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La Orden del Fénix

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Mensajes publicados por La Orden del Fénix

  1. Ah pues, bienvenida a la Madriguera Kirara! Espero pases a rolear con nosotros y divertirte un poco.

     

    El link a la Madriguera y algunos blinkies que quizá quieras lucir se encuentran todos en el primer post.

     

    Ya te agrego a nuestro listado como una linda aspirante más *o*

  2. http://i.imgur.com/edIyJ.png

     

    El guardián hizo acto de presencia mediante aparición conjunta, llegando a los límites donde ahora se hallaba la imponente y siempre respetada torre Abaddon. El miembro de la Orden del Fénix venía acompañado de un mortífago recién capturado, lo traía flotando a un lado suyo gracias a la magia de su fiel varita y con el hechizo indicado.

     

    Aspiró fuertemente y miró todo a su alrededor. Era un paisaje imponente y que daba una extraña sensación de vacío en el corazón debido a la altura a la que se hallaban; justo frente a él se hallaba la prisión, y en el punto cardinal exactamente opuesto, ya que Abaddon estaba justo al Norte, a lo lejos, alcanzó a apreciar los monasterios de Meteora, lugar ubicado en Grecia. Disfrutando un poco más de aquella sensación de libración, volvió a tomar aire y para cuando se sintió listo, caminó en dirección a su destino final.

     

    Aquella vez, debido a que traía consigo a un miembro del bando contrario, le era imposible aparecer directamente en la torre, por lo que había tenido que hacer el camino correspondiente, el cual le daba acceso a la puerta principal por la cual se ingresaba. Sabía perfectamente que se encontraría con algunas cosas en el camino, pero estaba listo para evadirlas si era necesario, aunque en cierta forma no lo era, deseaba sentir la adrenalina en sus venas.

     

    Caminando con cuidado en el irregular terreno, a lo lejos, vio que un pronunciado hundimiento se atravesaba en su paso, pero sabiendo que simplemente era una ilusión óptica, siguió de forma decidida, tomando con fuerza su varita en un costado y preparándose para usarla, pues sabía lo que se venía a continuación. Para cuando estuvo justo a unos tres pasos de la ilusión que simulaba ser un hundimiento geológico, repentinamente algo se asomó a una velocidad tal que a simple vista parecía ser una sombra, más debido a la oscuridad de la noche. Para cuando el guardián pudo enfocar sus ojos y acostumbrarlos a la poca luz existente, vio lo que tenía ahora frente a él.

     

    Sí, lo vio, lo hizo paralizarse del miedo y pavor, allí, justo frente a él, tenía a tu más grande miedo cara a cara. El chico sabía perfectamente que se trataba de un boggart que sus compañeros aurores habían colocado como primer defensa, pero aún así le era imposible reaccionar. Para cuando por fin pudo respirar nuevamente, apuntó directamente al boggart y pensando en algo gracioso, recitó:

     

    Riddíkulus – y al momento siguiente, el más grande temor de aquel hombre fue convertido en la burla más graciosa que pudiera recordar que había hecho antes, por lo que, ya un poco más tranquilo y viendo que el boggart se volvía a su escondite, siguió el camino, atravesando la ilusión sin caerse o tambalearse siquiera.

     

    Al cabo de un momento de caminar, vio que al instante se acercaba a un denso bosque que rodeaba por completo la torre. Estaba al corriente de que el mismo había sido colocado allí a través de la magia con un único fin, por lo que, volviendo a prepararse mentalmente para lo que se avecinaba, se aventuró en la densa vegetación y arboleda.

     

    Y como supuso, al instante comenzó a oír a lo lejos, cómo se aproximaban. Se oía perfectamente aquel murmullo que iba multiplicándose. Tragó saliva, sabiendo que el bosque tenía una profundidad considerable, sabía que poco margen le quedaría para poder lograr algo. Y pensando en aquello último, alcanzó a verlas: un millar de acromántulas lo rodeaban por todas partes. Para su suerte, se habían detenido repentinamente al comprobar que no era un mortífago el que había osado a adentrarse a su hogar, sino que era un guardián en persona que traía consigo a uno de los que estaban automáticamente entrenadas a atacar.

     

    Aún estando tieso por ver tantos ojos clavados en él y también algunos que otros movimientos de colmillos como saboreándose, se abrió paso entre ellas, sin dejar de permanecer alerta en todo momento. No se sintió a salvo hasta que por fin salió del bosque, allí soltó un largo y fuerte suspiro debido a que había mantenido la respiración hasta último momento.

     

    Y pensar que aún faltan unas defensas más – murmuró para él mismo, esperando poder atravesar pronto la próxima.

     

    Caminando por otro largo rato, por fin logró llegar a la siguiente.

     

    Había quedado a un paso de ella, pero simplemente se había detenido a observar la majestuosidad de aquella creación. Justo frente a él, tenía un lago congelado, pero con una particularidad que lo hacía único. Lejos de ser un lago normal, si bien tenía una fina capa de hielo que lo protegía por encima, aquella capa era especial, ya que era translúcida, dejando ver así las profundidades del mismo, que estaban compuestas de paredes altísimas y congeladas que conformaban un elaborado laberinto.

     

    El guardián permaneció allí, viendo la capa de hielo de la superficie. Con cuidado, acercó su pie, apoyándolo en el mismo y… Nada sucedió. Con aquello quedaba asegurado de que funcionaba a la perfección, ya que de haberse tratado de un mortífago, el hielo inmediatamente se abría quebrado, haciéndolo caer al laberinto del cual debería hallar la salida antes de que fuera tarde, pues las paredes, además de imposibilitarla el ver más adelante suyo, comenzarían a moverse de tal forma que se irían juntando, hasta quedar apretadamente una con la otra con el objetivo de aplastar a su invasor.

     

    Por su parte, el fenixiano, simplemente lo atravesó por arriba, patinando de vez en cuando debido a lo resbaloso del mismo, pero tragándose algunas maldiciones que deseaba decir, logró llegar al final. Ya no faltaba mucho, las próximas defensas eran probablemente las más poderosas debido a la cercanía que tenían con la torre.

     

    A lo lejos, vio que el animal mitológico ya lo esperaba, por lo que se acercó hasta quedar frente a aquella esfinge de dos metros de alto y metro y medio de ancho, compuesto de una cabeza humana y cuerpo de león. Al ver al recién llegado, lo observó fijamente con sus particulares ojos y gesticuló:

     

    Entras a un cuarto y ves a Marcus muerto en un charco. Al lado de Marcus está sentado Josh. Hay una pecera botada en el piso, pero no está rota. Josh mató a Marcus pero no puede ser acusado de homicidio. ¿Cómo lo mató? ¿Y por qué no puede ser acusado?

     

    El guardián pensó un momento, pero no fue mucho, ya que al momento siguiente, le dio la respuesta acertada a la esfinge, quien se hizo a un lado para darle paso así a la última defensa, que, al haber contestado correctamente el acertijo, se había activado automáticamente.

     

    Tenía la imponente torre justo frente a él, a unos escasos cinco metros, pero apenas había avanzado luego de pasar la esfinge y se tuvo que detener de tal forma que cayó al piso sentado por el susto. Las estatuas que correspondían a varios guerreros respetables y animales mitológicos que se hallaban adornando la torre desde afuera, de repente, cobraron vida gracias a un hechizo Piertotum Locomotor impuesto de una forma especial, y saliendo de sus posiciones, habían saltado para quedar frente a la puerta, quedando de forma que la custodiaban.

     

    El muchacho observó, con el corazón en la boca, la escena. Quien encabezaba la comitiva era una estatua de dos metros de alta y uno y medio de ancho con la forma de un antiguo guerrero de la Grecia antigua, robusto, con escudo y una espada de metal verdadero. Detrás de él, un ejército entero de súbditos más pequeños que él y portando la misma arma, como así también estatuas de quimeras, grifos y hasta cancerberos. Todos, en posición defensiva y esperando la orden de su líder para ir al ataque, orden que nunca llegó, debido a que la estatua líder había reconocido los restos de magia auror que rondaba el cuerpo del guardián.

     

    Para su suerte, el ejército simplemente se movió para dejar un camino que daba a la entrada de Abaddon, pero de haber sido un seguidor de la Marca Tenebrosa, no habrían dudado en lanzarse a atacarlo. Era el ejército custodio, la última defensa, estatuas reforzadas con el hechizo Irrompible para hacer más difícil la situación para quien se atreviera a enfrentarlos.

     

    Ahora, ya estando dentro, pudo contemplar la misma desde otro punto de vista. Estaba plagada de ventanas pequeñas con rejas de hierro que filtraban la luz hacia el interior cuando era de día. La construcción en su parte inferior era nueva, en cambio en la superior, el hierro desgastado y las paredes eran viejas por el paso del tiempo.

     

    Nada más entrar, podían divisarse las estatuas que caracterizaban a la torre. Eran relativamente nuevas, se había colocado hacía un par de meses en conmemoración a viejos líderes y famosos rostros que pertenecieron a la Orden del Fénix de antaño. Pero no estaban igualmente ubicadas, pues ahora simplemente había seis: la de Carina McGonagall, quien portaba un arco y carcaj con doce flechas; Radek, Aberforth Dumbledore, Davidmp, Heishiro Lupin y Sorvolo, quienes poseían en sus manos, una espada forjada en plata pura. Las demás estatuas, las de Albus Dumbledore, Harry Potter, Kingsley Shacklebolt, Alastor Moody, Haku y Alexandre habían sido movidas al primer piso, portando todos, como los anteriores, espadas de plata que podían ser usadas sin problema.

     

    Las estatuas despedían un brillo particular, delatando que estaban hechas de mármol blanco y parecían recién lustradas. El simplemente verlas impartía orgullo y respeto a los miembros de la Orden que se jactara de sentir cariño por su bando.

     

    El lugar tenía un ambiente acogedor en cierta forma, ya que, cuando la torre permanecía en silencio, uno podía pasarse horas allí sin sentirse solo o algo parecido. Las piedras no existían dentro de Abaddon, por más grande o pequeña que fuera, ni siquiera cerca del exterior. El suelo era de cemento pero bien limpio y saneado gracias a la limpieza diaria a mano de los más meticulosos escoltas y amantes de aquel lugar que embriagaba de historia.

     

    Subiendo las escaleras, el guardián depositó al mortífago en una celda vacía, solamente había un camastro de hierro con un colchón limpio, y las cadenas mágicas que se hallaban allí para casos especiales de prisioneros particularmente peligrosos. No había más objetos que los ya mencionados. Verificando que el nuevo huésped estaba aún inconsciente, el muchacho se dirigió a la enfermería para ir a buscar algo que pudiera curarle las heridas por lo menos de momento, ya que poseían lo justo y necesario en la misma.

     

    Luego de sanarlo, se dirigió a la sala común, que se situaba en el lado derecho de la torre en el primer pasillo justo al entrar por la gran puerta lejos de las primeras celdas, invisible para las demás personas ajenas a la torre que era una simple pared, oculta y que sólo se hacía visible ante los guardianes y las demás miembros de la Orden. La sala era circular, con un par de sillones para que descansaran allí un rato los que llevaban haciendo guardia, un armario en dónde se guardaban las túnicas y una mesa de madera con su silla para anotar a los presos que caían cada día. En la pared un corcho con pergaminos en dónde se notificaban las novedades de cada día. En el otro extremo una gran ventana que se podía divisar el paisaje cada vez que la torre cambiaba mágicamente de lugar y que daba luz al interior de la estancia.

     

    ***

     

    Los mortífagos deberán rolear que sortean las siguientes defensas

     

    1.- Encontrar la ubicación de la Torre Abaddon.

    2.- Enfrentarse al boggart oculto en el hundimiento geológico que forma parte de una ilusión.

    3.- Pasar el bosque lleno de acromántulas.

    4.- Atravesar el laberinto submarino de paredes congeladas que se cierran a medida que pasa el tiempo.

    5.- Resolver el acertijo de la esfinge.

    6.- Luchar contra el ejército de estatuas que cobran vida por un hechizo automático de Piertotum Locomotor y que, además, están reforzadas con Irrompible.

     

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  3. Hola chicos!

     

    Ambos quedan aceptados en la Madriguera, me alegra mucho verlos por acá.

     

    No duden en rolear por nuestro sitio oficial, en donde aspirantes y miembros de la Orden del Fénix se unen para planear la caída de la Marca Tenebrosa y la lucha por una sociedad sin prejuicios.

     

    Bienvenidos al Ejército del Fénix, están protegidos bajo las alas de la mítica ave que siempre surge de sus cenizas.

  4. Genial! dos nuevas aspirantes y un viejo amigo que retorna a su casa. Esperamos que se pasen todos por la madriguera, obviamente todos quedan aceptados. Así que ya pueden ir roleando por la madriguera, y haciéndole la vida imposible a los initiés xD ellos se lo merecen v_v

     

    Me alegra mucho verlos por acá, y espero que esa academia ya esté por terminar :rolleyes:

     

    Bienvenidos!

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  5. http://i.imgur.com/edIyJ.png

     

    Un par de apariciones rompieron el silencio de la noche. La densa neblina que cubría el lugar indicaba que estaban en una zona muy fría y muy al norte que se situaba en el Himalaya, justo en la cima de la montaña más alta de todo el mundo: El Monte Everest; en su cara sur, a una altura de unos dos mil metros desde la parte superior se podía divisar un gran glaciar. Aparte de atravesar las defensas, para acceder a ellas tendrían que recorrer un sendero natural.

     

    Unas siluetas oscuras dieron paso a dos brujas que venían a hacer la guardia diaria de la torre.

     

    La Luna de esa noche estaba en su esplendor con lo que no hacía falta el uso de varitas mágicas para iluminar el camino, era lo suficiente luminosa para ver dónde pasaban sin falta de tropezarse con nada. El rugido del viento ondeaba sus capas con fiereza mientras se internaban en el sendero que conduciría a la prisión de Abaddon. Aún faltaba por lo menos un quilómetro antes de toparse con las defensas de la Torre blanca.

     

    Mientras caminaban iban comentando cómo habían pasado aquél día:

     

    ¿Qué tal hoy? Veo que traes nuevos prisioneros –respondió la bruja que llevaba una capa roja y señalando a dos reos que había capturado y que cargaba sobre sus hombros. Tenía una fuerza descomunal.

     

    Sí, la verdad es que está siendo beneficioso para la comunidad –respondió la joven sin muchos miramientos.

     

    Al faltar pocos metros de la entrada de la prisión divisaron la primera defensa. Unas arenas movedizas. Debían de comprobar que realizaban bien la función para la que habían sido destinadas. Así que una de ellas alzó la varita mágica con decisión y formuló "Morphos" apuntando a una roca. Aquella roca era mágica y, gracias a eso, provocó un eco que hizo que aquel morphos se multiplicara. Pronto, seis thestrals salieron tras los arbustos y ayudaron a las jóvenes a cruzar aquellas arenas volando sobre sus lomos. Ellas los veían pues eran muchas las veces que vieron pasar la muerte ante sus ojos, y quien no lo hubiese hecho le sería imposible pasar la trampa mortal que tenían a pocos metros. Si otras personas ajenas a la prisión no descubrían la manera de pasar se hundirían irremediablemente.

     

    Tras pasar la primera defensa y al dar unos cuantos pasos más descubrieron un gran lago circular totalmente congelado aún cuando se hallaran en el mismo desierto del Sahara gracias a los encantamientos que permitían mantenerlo bajo cero perpetuamente y que rodeaba toda la prisión para evitar ser rodeado. Al mirar en su interior entendieron que debían sumergirse a buscar el objeto para pasar el siguiente desafío ya que, aunque supiesen lo que debían buscar y tuviesen una leve idea de dónde se hallaba, con un simple “accio” les sería imposible obtenerlo.

     

    Dejaron los prisioneros inconscientes a un lado y con un movimiento idéntico susurraron:

     

    Confringo –un chasquido resonó en los oídos de las brujas que le indicaron que el hielo se había partido lo suficientemente grande para que pudieran entrar, pero sabían de sobra que había que coger el objeto manualmente, la magia sería inútil en ese caso. Se metieron por el agua helada. No sin antes de ingresar haciendo un casco burbuja para poder respirar.

     

    En cuánto se metieron, unos demonios del agua llamados grindylows las rodearon. Al asentir con la cabeza comprendieron lo que venía a continuación. Mientras una buscaría el objeto, otra se desharía de esos animales con un chorro de agua caliente que saldrían de sus varitas en un intento de ahuyentarlos.

     

    Estuvieron bastante rato debajo del agua sin encontrar nada dispersando poco a poco a los grindylows cada vez que se les acercaban, colocados por los guardianes. Lo que les parecía una eternidad a lo lejos pudieron divisar un objeto dorado y brillante. Nadaron rápidamente y lo que encontraron fue una llave, no se podría usar a los seres mágicos por encantamientos sólo se podía coger con una mano humana. La cogieron rápidamente y volvieron al lugar de inicio esquivando a los demonios del agua hasta que volvieron a la superficie. Tenían los ropajes completamente empapados.

     

    Aaaachís –estornudó una de las guardianas – parece que he cogido resfriado –respondió malhumorada.

     

    No te preocupes, en la torre tenemos poción pimentónica en cuánto lleguemos, te la tomas –le respondió con una sonrisa la otra joven.

     

    Cogieron nuevamente a los prisioneros y llegaron hasta la siguiente defensa de la Torre Blanca. El terreno era despejado, pero en cuánto pusieron un pie, unas llamaradas de color azul las rodearon completamente en forma de esfera. Era la otra defensa. No podían quedarse eternamente en dónde estaban, el calor era insoportable e impedía la vista y cualquier movimiento si no querían ser quemadas, pero sabiendo que el sacrificio y la lealtad eran enormes y al ser las Custodias principales de la torre sabían que no serían quemadas por ese fuego de invocación los cuales solían invocar los Demon Hunters.

     

    Agarrándose fuertemente las manos las cruzaron y pensando en esas palabras las traspasaron sin sufrir quemaduras. Indicaba claramente que el que no tenía lealtad y sacrificio cómo los señores oscuros, éstos, al traspasar el fuego, tendrían quemaduras severas y deberían curarse. No así los guardianes de Abaddon.

     

    Seguidamente una densa niebla grisácea lo invadió todo, ocultando un gran peligro. Un basilisco. Una gran serpiente grisácea con ojos ambarinos que quien osase mirarla directamente a los ojos moriría instantáneamente. Tenía un largo de unos ochos metros y unos incisivos que incitaban al terror.

     

    Al parecer la esencia oscura que tenían los prisioneros alertó al animal que enseguida fue a su alcance, pero al ver a las dos brujas se detuvo un instante. Apartando la mirada, las jóvenes apuraron el paso y salieron corriendo con los prisioneros hasta que lo perdieron de vista y se toparon de frente con una gran pared de piedra. Era la última defensa y no menos importante, pero de no tratarse de los miembros de la Orden, deberían enfrentarse inevitablemente ante la serpiente gigante.

     

    Las grandes puertas tenían una altura de unos cuatro metros y en su centro un cerrojo dorado. Sabiendo lo que significaba eso, sacaron la llave dorada del bolsillo la introdujeron en la cerradura y al dar un giro, la magia hizo efecto. Desaparecieron las puertas mágicamente hasta encontrarse de frente con una esfinge. El mítico ser compuesto por una cabeza humana con cuerpo de león recitaba acertijos y ésta no era menos.

    Dando unos pasos de un lado a otro estaba más que claro que no las iba a dejar pasar sin dar la respuesta correcta al enigma que les propuso en ese momento:

     

    Cinco hombres iba juntos por un camino en el campo. Comienza a llover. Cuatro de los hombres apuran el paso.

    El quinto no hace ningún esfuerzo por darse prisa. Sin embargo, se mantiene seco mientras que los otros cuatro se mojan.

    Los cinco llegan a su destino juntos. NOTA: Para trasladarse sólo contaban con los pies y ninguno llevaba paraguas o similar.

    ¿Cómo pudo ser?

     

    Una de las chicas que no llevaba los prisioneros dio la respuesta que le había pedido el ser mitológico. Al dar la contestación acertada, ésta se hizo a un lado y así finalmente pudieron entrar a la gran edificación.

     

    La cárcel mágica se elevaba majestuoso a las alturas. Se parecía a una torre de ajedrez, con muchas ventanas pequeñas con rejas de hierro que filtraban la luz del día hacia el interior. La construcción en su parte inferior era nueva, en cambio en la superior, el hierro desgastado y las paredes eran viejas por las inclemencias meteorológicas y por el paso del tiempo.

     

    Nada más entrar, las jóvenes divisaron doce estatuas, dónde cada una de ellas portaba armas diferentes de mármol blancas, colocadas seis a cada lado en el pasillo central antes de la puerta principal que daba acceso a la prisión. Cada una de las estatuas representaban a los líderes antiguos de la Orden del Fénix y también a aquellos miembros más conocidos: Albus Dumbledore, Harry Potter, Kingsley Shacklebolt, Alastor Moody, Haku, Alexandre, Radek, Aberforth Dumbledore, Davidmp, Heishiro Lupin, Sorvolo y Carina McGonagall; todos, a excepción de Carina, llevaban en una de su mano una verdadera espada con un filo envidiable, mientras que la de la última tenía un carcaj con doce flechas en reemplazo de la espada. El lugar apenas tenía piedras grandes en el jardín más grandes que un guijarro y la hierba cortada, por lo demás, los guardianes se encargaban de no dejar piedras ni grandes ni pequeñas dentro de la torre.

     

    Una gran puerta de madera estaba flanqueada por dos armaduras medievales forjadas de hierro. El suelo era de cemento pero bien limpio y saneado gracias a la limpieza diaria a mano de los más meticulosos escoltas y amantes de aquel lugar que embriagaba de historia.

     

    Nada más entrar, depositaron a los dos prisioneros en una de las celdas vacías en el primer piso solamente había un camastro de hierro con un colchón limpio, y las cadenas mágicas que al colocarlas en los pies de los prisioneros estaban completamente atados sin poder salir. No había más objetos que los ya mencionados. La luz se filtraba por una pequeña ventanita del pasillo y alguna que otra celda apartada, además de la que acababan de ocupar.

     

    Después de cerrar la puerta mágicamente (de barrotes de hierro) salieron hacia la enfermería, un lugar austero en dónde tenían lo más básico y urgente para curaciones rápidas en cuanto los prisioneros llegaban muertos.

     

    Más tarde se dirigieron a la sala común, que se situaba en el lado derecho de la torre en el primer pasillo justo al entrar por la gran puerta lejos de las primeras celdas, invisible para las demás personas ajenas a la torre que era una simple pared, oculta y que sólo se hacía visible ante los guardianes y las demás personas de la Orden.

     

    La sala era circular con un par de sillones, un armario en dónde se guardaban las túnicas y una mesa de madera con su silla para anotar a los presos que caían cada día. En la pared un corcho con pergaminos en dónde se notificaban las novedades de cada día. En el otro extremo una gran ventana que se podía divisar el paisaje cada vez que la torre cambiaba mágicamente de lugar y que daba luz al interior de la fría estancia. El día recién comenzaba, y tenían una larga jornada por delante, con más prisioneros que los demás miembros de la Orden del Fénix irían trayendo.

     

     

    ***

     

     

    Los mortífagos deberán rolear que sortean las siguientes defensas

     

     

    1.- Encontrar la ubicación de la Torre Abaddon.

    2.- Atravesar las arenas movedizas con ayuda de los thestrals que se hallan escondidos.

    3.- Sumergirse al lago congelado para conseguir la llave que da ingreso a la defensa de la esfinge. A su vez, para conseguirla, deberán luchar contra los grindylows que aparecerán constantemente.

    4.- Atravesar los dos Incencia Din sin invocar previamente ninguna defensa. De esta forma, al salir, los sacrificios deberán curarse las heridas causadas por el fuego.

    5.- Adentrarse en la niebla, que al instante, al detectar a los mortífagos, atraerá de forma inevitable al basilisco de ocho metros al cual deberán enfrentarse.

    6.- Resolver el acertijo de la esfinge. Al ser resuelto, podrá ingresarse al interior de la torre.

     

  6. ¡Bienvenidos stnazi y Helen!

     

    Me alegra que se hayan decidido por la Orden del Fénix y espero que nos acompañen en el rol que se está desarrollando en La Madriguera, les dejo el link: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=99415

     

    No tengan miedo de rolear, eh! Ustedes animense a llegar a la casa, que seguro algún mago o bruja de la Orden que esté allí los unirá, los recibirá y les mostrará el lugar biggrin.gif

     

    Ahora los agrego a nuestro listado de aspirantes. ¡Saludos!

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  7. ¡Hola clara7, Gaspard Collins y valledeluna!

     

    Bienvenidos a la Madriguera, centro de reunión entre aspirantes y miembros de la Orden del Fénix (Aquí el topic on rol: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=99415) los invito a pasarse pues estamos llevando a cabo un rol interesante. Unirse!

     

    Ya los agrego a la lista oficial.

     

    Aicitel, no te agrego a la lista pues pediste baja del EF, así que supongo que ya no querrás los permisos. Si me equivo enviarme un PM.

     

    Saludos.

    • Me gusta 1
  8. Jerwel y Ray

     

    Sean bienvenidos a la Madriguera, Centro de Reunión de la Orden del Fénix y aspirantes. Estaremos agregando a la brevedad sus nombres al listado de la primera página. Enhorabuena por desear pertenecer a nuestras filas.

     

    Desde ya, los invitamos a que se pasen por La madriguera on rol, en donde podrán convivir directamente con otros aspirantes como ustedes y miembros de la Orden.

     

    Heliké, también te agregaremos al listado. Nunca es tarde para hacerlo ^^

  9. http://i.imgur.com/edIyJ.png

     

    El silencio se rompió con el sonido de dos pequeños estallidos que indicaban que dos personas se habían aparecido. Una gélida ráfaga de viento recibió a los miembros de la Orden del Fénix, los cuales transportaban los cuerpos inertes de tres Mortífagos. A medio camino de abandonar los terrenos más profundos del bosque que poblaba el oeste de los Montes Urales, lograron divisar a algunos de sus compañeros de la Guardia Avanzada, que vigilaban fuera de la prisión, ocultos entre la maleza, para avisar con antelación si ocurría algún suceso anormal.

     

    - Bien, no nos hemos equivocado de camino –dijo el mago que llevaba consigo dos cuerpos.

     

    Al llegar frente a la enorme muralla gris que anunciaba que la entrada a la Torre no sería nada fácil, escucharon unos peligrosos rugidos provenientes del Carcerbero que los miraba con recelo. Aunque su figura era intimidante, con aquellas garras y dientes que podían destrozar cualquier cosa en cuestión de segundos, y aquellas tres cabezas que vigilaban cado paso dado, los magos con toda tranquilidad, dejaron en el suelo cuidadosamente, un gran pastel de calabaza que contenía Pócima para Dormir. En cuanto la bestia devoró el pastel, cayó en un profundo sueño que dio paso libre a los defensores de la luz.

     

    Al ingresar a aquel patio también custodiado por los Guardianes, se podía ya contemplar perfectamente la omnipotente Torre de Abaddon. Ya era cosa de todos los días verla para muchos de los miembros de la Orden del Fénix, pero sin embargo, nunca dejaba de impactar… Con sus altos muros brillantes y resistentes, que encima se mimetizaban a la perfección con la capa de nieve que había cubierto aquel patio gracias al clima frío típico del invierno de aquel país, Kazajistán. Sin embargo, a pesar de aquella capa helada, nada impidió que los tres metros de lava que impedían el paso a Abaddon, se desplegaran como siempre, advirtiendo un trágico final si no se decían las palabras correctas.

     

    El puente de madera no tardó en elevarse ante ellos, y los magos se apresuraron a ingresar en él, notando a lo lejos la presencia de las dos Escoltas de Abaddon y pensando que al menos, si se equivocaban, estas podrían despetrificarlos. Uno de ellos murmuró: Para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura. Tras ello, pudieron atravesar el puente sin problema alguno, ya que las palabras evitaron que se desmaterializara.

     

    Los rugidos de los Dragones les indicaron que ya estaban muy cerca, pero los miembros de la Orden del Fénix, no tuvieron que levantar varitas contra estos pues, las Escoltas de Abaddon que ya los habían visto llegar, calmaron a los Dragones, indicándoles que no se trataba de enemigos. Los magos siguieron adelante siendo sorprendidos por aquellos dos ciclones, que aunque ya sabían que componían las últimas líneas de defensa, siempre aparecían de improviso. Aun así, con gran maestría, atravesaron el conflictivo tramo, siendo a penas sacudidos por los poderosos vientos.

     

    Habían llegado al fin ante la imponente prisión que sería la nueva residencia de aquellos Mortífagos que se habían atrevido a irrumpir la paz. Solo faltaba resolver el enemigo de la puerta redonda de piedra que impedía el paso hasta que no se dijera la respuesta correcta. El mago que solo portaba un solo cuerpo, dio dos pasos adelante y no tardó en escuchar el enigma.

     

    “Una de las Escoltas de Abaddon informa que dejará salir de la prisión a un prisionero al azar para celebrar que hace 10 años que es Escolta. Eligen un prisionero al azar y le dicen que quedará libre si saca de dentro de una caja una moneda de oro, habiendo dentro 10 monedas de plata y 1 de oro. Sin embargo, el prisionero se entera por un chivatazo que la Escolta pondrá todas monedas de plata. Al día siguiente, le hacen el juego y el prisionero sale en libertad. ¿Cómo es esto posible?”

     

     

    El mago respondió como si fuera lo más simple del mundo, riéndose además de aquel enigma al ver lo imposible que era que eso pasase. La puerta se hizo a un lado dejándoles paso un libre y una banda de Guardianes Blancos se fijaron en ellos, dejándoles automáticamente el paso libre al reconocerlos como miembros de la Orden. Los Guardianes les dieron la bienvenida y les indicaron algunas celdas libres para dejar a los prisioneros. Sin duda alguna, las líneas de defensa de la Torre de Abaddon pondrían muy difíciles las cosas para los Mortífagos que quisieran atacar.

     

    ******

     

    Los mortífagos deberán rolear que sortean las siguientes defensas

    1.- Encontrar la ubicación de la Torre Abaddon.

    2.- Dormir al cancerbero que resguarda la Torre tras la muralla. En los roles donde se cambie la ubicación, también se cambiará la manera de dormirlo.

    3.- Mar de lava. Deberán decir en voz alta la frase que mantiene elevado al puente mágico para poder cruzar, de lo contrario caerán y se convertirán en piedra.

    4.- Un par de dragones.

    5.- Dos ciclones (Cyclone Maximus-DH) que expulsan de los dominios de Abaddon todo mago que no se proteja de ellos a tiempo.

    6.- Resolver el enigma de la puerta redonda de piedra. Al ser resuelto se aparta a un lado y permite la entrada a la torre.

     

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  10. Hola Sherlock Holmes, Bruno Lupin y Elmara

     

    Sean bienvenidos a la Madriguera, lugar de reunión de aurores y aspirantes. Les paso formalmente a invitar a La madriguera espero que dentro de poco podamos ver sus roles en la misma así con la convivencia con sus futuros compañeros de bando. Ahora mismo modifico el árbol para agregar sus nombres chicos.

     

    Saludos.

  11. ¡Hola Rodrigo!

     

    ¡Bienvenido a la Madriguera!

     

    Este es el primer paso y el más seguro que puedes dar para entrar en la Orden del Fénix. Aquí conocerás a los demás miembros y demás aspirantes. Roleando en este sitio: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=99415 desde ya lo puedes hacer.

     

    Esperamos que este guste este lugar y que la Orden del Fénix es de tu agrado happy.gif Si tienes dudas, los chicos te pueden ayudar y siempre estarán a la orden para lo q necesites :3

     

    Saludos!

  12. Holaaa chicos! *-*

     

    Pikachu, Emery Wood, Gaspard Collins y Leonardo P. W.

    Que lindo ver caras nuevas por aquí.

     

    ¡Bienvenidos a la madriguera! Centro de reunión entre los aspirantes y los miembros de la Orden del Fénix. Aquí está el link que los llevará directo a la madriguera. http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=99415 . Esperamos verlos activos y que pronto puedan formar parte ya no como aspirantes si no como fenixianos, además de convivir con sus futuros compañeros de bando.

     

    Si tienen alguna duda, pueden enviar un MP tanto a líderes como a Demon Hunters que gustosos las resolveran.

     

    Saludos!

  13. Holaaa chicos! *-*

     

    Rose Weasley, marcelo james potter y Adr.

     

    ¡Bienvenidos a la madriguera! Centro de reunión entre los aspirantes y los miembros de la Orden del Fénix. Aquí el link que los llevará a allá http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=99415

     

    Espero que se pasen a rolear y conozcan a todos sus futuros compañeros de bando happy.gif Si tienen alguna duda, pueden enviar un MP tanto a líderes comoa Demon Hunters. En el manifiesto ubicado en Ottery están tanto los links como los blinkies que pueden usar.

     

    Saludos!

  14. Holas Laura ^^

     

    Pasamos a aceptarte. Eres bienvenida a la Madriguera, lugar de reunión de aurores y aspirantes. Esperamos disfrutes de tu estancia y rolees mucho por el tópico en Ottery (La Madriguera on rol). No eres nueva, sabes que eso es importante para cualquier aspirante, así que esperamos poder interactuar por allá contigo.

     

    Ya estas agregada al listado de la primera página.

     

    ¡Alerta permanente!

  15. http://i.imgur.com/edIyJ.png

    El anochecer daba su último suspiro, mientras el boreal asomaba por el horizonte, rompiendo el silencio del amanecer el sonido de pesadas cadenas arrastrándose sobre la nieve.

     

    - Traemos a tres mortífagos prisioneros.

     

    - Entrad, en la planta dos hay celdas libres. Es una lástima que el Ministerio no se ocupe de estos casos.

     

    - Lo sé, pero nada podemos hacerle y menos cuando muchos magos tenebrosos ostentan altos cargos. No quiero pensar que...

     

    Pero las voces de la Guardia Avanzada cesaron de golpe y con ellas el ruido de las cadenas que mantenían atados a los mortífagos, tanto las manos como los pies. Habían parado el paso ante la imponente construcción de Abaddon, la prisión auror. Tres feroces rugidos resonaron por las inmediaciones del claro, resonando en los valles cual relámpago sin tormenta y un perro de tres cabezas y grandes dimensiones asomó tras la alta muralla de piedra gris, abriendo una boca tras otra tras largas horas de sueño.

     

    - ¿La tienes? – susurró un auror a otro y una dulce melodía de flauta impregnó el ambiente, filtrándose entre las rendijas de las ramas de los altos abetos cuya nieve derretida resbalaba por sus hojas.

     

    La bestia volvió a sumirse en un nuevo sueño y los Guardianes aprovecharon para hacer entrada. Era evidente la esencia de los guerreros de la luz ante las defensas de la edificación, pero no la de los magos tenebrosos a quienes no dudarían en atacar.

     

    Al pasar la muralla un enorme patio interior se extendía ante el grupo. En su centro, la Torre central se alzaba imponente, recibiendo el último piso los primeros rayos de sol. Pero para acceder a ella no era fácil si no se ostentaba la condición de auror.

     

    Una amplia ranura en el mismo suelo separaba la Torre, aislándola cual isla solitaria. Era de tres metros de ancho y nadie podía saltar. De hacerlo, seguramente caería al mar de lava. Pero no era una lava cualquiera, esta petrificaba a todo mago insensato que cayera en su interior y solo los Escoltas de Abaddon – encargados de su custodia- podían rescatarlos de aquella sentencia que podía ser de por vida. Pero un puente apareció de la nada, flotante, conformado por tablas de madera y cuerdas a cada lado para sujetarse al paso. Una voz susurró en su oído cuando avanzaba por el puente, y entonces el Guardia Avanzada repitió lo que había escuchado: - "Lealtad y Sacrificio". Pero qué harían los magos tenebrosos y ajenos a la Orden que intentaran pasar sin más? Para ellos aquel puente desaparecería justo cuando estuvieran a mitad de camino.

     

    Una vez cruzado el puente, tres dragones acechaban más que nunca, vigilantes desde el cielo que empezaba a teñirse de los primeros rayos de sol.

     

    - Seguid custodiando – el miembro que de la Guardia Avanzada que abría el paso dio el mandato. Bastó solo con pensar mirando a uno de los tres pares de ojos que los observaban. De todas las bocas emanaba vaho por el frío infernal de las montañas de Alaska.

     

    Y entonces, dos ciclones, cada uno por un flanco. ¿De dónde habrían emergido? Aparecían en el mismo lugar cada vez que sentía una presencia humana. Su grandeza se podría ver reflejada en las pupilas de todo humano que se encontrara ante ellos. Curiosamente, no se llevaba objetos por delante, tan solo magos que no estuvieran autorizados a entrar a la Torre. Los miembros de la Orden del Fénix apenas sintieron una sacudida muy poco perceptible y por un segundo falta de aire, como si les hubieran robado la respiración, pero luego nada. Aquellos enmascarados ya podían dar las gracias por ir bien custodiado o ya estarían siendo conducidos, prisioneros como se encontrarían, de aquel intens viento acompañado de una imparable tormenta.

     

    Finalmente se encontraron delante de la Torre. No había puerta. En su lugar una gran piedra redonda ocupada su lugar con grabaciones en una extraña lengua arcaica.

     

    - Un mago está en una habitación cerrada y tiene dos velas, cada una dura una hora prendida y se pueden prender de los dos lados pues tiene una mecha en cada extremo. Además, las velas fueron hechizadas con un encantamiento irrompible, por lo que no se pueden partir. Lo unico que él tiene es un encendor, ¿como puede hacer para que este una vela exactamente 15 minutos prendida? - Leyó el Guardia Avanzada y las grabaciones por un segundo iluminaron la roca, emanando un débil haz de luz dorado muy fugaz. La roca se hizo a un lado cuando respondió el acertijo y la cárcel quedó a merced de los miembros de la Orden del Fénix.

     

    Varios pisos conectados por una escalera de caracol se alzaba ante el grupo y pronto los mortífagos fueron prisioneros de las gruesas rejas ante la presencia de los Guardianes Blancos, quienes no dejaban tan fácil la salida de estos de las huecas y húmedas celdas en caso de que el enemigo realizara un rescate. Los magos tenebrosos pasarían días encerrados, semanas, incluso años de hacer falta a menos que la oscuridad que bañaba sus corazones se disipara y la luz reinara en ellos, cosa poco probable…

     

     

    ******

     

    Los mortífagos deberán rolear que sortean las siguientes defensas

    1.- Encontrar la ubicación de la Torre Abaddon.

    2.- Dormir al cancerbero que resguarda la Torre tras la muralla. En los roles donde se cambie la ubicación, también se cambiará la manera de dormirlo.

    3.- Mar de lava. Deberán decir en voz alta la frase que mantiene elevado al puente mágico para poder cruzar, de lo contrario caerán y se convertirán en piedra.

    4.- Un par de dragones.

    5.- Dos ciclones (Cyclone Maximus-DH) que expulsan de los dominios de Abaddon todo mago que no se proteja de ellos a tiempo.

    6.- Resolver el enigma de la puerta redonda de piedra. Al ser resuelto se aparta a un lado y permite la entrada a la torre.

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  16. http://imageshack.us/a/img194/2212/atlantis1edit.png

     

    Tanto el hombre de la izquierda como el de la derecha se habían quedado profundamente dormidos. Sólo la vampira se encontraba despierta. Ellos habían hecho la vigilia del día anterior mientras ella pegaba el ojo luego de dos días sin descanso. Similares horas de sueño tenían los compañeros, restando las que ella durmiera la noche anterior, por lo que se los debía. Recostada sobre sus propios brazos, con el mentón apoyado sobre ellos de forma que hacía que viese todo el tiempo la bola de cristal que tenía delante, se quedó su buen par de horas observando la neblina blanca que se arremolinaba al interior de la esfera. Pero nada sucedía.

     

    Fue entonces cuando Weasley, a la derecha, abrió un ojo a la par que continuaba descansando en la misma posición que tenía ella. Se quedó así un buen rato, en una vigilia aun más curiosa que la que llevara la mujer. Pero a ella no le molestó en lo absoluto, sino que se dedicó a seguir viendo la esfera, esperando que si algún detalle no miraba ella desde su ángulo, a buen seguro Weasley lo haría desde el suyo. El joven solía ser muy perceptivo. Y fue en los precisos instantes en que ella pensaba todo aquello, que dio un respingo en su silla. Quizá sólo eran ideas suyas, pero juraba haber visto algo. Alzó la varita y notó que Weasley hacía lo propio. De pronto, vio que Browsler también había tomado la suya y supo que los tres habían notado el destello al unísono.

     

    La esfera, que ellos habían convertido en talismán usando el poder de la fuente del templo blanco, era ahora el radar más poderoso que se hubiera inventado jamás. Dentro, en medio de toda la niebla, podía observarse con claridad un punto de luz y alrededor de este, un círculo. De pronto, sin previo aviso, un fino haz de aquella luz intensa partió de la esfera, perdiéndose más allá de la puerta. No era necesario ser verdaderos adivinos para saber a dónde apuntaba. El mar Meditarráneo se encontraba en esa dirección, aunque a muchos metros de distancia. Y ellos estaban asentados en aquel bastión de la Orden, abandonado años atrás, por esas razones. La búsqueda al fin daba frutos. Los tres intercambiaron una mirada cómplice y se incorporaron como un solo ente; con las mentes sincronizadas luego de aquella convivencia callada y serena de tres meses de arduo trabajo. Con vehemencia, partieron hacia el mar.

     

    Browsler llevaba en su bolsillo el radar y Stark lo seguía con la terquedad de alguien que esta dispuesta a conseguir lo que busca, instalada en su mirada. Weasley tenía la mirada perdida y lucía más cansado de lo habitual. En realidad, lo que le preocupaba era que con la marea de aquel día estaba casi seguro que la mayoría de las embarcaciones habían partido ya. Y no se equivocaba, pues efectivamente cuando llegaron a las orillas una embarcación ruinosa era todo cuanto tenían a disposición. Una vez más, como uno solo, se embarcaron de un salto en un bote bastante precario. De no ser por la magia que le echaron encima era seguro que se habría hundido a pocos metros de la costa, dado el sinnúmero de defectos que poseía. Así, navegaron por las aguas del mar Mediterráneo bajo un cielo azul velado; mirando el horizonte esperaban encontrar algo... algo que casi que era una leyenda. Algo que parecía aguardar pacientemente, sin importar cuanto tiempo pasara.

     

    Atlantis había sido una ciudad instruida, opulenta y poderosa. Había poseído un sinnúmero de asentamientos sobre el mar, unidos entre sí y articulados por sus costumbres, la defensa propia y un curioso sentimiento gregario. Sin embargo luego de una violencia encarnizada, que nadie sabía explicar de donde había surgido, se había hundido sin remedio en las aguas del mar que ahora navegaban. Pero una civilización de tal envergadura... era imposible que desapareciese por completo. Incluso los muggles lo habían notado. Y corrían los rumores de que aun estaba allí, protegida por bestias prehistóricas y los hechizos de ocultamiento más poderosos que jamás se hubiesen concebido. Por ello la Orden había decidido buscar su rastro. Semejante civilización no merecía caer en el olvido y era mejor que los puentes los tendiera la Orden del Fénix y no la Marca Tenebrosa. Además… era el lugar perfecto, oculto, seguro y apartado, que la trinidad buscaba para poder realizar la suntuosa actividad que estaba a punto de llevar a cabo.

     

    Unos delgados rayos luminosos comenzaban a surgir tímidamente del cielo. Hacía mucho tiempo que no corrían con la suerte de ver un amanecer —muchas responsabilidades— y no podían darse el lujo de detenerse a observarlo, por más hermoso que éste fuera, aunque había conseguido distraerlos. Mas algo extraño sucedió sacándolos de su ensimismamiento: las varitas de los tres vibraron a la vez. Que sus varitas actuaran de forma tan extraña significaba una sola cosa. Habían llegado a Atlántida. El legendario asentamiento "imposible" de encontrar. Ni siquiera los magos habían logrado hallarla, convirtiéndose en un verdadero mito. Pero el mito parecía romperse frente a los ojos de los tres cual esquirlas de hielo.

     

    Tomaron sus varitas, que continuaban vibrando, del bolsillo de sus respectivas túnicas. Las levantaron y un cúmulo de fénix plateados surgió de éstas, desapareciendo inmediatamente para avisar a sus compañeros de bando del gran descubrimiento que acababan de realizar. Luego de ello Weasley y Browsler colocaron las punta de sus varita en el agua y, sin siquiera pronunciar una palabra, un gran remolino los succionó a los tres, mientras Stark apuntaba al cielo y en éste aparecía el traslador definitivo. Aquel que estaba interconectado con los objetos que habían desperdigado, durante los tres largos meses de vigilia, alrededor del mundo. El lugar ya estaba indicado, pronto los miembros de la Orden podrían seguir la senda dejada.

     

    Sin embargo, el camino no resultó fácil. Había un ser, un mito mágico más que todavía aguardaba en las sombras a espera de algún osado desdichado. La criatura guardiana, el leviatán. Poseía tenazas enormes, cuerpo de molusco e imagen de artrópodo. Un terrible horror, que no dudó en abalanzarse sobre los tres con la misma convicción que lo haría un animal en búsqueda de su desayuno. Sin embargo las varitas aun acompañaban a sus respectivos dueños.

     

    Al agitarlas, tres ciclones de considerable envergadura salieron disparados contra el leviatán, envolviéndolo en una espiral, ayudado por la presión del agua. Pronto, la criatura, a pesar de su fuerza descomunal, se vio atontada. Y fue entonces cuando los magos agitaron una vez más la varita, flasheando a la criatura en los ojos, para cegarla. En realidad, su intención no era dañarlo, pues a pesar de todo sentían piedad y curiosidad por ese ente extraño. De forma que recibieron como a bendición la voz que resonó en el mar:

     

    Es suficiente.

     

    Se trataba de un anciano de piel apergaminada y rostro adusto, que con una mirada les indicó que no corrían mayor riesgo. Levantó un brazo y usando el pulgar y el meñique contra su boca, produjo un silbido potente y agudo. Al instante, el leviatán alzó la cabeza y volvió sinuosamente a su primitiva posición. Pero las sorpresas no habían terminado, puesto que el hombre extrajo una varita de cedro de la manga de la capa blanca que llevaba encima de la toga. Al agitarla, el leviatán se vio libre del hechizo que ellos le echaran para cegarlo.

     

    Bienvenidos a Atlantis —murmuró el anciano con voz enigmática.

     

    ¿Qué más podían hacer? Siguieron al hombre a través de una camuflada entrada en la protuberancia rocosa que yacía bajo sus pies. Recorrieron por varios metros un cúmulo de escalinatas de piedra que parecían no tener fin, hasta alcanzar un portal. Este lucía como una cascada color verde agua, que fluía y se renovaba en una caída sin fin. Allí los aguardaba un segundo guardián. Era una bestia enorme, como un ciervo mitológico de cornamenta gigante. Por el color de sus iris, adivinaron que estaba casi ciego, pero el anciano parecía conocerlo bastante bien. Repitió el silbido una vez más y acto seguido atravesó el portal indicándoles que hicieran lo mismo.

     

    Lavará sus impurezas—alcanzó a decir lacónicamente mientras se perdía del otro lado.

     

    Dentro, todo parecía un complejo magnífico, hecho ruinas en un setenta por ciento. El musgo y las algas crecían a libertad en el prado desolado que los recibió. Sólo entonces notaron que obtenían el oxígeno a pesar de estar bajo el agua por simple ósmosis de la piel. Sospechaban que mucho tenía que ver el portal, pero prefirieron concentrarse en el anciano. Este empezó hablar de pronto, sin necesidad de que le instaran a hacerlo. Parecía saber la razón por la cual se hallaban allí y su expresión indicaba claramente que estaba dispuesto a hacer prevalecer su voluntad.

     

    Atlantis, hace milenios ya, obtuvo todo el desarrollo mágico y tecnológico que ustedes apenas empiezan a vislumbrar. Fue eso lo que la llevó a su destrucción. La ciudad se hundió sin remedio con la vida y vanidad de su gente, que no tuvo mejor idea que pelearse como idi.otas por un trono inexistente —el anciano lucía nostálgico— nos costó mucho lograr rescatar el espacio en el que ahora vivimos y en que hemos encontrado la paz. Al inicio todo estaba repleto de agua, y eso no obligaba a volver una y otra vez a una superficie cada vez más contaminada. Pero logramos obtener esta burbuja purificada, reconstruimos parte de lo destruido y nos asentamos a vivir.

     

    El hombre volvió la cabeza clavando la vista fijamente en los tres.

     

    Enviábamos emisarios de cuando en cuando, para saber que había sido de los que se habían resignado a perder la ciudad para siempre —su rostro se ensombreció—. Pero se habían vuelto efímeros. Sus vidas no duraban más que lo que dura uno de nuestros cumpleaños —una risa triste asomó a sus labios— y los emisarios no volvieron. Porque pestes peores que las que alguna vez nos tocaron ver a nosotros, asolaban su tierra. Hambre, guerra, contaminación... Lord Voldemort fue apenas la gota que colmó el vaso —señaló a su alrededor con los brazos— el agua que los rodea justo ahora los mantiene jóvenes y hace que tengamos vidas largas. Mas nuestra cultura decae y cada vez nacen menos niños. Vamos hacia nuestra ruina a la misma velocidad a la que nos perfeccionamos —finalmente, volvió la vista hacia la ciudadela que podía verse desde aquel punto—. Así que estan advertidos. Pueden venir... pero no osen intervenir.

     

    Sin más, empezó a caminar en dirección a la ciudad.

     

    ¡Ah! casi lo olvido — dijo esta vez el anciano, divertido— ni se les ocurra aparecerse o... bueno, desaparecer. A menos que quieran una horrible muerte por despartición. Aquí esta prohibido revivir a los muertos. Sobre todo si estos lo hicieron por culpa de su propia est.upidez. El traslador que dejaron hará que caigan directamente sobre el remolino que los traerá hacia aquí, para evitar que el leviatán o los espíritus caminantes, que son los animales que vieron, los ataquen hasta llevarlos a una muerte poco agradable. Si tienen dudas, pues no soy una máquina de respuestas, deberán averiguar las cosas por sí mismos. Pero recuerden que si se inmiscuyen demasiado en lo que no les conviene… quizás regresen a la superficie… quizás.

     

    Atlantis no era exactamente como se la habían imaginado, pero no por eso menos fascinante.

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  17. Bienvenidos Alyka, Aureas y Leya. Esperamos que su estancia en la madriguera, los roles que se arman dentro de la misma así como su temporada como aspirantes (ninguno de los tres es nuevo en esto de los bandos, pero eso no quiere decir que nuestras palabras tengan menos fuerza) sean agradables y provechosos.

     

    Si algún gnomo se pone travieso, agradeceremos su colaboración.

     

    Lealtad & Sacrificio

  18. Premios Especiales de la Orden del Fénix

     

     

    Leyenda OdF

    Sally Sigel

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor OdF

    Pandora Stark

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Revelación OdF

    Jank Ravenclaw R.

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Promesa OdF

    Paú R. Gryffindor

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor Perfil OdF

    Pandora Stark

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor Roler@

    Pandora Stark

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor Duelista

    Goderic Slithering

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    El/La Mejor Firmer@

    Athena Ravenclaw R.

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    El/La Mejor Blinker@

    Belu Snape

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor Guardián

    Xell Vladimir

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor Cazador(a) de Mortifagos

    Edmund Browsler

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor Brigada

    Almas del Fénix

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor Proyecto

    Wonderland: La Coalición

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor Negocio OdF

    The Hunters

    Moon River

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    Mejor Familia OdF

    Weasley

    Stark

    Blinkie - Estatuilla

     

     

    ¡Felicitaciones a todos!

     

    Y queremos dar unas felicitaciones especiales:

    • A los actuales y antiguos comandantes de Almas del Fénix, que durante este año han llevado a cabo una buena organización de la brigada y a sus brigadistas por todo su esfuerzo y buena disposición.
    • A los comandantes de Luces y Llamas -y todos los que colaboraron- por haber llevado a cabo el proyecto Wonderland: La Coalición que, todos estaremos de acuerdo, ha sido un gran éxito.
    • A los creadores y precursores de los negocios The Hunters y Moon River.
    • A los patriarcas, matriarcas y miembros de las familias Weasley y Stark por demostrar su apoyo al bando, siempre leales.

     

    También agradecer a Felicity Weasley, Ginn Potter Black y Sally Sigel por su colaboración en la organización de estos premios.

     

    Por último, y no por ello menos importante, queremos hacer un agradecimiento especial a Saya Black y a Belu Snape. Sin ellas esto no hubiera sido posible. ¡Muchísimas gracias!

     

     

    Lealtad & Sacrificio

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  19. Hola Angel.Of.Ice y Aleisha.

     

    Sean bienvenidas a la Madriguera, lugar de reunión de aurores y aspirantes. Las paso formalmente a invitar a La madriguera espero que dentro de poco podamos ver sus roles en la misma. Ahora mismo modifico el árbol para agregar sus nombres chicas.

     

    Angelcullen, linda aprecio tu preocupación por avisar pero el topic es únicamente de registro. Si tienes algún problema para ausentarte lo comprenderemos. Saludos

  20. http://i.imgur.com/edIyJ.png

     

    El invierno había comenzado en las frías tierras de Suiza. Algunos animales lograban sobrevivir debido su gran masa corpórea, como lo eran algunos búfalos, quienes se acercaban a pasos lentos con la intriga que era vislumbrar aquella gran torre justo a mitad del bosque comunal de Couvet. Los árboles teñidos completamente de blanco hacían alusión al invierno por el que pasaba aquella zona, y la cuál dejaba estragos en la superficie para quienes quisieran encontrar la prisión. La nieve se había levantado varios centímetros arriba, por lo que sería muy cansada la caminata desde el traslador hasta la prisión. Aquella vez un miembro de la Orden del Fénix se encontraba apuntando con su varita directamente hasta lo más alto de la prisión, se escuchaba desde varios metros atrás como pronunciaba unas palabras que luego tendría que recordar.

     

    La varita de aquel mago retumbó de tal manera para que en la punta de la prisión se dejara ver un brillo en respuesta a las palabras de aquel mago. Ahora tenía que comprobar lo hecho unos instantes atrás. Se le había encomendado vigilar que la prisión se encontrara bien resguardada para retener lo más que se pudiera a los intrusos. De inmediato desapareció en caminó hacia Ottery, pasó varios minutos tratando de encontrar aquel extraño objeto que aunque aún no sabía en que forma podía encontrarse. Estaba seguro de que se encontraba por los alrededores de las mansiones con apoyo al bando. Justo a un costado de una de las rejas del castillo Dumbledore se observó como una espada brillaba con aquel color azul neón que cubría toda su esplendorosa hoja, por lo que simplemente se acercó colocándose en cuclillas para tomarla.

     

    — Sabes que nada sabes y aún así te quieres autoengañar.

     

    Susurró el mago al momento que alzaba su zurda para así vislumbrar la hora. Las manecillas del reloj marcaban las tres de la tarde y el sol en lo alto de Londres contrastaba de gran manera al frío clima de Suiza, era evidente que más que un Londinense lo miraba tan raro al mantenerse varias capas de abrigos encima. Casi de inmediato la espada comenzó a emanar una gran cantidad de magia entorno a sí misma, la cual fue capaz de inundar de aquella misma luz el cuerpo del mago quién llegó un punto en el que su cuerpo brillaba de tal forma que en un segundo desapareció de la verja del castillo. La figura del mago pronto comenzó a materializarse en medio del bosque en el que ya había estado unos minutos atrás. El frío le calaba hasta los huesos pues era una de las zonas más frías en las que había estado el mago.

     

    Aquel miembro de la Orden del Fénix simplemente observó como una media docena de mujeres con una apariencia un tanto demoniaca comenzaron a acercarse a él, quién de golpe soltó la espada en el piso, la cual desvanecía, desviando su mirada hacia el piso, aquella acción hizo enojar a las veelas por lo que de nueva cuenta pasó su mirada al baile tan excéntrico que hacían. Estaba claro que la espada había vuelto a esconderse en la entrada de una familia que apoyaba a la Orden del Fénix. Varios minutos habían pasado desde que las veelas habían comenzado aquel baile. « La paciencia es una virtud que pocos tienen…» susurró en voz baja mientras observaba como hacían dos filas y con sus manos invitaban a pasar al joven observando como un portal sobre un gran roble comenzaba a materializarse, por lo que sin duda comenzó a cruzar, con la seguridad que le daba aquellas mujeres, su invitación.

     

    Pronto el andar del mago apareció de nueva cuenta justo frente a la gran prisión a unos treinta metros de la entrada, apenas se escuchó como al dar el primer paso un colosal y ruidoso rugido lo hacía levantar la vista, se trataba de uno de los tres dragones guardianes que se encontraban atentos ante cualquier tipo de movimiento en aquella parte en donde, indudablemente, los que quisieran atravesar hacia la prisión debían de enfrentar. Inmediatamente una gran bola de fuego comenzó a materializarse en la boca de cada dragón. El mago simplemente alzó su varita despidiendo una gran llama blanquecina, con la cual los dragones comprenderían que se trataba de magia blanca, magia que solamente los guerreros de la luz podían manejar. Inmediatamente sus bolas de fuego pronto fueron deshechas, para así dar vuelo por toda la torre, con sus grandes rugidos que, definitivamente, intimidaban a cualquier visitante.

     

    Avanzó unos diez metros, cuando una gran esfinge acompañada por una quimera se encontraba impidiéndoles avanzar más. El joven simplemente observó como aquellas dos criaturas míticas se encontraban frente a él, sabía de antemano los años de sabiduría que sin duda mantenían, el mago solamente esperó que dijeran el acertijo. « A uno de tus compañeros se le ha condenado a muerte, sin embargo hay dos formas con las que salvó su vida, ante la siguiente afirmación: “Si dices una verdad te mataremos envenenado, pero si dices una mentira te mataremos ahogado” ¿Cuáles fueron aquellas dos menciones que dijo tu compañero para confundir a sus verdugos?» Susurró aquella esfinge, pasaron unos cuantos segundos para comprender, y luego de que las esfinges aceptaran su respuesta, tuvo el camino libre.

     

    — Por fin eh llegado…

     

    Susurró el mago al observar como unos cuantos guardianes blancos, se encontraban resguardando la entrada, se decía que aquellos guardianes eran los mismos antiguos líderes de la Orden, que habían muerto al cumplir su deber, y tenían tantos años que su magia había de ser única, ya que ellos mismos podían anular cualquier tipo de magia oscura que emanaría de aquellos cuerpos débiles de pensamiento que habían sucumbido ante los designios oscuros. Aquellos entes flotaban, sin embargo, no hablaban, ellos eran los encargados de suprimir el poder de todo Mortífago que ingresara a las celdas, además de tener cualidades de encontrar traidores, o simples espías con pociones multijugos. A los guardianes blancos no se les podía engañar de ninguna forma por lo que eran de gran utilidad.

     

    Comenzó a subir lentamente por la escalera de caracol, hasta finalmente vislumbrar el primer gran pasillo, en el cual las celdas se podían ver por fin en una superficie plana. Entró en una de las celdas, la superficie se encontraba húmeda, en la que desde el piso se dejaban ver varias cadenas que ataban automáticamente de pies, brazos y cuello a cada prisionero que llegaba, aquello hacía que ningún prisionero pudiera levantarse a más de diez centímetros del piso, al igual que su garganta podría ser cerrada por completo o dejarle hablar según su guardián le interrogara, realmente la prisión se encontraba muy bien resguardada, y si los prisioneros se encontraban hambrientos los guardianes podrían darles, un poco de comida, tal vez algún pan duro y un poco de agua, más nada.

     

    De igual forma en cada celda un par de guardianes blancos escoltaban al prisionero, suprimiendo cada intento de ataque de los enmascarados. Pronto se aseguró de que las chapas se encontraran en buen estado, por lo que cada una de ellas se abría únicamente mediante magia. Poco a poco comenzó a ascender por la escalera, que llevaban al segundo piso, al tercero, hasta finalmente observar el último piso, el séptimo, en donde se llevaban a los prisioneros más peligrosos, y en donde le tocaba hacer su ronda. Tenía de ser una gran travesía para los Mortífagos si querían recuperar a sus soldados, sin embargo, sabía que al menos La Orden Del fénix lo haría ante cualquier precio.

     

     

    Los mortífagos deberán rolear que sortean las siguientes defensas/obstáculos:

     

    1.- Encontrar la ubicación de la Torre Abaddon.

    2.- Descubrir, qué es, dónde está y que palabra activa el traslador que los lleva al lugar.

    3.- Observar el baile de las veelas para no hacerlas enfadar y que les muestren el portal de pase del bosque a la entrada de la Torre.

    4.- Los tres dragones sobrevolando los alrededores.

    5.- Resolver el acertijo de las Esfinges y Quimeras.

    6.- Guardianes blancos cuidando las celdas.

     

    Reglas de Cárceles de Bando

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  21. Hola John, Demona, Aeneis y Alicia =)

     

    Paso a darles la bienvenida oficial a La Madriguera de ahora en adelante se convierten en miembros de esta. Justo ahora los agrego al árbol, como aspirantes y espero que pronto como miembros de el bando. Siéntanse como en su casa y espero pronto verlos roleando por allá verlos activos y con muchas ganas de convivir con los demás miembros. Es lindo ver tantas dispuestos a unirse a nosotros. Cualquier duda estamos para ayudarles. Saludos.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

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