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Mensajes publicados por Alyehs Led Ensic Malfoy
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xDDDDDD
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Tenía, ahora soy viuda (? xDDD
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Aww mi tío *O* xDDDDDDD
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JAJAJAAJAJa no tengo nada de nada U_U xD
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xDDD Eso no se pregunta (?
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*O* me llamaron CRY
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Pitufina (? es la única niña :$ (? xDDDDDD
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xDDDDDD No sé que más decir u.u
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lalalalalalalalaalala ♫
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Yo quiero llegar a los 800 (?
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El coso este se me colgó por unos minutos ;o;
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Me estresa que demore en cargar la página (?
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Apurad!!! ya falta poco (?
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Siiiiiiiii, vamos *-*
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Me encanta este número *-* 143 *O*
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Si se puede *-* Go Go!!! (? xDDDDDD
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Vamoooooooooooooos *O*
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Ya no sé que decir *O*
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Cuanto tiempo nos queda?
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Cuanto falta? *-*
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Las cosas uno lee aquí u.u(? xDDDD
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xDDDDDD
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Tengo sed, si soy re antojada u.u xD
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Ah!!! No debería decir esas cosas por aquí :$ xD
Torneo de las Cuatro Casas
en Viejas Dependencias Academia
Publicado · Editado por Deiwan Rambaldi
En lo más alto de la torre principal de la Academia, una joven de cabellos dorados se encontraba absorta de la realidad y tiempo actual. Un pesado y vetusto libro con extrañas escrituras se hallaba inerte sobre sus piernas, abierto en una página en específico y revelándole mágicas historias y mitos de cierta cultura antigua. Minutos pasaron y tan ensimismada se encontraba, que no notó como cierto ente ingresaba en la habitación y se situaba justo detrás de ella, observándola y soltando suaves risitas al notar la postura de la jefa de casa.
Un ligero escalofrío recorrió su dorso en el momento en el cual la pequeña fantasma había intentado tocarla. Sobresaltada se puso rápidamente de pie, abrazando protectoramente el grueso libro contra su pecho y buscando el motivo de aquel cambio brusco de temperatura, notando en el trayecto de su mirada que Ansaley, la fantasma de los Aethonans había sido la causante. Una sonrisa traviesa mezclada con una de preocupación fue lo que vio Alyehs en el rostro traslucido de la pequeña, quien obviamente no creía iba a sobresaltar a la misteriosa mujer de finas facciones.
- Lamento la interrupción, pero Cye me mandó a llamarte. Te espera abajo, junto con los chicos.
- Oh, Ansaley. No interrumpiste nada, de hecho ya había terminado de leerlo – murmuró mientras apartaba el libro de su pecho y lo dejaba sobre el escritorio – Y no te preocupes, ya bajo. Por cierto, ¿Podrías decirle a Coco que baje con el estandarte? El momento ha llegado – asintiendo y sin más, la fantasma desapareció rumbo a la habitación del prefecto de los Aethonans.
Un fino vestido de seda, color marmoleo se ceñía protectoramente contra sus albas curvas, cayendo en un corte recto en la parte inferior. Como una fina cascada de hilillos de oro, sus blondos se balanceaban de un lado al otro, rozando el límite de la parte baja de su espalda y desprendiendo con cada paso danzante que daba, un dulce aroma a rosas. Marcado sobre su rostro, se encontraba expuesta aquella típica expresión donairosa que tanto la caracterizaba. Orgullosa avanzaba frente a sus Aethonans, señalándoles el camino, junto a Coco quien llevaba por todo lo alto el estandarte.
El largo recorrido a través de aquellos aparentemente interminables pasadizos había llegado a su fin, al encontrarse ya frente a la entrada del gran salón y próxima al inicio del tan ansiado torneo. Girando sobre sus pasos observó a cada uno de sus estudiantes, examinándolos y notando el claro nerviosismo que todos poseían ante lo desconocido, pero también notó como con cada segundo que pasaba, la osadía y decisión se volvían claros protagonistas en ellos.
Todo estaba claro como el agua, una vez las jefas de casa ingresaran al gran salón, lo único que podían hacer era comprobar que todo estuviera saliendo en orden, no podrían intervenir en nada, dado que el papel principal en aquel encuentro lo tendrían ellos, lo estudiantes de cada casa. Quienes valerosos darían todo de si, luchando contra lo desconocido y enfrentando posiblemente sus miedos, todo con el sólo fin de obtener la victoria y tan ansiada copa de las casas.
- El torneo de las cuatro casas está por iniciar y sólo me queda decirles… manténganse unidos, diviértanse, apóyense entre todos y recuerden que Coco estará para guiarlos, él es el prefecto de nuestra casa, sabrá actuar con sabiduría con la ayuda de todos. Y recuerden que son Aethonans, nunca lo olviden
Y sin más que decir, volvió a girar sobre sus pasos y con aquel selecto andar ingresó al gran salón. Manteniéndose inmune y no mostrando lo maravillada que estaba ante la decoración, solo mantuvo aquella esquinada sonrisa sobre su cincelado rostro al saber que nuevamente la magia e idealidad de una mente en conjunto podía armar todo aquello. Su compañero en definitiva había hecho un excelente trabajo. Ubicándose junto a los demás jefes de casa, asintió en dirección a estos a modo de saludo.