Querido Harry:

No sé como comenzar esta carta. Es la primera vez que me animo a escribirte y no sé cómo lo vayas a tomar. Te conocí cuando tenía más o menos tu edad, era yo una niña que estaba pasando por una situación familiar muy difícil y tu llegada a mi vida no pudo ser más oportuna. Era la primera vez que me sentía tan fuertemente atraída por un montón de hojas que no sólo contaban una historia, sino que dentro de poco contarían una vida y con ella parte de la mía también. No fue casualidad que tus libros cayeran en mis manos, no fue casualidad que pasara horas y horas leyendo una historia que creía que no iba a tener fin, porque junto contigo crecí, de tus aventuras e incluso de las situaciones peligrosas donde que ponían a prueba tu valía, yo también me enfrentaba en mi propia realidad a tus mismos problemas y con tu ayuda pude superarlos, pude ser mejor persona; gracias a ti aprendía a aceptar que mis debilidades pueden convertirse en mis fortalezas y que los amigos si existen.

Siempre me atormenté pensando que no era lo suficientemente buena para hacer cualquier cosa, lo más mínimo significaba para mi un reto, pero cada vez que los iba superando me enfrentaba a uno cada vez más grande, hasta terminar agotada, sin fuerzas y sin nadie que me extendiera una mano. En ese momento de verdad creí que no tenía amigos, no los veía y entonces yo leía y leía y pensaba ‘’Oh, que suertudo es Harry’’, pero luego me di cuenta de que a veces tampoco los notabas y no precisamente porque ellos hicieran algo mal, sino que también, al igual que yo, tenías miedo a confiar. Aprender a confiar fue el reto más grande de mi vida, pero también sabía que debía escoger bien en quién confiar, porque sé bien que no todos son tus amigos y muchos fingirán que lo son, pero llegado el momento en que más los necesitas te dan la espalda.

¡Oh, Harry! ¿Qué habría sido de mí sin ti? Quizás no creas nada de lo que te digo y hasta pienses que esto no tiene sentido, pero te digo la verdad. Si no fuera por cada línea que leía, ya fuese tuya o de los que constantemente vivían al pendiente de ti, no habría aprendido a perdonar, a dar segundas oportunidades, a no juzgar prematuramente y a pensar que no todo está perdido, de que siempre tenemos una opción y somos nosotros quiénes labramos nuestro propio destino. Yo también he deseado el mal, también he querido que otros paguen por las cosas malas que me suceden a mí, pero no he querido envenenar mi alma, es por eso que lucho contra todos esos malos sentimientos y me aferro a la más bella de las energías, a la fuerza más grande de todas… El amor.

También sufrí, te juro que desee estar allí contigo, para hacerte saber que no estabas solo, que tenías a millones de personas apoyándote, creyendo en ti. Esas mismas millones de personas lloramos cada lágrima tuya, sufrimos todas tus penas y lamentamos cada muerte junto contigo. Nunca te dejamos solo y créeme que fue duro para nosotros quedarnos como espectadores, pero sabíamos de lo que eras capaz y gracias a eso también salimos adelante.

Perdiste a tus padres Harry, pero te ganaste una enorme familia, amigos, compañeros y sí, también enemigos, que estaban para recordarte lo que no querías ser, siguiendo el camino del bien. Fuiste una luz que iluminó a muchos, un rayo de esperanza, un líder que más que con palabras, demostró con acciones que la unión hace la fuerza y que el mal nunca vencerá. Yo aun lo sigo creyendo.

¿Ahora entiendes lo duro que ha sido para mí quedarme sin poder leer más de tus líneas? Tú eras mi guía y muchas veces he cerrado los ojos, esperando que la historia continúe, porque yo no quiero que termine. Es como estar sin brújula, pero entiendo que ya te debías marchar, me enseñaste todo lo que pudiste y ahora es mi turno de caminar. ¿Aunque siempre puedo volver atrás, no? Pero tan solo para recordar el por qué debo seguir adelante, te prometo que no volveré a ser esa niña insegura de antes.

Ojalá esta carta llegue algún día a tus manos, para que te des cuenta de que tocaste muchas vidas y nada de lo que hiciste fue en vano. Gracias Harry Potter y puede que ya no tengas cosas nuevas que contarme, pero tu espíritu vive en mi corazón, en el de muchos de hecho. Voy a extrañarte. ¿Lo sabes, verdad? Nunca voy a dejar de hacerlo y si llegase a tener hijos, les hablaré de ti, les contaré tu historia. No, haré algo mejor que eso, dejaré que también lean tu historia y ojalá que tú también hagas parte de sus vidas así como fuiste parte importante de la mía.

Hasta siempre Harry Potter.

En mi corazón estarás por siempre… Siempre.

Firma: La niña que vivió.