Aristos Achaion

[Melrose Moody]

Melrose Moody~

Richard había tenido razón. Las habilidades aprendidas con el pueblo Uzza, junto con sus conocimientos de historia de la magia y runas antiguas habían logrado lo indecible, un portal al pasado. Ambos lo habían cruzado con temor: Mel porque no sabía si era algo negativo y peligroso ir allí, Richard dudando de las habilidades de Mel para cumplir el cometido. Sin embargo, ambos llegaron sanos y salvos al otro lado y una serie de sucesos ocurrieron en rápida sucesión.

 

El cabello rojo de Richard llamaba la atención, así como también su semblante atractivo y sereno. Mel por otro lado, tenía la piel tostada y nunca lograba quitarse ese aire indómito y salvaje de encima. Sucedió que, apenas llegaron, un grupo de comerciantes les gritó algo que Mel no alcanzó a entender. La mirada de Richard se encendió y le contestó también en voz alta, en el mismo idioma, aunque con un tono y manejo distintos. Los hombres que habían gritado se miraron entre sí. Luego, asintieron y Richard le dijo que subiera con rapidez al carro que llevaban.

 

Se encontraban en Grecia, en la próspera Atenas. El sol refulgía con fuerza pero no quemaba y Richard parecía de buen humor. Más adelante, Mel descubriría que era porque los habían confundido con un gran señor de tierras extranjeras y su sirviente (por supuesto, siendo Mel la de rango inferior) pero en ese momento no lo sabía, así que preguntaba con voz animada acerca del paraje y el lugar en donde se encontraban.

 

Mel tampoco estaba al tanto que Richard había acudido allí por una fluctuación en la magia que era descrita en un viejo libro que había encontrado hacía poco (más bien robado de un olvidado rincón del Tesoros Olvidados, disfrutando con una risa suelta y maliciosa la ironía, una vez estuvo a solas con éste). En el libro, se describía que dichas fluctuaciones habían sido adjudicadas a los Dioses, puesto que Grecia había sido un pueblo muy creyente. Richard había querido investigar más sobre eso por meses pero no se había atrevido a comentárselo a Eileen, que era la única otra persona que podría haberlo llevado. Además, no había encontrado ninguna otra pista en texto alguno y casi se había resignado a no poder averiguarlo.

 

Mel por otro lado estaba contenta con poder ir hasta allí, atestiguar cómo habían vivido los magos de la época y entender un poco acerca de la historia no vinculada a los magos también. Para ella, todo era nuevo e incluso cuando Richard le explicó el propósito verdadero de su viaje, solo sintió una creciente curiosidad. Así que cuando llegaron a Atenas, no fue raro que se instalaran pronto en una casa. Richard había tenido la delicadeza de traer piezas de oro en lugar de monedas.

 

Aunque Mel estaba acostumbrada a que esos períodos de buena suerte y paz, estuvieran marcados luego por los apuros.

 

@@Pakami Gryffindor