Prueba de Pársel #13

[Lawan Nguyen Thanh]

Lawan espero que llegara su aprendiza a la isla dónde debían partir para empezar su prueba final. Aquella que demostraría que era merecedora de portar la habilidad de hablantes de Pársel en su vida, por siempre. La calma del agua no demostraba el infierno que había debajo de ella. Todo parecía estar por de más tranquilo. Por debajo de la superficie un mundo marino de serpientes esperaba por la presa que debía llegar de un momento al otro.

En el medio del lago, una barca de color blanco, resplandecía como una si tuviera luz. Estaba amarrada, esperando por su pasajero para llevarlo hasta el inicio del laberinto. La cadena que le impedía moverse, encontraba su cerrojo en lo más profundo del lago.

El laberinto, por su parte, tenía dos grandes misterios que resolver. Uno era el camino y el otro el serpentario que parecía ser. Todas las serpientes hablaban y todas confundían a las personas que cruzaban. Algunas hasta tenían el atrevimiento de morder e infundir el veneno que poseían en sus dientes. Hasta una pequeña dosis resultaba como una consecuencia que podía ser mortal.

El arcano esperaría en el medio del laberinto, donde estaba la pirámide y el portal con la prueba final. Acompañaría de forma visual a su aprendiza en aquel recorrido. Apenas dándole los consejos que merecía en un principio para que pudiera resolverlos a su forma. Todo dependía de su inteligencia a la hora de usar el Pársel.

-El lugar posee un fuerte encantamiento que mantendrá tu varita en silencio, no podrás usarla para nada, aunque si haces las cosas bien, no lo necesitarás - Le dijo con calma -El agua del lago puede tener algún otro encantamiento que borre un sentido de tu cuerpo, te recuperarás con la poción que se encuentra en la balsa, y el laberinto tiene la capacidad de confundirte y hacer que tu visión sea el doble de lo que realmente es. Esperaré por ti en la pirámide que está en el medio del laberinto.

Sin más, el arcano dejo que la alumna pudiera defenderse sola para sortear todos los obstáculos que tendría en el camino. Una cosa era segura... Zoella debería de usar toda su capacidad para aguantar hasta el final.

[Zoella Triviani]

Triviani cruzaba el portal que la llevaría a las orillas del lago donde iniciaría su prueba dentro de la habilidad,donde le demostraría a Lawan sus conocimientos adquiridos satisfactoriamente dentro de lo que es ser un Hablante de Pársel. Observó el paisaje, el viento soplaba con suavidad y la bruja caminó hasta la orilla donde Lawan le esperaba.

 

El agua se encontraba calmada y mostraba un bote justo en medio, siendo sostenido por unas cadenas. Escuchó la explicación de Thanh y asintió, entendiendo cada palabra que de sus labios salían. Observó su varita y la hizo desaparecer, regresando a sus aposentos. Por el momento no la necesitaría. La extraña tranquilidad del lugar era sospechosa, la bruja no esperaba que solo los efectos del agua fueran los que tenía que enfrentarse y supo que alguna especie de serpiente le estaría esperando bajo el agua.

 

El arcano abandonó el lugar rumbo a la pirámide donde le esperaría y ella supo que ese era el momento justo para iniciar la prueba. Tronó los huesos de su cuerpo con calma, estirando cada músculo y calentando su cuerpo, debía nadar hasta el fondo del mar y quizás enfrentarse a algún reptil en el camino. Esperaba con todas sus fuerzas lograr aquello y demostrarle a Lawan de que estaba hecha.

 

Acomodó sus ropas y empezó a adentrarse al lago, esperó unos segundos y aún no logro sentir efecto de nada, todavía. Se lanzó y comenzó a nadar al fondo, el agua turbia apenas le dejaba ver el cerrojo que mantiene trancada la cadena que enganchaba el barco. Sus brazadas fueron más fuertes, más veloces en conjunto con sus patadas, hasta que observó una sombra moverse de reojo.

 

Se detuvo, girando la vista para no observar nada. Entornó la mirada e intentó ver entre las sombras. Alguna serpiente estaría a su alrededor y la bruja quería huir de ahí, pronto. Pensó en las diferentes especies de reptiles marinos, sub dividiéndolas en serpientes de aguas dulce. Un siseo llegó a sus oídos, logró identificarlo.

 

"No eres bienvenida aquí" le susurraba, observó una larga sombra en lo profundo, lo supo, una anaconda era dueña de dicho lugar. Conocía de la serpiente, las cuales acostumbraban a estar sumergidas en lo profundo y preferían la soledad ante todo. Entendió que aquello era peligroso y debía buscar a toda costa llegar al fondo del lago. Como pudo, sin soltar todo el aire de sus pulmones le contestó.

 

"Solo quiero abrir el cerrojo" contestó, buscando aún con la mirada donde se abría el cerrojo. La inmensa serpiente nado a su alrededor, rodeándola y burlándose de ella "El cerrojo, sabrás que tengo hambre y te ves muy apetitosa. No cualquiera logra resolver el acertijo del cerrojo" agregó la anaconda, nadando cada vez más cerca de la bruja.

 

"Hagamos un trato, si no logro resolver el acertijo puedo ser tu cena" se arriesgó la bruja, sintiendo cómo poco a poco el aire se le acababa. El inmenso reptil nadó a su alrededor un par de segundos más, en silencio, como meditando la oferta de la bruja "Tienes 5 minutos" sentenció el reptil, aún merodeando alrededor del cuerpo de la bruja. Esta asintió a las palabras del reptil y tomó su reloj de muñeca, ajustando el cronómetro y así tener un conteo de las fracciones de tiempo.

 

MINUTO 1.

 

La bruja comenzó a sentir un extraño cosquilleo en su cuerpo, el veneno del lago comenzaba a hacer efecto y la bruja tenía terror de lo que pudiera suceder. Sus sentidos aún estaban totalmente intactos y la bruja aprovecharía aquello. Una pequeña cueva daba la bienvenida a una cúpula libre de agua. Zoella llegó y salió toda empapada, con pasos agotados se acercó a la pared donde palabras estaban escritas en una lengua que la bruja no logró reconocer.

 

Se paseó por toda la cúpula, buscando indicios de algo.

 

MINUTO 2.

 

Observó su reloj, tres minutos a su favor y solo había logrado encontrar piedras y un antiguo cuchillo. Se acercó nuevamente a las letras y comenzó a pronunciarlas conforme estaban escritas, palabras sin sentido era lo que entendía la bruja que, sin embargo, se percató de algo, aquello no era más que pársel escrito tal cual se pronuncia. La pared indicaba que se debía de hacer un juramento de sangre, donde se prometía proteger a toda raza de serpientes y se obligaba a no hablar sobre las cosas observadas en la isla y las vivencias dentro de la misma.

 

La bruja sintió que todo eso era extraño. Nada le cerraba y siguió leyendo, la sangre debía de ser sacada de un lugar muy específico... Su lengua. La bruja supo que debía cortar un trozo de esta, y darlo para poder finalizar con aquella tortura.

 

MINUTO 3.

 

Un grito único de dolor, que rebotó por toda la cueva. La calva había cortado un trozo de su lengua y lo había arrojado a la cuenca frente a la pared junto cuando pensó en un Curación que sanó su herida. Percibió que poco a poco su vista comenzaba a nublarse y supo que aquello era producto del agua del lago. Unos engranajes comenzaron a sonar y rápidamente comenzó a nadar, saliendo de la cueva.

 

MINUTO 4.

 

Observó el perímetro, la anaconda no rondaba por el lugar, o al menos eso decían los ojos nublados de la bruja. Su sentido de la visión comenzaba a fallar y aquello no era muy buen augurio. Identificó a penas el bote y comenzó a nadar con todas las fuerzas que pudo, pero la vista le jugaba en su contra y la serpiente ya nadaba en su dirección, buscando su alimento del día.

 

MINUTO 5.

 

Una mirada a sus espaldas la hizo percatarse de la sombra que se acercaba a ella, veloz y sin impedimento alguno. Las patadas y brazadas que la ojigris daba eran violentas, la gran perseverancia por sobrevivir era inmensa en el menudo cuerpo de la bruja. Podía escuchar en su cerebro la típica música de persecución que suena en las películas muggles y el terror se alojó en su cuerpo. ¿Sería aquella su ultima vivencia? ¿Su muerte sería así, sin que nadie lo supiera? Se había ido por el caño su deseo de morir honoríficamente, claro, si los Triviani podían morir con honor de alguna u otra forma.

 

Deseo tener su varita y lanzar algún hechizo pero lo que recordó es tener sus anillos en mano. Activo el Anillo de amistad con las bestias

recordando que podía mantener cierto control sobre las criaturas. Unió su mente a la del reptil y ordenó que se quedara estática, algunos segundos mientras ella sentía como su ojo izquierdo perdía la visión por completo. Tomó el borde del bote y como pudo se subió en ella, tumbándose en el suelo de madera para recuperar el aliento. Abrió sus ojos y la oscuridad absoluta la absorbió. La nada misma frente a sus ojos ciegos. Respiró frenéticamente, intentando no perder la poca calma que le quedaba, con sus manos, a ciegas, buscó el antídoto del que hablaba Lawan cuando le dio las indicaciones. una pequeña cajita fue lo que sus dedos encontraron y con sus temblorosas manos apertura la tapa como pudo.

Sintió dos frascos y la bruja tembló. Sería aquello una trampa. Con suavidad destapó ambos y olfateó el contenido de las dos, confiando en su sentido del olfato ciegamente. El contenido de una tenía un olor desconocido, y el contenido de la otra logró identificarlo, era una posición contra quemaduras. Tomó sin mucho meditar la posición de olor desconocido y solo esperó hasta que su vista regresó progresivamente.

Parpadeo un par de veces y ante la vista de la calva aparece la isla y al horizonte alcanza a percibir el pico de la pirámide. Tomó los remos del bote y comenzó a remar hasta llegar a la orilla, donde abandonó el barco y corrió hasta la entrada del laberinto.

[Lawan Nguyen Thanh]

Lawan no perdió detalle de todo lo que Zoella estaba haciendo, evaluó con ojo critico cada movimiento y cada pensamiento que cruzaba por la mente femenina. La resistencia al veneno le sorprendió al Arcano, que había esperado que la bruja sucumbiera en los primeros minutos bajo el agua. El éxito de sortear el primer obstáculo, tal vez le generara cierto autoestima a la alumna que podría llevarla a pensar que lo difícil ya había pasado. Pero las cosas estaban lejos de ser de aquella forma. Una vez que ingresara al laberinto, nada volvería a tener sentido. Las indicaciones estaban dadas, el Arcano solo debía esperar por ella ante el portal que determinaría el verdadero fracaso o derrota de la prueba.

 

 

En la Piramide frente al portal.

 

 

-¿Estas preparada para cruzar el portal? -Dijo cuando vio a la bruja llegar.

 

Si la respuesta era afirmativa, no tenia mas nada que cruzar y enfrentarse al reto final. Lawan había intentado darle las herramientas para que la bruja pudiera defenderse. Su mente ya tenia activado el Pársel, pudiendo entenderlo y replicarlo. Ahora tan solo le quedaba utilizarlo con presteza para demostrar que era digna de llevar el anillo de habilidad. El tiempo, estaba empezando a escasear, y el portal no se mantendría abierto eternamente.

[Zoella Triviani]

La mujer trotaba desde la orilla de la isla hasta la entrada del laberinto. Se detuvo cuando una encrucijada le hizo frente a la mujer, había leído del laberinto previo a la verdadera prueba de la habilidad y pensó que aquello no era la gran cosa, hasta ahora que lo vivía en carne propia. Escuchó siseos llegar a sus oídos, identificando varias palabras sin contexto alguno.

 

Lo pensó algunos minutos, observando ambos caminos. Recordó las palabras del arcano referente a la prueba y tras pensarlo más su instinto la llevó por el lado izquierdo. Los siseos iban en aumento, logrando confundir la mente de la bruja, diferentes palabras al azar escuchaba a medida que sus pasos aumentaba.

 

Sus pasos de un segundo a otro fueron en aumentos, hasta que supo que corría dentro del laberinto. Recorría pasillos que parecían eternos y su mente cada tanto la engañaba, alargando cada espacio que cruzaba y poniendo múltiples pasillos al final de cada uno. Los siseos iban en aumento, hasta que su cuerpo colisionó con una de las inmensas paredes de setos del laberinto.

 

Su cuerpo cayó de bruces al suelo, sostuvo su cabeza que comenzaba a doler por los múltiples siseos sin sentido que llegaban a sus oídos. El golpe dejó mareada a la bruja que con suavidad se levantó, su mente comenzaba a nublarse y el cansancio comenzaba a llegar a su cuerpo. Sus pasos eran errantes por el camino, donde no sabía si avanzaba o retrocedía pero deseaba con todas sus fuerzas llegar a la pirámide.

 

Quizás el deseo no era suficiente, posiblemente el arcano había realizado la prueba un poco más complicado por la insolencia de la bruja al presentarse por vez primera ante el viejo hombre. Entrecerró sus ojos y escuchó siseos cerca, las serpientes hablaban de comerse a la bruja que rondaba por el lugar. La ojigris se alarmo y nuevamente echó a correr, siempre orillada, corroborando que ninguna pared apareciera de sorpresa a pesar de que su vista le mostraba miles de atajos más.

 

Se sintió sudar, aunque sabía que aquello era totalmente imposible. Tembló con suavidad al escuchar siseos cerca. Relamió sus labios y como pudo siseo de regreso "La mujer se fue por los pasillos de la derecha, escuché sus pasos" para observar a las serpientes alejarse del pasillo que la guiaba a uno mucho más angosto y largo que los demas.

 

Corrió al escuchar los siseos de la serpiente "Maldita bruja" quienes la perseguían mientras Zoella corría por su vida. Las cosas dentro de aquel laberinto eran complejas. Zoella se encontró nuevamente con dos caminos ante sus ojos, pero realmente era un único camino donde Lawan le esperaba.

 

La mirada confusa de Zoella observaba a dos arcanos esperándole, gritó de frustración y giró a sus espaldas, las serpientes la seguían y estaban cada vez más cerca de ella. Tomó el camino de la derecha, esperanzo que fuera el real y se lanzó cuando observó una pared de setos salir desde el suelo. Cayó al piso y cerró los ojos, respirando agitada a los pies del mago.

 

Escuchó la pregunta y abrió sus ojos, su costa se había compuesto y su cabeza había dejado de doler, estaba cansada pero la emoción albergaba su cuerpo. Se levantó y tomó el anillo que reposaba en la mano del arcano - Lo estoy - afirmó, para seguir al interior de la pirámide. Un salón con varias puertas les recibió, la bruja supo que se trataban de las 7 habilidades que daban en la academia Japonesa. Relamió sus labios y observó una ultima vez al mago, esperando las indicaciones finales.

[Lawan Nguyen Thanh]

Frente al portal.

 

 

Lawan esta vez vio a la bruja estar preparada para la prueba final y no hizo ningún comentario. El portal estaba abierto y ella había vuelto aceptar cumplir el ultimo paso, el mas difícil de todos, el que demostraría si estaba verdaderamente apta para ganarse el anillo de habilidad o si debía esperar hasta poder madurar su aprendizaje para volver a intentarlo. Era una decisión difícil que traía muchas exigencias mentales y físicas. Dentro del portal, podía pasar cualquier cosa, y el aprendiz nunca estaba seguro de si su decisión era la mas acertada. Debía apelar a la concentración y entregarse de lleno a lo aprendido durante su estancia en el oasis.

 

Dentro del portal había un lugar que el Arcano no podía ver, a menos que Zoella ingresara. Él solo debía mirar como la bruja sorteaba todos los obstáculos y encontraba la forma de regresar de nuevo al portal. Estaría atento para involucrarse solo de ser muy necesario, pero sin ayudar a resolver nada. Era el momento de volcar el conocimiento de la habilidad aprendida. La bruja estaba prácticamente sola para desarrollar la prueba final. Lawan no le deseo suerte, esperaba que aquella bruja encontrara la respuesta por la que había ido allí, en primer lugar.

[Zoella Triviani]

El anillo fue colocado en el dedo anular de la Triviani, la bruja sitió la conexión trazarse con Lawan mientras sus pasos avanzaban al portal. Dio una ultima mirada al hombre, esperando palabra alguna pero nada llegó, supo que las palabras estaban de más en esa situación. Un ultimo respiro y cruzó el portal, sintió su cuerpo flotar en la nada absoluta, oscuridad la envolvió hasta que un sonido llegó a sus oídos, Kanit.

 

Sus oscuros ojos se abrieron y sintió una extraña sensación en su cuerpo, al girar la cabeza se encontró a un lado de la Krait Malayo que la acompañó gran parte de su aprendizaje del Pársel. "¿Donde estabas?" le preguntó en pársel la bruja, arrastrándose por los suelos a su lado. "Siempre estuve aquí contigo, protegiéndote" soltó su reptil amiga. La bruja percibía algo entraño en ella misma, en su amigo, en todo lo que la rodeaba, parpadeó un par de veces y todo cambió frente a sus ojos, su cuerpo dejó de ser como el de un reptil para pasar a ser el suyo propio, el ambiente llegó a ser un parecido con su casa, su antigua casa en Italia. Y Kanit desapareció ante sus ojos, no era real, nada era real y recordó que eso era la prueba del pársel.

 

Un extraño remolino de sensaciones apareció en su interior, algo no estaba bien y lo supo cuando siseos preocupados llegaron a sus oídos. la bruja corrió a donde provenían las voces de las serpientes hablando, por otro lado lo que consiguió fueron persona, hablando Pársel, en su casa, todas parecían compartir un luto.

 

Su lento andar la guió a la urna que todos observaban, y lo que adentro observó la hizo alejarse con rapidez. Su cuerpo, sin vida, descansaba sobre las níveas telas acolchadas. Giró sobre su eje y reconoció a su familia, a su novia, a sus hijos. Todos llorando y hablando en Pársel. Una sombra ocultándose en el bosque llamó su atención, se dirigió a ella en silencio, dejando a su gente atrás.

 

"¿Que demonios es todo esto?" habló, en pársel. La bruja sentía dicho idioma como suyo, parte de ella. Se percató de lo que frente a sus ojos estaban era un gran Basilisco dentro de una cueva. ¿En que momento cambió todo? Se interrogó al ver el cambio drástico del ambiente.

 

La inmensidad y hermosura de la criatura dejó anonadada a la Triviani, quien esperó palabra alguna por su parte, palabras que jamás llegaron. Lo que si supo la mujer era la intranquilidad que tenía el reptil, la inseguridad en su mirada, si su mirada. Era de gran conocimiento que ver a los ojos a un Basilisco podría causarte la muerte, pero la bruja no entendía el porque su cuerpo se mantenía con vida aun luego de 5 minutos manteniendo contacto visual con el reptil.

 

Entonces lo entendió, entendió que su elección a Pársel iba más allá de su curiosidad, siempre había sentido cierta fascinación por los reptiles y tenía cierta conexión con las mismas, percibiendo una pequeña parte de los sentimientos de estas, lo supo la noche donde una cobra había entrado en su casa durante uno de sus tantos viajes, la misma no se había sentido amenazada al sentir a la bruja como una igual, ambas conviviendo durante cada viaje de la Triviani al amazonas.

 

El silencio la envolvió y todo desapareció, la mujer se encontró frente a un espejo y solo observó sus ojos, como la mitad era de un potente gris y la otra mitad era totalmente negra, como los ojos de una serpiente. Estiró su mano y tocó el reflejo del espejo, se había vinculado con la habilidad, o al menos eso le pareció.

 

Una ráfaga de viento la hizo volar violentamente, escuchaba mensajes en la lengua que había aprendido. "vivirás con él toda tu vida" "Pasará de generación en generación" "Tus antepasados lo sabían" ¿Será esa una señal de que sangre del mismísimo Salazar Slytherin corre por sus venas?

 

La bruja comenzó a caer en la oscuridad, caía a lo que parecía un vació sin fondo hasta que sintió su cuerpo colisionar con algo duro y movible. Con dificultad levantó su cuerpo y se encontró dentro de lo que parecía un nido lleno de serpientes moverse, todas hablaban a la vez, confundiendo a la bruja quien comenzaba a sentirse sofocada por el pequeño espacio dentro del lugar. De un momento a otro sintió un tirón en su tobillo y su cuerpo comenzó a hundirse en el gran poso de serpientes.

 

Intentó aferrarse a algo pero era en vano, aquella maraña de reptiles comenzaba a moverse de forma violenta, absorbiendo en su totalidad el cuerpo de la bruja que luchaba por no dejarse envolver por las pieles. El diminuto espacio por donde el cuerpo de la bruja pasaba, siendo aplastado por los cuerpo, era cada vez más sofocante. La bruja intentaba buscar una cabeza para hablar con alguien o una cola para sostenerse de ahí, pero nada, solo cuerpos escamados de diferentes tonos eran lo que sus ojos percibían.

 

"Suéltenme" gritó la bruja, en vano, sintiendo su cuerpo ir más a fondo con cada segundo que pasaba. Se sostuvo de una porción de cuerpo y dejó de moverse, la maraña de cuerpos se detuvo y poco a poco empezó a comprimir. Recordó la sensación, la misma sensación de no saber que hacer, la misma sensación que sintió cuando Jeremy la abandonó, cuando tuvo a sus hijos en sus brazos, cuando Lady fue arrebatada de ellos.

 

Sus ojos sin ella quererlo comenzaron a llorar, nadie le dijo que aquella prueba más que para la habilidad sería para ella, su mente y descubrir el porque la habilidad se vincularía a ella. Ya los conocimientos estaban aprendidos pero ahora el anillo meditaba si era digna o no de conocersele como Hablante de Pársel.

 

Un grito se escuchó, grito que Zoella no logró identificar ni siquiera como suyo. El gran bolo de cuerpo escamosos se abrió, dejando a la bruja libre. Se dejó caer, sin poner oposición alguna hasta que sus pies tocar una firmeza y su cuerpo se mantuvo de pie. Abrió sus ojos que no sabía estaban cerrados y observó la cueva donde se encontraba. Un goteo constante se escuchaba, la bruja comenzó a caminar con lentitud hasta llegar al borde del suelo, justo donde un abismo se asomaba. Un gran sonido la hizo girarse, sus ojos observaron una caja roja en medio de todo, sola.

 

Se acercó y se agachó frente a ella, contenía su nombre. Al abrirla miles de trozos pequeños de pergamino estaban ahí, aguardando por ser leídos, Fortaleza, Sabiduría, Entendimiento eran unas de las pocas palabras que estaba escritas en una caligrafía perfecta. La bruja sacaba cada trozo de papel y su mente entendía poco menos de lo que sucedía. El fondo llegó y un vacío se alojó en la cabeza de la ahora Médici.

 

La bruja no entendió el motivo de todo aquello, el motivo....

 

Sus ojos se abrieron de sobremanera, un motivo tan poderoso la había hecho sucumbir y llegar hasta el fondo de todo, en medio del caos y del poco entendimiento que Zoella solía tener conforme su accionar y pensamientos, aquello era lo que le mostraba la prueba, las respuestas de su mente, como si fueran hojas de papel.

 

El poder, la ambición, el dominio total, el vigor que podía llegar a sentir al serle otorgada toda jurisdicción, la obediencia a ella. Un poder superior era abierto ante los ojos de la bruja quien reconoció todo aquello que su subconsciente había escondido, entendió entonces que el pársel no era más que la apertura a algo celestial impuesto para ella por los Dioses del Caos. La magia de la oscuridad brotó de sus manos y lo supo, haber escogido la habilidad de Hablantes de Pársel era un abre boca de todo lo que la bruja lograría.

 

Un fuerte golpe en su espalda la hizo regresar en si, se encontraba en el suelo frente al portal y Lawan la observaba como siempre con su facie impenetrable, sin mostrar emoción alguna. Observó su mano y el aspecto del anillo había cambiado por completo, aviso de que ahora pertenecía a la comunidad de los Hablantes de Pársel.

Editado 26 de Abril del 2020 por Zoella Triviani