duelo de titanes xD

[albert paz]

El dia habia llegado y era hora de probar a mi surte, un pastizal de amplios espacios de unos 30 metros de largo y unos 15 metros de ancho, en medio de un bosque y junto a un riachuelo, por nombrarlo asi pues aunque pequeño, tenia la fuerza para arrastrar fácilmente a uno oh varios cuerpos rio abajo. todo ahi paresia ser el lugar perfecto para una de las citas mas románticas que alguien pudiera tener, a unos 2 metros de la orilla del rio, dos arboles grandes sostenían una bella y cómoda cama columpiante hechiza con lianas y ramas resistentes, adornada con rosales y rodeada de algunas velas aromáticas, no muy distante una fogata incandescente, que iluminaba una mesa para dos, y el mesón donde se encontraba lista una cena especialmente preparada, parecía toda una cocina en pequeñas proporciones, con todo lo que se fuese a necesitar, ollas, cuchillos,etc. el lugar estaba muy todo había sido perfectamente limpiado, recogido y ordenado, con adornos y detalles que yo mismo seleccione, se sentía un tema algo medieval, baúles viejos y llamativos de grandes a chicos adornaban los alrededores, antorchas apagadas colgaban de un gigante árbol de tule que impactaba solo de ver lo ancho de su tronco unos 7 oh 8 metros de diámetro, un espejo colgaba de un costado del tronco, no era cualquier espejo era uno especial, de grueso cristal y de fuertes marcos brillantes que parecían ser de el mas costo oro blanco de esa época, el suelo despejado, limpio para evitar tropezones y evitar hacer un ridículo, solo había pétalos de rosas rojas y blancas pareciendo formar una alfombra majestuosa que enamoraría hasta al mas frió y mal encarado.

 

estaba todo listo solo faltaba que el invitado llegara, ahí estaba yo vistiendo una chamarra de cuero y una camisa a cuadros blanquiazules, era mi favorita pues la persona esperada me la había regalado tiempo atrás, unos pantalones de mezclilla y unas botas de piel resistentes y muy cómodas, y ese dia decidí usar un perfume especial, uno que sabia traería recuerdos, en luna de las sillas de la mesa me senté atento a esperar la llegada de mi invitado, no estaba seguro de la reacción que tendría al ver el lugar, aunque ya me me la imaginaba y de igual manera no me importo tanto,- ami siempre me ah gustado estar preparado para cualquier situación que se presente- dije alzado en hombros y con una sonrisa nerviosa pero con satisfacción. mientras que las chispetas de la fogata y el sonar de las aguas del rio me tranquilizaban el ansia de la espera, con barita en mano y atento ante las adversidades. pues sabia que quien vendira, le gusta llegar sorpresiva mente y atacando sin previo aviso, lo que me puso alerta después de escuchar movimientos tras el tule, no lo pense dos veces -impedimeta- lance un rayo hasta donde el ruido, que de impactar en quien estaba ahi, aturdiría eh impediría por al menos unos instantes algún ataque sorpresa que me lanzara.. en lo que me aseguraba si fera oh no a quien yo estaba esperando, pues si fuera, no quería recibirla con tan malos modales.

Editado 2 de Septiembre del 2015 por albert paz

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor Rosier

 

Aquella lechuza que me había llegado en aquella ocasión traía consigo una carta, la cual era una invitación a un duelo. Sonreí de lado pues nunca rechazaba dichas invitaciones y más cuando se trataba de un nuevo aspirante a quien le interesaba aprender el noble arte de los duelos. El chico tenía potencial sin embargo había que enseñarle lo básico y bueno, que mejor que aprender sobre la marcha como decían por allí. Me levanté aquel día y vistiendo un short, tenis y una blusa ombliguera color negro me acerqué a mi espejo para acomodar los rizos de mi cabeza. Mi largo cabello colgaba hasta la cadera y lo acomodé de manera que no me molestara pues necesitaba estar bien y que no me fallara la vista por un rizo travieso.

 

Salí de mi casa y desaparecí, para unos segundos más tarde aparecer en aquel extraño páramo en el que se me había citado. Allí estaba Albert, a exactamente 8 metros de mi y parado con todo un circo detrás suyo... como si fuéramos a tener una cita. Chasqué la lengua y fruncí el ceño divertida -¿Es que acaso interrumpo algo? Creí que venía a duelos no a una cita- mientras decía esto, un rayo venía en dirección hacia mi, al parecer Albert se había asustado por mi llegada tan repentina.

 

-Protego- no lo pensé dos veces y un escudo mágico color blancoso transparente apareció recibiendo el impacto del rayo. A pesar de ser un principiante, le ayudaría ver los efectos de los ataques y ver qué tan pronto podía reaccionar -buen intento- le comenté -pero tienes que sacar algo más que eso-. Levanté la varita apuntando al pecho del mago sentencié.

 

-Sectusempra- un rayo color escarlata salió de la punta de mi varita con rapidez directo hacia donde había apuntado, si el hechizo pegaba, le ocasionaría a mi víctima múltiples heridas que sangrarían, y si no se curaba de inmediato moriría desangrado pues necesitaba del líquido vital. Esperaba que supiera como defenderse y si no, pues tendría que asistirle antes de que quedara muerto en ese sitio visitado por cupido.

[albert paz]

Al lanzar el rayo, entre el deslumbre pude ver que efectiva mente se trataba de ley, lo que me hiso desear no haberle lanzado el ataque, pero rápidamente y no era de sorprender lanzo de su varita un escudo que la protegió de mi ataque. Al verla quede boquiabierto, se veía espectacular mente radiante, me llamo la atención su atuendo pues regular mente la recordaba de pantalones largos y blusas casuales, no pude apartar mis ojos de sus rizos largos y bien acomodados, algo que me encantaba de ella, observe tentadoramente ese short que hacia lucir ese par de piernas de piel tersa y clara, que derretirían hasta el más frio tempano de hielo, sin dejar de mencionar que por poco y me quedo sin habla de ver la blusa encantadora que exponía parte de su abdomen incluyendo su ombligo lo que estaba empezando a distraer mi mente de el hechizo que de su boca había yo escuchado.

-protego- alcancé a susurrar entre tanta hermosa distracción y el escudo luminoso salió de mi varita cubriéndome de lo que pudo haberme causado heridas fuertes. –Expelliarmus- lance rápidamente el resplandeciente rayo rojo que haría que la bruja quedara des armada haciéndola separase de su varita al menos para darme tiempo de reaccionar después de tan maravillosa distracción. –pero que agresiva, asi es como reaccionas al ver a alguien después de tanto tiempo? Disculpa por mi repentina reacciona pero pues me asustaste- dije tratando de bajar los niveles de tención debido a los sorpresivos ataques; -que te parece la decoración?, con ver tu cara me imagino que no te ah gustado, ah y no interrumpes nada , esto lo prepare para ambos- comente bromeando y con nerviosismo pues no sabía como mas podría reaccionar mi invitada.

 

-podríamos tranquilizarnos un poco?, se que estas molesta porque en la carta que te envié decía claramente DUELO, y lo hice asi porque sabía que era la única manera de hacerte venir, te encantan los retos y supuse que no te resistirías- hablaba mientras la miraba pensando en la furia y corajes que muy probable mente estaban por explotar en su cabeza, era una simple suposición , el tiempo y la distancia hacen cambiar el temperamento de las personas asi que no me quedaba mas que esperar para ver que pasaría, -oh, discúlpame, que mal educado soy, toma asiento gustas cenar algo? – Actuando insistente en platicar calmar las tenciones, -anda, todo esta listo, te prometo que después de cenar cumpliré mi palabra sobre el duelo, solo que te pediré piedad- sonreí después del comentario pues de verdad esperaba que se apiadara de mi, mis conocimientos no eran para nada comparados a su nivel, puesto que yo me había retirado largo tiempo de las batallas, y rumores me habían enterado de que la bella bruja mantenía muy activa su práctica.

 

-gustas un poco de vino? Se que te gusta- gire hacia el mesón buscando un par de copas , pero aun con mi varita empuñada, alerta para cualquier posible sorpresa de mi invitada.

Editado 4 de Septiembre del 2015 por albert paz

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor Rosier

 

El evans se había defendido de los ataques fácilmente, a pesar de que supuestamente en la carta decía que necesitaba practicar sus conocimientos para mi los tenía bien sentados pues no le costó el más mínimo esfuerzo levantar la varita y defenderse. Fruncí el ceño molesta porque al parecer no le importaba para nada lo del duelo y todo había sido un mero pretexto para vernos. Tomé nota mental de no matarlo allí mismo, pues eso iba en contra de mis inclinaciones y otra nota más para luego romper todo aquello ridículamente armado.

 

-¿Y es así como tu reaccionas al verme luego de mucho tiempo? ¿Tratando de... qué se supone que es esto? Lo siento, pero yo he venido a un duelo- comenté sonriendo maliciosamente -Si se supone que lo que quieres es conversar, te equivocaste de lugar y de persona... pero luego podría invitarte a mi casa- dicho esto levanté la varita.

 

-Avis- Sentencié levantando la varita y conjurando doce hermosas aves, se trataban de doce palomas blancas que enseguida volaron alrededor mío -paren el rayo- dije sin perder más tiempo y ante la orden se posaron frente a mi recibiendo el golpe y desapareciendo enseguida, no pude evitar sentir un poco de lástima, pero después de todo solo eran un hechizo y nada más. Por el hecho de que el rayo tardaba en llegar no me costó trabajo conjurar mi defensa y pararlo sin más.

 

-Silencius- Dije enseguida sin siquiera esforzarme demasiado, al instante Albert quedó mudo para su siguiente hechizo, y no saldría lo que me daría gran ventaja para poder defenderme. El mago era bueno había que reconocerlo, pero la práctica que yo tenía luchando contra los mortífagos me habían dado muchos conocimientos pues de mis errores aprendí. Bajé la varia sin dejar de observar al Evans. Aunque estaba molesta no dejaba de parecerme ridículamente divertido pues no sabía qué era exactamente lo que esperaba del día de hoy.

 

-Defiéndete y pelea, que ya habrá otras ocasiones para charlar y hacer todas las boberías que se te vengan a la cabeza- dije un poco aburrida.

[albert paz]

Era evidente, no había forma de lograr cambiar ni un poco la actitud de bruja arrogante y retadora que la Gryffindor había decidido tomar ya tiempo atrás, asi como también era de esperase que no dejaría ni por un momento pasar la oportunidad de presumir sus habilidades hechiceras eh intentar humillarme de cualquier manera posible, rápidamente conjuro uno de sus clásicos hechizos , donde doce aves salen a su defensa listas para atacar a la menor provocación con tan solo darles una orden, lo que hiso que mi intento por desarmarla fuera ridículamente en vano. No contenta con eso aun seguía burlándose de aquel lugar que yo había arreglado para no recibirla de tan mala facha.

 

Estaba sirviendo las copas con el vino y justo cuando estaba de espaldas un silencius salido de su boca efecto que me me dejo mudo sin oportunidad si quiera de hacerle un comentario mas –que demonios?- pensé, acaso esta mujer no tiene ni un poco de corazón o seguro se lo remplazaron por uno de alguien que solo vivía de rencores y acciones atacantes y actitudes a la defensiva, sabia que había pasado por situaciones muy dolorosas en su pasado pero no creía que ella cambiaria tan abrupta mente –Finite Incantatem – grite en mi mente ya algo molesta, pero mas que nada decepcionada.. este efecto haría que mi habla regresara rápidamente a la normalidad haciendo que su acto por callarme solo le durara poco tiempo.

 

-Incárcerus- molesto grite y de mi varita salieron 3 gruesas y resistentes cuerdas que atraparían eh inmovilizarían a la bruja, una cuerda la tomo del brazo del que sostenía su varita haciéndolo pasar por detrás de su espalda figurando una llave de lucha grecorromana, la segunda cuerda la lazo del otro brazo atándola a su cuerpo, dejándola sin posibilidad de moverse de las caderas hacia arriba, la tercer cuerda amarro fuerte mente sus tobillos y hasta sus rodillas, provocándola a caer al suelo si hacia cualquier movimiento errado. –veo que contigo no se puede hacer las pases, asi que en vista de mis esfuerzos nulos de llevar la fiesta lo mas pacifica mente posible contigo, no será posible hasta que tu soberbia lo permita- exclame ya con voz muy seria y firme y con la mentalidad posicionada a que esto acabaría mal justo como no quería que pasara.

Editado 9 de Septiembre del 2015 por albert paz

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor Rosier

 

El rostro de Albert expresó además de sorpresa, coraje por lo que estaba sucediendo, sin embargo, era de ésta manera como se aprendía el arte de los duelos, pues en un campo de batalla los mortífagos no tenían piedad y eso lo había aprendido ya de una mala manera desgraciadamente. El mago estaba confiado y eso era malo, pues necesitaba estar atento a todo movimiento del rival, por suerte estábamos practicando y los conocimientos que tanto mi madrina como el bando me habían transmitido, serían ahora transmitidos al Evans. Chasqueé la lengua y torcí ligeramente la boca mientras pensaba y lo veía reaccionar.

 

-Nunca, pero nunca debes darle la espalda al enemigo, Albert- comenté a mi compañero presente -Si estuvieras luchando contra los mortífagos ya estarías muerto, es el peor error que puedes cometer, recuerda siempre estar a la defensiva. Se que parezco pesada, pero solo de esa manera aprenderás no hay otro modo... en mi entrenamiento salí muy mal herida y a punto de morir envenenada por una avispa marina- la piel se me erizó y sentí una oleada fría por mi espalda.

 

Lo vi tratar de hacer un hechizo pero no supe de qué se trataba pues estaba silenciado, al finalizar ese casi gritando lanzó su siguiente encantamiento claramente molesto por lo que pasaba.

 

-Evanesco- pronuncié éste hechizo sin dificultad alguna, haciendo que de ésta manera las cuerdas que venían aproximándose hacia mi desaparecieron dejándome libre para realizar el siguiente ataque. Obviamente a mi se me había enseñado de la peor manera, luchando en el campo de batalla y muriendo con honor todo sea por defender el bienestar del mundo mágico. Pensé unos segundos el siguiente hechizo.

 

-Avis- sentencié haciendo aparecer nuevamente a 12 aves, éstas ahora eran 12 gorriones que volaron alrededor mío, con la única orden de protegerme de rayos o algún ataque que viniera hacia mi. Creí necesario hacer defensas pues ahora en la condición en la que el mago se encontraba no sabía que tan peligroso se pusiera, pero claramente estaría preparada para defenderme.

 

-No tengo nada contra ti, solo estoy enseñándote a defenderte, son tiempos difíciles y oscuros para todos aquí en el mundo mágico- dije con voz tranquila sin bajar la guardia.

[albert paz]

Un balbuceo que emanaba la boca de la bruja vibraba en mis oídos pero no puse atención en lo mínimo, la molestia del momento solo me hiso pensar en atacar así que lance mi hechizo y esperadamente la bruja se defendió, evanesco dijo y mis cuerdas desaparecieron al instante, observe que por poco la bruja no se hubiera defendido, la note un poco distraída al parecer debido a sus repentina reacción de hacer conversación, lo que me hizo aprovechar para atacarla rápidamente porque la observe detenerse a pensar por segundos que hechizo me lanzaría.

 

-Obliviate- dije al instante de su distracción, y un poderoso rayo que haría que su memoria desapareciera y así quedaría con la mente en blanco si saber ni recordar que es lo que hace ahí ni que es lo que estaba por hacer, así que si pensaba en algún hechizo para atacarme no recordaría nada.

-Sectusempra- con voz baja exclame mi segundo hechizo rápidamente sin desaprovechar los segundos que la Gryfiindor había utilizado en pensar su segundo ataque.. y un fuerte rayo salió disparado de mi varita que apuntaba firme mente a su pecho, el rayo al impactar le causaría fuertes y grabes heridas, posiblemente mortales si no lograba recobrar la memoria para curarse.

 

-ahora si quieres hablar? Después de que te das el gusto de humillarme y burlarte de mí y del lugar que prepare!- hable con molestia y exaltación a la bruja pero con una risa sarcástica en mi rostro, no podía evitar molestarme por su actitud alzada -disculpa, pero no puse atención a tu platica, solo escuche un bla bla bla, además ya no me interesa lo que ya quieras contarme pues cuando yo ofrecí una charla tranquila tu me ignoraste por completo y seguiste con tu arrogancia, así que ahora no me vengas con charlas sorpresa y defiéndete como lo has venido presumiendo!. le decía a la bruja listo y preparado para lo que viniera.

Editado 13 de Septiembre del 2015 por albert paz

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor Rosier

 

El Evans se encontraba exaltado era evidente y eso no le ayudaría a concentrarse, negué nuevamente con la cabeza -Es una pena entonces que no quieras cooperar y que te hubieras molestado... creo que va siendo hora de que terminemos con ésto- No podríamos seguir con el duelo así, él era un mago inexperto en el campo de batalla pero aprendería con el tiempo. Un rayo venía hacia mi con la intención de hacerme perder mi memoria, pero las aves que había conjurado antes me protegieron del ataque y murieron al instante desapareciendo todas. Ahora ya no tenía defensas, pero no las necesitaba.

 

-Silencius- dije intercalando el segundo hechizo de Albert y solo salieron balbuceos de su boca que fueron imposibles de entender. Los errores le costarían caros en el futuro, y aunque iba en contra de mis inclinaciones era obvio que el chico necesitaba una lección que aprender, nunca bajar la guardia y siempre estar atento a los hechizos del rival, era ganar o morir. No había más.

 

-Morphos- dije apuntando la varita a la chamarra de cuero que tenía puesta Albert, la chamarra en cuestión se transformó en una avispa marina que inmediatamente inyectó su veneno en cuál viajaría por el torrente sanguíneo del mago y que si no buscaba la manera de salir de aquello y curarse el envenenamiento moriría en ese nido de amor que tenía a espaldas suyo. Con éste hechizo se me había enseñado a pelear y a sufrir tal vez de mala manera, pero le serviría para el futuro.

 

-Espero que puedas salir de ésta, y si no, puedo ayudarte y daremos por finalizado el duelo si así lo deseas... o bien puedo dejarte morir aquí mismo como tu prefieras, luego hablaremos tranquilos- esperaba que actuara de una manera inteligente y dejara su momentáneo coraje atrás o en cuestión de segundos comenzaría a sentirse mal.