Libro De Las Auras Julio 2020

[Gahíji]

Deseaba descansar. Posible no seria. Aquella mañana recibí la notificación. Nuevos alumnos tendría a mi cargo. Definitivamente no podía descansar. Era de noche. Posaba la espalda en el ancestral árbol de fuego. Recorría el laúd magistralmente con los dedos. Una tonada. Música antigua. Una oración en un antiguo idioma pasó por la mente saliendo entre susurros después.

 

laqad sayamat min wajudi huna , waqamaeatuha kl mukhawifi altufuliat , wa'iidha aidtararat lilmughadarat , 'atamanaa 'an tughadir faqat , li'anak ma zilt mwjwdana huna , walan yatarakani wahdiun , hadhih aljuruh ln ybdw 'ana alshifa' , hdha al'alm haqiqiun lilghayat , wahunak alkthyr min alwaqt aldhy la yumkin mahuah – susurro- eindama bakiat kunt 'amsah kl dumueik , eindama kunt tusarikh kunt 'uharib kl jarwhk , wa'amsak biadik tawal hadhih alsanawat , wala yazal ladaya kl

 

La fogata interrumpía la oscuridad. Todo en calma. Todo silencio. Solo el laúd y mi persona.

 

Abrí los ojos. Reconocí a los aprendices. A uno darle asistirlo en clases ya había hecho, la otra era la causante de la intranquilidad y la molestia que sentía. Los ojos en ambos alumnos estaban. Estudiar si eran capaces de asimilar el conocimiento era otra cosa. Al igual con los anteriores, no aceptaría menos que lo mejor. Sin juegos. Solo la sangre derramada para demostrarse dignos.

 

Sabía a donde iría. Conjure el Fulgura Nox, lo atravesé.

 

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La majestuosidad de la antigua cárcel mágica impresionante era. En ruinas no estaba, Sentir la oscuridad, tristeza. El dolor de las pérdidas de almas. Podía sentir lo que rodeaba. Azkaban se levantaba. Los dementores reinaban. La necesidad de esperanzas. Los aprendices tendrían que sacar lo mejor de si.

 

[Jeremy Triviani]

Jeremy, una vez mas, decidió cursar un libro mágico ese mes y se puso en marcha el día indicado. No uso la moto voladora, porque aun le quedaba repararla después de terrible falla que había demostrado cuando surcaba los cielos cercas de las pirámides egipcias. El error no había pasado a mayores, pero aun le costaba un poco tener que soportar la vergüenza de haber quedado como un felpudo a los pies de su madre. Por suerte, las cosas entre ellos no había mejorado ni un poco, ni a pesar, de que habían formado equipo para vencer a sus hermanos en la clase anterior, seguía todo igual que siempre. No habían logrado matarlo y el dinero de la herencia era suyo.

El Guerrero estaba tranquilo cerca del árbol de fuego cuando Jeremy dio con él. Fue como un flashback a tiempos anteriores donde lo había visto, casi, en un postura similar. Como aquella vez, el vampiro inclino la cabeza en señal de saludo. Estaba deseoso de poner en practica todo lo que habia leido en el libro, llevaba los amuletos colgado del cuello, uno en representación de todos y los anillos de todos los libros anteriores en sus dedos, siempre eran necesarios tenerlos cerca para utilizar contra cualquier circunstancia adversa.

El fulgura nox los llevo al peor lugar que Jeremy hubiera elegido. Se le erizo la piel al ver aquel lugar maldito donde había perdido... mucho mas que un alma. Intento bajar la adrenalina que empezó a correr por su cuerpo, y no volteo a ver a su madre. Porque sabia que las cosas terminarían peor si veía alguna mueca de risa en sus fríos ojos grises. Debía enfrentar lo que había ocurrido, aprender lo del libro y jamas volver a ese lugar oscuro. Aunque la decisión de huir de allí se le había cruzado en la mente con fuerza, solo a voluntad de aprender, lo mantuvo en su sitio, anclado al piso.

[Mentita]

El hipogrifo sobre el que montaba sobrevolaba el lugar guiado por la música que escuchaba, a Candela le parecía una bonita melodía, aunque un poco anticuada eso sí. Por supuesto, no se lo hizo saber al uzza una vez hubo aterrizado con el animal. Éste, luego de darle una pequeña cabezada a la Triviani, se marchó como vino. Cruzó ambas manos a la espalda, mientras saludaba a su hijo con la mirada, y esperaba instrucciones del guerrero después de haberlo saludado de la misma manera.

 

No se sorprendió cuando éste abrió un portal sin emitir sonido y les indicó que lo cruzasen, Candela obedeció y arrastró los pies desnudos hasta estar del otro lado. Empalideció al ver el lugar al que habían ido a parar, hizo puño con ambas manos en un intento de canalizar el torbellino de emociones de ese momento. Su rostro parco y su mirada, que fingía estar distraída, ocultó el nudo que se le había formado en el estómago. Odiaba ese lugar. Odiaba a Gahíji por hacerle pisar ese lugar.

 

― ¿Qué pretende que hagamos aquí, Gahíji? ―quiso hacer referencias a la demencia senil de la que estaría siendo presa su maestro, pero no lo consideró oportuno. Prefirió mantener el perfil bajo, ya demasiados problemas estaba teniendo con los uzzas últimamente.― ¿Nos lanzará a los dementores como primer ejercicio? Si vivimos o morimos, imagino que dependerá de nosotros. ¿Verdad?. ―le dedicó una mirada mordaz.

 

Se pegó a Jeremy, casi rozándole el brazo con el propio. Tenía la piel erizada como efecto del ambiente en el que estaban, el vaho que despedía por la boca era la clara señal de que no debían estar allí. Respiró profundamente, con la idea de que esa película ya la había vivido y que no tenía ganas de repetirla. Estaba oscuro, lo que dificultaba aún más distinguir las posibles amenazas. ¿Sería demasiado pronto para invocar un Patronus?.

[Gahíji]

Increíble. Solo unos segundos y ambos aprendices en shock quedaron a causa del poder de la prisión mágica. El silencio de aquella planta era abrumador, aunque a las afueras había tormenta y el mar picado estaba, dentro solo había gélido frio y silencio abrumador.

 

Adelante. Los barrotes. Los gritos. No había piedad en las aquellas paredes. Escapar los aprendices no podían. Solo mi persona podía realizar la magia necesaria para salir de allí.

 

-Provocarme no debería señorita Triviani, me importa poco su posición y usted misma lo sabe –la ira contenida se acumulaba en mi ser, de no ser porque de la varita tenían que usar sin miramientos quitárselas debería haber hecho- ¿Tiene miedo?, en sus ojos lo veo, a nadie le gusta este lugar sin duda, ¿escucha a caso algún alma llamándola? – Me mofe sin remordimiento- puedo ver en sus ojos y en su alma, no me obligue a mas.

 

El poder y la magia antigua reinaban. Las defensas fuertes eran. Había conjurado un pasado, para que en el presente los Trivianis obtener conocimiento y vinculación con el libro pudieran.

 

-Antes de seguir adelante deberán saber algo importante cuando se encuentran en un duelo pueden conjurar las auras, sin embargo, se activan o su poder empieza a ejercer a partir de su siguiente movimiento (hasta el siguiente Post), pero como est5anb conmigo, no será necesario esperar y podrán utilizar las auras sin inconveniente –explique de la mejor manera posible esperando que sus cerebros asimilaran la información- solo una cosa más, quede claro que no me importa en lo mas mínimo si viven o mueren.-

 

Al caminar no se escuchaban ruidos por mi persona. El frio arreciaba tras cada paso. La felicidad se escapaba por los huecos de las rocas. Un grito pidiendo piedad a lo lejos. El sonido de una succión, un beso de dementor. Chasquee los dedos. La alarma se dio, Las celdas se abrieron. En la mano de cada cautivo, asesino, miserable piltrafa apareció una varita.

 

-A comenzado la verdadera prueba, se acerca la muerte –observe a los alumnos- es hora de que comiencen a rezar o a usar la varita, por el momento el aura del escudo fantasmal los ayudara, invóquenla, concentren su fuerza, su energía, demuestren si son valientes lo que pueden hacer. –ordene.

Editado 9 de Julio del 2020 por Gahíji

[Jeremy Triviani]

Jeremy noto el pequeño timbre agudo en la voz de su madre al hacer la pregunta. Parecía que aquel lugar también le aterraba tanto como a él. Sin embargo al sentir que lo rozaba, no pudo evitar acariciarle el brazo en señal de apoyo. Pero no hizo mucho mas, Candela era una bruja que no le gustaba ese tipo de cosas normales. Ella era diferente y se notaba fuera donde fuera. Imposible no darse cuenta.

Gahiji tuvo la amabilidad de darles aliento y pedirles que invocaran una de las auras para protegerse, mientras soltaba una cantidad enorme de convictos para que los mataran. ¿Era legal eso en una clase? Jeremy no estaba seguro, pero con la varita ya en su mano se concentro para poder invocar una de las auras que había leído en el libro. Aura del Escudo Fantasmal pensó y cuando abrió sus ojos pudo ver a Zoella parada frente a él, la verdadera que había muerto entre esos muros. Pero no estaba sola, también estaba el Muggle que lo había criado de pequeño con su barba poblada y sus ojos bondadosos, por ultimo también estaba el mismísimo Sandor Askar, ex padre y tutor que había tenido de adulto.

Jeremy les dio las ordenes mentales que los protegieran de los posibles hechizos que lanzaran los magos presos del lugar. Podía ver desde la transparencia del cuerpo de Zoella como se iban acercando los magos desaliñados con los ojos desprovistos de cordura, dispuestos a todo por salir de aquella prisión del infierno.

"Silencius" Exclamó de inmediato cuando vio a un convicto intentar decir algo con su boca desdentada. Aquello le anulo la posibilidad de hacerlo dejándolo mudo por un rato. Era muy útil para mantenerlo calmado. Al menos de momento.

Editado 13 de Julio del 2020 por Jeranne Triviani

[Gahíji]

No entrometerme era mi misión. Dejar que los aprendices, si es que deseaban vincularse con el libro hicieran el trabajo o aplicaran lo que leyeron, si es que habían leído, era lo que descubrir debía. Ellos preocuparse por usar las auras no debían. Darles la energía necesaria si lo ameritaban podía hacerlo. ¿Valdría la pena sacrificarme por ellos?, por el momento no habían hecho meritos y la señorita triviani en shock había quedado.

 

La invocación del escudo fantasmal al parecer fue sencillo para el otro aprendiz. No estaba mal, una muy extraña invocación de personajes pero había visto cosas peores.

 

La pelea había iniciado. Los asesinos no tendrían piedad. ¿La triviani y el otro Triviani lograrían hacer algo?. Los hechizos por parte de los prisioneros comenzaron a golpear en los fantasmas quienes a su vez comenzaban a defender a su invocador.

 

-Hace falta mucho más si deseas llegar hasta el final –advertí- te recomiendo que intentes canalizar tu poder, usa el Aura de Confusión para atontarlos el tiempo suficiente y puedas invocar el aura del Poder, eso les ayudara a aumentar sus posibilidades provocando que puedan usar hechizos superiores o que normalmente no podrían hacer, sólo recuerda que puedes controlar que hechizos debe lanzar su contrincante cuando el aura de confusión hace efecto en él.

 

No había más remedio que quitar a la señorita Triviani del camino. Con mis más de 190 años moverme de manera ágil no era sencillo pero hacerlo era mucho más fácil de lo que cualquiera podría hacer. Haberme enfrentado al entrenamiento en que otorgo los conocimientos y la maestría que poseo no cualquiera lo hacía o aguantaba. No había mas remedio que tomar a la otra triviani, meterla dentro de una de las celdas para que no estorbara y estuviera segura y darle la oportunidad a Jeranne de realizar lo que pedi.

[Mentita]

― ¡¿Qué demonios cree que hace?! ―gritó y no reconoció su propia voz. Candela había reaccionado en cuando Gahíji se atrevió a ponerle una mano encima. Si se tratase de un mago común, le hubiese destrozado la muñeca en cuanto la tocó; pero Gahíji no era un mago común, su parte consciente le recitaba la melódica frase "no tienes oportunidad".

 

Había visto a Jeremy invocar el Aura Fantasmal, vio a Sandor y, por un momento, se avergonzó de estar en su presencia. Pobre tipo, al final resultaba que no era malo, sólo había actuado con ella en consecuencia de la traición de la que resultó su hijo. También vio a Zoella y la rabia se apoderó de su parco rostro, usó su varita para salir de la celda en la que había sido encerrada por el uzza y volvió a colocarse junto al mayor de sus vástagos. No sabía si saldría bien parada de allí, pero al menos le daría algo de apoyo a éste.

 

No tuvo que pensarlo demasiado, invocó el Aura de la Confusión, tal como lo había aconsejado Gahíji y... nada.

 

― ¡mier**! ―se dio unos golpecitos en la frente con el puño derecho, por supuesto, no esperaba que le fuese bien a la primera. Candela se consideraba a sí misma, una bruja excepcional, pero reconocía que tenía sus propias limitaciones. Por ejemplo, ¿auras?, ¡Vaya, sí que podía ser un grano allí donde uno no lo desea!.

 

Un segundo intento.Aura de la Confusión >>― Flagrate.

 

Y entonces, una suave neblina gris empezó a aparecer para hacer afectar y confundir a los prisioneros. De modo que, aunque quisieran atacarlos a matar, al menos uno de sus hechizos sería aquel con el que se dibuja la línea roja en el aire.

 

Miró a Jeremy de reojo, casi dispuesta a decirle que empiece a correr.

[Jeremy Triviani]

El vampiro escucho las indicaciones del Guerrero y asintió, aunque le molesto que hubiera tocado a su madre y por un momento se planteo la idea de lanzar alguna cosa contra el propio profesor. ¿Seria ético? No llego a tanto, Candela se salio de la celda como una loca desquiciada. Cualquiera en su lugar se habría sentido protegida por sus compañeros, pero no ella, a la bruja le gustaba valerse por si misma.

"Aura de Poder" Pensó concentrándose mucho al ver que el Aura de la Confusión que la zingara lanzo, empezaba a surtir efecto en los convictos. Estos tenían la mirada desencajada y observaban todo a su alrededor como si no supieran muy bien donde se encontraban. El rubio supo que su aura se activo al ver que una lluvia de estrellas salieron hacia el techo en un resplandor blanco. Ahora su madre y él podrían lanzar hechizos de un rango superior al que poseían.

-Tienes mas poder ahora, Madre. Utilízalo con sabiduría -Le dijo con una mueca, antes de agregar -¿Servirá utilizar el Aura de Muerte? Les bajara los poderes a todos los convictos - Explico, para que la Zingara decidiera. A la menor señal de ella, Jeremy estaba siempre dispuesto a actuar.

Quisiera o no, era la madre que le había tocado y a su forma, la respetaba y quería. Se estaba volviendo un blando, eso era evidente. Espero atento a lo que pudiera pasar en aquel maldito lugar. Los fantasmas que los protegían se habían ido al invocar las nuevas auras.