakari notó cómo las palabras que acaba de pensar comenzaron a nublar la vista de Candela al punto de dejarla ciega y no permitirle ver la ubicación del guerrero. Sin puntería y sin poder atacarlo de forma directa tendría que esforzarse mucho más para tocarlo o lograr impactarlo con algún ataque sumado a que había potenciado los efectos de su Cinaede y todavía tenía algunas curaciones pendientes para realizarse.

 

- Flechas de Fuego - Apenas le dio tiempo para curarse un poco más y ya el siguiente hechizo de Bakari había pasado por su mente. Unos filamentos de fuego salieron del varita del guerrero con la intención de impactarle en su cuerpo y generarle quemaduras que necesitaría una curación pronto o ya tendría muchos daños en su cuerpo que seguramente no sería capaz de resistir por mucho tiempo.

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