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Anastacius Malfoy Wright

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Mensajes publicados por Anastacius Malfoy Wright

  1. Mi ritmo cardíaco estaba por las nubes, una figura bajaba hacia donde estaba yo, y solo podía confiar en que mi traje negro me ocultaría en las sombras. Si no lo hacía, o lo desmayaría, o le borraría la memoria, lo confundiría, lo que fuese, para no tener que matar a un muggle indefenso.

     

    Sin embargo, este señor, que bajaba con un traje a las cuatro de la mañana, llevaba toda su atención en un PDA, y ni siquiera posó la mirada en esa zona oscura de la escalera en la cual me encontraba. Con mis armas en las manos, seguí adelante, un poco más relajado. Pensé que no tendría gran riesgo tomar el ascensor. Si continuaba por las escaleras, tardaría mucho.

     

    Cuando llegue al siguiente piso, el décimo, según me informó un aburrido cartelito en una pared, me metí en el ascensor, mientras me concentraba en quemar los focos. Todo el piso y el ascensor se sumieron en una negra oscuridad. Apreté el botón "29", y empecé a subir. Una leve sensación de vértigo entró en mí, al mirar hacia abajo, y ver un agujerito en la alfombra marrón, el cual se podía ver desde todos los espejos del sistema de subida y bajada automático. Desde allí, se veía un negro boquete largo, muy largo. Yo no era de tenerle miedo a las alturas, pero eso era otra cosa.

     

    Llegué al piso veintinueve, mientras me concentraba, debía estar alerta. Rodé por el piso, y envié mentalmente una carga de energía eléctrica por los cables del pasillo. Los focos murieron, y me revelaron las habitaciones donde aún había gente despierta, ya que se veía el resplandor por abajo de las puertas. Con el sigilo de un gato, me deslicé hasta la primera habitación de ese piso, la cual, estaba totalmente a oscuras. La abrí con la varita.

     

    Había un hombre totalmente dormido en la cama. Hice el hechizo Muffliato, para que no escuchase ningún ruido, y empecé a registrar la habitación. En la maleta del hombre, encontré diversas identificaciones, escritas en ruso. Además, vi trajes como para sesiones importantes, además de estrellitas condecorativas. Pero no podía saber si el hombre tenía algo que ver en esto, solo revisando el cuarto, aunque tenía un hecho inquietante. Poseía una Parabell 9x en su maleta.

     

    Le apunté al hombre, mientras susurraba un corto hechizo, para quitarle el Muffliato. Ya tenía mis planes. En el caso de que este hombre fuese un espía, con mis poderes de Demonio obtendría su apariencia y me haría pasar por él, para averiguar todo lo posible.

     

    Finite Incantitem

     

    El hombre se agitó levemente, mientras se restregaba los ojos. Se sentó en la cama, levemente molesto, como si hubiese salido de un excelente sueño. Pero lo que siguió a eso sería una pesadilla, ya que al mirar en otra dirección, se encontró con una ametralladora corta en la cara.

     

    OFF: Muy corto mi rol pero ando apuradito, saludos!!!

  2. Mei se había defendido, destruyendo la zona de la estatua que la iba a impactar. Tras defenderse de otros hechizos lanzados por los demás estudiantes, nos dijo que deberíamos intentar intercalar sus hechizos. Yo sabía, por experiencia, que hacer eso era muy difícil, se necesitaba gran experiencia, velocidad y concentración, además de una sangre fría total, para hacerlo.

     

    Ella me apuntó con su varita. La débil luz de las antorchas, causaba que su rostro se viese como un rostro que era poderoso. Me imagine la cantidad de personas que habían estado sentados en los tronos egipcios y sido casi dioses...

     

    Debía apartar esos pensamientos de mi mente. Levanté mi varita mientras me concentraba. Generé energía como ondas cerebrales en mi mente, para darme una velocidad total. Entonces, la profesora empezó a decir algo como Incar...

     

    Mi mente, trabajó casi afiebrada en esos milisegundos. Ese hechizo causaba que unas sogas surgieran y golpearan mi cuerpo, atándome totalmente. Debía mantenerlas apartadas de mí. ¡Eso era, apartarlas de mí! Di una rápida sacudida de varita y dije, mientras me apuntaba a mí mismo con mi varita.

     

    Imperviusdije yo, al siguiente cuarto de milisegundo, sentí como si tuviera papel film sobre mi cuerpo. La sensación se extendió a todas las zonas de mi piel. Ahora, las sogas no me tocarían.

     

    cerus... terminó ella, y tres sogas bastante gruesas, se dirigieron hacia mí, hacia diferentes partes de mi cuerpo. No eran muy voluminosas, así que sabía que mi efecto funcionaria, y sonreí débilmente, mientras las sogas chocaban con mi cuerpo, y saltaban de él, como si hubiesen rebotado. Cayeron enfrente mío, y se amontonaron en un montoncito.

     

    -Esperaba algo mejor de usted, querida profesora. Tal vez esto le recuerde ello.

     

    Conocía un hechizo que me permitiría lanzarla, sin hacerle mucho daño, desde la altura suficiente, como solo para que se quebrara los fémures, o algo por el estilo, cosas que un simple episkey podría curar. Sabía que debía concentrarme, y que era un hechizo que podía ser evitado, pero valía la pena intentarlo. Le apunté al torso.

     

    Mobilicorpusexclamé con voz potente, la cual resonó en la caverna. Un rayo celeste eléctrico salió de mi varita. Me concentré, haciendo un movimiento de varita más, para indicar a donde debía moverla el hechizo. La subiría tres metros de altura, y desde allí, la lanzaría al piso.

     

    Mi demonio rugía de impaciencia por matar, por destrozar. Quería muerte, y la tendría. Un profesor más, uno menos. ¿Qué importancia tenia? Sentí la felicidad transcurrir por todo mi ser, y lance una risa malévola, que hizo eco por todo el lugar.

     

    OFF: No estoy seguro, de que el Impervius funcione con esto, pero dice que repele todo tipo de objetos causados por hechizos neutrales, así que debería funcionar. Saludos!!!

  3. Luego de las vestimentas, Dimitri, en la punta de la mesa, se paró. En los siguientes dos segundos, Hugo y Bardolla lo hicieron, de forma rápida, y con fluidez. Entonces, este “Jefe Mafioso”, por así decirlo, empezó a decirnos cuales serían nuestras actividades en la visita al Kremlin, con su efusivo acento ruso, marcando las letras r al hablar.

     

    -Esto es información clasificada y maldecida. Si alguien habla de esto, morrirrá automáticamente. Nuestrros hombres han descubierrto el posible infiltrramiento de espías Estadounidenses a Rrusia, con el objetivo de entrar en las sesiones del Krremlin y averiguar todos los datos posibles acerca de las Fuerrzas Armadas Rrusas.-

     

    -Necesitamos de vuestrra ayuda. Tenemos la ubicación de los espías, se encuentrran en el edificio Varrskok. Averiguad todo lo que podáis de ellos. Luego, dependiendo de la situación, matad o huid. Aquí tienen mapas de la zona en caso de problemas. -

     

    Mis ojos tomaron el color verde, supuse que esto era por el entusiasmo, era un verde brillante. No tenía un espejo pero podía de alguna manera, saberlo. Tomé uno de los papeles que deslizó Dimitri por la mesa. Tenía un mapa de los alrededores del Kremlim, y el edificio Varskok estaba marcado con corrector. Todo el mundo hizo un asentimiento, y Dimitri chasqueó los dedos.

     

    ***************Callejón oscuro detrás del edificio Varskok, Moscú, Rusia. **************

    Esta vez, caí parado, aunque me tambaleé un poco. Vi a los demás aparecer en el callejón sin ningún sonido. Algunos de pie, otros sentados, otros despatarrados por el piso. No era una persona a la cual me gustara trabajar en grupo, así que hice un gesto de saludo con la cabeza, y salté una muralla pequeña de un solo movimiento.

     

    Caí en un patio, con plantas, arboles pequeños y mucha nieve. El frio se encontraba firme en el lugar y me sorprendió el paso del tiempo. Habían pasado cuatro horas desde nuestra llegada al Kremlin, y todo estaba oscuro. Una luna en cuarto creciente nos observaba desde el cielo.

     

    Vi el edificio en frente mío. Unos treinta pisos aproximadamente. Donde podrían estar, eso era una incógnita horrible. Supuse que los hombres de Dimitri solo ubicaron la posición de los espías, gracias a que entraban y salían del lugar en algún momento. Ir una por una de las ventanas sería difícil. Decidí buscar en los archivos del rascacielos.

     

    Fui de sombra en sombra. No sabía quién podría mirar por una ventana, y había unas ciento cincuenta. Llegué hasta la puerta trasera, la vi desde detrás de los helechos. Una simple puerta de pino con picaporte común. Pero también había una cámara arriba. Le apunté con la varita, mientras susurré con una voz bajísima.

     

    Glacius

     

    La luz roja que tenía la cámara se apagó y tenía poco tiempo antes de que mandaran a averiguar a alguien, así que entré por la puerta sin hacer ruido. Había entrado en un pasillo que lucía como una zona de limpieza, por los ruidos de lavarropas muggle. Moví la varita y todas las luces cercanas se apagaron. Pasé puerta tras puerta silenciosamente.

     

    Al final, llegué por unas desvencijadas escaleras, a la zona de recepción.

    Unas alfombras rojas cubrían el piso. Paredes azules y un televisor grande que mostraba las noticias en un idioma cerrado y trabado. En la pared, había una corona y unas letras extrañas abajo. El nombre del hotel. Ruso, supuse. Solo estaba la señora recepcionista detrás de un mostrador, absorbida en una lectura.

     

    Me escondí tras un sofá, sabiendo que la información que necesitaba estaba tras ese mostrador. Podía matar a la señora, pero no quería hacerlo. Le apunté desde atrás del sofá con la varita y susurré un hechizo que no le haría ningún daño físico ni mental, y me permitiría hacer mi trabajo.

     

    Desmaius

     

    El rayo impactó a la señora de falda negra, chaleco y corbata del mismo color, con cabello pelirrojo y anillos de plata en los dedos. Revisé la presencia de cámaras, y solo vi una afuera de la puerta de ingreso al hotel. A toda carrera me deslicé por el piso y llegué detrás del mostrador. Tomé todos los cuadernos que encontré. Luego abrí a la carrera uno color naranja.

     

    Leía a toda velocidad, y me encontré con algo sospechoso. Unas veinte personas se habían registrado en lo más alto del hotel, todas un día tras otro y los apellidos parecían inventados, entre ellos: Vurjok, Reznov, Petrenko, Kiksov, Vitrok, Tektkok, etc. Las habitaciones eran de la 580 a la 600, piso 29 y 30.

     

    Guardé todo rápidamente. El hotel estaba cerrado, eran las una de la mañana, no corría demasiados riesgos de ser descubierto. Salí del lugar, y antes de atravesar la puerta, senté a la muggle en su silla y la apunté con mi arma mágica. Debía despertarla y borrarle la memoria, así que estos hechizos solucionarían todo.

     

    Reenervate, Obliate

     

    Cerré la puerta despacio sin observar los resultados de mis hechizos y empecé a subir las escaleras. Escuché pasos que bajaban, y mi corazón inicio un ritmo desbocado. Mi aspecto era muy sospechoso como para permitirme que me viesen, no era normal la vestimenta de traje de fibra de plástico negra, armas y mascara. Tome mi Kiparis, y veloz como un demonio, agregue un silenciador. Apague las luces con la varita y me pegue a la pared, esperando no ser descubierto…

     

    OFF: Espero que no haya hecho nada salido de lo que se esperaba, si no os agrada, ignoren este rol. Nota: soy narcisa Wright, me cambie de Nombre.

  4. Hola, dejo un pedido, por asi decirlo.

     

    Yo me cambie de Nick. Antes era Narcisa Wright, ahora soy Anastacius Malfoy Wright. Que vamos a hacer con el nombre de boveda. Ustds me lo cambian?, Me va a generar problemas con las compras en el Magic Mall?, Que debo hacer?,

     

    Saludos!!

     

    Link:http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=97597

  5. Me quede muy contento, mientras conversaba con Marge y al mismo tiempo leia la lista. Era muy interesante, no sabia la existencia de algunas de las plagas mencionadas en ella. Me comento que al principio la acompañaria a ella en sus diversas visitas a desplagizar, y luego, con el tiempo podria hacerlo solo.

     

    Te lo agradezco mucho. Entonces, lo que deberia hacer seria ¿pasarme una vez por dia en el Departamento, revisar si hay algun pedido, y si lo hay, ir contigo, y si no, quedarme un rato y volver a casa?, o ¿debo quedarme en un horario determinado?, no quiero parecer pesado, es que no me gusta cometer errores. dije rapidamente mientras con un desliz de varita, agrandaba el pergamino y lo pegaba en la pared de mi minidespacho, por asi decirlo.

     

    Debia conseguirme un par de cosas para mi cubiculo. Entre ellas, debia adornar un poquito las paredes, conseguirme un letrerito con mi nombre para poner sobre el escritorio, un archivador, entre otras cosas. Trabajaria al maximo, pero me gustaba la comodidad.

     

    ¿Hay alguna orden de eliminacion de plagas para hoy?

     

    OFF: Gracias por la lista y por la ayuda, espero que Sunar venga pronto. Saludos!!!

  6. Finalmente, llego una mujer, que se hizo llamar Marge. Supuse de inmediato que seria mi Jefa, asi que me pare y salude con respeto. Soy Anastacius Malfoy Wright, de los Malfoy. He venido por mi nuevo empleo, soy aprendiz de esta oficina. Debo suponer que es usted Marge Shunpinke Triviani, no es asi?

     

    Ella se limito a asentir con la cabeza. Se puso a contarme algunos detalles sobre la eliminacion de plagas en las mansiones y negocios, mientras yo escuchaba atentamente. Marge dejo una carta en el cubiculo de mi compañera, Sunar, que todavia no habia llegado.

     

    Luego, me invito a mi nuevo cubiculo. Era un escritorio grande, con paneles alrededor, me daba un espacio de unos tres metros y medio cuadrados. En un segundo que Marge miro hacia otro lado, deslize con velocidad de demonio, mi Kiparis dentro de un cajon. Puse unos objetos personales sobre el escritorio, un monton de pergaminos, pluma, tintero, entre otras cosas. Finalmente, le hice la pregunta de rigor.

     

    ¿Entonces, que es lo que debo hacer?

  7. On Rol: Nos entregaron nuestras calificaciones en un pergamino. Quince puntos. Esperaba más, era verdad, pero con tal de aprobar, estaba bien. Otros habían tenido calificaciones peores, y no debía preocuparme demasiado.

     

    Luego, la profesora Mei, con un simple y elegante ademán de varita, nos dió un pergamino a cada uno. En él, se describían diversos hechizos de ataque y defensa. Mis ojos pasaron al azul purpúreo, un color que designaba lo aburrido. Este tipo de cosas me las sabía de memoria, sin embargo, me lo leí completo.

     

    Entonces, se nos apartó por grupos. A mí, y otros dos chicos, los cuales no conocía, nos tocó con la profesora Mei. El profesor Hades Ragnarok se llevó a las chicas a otra cámara del Templo de File. Nuestra querida institutriz levantó la varita hacia nosotros y lanzó un encantamiento aturdidor. Era un hechizo simple y fácil de evitar.

     

    Yo levanté la varita con un simple movimiento, cuando el rayo rojo con forma de pelotita se dirigió hacia mí, cortando el aire, haciéndolo silbar. Invoqué un simple escudo protector, con estas palabras.

     

    -Protego- exclamé, mientras una ola blanca salía de mi varita y tomaba la forma de un escudo redondo enorme que me cubría por completo. Luego obviamente se volvió casi invisible. El rayo chocó contra el protego, y lo absorbió, dejando un brillo débil en el aire. Luego el encantamiento escudo desapareció.

     

    La educadora de duelo, empezó a decir otro hechizo. Podía defenderme con treinta encantamientos diferentes, pero sería mucho más simple, taparle la boca. También sería divertido, verle como quedaba callada un rato. Una leve venganza contra el Aceptable que me habían puesto.

     

    Silencius susurré. Mei quiso seguir hablando, pero se dio cuenta de que no podía. Y ahora, por atacarme sin avisar, le iría una pequeña sorpresa. Observé el techo, mientras reparaba en la gran estatua que colgaba del techo. La arquitectura egipcia era muy buena, ya que la estatua solo colgaba de una unión con el techo, de piedra, de unos cinco centímetros de ancho. Tal vez era anti-temblores, pero apostaría lo que sea que no detenía hechizos.

     

    -Confringo- dije sin más, mientras el rayo salía de mi varita, y golpeaba la unión que se encontraba a tres metros sobre la cabeza de mi contrincante. La estatua de la hermosa diosa Isis, de una tonelada aproximadamente, caería sobre su cuerpo. No podía evitar que el rayo golpeara, ya que el sostén con el techo estaba muy alta para cualquier tipo de protego.

     

    La estatua se soltó del techo con un estruendo, cayendo hacia ella. Yo, por suerte, me había posicionado a unos tres metros de ella, por lo tanto, a mí no me haría ningún daño. Pero a ella si, probablemente le partiría el cráneo, columna vertebral, costillas, piernas, etc. Quedaría hecha puré.

     

    -Eso es por el aceptable- dije abiertamente hacia ella, mientras observaba como una divinidad egipcia se encargaba de mi trabajo, uno que no quería realizar con mis propias manos.

     

    OFF: Me hubiese gustado adelantarme a tu expelliarmus con un Incarcerus, pero no sabía si los límites de la tarea me lo permitían. Saludos!!!

  8. OFF:

    Aca les dejo el link actual de mi ficha. Ficha de Anastacius Malfoy Pero tengo unos cambios que agrego en algunos dias. Aca los dejo:

    Nombre: Anastacius Malfoy Wright.

    Familia: Malfoy

     

     

    Aspecto Fisico: Piel extremadamente blanca, con ojos azules pero bastante cambiantes de color, hay momentos en que se vuelven rojos, otros en que se vuelven blancos, etc. De complexion fisica mediana, no demasiado fornido. Nariz recta y pomulos rectos. Su cabello, corto y marron chocolate, brilla levemente y su flequillo cae por su frente. Suele vestir tunica negra y cuando anda entre muggles, jeans y camisas cortas. Tiene una cicatriz corta en una mano, obtenida en una pelea.

     

    Historia:

     

    Hace muchisimo tiempo, habia una familia de magos en Transilvania. Anastacio Wright se encontraba entre ellos. Hubo una guerra entre su familia, que era muy numerosa, y otra, los Moody. Fue cuando Voldemort estuvo en su punto de gloria, hace mucho tiempo, demasiado ya. Los Wright, todos mortifagos o neutrales que querian ser mortifagos, atacaron y destruyeron a los Moody, pero eso costo muchisimas vidas a los Wright de Transilvania. Su familia, muy debilitada, sufrio ataques de muchos aurores y finalmente se disolvio. Las ruinas abundan en la antigua casa de los Wright.

     

    El huyo, en su escoba, una fantastica Nimbus 2000, regalo de su padre, ya muerto en el ataque a los Moody. El busco a los Wright con saña, hasta que los encontro en Londres. Se unio en su familia y fue aceptado. Entro en la academia de Magia y Hechiceria, y se destaco en los torneos de duelo, hasta que fue el campeon de esa clase. Sin embargo, murio luchando en el ultimo de todos, en un combate a muerte para llegar a ser uno de ellos, un Mortifago.

     

    Su alma bajo a los infiernos por sus numerosos pecados. Alli, renego de el diablo, señor de los Infiernos, y en las desoladas tierras del Tartaro, fue tras Caos, señor de la destruccion, el estado primigenio del universo. Lo encontro, y lo sirvio. Sus poderes fueron aumentando, y en mas de una ocasion, el junto a su Amo, Caos, fueron al ataque contra las fuerzas celestiales. Alli, Caos era el mas poderoso, con un yelmo negro, alas de Murcielago y dos espadas gigantes. Y Anastacius combatia a su lado. Su maldad lo habia vuelto completamente negro, y era conocido como Yelmo Negro. Su figura cambiaba sin cesar mientras peleaba y su energia no tenia limites.

     

    En una ocasion, las fuerzas de los cielos fueron alejadas tanto, que hubo una fuga. Los guardianes celestiales fueron derrotados y los muros que impedian escapar a las almas se destrozaron. Sin embargo, habia muros de energia. Muchos intentaron pasar, pero solo yo lo logre. Mi alma vago por los confines de la tierra. Mis poderes fueron aumentando, y escape varias veces de Tanatos, que me buscaba para devolverme a los infiernos. El dios griego era habil, pero yo mas. Al final y despues de volverme el espiritu mas fuerte que vagaba por la tierra, use toda mi energia para crear un cuerpo.

     

    Decidi tomar un nombre parecido al Anterior, y decidi que seria Anastacius Malfoy Wright. Encontre a los Malfoy y me estableci en su mansion. Pero aun sigo siendo un alma poderosa. La mayoria de los Demonios aparecen de forma diferente. Pero yo no era del todo un demonio. Mi cuerpo era raro y actuaba de forma rara. Mis ojos se modifican de acuerdo con mis emociones, y en ocasiones mi cuerpo cambia de forma, aunque ya eso casi nunca ocurre.

     

    Con la practica, y sus grandes poderes mentales, aprendio la Telekinesia, la Hidrokinesis, Pirokinesis, Aerokinesis, Geokinesis, Photokinesis, Telepatia, Viajes Astrales. Aprendio a poseer a las personas, pero oculta sus habilidades y no las usa en los duelos.

     

     

     

    Yo quiero mis notas :cry:

     

    ON: El hombre, que se hacía llamar Dimitri, nos condujo por un pasillo. Como todos los del Kremilin, era de paredes blancas con cuadros. El lugar era frío, y nada de dudas. Unos dos o tres grados calentaban a los pobres estudiantes que se trasladaban de la torre secreta del edificio, a quien sabe que lugar.

     

    Llegamos a una habitacion, la cual era, según nuestro guía secreto, la sala de misiones. Era amplia, al punto de que creo de que era así por arte de la magia. Las paredes, completamente blancas, y las enormes ventanas octagonales, le daba un aire luminoso. En el centro del lugar, una larga mesa de roble, con sillas alrededor.

     

    Dimitri, con aire solemne, se sentó en la del frente. Bardolla y Hugo, a ambos lados. Yo elegí la mesa de la punta, desde donde podía observar todos los rostros. Algunos parecían preocupados, otros reacios, pero pocos estaban con cara alegre. Mi frentista, empezó a acercar con magia, un armario con prendas de distintos tipos, y negras. Yo me reí levemente, frente a los trajes de cuero. El explicó las mejores vestimentas en las misiones de espionaje.

     

    Yo ya estaba de color negro, de la cabeza a los pies, mi capa me rodeaba por completo, pero no era muy apretado, y los movimientos de los pliegues de esa vestimenta serían visibles fácilmente. Agité la varita, y mi vestimenta quedo guardada en el armario, mientras yo adoptaba un traje negro de goma elastica fina. Era perfecta para la movilidad. Y ademas, era muggle, ya que tenia lugares para poner armas. Asi que agregue en el, mis Kiparis, y mis dos pistolas, además de los cargadores extras y la munición en cajitas. Finalmente, agregué mi varita a un bolsillo bastante apretado, y estaba listo.

     

    Me dispuse a esperar que las demas personas reaccionaran. En de mientras, me concentré y cambié de color mis ojos a negro, y me tapé nariz y boca con un pañuelo negro, y miré a Dimitri, el cual estaba tan impasivo como siempre, en frente nuestro. Probablemente alguna misión espía estilo muggle nos tocaría pronto.

  9. Sonrei a la bruja que me observaba amistosamente. Habia visto en un cartelito el nombre de mi nueva jefa. Marge. Pero sospechaba que no se encontraba en el Departamento. Le dije a la bruja, la cual no agradaba a mis ojos, que tomaron el color de la pimienta. La bruja no reacciono, por lo tanto, supuse que no lo habia notado.

     

    Si, quisiera que me guiase a la oficina de Plagas, tengo que empezar a trabajar alli. dije a la bruja con voz neutral y simple. Queria encontrar a las personas con las cuales trabajaria. Ella, sin decir mas, me dirigio por un pasillo trasero, hasta la oficina central.

     

    Me dejo en una habitacion comodamente iluminada, con unos cuantos escritorios llenos de papeles. Con un floreo de varita, atraje una silla, para sentarme un rato, y esperar a los demas. Los pensamientos se amontonaban en mi cabeza mientras deseaba tener un pensadero para sacarlos. Para pasar el rato, me dedique a lustrar mi varita con la tunica, la cual ya estaba bastante bonita. El color del roble alcanzo un esplendor grande.

  10. Anastacius Malfoy Wright

     

    Luego de la presentación, ambos profesores, con ágiles movimientos de varita, nos pasaron unos pergaminos. Estos contenían listas de hechizos, la mayoría simples, aunque había algunos que eran extraordinarios y estaban fuera de mi alcance mágico. Sus efectos lucían horrorosos, pero me hubiese encantado poder hacerlos. Supuse que cuando me graduase de la Academia tendría suficiente poder para ejecutarlos.

     

    Después, los profesores se pusieron en posición de duelo. Intentaron atacarse unos a otros, pero fallaron estrepitosamente. Atacaban con hechizos que no servirían en algunas ocasiones, agitaban la varita sin hablar y no pasaba nada, hacían encantamientos escudo, pero fallaban. Era un duelo ridículo. Al final, pararon sin ninguna razón, con un intento final de Hades, que apuntó a la antorcha detrás de la cara de Mei, pero no pasó nada.

    Sin embargo, yo no creía que un par de profesores pudiese duelear tan mal, era algo ilógico. En momentos, agitaban la varita como si estuviesen diciendo un hechizo no verbal, pero no pasaba nada. Se dañaban entre sí, ya que algunas protecciones fallaban. Luego de que terminaron el duelo, bastante heridos ambos por los enormes errores cometidos, nos dieron una tarea.

     

    Debíamos, en un pergamino, escribir todos los errores que tuvo el duelo. Me sonreí a mí mismo, mientras mis ojos adquirían una tonalidad olivácea. Casi se me había escapado decir que eran unos incompetentes, y sospechaba que a esos profesores no les agradaría ese tipo de insulto. Me senté en el piso del templo, de forma suave para no hacer ruidos metálicos por las armas en la capa negra que estaba anudada a mi cuello. Luego, saqué un par de objetos. Un pergamino simple, y una vuelapluma color verde. Cerré mis ojos y me concentré, mientras la vuelapluma escribía las diversos y muy extensos errores del duelo reciente.

     

    Mientras tanto, observe que algunos ponían cara de extrañados mientras otros cara de aburridos. Los profesores se curaban de diversas heridas, y la cara de Hades Ragnarok destilaba maldad de nuevo. Entre Caos, el Diablo, y Hades (ahora que lo pensaba era el dios griego del infierno), prefería a Caos. Hades, parecía tener una maldad interna que le daba poder. En cambio, la profesora Mei, lucía muy agradable.

     

    Cuando terminé, la vuelapluma me avisó haciéndome cosquillas en la oreja. Yo tomé el papel y le apunté con la varita, mientras murmuraba un hechizo simple, para multiplicar los pergaminos y entregar una copia de mi tarea a cada uno de mis dedicados maestros. Las letras se tornaron difusas, mientras me concentraba.

     

    -Geminio-

     

    Tenía dos pergaminos ahora, con la misma esmirriada pero entendible caligrafía de siempre. Me pare y me dirigí al frente de todos, donde aguardaban ambos profesores. Le pase a Hades un pergamino con la mano izquierda, y a Mei el otro con la mano derecha. Le mire agradecido a ambos, hice una corta reverencia y me fui y tome asiento en el duro piso de piedra del templo donde antaño los muggles adoraron a la diosa de la fertilidad.

     

    Las sombras de las estatuas egipcias formaban figuras grotescas, que se proyectaban sobre los alumnos, generando más que un susto entre ellos. La luna, completamente llena, iluminaba débilmente el Templo de File, opacando el brillo de las delicadas estrellas del cielo nocturno, algo que me hubiese gustado admirar.

     

    OFF: Ya envié los pergaminos, espero que este todo bien. Saluditos!!!

  11. Agencia Consultiva de Plagas --Anastacius Malfoy Wright

     

    Llegue al cuarto piso, mientras comprobaba mentalmente mi aspecto. Sabia que hoy era mi primer dia de trabajo, y mi presencia debia ser impecable. Mi cabello color chocolate, ordenado en un peinado recto, reflejaba los matices de los focos en las paredes. Mi tunica, negra, sin arruga alguna ni motas de polvo. Mis zapatos negros, perfectos. Mi capa negra, que me rodeaba casi por completo, llevaba mi varita, y algunas armas muggles bien escondidas. Una Glock 9mm y un par de Kiparis con cargador lleno, perfectamente escondidas. Era un amante de armas muggles.

     

    Abro la puerta de la agencia consultora de plagas, y observo el lugar. Una sala pequeña y perfecta con diversos objetos comunes en una recepcion. Me sente en una silla dura, de madera, en frente del escritorio. Seria un empleado de una agencia, eso estaria genial. Y ganaria dinero, excelente para mi familia, un deseo mio, y el deseo de hacer un negocio.

     

    OFF: Hola, soy nuevo aprendiz de la division de Agencia Consultiva de plagas. ¿Que debo hacer? ¿Quien es el jefe de esa oficina?

  12. Anastacius Malfoy Wright.

     

    Duelo Básico pensé mientras tocaba la puerta del salón que llevaba dicho rotulo. Una puerta de roble con dibujitos en forma de cuadrados me separaba de una gran diversión. Me pregunté si debía tocar la puerta, pero yo era un demonio. Quería hacer una entrada triunfal. Tomé el picaporte redondo de bronce de la puerta, y lo hice girar. Entré con un ligero chirrido.

     

    Entré a una sala con muchos bancos y sillas, unas cuantas ocupadas. Sonreí débilmente a los estudiantes, mientras me dirigía a una de las mesitas de atrás. Repasé mi aspecto mentalmente, para asegurarme de que no quedaba mal para esta clase. Llevaba una túnica de color negro, con botones marrones. Abajo, unos pantalones cómodos, de tela de jean, pero abiertos. Dueleaba seguido y sabía que mi ropa me debía permitir agilidad. Mi cabello color chocolate, cuidadosamente ordenado en un peinado simple, y unos zapatos negros, armaban un buen juego, ya que el jean no se veía por la túnica. Atrás, una capa negra complementaba mi aspecto.

     

    En esta capa negra que rodeaba casi por completo mi cuerpo, escondía mi varita, una Berreta 9mm, y un par de Kiparis con cargador lleno. No iba a usarlas en un duelo, pero, por si las dudas, no venían mal. Aunque mi arma mágica era mucho más efectiva, había causado muchas muertes en numerosos duelos contra simples neutrales, me agradaban los artefactos asesinos muggles.

     

    No era que me importase que pensaran los demás de mí. Yo era tremendamente antisocial y mi carácter, muy frio, ya que era un demonio, un ser venido de los infiernos, servidor eterno de Caos. Mi maldad interna no tenía límites, y por ello mi cuerpo no se adaptaba a mi alma, causando ligeras variaciones. La más importante era la de los ojos. Estos cambiaban de color al libre albedrio, normalmente relacionándose con mis sentimientos. Esta vez, un rojo oscuro llenaba mis iris. Sospeché que era la emoción.

     

    En Generales, había ganado experiencia de pelea, combatí contra poderosos espíritus en una morgue. Yo, con este cuerpo, peleé en numerosos duelos y triunfado, y como mortal, en mi antigua vida, como Anastacio Wright, llegue a la segunda posición en el torneo en Duelo Avanzado. Estaba completamente capacitado para esa clase.

     

    Se nos invitó, a tocar el traslador, que se encontraba sobre la mesa en el frente de la clase, mientras atrás flotaba un pergamino rodeado de antorchas. Era una estatuilla, pero no la analize en detalle, simplemente fuí y lo toqué, mientras veía el remolino azulado acostumbrado. Era lo mismo de siempre, y no me importó. Me dejé llevar…

    *****************Templo de Isis************

     

    Me golpeé contra un frio piso de piedra, esparcido con arena. Soplé ligeramente en forma de molestia. Ya iban tres clases en las cuales me golpeaba contra el piso. Pero cuando levanté ligeramente la vista, me encontré con una cara extraña y quijotesca, que me miraba. Salté y tomé la varita y una Kiparis, pero antes de lanzar un maleficio o disparar una ráfaga de balas, observé que solo era una figura en piedra, una egipcia.

     

    Observé alrededor. Se encontraba atrás de una columna y nadie había visto mi desfachatez. Guardé ambas armas con rapidez mientras me dirigía al grupo de alumnos. El Templo de Isis, la diosa de la fertilidad. No podía creer que hubiesen elegido para una clase de duelo un est****o lugar de Muggles.

     

    Pero como vi que todos se presentaban por turnos, en un momento de silencio, decidí también hacerlo yo, aunque, mantuve una expresión firme, me molesto la mirada de Hades, fría y cruel. Era, como decirlo, maléfica. Y eso que yo había visto la mirada del mismísimo Caos.

     

    -Hola a todos. Soy Anastacius Malfoy Wright, soy de la Familia Malfoy, tengo 21 años y tengo experiencia en materia de duelo y en el manejo de armas Muggle. Espero que disfrutemos esta clase.- anuncié a alta voz. Estaba por decir, que nos llevemos bien en esta clase, pero eso era poco probable, por lo tanto, lo cambié.

     

    Después de eso, ignoré totalmente a todos y me puse a analizar la estructura del templo. Era bastante buena, para ser muggles de la época de los dinosaurios. Las estructuras cuadradas y los relieves de la zona de ingreso eran fantásticos. No me sorprendió el hecho de que no hubiera muggles allí, eran la una de la madrugada, y seguramente había bastantes repelentes anti muggles. Cuando hubo un corto silencio, me asusté repentinamente, girando la cabeza de modo brusco, pero era solamente una pausa, y otro comenzaba a hablar.

     

    OFF: Hola a todos, mi personaje se llama Anastacius Malfoy Wright, lo de Narcisa fue un error. En fin, es poco carismatico, frio y calculador. Mata a todo el que lo molesta, y normalmente porta mas armas de las que lleva hoy (no se preocupen, no va a matar a nadie, yo lo controlo con una herramienta llamada teclado, es muy poderosa, jaja).

     

    Yo soy Peter, tengo 15 años y soy de Argentina. No me agrada decir mi localizacion exacta en internet asi que espero que no os moleste. Me apasiona la informatica y las ciencias, ademas del latin. Bueno, no tengo mucho mas que decirles, solo que me encanta duelear, tengo bastante experiencia, y me encantara esta clase.

     

    Saludos!!!

  13. Estaba bajando del avión. El cielo frio y nuboso me dio la bienvenida a Moscú, la capital de Rusia, hogar del Kremlin. Había sido convocado para una clase, al parecer Rol Básico, pero no entendía que demonios tenía que ver Rusia con eso. Caminé por la fría losa del aeropuerto, directo hacia la puerta de salida. Pero tenía un ligero problemilla, había un detector de metales, antes de la puerta.

     

    Diffindosusurré apuntando con mi arma mágica a un cablecito que salía del detector. Pasé sin generar ninguna alarma, y la verdad no me convenía en lo más mínimo que la policía me buscara. Yo iba vestido con unos jeans, camisa larga y arriba una gruesa capa, pero abajo de la gruesa capa llevaba un diverso arsenal de armas muggle. Algo me había dicho antes de salir que serían necesarias.

     

    Mis zapatos destellaron mientras abría la puerta del aeropuerto y recibieron una débil luz del sol. Mi cabello color chocolate, bastante corto, no brilló tanto como estaba acostumbrado. Las nubes cubrían mucho el astro rey. Mi mente, mientras tanto, procesaba información a velocidades espeluznantes. ¿Para qué estaríamos allí?, era la pregunta principal, que estaba en mi cabeza, rebotando de lado a lado, intentando ser respondida.

    Mi aspecto por fuera era frio, como siempre, completamente serio. Solía ser frívolo, y mi rostro no expresaba sentimientos. Pero por dentro, mi alma era un tormento de energía y poder, que lograba contener a duras penas gracias a no demostrar sentimientos.

    Mis ojos tomaron una tonalidad azabache claro, muy claro. Eso era parte de ser un demonio. Mi alma no se adaptaba del todo con el cuerpo que le había creado, y mis ojos relampagueaban y brillaban, cambiando de color bastante seguido. Los muggles nunca se daban cuenta, pero los magos se pegaban unos buenos sustos, por ello no tenía demasiadas relaciones estrechas con seres mágicos. Era un pequeño precio a pagar si se lo comparaba con permanecer en el infierno como servidor del Caos.

     

    Afirmé mi varita por debajo de la capa mientras me dirigía en un taxi hasta el Kremlin. Pero algo de repente cambio, y empecé a sentir como mi piel quemaba. Una fuerza me quería sacar de ese plano temporal y enviarme a otro lugar. El taxista me miro con cara rara. Intente resistirme, mis poderes psikineticos eran fuertes, pero esa fuerza lo fue más, y...

     

    ********************* Torre oculta ********************

     

    Caí de golpe sobre el duro suelo de mármol. No necesitaba preguntar a nadie donde estaba, me encontraba en el Kremlin. Me di cuenta por las fachadas de las paredes que nos rodeaban además de la bóveda gigante que poseía de techo. Pero esto era una torre, ya que la bóveda terminaba en una punta recta.

     

    El lugar estaba profusamente decorado con diversos muebles, pero el conjunto de símbolos extraños de las paredes le daba al ambiente un aspecto sombrío. Las paredes, de un tono amarillo claro, contrastaban con las negras figuras en frente mío. Supuse que eran los profesores, pero en este mundo no había lugar para dudas. Extraje mi varita en una mano y una Glock 9 mm en la otra. Adelante otra figura más parecía dominar el panorama. Me acerqué lentamente, preparado para llenarlos de plomo, pero los reconocí.

     

    Uno era Hugo Haugton y la otra era Bardolla Black. Eran mis profesores y dudaba de que quisieran terminar con plomo en el estómago, por lo tanto, guarde la Glock y la varita, mientras me presentaba a ambos. Intenté no mirar al tercer miembro del lugar mientras hablaba.

     

    -Buenos días a todos. Mi nombre es Anastacius Malfoy Wright. Tengo 21 años y soy de Londres. Pido disculpas por haberles amenazado, pero aquí, en Rusia, hay que tener cuidado con todo. Soy de la familia Malfoy, en Ottery Saints Catchapole, y anteriormente de la familia Wright. Soy... No creo que tenga nada más para contarles. Solo quisiera saber la identidad de vuestro acompañante- dije de esa forma, interrogando antes de dar información. Una voz habló con marcado acento ruso, dirigiéndose a mí.

     

    Eso no te importa muchacho, solo haz lo que digan tus profesores. Y no se te ocurra sacar nada e de abajo de tu capa exclamo el hombre que se encontraba envuelto por las sombras. ¿Cómo demonios sabía que yo tenía mi mano izquierda sobre una Kiparis con cargador lleno? Hice una corta reverencia y me quede donde estaba, dispuesto a esperar un rato, mientras llegaban mis amigos, o mejor dicho ex compañeros, de la clase de Generales, eran solo 4 los aprobados. Faltaban tres.

     

    OFF: Lamento editar pero me habia olvidado de la presentacion muggle. Me llamo Peter y soy de Argentina, tengo 15 años, me apasiona la informatica, el latin, el ingles y las ciencias biologicas y quimicas, ademas de la programacion estructurada. Y no se preocupen, a diferencia de mi personaje no suelo tener ametralladoras ligeras bajo las vestimentas, jaja.

     

    Mi personaje es Anastacius Malfoy Wright, un poquito demente, ama la pizza y el chocolate. Es impulsivo, aunque frio y calculador a la vez. Nada mas es rapido para tomar decisiones, y estas suelen ser bastante siniestras. Es bastante bueno dueleando, y si necesita matar a alguien, no dudaria en cortarle el cuello.

     

    Bueno, Saludos!

  14. Pido edicion de ficha. Los cambios son:

     

    Nombre: Anastacius Malfoy Wright.

    Familia: Malfoy

     

     

    Aspecto Fisico: Piel extremadamente blanca, con ojos azules pero bastante cambiantes de color, hay momentos en que se vuelven rojos, otros en que se vuelven blancos, etc. De complexion fisica mediana, no demasiado fornido. Nariz recta y pomulos rectos. Su cabello, corto y marron chocolate, brilla levemente y su flequillo cae por su frente. Suele vestir tunica negra y cuando anda entre muggles, jeans y camisas cortas. Tiene una cicatriz corta en una mano, obtenida en una pelea.

     

    Historia:

     

    Hace muchisimo tiempo, habia una familia de magos en Transilvania. Anastacio Wright se encontraba entre ellos. Hubo una guerra entre su familia, que era muy numerosa, y otra, los Moody. Fue cuando Voldemort estuvo en su punto de gloria, hace mucho tiempo, demasiado ya. Los Wright, todos mortifagos o neutrales que querian ser mortifagos, atacaron y destruyeron a los Moody, pero eso costo muchisimas vidas a los Wright de Transilvania. Su familia, muy debilitada, sufrio ataques de muchos aurores y finalmente se disolvio. Las ruinas abundan en la antigua casa de los Wright.

     

    El huyo, en su escoba, una fantastica Nimbus 2000, regalo de su padre, ya muerto en el ataque a los Moody. El busco a los Wright con saña, hasta que los encontro en Londres. Se unio en su familia y fue aceptado. Entro en la academia de Magia y Hechiceria, y se destaco en los torneos de duelo, hasta que fue el campeon de esa clase. Sin embargo, murio luchando en el ultimo de todos, en un combate a muerte para llegar a ser uno de ellos, un Mortifago.

     

    Su alma bajo a los infiernos por sus numerosos pecados. Alli, renego de el diablo, señor de los Infiernos, y en las desoladas tierras del Tartaro, fue tras Caos, señor de la destruccion, el estado primigenio del universo. Lo encontro, y lo sirvio. Sus poderes fueron aumentando, y en mas de una ocasion, el junto a su Amo, Caos, fueron al ataque contra las fuerzas celestiales. Alli, Caos era el mas poderoso, con un yelmo negro, alas de Murcielago y dos espadas gigantes. Y Anastacius combatia a su lado. Su maldad lo habia vuelto completamente negro, y era conocido como Yelmo Negro. Su figura cambiaba sin cesar mientras peleaba y su energia no tenia limites.

     

    En una ocasion, las fuerzas de los cielos fueron alejadas tanto, que hubo una fuga. Los guardianes celestiales fueron derrotados y los muros que impedian escapar a las almas se destrozaron. Sin embargo, habia muros de energia. Muchos intentaron pasar, pero solo yo lo logre. Mi alma vago por los confines de la tierra. Mis poderes fueron aumentando, y escape varias veces de Tanatos, que me buscaba para devolverme a los infiernos. El dios griego era habil, pero yo mas. Al final y despues de volverme el espiritu mas fuerte que vagaba por la tierra, use toda mi energia para crear un cuerpo.

     

    Decidi tomar un nombre parecido al Anterior, y decidi que seria Anastacius Malfoy Wright. Encontre a los Malfoy y me estableci en su mansion. Pero aun sigo siendo un alma poderosa. La mayoria de los Demonios aparecen de forma diferente. Pero yo no era del todo un demonio. Mi cuerpo era raro y actuaba de forma rara. Mis ojos se modifican de acuerdo con mis emociones, y en ocasiones mi cuerpo cambia de forma, aunque ya eso casi nunca ocurre.

     

    Con la practica, y sus grandes poderes mentales, aprendio la Telekinesia, la Hidrokinesis, Pirokinesis, Aerokinesis, Geokinesis, Photokinesis, Telepatia, Viajes Astrales. Aprendio a poseer a las personas, pero oculta sus habilidades y no las usa en los duelos.

     

    Nos vemos y gracias de Antemano!!!

  15. Off: No pretendo culpar a nadie, pero se han saltado por alto que yo apague el fuego. Pero bueno, ya acomodo este rol para que eso no se note. Nota: Vuelvo a pedir disculpas a Sol por poseer su cuerpo y expulsar a su alma temporalmente. No se enoje por favor :cry: . Pido solícitamente que se lean los roles de los demás, porque si no se desorganiza todo.

     

    Estaba muerto de cansancio. Escuché un par de encantamientos, algo así como Reenervate, y me di cuenta de que alguien me había despertado. Estaba listo para agradecérselo a quien hubiese sido, pero la figura iba corriendo ya por el pasillo, muy lejos para escuchar mis palabras.

     

    Me paré débilmente, mientras intentaba pensar e ignorar los diversos dolores que tenía por todo el cuerpo. Y caí en la cuenta de porque estaba tan adolorido. No era normal que los cuerpos fuesen abandonados por su alma. Cuando yo volví a entrar, hube debilitado mi cuerpo físico, al punto de calcinarlo por la energía pura.

     

    Al menos no había fuego. O ¿Si había? ¡Era un completo idi***!, había destruido las águilas de fuego, eso sí, pero la morgue estaba ya tan envuelta en las llamas, que la fuerza de la Odefa no logro apagar las llamas en su totalidad. Solo había debilitado el incendio, al igual que realizar esa hazaña me había quitado mis energías a mí.

    Llegar hasta la puerta de la planta baja, era imposible. Empecé a ver como la estructura se consumía, poco a poco. Una viga enorme se cayó, y luego otra, y otra, tapando el pasillo. El humo estaba por doquier, obstaculizando la visión y la respiración. El suelo estaba muy caliente, lo sentía a través de los zapatos de cuero.

     

    Levante la varita, pesaba como el plomo. Las piernas me temblaban por todo el cuerpo. Mis ojos, titubeantes, cambiaban de color sin cesar, como un caleidoscopio al cual lo agitas rápidamente. Mi cuerpo entero estaba sufriendo diversos cambios. La última vez que me había ocurrido esto era cuando había formado mi cuerpo con mis propios poderes. Ahora, al volver a entrar a un cuerpo, no podía controlarlo con exactitud.

     

    Mis manos cambiaban de forma, pasando de manos palmeadas a manos con uñas enormes. Mi cuerpo, se volvió mas grande y brillaba, como si lo estuviesen flasheando por detrás con un foco enorme. Empecé a sentir calor, un calor horrible que quemaba el cuerpo. Parecía como si me estuviera derritiendo. Debía controlarme. Serene mi alma mientras daba tranquilidad a mi cuerpo. En pocos segundos me encontré mejor.

     

    Apunte a la pared, desvencijada, y susurré con voz trémula:

     

    -Reducto-

    -Glacius-

     

    La pared explotó, mientras se llenaba de escarcha helada. Esto era para apagar las llamas cercanas, ya que el muro de ladrillos que me separaba de la libertad estaba muy caliente. El pasillo se llenó de escombros, y el humo ya estaba tapando mis fosas nasales. Mis ojos, al cambiar tan rápido, no eran afectados por el humo, pero no era un gran consuelo. Estaba a un piso de distancia del suelo, pero era un Demonio. No era un vampiro, con superfuerza, no era un hombre lobo, con gran agilidad, pero mi cuerpo tenía una resistencia extrema cuando me concentraba.

     

    Me puse en posición y salté. En ese momento, que transcurrió a cámara lenta, vi muchas cosas. El primer piso desmoronándose, la estructura cediendo y debilitándose, tambaleándose a punto de derrumbarse, las llamas de magnitudes gigantescas que rodeaban la morgue. Y observe también, fugazmente, a un espectro poderoso, de ocho caras, que sollozaba de rabia, por una ventana en el cuarto piso.

     

    Caí en el patio de en frente, pasto de las llamas. No había pensado en la posibilidad de que afuera también hubiese fuego. Las llamas lamieron mi túnica, la cual se empezó a quemar con una rapidez alarmante. Apunte con mi varita hacia esta vestimentay dije:

     

    -Glacius-

     

    El fuego se redujo alrededor mío, casi al punto de apagarse. Seguí usando el encantamiento congelador para formar un caminito sin llamas. La sensación de calor era diferente a la que había sentido unos momentos después de volver su alma a su cuerpo, era un calor físico. Pronto vi a un grupo de supervivientes afuera, estaban reunidos y charlaban en voz trémula.

     

    No vi a las profesoras. Sospechaba que habían entrado a la morgue para salvar a los alumnos. Un poquito tarde, la mayoría se había consumido como heno en una fragua. Los espectros, estaban bien desaparecidos. Podía sentir que la fuerza misteriosa que habitaba el lugar se derrumbaba. Tal vez no había sido tan malo incendiar el lugar, pero si podía lanzarle una maldición a esa profesora, lo haría.

    OFF: Lo de la maldicion es mentira, no me mate plisssss.

  16. -Que demonios le pasa a esa est****a- murmure por lo bajo. Una cosa, era mandarnos a buscar varitas de cadáveres. Otra cosa, era mandarnos a enfrentarnos con espectros, otra cosa, eran las cafeterías encantadas. Pero enviarnos águilas de fuego, que incendiaban toda la planta baja, era una locura.

     

    El fuego empezaba a entrar. El acostumbrado frio de la morgue fue reemplazado por un calor bestial, y una iluminación roja tomo el lugar de las luces blancas. Por la puerta y las ventanas entraban chorros de llamas, y las pobres personas atrapadas allí adentro éramos nosotros.

     

    Había perdido de vista a mis dos compañeros, y me di cuenta de que debían que arreglarse ellos solos. No teníamos muchas opciones. La primera era ser asados, la segunda, era intentar contener las llamas, y la tercera, era huir hacia arriba. Salir por la puerta era imposible, ya que allí hacía un calor terrible.

     

    Escuchaba diferentes hechizos por todos lados. Pero yo no iba a morir ese día. Levante la varita, e intente alejar las llamas de la puerta. No creía que funcionaria, no parecía un fuego común, estos no suelen tomar formas de águilas gigantes destructoras, y mucho menos, poder pensar y actuar como parecía hacer este.

     

    -Aguamenti-grité.

     

    Un chorro de agua alejó un poco el fuego de la puerta, pero no servía de mucho. Intentar salir era imposible. Escuche la risa de una de mis profesoras. Tal vez podía intentar apoderarme de la mente de una de mis profesoras e hacer que apagaran las llamas. Corrí hacia las escaleras, mientras convocaba chorros de agua, para mojarme y poder pensar a baja temperatura, por así decirlo. El primer piso, estaba lejos de las llamas de la planta baja, y allí estaría un poco más a salvo.

     

    Me senté en el piso, y me relajé. Ignoré los gritos de auxilio que había abajo, y me prepare para separar mi alma de mi cuerpo. Mi alma reaccionó, y me concentre aún mas, entrando en trance. En un momento de máxima concentración, mi alma salió de mi cuerpo, y observé como mi cuerpo se desmayaba en el piso.

     

    Deje un poco de energía alrededor de mi cuerpo para protegerlo de las llamas, y me concentré para avanzar en los planos astrales. Primero, segundo, tercero, cuarto, y finalmente, después de un grito mental de esfuerzo, llegue al quinto, el ultimo estrato permitido para las almas mortales.

     

    Podía ver las almas encerradas en los cuerpos de mis compañeros en el primer piso, porque lo material no existía en planos tan altos. Debía salir de la morgue, y atravesé las mortales llamas que inundaban el edificio. Me sentía libre, poderoso, inmortal. Era genial, ser una esencia inmortal. Obtuve energía del quinto plano, que era extremadamente poderoso, y obtuve un aura maléfica.

     

    Salí del maldito lugar, y vi las dos almas afuera de la morgue. Una, se sentía feliz. Supuse que era la que había convocado el hechizo. Estaba contenta con el sufrimiento de los alumnos. La otra sufría por lo mismo, y supe que esa sería más fácil de dominar. Los seres que sufrían eran débiles, y mis poderes estaban a su máxima potencia.

     

    Me acerque y toqué el alma. Era fuerte, pero yo lo era más. Luché y me debatí, y tomé el control de ese cuerpo. Volví de golpe al plano físico, y el sonido volvió de golpe, como cuando se enciende una radio. Me di cuenta de que tenía más poder mágico en este cuerpo, sentía como si su energía mágica estuviera menos limitada.

     

    No pude ver mi nueva apariencia, pero supuse que era la profesora Sol. Fui hasta al lado de la puerta. La llamarada gigantesca estaba arriba, de color negro. Ya se ocuparía de ella después. Ahora, lo más importante era salvar a sus compañeros.

     

    -Aqueora-dije yo.

     

    Una ola gigante de agua azul, salió de la varita, golpeando la puerta, apagando las llamas. Sin embargo, no podía detener el hechizo, no sabía cómo. No recordaba el contrahechizo, así que volvió a disparar el mismo hechizo, pero esta vez una de las águilas embistió contra la ola y esta se evaporó.

     

    -¡Que haces!- grito enfadada la profesora Juve. Yo la ignoré, y entonces, de golpe, recordé el contrahechizo. Apunte a la varita de su compañera, antes maestra, y dije:

     

    -Firelocked- y un chorro de fuego volvió a la varita de donde había salido. Poco a poco, regresaron a la varita, como poderosos cometas de fuego. Al final, el fuego se apagó, y la miembro de la Orden del Fénix se desmayó.

     

    De golpe me desperté en el plano físico, en mi propio cuerpo. No supe exactamente que era lo que había pasado, pero no tenía mucha energía para pensar. Me arrastré por el piso unos metros, pero al final me dejé llevar por el cansancio, y me hundí en el poderoso mundo de los sueños.

     

    Off: Disculpas por apagar el fuego, es que era imposible rolisticamente hablando sobrevivir a eso sin apagar el fuego. Y Sol, lamento haberme apoderado de tu cuerpo, pero necesitaba poder hacer hechizos de poder alto para poder detener eso.

  17. OFF:

    Lo lamento seriamente, JP. Yo también pensaba en eso, es que en el momento, no sé, viste que no hice nada con tu personaje, para que puedas decidir lo que quieras vos. Ahora voy a armar bien el rol, uniendo ambos para evitar la discontinuidad. La idea era que vayas contando, haciendo tus cambios. Pero fue sin intención, mil disculpas :cry:. No quiero decir nada malo, pero una cafetería abierta en una morgue destruida y con una masacre es un poco rara. Y ya dije que en el rol soy Anastacius. Nota: ¿No es que acaso sin licencia no podemos aparecernos?

     

     

    ON: Después de salir del horrible lugar, lleno de muggles muertos y todo destruido, nos dirigimos a la cafetería. Y ¡vaya sorpresa! Cuando abrimos la puerta, ¡había gente allí! Afirme más mi varita, mientras susurraba Nox para apagar la varita.

     

    ¿Cómo demonios, podía haber gente en esa cafetería, mientras que en los cuartos de al lado había muertos por doquier? Y cuando entramos, algo me llamo más la atención. Nos miraron con una cara de odio intenso. La cafetería, perfectamente ordenada, con paredes blancas, mesitas y sillas del mismo color, le daba un estilo moderno. Una barra cubierta por un tapete del color tradicional de ese bar café, junto con jarras, tacitas y todo lo demás, del mismo estilo.

     

    Nos sentamos en una mesa. No preste atención a mis compañeros que charlaban a mi lado, sino que intentaba sentir a esas personas con mis poderes de demonio. Parecían ser humanos, ya que no los sentía como almas desnudas, sin cuerpo, sino como humanos. Supuse que estarían encantados, ya que no había forma de llegar al segundo piso sin ver los cuerpos muertos y seres decapitados del primer piso.

     

    De repente, Aye tomo una hoja de papel, pero no mire eso, sino vi que el hombre que estaba detrás de la barra tomaba un cuchillo. Esto indicaba que era muggle. Si nos hubiera querido matar y hubiese sido mago, hubiese tomado una varita.

     

    Los tres nos dirigimos a la puerta, pero él se puso en frente nuestro, con el cuchillo detrás de su cuerpo. Alegué algo acerca de unos deberes, pero me ignoro. En un acto de estupidez atroz, lo empujamos y salimos a correr por el pasillo, hacia las escaleras. Aye levanto la varita y dijo:

     

    Desmaius

     

    El encantamiento aturdidor dio en su pecho, tirándolo al piso, mientras JP, nos pasaba las manos a ambos. Aferre más la nota en mi bolsillo, donde estaba la información que había obtenido de la muggle muerta. Una oscuridad horrible acechó, y me di cuenta de que estábamos apareciendo.

     

    Aparecimos en el piso de abajo, y sentimos una mano en la espalda. Yo me gire rápidamente, varita en mano, pero nos largamos a reír todos juntos cuando vimos que eran los profesores. Le pase a Juve la carta, mientras Aye le pasaba a Sol su nota, obtenida en la cafetería encantada.

     

    Bueno, hemos encontrado dos cosas raras. En la sala de estar, habida un conjunto de muggles muertos, y la sala parecía haber sido un campo de batalla, tal vez entre dos grupos, peleándose, o al menos eso parecía, dos grupos numerosos enfrentándose allí, por los destrozos dije con una leve sutileza. Uno de los muggles tenía esto en la mano. Yo pienso que había alguna enfermedad extraña, mágica, en estas zonas, y se la envió a investigar. Entonces, supongo que alguno de estos grupos buscaba algo, tal vez poder conseguir usar la enfermedad para algún fin. Lo más raro fue que en la cafetería, parecía haber Muggles encantados, ya que parecían no darse cuenta de nada, o sea, de que en las salas contiguas había cadáveres en descomposición. Intentaron matarnos, y huimos. dije rápidamente a ambos profesores.

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  18. Me agradaba la nota obtenida. Era una prueba de que tal vez me iba a ir bien en esta clase. Pero nunca hay que hablar antes de tiempo, ya que antes de lograr decir hola, ya teníamos otra tarea. Buscar a una maga desaparecida, aquí, en una morgue. La verdad no era una idea agradable, y las sombras oscuras que se proyectaban por la habitación no ayudaban a mi ánimo en lo más mínimo.

     

    Al segundo piso, a diversas salas, se nos mandó a un par de chicos y a mí. Ambos se acercaron hacia donde estaba yo, algo tímidos, y supongo que mi apariencia no ayudaba demasiado. Aye con una túnica blanca, y unos jeans. Era muy bonita, aunque parecía tímida. Su tez blanca destacaba hermosamente con su rostro. En cambio, JP, era de complexión media, con unos jeans y camisas a cuadros. Lucia como una persona recta. Yo en cambio, una túnica negra completa, mientras que mi tez pálida y ojos del color de color celeste grisáceo, que cambiaban de color, me darían una imagen de tipo raro.

     

    -Vamos chicos, terminemos con esto- dije en voz clara, intentando contentarlos. Empecé a caminar hacia las escaleras oscuras, mientras mis compañeros de grupo me seguían un par de pasos atrás. Saque mi varita, mientras susurraba:

     

    Lumos

     

    Un destello salió de la luz de la varita. Escuche que Aye y JP me imitaban. Me adecue a su paso, sabiendo que el hechizo lumínico era necesario, ya que había hecho pedazos el sistema de iluminación al pelear contra los espectros. La luz se distribuía por el lugar causando sombras muy diversas.

     

    Y llegamos al segundo piso. Un pasillo semiiluminado por un simple foco blanco, que estaba en forma perpendicular con la escalera. Hacia la izquierda, se veía una puerta, mientras que si mirabas hacia la derecha, se veían unas cuantas puertas, todas marrones, de madera. A diferencia del primer piso, parecía más ordenado. No había manchas de sangre ni espectros saliendo de las paredes.

     

    -Vamos a la puerta a la derecha. Aye, preciosa, ponte mirando hacia la izquierda, JP, tu a la derecha, y yo en el centro para abrir la puerta. Sé que suena exagerado, pero debemos ser cuidadosos.- dije yo en tono de murmuro.

     

    -De acuerdo- murmuraron ambos al unísono.

     

    Entonces, se posicionaron como yo dije, y yo le pegue una patada a la puerta, mientras disparaba un hechizo para espantar a cualquiera que pudiese esperarnos dentro. Era una actitud medio arriesgada, pero tenía que proteger a ambos.

     

    Desmaiusdije rápidamente.

     

    Un rayo rojo salió de la varita, cruzando una habitación vacía. Al parecer, no había nadie, al menos, nadie vivo. Las varitas de los tres iluminaron un cuarto destrozado. Parecía una sala de estar, ya que algunas sillas y mesas chicas estaban desparramadas por el lugar, que tenían un aspecto tétrico a la luz del conjuro iluminador. Pero eso era lo de menos.

     

    Cadáveres, como diez, distribuidos en las mesas, otros en el piso, como si hubiesen estado corriendo al momento de morir. Todos tenían batas, pero ninguno de los cadáveres tenia sangre. Esto me llamo poderosamente la atención, y me acerque a uno de ellos.

     

    Era una mujer, de pelo castaño y largo, y tenía una cara oscura. En su rostro había una expresión de terror, como si hubiesen visto a la muerte, antes de morir. Toque la cara, busque signos de heridas, pero nada. Aquí aumentaron mis sospechas.

     

    -¿Muggles muertos misteriosamente? Estos fueron víctimas seguras de algún hechizo, posiblemente la maldición asesina. Aquí hubo un duelo, más bien posiblemente una redada. Este lugar esconde algo, y han intentado robarlo, seguramente. Para semejante destrozo no intencionado, se necesitan como diez magos disparando hechizos poderosos.-

    Casi podía imaginarlo. Los hechizos y maldiciones saliendo para todos lados, rayos y invocaciones. Entonces, me vino algo a la mente. ¡Los bandos! Probablemente habían peleado aquí, lo cual explicaba el uso de la maldición asesina. Pero, la incógnita era ¿Por qué habían peleado en un lugar como este, y en tan gran cantidad? Los bandos intentaban pasar desapercibidos, no aparecían en grandes cantidades en zonas Muggles.

     

    -Esta mujer, Elsa no se cuánto, sabía que algo raro ocurría en este lugar. Dudo que los espectros hayan sido, ya que estos aparecieron después de la masacre que ocurrió aquí. Pero, ¿Que podía haber sido?, tal vez una enfermedad extraña, o algo por el estilo. Debemos requisar los registros, si queremos averiguar algo.-dije rápidamente.

     

    Pero entonces, vi una tableta en la mano de uno de los cadáveres, y tomando por los hombros a los dos compañeros de grupo, los lleve hasta el cadáver y tome la tableta, que tenía una hoja engrapada. Empecé a leerla en voz fuerte y clara.

     

     

    El paciente 225 ha sufrido de extrañas dolencias. Hemorragias internas. Espasmos corporales y la temperatura corporal baja, lo cual señala que no es el virus del Dengue, o alguna enfermedad vírica selvática, ya que estas suelen incluir fiebre.

     

    Su cuerpo se ha debilitado de forma suma, hemos intentado descubrir que posee con diversos análisis, pero no descubrimos nada. Finalmente, ha muerto el 25 de marzo del 2011.

     

    Su cuerpo llego a la morgue hace unas tres semanas, hemos hecho diversas autopsias sin encontrar nada extraño. Pendiente de investigación.

     

    Cuando termine de leer la hoja, me di cuenta de que eso era una enfermedad mágica. Las enfermedades Muggles tienden a levantar la temperatura corporal, ya que el sistema inmunológico crea la fiebre como defensa. Sin embargo, este paciente, al menos este, tuvo un caso contrario, lo que me llevo a pensar que la enfermedad hacia olvidar al cuerpo como defenderse.

     

    Con razón el ministerio había enviado alguien a investigar. Que cosa tan rara ocurría aquí, en un lugar donde los muertos reposaban acostados en los helados pisos de esta antigua morgue muggle.

  19. Pocas varitas debían quedar ya. Y yo estaba sumamente aburrido. Me preguntaba que pasaría si volvía a subir. Como me di cuenta de que nadie deseaba ir conmigo, decidí ir solo de nuevo. Subí de dos en dos los escalones.

     

    Volví al oscuro y horrible pasillo con manchas de sangre. Y la escalera seguía subiendo. El decidió continuar. Segundo piso, tercero, cuarto, quinto. La escalera se abrió a una amplia sala. Y allí había ocho figuras horribles.

     

    Caminaban rápidamente, charlando entre ellas. Eran algo parecido a los espectros, pero eran muchísimo mas poderosos. Pero a diferencia de todos los otros, tenían cadenas, y estaban atados entre ellos. Sin embargo, todos poseían algo peculiar, una raya horizontal en el cuello, como si los hubiesen rozado con un cuchillo desafilado.

     

    ¡Sal! Sabemos de tu crimen.

     

    El corazón me latió de forma desesperada y salí de la oscuridad donde estaba. Levante la varita y lancé una retahíla de encantamientos.

     

    Desmaius, Sectusempra, Rictusempra, Expelliarmus

     

    Los cuatro rayos dieron en su objetivo, pero no paso nada. Cuando hablaron, hablaron todos juntos, con una voz terrible y metálica, con una voz que solo había escuchado una vez. El infierno. La malignidad de la voz me hizo desviar la mirada, dejándome observar la fría habitación donde me encontraba.

     

    Una sala cuadrada gigante, sin decorado alguno, excepto los refrigeradores de cadáveres en las paredes. Pero me obligue a mirarlo de nuevo a ellos.

     

    Liberanos, liberanos de nuestras cadenas. Encuentra las varitas. O revelaremos a Satanás tu ubicación.

     

    Eso era una amenaza cruel Pero yo no tenia las varitas, solo se habían recuperado 6, faltaban otras dos, y estaban 5 pisos mas abajo, en manos de las profesoras. Pero yo sabia que si intentaba correr, no llegaría lejos.

     

    Lleve mis manos hacia adelante, apuntándole con ambas. Pero ellos se rieron, con una risa que resonó como las campanadas de la iglesia en un dia claro. Los ocho levantaron sus manos.

     

    Como si pudieras. Tal vez puedas ser un Demonio, pero no puedes contra nosotros.

     

    Ataque, pero su poder era increíble, era como meter los dedos en el enchufe. Me sacudi horriblemente, y intente concentrar mis fuerzas, pero el dolor era atroz. No podia enfrentarlo con magia o con mis poderes del alma. Debia usar la cabeza.

     

    Deprimo

     

    Atravesé el piso de la habitación hasta el cuarto, y los espíritus me siguieron. Pero seguí lanzando el hechizo hasta que con un montón de contusiones, llegue a la planta baja una vez mas.

     

    Todos los alumnos me quedaron mirando. ¿Como demonios había caído ahí? Me pare lentamente, y los ocho espíritus llegaron de golpe, y hicieron una ola de energía que nos derribo a todos al piso, mientras yo me concentraba en proteger a los demás. Pero no pude, y salí despedido por los aires, cayendo tres metros atras.

  20. Anastacius Malfoy

    Me paseaba distraidamente por la sala. Algunos chicos se habían presentado. Otros habían ido hacia las escaleras, pero luego habían vuelto, sin decidirse. Pero me di cuenta de algo. Si iban, terminarían muertos probablemente. Debía acompañarlos. Me dirigí a las escaleras. Tenía que esperar hasta que a alguno se animase a ir, e ir con él.

     

    Alguien quiere ir, puedo acompañarlo si lo desea. dije en voz alta, y con mi varita en mano. Esperaba que asi algunos viniesen. No deseaba prolongar mi estancia en la morgue, asi que mientras antes terminasemos, antes nos iriamos. Me preguntaba porque los espectros no nos atacaban aqui. Alguna maldicion antigua, tal vez.

     

    Tergeo dije apuntando a los escalones. Se limpiaron bastante, y me senté en el tercero, dispuesto a esperar un rato y pensar un poco. Recordé con tristeza a las almas sufriendo en el infierno, la lucha contra Cancerberus, el poder de las puertas de Charon, el barquero que llevaba las almas hasta el inframundo. El consejo de los grandes demonios, los diez grandes.

     

    Los espectros, eran almas en pena. Eran seres poderosos que habían escapado del infierno, o simplemente almas que no fueron ni allí, ni al paraíso. Mas fuertes que los fantasmas, mas débiles que los demonios. La mayoría de los demonios eran los hijos de Lilith, la primera esposa de Adán. Yo, al contrario, era un simple mago que había escapado del infierno y había logrado la consistencia física, pero esto me había hecho muy fuerte, ya que conservaba los poderes de una alma sin ataduras, un alma a corpus (sin cuerpo). Por eso podía resistirme a los espectros.

     

    Pero tantos juntos en un mismo lugar, mala idea para dar una clase de academia. Y los ruidos que se habían escuchado donde doblaba ese pasillo, no me agradaban. Allí había sentido un gran poder, como si algo mas fuerte que un espectro se hallase en el lugar. Por eso, el debía intentar ayudar al siguiente grupo que viniese por ali. Existia otra escal

  21. Off: Hola a todos, mi nombre en el foro es Anastacius Malfoy, aspirante a mortifago. Hubo un error y en el nick me pusieron Narcisa (tengo ganas de matar a alguien por eso, jeje). Vivo en Argentina y mi nombre es Peter, tengo 15 años. Me gusta la informatica y las ciencias exactas (matematicas). Entre mis otros pasatiempos ademas de este foro es la programacion estructurada, el ingles, y los libros de ciencia ficcion. Espero que la pasemos bien.

     

    On: ¡Maldita hojarasca!

     

    Acababa de tropezar con un monton de hojas. No veia demasiado, aunque la luna y mi condicion de demonio ayudaban bastante. Me levante rapido, mientras miraba hacia todos lados. Me encantaba pasear de noche por los bosques. El frio no me afectaba en nada. Debia volver a mi guarida pronto. Una cueva en las montañas, era mi residencia actual. Se encontraba en los bosques de Londres, y no creia que algun muggle podria llegar hasta alli. Era practicamente imposible, ya que ademas de que se encontraba a cientos de kilometros de la civilizacion mas cercana, estaba protegida por magia.

     

    Empeze a caminar hacia al sur. Bueno, caminar es una forma de decir. Como un demonio, mi cuerpo puede ser muy rapido. En pocos minutos llegue a la zona donde estaba la cueva. La nieve se amontonaba en todos lados, haciendo el paisaje levemente aterrador. Mi tunica negra y zapatos negros me hacian bastante visible con el contraste de la nieve blanca y suave que como un mantel, cubria todo lo cercano.

     

    Pero no alcance a entrar, que una lechuza se poso en mi hombro, dejo una carta, y desaparecio volando hacia el norte. Tome la carta rapidamente, mientras pensaba, "¿quien podra ser?" La abri y empeze a leer.

     

    Estimado señor Anastacius Malfoy

     

    Tengo el agrado de avisarle de que su clase de Generales en la Academia de Magia ha comenzado. Por favor, presentese rapidamente.

     

    No tenia firma. Que raro. Y ¿como demonios iba a saber donde tenia que ir?. Pase la mano por la carta una vez mas, y esta empezo a brillar. Entonces, todo se volvio blanco y azul, y...

     

    *****************************

     

    Cai en un duro piso de marmol. Me paré rapidamente, varita en mano, mientras observaba la escena que me rodeaba. Habia bastante gente en la sala, algunos vivos y algunos muertos.

     

    Una morgue, pense, mientras maldecía en mi fuero interno.

     

    Hacer de la carta un traslador, eso era bastante sorpresivo, ¿y si le hubiese llegado mientras estaba tomandose un baño? Decidi no pensarlo. Habia muchos chicos de diversas edades alrededor mio, mientras que adelante, un par de escalofriantes personas estaban hablando.

     

    Mis ojos tomaron un color gris, mientras hablaban. Ellos eran normalmente azules, pero respondian a mis emociones. En este momento, estaba emocionado. Tenian muchas gamas de colores, y cada uno representaba una emocion. Antes el cuerpo entero respondia de esa forma, pero ahora solo lo hacian mis ojos.

     

    Al parecer, debiamos buscar varitas de magos muertos en la morgue. Terminaron de presentarse ambos profesores, y decidi a apresurarme. Me esperaba algo distinto, teorias de hechizos y cosas por el estilo. Bueno, primer clase y examen practico, pense.

     

    Fui el primero en partir. Observe las oscuras paredes de la morgue. Habia cadaveres por doquier, algunos cubiertos con sabanas, otros sobre mesas, chorreando sangre. Normalmente no me molestaba el frio, pero esto era un refrigerador gigante. Dedidi salir de esa sala asquerosa. Me dirigi al fondo, donde habia una escalera con barandal de madera, que llevaba al primer piso, o eso pensaba yo. Llegue al primer piso, y la escalera daba a un pasadizo estrecho. Las paredes estaban cubiertas por sangre seca y telarañas. Un crujido llegó desde atras. Entonces, una sensacion que no habia sentido desde mi estancia en el infierno.

     

    Un espectro, fantasma o demonio, uno de los tres. Si era un fantasma no pasaba nada. Si era un espectro, bueno, tendria problemas, si era un demonio, debía correr. Pero no, era un espectro. No pensé que me atacara, ya que la mayoría de los espectros era mas débil que un demonio en poder.

     

    Pero sin embargo, este parecia ser muy tonto. Senti su presencia, lo senti, de alguna forma, su aura de muerte. Pero cuando saltaba hacia mi, pegue un salto hacia adelante y le apunte con mi varita. Pero el me tomo por el cuello y comenzo a presionar.

     

    Desmaius

     

    El rayo rojo atravesó a la criatura de los infiernos. Ahora que estaba cerca poda ver bien su apariencia. Parecía un muggle, ya que estaba con ropa de ellos, pero en sus ojos eran rojo, y brillaban con un resplandor terrible. Sabia que los hechizos lo atravesarian. Debía usar los poderes del infierno.

     

    Concentre mi mente en el espectro. Pero me costaba, ya que mi cerebro no tenía demasiado oxígeno. Tal vez debería haber esperado a que alguien mas hubiese ido, como conejillo de indias. Quise gritar, pero la escalera se cerro con una pared que cayo desde arriba, y mis ruidos no llegaron lejos.

     

    El poder del espectro chocó contra el mio, en mi mente. Sentí un dolor atroz, pero firmemente, lo obligue a retroceder. Un aura azul empezo a brillar alrededor de ambos, mientras la lucha mental continuaba. Pero yo era mas fuerte.

     

    ¡Criatura de los infiernos, retrocede, yo soy el principe de los espectros, el que ha escapado del infierno. RETROCEDE!

     

    Y hubo una pequeña explosión. El espectro se disolvió en una luz plateada. Su alma se había disuelto, así que la información de mi escape no llegaría a ninguna lado por su parte. Cai al piso por el cansancio. Pero si seguia alli, me atacarian otros. Debia apresurarme. Me arrastre por el piso hacia una de las puertas. La empuje, pero no se movio. Me apoye en el picaporte y me pare. Me daba cuenta de que no estaba en estado de enfrentarme a otro, y por la energia que habia en todos lados, suspuse que habia varios.

     

    Escuche pasos y supuse que los otros estudiantes empezaban a entrar a los diferentes pasadizos de la morgue. Esto no era una clase, era asesinato. Apunte a la cerradura y susurre

     

    Alohomora

     

    Hubo un chasquido y la puerta se abrio. Parecia haber sido una sala de recepcion, o una oficina, porque habia un escritorio, y archivadores y estantes en el lugar. Pero todo estaba destrozado, desjagado. Libros destrozados en el piso, una computadora muggle hecha pedazos en el piso, aun enchufada, echaba chispas.

     

    Esa sala tenia una puerta, y supuse que esa debia de ser una sala de cadaveres. Alli el poder de los muertos seria superior, por lo que sabia. Empeze a concentrarme en la sala, mientras intentaba ver si habia algo en ella. Pero no habia ninguna presencia sobrenatural.

     

    ¿Una trampa?, habia que averiguarlo. Rompio la puerta mientras decia:

     

    Lumos

     

    No porque la sala estuviese oscura, sino porque los espectros odiaban la luz concentrada, entonces podria alejarlos con la varita. Pero cuando entre, me olvide de ello. Un ser humano estaba en el suelo, o mejor dicho, una cabeza humana. Y allí estaba, junto a ella, la varita del mago. Pero cuando la agarre, me di cuenta que habia cometido un error.

     

    Unos 10 expectros salieron de todas partes, el techo, las paredes, el suelo. Algunos mujeres, otros jovenes, otros niños, ancianos. No conocía ningún conjuro que pudiese alejarlos, asi que tome un pedazo de madera que estaba tirado en el suelo. Esa sala estaba bastante vacia, solo había algunas mesas con cadaveres. Era una habitacion pequeña. No sabia como podia haber llegado la cabeza alli, pero no era momento para averiguar eso.

     

    Incendio

     

    El palo se transformó en antorcha. Los espectros recelaron ante el fuego. Puse la varita en el bolsillo, era una varita negra. Con mi varita, les apuntaba mientras pensaba algun conjuro lumínico poderoso. Pero el unico que conocía, no serviria de nada para tanta cantidad de espectros. Retrocedí lentamente mientras cerraba la puerta con la varita.

     

    Salieron de los costados de las paredes. Agite la antorcha ante ellos, y retrocedieron. Como si tuviese un cuchillo, acuchille a uno con la varita, y cayo al piso, ya que la varita aun estaba iluminada con el conjuro lumos.

     

    Los otros continuaron avanzando. Salí corriendo, y ese fue mi error. Me agarraron de las piernas, y la antorcha se apago. Las luces del techo, blancas, se apagaron. Empeze a sentir que me arrastraban por el piso, y la lucecita de la varita me mostro a los espectros rodeandome.

     

    Me arrastre por el piso y disparé

     

    Incendio

     

    Otra llama y esta vez incendió las paredes, que tenian un papel que las recubria. Los espectros empezaron a desesperarse. Como sabia que no tenia mucho tiempo antes de que se apagase el fuego y los espectros me atrapasen, abrí la puerta y salí al pasillo donde habia estado antes. Salia un resplandor horrible de la puerta, y senti a diferentes almas desvanecerse en la sala.

     

    Por findije mientras mis ojos tomaban un color violeta, queria decir que ya me sentia un poco mejor. Observe el pazadizo y vi que continuaba y giraba. Unos ruidos extraños se escuchaban desde allí. No me quede a esperar. Gire y recorde que la escalera estaba bloqueada.

     

    Reducto

     

    La pared estalló y empeze a bajar, pero en el quinceavo escalon, caí al piso y lo vi. Un espectro mas estaba alli, con un cuchillo en la mano. Este me miro y me dijo

     

    Vuelve al infierno, donde debes estar

     

    Sin embargo, yo no tenia ganas de volver allí. Concentre hasta el ultimo gramo de fuerza mental en su cuerpo. Note su resistencia, pero debia ganar. El explotó en el resplandor acostumbrado. Yo, con el corazon latiendome rapido, me apresure a bajar. No quería que me viesen agitado de esta forma, asi que mientras bajaba, me ordene la tunica, y el cabello color chocolate. Tenia un corte en un zapato, que no sabia de donde habia salido.

     

    Reparo

     

    El zapato se arreglo. Termine de bajar y me empeze a acercar al grupo. Mientras tanto, yo pensaba en mi corta aventura. ¿Acaso los demonios sabian que yo habia escapado? Si era asi, me las veia crudo. Casi podia imaginarme a los 10, acercandose hacia mi con las manos extendidas en mi direccion.

     

    Saque esos negros pensamientos de mi cabeza, mientras me acercaba a los profesores. Entonces, les hable

     

    Disculpen, he cumplido con mi tarea. Aquí esta la vara de uno de los magos. Pero creo que esto es una locura. Los espectros, son... apenas logre escapar de ellos. Le entregue la varita del mago, que aun conservaba la sangre. Era imposible que ellos sobrevivieran. Si yo, que era un demonio, y encima de los mas fuertes, y apenas había sobrevivido, mmm. Me aleje mientras mis pensamientos divagaban.

     

    Off: Se que mi post es medio raro, para que lo entiendan lean mi historia en mi ficha de personaje. Gracias y espero haber hecho todo bien.

  22. Bóveda de Anastacius Malfoy Wright


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    Negocio Activo: --
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    Familia N° 1: Registro Malfoy
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    Bóveda Familia N° 1: Bóveda 78526 familia Malfoy
    Bóveda Familia N° 2: --

     

    Saldo en bóveda previo a la Migración 2021: 3910 G

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