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Lillian Potter Evans

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Todo lo publicado por Lillian Potter Evans

  1. ID: 112725 Nick (con link a la ficha): Lillian Potter Evans Link a la Bóveda Trastero: Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 97243 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2020-04-06 Objeto: Anteojos alfa Puntos: 20 Precio: 1000 Total de puntos: 20 Total de Galeones: 1000 @ @
  2. La bebida era por demás refrescante y además de eso que la Moody le hubiese seguido el juego ayudaban a que su sombrío humor mejorase, tomando en cuenta que su lado curioso estaba demasiado pendiente de las conversaciones en derredor para ver si a alguno de los otros fantasmas se les escapaba algo. Sin embargo, la lejana voz aterciopelada de un fantasma con la camisa más ridícula del mundo captó su atención. - ¿Encantador era uno de ustedes? -preguntó rascándose la nariz de forma distraída - De todas formas, es algo que ya nos incumbe, verdad Mel - musitó tomando un sorbo a su bebida. El clima se prestaba para seguir en aquel lugar de la casa por lo que optó por aparecer con un leve movimiento de varita unas tumbonas de playa, arrojándose a una y arrastrando consigo a Mel. De reojo observó como Jonathan no apartaba la vista entre melancólica y casi con un dejo de enojo de ambas, por lo que sonrió satisfecha captando a su vez la última frase pronunciada por el tal Floor. ¿2002? Por la diosa, hacía de esa fecha 18 años lo cual era sorprendente y por demás intrigante. - ¿Aún estaban vivos cuando esa invitación se produjo? - musitó, arrepintiéndose casi al instante de su imprudente pregunta. - Es decir, no estamos en Febrero y mucho menos en ese año - concluyó, esperando que algún otro de los presentes dijera algo. De pronto, el aura de una bruja se hizo presente llamando su atención al verla aparecer en medio del jardín, lucía un tanto desorientada por lo que la sacerdotisa para salir de la incomoda situación en la que sola se había metido opto por ponerse en pie y dirigirse hacia la recién llegada. - ¡Hola! - saludó sonriendo - Soy Lily hija de Pad ... ¿Tú eres? - inquirió extendiendo la nívea diestra en un gesto cortés. @@Rory Despard @ @@Syrius McGonagall
  3. Max Potter Siguió caminando en dirección a la sala del retrato cuando de la nada las 6 presencias se desvanecieron para instalarse en diversas áreas de aquella mansión, haciéndole parpadear con asombro. - ¡Qué extraño! - musitó rascándose la cabeza con Cang'he en un gesto distraído, sin embargo, una muchacha de pelo rubio, a la que reconoció como la prima Xell, apareció ante si, haciendo amago de querer proteger las puertas que ya no ocultaban a nadie. - Soy Max - respondió a su pregunta, que a antojo del joven se notaba ruda - El hijo de Lily - completó como para dar validez a su nombre. Verdad era que sabía que su apariencia por demás no diría nada de si mismo, sin embargo, esperaba que aquella joven bruja le creyera y no tratara de atacarlo, menuda bienvenida sería si se ponía a duelear en la querida casa de su madre. Espero paciente unos momentos si despegar sus azules orbes de la Vladimir, no obstante, Pallas apareció de repente con el semblante triste. - Amita Xell - susurro haciendo una pequeña reverencia antes de dirigir su atención hacia el mago - El cuarto de la ama Lily ya esta listo, debería ir a descansar, lo necesita - recomendó observando su semblante cansado de forma acusadora - Ya mismo aviso a los patriarcas de su llegada - reconvino antes de agregar - En la tumbona frente a la cama esta una bandeja con comida y bebida. Si necesita algo llame a Isis, porque regresaré al castillo Evans a verificar que la ama este cómoda. - Creo que antes de cualquier cosa, la prima Xell amablemente me contará como han estado todos durante todo este tiempo, además Pallas, tengo que presentarle mis respetos a mis tíos, sobre todo porque madre no esta aquí - terminó tratando de sonar convincente. Ante esa aclaración, la elfina solo atinó a encogerse de hombros y caminar escaleras arriba, suponiendo de antemano que quizás la ama Sagitas como el amo Matt estuviesen en sus habitaciones. Mientras tanto,el Potter siguió sonriendo frente a la pelirubia, más por que la idea de comida y descanso llegaban como bajadas del cielo y era algo que casi rogaba, sin embargo, la tensión de aquel ambiente no le gustaba para nada. Sabía por boca de la propia Lily que eso solo podía significar malas noticias, por lo que prefería estar al tanto antes de que se acercara la tempestad. No obstante, no estaba tan seguro de que Xell accediese a darle toda la información por lo que esperaba que con lo poco que pudiera confiarle le diera tiempo para pensar en como obtener las partes faltantes de ese puzzle. @@Xell Vladimir Potter Black
  4. - ¿Excepto? - siguió tratando de no perderle el hilo a Mel aunque quizás se refiriera ... No obstante, seguía firme en mandarlos a trascender rápidamente si todo aquello no servía más que para quitarles el tiempo, además el que les preguntarán hace cuánto se les había invitado de nada servía a menos que elucidaran quién y en dónde se había efectuado dicha invitación. Tarde se había dado cuenta que Max ya no se encontraba en los terrenos de esa propiedad por lo que aún con Evenstar en su siniestra resoplo observando a su alrededor. Mel parecía haber hecho buenas migas con un fantasma que hacía muecas y cosas solo para ella, P-ko parecía al borde de un colapso, Kutsy seguía en la alberca algo ensimismada, y solo la sacerdotisa y el Ironwood parecían querer acabar con todo aquello. Sin embargo, un movimiento por demás exagerado de Mel así como la risa chillona y estridente de Jonathan <único fantasma que había optado por presentarse a regañadientes> le distrajeron, llamando su atención. Con soltura, se posiciono al lado de Mel, pasando un brazo por aquellos hombros enjutos de forma amistosa y así acercarla más a la piscina, esperando que aquella táctica funcionará, tomando en cuenta que Jonathan parecía querer llamar la atención de aquella bruja todo el tiempo. - ¡Querida! - comentó casual, sonriendo - Si estos fantasmas no nos quieren decir quién es el tal Belucci, ¡ni hablar! - mencionó - Hay que dejarlos ser, de todas formas si nadie sabe quien es ese mago es porque de seguro no fue nadie importante, es más, ni siquiera creo que existiese - terminó antes de observar por el rabillo del ojo la reacción de Jonathan. Un delicado movimiento de su varita basto para que sendos vasos con agua mineral y limón apareciesen delante de ellas en su afán por aparentar que aquello seguía siendo trivial para cualquier miembro de la familia.
  5. Una genuina sonrisa se extendió por sus labios no llegando hasta sus siempre tristes ojos, sin embargo, adoptando una expresión cálida y seria a la vez correspondio el saludo que la Moody le brindaba. - Tanto tiempo - respondió observando la cara nueva ante ella. Aquel chico que parecía increpar a uno de los fantasmas le recordaba por demás alguno de los agentes de migración muggle con los que se había topado y a los que había tenido que confundir, no obstante, trató de componerse y presentarse. - Soy Lily, hija de Pad - comentó en dirección al muchacho, extendiendo la nívea diestra en señal amistosa. Ni siquiera sabía que tanto conocimiento tenía aquel joven de la familia, y quizás no importara el hecho de que mencionará el nombre de su madre, pero aquella explicación sirvió para su propia paz mental. Después del breve saludo, observó las fresas en el canasto y sin importarle ser imprudente tomó una, engolosinandose de un bocado el fruto mientras escuchaba a P-ko y la canción primaveral de los fantasmas con guirnaldas. - ¿Disculpa? - aquella aseveración proveniente de un ente muerto la había descolocado, tomando en cuenta que probablemente estuviera en uno de los viajes astrales a los que todos los de su grupo parecían adeptos. - ¿Quién es él, exactamente? - la pregunta brotó de sus labios movida por la curiosidad de información mientras con la siniestra tocaba su respingada nariz. Todo apuntaba a que alguien llamado Belluci los había invitado, de la fecha a esa convocatoria no estaba del todo clara, podían haber pasado décadas o quizás milenios y como ellos no habían querido trascender, quizás les hubiese parecido buena idea hacer fiesta justo ahora, pero ¿porque? Esas y más preguntas se arremolinaban en su jet lageada cabeza, no obstante siguió prestando atención a lo que aquellos hippies decía. - ¿Fucsia, serías tan amable de darme el canasto? - pidió antes de que P-ko mandara todo a volar - Y entonces porque según ese fantasma - continuó apuntando al que le había mencionado anteriormente - dice que me parezco al tal Belluci, P-ko, sabemos que parte de mis rasgos son heredados de mi padre y otros tanto de madre y el abuelo, no creo que se estén inventando cosas, ¿o si? ¿Que ganarían? Esperaba que todo aquello tuviera una rápida solución porque si solo era un engaño ella personalmente se encargaría de mandarlos a todos a trascender de inmediato.
  6. Hacía casi 5 veranos que Pallas no visitaba la querida mansión de su ama, y mucho menos podía dejar de sentirse nerviosa al saber que de una forma u otra podía toparse con Raizor, el elfo de la ama Sunar, por lo que la criatura retorcía sus manos de forma obsesiva en el impecable delantal que portaba. - Pallas - llamó Max, observando de reojo a la ojiplateada - No es necesario que me guíes, aun y cuando no he pasado mucho tiempo con ellos creo que sabrán reconocerme - completo caminando con el mismo garbo que su madre. El ojiazul sabía de antemano que aquello sonaba a vil mentira y debía admitir que dejar la Evans McGonagall a hurtadillas de su madre derivaría en una regañiza monumental, no obstante, necesitaba regresar al único lugar que sentía como su casa, aquel lugar dónde recordaba haber visto a su madre sonreír, brillar, algo que hacía mucho había perdido, convirtiéndose en la sombra de sacerdotisa que era ahora. Su atuendo por demás muggle le camuflaba bien, por lo que siguió a Pallas por los inmensos terrenos de la mansión dudando un poco ante las puertas dobles de la majestuosa entrada. - Si fuera un engaño, amo - musitó la elfina agradeciendo el conocimiento adquirido de su amita - El conjuro de las puertas ya lo hubiese transportado a otro lado, despreocúpese, ¡por fin esta en casa! -terminó con la vista del gran hall ante sus ojos, invitándolo a pasar. - Gracias - expresó el joven mago antes de adentrarse en la mansión mientras se relajaba y comenzaba a percibir las presencias alrededor de si. - Esto... es demasiado extraño - musitó con la siniestra enarbolando a cang'he y así mismo prestando atención al lejano lloro de un bebé. Con paso lento dirigió su anda a la sala de la chimenea, esperando que las 6 presencias dentro de la misma pudieran explicar que sucedía ahí.
  7. Había pasado casi demasiado tiempo desde que Lily pisara aquellos terrenos tan queridos para ella por lo que seguida de Max condujo su andar por el imponente camino rural hacia las puertas de entrada de la blanca casona ( n/a ya sé que es castillo pero no supe como ponerlo en esta narrativa). - ¿Cuál es el plan?- murmuró el joven tras de ella, logrando que se sobresaltara un poco y regresandola a la realidad apabullante. - No hay ningún plan, hijo - respondió sopesando su larga melena azabache - Hemos vuelto de Escocia y eso es todo lo que necesitan saber, además - añadió - Ni bel ni madre están, así que no creo que nadie haga preguntas, y antes de que digas algo sobre el cuadro de los ancestros, no, no le debo explicaciones. - terminó tajante, dirigiendo sus orbes zafiro hacia las puertas antes de que su nívea diestra las tocara. Max solo se limitó a encogerse de hombros y resoplar, sabiendo que era inútil tratar de discutir con aquella bruja necia. No obstante, se limitó a seguirla percibiendo tal y como ella la tensión y porque no, la diversión (?) en el aire de aquel lugar. - ¿No nos invitaron a la fiesta? - murmuró en un amago ofendido y divertido a la vez, haciendo referencia a las voces lejanas que parecían provenir del jardín. - No creo que sea una fiesta - comentó antes de que Pallas se hiciera presente. - Amos, que alegría verlos de nuevo - musitó la elfina haciendo una pequeña y pulcra reverencia - No es una fiesta -agregó con los ojos plateados abiertos en su esplendor - Unos fantasmas invocados por no sé que familiar han estado volviendo a P-ko loca desde hace un mes, y nadie sabe como correrlos de la piscina ni del castillo - completó antes de murmurar - ni han querido ... Aquello se antojaba en algo normal para el castillo, sin embargo, la curiosidad logró que Lily sonriera aliviada ante aquella dosis de normalidad. - Gracias, Pallas - musitó, convocando a Evenstar en su siniestra mientras dirigía su andar hacia el jardín - Max, es tu elección si vienes o vas a mi habitación, aunque por cierto, ya es hora de que tengas la tuya propia, aunque primero tendré que hablar con Mavado, P-ko o alguien - comentó casi para sí antes de salir de nueva cuenta al aire libre. Por su parte, Max solo rodó los ojos antes de convocar con su varita las llaves de la habitación materna y subir los escalones de dos en dos hacia el segundo piso. La elfina por su parte siguió a su ama, no fuera a ser que necesitará ayuda ella contra aquellos seres fantasmales. Caminando con garbo, la sacerdotisa dejó los tenis dentro de la casa para así tocar el siempre vivo y refrescante césped con los pies descalzos en un arrebato de espiritualidad. - ¡Buenas tardes, familia! - exclamó, levantando la diestra para llamar la atención de las personas congregadas alrededor de la piscina mientras el dulce aroma de las fresas -que algunos ya comían - inundaban su sentido olfativo.
  8. Hola! No entiendo de duelos nadita pero voy a ver que se siente estar en un bando... Hahahah Dejo los datos requeridos. Inscripción a la Orden del Fénix Nick: Lillian Potter Evans Número de ID: - - - - - Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/92639-ficha-de-lillian-potter-evans/?p=3983167
  9. A lo lejos le pareció que le señalaban, pero a decir verdad últimamente le importaba poco la opinión del gentío, aunque fuesen parte de su familia o no, por lo que siguió caminando entre los árboles, tratando de buscar inspiración en la naturaleza dejando que su lado de sacerdotisa conectara con su atribulada mente. Sin embargo, un pequeño destello azulado le distrajo, antes de volverse y vislumbrar bien el grupo de personas que parecían charlar a lo lejos. Una porrista, un jugador de americano, un hombre con un sombrero chistoso destacaban, por lo que curiosa dirigió su andar hacia ellos, no sin antes sentir el escozor de algo sobre su tobillo derecho. Sin darle importancia se acercó a la congregación de personas, sonriendo apaciblemente pero buscando con la mirada un matiz familiar en alguna de esas personas, reconociendo sólo a uno. <Richard> el hermano de su madre. Sin dilación y haciendo gala de los exquisitos modales enseñados por su madre saludo. - Feliz Samhain – musitó posando la mirada en cada uno de los presentes, sin dirigirse a nadie en particular. – Mi nombre es Lillian – completó sin dar más detalles. – Es un gusto – dirigiéndose al “jugador de americano” en específico, notando su extraña aura. - ¿Walpurgis? – Comentó extrañada refiriéndose a la conversación que tenía el chico frente a ella – Esta noche es Samhain y dicta como tradición que un aquelarre de sacerdotisas <o una sacerdotisa poderosa> contacten con los espíritus de los antepasados milenarios para que su sabiduría nos guíe – explicó. De hecho ella añoraba esa clase de hermandad perdida, sobre todo al pasar revista a los presentes y constatar la falta de su tía Bel. @ Post bebé
  10. - Ama Lily – la queda voz de Pallas se dejó escuchar interrumpiendo el ambiente calado de quietud y silencio. Lily yacía con el pelo desparramado sobre el suelo formando un halo negruzco alrededor de su cabeza mientras Max se encontraba sentado frente a ella sobre la tumbona romana que hacía las veces de salita frente al balcón. Ambos se encontraban en la Mansión Potter Black contemplando la luna llena que alumbraba aquella significativa noche para cualquier bruja, mago o ser mágico. Sin embargo, la sacerdotisa hacía mucho que había dejado de lado la celebración de aquel evento. No obstante, ladeo la cabeza ante la llamada de su elfina, clavando su zafírea mirada en la pequeña criatura. - Dime Pallas – musitó, observando a su vez a Max. - Tiene una invitación del Castillo Evans – y sus grandes ojos plateados se posaron en su ama, anticipando la tensión en el esbelto cuerpo de la bruja – Habrá una celebración hoy en la noche y piden su estricta presencia – mintió. Ante la mención del lugar, Lily optó por levantarse lentamente del frío suelo cubriendo sus hombros con una sencilla bata de seda rosada sonriendo melancólicamente. Bastaba un parco gracias escrito en un bonito papel ribeteado pero ¡qué diablos!, aquel mutismo selectivo en el que se había instalado desde que ocurriera el incidente con el cuadro de Pandora no le hacía nada bien tal cual su hijo se lo había dejado claro esa misma mañana… y aun así, ahí estaba él, su única compañía humana del último año. Sin mediar palabra, se dirigió a su armario con la mente decidida en un personaje. Max le había contado la historia de una mujer con un linaje magnífico pero con la tragedia nublando su destino, así que sus níveas manos se dirigieron sobre las telas de la ropa encontrando casi con un toque magnético un vestido prístino de algodón con orillas ribeteadas en oro blanco. Bastaron segundos para que el vestido se deslizara por su delgada figura mientras sus manos se ocupaban de recoger su pelo en un medio moño en la cima de su cabeza dejando que las ondas naturales de su pelo crearan volumen en la parte trasera de su larga melena. Sus pies llevaban unas sandalias estilo romanas con delicados cordones de oro blanco y en su antebrazo una pulsera ancha del mismo material mientras que en su cuello pendía el relicario de lapislázuli con las fotos de su padre, madre y marijo. Su nívea piel competía con la blancura del atuendo logrando resaltar el carmesí natural de sus labios así como su mirada azulada, por lo que no considero necesario maquillarse por lo que con decisión salió hacía la alcoba para encontrarse a Max con las manos y mente ocupadas en un libro titulado El señor de los anillos. - Es mejor que vayas tu sola – musitó sin prestarle mucha atención a su madre, sonriendo de lado ya que por un momento llegó a captar el atuendo que ella vestía, algo que le complació sobremanera. Sin esperar otra respuesta, Lily optó por salir de la mansión de forma poco convencional ya que no quería toparse con algún conocido si salía por la puerta principal. La destreza adquirida durante noches rindió frutos cuando termino de bajar la enredadera que colgaba de su balcón, alegrándose al sentir el pasto fresco sobre sus pies. Minutos después el imponente castillo de sus antepasados irrumpió su vista por lo que con paso decidido camino hacia la verja, misma que se abrió antes siquiera de la bruja pudiese tocarla. Totalmente sola avanzó hacia el creciente ruido que se dejaba sentir a lo lejos, indicándole donde debía de estar la celebración. Voces, música y presentaciones aparte de poderosas auras fueron las cosas que Lily captó más no le apetecía acercarse aún por lo que camino por el linde del jardín entre los altos árboles. Si alguien fijaba su vista a lo lejos, seguro le confundiría con una ninfa del bosque o peor aún, con un espíritu. @
  11. - Tu ultimo acto de egoismo - susurro clavando las uñas en la palma de sus manos. Un sabor agidulce corrio por su garganta mientras oia sin siquiera prestar atencion a lo que sus "hermanas" decian. Etaba siendo dura, lo admitia. Pero lo cierto era que aquello le corroia el alma sobremanera y no sabia por cuanto tiempo mas seria capaz de controlarse. Sus orbes azules comenzaron a empañarse mientras las lagrimas se agolpaban añadiendo un toque mas de irrealidad a todo ese absurdo. - Quizas tengas razon - comento por lo bajo dirigiendose a Madeleine mientras sentia la mirada desesperada de Aylin sobre si - Si ella lo quiere asi .... haganlo Ni siquiera sabia si consentian aquella clase de permiso que les otogaba, y lamentablemente no le mpotaba, a sabiendas de que antaño, abria rogado por la aprobacion de aquellas chicas. Sin embargo, aun le quedaba algo por añadir. Con una parsmonia de gata cansada estira sus brazos hacia Mady para quitarle el cuadro y hacerlo quedar a la altua de su demacrado rostro. Puede ver la figura en el, su madre ... Pad, aquella bruja qe siempre la habia protegido y cuyo ultimo egalo descansaba como una reliqia sobre su pecho. - Es tu ruego y se cumplira - musito, consiente de que ellas la escuchaban - Aunque se me vaya la vida en ello ... Sin embargo, en el momento que te vayas, este dejara de ser mi hogar y nunca mas pisare sus jardines. - anuncio, mientras gruesas lagrimas rodaban por sus mejillas, entregandole simultaneamente el cuadro a Madeleine. @ @
  12. Frente al cuadro de Pandora. Todo aquello se le antojaba tan extraño que no supo sino sólo sonreír. Una sonrisa sarcástica muy diferente al temperamento sincero y sutil que siempre optaba por demostrar ante los demás. Pero ahí estaba. Conociendo a más y más gente que no hacía sino hacerle sentir culpable pero traicionada a la vez ... <¿Porque nunca fue sincera conmigo?> era la pregunta que rondaba por su cabeza mientras su mirada perdida se detenía en Madeleine. Sabía que le conocía pero no estaba del todo segura hasta que un vistazo hacia su diestra, donde reposaba el anillo de compromiso le dio la respuesta. - Laura - susurró recordando a la pelinegra bruja mientras dos gruesas lágrimas se deslizaban por su mejilla. La promesa, la niña ... todo aquello que alguna vez le había hecho feliz y que desde su ausencia y autoencierro se había ido al caño. Su diestra se cerró cual autómata sobre la mano cubierta de cicatrices de la Moody correspondiendo su saludo y dejando escapar un ligero lamento. Aquello la estaba sobrepasando y sabía que si seguía empeorando lo poco que quedaba de su autocontrol sería tirado a un lado para dejar escapar sus verdaderos sentimientos... Sin embargo, la llegada de otras personas y el creciente sentimiento de auras oscuras lograron que comenzara a preocuparse no de su seguridad, sino de la de Max. - ¿Reunión familiar? - inquirió como si apenas captar la esencia de toda aquella pantomima. Sus orbes azules que hasta entonces habían estado fijos en Madeleine se volvieron hacia aquella chica con tacones - Yo le pedí conocerles - susurró a modo de respuesta, tratando de mediar entre la creciente hostilidad que se sentía en el ambiente. - Aunque supongo que no fue una buena idea - completó. Con un movimiento simple de la varita convocó su patronus, enviandole a donde Pallas estaba al cuidado del niño, sobre todo por si debían marcharse enseguida. Ante tal descuido, solo atinó a escuchar la última parte de la plática entre Pandora y Ailyn entendiendo de inmediato la súplica. - No tienes ningún derecho a pedirle eso - musitó con la mandíbula apretada y los ojos cerrados. Su entrecejo fruncido reflejaba poco del dolor que sentía - Ni siquiera estas segura de lo que tu presencia mucha o poca, significó para cada una de nosotras ... Solo supones ... Y ahí estaba, el torrente de frustración guardado hacia ella, hacía Only, hacía la vida... No importaba que fuese una sacerdotisa, que su supuesta naturaleza dictara el cuan pura, sacrificada o buena debía ser, en ese momento lo único que quería era que Pad espabilara un poco su egocentrismo y admitiera que no había sido por el bien de ellos, sino por el bien de ella misma. @ @ @@Jank Dayne
  13. - Creo que no necesitaba una reiteración - comentó quedamente con un amago de sonrisa en los labios. - Max esta en mi cuarto al cuidado de Pallas - menciono, antes de voltear para quedar frente a la bruja que acababa de llegar. Una vaga sensación de familiaridad embargo sus sentidos, no obstante prefirió utilizar la cortesía como primer paso, Pandora ya tendría tiempo de explicar el parentesco que les unía, si es que había alguno. - Soy Lillian Potter Evans - se presentó tratando de recobrar un poco de la serenidad perdida - Gusto en conocerte - terminó extendiendo su nívea diestra en señal amistosa. Sin embargo, y antes de proseguir con cualquier otra palabra, una energía oscura se hizo presente logrando crispar el vello de los brazos de la sacerdotisa, no obstante, al no distinguir entre amiga o enemiga prefirió ahorrarse cualquier comentario, prestando más atención a las palabras que Pandora les dirigía. <¡Con que ese es su nombre!> pensó sin apartar la mirada de aquella chica. No lograba discernir del todo si la expresión en la cara de Pandora, Madeleine y ¿Cath? era de desconcierto, incomodidad o una mezcla de eso y mucho más, por lo que el silencio que se instaló entre ellas sirvió para recomponerse por completo, a sabiendas de que el aura que trasmitía decía todo lo contrario a lo que su físico proyectaba. Y espero. Quizás cuando aquel momento pasara, o cuando más gente llegara <si es que los había y más sorprendida no podría estar> todo aquello quedara en el pasado y la plática amena comenzará ... o al menos eso deseaba... P.s. 0 inspo y seguiré esperando que alguien más se nos una ... O es que todos me odian y nadie quiere conocerme????? @
  14. Escuchó en silencio cada palabra tratando de encontrarle el sentido a toda esa platica, sin embargo, apenas y llegaba a comprender de dónde es que provenía esa avalancha de verdades. - No tenias porque serlo - corroboro sonriendo con desgana y sin sentirse capaz de poder decir nada más. El peso de aquella confesión estaba a punto de derrumbar la poca contención emocional de la que era capaz, no obstante, la que esperaba fuera la última mención de Only llegó, arrasando con la poca determinación que le quedaba. Gruesas lágrimas rodaron por sus pálidas mejillas y en un intento por ocultarse, agacho su rostro hacia el suelo dejando que las cortinas de ondulado cabello cubrieran su cara mientras sus manos se aferraban frenéticas al medallón en su cuello. Un suspiro cargado de melancolía y frustración escapó de sus labios pero de inmediato se forzó a morderse el labio inferior para contener cualquier otro sonido. - ¿De qué sirve el lamentarse, madre? - inquirió con la voz entrecortada - Yo nunca he podido con la soledad - admitió recordando los amargos días de encierro en la mansión Potter Black - Pero también admito que fui una hija egoísta que debió haberte buscado a tiempo, debí haber cumplido con mis obligaciones para con esta familia también ... debí mantener a mis hermanos juntos ... Y sin embargo henos aquí, veme aquí buscando respuestas y hasta un perdón por todo aquello que desperdicie con mi ausencia. Aun con las mejillas mojadas, se acercó al cuadro rozando la tela con la yema de los dedos tratando de demostrar la sinceridad de sus palabras, ya que su postura hasta ese momento decía lo contrario. Y ahí estaban, las palabras mágicas que le infundieron nuevos ánimos y una certeza de que todo podía mejorar para bien. Un escalofrío confirmó la veracidad de la situación seguido de la aparición de un majestuoso quetzal, acto que logró sacar un quedo wow de su garganta. - Sabes que mi patronus siempre ha sido un quetzal - comentó tratando de aligerar el pesado ambiente que se había creado entre ambas - No sé si los patronus se hereden pero es otra cosa que tenemos en común - soltó, estremeciéndose al detectar una nueva aura en el castillo, antes de percatarse de la presencia cada vez más cercana de una chica vagamente familiar. P.s. Me faltan acentos y demas pero no se como ponerlos en el loco teclado de una lap lenovo, si alguien sabe, agradeceria su ayudaaa! @ @
  15. La miró abriendo los ojos de forma desmesurada, con el iris azul enfocado en la nada. Una hueca risa brotó de sus labios, acompañando el ladeo de su cabeza. - ¿Darme cuenta? – repitió – Yo sé que mi madre … mis madres… mi familia me ama, de eso nunca dudaré – contestó erguida frente al cuadro, con el largo cabello azabache enmarcando su demacrado y níveo rostro - Pero … Y calló. De que servía traer el pasado de vuelta. Only se había marchado hacía muchísimos años, Max ahora era un pequeño niño que entendía mejor la situación … quizás más de lo que ella era capaz de explicarle … y sin embargo, aún así la soledad a veces la ahogaba. - No es mi derecho a este lugar lo que me trae aquí … Ni tampoco es mi intención el exigirte algo –respondió siguiendo apenas el hilo de aquella conversación – Yo solo quería saber … entender que fue lo que pasó, que me quitó a mi madre – murmuró, sintiendo la garganta cerrarse por un instante. Una imperiosa necesidad de salir de ahí embargo su ser pero antes siquiera de hacer algún movimiento un leve aroma a hierba inundo su sentido olfativo … <el aroma que despide un aura> pensó. Por alguna extraña razón no sintió amenaza alguna en aquella presencia que deseaba pasar desapercibida, por lo que intentó apartarle de su mente sin que sus manos siguieran estrujando el relicario que pendía de su cuello. - En fin – continuó – Si no quieres abordar el tema, no … no insistiré – completó apartando la mirada de la cara de la Evans para fijarla en la totalidad del cuadro – Max quiere conocer a su abuela y yo quiero que conozca a esta familia – mencionó, puesto que la Potter Black le había visto nacer. – Además, quiero saber si tengo más hermanos, quiero conocerles, quiero formar parte de sus vidas … ¿Me ayudarás a que nos acepten? – inquirió fijando la vista en la cara de su madre, esperando ansiosa una respuesta. ----- @@Jank Dayne @
  16. Escucharla no aliviaba su pesar. Desde que Bel no había querido contarle el “accidente” o lo que hubiese sido que pasara con ella, la sensación de abandono y culpa no le habían dejado. Ella había sido el último ejemplo a seguir con el que contaba después de la partida inesperada de su madre adoptiva, por lo que al regresar con Maxi en busca de ese amor maternal solo la tragedia le había recibido. - ¿Infeliz? - musitó apartando la mirada azulada en la chimenea que se encontraba en aquel cuadro – Tengo un hijo por el cual velar, y aún me quedas… tú –susurro volviendo a tocar el marco con las finas yemas de sus dedos. Sabía que se engañaba a sí misma tomando en cuenta que aquel cuadro solo era una reminiscencia de lo que Pandora Evans había sido, de la humanidad que le había rodeado siempre… - A decir verdad, se que nos amabas – devolvió, tratando de sonar sincera – Y es por eso que estoy aquí, para saber si realmente tu me odias a mi por haberme alejado, por no haberte hecho caso, por perder el tiempo con alguien que al final no lo valió – esperaba que aquella mujer de cabellos azulados siguiera igual de receptiva, porque incluso volver a mencionar el nombre del padre de Max aún le costaba. Entendía lo que Pad decía y a lo que se refería y la verdad es que esperaba que la simple acción de prestarle atención ante toda aquella bola de cuadros chismosos respondiera su pregunta. - ¿Ayudarme? – Pregunto un tanto sorprendida, clavando su mirada en la de su interlocutora - ¿Cómo puedes ayudarme? La vida humana es corta pero por más perdidos que estemos… siempre vale la pena seguir adelante, no importa cuando desolador sea. Un sabor amargo repto por su garganta, sin embargo mantuvo el control impasible de sus facciones. @
  17. Ni siquiera sabía cómo es que había llegado a aquel corredor, aunque no podía quejarse ya que era su culpa no estar tan familiarizada con aquel castillo. Sus constantes idas y venidas habían mermado su poco conocimiento del vasto lugar por lo que siguió deambulando hasta toparse con una serie de cuadros en el que destacaba uno en particular. La mirada acerada que Pandora Evans regalaba a sus “vecinos” era algo nuevo para Lily, especialmente si recordaba la última vez que le había visto, el día de su boda cuando su madre le había entregado el retrato en miniatura del que había sido su padre. Así que con cautela e intentando no interrumpir del todo la animada chachará se acercó hacía la pared, tocando con las yemas de los dedos el fino marco. - Tanto tiempo… madre – susurró más para sí, intuyendo que aquella mujer de cabellos azules le escucharía. - ¿Breve período, dices? – contestó con sarcasmo mal disimulado antes de fijar la vista en la pálida tez de su interlocutora. No sabía si reír o llorar, o si por el contrario marcharse y dejarle hablar sola sería una respuesta ante aquella infame pregunta, sin embargo, opto por morderse el labio inferior mientras una pequeña sonrisa se formaba en la comisura de su boca. - ¿Por qué? – Inquirió desviando la mirada que comenzaba a empañarse - ¿Por qué nadie me aviso de lo que te pasó? – inquirió con cierto reproche. – Tan mala hija fui que todos creyeron que no valía la pena decirme – afirmó con las cejas fruncidas y una expresión de dolor palpable en su níveo rostro. – No sabes cuánto te necesite cuando Tom se marcho… cuando estuve a punto de abortar al ser enviada al pasado por una demonio… cuando Maximilien nació en España y por poco moría del shock y depresión… Un amargo regusto invadió su boca al terminar de decir aquello, puesto que no le gustaba mostrarse tan vulnerable, y menos aún frente a aquellos cuadros chismosos que harían de su relato el hazmerreír del castillo en cuanto ella se marchara. Paciente espero la respuesta de Pad*** distrayéndose un poco en el guardapelo de lapislázuli en su cuello. *** P.s. BTW Para mí siempre será Padosa
  18. Aquel cielo despejado le hizo suspirar mientras sostenía la mano de su hijo, quién caminaba a su lado por las angostas callejuelas del callejon Diagon con dirección al parque acuatico perteneciente a su madre. La extrañaba, al igual que a toda la familia, pero antes de dar la cara en la mansión prefería pasar tiempo de calidad con su retoño en un lugar que les fuese familiar, aun y cuando no fuese época para piscinas. Si bien había estado fuera del continente casi dos años (?) esperaba que la ubicación del centro de recreación no hubiese cambiado, sonriendo para sí al posar sus orbes zafiro en el atractivo letrero de la entrada y extrañandose sobremanera al observar un letrero que rezaba la palabra cerrado, sobre todo porque notaba la presencia familiar de su famiia dentro del recinto. El camafeo de mariposa reflejaba de cuando en cuando la luz solar mientras que su andar se volvió sinuoso conforme avanzaba, sin tomarle importancia al letrero de advertencia. Con la varita semioculta en la manga de su blazer, entró echando tras de sí a Maxi, quién aferró las manitas entorno de sus muslos descubiertos; y componiendo una sonrisa radiante saludo a los presentes. - ¡Hola a todos!- musitó graciosamente sin dirigirse a nadie en especial con los ojos como platos al encontrarse frente a frente con sus tíos, Helike y su pequeño primo Ithilion. @@Matt Blackner @ @
  19. Y sin embargo, casi sonrió al sentir una vaga presencia tras de sí, por lo que antes de voltear abrió los ojos con horror al escuchar una voz masculina pronunciar ese nombre... o más bien, las forma inglesa de ese nombre. Sus níveas manos ocultaron la perfecta "o" que sus rosados labios parecían querer gritar y un gélido estremecimiento le hizo dar un paso involuntario hacia atrás, chocando con la espalda del mago. <¡Por la diosa, no!> pensó paralizada mientras su pecho trataba de contener el ritmo alocado de su corazón. Tratando de pensar coherentemente y no gritar, permaneció de espaldas a él, pálida. - Nunca he estado sola - susurró como respuesta con ambas manos aferradas al relicario en su pecho - Mi nombre... yo... soy Lily - titubeo. No se atrevía a verle a la cara, simplemente no podía por lo que permaneció ahí, observando el verde pasto tratando de conectar con la diosa. -Siempre es bueno tomar aire - agregó mientras la brisa agitaba de forma inusual aquel lugar, como una muestra de la conección que ella tenía con su elemento. @
  20. La pálida luna apostada en el firmamento seguía causándole un grado de melancolía que Lily no creía posible, sobre todo cuando se combinaba con aquel día tan esperado por todos. - Ni siquiera sé porqué estoy aquí - musitó para sí, caminando sinuosamente por los amplios jardines de Hogwarts, con la brisa nocturna agitando su cabello lacio. Una parte de sí le decía que aquello era un simple capricho sobre todo porque incluso su hogar contaba con todo el Bosque Prohibido para poder andar, no obstante, dejó de lado aquel sentimiento dejándose guiar más por su sentido de sacerdotisa que por otra cosa. Su vestimenta constaba de un simple vestido amarillo de algodón por encima de las rodillas y unas sandalias romanas que delineaban sus torneados muslos así como un maquillaje sencillo y unas cuantas pulseras que tintineaban con su andar. Y recordando de pronto lo que su prima Nicole le había comentado acerca de la gala de San Valentín, decidió acercarse al lugar sin dejar de lado la curiosidad que sentía por ver la fuente congelada. Al parecer no era la única que había pensado en eso, pues la sombra de un chico se delineaba a lo lejos bajo una pérgola solitaria y pomposamente decorada, que al estar cerca no dejó de arrancarle una carcajada a la ojiazul. <¡Pensará que estoy loca!> y por extraño que pareciese ese pensamiento no le incomodaba del todo. @
  21. - No te preocupes, no eras tú - musitó en respuesta a la disculpa de su primo observandole de reojo - ¡Claro! - asintió a la respuesta posando sus orbes azules en el Potter Black. Sin embargo, algo en su energía cambió haciendo que las alarmas en Lily se encendieran pues no era normal que el caballeroso Deivid se fuese así cómo así, sin siquiera esperarla. <Aquí vamos de nuevo> pensó levantándose y saliendo calmadamente tras el vampiro, para dar muestras de que todo estaba bien. Le había visto caminar hacia la parte de atrás del local, donde la pelinegra se imaginaba estarían parte de las bodegas por lo que disculpándose y regalandole una sonrisa a la pelirrosa en el mostrador se encaminó al sombrío lugar, escuchando el azote de la puerta. - Deivid, soy yo - musitó poniéndole sobre aviso para después entreabrir la puerta y pasar. No sabía si el amigo de Jess o la chica en el mostrador eran de la misma condición que su primo, por lo que para evitar cualquier desastre desprendió de su cuello la runa que portaba para incrustarla en la puerta seguida de una plegaria antigua, pues aquello ayudaría a que si algo pasaba no saliese de ese lugar por nada del mundo. Con cautela y a tientas avanzó entre las hileras y pilas de cajas, tratando de aguzar los sentidos para localizar al chico. La buena suerte le sonrió, porque instantes después su nívea mano se posó sobre un sólido brazo. - ¿Qué te pasa? - inquirió, apartando algunas cajas para sentarse al lado de Deivid - ¿Es que no te gusta ver a tu hermana feliz? No esperaba ser amable con aquellas preguntas, puesto que lo único que quería era que él se diese cuenta que poco a poco ambos compartirán aquello que había pasado en sus vidas. Sus ojos a pesar de la oscuridad solo veían una sombra deforme a su lado, pero su mano, todavía estaba sobre el brazo del vampiro tratando de transmitirle algo de tranquilidad. @
  22. Y sin proponérselo, se encontró con un mago quien estrechandole la mano le conducía hacia la mesa donde al parecer se llevaba a cabo una reunión, son unos glotones Stabolito ya departiendo. - Buenas tardes, lamento interrumpir - musitó sonrojandose un poco y sonriendo hacia el amable mago. Sus orbes zafiro se posaron en ambos hombres, sintiendo algo de tensión no obstante, todo quedó de lado correspondiendo el abrazo que Jessie le brindaba - Te he traído un regalito, y a Deivid también - susurró solo para que ella escuchara. Quizás era muy atrevido de su parte, pero le hacía mucha ilusión como las cosas entre ellos habían mejorado y estaba ansiosa por saber que tal iba todo por allá. - ¿Carta? - repitió - No, la verdad es que Max ha estado un poco enfermo y no tuve tiempo de checar el correo por atenderle - respondió - Pero no te preocupes, cualquier cosa que tu o Deivid decidan por mi está bien - agregó, volteando a ver a la chica del aparador, tomando nota que debía presentarse también con ella. - ¡Y ni hablar con eso de hincarle el diente, eeh primo! - musitó juguetona tocando inconscientemente la muñeca donde una cicatriz revelaba una situación menos chusca y sentándose de forma inconsciente en la silla que ocupaba Jessie -y obligándola a sentarse al lado de Vlad- para quedar justo al lado de Deivid y poder saludarle con un beso en la mejilla. No obstante, la siguiente avalancha de explicaciones por parte de una nerviosa (?) Jessie le dejó sorprendida, haciendole reír. - Gusto en conocerte, Vladimir - respondió, observando a la parejita de forma escrutadora - ¡Vaya, Jess! Si que me he perdido mucho de lo que pasó, aquí. Y aquello era tan cierto como que Lily era sacerdotisa, aunque prefirió dejar las cosas así ya que aquella debía ser una tarde apacible. - Un capuccino vainilla francesa... y - aclaró, y antes de que añadiera algo más se percató como aquel chico se acercaba donde la pelirroja para abrazarla y besarla, algo que hizo que Lily mirase a Deivid, sintiéndose una intrusa en aquel encuentro romántico. - ¿Tú sabías de esto? - inquirió esperando que su primo respondiera o propusiera algo. @ @ @
  23. Ni siquiera sabía si el local ya había sido inaugurado con una gran fiesta o algo por el estilo, pero curiosa como ella sola encaminó su sinuoso andar por el Diagon Alley en busca del proyecto al que sus primos le habían invitado. La brisa matutina agitaba su ondulada cabellera mientras Lily seguía su camino, ya con algunas bolsas de compras que a última hora se le habían presentado. A decir verdad, se lamentaba haber dejado a su hijito dormido, pero también había previsto la actitud inquieta del mismo ante lo que sería un lugar muy llamativo dado el rubro del local. No obstante, sonrió ampliamente cuando sus orbes azules se posaron en aquel brillante letrero cuyas letras rezaban el título además del gran ventanal que además de exhibir artículos, dejaba entrar la luz del sol a todo el negocio, iluminandolo de forma magnífica. Dejando las bolsas a un lado, aliso el bajo de su vestido azul observando de paso que el escote estuviera en su lugar para después abrir la puerta y entrar directo al área de cafetería, que moría de hambre. - ¿Jessie? - llamó al sentir la presencia de su prima, buscándole entre las mesas. @ @
  24. Sonrió al sentir el roce del aire tras su oreja, ladeando la cabeza solo un poco. Siguió atenta cada paso y palabra de aquella bruja hasta que con algo de orgullo (?) observó los colmillos que asomaban de sus labios. - Seguro - corroboró a la idea de esperar, sin dejar de sentirse intrigada por aquella vampiro, ya que nunca nadie le había sugerido que la condición de vampiro con la de sacerdotisa pudiesen coexistir en una misma persona sin tener algún conflicto. Sin embargo, y distrayéndose se limitó a asentir con la cabeza al saludo de la sacerdotisa que al parecer por la llama, les había invitado. - Gracias por llamarme - musitó - Aunque no sé cual es el propósito de la reunión, sonrojandose un poco y sorprendiendose ante el abrazo de la pelirroja, aunque sin dejar de responder al mismo. - Mi poder se basa en el aire - respondió serena. No sabía si tenía que hacer una demostración práctica, aunque a decir verdad estaba un poco nerviosa y quizás todo acabará en desastre, por lo que se limitó a esperar.
  25. - Alabada seas - murmuró abriendo los ojos suavemente y dejándose envolver por la tenue luz de la luna llena que coronaba el firmamento. La brisa nocturna hacía revolotear sus cabellos mientras Lily se erguía y acomodaba parte de la túnica griega que utilizaba cada vez que meditaba cerca del Bosque Prohibido justo tras el jardín trasero de la mansión Potter Black. Todo en derredor irradiaba una fuerte vitalidad, algo que la pelinegra se negaba a explicar pero nunca a sentir. Con una sonrisa en el rostro se encaminó por un sendero lleno de pequeñas luciérnagas, admirando cada detalle. - Siempre viva - musitó inhalando el aroma a su alrededor y tocando con la punta de los dedos el árbol más cercano. Instantes después, un rugido lejano llamó su atención haciendole saber que Pawan la buscaba. Sin embargo, la repentina aparición de una llama, cálida y misteriosa llamó su atención a tal punto que se dejó guiar más allá de aquel lugar, hacía un claro en lo profundo del bosque. <¿Qué quieres?> pensó sin apartar su zafírea mirada de aquel orbe - ¿A donde me llevas? - inquirió en voz baja antes de acercarse lo suficiente para tocarla y sentir una especie de vértigo... ... Parque de las lamentaciones ... - Odio esa sensación - bisbiseo antes de darse cuenta de la presencia de dos brujas, y sobre todo, antes de percatarse el cambio de lugar. No sabía donde se encontraba, pero algo le decía que no corría peligro por lo que cauta, siguió andando tras la inquieta luz antes de encontrarse con una chica de ojos rojos y brazos cruzados. - Espero no interrumpir - comentó adelantándose para quedar a la vista de quienes estuviesen presentes - Soy Lily y al parecer esta pequeña llama me trajó hasta aquí. Y decidió esperar a que alguien le explicara qué sucedía.

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