En la colina...

[Romina Black Lestrange]

Romina Evans Targaryen

 

Se encontraba en la parte más alta de una verde colina. A cada parte donde miraba se encontraba con árboles completamente verdes, un par de rocas del tamaño de una bellota y nada más, al parecer en el lugar no había animales o al menos ella no los veía. Se sentó en el pasto y estiro una mano, no estaba buscando nada en especial, hasta que sintió que algo caminaba por su piel y se dio cuenta que se trataba de una araña. Se paró de golpe y la quito de su mano, al parecer en el lugar había insectos, ni siquiera sabía si estos tenían o no veneno.

 

Camino unos pasos recorriendo el lugar, estaba bastante aburrida y no se había dado cuenta que en un par de horas caería la noche, por lo que tendría que apresurarse para regresar a su casa. Llevaba puesto un vestido corto, era raro que se vistiera de aquella forma, pero ese día así lo había decidido; también tenía unos zapatos negros y sostenía su varita fuertemente en su mano derecha. Miro al cielo, y por primera vez vio pasar una gaviota que volaba rápidamente encima de su cabeza y se quedaba en el nido de uno de los árboles.

 

A lo lejos logró ver una figura, pero desde allí no lograba distinguir si esta pertenecía a un hombre o a una mujer. Levanto su varita, no sabía si era alguien en quien debía confiar o no, pero era mejor estar prevenida ya que nadie podría salvarla en un lugar tan abandonado como aquel. Cuando esta se vio mucho más cerca, a menos de diez metros levanto su varita y apunto hacía ella —Desmaius— dijo. De su varita salió un rayo que recorrería la distancia que los separaba y si llegaba a impactarle en alguna parte del cuerpo, logrando que se paralice y tirarlo al suelo.

[Anthony R. Dracony M.]

Huía nuevamente, por suerte sus pasos lo llevaron hasta aquel sitio alejado de la mano de cualquier deidad sin corazón. Estaba cansado, pero no se veía posada o siquiera alguna edificación o casucha...nada. Lo desolado del lugar hacia eco a su alma y sin saber que le depararía aquel lugar, se percato que la noche también caería en aquel lugar.

A lo lejos se veía una colina, vio un bulto...¿seria un tronco desnudo? No notaba follaje, así que caminó para llegar a él, saco a "cobra" le sería de mucha utilidad para transformarlo en algo como un refugio.

 

Estaba intranquilo, no le gustaba estar a la intemperie, si por lo menos se viera algo mas grande que aquello a lo lejos...de pronto una voz...¿una voz? Sus sentidos se alertaron al oír un hechizo y ver aquel rayo dirigirse a su posición. Con rapidez alzó la varita en su mano con tal rapidez que se apareció frente a él un escudo mágico:

 

---¡protego!--- Aquel escudo transparente frente a él, absorbió en su totalidad aquel rayo repentino, estaba incrédulo... aquello que pensó era un tronco era en realidad un mago. Solo que no sabia si era algún miembro de aquellos que gustaban de atacar a las personas por el placer de hacer notar su maldad, un instante y decidió contestar:

 

---Engorgio--- De su varita surgió un rayo con la intención de impactar en aquel que le atacó, en cuanto diera sobre su pecho le provocaría terribles hinchazones.

[Romina Black Lestrange]

Romina Targaryen E.

 

El rayo que había salido de su varita segundos atrás no había logrado dar en su objetivo; de hecho desde su punto de vista el chico había logrado defenderse por completo del rayo. Suspiro, su rostro se le hacía bastante familiar, estaba casi segura que lo conocía de alguna parte solo que el único problema era que no recordaba de dónde. Lo miró por unos instantes; ¿Seguiría atando o pararía en ese mismo momento?, se preguntó para después tener su varita en alto por si a este se le ocurría atacar.

 

—¡Sectusempra!— exclamó al ver que el chico apuntaba con su varita; un rayo que emanaba una extraña luz salió de su varita al mismo tiempo que el de contrincante; este iba dirigido exactamente a su pecho. Ambos rayos impactaron en el mismo momento; el rayo logró impactar directamente en el pecho del chico provocándole un fuerte dolor seguido de una gran herida que tendría que curar en los siguientes turnos si no quería morir.

 

En cambio a la bruja solo le había logrado provocar un par de hinchazones en el cuerpo; nada grave, o al menos no para ella, pero estaba dispuesta a curarse por cualquier cosa, nunca antes le habían lanzado ese rayo por lo que conocía sus efectos. —Finite Incantatem— sentenció para después ver como su hechizo surtía efecto, la hinchazón que el rayo le había provocado empezaba a desaparecer, hasta el punto en el que había desaparecido por completo.

 

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[Anthony R. Dracony M.]

El impacto no se hizo esperar, por el tipo de rayo supo que aquel mago era un enemigo declarado, las heridas sangraban, de inmediato se aplico un remedio eficaz. --- Episkey--- Pensó al momento y las heridas cerraron, luego entonces frunció el ceño.

 

Si aquel mago quería jugar de esa forma, sabía él jugar igual, sujeto con determinación su arma mágica para lanzar su ataque:

 

---¡Fuego maldito!--- un tiburón de fauces imprecionantes se avalanzaron sobre el enemigo que estaba perdido, este fuego en particular puede quemar cualquier cosa...si el mago agresor deseaba lastimar a morir, sería correspondido a igual forma.

 

Alzando su varita y sujetandola con fuerza se quedo contemplando el final de aquel rival.